Está en la página 1de 14

TEOLOGIA PASTORAL

LAS ACTITUDES DEL PASTOR


• El trabajo pastoral es una labor compleja. Es una
responsabilidad que no exige únicamente una “acción
visible", sino orientación clara, motivaciones muy
definidas, actitudes positivas, comprensión y visión
panorámica, planeamiento y ejecución cuidadosa.
Todo ello precedido por una vida de estrecha relación
con quien guía a la iglesia, el Espíritu Santo, y una
capacidad cada vez mayor de discernimiento de la
mente y planes divinos para su cuerpo.
• Un pastor ya maduro, decía:
– “Perro joven late corriendo. Perro viejo late sentado”
• Creo que los años nos han mostrado que necesitamos
“latir” corriendo a veces y a veces sentados. Lo
importante, entonces, es saber por qué, para qué y
cómo se hacen las cosas. De aquí la necesidad de
considerar los fundamentos de nuestro ministerio
pastoral.
Presuposiciones teológicas
“Palabra fiel: Si alguno anhela obispado, buena obra
desea. Pero es necesario ... “ 1 Timoteo 3 : 1

• El fundamento del trabajo pastoral descansa en la


Palabra de Dios. La autoridad que reviste a esta labor
no procede de una simple tradición religiosa o cultural.
Ni tampoco se funda en un determinado sistema de
organización social, económico o político. El pastorado
tiene fundamentos propios que son de valor
permanente y universal.
l. DIOS ESTA PRESENTE Y ACTIVO EN EL MUNDO
• El Dios que la Biblia presenta creó los cielos y la tierra.
Creó al hombre y a la mujer. Y aunque no se le ve, “en
El vivimos, nos movemos y somos” (Hechos 17:28). El
pecado, al entrar al mundo, separó al ser humano de
Dios. Pero no alejó a Dios, ni lo hizo desinteresarse de
su obra; y mucho menos olvidarse de ella.
• Dios sigue presente en el mundo, y que su presencia
implica una acción que no tiene paralelo. Por eso
afirmamos que si bien la creación fue algo producido
por el amor, la sabiduría y el poder divino, ahora a
estos factores se suma otro: el dolor divino. La obra
suprema de Dios, la redención del mundo por medio
de su Hijo, fue toda una copa de amargura y de dolor.
• Por esto el ministerio pastoral es la labor de Dios en el
mundo y responde a las mas hondas aspiraciones
suyas. Entonces el trabajo pastoral está enmarcado en
el plan de Dios para la humanidad caída. No se origina
en los programas humanos sino en el programa divino.
• Es necesario reconocer sobre todo la enorme seriedad
e importancia que esta labor encierra. Toda persona
que sirve o aspira a servir en el pastorado debe
reconocer si su motivación proviene de otras
convicciones o fuentes, o si se centra concretamente
en la dimensión divina”.
2. HA Y UN PUEBLO ESPECIAL EN EL MUNDO
• Dios depende de su pueblo que ha comprado con la
sangre del Cordero (1 P. 2:9-10). La realización del plan
de Dios se va haciendo en una estrecha colaboración
entre El y sus redimidos.
• Es importante la posición y acción de los cristianos
sobre la tierra, Jesús dijo una vez que si “éstos callasen
las piedras hablarían”. Dios ha llamado a su pueblo
“testigos”, “sal” y “luz” del mundo, “embajadores”,
“pacificadores”, “linaje escogido”, “real sacerdocio”,
“nación santa” y muchos otros calificativos (Hch. 1:8;
Mt. 5:9, 13-16; 2 Co. 5:20; 1 P. 1 :9-1O).
– El pueblo de Dios no sólo vive para creer. Cree y vive para
servir (Ef. 2:1 0).
• Este pueblo debe conocer profundamente a Dios. Debe
ser compañero de Dios. Debe conocer los planes de
Dios. Y debe identificarse y comprometerse en la acción
de Dios.
• La obra pastoral se funda también en este principio.
Reconoce la realidad terrena de un pueblo que está
vinculado a la realidad de un Dios presente y activo en el
mundo.
• El pastorado se ve, entonces, como una empresa de
implicaciones eternas en la cual se dan la mano Dios y el
ser humano. En ella sufren y gozan juntos Dios y sus
hijos. En ella trabajan hombro a hombro Dios y sus hijos.
Y en ella triunfarán y disfrutarán eternamente Dios y sus
herederos.
3. EL PUEBLO DE DIOS NECESITA DIRECCION
• Al ser tan grande la tarea de Dios y la tarea de
su pueblo en la tierra se necesita orientación.
• Por estar constituido por seres humanos,
aunque arrepentidos, a veces la fuerza del
pecado y del mundo nos hace perder de vista
nuestros objetivos primordiales. Y a veces el
cansancio, propio del ser humano, hace que se
rehúya la lucha, o que se refugie en un lugar de
seguridad y comodidad (Mt. 5:13; He. 10:35-
39).
• El Espíritu Santo, es el Guiador del pueblo reparte
dones a “cada uno”" (1 Co. 12:7; 1 P. 4:10). Pero
también da ministerios la iglesia como son los
apóstoles, los profetas, los evangelistas, los pastores y
maestros (Ef. 4:11) Ellos dan la dirección al pueblo
Algunos acostumbran decir que si Jesús es la cabeza
de la iglesia y ésta es su cuerpo, el ministerio (en este
caso los pastores) viene a constituir el cuello. Es el
vínculo entre Jesús y su pueblo a fin de que marchen y
trabajen juntos.
• Dios quiere que su pueblo crezca en número por la vía
del arrepentimiento y fe en Jesús, para que la visión
apocalíptica de una multitud incalculable sea una
realidad (Ap. 7:9-17). Pero El igualmente quiere que no
solo crean y se salven El quiere que se formen a la
imagen de su hijo (2 Co. 3: 18; Ef. 4: 13). Y El quiere
que aprensan a edificar y a sobreedificar el edificio de
Dios (1 Co. 3:9-15). Al pueblo de Dios hay que
guiarlo hacia esos “pastos”.
• El fundamento bíblico del pastorado es muy
serio. Reclama de los pastores antes que ser
servidores, ser verdaderos seguidores e
imitadores de Jesus ( 1 Co. 11: 1). Reclama de
ellos ser modelos de la congregación. Reclama
de ellos ser visionarios, porque sin visión el
pueblo perece. Reclama de ellos tener una
visión dinámica de la iglesia para
comprometerla en los planes de Dios.
• Reclama no dejarse llevar por actitudes
personales o colectivas que quieren hacer de la
iglesia otra cosa de lo que Dios ha propuesto.
Requiere también que los pastores conocer su
cultura, su idiosincrasia. Y así, con los principios
de la Palabra divina y con la dirección del Espíritu,
forjar una acción pastoral fiel a la voluntad divina
adecuada a la situación a donde vive. Y reclama
capacidad para motivar, capacitar y movilizar al
pueblo en los propósitos celestiales. (Ef. 4:12).
• Desde este punto de vista pensamos en los pastores
como quienes han sido puestos por el Espíritu Santo en
una congregación para guiarla, y están convictos de tal
cosa (Hch. 20:28)
• A los pastores de ·hoy Dios nos hace presente la
exhortación dada a un obrero del primer siglo:
– Decid a Arquipo: Mira que cumplas el ministerio que
recibiste en el Señor. Col. 4:17.

• Costas Orlando. “Hacia una teología de la evangelización”,


Buenos Aires: La Aurora, 1973, 306 pp .

También podría gustarte