La leyenda cuenta que hace miles de años, los cerros de Tomé solían bailar juntos. Un día, el cerro El Morro se enamoró de la isla Quiriquina y dejó de bailar con los demás para esperar el día en que pudiera besarla. Desde entonces, los cerros de Tomé dejaron de bailar.
La segunda leyenda describe cómo en la época colonial, ladrones robaban oro de los barcos que viajaban a España y lo enterraban en los cerros de Pingueral. Un bandido llamado Críspulo bus
La leyenda cuenta que hace miles de años, los cerros de Tomé solían bailar juntos. Un día, el cerro El Morro se enamoró de la isla Quiriquina y dejó de bailar con los demás para esperar el día en que pudiera besarla. Desde entonces, los cerros de Tomé dejaron de bailar.
La segunda leyenda describe cómo en la época colonial, ladrones robaban oro de los barcos que viajaban a España y lo enterraban en los cerros de Pingueral. Un bandido llamado Críspulo bus
La leyenda cuenta que hace miles de años, los cerros de Tomé solían bailar juntos. Un día, el cerro El Morro se enamoró de la isla Quiriquina y dejó de bailar con los demás para esperar el día en que pudiera besarla. Desde entonces, los cerros de Tomé dejaron de bailar.
La segunda leyenda describe cómo en la época colonial, ladrones robaban oro de los barcos que viajaban a España y lo enterraban en los cerros de Pingueral. Un bandido llamado Críspulo bus
existan los inexorables calendarios y Tom desconoca el nombre y destino que tendra, en esta tierra virginal comenzaron a crecer los elementos geogrficos, que ahora la distinguen. En esas pocas remotas, los ros no alcanzaban ni para vertientes y escondidos los volcanes aprendan el vicio de fumar. Por entonces, los esteros momentneos saltaban de alegra por las piedras primerizas y los cerros entusiastas bailaban rondas de infantil inspiracin, ante la burla majadera del ocano intranquilo. Jugar rondas, fue, por largusimo tiempo, el juego preferido de los cerros tomecinos, hasta que un da, el ms pequeo de todos, y que por ahora se llama El Morro, se enamor de la isla juvenil que desde el otro lado de las olas, le contemplaba con sus ojos de piedra apasionada. Desde ese da, El Morro perdi ritmo y entusiasmo por las rondas reiteradas y adquiri la romntica esperanza de entregar, algn da, todos sus besos a la Isla Quiriquina. Los cerros fraternales de Tom, jams volvieron a bailar y la ltima vez que El Morro habl, fue para contar esta leyenda a un humilde pescador que soaba, en arenas generosas de un verano placentero. Quizs, todo esto explique el porqu los tomecinos, salvo excepciones, llegan a ser tan bailarines, soadores y enamorados. EL TESORO DE PINGUERAL Leyenda Tomecina autor. Roman Villeg
Previo al encuentro inevitable con el Ocano
Pacfico, al norte de Dichato, el ro Pingueral, amparado por cerros moderados y frondosos vegetales, forma una laguna muy hermosa como si se arrepintiera de besar la mar, dando origen al ednico paisaje lacustre y marinero, que desde antes de la Conquista de Chile nuestros antepasados aborgenes supieron disfrutar , vistiendo los ropajes transparentes del agua y el sol Durante la poca Colonial, nuestros indgenas fueron desplazados hacia la regin de la Frontera. El paisaje se qued con su esplendor inconmovible y otros personajes merodearon por sus parajes de hualles y lingues centenarios. Los frgiles veleros que viajaban hacia Espaa llevando el oro de Amrica, eran controlados en los puertos principales para verificar la existencia del valioso cargamento pero, algo extrao aconteca en el trayecto. A Talcahuano llegaba menos oro que el contabilizado en Constitucin. Qu suceda?, Dnde se perda? Desde los cerros de Pingueral, vigas furtivos hacan seales con espejos a los veleros deshonrados que pasaban rumbo a Talcahuano. Los cmplices desembarcaban el aurfero botn en la empedrada baha de Chapehue, al norte de la desembocadura del ro con laguna. Esta accin se repiti hasta que fueron sorprendidos los astutos ladrones, que contrariaban el poder de la Corona Espaola. Nunca se logr recuperar ni la mitad de lo perdido, lo que aliment la idea que parte del tesoro qued enterrado en los cerros pingueralinos. As tambin lo crey el bandido Crspulo, quien despus de asolar en sus correras las tierras de uble, quiso abandonar su vandlico oficio, al saber que el desentierro de un Tesoro de Pingueral, le podra asegurar una vida sin sobresaltos ni peligros, antes que se agudizara la vejez. Lleg a esos idlicos parajes sin sospechar que era perseguido. Un destello en la cumbre del cerro fue para Crspulo una buena seal. Subi la empinada falda con entusiasmo desbordante y cuando lleg a la cumbre, el corazn le abandon. Sus perseguidores lo encontraron sin mirada y en su mano izquierda aprisionando el trozo de espejo que esa tarde lo enga. En ese mismo lugar los perseguidores lo empedraron, es decir, cubrieron con piedras sus restos sin vida. Al consagrarse la Repblica, el fundo pas a llamarse La Reforma. Ya no sera un lugar para hacer cosas al margen de la ley. Haba que borrar el pasado poco digno para un lugar de tanto encanto. Y as ha sido felizmente, ya pocos recuerdan al Crspulo bandido, los espejos cmplices y el oro navegante. Solamente algunos ancianos lugareos conocen esta historia y desconfan de los tentadores resplandores de los cerros. Nadie quiere entregar su corazn a la ambicin y se conforman reconociendo que el verdadero tesoro de Pingueral es su autntica belleza marinera, lacustre y vegetal.