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LUZ MARINA POSADA

Cantautora y guitarrista. Nació en Medellín en 1974. Luz Marina era una niña pequeñita
que apenas podía sostener su guitarra cuando cantaba en la parroquia de San Bernardo y en
el barrio Popular de Medellín los villancicos tradicionales a los que el padre Federico
Carrasquilla les cambiaba las letras para convertirlos en relatos de las necesidades de las
gentes del barrio. Su voz se destacaba por su dulzura y afinación entre las demás de un coro
infantil que a veces contaba con más de diez integrantes, entre ellos sus dos hermanas y su
hermano.

Escuchar y presenciar en el Barrio Popular las historias de mujeres campesinas recién


llegadas a la ciudad, provenientes de sus tierras arrancadas por la violencia, sentir de cerca
la presencia de la injusticia que ha marcado con sangre nuestro país, le fue dejando una
huella imborrable que pronto se asomó en su voz y en sus canciones, las cuales comenzó a
componer como gritos de solidaridad y muestras de su empatía con esas mujeres.

De la mano de su padre Carlos Enrique, un hombre que se ganaba la vida arreglando los
radios y televisores del vecindario, quien tuvo la sensibilidad para comprender que su
pequeña hija tenía signado su destino por la música, y con el apoyo de su madre Damaris,
una mujer de origen campesino y huérfana desde muy niña, llegó a la Escuela de Bellas
Artes de Medellín donde inició su formación musical. Más tarde, sus encuentros con
maestros como José Revelo Burbano, guitarrista y compositor quien dirigía el conjunto
musical “Evolución” de su colegio San Juan Bosco, y después la figura emblemática de la
música colombiana el Maestro León Cardona, quien llegaba hasta su casa a dictarle las
clases de guitarra y teoría musical, fueron definitivos para orientar los primeros pasos de su
talento.

Su adolescencia transcurrió en medio del sonar de los tangos y bambucos que escuchaba su
padre, el fragor del rock y las canciones de Los Beatles que hacía varios años ya eran
historia, y los rumores de la música de Vivaldi, Bach y Mozart. La inspiraban los cantores
del Sur de América, y Cat Stevens, Chico Buarque, Vinicius de Moraes y Tom Jobim. Y no
solo ellos sino también la lengua portuguesa, se fueron metiendo en su corazón hasta crear
la esencia personal que se fue revelando en sus propias canciones, creadas en su gran
mayoría en aires andinos colombianos.

Luz Marina Posada guarda inmensa gratitud por la Escuela Popular de Arte de Medellín, la
recordada EPA, en donde experimentó las músicas tradicionales de Colombia y recibió la
influencia de maestros como Elkin Pérez, Jesús Mejía Ossa y Oscar Vahos. También por la
Universidad Nacional donde estudió varios semestres de historia y la Universidad de
Antioquia en donde cursó filosofía hasta que se decidió por la carrera musical y obtuvo su
título de Maestra en Canto y posteriormente la Maestría en Músicas Latinoamericanas.

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Luz Marina Posada ha creado canciones trascendentales, no solo para la música colombiana
sino también para el ámbito hispanoamericano. Por ejemplo, en su bambuco titulado “A
pesar de tanto Gris” nos relata cómo en medio de la repetición morbosa de los sucesos
trágicos por parte de los medios de comunicación, la esperanza “calladita y sin alardear”
está presente en las manos que trabajan y en la vida que florece sin descanso.

En la guabina “A bordo de tu voz”, una aparente sencillez nos permite profundizar en el


asombro del amor por ese ser que nos resulta indescriptible, y la melodía fluida y
transparente nos permite traslucir esos colores que no alcanzan a pintar, ese sabor que no
podemos comparar, esas palabras que no alcanzan a contar la grandeza de aquel amor. Tal
vez en ese misterio reside la fascinación que esta canción produce en las personas que se
identifican con ella y la cantan devotamente en sus conciertos o en la intimidad de sus
silencios.

En el bambuco “El trueque va a empezar” Luz Marina nos transporta a otra época de
nuestra América Indígena, aquella en la que no existía el dinero y el oro no tenía precio,
para describirnos de manera multicolor un mercado de trueque, suceso colectivo que hoy se
vuelve a practicar como estrategia de identidad y también de sostenibilidad de comunidades
indígenas, que de esa manera dan un golpe al afán de enriquecimiento y a las
convencionales leyes del mercado, que desnaturalizan el valor intrínseco de los objetos, los
lugares y los seres de la naturaleza con quienes compartimos la existencia.

El pasillo “Canción de amor (Entre mi Patria y Yo)” es una íntima conversación con
nuestra casa común, cualquiera sea el país donde hayamos nacido. Porque es todo el planeta
el que está aquejado de maltrato y de dolores, y aun así nos sigue entregando sus dones.
Entonces sentimos la necesidad de confortarlo con los cantos más dulces y sanadores,
aunque a veces no nos alcanza la voz para lograr ese propósito.

Luz Marina Posada es reconocida como Maestra en el profundo sentido de la palabra. Su


sólida formación académica y su experiencia como intérprete en numerosos escenarios de
Colombia y otros países, su trayectoria de docente en la Universidad de Antioquia, en la
Universidad Central y en la Academia Débora Arango, le dan fortaleza a su propia escuela:
la “Casa Taller”, en la que imparte técnica vocal, guitarra y armonía aplicada. Con los
mismos argumentos es frecuentemente incluida como jurado en las convocatorias del
Ministerio de las Culturas las Artes y los Saberes de Colombia, el Instituto IDARTES de
Bogotá, y en los más prestigiosos concursos y festivales.

Texto: Gustavo Adolfo Renjifo.

Casa de los Cerros, Bogotá, septiembre 13 de 2023

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FICHA TÉCNICA

Nombre: Luz Marina Posada

Seudónimo: Luz Marina Posada.

Ocupación: Cantautora y guitarrista.

Géneros:

Años Activos:

Fecha de Nacimiento: 1974.

Ciudad: Medellín.

Estudios:

Reconocimientos y Premios:

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