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Drácula comienza con el diario que el abogado inglés Jonathan Harker escribe mientras viaja desde

Inglaterra hasta Europa del Este. Harker está viajando al castillo de un noble de Transilvania
conocido como el Conde Drácula con el fin de venderle una propiedad en Londres. Haker está
tomando nota de todo lo que ve en el viaje para poder contárselo a su novia Mina Murray.

En la primera entrada del diario, fechada 3 de mayo, Harker describe varios paisajes de Europa del
Este y comenta sobre algunos exóticos platos que ha probado durante la travesía. Harker llega a un
pueblo norteño de Rumania llamado Bistritz y se aloja en un hotel que el Conde Drácula le ha
recomendado. El hostalero le entrega a Harker una carta en la que el conde le da la bienvenida a los
bellos Montes Cárpatos y le informa que debe tomar el próximo carruaje hasta el Paso Borgo donde
otro carruaje lo llevará hasta el castillo. Harker anota ciertas anécdotas sobre el Paso Borgo. Por
ejemplo, que ha sido escenario de grandes masacres a lo largo de los siglos.

A la mañana siguiente, mientras Harker se preparaba para partir, la esposa del hostalero le advierte
que hoy es el Día de San Jorge, día en que se desatan todas las cosas malas del mundo, y a
continuación le pone un crucifijo en el cuello. Harker acepta amablemente el crucifijo, pero esta
advertencia lo ha dejado un poco perturbado. Poco después, un conjunto de campesinos llega al
hostal mientras Harker aborda el carruaje. Están profiriendo palabras incomprensibles, cuyo
significado traduce Harker con la ayuda de un diccionario: “hombre lobo” o “vampiro”.
Cuando parte el carruaje, todo el mundo hace la señal de la cruz, gesto este que, según explica otro
de los viajeros, tiene como fin evitar el mal de ojo.

En su viaje por el Paso Borgo, Harker disfruta de una paisaje sin igual. Ya al atardecer, es posible
ver a ambos lados del camino varios grupos de campesinos rezando de rodillas en diversos
santuarios. Uno de los viajeros pierde la calma y le pide al cochero que acelere la marcha. El
cochero azuza los caballos con un látigo y el carruaje se pierde a todo velocidad por la vía
montañosa. Uno a uno, los pasajeros le obsequian pequeños amuletos a Harker. Este asume que
sirven para evitar el mal de ojo.

El carruaje llega pronto al Paso Borgo, pero no está el otro carruaje que llevaría a Harker a su
destino final. Justo cuando el cochero le ofrece a Harker llevarlo de vuelta el día siguiente, aparece
un pequeño carruaje tirado por dos caballos. Harker aborda el carruaje y continúa su camino hasta
el castillo. Tiene la impresión de que el carruaje está recorriendo el mismo camino una y otra vez, lo
que le produce un gran temor. Harker se asusta varias veces con el aullido de varios lobos.

A un cierto punto, Harker mira por la ventana del carruaje y ve una llama azulada que arde desde la
distancia. El cochero detiene el carruaje sin explicación, mira la llama y, finalmente, reanuda la
marcha. Harker cuenta que hubo varias ocasiones similares y que, a un cierto punto, el cochero se
bajó y colocó varias rocas alrededor de una de las llamas. A Harker le pareció que podía ver la llama
a través del cuerpo del cochero. Finalmente, y paralizado de miedo, Harker llega en la noche al
castillo.
En este capitulo encontramos que Harker yace fuera del castillo de Drácula mientras piensa en la
aventura que ha vivido. Tras esperar un rato, el conde aparece y le da la bienvenida. Es un hombre
alto y tiene el rostro bien afeitado salvo por un bigote blanco. Al estrechar las manos, Harker nota
no sólo la fuerza de Drácula sino, además, que la mano del conde está fría como la de un hombre
muerto. Aún así, la bienvenido del conde es tan calurosa que Harker pierde el miedo. Harker entra
al castillo y cena frente al fuego. Mientras conversan, Harker detalla la fisionomía de Drácula: orejas
puntiagudas, piel muy pálida y dientes muy afilados. El nerviosismo de Harker regresa.

Al día siguiente, Harker se despierta y consigue una nota que le ha dejado Drácula en la que este se
excusa por el día. Sin más que hacer, Harker disfruta de un buen desayuno a pesar de que no hay
sirvientes. Luego, revisa un poco su dormitorio y la habitación contigua. El castillo está repleto de
mobiliario muy costoso y de tapetes finísimos, y cuenta con una biblioteca muy bien surtida. Pero
no hay espejos en ningún lugar.

Esa noche, Drácula se reúne a hablar con Harker en la biblioteca, pues está ansioso de aprender el
inglés antes de mudarse a su nueva propiedad. Ambos conversan sobre la existencia de espíritus
malignos en Transilvania. Harker describe la casa que el conde ha comprado: es una vieja mansión
llamada Carfax completamente aislada. En las cercanías sólo hay un manicomio y una vieja capilla.
La conversación continúa hasta la madrugada, pero Drácula se va abruptamente al alba. El extraño
comportamiento del conde aumenta la preocupación de Harker conde aumenta la preocupación de
Harker.
.

Al día siguiente, Drácula interrumpe a Harker mientras este se afeita. Harker es


tomado por sorpresa y accidentalmente se corta. Mientras mira el espejo, se da
cuenta de que el conde no está reflejado en el mismo. A Harker también lo extraña la
reacción del conde ante la sangre. El conde se lanza contra la garganta de su
huésped, pero se controla cuando toca las cuentas del crucifijo que pende del cuello
de Harker. Tras advertirle de los peligros de cortarse en este país, Drácula lanza el
espejo por la ventana. Una vez solo, Harker desayuna y nota que nunca ha visto
comer a su anfitrión. Sus sospechas aumentan, así que decide seguir explorando.
Pero todas las puertas están cerradas con llave. Harker se da cuenta de que es un
prisionero en el castillo del conde.
Seguimo en este …para esa misma noche, Harker le pregunta a su anfitrión un poco sobre la
historia de Transilvania. Drácula habla con entusiasmo de su país y de las glorias de su
familia. Durante los siguiente días, el conde le pregunta a Harker por las costumbres
inglesas. Además, le pide a Harker que les escriba tanto a su prometida como a su jefe para
informarles que se quedaría un mes más en Transilvania. Harker acepta porque se siente
comprometido con el conde. Antes de irse a sus aposentos, Drácula le advierte a Harker que
nunca se quede dormido sino en su dormitorio. Harker cuelga el crucifijo sobre la cama y
decide seguir explorando el castillo. Se pregunta qué tipo de criatura es el conde y teme que
no tendrá escapatoria.

Una noche, Harker rompe la cerradura de una puerta y entra a la habitación. Sin hacer caso
de la advertencia del conde, se queda dormido. Harker recibe la visita (en un sueño o no, no
sabe) de tres hermosas mujeres con labios rojos y dientes afilados. Las mujeres se le
acercan y le producen un deseo incontrolable. Pero justo cuando una de las mujeres se
agacha y besa a Harker en el cuello, Drácula aparece y les ordena a las tres mujeres que se
vayan. “Cuando yo haya terminado con él, lo podrán besar a voluntad”, les dice. Para
consolar a las mujeres, Drácula les ofrece una bolsa en la que hay un niño medio asfixiado.
Las mujeres desaparecen de la habitación y Harker pierde la conciencia.
Harker despierta en su cama sin saber si lo ocurrido la noche anterior fue un sueño o no.
Varios días después, Drácula le pide a Harker que les escriba tres cartas tanto a su prometida
como a su jefe, y que las feche 12 de junio, 19 de junio y 29 de junio, a pesar de que sólo es
el 19 de mayo. El conde le pide a Harker que les diga que ha dejado el castillo y que está en
camino a casa.

Mientras tanto, un grupo de gitanos llega al castillo y Harker, esperando una oportunidad
para escapar, decide pedirles que le lleven una carta a Mina. Harker le da la carta a un gitano
a través de los barrotes de la ventana. Más tarde, Drácula aparece con la carta en las manos
mientras le reclama a Harker que este haya traicionado la hospitalidad del conde. Finalmente,
Drácula quema la carta.

Una semana más tarde, a mediados de junio, Harker continúa prisionero. Otro grupo de
gitanos llega al castillo y Harker ve que estos descargan de la carreta unas cajas largas de
madera. Otro día, Harker sorprende a Drácula mientras este se desliza por el castillo con un
traje que a aquel se la había perdido misteriosamente. Drácula carga un paquete muy
parecido al que anteriormente habían devorado las tres mujeres y esto convence a Harker de
que su anfitrión está usando el disfraz para cometer hechos terribles.

Más tarde, ese mismo día, una mujer visiblemente angustiada aparece en la puerta del
castillo y comienza a pedir por su hijo. Una jauría de lobos aparece de la nada y devoran a la
mujer.
Ya desesperado, Harker decide escalar una parte de la muralla del castillo para poder llegar
al dormitorio de Drácula durante el día. Una vez en el dormitorio, Harker se da cuenta de que
este está completamente vacío salvo por algunas piezas de oro. Harker descubre una
escalera sinuosa y oscura, que lleva a un túnel. Harker decide aventurarse y descubre
cincuenta cajas llenas de tierra. Abre varias de las cajas y descubre que el conde está
dormido o muerto en una de estas. Aterrorizado, Harker regresa a su habitación.

El 29 de junio, Drácula le promete a Harker que este se podrá ir al día siguiente; pero Harker
le pide que lo deje ir inmediatamente. Si bien su anfitrión acepta y abre la puerta, la partida
de Harker se ve frustrada por una jauría de lobos. Más tarde, Harker escucha al conde
diciendo: “¡Esta noche será mío. Mañana será vuestro!” Harker abre la puerta de su
dormitorio y encuentra las tres mujeres. Acto seguido, regresa a su habitación y reza por su
vida.

A la mañana siguiente, Harker se despierta temprano y se dirige de nuevo a la habitación del


conde. Drácula duerme como antes, pero se ve más joven y radiante. Harker se da cuenta,
además, de que el conde tiene dos hilos de sangre que le corren por las comisuras de la
boca. Harker toma una pala con la intención de matar al vampiro, pero el golpe no parece
hacerle nada. Harker decide tomar parte del oro de Drácula y trata de escapar por la muralla
del castillo.
Este capítulo consiste en varias cartas y notas del diario. Mina Murray y su amiga Lucy
Westenra están en Inglaterra e intercambian correspondencia en la que hablan de sus
romances. Mina es la asistente de la directora de una escuela y su deseo de satisfacer a su
futuro esposo la ha llevado a estudiar taquigrafía y mecanografía. Anuncia con alegría que
su esposo le ha escrito que ya está camino a casa. Lucy responde con una historia sobre
sus amoríos. Ha recibido propuestas de matrimonio de varios hombres: el Dr. John Seward,
director de un manicomio de Londres y un millonario estadounidense llamado Quincey
Morris, entre otros. Sin embargo, su corazón le pertenece a un caballero llamado Arthur
Holmwood, cuya propuesta aceptó.

Tras la correspondencia de ambas mujeres aparecen una entrada del diario del Dr. Seward.
El doctor admite que lamenta el rechazo de Lucy. Además, señala que está ocupado con un
nuevo paciente muy interesante llamado Renfield. A continuación, aparece una carta de
felicitaciones que le envía Quincey Morris a Arthur Holmwood.
Mina describe en su diario un paseo que hizo junto a Lucy a un pintoresco pueblo llamado
Whitby, ubicado en la costa noreste de Inglaterra. Se dice que la abadía en ruinas del pueblo
está encantada. El Sr. Swales, un viejo residente del área traba amistad con las dos mujeres y
se burla de esta historia. Según Swales, la mayoría de las tumbas del cementerio de Whitby
están vacías porque quienes debían ocuparlas se perdieron en el mar. Swales parte y Mina
escucha los planes de matrimonio de Lucy. Luego, se da cuenta que no ha sabido nada de
Jonathan desde hace un mes.
John Seward continúa escribiendo en su diario sobre el curioso caso de Renfield. Este
paciente tiene el extraño hábito de consumir criaturas vivas. Usa azúcar de señuelo para
atrapar moscas; usa moscas para atrapar arañas; y, usa arañas para atrapar gorriones. Se
deleita viendo cómo una criatura consume a la otra, y cree que él mismo se vuelve más fuerte
comiéndose estas criaturas. Seward diagnostica que Renfield es un zoófago, es decir, un
maníaco que quiere absorber tantas vidas como pueda.

Mientras tanto, la ansiedad de Mina aumenta ante la desaparición de su novio y, además, por
el hecho de que Lucy es ahora sonámbula. Aunque se ve saludable, Lucy está siempre
ensimismada. Mientras caminaba por ahí un día, Mina se topa con el Sr. Swales y este le
comenta que tiene la sensación de que él morirá pronto. Aún así, Swales le asegura que no le
tiene miedo a la muerte y que esta es lo único que tenemos por seguro. Mina y el Sr. Swales
ven un barco a la deriva como si nadie estuviera al timón. A juzgar por el tipo de barco, se
trata de una embarcación rusa y Swales comenta que pronto sabrán más del mismo.
Dos artículos de periódico indican que el barco avistado por Mina y el Sr. Swales, de nombre
Demeter, encalló en la costa cerca de Whitby durante una terrible tormenta. La tripulación ha
desaparecido salvo por el capitán, que fue encontrado sin vida y atado al timón; sujetaba un
crucifijo. Cuando el barco encalló, un inmenso perro salió de la bodega y desapareció en el
campo. La carga del Demeter consiste en varias cajas de madera, que iban destinadas a un
residente de Whitby.
Algunas entradas en el diario de abordo describen la travesía del barco desde el puerto ruso
de Varna hasta Inglaterra. Todo comenzó bien, pero, diez días después, desapareció un
miembro de la tripulación. Poco después, un marinero vio un hombre alto y delgado que sin
duda no era parte de la tripulación. No hay polizones en el barco, como lo revela una
búsqueda exhaustiva realizada en el mismo. Aún así, todos los días desaparece un
marinero. La tripulación está aterrada y el primer oficial comienza a perder la cabeza. Para
cuando el barco llega a Inglaterra, sólo quedan cuatro hombres. Una densa neblina cubre el
barco y les impide llegar a puerto. Después de que desaparecen dos marineros más, el
primer oficial decide buscar al intruso. Pero termina saliendo a toda prisa de las bodegas y
se lanza al mar. Esa misma noche, con el fin de enfrentar a este demonio o monstruo, el
capitán decide amarrarse al timón y permanecer en el barco hasta el final.
La narración vuelve al diario de Mina. Esta describe la noche de la tormenta, su temor por la
suerte de Jonathan y su preocupación por Lucy, que sigue caminando dormida. El día del
funeral del capitán, Mina informa que Lucy está cada vez más intranquila. Mina cree que esto
se debe a la reciente muerte del Sr. Swales, quien fue encontrado muerto. Tenía el cuello
roto y una expresión de horror.
El 10 de agosto, Mina se levanta y descubre que la cama de Lucy está vacía. Sale de la casa y ve que Lucy
está sentada en el patio de la iglesia y que una figura oscura se inclina hacia ella. Mientras Mina se acerca,
la figura voltea y deja ver su rostro pálido y ojos rojos. Pero la figura ya ha desaparecido cuando Mina llega
al lugar. Lucy parece estar dormida pero tiene dificultades para respirar, así que Mina la cubre con un chal y
la lleva a casa. Cuando Lucy se despierta, Mina descubre que su amiga tiene dos puntos rojos en el cuello,
y supone que ella misma la debe haber pinchado mientras le ponía el chal.
Lucy trata de caminar dormida otra vez las siguientes dos noches, pero Mina lo evita cerrando la puerta
con llave. Más tarde, las dos mujeres van a caminar. A la puesta delsol, ven una figura oscura en el
cementerio. Lucy nota el destello rojo que despiden los ojos de la figura. En la noche, Mina se despierta y
encuentra a Lucy sentada en la cama y apuntando a la ventana. Mina mira por la ventana y ve un gran
murciélago que vuela a la luz de la luna. Cuando se voltea, descubre que Lucy está durmiendo
tranquilamente. Durante los siguientes días, Lucy se pone más pálida y demacrada, y las dos heridas en su
cuello crecen. A Mina le preocupa el estado de su amiga. También le preocupa la mamá de Lucy, incapaz de
soportar la ansiedad que le produce el estado en que está Lucy. Finalmente, le preocupa Jonathan Harker,
que continúa desaparecido.
A continuación, viene una carta de un abogado de Whitby, en la que esta ordena que las cajas de tierra del
Demeter sean enviadas a Carfax, la mansión comprada por Drácula. Volvemos al diario de Mina. La salud de
Lucy parece mejorar. Llegan noticias de que Jonathan apareció en un hospital de Budapest, en Hungría, y
que sufre de fiebre. Mina se prepara para viajar y reunirse con Harker.

La narración continúa con algunas notas de John Seward sobre su paciente Renfield. Este se ha vuelto
violento y fanfarrón. Le dice al doctor que el “maestro está cerca”. Una noche, Renfield escapa y corre
hasta Carfax. El Dr. Seward lo encuentra tocando la puerta de la mansión y llamando a su amo. Los
enfermeros colocan a Renfield de nuevo en su celda. Renfield le ruega a su amo que tenga paciencia.
Mina escribe desde Budapest. Le cuenta a Lucy que Jonathan ha cambiado mucho. Está en muy mal estado y no
recuerda nada de lo que hizo en Transilvania. La enfermera le confía a Mina que Jonathan a veces delira y dice
cosas espantosas. Jonathan todavía tiene su diario y sabe que es la clave para saber por qué le dio la fiebre. Le
da el diario a Mina, pero le pide que nunca hable del contenido del mismo a menos que sea necesario. La pareja
decide casarse inmediatamente y Mina sella el diario con cera. Lucy le envía a Mina una carta de felicitación.

Mientras tanto, Renfield se ha vuelto más dócil y repite constantemente: “No puedo esperar más”. Sin embargo,
unos días después, se vuelve a escapar y aparece en la puerta de la capilla de Carfax. Cuando el Dr. John
Seward y sus ayudantes lo tratan de reducir, Renfiel los trata de atacar, pero se calma al ver un gran murciélago
que revolotea bajo la luna.

Lucy comienza a escribir un diario en el que cuenta algunas pesadillas. Asimismo, cuenta que algo ha arañado
su ventana en la noche. Preocupado porque Lucy está otra vez pálida y débil, Arthur Holmwood le escribe al Dr.
Seward para pedirle que la examine. Seward la examina, pero concluye que la enfermedad e Lucy está más allá
de sus conocimientos. Así que manda a llamar a su ex maestro, el reconocido profesor Van Helsing, de
Ámsterdam, para que examine a la mujer. Tras su llegada, Van Helsing examina a Lucy y parte inmediatamente a
casa. Pidió que lo mantuvieran informado vía telegrama de la salud de Lucy. Le dice a Seward que no está
seguro de cuál es la causa de la enfermedad de Lucy, pero le revela que esta ha perdido mucha sangre.

Mientras tanto, Renfield continúa con su hábito de cazar moscas. Sin embargo, cuando el doctor lo viene a ver,
suelta todas las moscas y dice que está harto de ellas. Lucy parece mejorar durante unos días, tal y como relata
un telegrama que le envía Seward a Van Helsing. Sin embargo, el 6 de septiembre empeora terriblemente, y el
doctor le ruega a su maestro que venga inmediatamente
Seward y Holmwood están preocupados por la salud de Lucy. Cuando Van Helsing
aparece, la encuentra terriblemente pálida e incapaz de respirar bien. Le hace una
transfusión con sangre de Holmwood. El doctor examina las heridas en el cuelo de Lucy.
Aunque no sabe cómo se produjo estas heridas, Seward está convencido de que Lucy ha
perdido mucha sangre por ellas. Van Helsing le ordena a Seward que permanezca
despierto con Lucy esta noche. El joven doctor obedece y Lucy se despierta en mejores
condiciones.
.
Sin embargo, la siguiente noche Seward está exhausto y se queda dormido mientras
vigila a Lucy. A la mañana siguiente, descubren que Lucy está pálida y sin fuerzas.
Seward le hace otra transfusión, pero esta vez con su propia sangre. Mientras trata de
dormir, Seward piensa en las heridas del cuello de Lucy. En la tarde, llega un gran paquete
para Van Helsing. Contiene flores de ajo blanco. Van Helsing le pide a Lucy que se las
ponga alrededor del cuello. Ante la mirada escéptica de Seward, Van Helsing coloca flores
alrededor de toda la habitación y le asegura a Seward que ahora Lucy sí podrá dormir en
paz.
En la mañana, Van Helsing y el Dr. Seward regresan a la residencia de Westenra. Los recibe la
mamá de Lucy y esta les comenta que recogió todas las apestosas flores durante la noche y
que abrió la ventana para que entrara aire fresco. Una vez que la Sre Westenra sale de la
habitación, Van Helsing casi se desmaya. Lucy está casi muerta. Una transfusión de sangre
de Van Helsing la resucita. Van Helsing le advierta a la Sra. Westenra que nunca vuelva a
remover nada de la habitación de Lucy. Durante los próximos cuatro días todo sigue sin
novedad. Lucy se siente mucho mejor.

Un reportaje del Pall Mall Gazette indica que se ha escapado un gran lobo del zoológico. El
animal regresa a la mañana siguiente cubierto de fragmentos de vidrio. La entrada del diario
de Seward del 17 de septiembre señala que Renfield lo atacó: le hizo una cortada en la
muñeca y le lamió la sangre mientras repetía una y otra vez: “¡La sangre es vida!”

Van Helsing le envía ese día un telegrama a Seward en el que le pide que pase la noche con
Lucy. Pero el mensaje se retrasa y no llega sino a la mañana siguiente. El 17 de septiembre,
la noche en que escapó el lobo, Lucy se despierta asustada por un aletazo en su ventana y
por el aullido de un lobo. La Sra. Westenra también se asusta con el ruido y corre a la
habitación de su hija. De repente, la ventana se vuelve añicos y aparece la cabeza de un
inmenso lobo.
Aterrorizada, la madre de Lucy le quita del cuello a su hija la guirnalda de ajos y sufre de
un ataque al corazón. A medida que Lucy pierde la conciencia, ve que el lobo saca la
cabeza de la ventana. Las cuatro criadas de la casa entran y se aterrorizan con lo que le
ha pasado a la Sra. Westenra. Las mujeres regresan al comedor y beben un poco de vino,
pero este está envenenado y todas se desmayan. Lucy, indefensa y sola, esconde el diario
en su corpiño con la esperanza de que alguien lo consiga cuando la vayan a enterrar.
Al día siguiente, Van Helsing regresa a la mansión Westenra y, junto a Seward, encuentra una
escena terrible: las criadas inconscientes en el suelo del comedor, la Sra. Westenra muerta y
Lucy, de nuevo, a las puertas de la muerte y con una terribles heridas en el cuello. Ninguno de
los dos hombre puede donarle más sangre. Pero aparece el tercer pretendiente de Lucy,
Quincey Morris, y acepta donarle la sangre. Extrañado, Morris pregunta qué ha sido de toda la
sangre que ya le han donado a Lucy. En eso, llega Holmwood. La muerte de su padre y de la
Sra. Westenra, así como la enfermedad de Lucy, lo tienen abatido. Pero su presencia mejora el
ánimo de su prometida.

Aún sin saber todo lo ocurrido, Mina le escribe una carta a Lucy informándole que ella y
Jonathan se acaban de casar y que ya regresaron a Inglaterra. El asistente del Dr. Seward le
escribe a este para informarle que Renfield se volvió a escapar y que atacó a dos hombres que
cargaban una cajas de tierra de Carfax. Van Helsing rodea de ajo a su paciente, pero esta se
quita las flores y se queda dormida. Mientras Seward vigila a Lucy esa noche, nota que hay un
murciélago que vuela cerca de la ventana. Durante la mañana del 20 de septiembre, las heridas
de Lucy desaparecen. Los doctores presienten que Lucy está a punto de morir y despiertan a
Holmwood para que este se despida de ella. Con una voz extrañamente seductora, Lucy le pide
a Holmwood que la bese, pero Van Helsing lo hala y le dice que la bese sólo en la frente.
Holmwood acata las instrucciones de Van Helsing. Finalmente, Lucy muere y recupera su
belleza.
Continúa el diario de Seward. Este describe el funeral de Lucy. Antes del funeral, Van
Helsing cubre el ataúd y el cuerpo con ajos, y coloca un crucifijo en la boca de Lucy. Le
dice a un Seward visiblemente confundido que, tras el funeral, deben cortarle la cabeza a
Lucy y sacarle el corazón. Sin embargo, al día siguiente, Van Helsing descubre que
alguien se ha robado el crucifijo y le dice a Seward que lo otro tendrá que esperar.
Holmwood (que desde la muerte de su padre es conocido como Lord Godalming) tiene el
corazón roto y busca consuelo en Seward. No puede creer que Lucy esté muerta. Van
Helsing le pide a Holmwood los papeles personales de Lucy, pues tal vez estos contengan
la clave de su muerte.

Mientras tanto, Mina escribe en su diario que ella y Jonathan acaban de ver en Londres un
hombre alto con bigote negro y barba. Jonathan está convencido de que se trata del
Conde Drácula. Molesto, Jonathan se acuesta a dormir y, al despertar, no recuerda nada.
Preocupada por la salud de su esposo, Mina decide leer el diario que este escribió en
Transilvania.
Esa misma noche, Mina recibe un telegrama informándole que Lucy ha muerto. A este
mensaje le sigue un fragmento de un periódico local en el que se reporta que varios niños
han sido temporalmente secuestrados en Hampstead Heath (la zona en que fue enterrada
Lucy) por una extraña mujer que los niños llamaban la “señora hermosa”. Cuando los
niños regresaron a casa, tenían extrañar heridas en el cuello.
Mina está horrorizada con el contenido del diario de su esposo. Cuando Van Helsing la
visita para hablar sobre algunos hechos de la muerte de Lucy, Mina está tan
impresionada que le da el diario de Jonathan. Van Helsing lee el diario y se reúne con la
pareja al día siguiente. Poco a poco, Jonathan comienza a recordar su estadía en
Transilvania. Cuando se da cuenta de que Drácula debe haber viajado a Inglaterra,
Harker decide comenzar otro diario.

Seward informa que Renfield volvió a su hábito de cazar moscas y arañas. Van Helsing
visita al joven doctor y le enseña el reportaje de la “señora hermosa”. Los niños
siempre reaparecen con heridas en el cuello parecidas a las de Lucy. Aunque Seward
no ve la conexión, su mentor lo urge a creer en algo sobrenatural; algo que no puede
explicar la razón. Van Helsing concluye que la responsable de la marcas en los cuellos
de esos niños es Lucy.
Seward se siente abatido con la sugerencia de Van Helsing. Sin embargo, continúa la
investigación por respeto a su maestro. Los dos visitan uno de los niños heridos y descubren
que las marcas son muy parecidas a las de Lucy. Esa misma noche, Seward y Van Helsing
abren el ataúd de Lucy pero lo encuentran vacío. Seward sugiere que esto debe ser obra de un
profanador de tumbas. Pero Van Helsing le pide que haga guardia por una parte del cementerio.

Cerca del amanecer, Seward nota que algo se mueve entre los árboles. Tanto Seward como Van
Helsing se acercan y descubren un niño muerto. Seward aún no admite que Lucy sea
responsable de esto. Pero cambia de parecer cuando regresan y encuentran a Lucy radiante en
su ataúd. Van Helsing le explica que Lucy es un “no muerto” e insiste en que le llenen la boca
de ajo, la decapiten y le claven una estaca en el corazón. Los dos hombres se reúnen con
Arthur Holmwood y Quincey Morris, y Van Helsing les explica la situación. Holmwood se niega a
mutilar el cuerpo de su prometida, pero finalmente acepta acompañarlos a la tumba.
Esa noche, los cuatro hombres van a la tumba de Lucy y la encuentran vacía. Van
Helsing sella la puerta de la tumba con hostias para que la vampira Lucy no vuelva a
entrar. Luego los hombres se esconden a esperar. Finalmente, aparece una figura
vestida completamente de blanco y cargando un niño. Es Lucy o, más bien, un
monstruo que se parece a Lucy, con ojos llenos de fuego y la boca manchada de
sangre. Los hombres la rodean, ella deja caer al niño y llama apasionadamente a
Holmwood. Holmwood comienza a moverse, pero Van Helsing se pone entre los dos y
blande un crucifijo. Lucy retrocede. Van Helsing retira con cuidado las hostias y la
vampira entra a la tumba.

Tras presenciar esta escena, Holmwood acepta el plan de Van Helsing. La noche
siguiente él mismo le clava una estaca en el corazón a Lucy. Esta recobra su belleza y
Van Helsing le asegura a Holmwood que acaba de salvar el alma de Lucy de las
tinieblas. Ahora podrá descansar el paz. Antes de partir, Van Helsing fija una cita para
dentro de dos noches para que puedan discutir sobre la terrible tarea que tienen entre
manos.
A pedido de Van Helsing, Jonathan y Mina Harker deciden quedarse en el
manicomio junto a Seward. Mina transcribe a máquina el diario de Seward. Este lee
los diarios de Harker y se da cuenta por primera vez de que tal vez Drácula sea su
vecino y de que puede haber una conexión entre la proximidad de vampiro y el
comportamiento de Renfield. Este último está en calma por los momentos, pero
Seward se pregunta si esta tranquilidad tendrá algo que ver con el paradero de
Drácula.

Mientras tanto, Jonathan investiga sobre las cincuenta cajas de tierra que fueron
enviadas desde Transilvania hasta Inglaterra y descubre que todas tenían como
destino la capilla de la mansión Carfax. Le preocupa que algunas desaparecieron
en las últimas semanas. Mina nota que Harker pareciera haberse recuperado por
completo de su experiencia en Transilvania. Holmwood y Morris llegan al
manicomio. Holmwood sigue visiblemente trastornado con todo lo ocurrido.
CAPÍTULO XVIII:
Mina visita a Renfield con permiso de Seward. Antes de que esta entre, el lunático se traga toda
su colección de moscas y arañas, pero se comporta con mucha cortesía y parece muy racional.
Van Helsing llega al manicomio. Complacido de que los diarios y las cartas de Seward hayan
sido transcritos a máquina y ordenados, le da las gracias a Mina, pero la exime de cualquier
tarea que tenga que ver con eliminar a un vampiro: “¡Esa no es tarea para ninguna mujer!”

Van Helsing reúne a todos los presentes y les relata la leyenda del Nosferatu, el “no muerto”.
Dice que este tipo de criaturas son inmortales e inmensamente fuertes; tienen poder sobre
varios animales y elementos; y puede desvanecerse o cambiar a voluntad. Sin embargo, también
tienen ciertas debilidades: no pueden sobrevivir sin sangre; no pueden entrar a un casa a menos
que esto se les pida expresamente; y, pierden su poder al amanecer (y deben buscar refugio en
el subsuelo o en un ataúd) y ante los crucifijos, las hostias y otros objetos sagrados. Van
Helsing continúa diciendo que para matar a Drácula deben primero conseguir las cincuenta
cajas de tierra. También señala que, para evitar poner a Mina en peligro, esta no debe conocer
los detalles del plan.

Todo el grupo visita a Renfield y este les pide de la manera más racional posible que lo suelten o
correrán con terribles consecuencias. Pero Seward no le concede la petición temiendo que este
alarde de cordura no sea más que otra fase de la locura de Renfield.
Los hombres viajan hasta la mansión Carfax armados con objetos sagrados. No hay ni
rastro de Drácula en la capilla; pero hay una terrible fetidez y los hombres consiguen
veintinueve de las cincuenta cajas de tierra. Para horror de todos, la capilla se comienza a
llenar de ratas. Los hombres se valen de un silbato para llamar a los perros y que estos
persigan a las ratas. Van Helsing está de buen ánimo a pesar de que faltan veintiún cajas.
Esperando poderle sacar información al lunático, Van Helsing trata de entrevistarlo, pero
este se rehúsa a cooperar y maldice al doctor.

Mina escribe en el diario sobre cómo aumenta su ansiedad. Una noche en el manicomio se
levanta tras escuchar unos extraños sonidos provenientes de la celda de Renfield y
descubre que su ventana está abierta a pesar de que estaba segura de haberla cerrado.
Mina mira por la ventana cómo la neblina se cierne sobre todo el manicomio, pero termina
durmiéndose. Poco después, se despierta y descubre que hay una columna de nubes en su
habitación. Mira un rostro blanco y lívido que se inclina hacia ella, pero asume que todo
esto forma parte de un sueño.
Las investigaciones de Harker revelan que doce de las cajas desaparecidas fueron
depositadas en dos casas de Londres. Las nueve cajas restantes fueron a parar a una
casa de Piccadilly, un suburbio de Londres. Harker y el resto de los hombres se
preguntan cómo harán para entrar a esta casa en un área tan populosa.

Seward cuenta que Renfield ha sufrido ciertos cambios de personalidad. El paciente


pareciera haber abandonado su interés por la zoofagia; sin embargo, retiera que “la vida
es todo lo que quiero”. Seward le pregunta a Renfield cómo dará cuenta de las almas que
este tiene planificado recolectar. Renfield se estremece con la pregunta y responde que
tiene suficiente de qué preocuparse como para pensar en almas. A la mañana siguiente,
los encargados del manicomio escuchan un grito y hallan a Renfield tirado en el suelo y
cubierto de sangre.
CAPÍTULO XXI:
Renfield admite que Drácula lo visitaba a veces y le exigía obediencia a cambio de moscas,
arañas y otras criaturas vivas. Más tarde, cuando Mina lo visita, Renfield se da cuenta de que
esta está pálida: Drácula le ha estado robando la vida. Cuando el conde se desliza esa noche
en la celda de Renfield, este se muestra enojado y trata de detenerlo, pero los ojos del
vampiro lo queman y sale disparado violentamente a través de la habitación. Drácula logra
irse del manicomio. Los cuatro hombres suben corriendo a la habitación de los Harker. La
puerta está cerrada con llave, así que la derriban y se encuentran con una terrible escena.
Jonathan yace inconsciente, Mina está arrodillada en el filo de la cama y el conde bebe
sangre de una herida que tiene esta en un seno. Drácula se voltea, sus ojos transmiten una
pasión endemoniada. Pero Van Helsing levanta una hostia y el conde retrocede. La luz de la
luna desaparece y los hombres encienden una lámpara a gas. Todo lo que queda del conde
es un vapor que escapa bajo la puerta. Morris lo persigue pero sólo consigue un murciélago
volando. Mientras tanto, los hombres descubren que el conde había tratado de destruir todos
los papeles y diarios. Afortunadamente, tienen todo por duplicado.

Mina y Jonathan vuelven en sí. Mina dice que se despertó aquella noche y encontró a
Jonathan inconsciente al tiempo que Drácula surgía de una bruma. El conde la amenazó con
matar a su esposo si ella hacía ruido. Drácula bebió sangre de su cuello mientras le decía
que no era la primera vez que lo hacía. Luego, abriéndose él mismo una herida en el pecho,
la obligó a beber su sangre.
CAPÍTULO XXII:
Harker escribe en su diario el final de la historia de Renfield. Antes de escapar del
manicomio, el conde visitó una vez más al lunático, le rompió el cuello y lo mató. Harker y
sus compatriotas fueron a la mansión Carfax al día siguiente y colocaron una hostia en
cada una de las cajas de tierra de Drácula, de modo que este no se pudiera meter en
ninguna. Pero antes de esto, Van Helsing sella la habitación de Mina con hostias. Le pasa
una hostia por la frente a Mina. La hostia le quema la piel y le deja una herida brillante. Mina
rompe a llorar porque se siente impura.
Los hombres consiguen las llaves de las demás casas que tiene Drácula en la ciudad.
Holmwood y Morris se apresuran a esterilizar las doce cajas que están almacenadas en
Londres, mientras que Harker y Van Helsing hace lo mismo con las cajas que están en
Piccadilly. Cuando llegan a Piccadilly, los hombres sólo consiguen ocho cajas: la novena
desapareció. Mina envía un mensaje en el que avisa que Drácula se ha ido de Carfax. Así que
los hombres anticipan que el conde llegará pronto a Piccadilly para proteger sus cajas. Los
hombres esperan y Drácula aparece. Sin embargo, dado que es de día, el conde no tiene
fuerzas. El equipo de Van Helsing intenta emboscarlo, pero Drácula salta por una ventana y
logra escapar.

A pesar de las burlas de Drácula, Van Helsing cree que el conde está atemorizado, pues sabe
que sólo le queda una caja para descansar. Van Helsing hipnotiza a Mina con el fin de que
esta le indique el paradero de Drácula. Una vez en trance, Mina indica que el conde ha partido
de Inglaterra por mar. Jonathan teme que el conde logre escapar y se esconda por muchos
años mientras Mina es convierte lentamente en un vampiro.
CAPÍTULO XXIV:
El equipo de Van Helsing descubre que el conde ha abordado un barco de nombre Zarina
Catherina con rumbo a Varna, el mismo puerto ruso del cual partió Drácula hace tres
meses. Van Helsing pronuncia un discurso en el que expresa la necesidad de acabar con
Drácula por el bien de la humanidad.

Los hombres hacen planes para interceptar a Drácula en Varna y Mina insiste en
acompañarlos, pues posee una conexión telepática con el conde que puede ser de gran
ayuda. Van Helsing accede y Harker se dedica a preparar el viaje.
CAPÍTULO XXV:
Antes de partir, Mina le pida a los hombres que le prometan liquidarla si termina
convirtiéndose en un vampiro. Los hombres juran solemnemente cumplir con el deseo de
Mina. El 12 de octubre, abordan el Expreso a Oriente y llegan a Varna, donde Van Helsing
hace todas las diligencias para poder abordar el Zarina Catherine a penas este llegue.

A medida que pasa el día, Mina se debilita. Tras más de una semana de espera en Varna, el
grupo recibe la noticia de que el barco en el que viaja Drácula no llegará a Varna sino a
Galatz. Mientras se preparan para abordar un tren con destino a Galatz, Van Helsing sugiere
que la conexión entre Mina y el conde los puede ayudar a preparar una emboscada.
Seward escribe en su diario mientras viaja de Varna a Galatz. Se da cuenta de que los trances
de Mina revelan cada vez menos, pero aún son de utilidad. El equipo espera llegar a Galatz
antes de que la caja sea descargada, pero ya es muy tarde. El capitán de Zarina Catherine les
informa que un hombre de negocios llamado Immanuel Hildesheim recogió la caja y se la dio a
un vendedor llamado Petrof Skinsky. Poco después, el cuerpo de Skinsky es hallado en el
cementerio y con la garganta abierta.

Mina investiga las posibles rutas que el conde usará para regresar al castillo, así que los
hombres se dividen. Mina y Van Helsing toman un tren; Holmwood y Harker abordan un barco a
vapor; y, Seward y Morris viajan a caballo por el campo. Van Helsing se dirige a toda prisa al
castillo del conde con la intención de purificarlo antes de que este último llegue.

Durante el viaje por el río, Jonathan y Arthur oyen hablar sobre una embarcación que les lleva
la delantera y deducen que este debe ser el medio de transporte de Drácula. Seward y Morris
van al galope en sus caballos. Mientras tanto, Mina escribe que ella y Van Helsing han llegado
al pueblo de Veresti donde se ven obligados a subir a una carruaje para llegar al castillo.
Van Helsing le envía un memorando a Seward en el que le indica que él y Mina han llegado al
Paso Borgo. Mientras continúan el camino hasta el castillo, Van Helsing descubre que ya no
puede hipnotizar a Mina. Esa misma noche, Van Helsing teme por la vida de Mina y la circunda
de una anillo de hostias desmenuzadas. Aparecen las tres vampiras que visitaron a Harker el
mes anterior. Tratan de que Van Helsing y Mina las sigan y asustan de tal manera al caballo que
este muere.

Van Helsing deja a Mina durmiendo dentro del círculo de hostias y continúa a pie. Llega al
castillo a la tarde siguiente. Encuentra las tumbas de las tres vampiras y queda paralizado por
la belleza de estas. Sin embargo, realiza los rituales necesarios para acabar con estas. Luego,
Van Helsing encuentra otra tumba, que tiene el nombre de Drácula inscrito. Finalmente, sella
las puertas del castillo con hostias para que el conde no pueda entrar al mismo más nunca.

Mina y Van Helsing dejan el castillo y viajan al este con la esperanza de encontrarse con los
demás. Hay una fuerte nevada y los lobos aúllan. Al caer el sol, ven desde lejos una carreta
grande conducida por gitanos. La carreta está cargada con una caja de tierra. Mina y Van
Helsing avistan a Seward, Morris, Harker y Holmwood acercarse a los gitanos. El sol está
cayendo rápidamente y los hombres interceptan la carreta. Los gitanos tratan de defender la
carga. Harker y Morris logran montarse a la carreta.
Harker lanza la caja al suelo. Morris recibe una herida pero ambos hombres logran levantar
la tapa de la caja. Seward y Holmwood apuntan sus rifles hacia los gitanos.

Desde lo lejos, Mina mira cómo cambia la expresión de Drácula: primero de odio, luego de
triunfo. Sin embargo, en ese mismo momento Harker le corta la garganta a Drácula al
tiempo que Morris hunde su cuchillo en el corazón del conde. Drácula muere y su cuerpo
se vuelve polvo. Morris está herido de muerte, pero antes de morir señala que la herida
que tenía Mina en la frente ha desaparecido.

Harker y Mina tuvieron un hijo llamado Quincey. Tanto Seward como Holmwood están
felizmente casados.

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