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IDENTIDAD Y MISION DEL

CATEQUISTA
R.P. Roland Vicente CASTRO JUÁREZ
1.- LA VOCACIÓN DEL CATEQUISTA:

●¿Por qué quiero ser catequista?


●¿Cómo me decidí a entrar a este servicio?

No es:
●-porque me quiero salir de mi casa

●-porque me sobra tiempo.

Sí es:
●-porque descubro en mí una vocación.
Vocación: elementos fundamentales

1.- Llamada
2.- Respuesta
3.- Misión.
●Ser y hacerse catequista es descubrir
estos elementos en mi vida personal.
●"Antes de formarte en el seno de tu
madre ya te conocía; antes de que tú
nacieras, ya te consagré y te destiné a
ser profeta de las naciones...“
●"Irás a donde quiera que te envíe y
proclamarás todo lo que yo te mande. No
les tengas miedo, porque estaré contigo
para protegerte, palabra de Yahvé
●El autor de esta llamada es Dios y nos llama
de diferentes maneras:
●1.- Nos llama a la EXISTENCIA
●2.- Nos llama a ser PERSONAS.
●3.- Nos llama a ser CRISTIANOS.

●Junto con la llamada que nos hace para


catequizar, El nos pone los medios, que
●necesitamos. Algunos naturales (cualidades
y dones) que ya traemos y otros que tenemos
que aprender, a través de la formación
permanente.
●¿Qué cualidades debo
aprender para
responder a esta
vocación?

Cualidades Humanas:
Puntualidad, Amabilidad, Prudencia, Alegría,
Comprensión, Sencillez, Paciencia,
Disponibilidad, Creatividad, Buena Voluntad,
etc.
●Cualidades Religiosas:
●Grande amor a Dios, a

los hermanos, a la
Sagrada Escritura, una
piedad auténtica, amor y
frecuencia hacia los
sacramentos, Fe,
Esperanza y Caridad
creíbles, Testigo
convencido de Cristo
resucitado, etc.
●Cualidades
Morales:
●Amor a los

niños, respeto a
la conciencia y a
la verdad,
testimonio moral
en la sociedad,
etc.
● 2.- LAS ACTITUDES DEL CATEQUISTA.

●¿Qué es una actitud?


●Es toda disposición de ánimo manifestada exteriormente y que en

algunas ocasiones, influye hasta en la posición del cuerpo o en la


expresión de la cara: p.ej. la tristeza, la alegría, etc.

●Las actitudes pueden ser positivas o negativas.


●Las Actitudes Positivas nos convierten más en personas

●Las Actitudes Negativas nos convierten más en individuos.

●Los catequistas debemos insistir en desarrollar más las actitudes

positivas, pero
●sumadas a estas debemos desarrollar sobre todo las ACTITUDES

CRISTIANAS, es decir, las actitudes que caracterizan a Jesús, las


mismas que nos llevarán a vivir la santidad como catequistas.
● ACTITUDES CRISTIANAS:
●Estas nos permitirán ser profetas de nuestro
tiempo, un buen comunicador del mensaje
cristiano.
●A partir de un encuentro con Jesús, todo
catequista estará en disponibilidad y actitud de
conversión permanente.
●A partir de su oración y vida sacramental, se
distinguirá por su actitud de participación
activa.
●Sus actitudes de alegría y esperanza, le
ayudarán a superar las dificultades y
cansancio propios de las tareas catequísticas.
●Su actitud de comunión y espíritu de unidad
lo llevarán a vivir en continua
●comunicación y comunión con sus pastores
para ejercer su labor de catequista.
● 3.- LAS APTITUDES DEL CATEQUISTA
● ¿Qué es una Aptitud?
●"Capacidad o habilidad para realizar una
actividad o afrontar una situación".
●La persona del Catequista requiere de ciertas
aptitudes indispensables para el desempeño de
su misión. Entre ellas podemos mencionar: las
Aptitudes Formativas, las Aptitudes Pedagógicas-
Didácticas y las Aptitudes Sociales.
●Aptitudes Formativas:
●- Profundizar constantemente en las
Sagradas Escrituras.
●- Que se interese por su formación
permanente.
●- Perseverancia y buena voluntad para

estudiar constantemente además de cursos


elementales o básicos, es necesario asistir
a una formación continua y constante;
formarse en los documentos de la Iglesia
que hablan sobre catequesis.
● Aptitudes Pedagógico-Didácticas:
●- Trasmitir el mensaje de la Buena Nueva, lo
más creativo e interesante posible. No
●basta con dominar todos los conceptos
teológicos, es necesario saber transmitirlos con
pedagogía y didáctica.
●- Saber enseñar, adaptando al grupo con que
se comparte, consciente de que para una
pregunta hay que tener diez respuestas.
Cuando el catequista sabe poco puede
trasmitir errores, dudas y confusiones.
●- Capaz de cultivar sus dotes externos:
expresión del rostro, mímica natural, voz bien
articulada, vestuario sencillo, etc.
●- Cultivar las aptitudes que le van a ayudar a
servir mejor: dibujo, canto, expresiones, etc.
- Aptitud para crear, coleccionar y hacer

material didáctico.
Aptitudes Sociales:

●- Ser capaz de relacionarse normalmente con los


demás, tanto personalmente como en grupo.
●- Capacidad para saber escuchar a otros
●- Capacidad para aprender a conocer, valorar y
respetar el ritmo de los otros en sus
●procesos de fe.
●- Aptitud para conocer la realidad económica,
política y social que vive el país.
●- Capaz de trabajar en comunión con el grupo de
catequistas. (pastoral de conjunto)
● 4.- LA MISIÓN DEL CATEQUISTA.

●1.- La misión de los catequistas es emprender un


camino, junta a quien nos comparte la Buena Nueva,
hasta llegar a la meta de toda catequesis: "Llevar a la
madurez de la fe, tanto a las personas como a las
comunidades".

●2.- PARA LLEGAR ALA MADUREZ DE LA FE, SE


REQUIERE TODA LA VIDA; este es el fundamento de la
catequesis escolarizada y permanente.

●3.- La misión nos permitirá tener personas humanamente


equilibradas, de encuentro profundo con Jesús, con un
fuerte sentido de Iglesia y en permanente actitud de
servicio a sus hermanos y a la sociedad.
●4.- Para lograr lo anterior hay que avanzar en
dos direcciones:
●- Desde lo personal
●- Desde lo comunitario.

●Sólo así lograremos católicos más


convencidos.
● 5.- Desde lo personal lograremos:
●- Una base humana integral y armónica.
●- Lograr un encuentro profundo con Jesús.
● 6.- Desde lo comunitario:
●- Crear y Promover comunidades maduras
en la fe.
● - Promover una vida fraternal.
● - Impulsar la vivencia comunitaria en la fe.
II.- IDENTIDAD DEL CATEQUISTA
● 1.- OBJETIVOS
●Descubrir como creyente la llamada de Dios a
un servicio evangelizador entre los niños y
jóvenes.
●Redescubrir el papel que tiene el catequista
en la comunidad cristiana, para un mejor
servicio en la transmisión de la fe.
2.- JUSTIFICACIÓN DEL TEMA.

●"No me han elegido ustedes a mí, sino que yo quien los


he elegido a ustedes" (Jn.15,16). El catequista, a veces
sin saber cómo, se encuentra metido en la tarea de la
catequesis. Las motivaciones en algunos casos son
insuficientes, por ejemplo: "mi amigo/a es catequista",
"es requisito del grupo", etc. De ahí la importancia de
este tema para un verdadero descubrimiento de la
vocación del catequista.
● Es cierto que cada día se está tomando con más
seriedad el hecho de ser catequista. Pero estamos
todavía lejos del ideal. Creemos que no nos
equivocamos si afirmamos que la mayoría acepta ser
catequista para ayudar o porque le gusta, sin que se
llegue a un planteamiento de responder a la llamada de
Dios.
3.- SUGERENCIAS METODOLÓGICAS

●El plantearse la vocación de catequista es algo que


uno no hace con frecuencia; por tanto, hemos -de
tener en cuenta que algunos les puede resultar
difícil. Se pueden preparar algunas vocaciones de la
Biblia para que se puedan confrontar. Por ejemplo:
Gn. 12,1-9; Ex.3,7-18;
●Tener en cuenta que lo que presentamos es el
catequista ideal; la vida es un proceso y lo que
pretendemos es ponernos al final de ese proceso
para saber adónde hay que llegar. El tema puede
ser la ocasión de descubrir lo que ya se está
haciendo como vocación dentro de la iglesia.
●4.- ACTIVIDADES PARA EL TEMA DE LA
IDENTIDAD.
●* Tres personas se han preparado de antemano
para someter a grupos de catequistas a la
experiencia de ser educados según los tres
estilos: - El Autoritario – El dejar hacer - El
educador.
●Después de haber experimentado estas tres
maneras y haber sido observadores en los
demás, se hace un diálogo en que primero
hablan los que estaban con el educador.
●1°.- ¿Cómo se han sentido? ¿Qué han
vivido? ¿Qué les parece ?. Después hablan
los observadores.
●2°.- Y así se hace con los del segundo y el
tercer estilo del educador.
●3°.- Al final se pueden dar las notas
características de cada estilo que están
propuestas a lo largo de este tema.
5. DESARROLLO DE LA DENTIDAD DEL CATEQUISTA

5.1.- ¿Quién es el catequista?


●El catequista es una persona de fe. Dos cosas, que se unen


para formar una sola realidad. Se trata de ser persona
madura y de ser persona madura creyente. "Se educa más
por lo que se es que por lo que se dice o hace".

Un creyente.

●El catequista es alguien que cree en Jesucristo. No se


considera perfecto y sabe que vive su fe con limitaciones; la
vive en una comunidad, la Iglesia, a la que ha sido
incorporado por el Bautismo; está en camino, en búsqueda y
en continua conversión. Recorre su camino guiado por Jesús
de Nazaret.
● Que tiene experiencia de Dios
●Dejándose interpelar por la palabra de Dios,
leyendo los acontecimientos de la vida,
buscando con los demás, se sabe servidor
del grupo en la tarea de animación a la que
se siente enviado.
5.2. El catequista es un enviado a anunciar el Evangelio

Llamado por Dios


●Ser catequista es una vocación. Dios llama a personas


que realicen ese servicio: Abrahán, Moisés, Jeremías,
María, los Apóstoles. Y éstas, con toda su libertad,
responden. Hay una llamada y una respuesta. Para llamar
al catequista, Dios se puede valer de muy diferentes
circunstancias: la invitación de un sacerdote, amigo,
Hermano, la propia toma de conciencia, un cartel
anunciador en la parroquia o el Colegio, el ejemplo de otro
catequista. Cualquier situación que le lleve a enrolarse sólo
será un medio concreto del que Dios se sirva para
manifestarle su voluntad. La iniciativa en la llamada la tiene
Dios, aunque a veces podamos pensar que todo fue una
casualidad o que aquello se nos ocurrió a nosotros.
● Anuncia el Evangelio
●Aceptar ser animador es entrar en la
dinámica del seguidor de Jesús, que hace
suya su causa, es decir, participa y prolonga
su misión en el hoy. Jesús " escogió a los
que quiso" y los envió a predicar, les
encomendó el anunciar el Evangelio por todo
el mundo: " Id y haced discípulos a todas las
gentes" (Mt 28,19)
5.3.- Estilo de Catequista

●A lo largo de la historia ha habido muchas corrientes


pedagógicas como, muchos estilos de estar con los
otros para acompañar a su caminar.
●Tener un estilo es algo así como tener un espíritu,
que identifica y que da tonalidad a todo lo que se
construye y a la manera como se construye. Siempre
y todos tenemos un estilo propio, no sólo de andar y
de vestir, sino también de tratar...
●Lo importante es llegar a plasmarlo en algo
visible, que sirva de referencia a todos los
catequistas. Se trata también de evitar estilos
negativos: " Este grupo es un desastre, cada
uno hace lo que quiere, no hay unidad, es un
desorden”. Esto también es un estilo, pero no a
imitar.
●Para finalizar este tema vamos a presentar al
catequista tres modelos muy distintos de
educador. O lo que es lo mismo tres maneras
muy distintas de estar con los niños:
Catequista autoritario:

● Catequista autoritario:
●El catequista se sitúa por encima del grupo.
Es una persona preparada. Se ha
preparado un rollo perfecto y por encima de
todo lo tiene que soltar, es el estilo
tradicionalmente magistral.
●El educador decide todo, pues cree que de
él depende la marcha del grupo y se estima
PERSONA CAPAZ de saber lo que es
necesario para el grupo.
●Consecuencias de ser educados así, tan sólo las
podemos reducir a dos:
●1ª) SUMISIÓN: Como están acostumbrados a que
todo se lo den hecho, como "papá" catequista ha
decido siempre por ellos, siempre dependerán de
algo o de alguien.
●Serán los cristianos que irán a preguntar al cura: "
padre ¿ tal cosa es pecado?.
●2ª) REBELDÍA: O siempre estarán en contra de
alguien. Bastante tuvieron que aguantar en la
catequesis. Serán cristianos renegados que no
quieren ni oír hablar de religión.
Catequista "dejar hacer"

●El Catequista es pasivo. Está más bien al margen


del grupo. En todo caso sigue al grupo y todos y
cada uno hacen lo que le vienen en gana. Es un
falso animador.
●Él chico así educado no sabe ni qué hacer.... Se
desorienta, sé desanima... lo más probable es que a
la tercera o cuarta sesión no acuda. Consecuencias
de ser educados así:
●1ª DESORDEN: no saben a qué atenerse.
●2ª AGRESIVIDAD: El más fuerte se impone.
●3ª ABURRIMIENTO:
● Catequista educador

●El animador está en el grupo. Está como uno más pero sin perder
su identidad: está claro que el educador es él. Si está con niños
está claro que él no es un niño, aunque sea amigo de los niños e
intente hacerse niño: él es adulto o joven.

●El animador se fía de los miembros del grupo. Tiene dentro de él la


actitud de las TRES A:

●1º A - ACEPTA: a cada uno tal como es. Sin deformar su imagen,
con sus cosas buenas y también con sus cosas malas que las
conoce y no las ignora.

●2º A - ADMIRA a los chicos que por una cosa negativa que tengan,
al menos poseen siete positivas ya que sabe que " donde hubo
pecado sobreabundó la gracia“.
●3º A - AMA al educando. Con todo su alma. El
educando cree capaces a los miembros del grupo y
los respeta ayudando a cada uno a conseguir los
objetivos.
●Su manera de actuar es cooperativa ya que él
aporta algunas ideas, para añadirlas a los demás.
Intentan caminar juntos.
●Consecuencias de ser educados así:
●El grupo está motivado. Nadie es pasivo y cada uno
tiene sus propias opciones.
●Se desarrolla la participación: Cada uno llegará a
ser protagonista de su propia fe..
●El grupo adquiere madurez.
●5.4.- La tarea del animador catequista en el
grupo de catequesis
●Tareas
●• Ser transmisor de la fe de la Iglesia

●• Iniciar e integrar al grupo en la comunidad

eclesial
●• Iniciar en el diálogo con Dios y en la

Oración
●• Ser testigo de la fe
● Funciones
●• Ayudar al grupo a descubrir el área de
experiencia a la realidad humana.
●• Promover la profundización en esa área

de la vida personal, comunitaria o social.


●• Proponer signos y símbolos de Dios

(bíblicos o eclesiales)
●• Animar a que el grupo elabore diversas

expresiones de fe
●Dos actitudes fundamentales en la fe del
catequista
●1ª/ La condición adulta en la fe
●• Unidad en torno a la fe de toda la persona.
●• Búsqueda permanente de la Palabra de Dios
que lleva a una permanente conversión.
●• Actitud de servicio y amor.

●2ª/ El servicio a la palabra


●• Con sus dificultades y a través de la oración,
con una actitud de humilde disponibilidad
III.- EL CATEQUISTA: VOCACIÓN Y MISIÓN

●La catequesis es, fue y será lo que es, fue y será el


catequista.
●Es fruto de lo que el catequista vive y siente, de lo
que cree, de lo que espera y de lo que ama, de lo
que busca y de lo que encuentra.
● Catequesis es lo que bulle en la mente y en el
corazón del catequista:
● - Si vive ilusionado con su fe, la catequesis es
cauce de fe. , ;
● - Si ha descubierto el amor de Dios, es
plataforma de amor.
● - Si vive el mensaje de Jesús, es anuncio de
salvación.
● - Si se ve como miembro de comunidad de
fe, construye la comunidad.
● - Si se siente portador del amor de Dios,
es regalo de amor del Señor.
● - Si sabe vivir la esperanza, es un camino
hacia el encuentro con Dios
● - Si se halla dentro del Reino de Dios, la
catequesis es ya salvación.
●Es muy importante que el catequista viva y
obre entusiasmado con su labor que
ciertamente es decisiva en la Iglesia.
● 1. SERVIDOR DE LA PALABRA DE DIOS
●La palabra es el modo habitual de entrar en
comunicación con los demás. Nada hay más
personal que la palabra ya que ésta, si es
sincera, expresa lo que hay en nosotros.
●Por esta razón, ante una palabra
profundamente escuchada, nunca queda nadie
indiferente: se la acoge o se la rechaza, se la
goza o se la teme, se la espera o se la rehúye.
La palabra suscita experiencias de cercanía,
reacciones de gozo o de tristeza. La palabra
deja una huella en los demás.
● Desde el momento en que el Señor llama a
alguien a hacerse catequista, le lleva a ser
portador de su palabra ante los hombres. Al
igual que los profetas, es servidor de la
palabra. Aun conservando toda su carga
humana, una nueva riqueza le llega. Es la
riqueza de la palabra recibida que ha de
llevar a los demás como medio y palanca
para que consigan la salvación.
● Dios asocia su Palabra a la del catequista. Se sirve
de ella para comunicarse con los hombres de hoy,
con la fuerza y eficacia que le es propia. En sus
limita-ciones y sus rasgos humanos se esconde el
mismo Dios y por medio de sus elegidos hace llegar
la vida a los que El ama.
●A los catequistas les dice Jesús palabras que deben
recordar con frecuencia, pues definen
evangélicamente lo que son ante el que los envía y
ante los recep-tores de sus mensajes:
●- "Quien a ustedes escucha a mí me escucha". (Luc.
10. 16)
●- "Como el Padre me ha enviado, así yo los envío".
(Jn. 20. 21)
●Por eso el catequista debe preguntarse con
frecuencia:
● ¿Cómo soy servidor fiel de la palabra?
●¿Cuáles son los rasgos más significativos
que me configuran? ¿En dónde se apoya la
grandeza de mi calidad de mensajero divino,
de testigo del Reino, de ministro de la Iglesia
de agente salvación ?
2.- EL CATEQUISTA, DISCÍPULO DE JESÚS

●El Catequista es un discípulo convencido de Jesús,


que quiere hacer llegar su mensaje a todos los que
encuentra en su camino, de modo especial a aquellos
con quienes establece un compromiso de amor y de
fe.
● - Transmite su fe con obras y palabras. Pablo VI
dice en la Exhortación sobre la evangelización del
mundo: "En el fondo, ¿hay otra forma de comunicar el
Evangelio que no sea la de transmitir a otro la propia
experiencia de fe?
●De manera callada o a grandes gritos, pero
siempre con fuerza, se nos pregunta: ¿creéis
verdaderamente en lo que anunciáis?
¿Predicáis verdaderamente lo que vivís.
●Hoy más que nunca, el testimonio de la vida
se ha convertido en una condición esencial
con vistas a una eficacia real de la nueva
evangelización". (Evangelii Nuntiandi, 46 y
76)
EL CATEQUISTA ENVIADO A HACER DISCÍPULOS

●El catequista debe ser consciente de que es un elegido y


un enviado del mismo Jesús. En la doble dimensión de
predilecto divino y de responsable de un ministerio al
servicio de los hombres, el catequista tiene que hacerse
consciente de su identidad de “llamado por Dios”.
●Es elegido y por lo tanto tiene una vocación singular.
Jesús es claro: "No son ustedes los que me han elegido,
soy yo quien los ha elegí". (Jn. 15. 16).
●Ser catequista es una vocación de entrega y sacrificio.
La experiencia del pro-feta Jeremías es reveladora:
●"Recibí esta palabra del Señor: Antes de
formarte en el vientre, te escogí, antes de que
salieras del seno materno, te consagré, te
nombré profeta de los gentiles..." (Jer. 1. 5-9)
●Jesús es explícito: "Se me ha dado toda
potestad en el cielo y en la tierra. vayan, pues, y
hagan discípulos míos por todas las naciones
de la tierra, bautizándolos en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y
enseñándoles a guardar todo lo que yo les he
mandado. Miren que yo me quedaré con
ustedes hasta la consumación de los siglos".
(Mt. 28. 20)
● Es enviado para anunciar la salvación
●Por lo tanto, el catequista es y tiene que
sentirse partícipe y colaborador de la misión de
Jesús, a lo largo del tiempo y a lo ancho de toda
la tierra.

●Participa en la misión de Jesús, que sigue


actuando por su medio.
●Anuncia el Evangelio por todas las partes, por
que el Señor lo mandó.
●Se siente movido por el Espíritu de Jesús y no
por el propio.
●Descubre a los hermanos como amados por
el mismo Dios.
●Siente que actúa como mediador o
sacramento en medio de los elegidos.
●Pablo VI decía en su exhortación: "El
Espíritu Santo es el agente principal de la
evangelización, el maestro interior que
explica a los fíeles el sentido profundo de las
enseñanzas de Jesús y de su misterio".
(Evangelii Nuntiandi, 75)
●3. EL CATEQUISTA ACTÚA DENTRO DE LA
IGLESIA
●El catequista no sólo realiza su tarea en
nombre de Dios y ofrece sus servicios a los
hombres movidos por su amor al Señor y por la
inspiración que siente en lo profundo de su
mente y de su corazón. Se siente y se sabe
miembro de la Comunidad de Jesús.
●- No actúa solo, sino que anuncia el mensaje
en nombre de la Iglesia. Está inserto en la
comunidad cristiana y actúa como portavoz de
la misma.
●- Se siente enviado por una comunidad de
hermanos para hacer a los demás
participantes de la riqueza de familia, que
proviene de Jesús. Por eso mira con amor
fraterno a todos los hombres, en especial a
quienes con el comparten la búsqueda y la
clarificación. Y mira con amor crítico a los
pastores de la Iglesia y a los demás
ministros ya que actúa en la comunidad de
los elegidos de Jesús.
●- Se sabe servidor de los hombres creyentes,
que deben clarificar su fe y su amor y para
ellos actúa como estímulo e intermediario,
como ayuda y colabora-ción, como camino y
como aliento.
●Abierto a los problemas del hombre de nuestro
tiempo y de nuestra sociedad, así como a la
persona del catequizando a quien sirve, se
siente con entusiasmo al servicio de la Palabra
de Dios, que es palabra de vida y de
esperanza, de fe y de salvación, de gracia y de
fraternidad.
● La importancia de su tarea
● Está en función de la misión
evangelizadora que desempeña en la
Iglesia. Su entrega no es una ocurrencia,
sino un servicio eclesial. Sabe que es
llamado por el mismo Jesús para hacer
discípulos del misterio de un Dios
encarnado. Esto implica un compromiso,
pero sobre todo reclama una conciencia de
la propia identidad.
● Por eso el catequista sabe, o debe saber:
●* Su misión es actuar en nombre de Jesús y
de su Iglesia.
●* Su labor es transmitir la verdad divina, no su
propia verdad.
●* Su objetivo es sembrar vida conforme al
estilo del Evangelio.
●* Su medio es hacer vivir la experiencia
religiosa cristiana.
●* Su ambiente es el de sus catequizandos,
que son sus hermanos en la fe y en el amor al
Señor
4. COMPROMISO DE FORMACIÓN

●Su vocación, su identidad, su misión, reclaman del


catequista entrar en un ca-mino de formación que le
sitúa ante tres frentes:
●* Vivencia y conocimiento de la fe, para poder
transmitirla a los demás.
●* Integración y conocimiento de la realidad y del
misterio que anuncia.
●* Capacitación en los lenguajes de los hombres, para
hacerse entender.
●Si tal es la dignidad del catequista, necesita cualidades
y valores. Unos son naturales y otros son conquistas
personales que reclaman tiempo, entrega y voluntad.
No todos valen para ello, a menos que se preparen y
desarrollen las cualidades ministeriales que se precisan
Formación del catequista


●Si precisa muchas cualidades para el ejercicio de
su "profesión", de su profetismo, de su vocación, el
catequista debe prepararse y formarse
continuamente. La grandeza de su identidad, de su
misión, reclama esfuerzos de preparación.
●El camino de su formación reclama su atención en
tres frentes principales:
●- Profundidad en el mensaje. Y eso supone
vivencia y no sólo ciencia; con-ciencia y no sólo
inteligencia; y fe en lo que se anuncia, para poder
transmitirla a los demás hombres.
●- También descubrimiento profundo del destinatario
del mensaje: aprecio de sus rasgos humano,
sensibilidad ante sus circunstancias, comprensión del
me-dio terreno, ayuda en sus procesos de
crecimiento natural y sobrenatural.
●- Destreza en los lenguajes. Mensaje y personaje
exigen hondura, control, oportunidad en los lenguajes:
los estilos de la Palabra divina y los recursos de la
palabra humana.
●Con esta triple acción, al catequista le resulta fácil
promover la con-ciencia de la misión, la sensibilidad
ante el envío que hace la Iglesia, fe en la ayuda
divina.
● Profesiograma catequístico

●Se necesitan todos los rasgos posibles para
cumplir con la misión. Pero algunos pueden
darnos la pista para un correcto profesiograma
catequístico.
●* Los personales son los que desarrollan y
consolidad la conciencia de la propia dignidad.
Términos como dominio, serenidad, sensibilidad,
austeridad, libertad, optimismo, sensibilidad
espiritual y sobre todo fe, esperanza y caridad
resultan necesarios.
●* Los sociales hacen fáciles las relaciones
con los demás: las verticales de de-
pendencia misional, las horizontales de
solidaridad y convivencia Términos como
amabilidad, comprensión, respeto,
ejemplaridad, pluralismo, ciencia, sobre todo
sencillez, capacidad de diálogo y cordialidad
abren el espíritu a la comunicación.
●* Los eclesiales son los que hacen al catequista
miembro activo y generoso de la comunidad de
los creyentes. Sus cualidades de disponibilidad,
responsabilidad, piedad, ortodoxia, fidelidad,
obediencia, sentido de sacrificio, entrega y
dedicación, apertura y sobre todo celo,
sinceridad y abnegación hacen posible su labor
santificadora.
●* Como educador de la fe y animador, los
pedagógicos son las cualidades que aprecian
quienes con él se relacionan: autoridad,
prudencia, confianza, fortaleza, interés,
competencia, previsión, sobre todo amabilidad,
adaptación y paciencia.
● * Y puesto que trata con sujetos que le
necesitan y a los cuales les debe animar e
iluminar, las "habilidades psicológicas" al
estilo de la agilidad mental, el optimismo, la
comprensión, la cercanía, la apertura, la
sencillez, el altruismo, el equilibrio y la
ejemplaridad, sobre todo la paz, le darán lo
que precisa para que su acción sea
permanentemente beneficiosa
●Algunos catequistas pueden desanimarse al pensar
que tantas cualidades son inalcanzables a la vez. Lo
curioso y lo misterioso de las cualidades
profesionales es que, cuando se cultiva una
cualquiera, todas las demás se acrecientan. Y cuando
alguna falla en lo esencial, todas las demás se
resienten. Esa simbiosis de rasgos profesionales
aparentemente es desconcertante; pero, a la larga, se
vuelve consoladora.
●El catequista se debe preparar para obrar bien, no
para hablar mucho. Su misión es ser testigo, no
predicar. Lo que quede de su labor será lo que vean
sus catequizandos, no lo que oigan.
5. PROYECCIÓN Y ACTUACIÓN.

●El catequista debe vivir, como todo educador, para el


mañana y no sólo para el presente. El educador debe
actuar mirando al porvenir que espera al alumno que hoy
tiene ante sus ojos. Es el hombre del mañana, el
profesional, el padre o madre responsable, la persona
creyente que vive su fe.
●Algo similar debe latir en el corazón del profesional de
la catequesis, que otea el porvenir personal y eclesial.
Su misión es disponer la mente y el corazón del
catequizando para que llegue a ser persona de fe,
hombre de esperanza, miembro de una comunidad de
amor. Esa misión exige ante todo fe y esperanza. Con la
primera cree lo que no ve; con la segunda espera en
Alguien que si ve.
●Por eso no basta que el presente le sonría.
Es preciso que el porvenir le in-quiete. El
afán por el mañana es compatible con la
confianza de que Cristo, verdadero artífice
del crecimiento y de la vida del espíritu,
actuará desde la base de lo que él realiza.
Por eso la proyección catequística es tan
importante.
● 1. Ante sí mismo.
●El catequista debe cultivar la serenidad y
tener la conciencia tranquila si cum-ple con
su deber. El es sembrador y las semillas
tardan un tiempo en dar frutos. Los frutos no
existen si las semillas no se siembran, o son
escasos si la tierra no se prepara. El
catequista necesita proyectarse con
paciencia, esforzarse con tranquilidad,
soñar bajo el paraguas protector de Dios.
● 2. Ante los catequizandos.
●El catequista debe acostumbrarse a elevar los
ojos cronológicamente y com-prender que tiene
delante futuros adultos, profesionales
honestos, padres y ma-dre de familia
responsables, artífices de una humanidad
mejor.
●En esos futuros protagonistas de la vida es
donde él siembra el "agua que salta hasta la
vida eterna" (Jn. 4. 13) y no sólo que quita la
sed del momento. El que sólo ve niños no
tiene ojos de catequista, aunque los tenga de
poeta
● 3. Ante la Iglesia.
●Ante la comunidad enviada por Jesús para "ir
por el mundo y anunciar el Evangelio a todos
los hombres" (Mc. 16. 15), el catequista debe
sentirse llamado a colaborar en la tarea
escatológica que ese mandato misional
implica. Es decir, debe sentirse navegante en
la barca que boga hacia un destino siempre
mar adentro (Lc. 5.3.); y debe sentirse
caminante que un día volverá lleno de gozo
diciendo: "Hasta los demonios se nos someten
en tu nombre." (Lc. 10.17)
● Estos planteamientos pueden resultar
piadosas consideraciones, pero de verdad
son algo más. Son fundamentos de la
catequesis que sintetizan necesidades
espirituales básicas: optimismo profesional,
seguridad en el futuro, confianza en Dios,
amor a la Iglesia, conciencia de la propia
llamada de Dios.
PLEGARIA DEL CATEQUISTA
Señor Jesús,
Mensajero de Padre que te envió a la tierra
y Salvador de todos los hombre s del mundo
te doy gracias por haberme elegido
para la misión de anunciar tu Evangelio.
Enséñame a vivir con humildad
a trabajar con alegría
a compartir con generosidad
y a dar a todos los regalos de la fe
que Tú me has dado con tanta abundancia
Te pido que me ayudes en mi trabajo,
que estés cerca de mi cuando hable en tu nombre
que ilumines mi mente y des fuego a mi corazón
cuando cumpla con mi hermosa misión
de presentar el mensaje salvador
de tus hechos y de tus enseñanzas,
es decir de tu Evangelio maravilloso.
Ayúdame a caminar con alegría por la vida,
de manera que se sientan cerca de Ti
aquellos a quienes yo ofrezca
el misterio de tu amistad,
la sonrisa de una fe ilustrada,
la seguridad de tu presencia cercana,
el consuelo de tu amistad segura
y la esperanza de una vida eterna.
●Hazme fuerte en las
horas tristes
●y dame serenidad en

los trabajos de cada día


●para que un día tenga

también yo la alegría
●de vivir contigo en el

Reino que nos tienes


prometido.
● * * * Amen * * *

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