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TITA MAYA

Tita nació en Medellín el 16 de diciembre de 1959, en el seno de una familia


numerosa con una profunda vocación musical. Recibió el nombre de Luz
Mercedes, pero todo el mundo la conocía como Tita, abreviatura de “Merceditas”.
Realizó sus primeros pinitos en la música en 1967, cuando comenzó a estudiar
solfeo y piano en el Conservatorio de la Universidad de Antioquia hasta 1976. Su
madre, Marta Agudelo Villa, fue pionera en la educación musical en Colombia:
integró la junta directiva fundadora del Conservatorio de la Universidad de
Antioquia en 1960 y creó el Colegio de Música de Medellín en 1972, que sigue
funcionando en la ciudad, en sus sedes de los barrios Laureles y El Poblado.

Tita Maya dedicó su vida a la música y la educación desde el arte y la cultura,


mediante la elaboración de diagnósticos, estrategias, diseños curriculares y
desarrollo de materiales didáctico-pedagógicos como: publicaciones impresas y
audiovisuales, composición de canciones infantiles y producción de montajes y
puestas en escena que desde la música integran las artes representativas.
Fue la fundadora y directora de la Corporación Cantoalegre desde 1985 y participó
en el nacimiento de importantes proyectos como la Fundación Secretos para
contar, la Universidad de los niños de Eafit, Buen Comienzo, entre otros.
Tita siempre fue una líder excepcional, muy hábil para guiar con fortaleza y a la
vez con cariño a quienes trabajaban con ella. Su autoridad provenía no solo de su
capacidad de imaginar cómo lograr los objetivos, sino también de ganarse la
confianza y el aprecio de sus colaboradores. Era capaz de mover montañas y de
sacar adelante grandes y complejos proyectos, y lograr hacer trabajos impecables,
bonitos e inspiradores.

Como fundadora y directora de la corporación infantil Cantoalegre, produjo cerca


de 200 canciones de música infantil y variedad de libros y cartillas para niños y
maestros. Por allí han pasado alrededor de 7 mil niños y jóvenes, participando de
conciertos y presentaciones en diversos escenarios, espacios barriales e
instituciones públicas y privadas de Medellín y el país. Tita dirigió diferentes
apuestas audiovisuales y digitales con el propósito de llevar a los niños del mundo
la música y los contenidos de calidad que los acompañen a crecer felices.
Conformó un equipo de trabajo maravilloso que desde entonces se ha dedicado a
componer e interpretar canciones para niños. Al principio, en las canciones todo lo
hacían los adultos, pero poco a poco se fueron incorporando los niños que
estudiaban en el Colegio de Música y hoy en día Cantoalegre los tiene como
protagonistas: cantan y tocan instrumentos, se unen niños de edades diferentes y
crean espectáculos que se presentan en todo tipo de escenarios. La producción
discográfica de Cantoalegre, al día de hoy, incluye más de 20 títulos y más de 200
canciones que inspiran a grandes y chicos no solo de Medellín, sino de Colombia y
el mundo.

Pero la vida de Tita no solo estuvo marcada por la música, aunque esta haya sido
el germen de su inspiración y le haya dado “la clave” de muchas de las cosas que
hizo. Su mente era una fuente inagotable de ideas. Siempre estaba imaginando qué
más se podía hacer y cómo hacerlo. Además, mostraba una sensibilidad muy
especial hacia las otras personas. Sentía un afán infinito por ayudar a transformar
el mundo en un lugar mejor para todos.
Cuando se presentaron grandes tragedias como la avalancha de Armero y el
terremoto de Armenia, Tita estuvo presta para generar y apoyar proyectos de
atención integral a las comunidades damnificadas y aportar, desde su saber, a la
recuperación social y al registro de estas situaciones críticas. Durante un tiempo
estuvo radicada en Armenia, creando escuelas musicales y coros en los albergues.

Tita fue una pionera de la conciencia ambiental en Antioquia, y esto quedó


plasmado en uno de sus proyectos más conocidos: “La Tierra es la casa de todos”,
que buscaba sensibilizar a las personas sobre la responsabilidad que tenemos los
seres humanos de cuidar la Naturaleza. Este sentido ecológico estuvo presente en
todos los proyectos educativos que lideró y también en su propia vida cotidiana:
era consciente de la necesidad de consumir lo menos posible y de cuidar cada una
de nuestras acciones, pues sabía que cada cosa que hacemos genera una
repercusión que no solo nos afecta a nosotros, sino también a todos los seres con
los que compartimos nuestra casa: el planeta Tierra.
Siempre estaba dispuesta a aprender. Era curiosa por naturaleza y se la pasaba
buscando respuestas. Estudió diferentes corrientes pedagógicas y filosóficas,
adoptó prácticas de diversas partes del mundo y trabajó en el rescate de
tradiciones culturales colombianas, viajó, conoció, con una sed sin límites. Gracias
a esto siempre pudo tener algo nuevo qué decir, una luz para iluminar el camino
de los otros.

Tita también fue fundamental en el surgimiento y crecimiento de la Fundación


Secretos para contar. Se desempeñó como Directora General durante varios años:
creó métodos, imaginó y escribió libros, soñó con una educación integral para
todos, se ilusionó pensando con las familias del campo leyendo, aprendiendo,
mejorando sus vidas, y puso todo su empeño para sumar los esfuerzos de muchas
personas y empresas para que hoy en día Secretos para contar pueda estar presente
en los hogares de toda la ruralidad de Antioquia y en muchas partes de Colombia.
En el año 2020, Tita partió de este mundo tras sufrir una enfermedad que la
diezmó físicamente pero que no fue capaz de detener su espíritu creativo, y que
hizo más patente su fortaleza y su integridad. Murió rodeada del cariño de los
suyos y dejó un importante legado tras de sí.

FICHA TÉCNICA

Nombre: Luz Mercedes Maya


Seudónimo: Tita Maya
Ocupación: Compositora y pedagoga
Géneros: Infantil
Años Activos: 40 años
Fecha de Nacimiento: 16 de diciembre de 1959
Ciudad: Medellín
Estudios: Economía, pedagogía musical, antroposofía.
Reconocimientos y Premios: Prix jeunesse, nominado a los Latin Grammy.

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