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APOLOGÍA DE SÓCRATES

Jefe de Práctica: Jonathan Alvarado


1. La búsqueda de Sócrates: El oráculo de Delfos
“¿Hay alguien más sabio que Sócrates?”
La búsqueda de Sócrates era responder cuál era el
significado de las palabras del oráculo, ya que
Sócrates no se consideraba poseedor de la
sabiduría.

“A causa de esta investigación, atenienses, me he creado


muchas enemistades, muy duras y pesadas, de tal modo
que ellas han surgido muchas tergirversaciones y el
renombre éste de que soy sabio. En efecto, en cada ocasión
los presentes creen que yo soy sabio respecto a aquello
que refuto a otro. Es probable, atenienses, que el dios sea
en realidad sabio y que, en este oráculo, diga que la
sabiduría humana es digna de poco o de nada” (La
Apología de Sócrates 23 a)
2. La acusación contra Sócrates: impiedad:
a) Corrompe a los jóvenes
b) No cree en los dioses de la ciudad, sino en otros dioses
Sócrates refuta a Meleto.
1) Meleto no se ocupa verdaderamente sobre los asuntos de los jóvenes 2) Meleto propone falsamente
que la posición de Anaximandro sobre los cuerpos celeste es la que enseña Sócrates.
3. Sócrates sigue al dios verdaderamente porque se ocupa de la labor del cuidado del alma.
¿Cuál es la propuesta ética del cuidado del alma? El examen de la vida. Una vida que no es examinada
no merece ser vivida.
“En efecto, atenienses, obraría yo indignamente, si, al asignarme un puesto los jefes que vosotros
elegisteis para mandarme en Potidea, en Anfípolis y en Delion, decidí permanecer como otro
cualquiera allí donde ellos me colocaron y corrí entonces, el riesgo de morir, y en cambio ahora, al
ordenarme el dios; según he creído y aceptado, que debo vivir filosofando y examinándome a mí
mismo y a los demás, abandonara mi puesto por temor a la muerte o cualquier otra cosa” (28 d –e)
4. Conflicto entre la política – filosofía. Figura del tirano y el filósofo
“En efecto, no hay hombre que pueda conservar la vida, si se opone noblemente a
vosotros (atenienses) o a cualquier otro pueblo y si trata de impedir que sucedan en
la ciudad muchas cosas injustas e ilegales; por el contrario, es necesario que el que,
en realidad, lucha por la justicia, si pretende vivir un poco de tiempo actúe privada
y no públicamente” (32 a)
La misión de Sócrates se centra en la enseñanza de la virtud, el cuidado del alma de
los ciudadanos para que la ciudad recibe el mejor bien.

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