TH 132 ¡Dios está presente! Vamos a postrarnos ante El con reverencia; En silencio estemos frente a su grandeza implorando su clemencia. Quien con El quiera andar su mirada eleve, votos le renueve. ¡Dios está presente! Y los serafines lo rodean reverentes; “Santo, santo, santo,” en su honor le cantan los ejércitos celestes. ¡Oh, buen Dios! Nuestra voz como humilde ofrenda a tu trono ascienda. Como el sol irradia sobre el tierno lirio que contento se doblega, Dios omnipotente ilumina mi alma y feliz yo te obedezca. Has que así, tú en mí seas reflejado, y tu amor probado. Gózate mi alma, cántale alabanzas e himnos con fe sumisa, Aleluya rinde al Señor eterno con los santos que le adoran, Pues, con bien y sin fin, somos bendecidos, y le alabaremos. Amén.