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Derecho Societario Aplicado

Introducción al Derecho Societario

Dr. Esp. José Luis Peñaherrera

03/10/2017
Para comprender mejor nuestra materia, DERECHO
SOCIETARIO, debemos partir de la concepción de SOCIEDAD,
que tiene mucho del sentido de “asociación”. Al decir de
Petit, en su Tratado Elemental de Derecho Romano: “se
aplica a toda reunión de personas que se proponen
conseguir un fin común”.
De este modo, vemos que las personas que se asocian lo
hacen con diferentes fines, tales como: pecuniarios,
religiosos, políticos, entre otros.
Tomemos como referencia dos definiciones:
“…la sociedad es un contrato consensual, por el cual dos o
más personas se comprometen a poner ciertas cosas en
común para sacar de ellas una utilidad apreciada en
dinero…” (E. Petit)
“…la sociedad es un contrato consensual en virtud del cual
dos o más personas aportan bienes o artículos o trabajos
con un fin lícito, pecuniario o no y, con un interés común
para todos las personas que lo integran…” C. Larreátegui).
De los conceptos expuestos, podemos obtener los caracteres comunes
de lo que es una sociedad mercantil, que constituye el origen de nuestra
materia, como: es un contrato consensual, con un producto que nace de
la voluntad de las partes, exteriorizado en el consentimiento, oral o
escrito; sinalagmático perfecto, en que no podría haber contrato, sin
participación de las partes, en la distribución de utilidades, al igual que
en las pérdidas, y, en el aporte; siempre en atención a las personas, es
decir, que se observa las calidades de las personas, que en un principio,
estuvo formada por los familiares, hermanos principalmente teniendo
como base la confianza recíproca de éstos, a tal punto, que cuando
fallecía un miembro, se llegaba a la disolución de la sociedad
Ahora bien, unido a estos caracteres comunes, se encuentran los requisitos
esenciales del contrato de sociedad, que son:

1) objeto lícito o fin lícito, es decir, no contrario a lo establecido en la ley y la


costumbre
2) finalidad común, en cuanto se refiere a que todos están conscientes de sufrir
las consecuencias que se deriven del contrato societario que suscriben
3) el aporte, que bien podía ser en trabajo, dinero, industria, en bienes muebles
o inmuebles, en fin, en todo cuanto pudiese aportar a la sociedad; y,
4) el consentimiento voluntario, a lo que los romanos llamaban “ánimus”,
recuérdese que es uno de los elementos para adquirir la propiedad (dominio).
Finalmente, encontramos las maneras de disolución del contrato de sociedad, y, tenemos que se
presentaba:

1) por mutuo disentimiento de los socios;


2) por el vencimiento del plazo de duración;
3) por pérdida del capital social;
4) imposibilidad de cumplir con el fin propuesto;
5) por renuncia de los socios;
6) por muerte de los socios; y,
7) por ejercer los derechos judicialmente, mediante la “actio pro socio” de uno o más socios.

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