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Tema 7 - Cruzando fronteras: La fe en

el camino
a migración es una realidad humana tan antigua
como la historia misma. A lo largo de las sagradas
escrituras, encontramos innumerables relatos de
pueblos y personajes que, movidos por la fe, cruzaron
fronteras en búsqueda de una tierra prometida por Dios.
En el corazón de la doctrina social de la Iglesia Católica, el
fenómeno migratorio no se contempla únicamente como
un desa ío socio-político, sino como una profunda llamada
a vivir la caridad, la compasión y la justicia hacia el
prójimo.

La fe que mueve montañas y fronteras


La Biblia relata numerosas historias de migración, desde
Abraham, quien deja su tierra natal obedeciendo la
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promesa divina de una descendencia numerosa y una tierra
propia, hasta el éxodo del pueblo de Israel, guiado por
Moisés hacia la tierra prometida. La Sagrada Familia misma
experimentó la condición de migrantes al huir a Egipto
para salvar al niño Jesús de la muerte. Estos relatos bíblicos
no solo narran desplazamientos ísicos, sino travesías de fe,
donde la con anza en Dios se pone a prueba y se fortalece.

El llamado de la Iglesia a la acogida y la integración


Los mensajes del Papa Francisco para las Jornadas
Mundiales del Migrante resaltan la importancia de ver en el
rostro del migrante y del refugiado, no un número o un
problema, sino a un hermano en Cristo. El Santo Padre nos
recuerda que “no se trata sólo de migrantes”, sino de todos
nosotros, de nuestra humanidad común y de nuestra
capacidad para re ejar el amor de Dios a través de la
acogida y la integración. Estos principios están
profundamente arraigados en la doctrina social de la
Iglesia, que ve en el acto de acoger al forastero una
manifestación concreta del mandamiento del amor.

La Doctrina Social de la Iglesia y los Derechos de los


Migrantes
La Iglesia enseña que cada persona tiene derecho a
buscar condiciones de vida mejores, y este derecho
implica, a su vez, la responsabilidad de las comunidades y
naciones de acoger a quienes llegan a sus puertas. Este
enfoque se basa en el principio de la universalidad de los
bienes de la tierra, que la doctrina social católica de ende
como un regalo de Dios destinado al bienestar de todos sus
hijos. En este sentido, las políticas migratorias deben ser
diseñadas y ejecutadas con un sentido de justicia, equidad
y respeto por la dignidad humana.
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Caminando juntos: La integración como proceso en
dos vías
La integración de los migrantes en las sociedades que los
acogen es un proceso bidireccional que requiere esfuerzo y
compromiso tanto de los recién llegados como de las
comunidades an trionas. La Iglesia llama a este proceso
“promover e integrar”, enfatizando que la verdadera
integración implica el reconocimiento y la valoración de la
riqueza cultural y espiritual que los migrantes aportan. En
este caminar juntos, la fe actúa como puente entre culturas
y pueblos, recordándonos que, más allá de las diferencias,
todos somos parte de la única familia humana creada por
Dios.

Conclusión
“Cruzando Fronteras: La Fe en el Camino” es una
invitación a vivir la migración como una jornada
compartida de humanidad y fe, donde los desa íos se
enfrentan con la certeza de que Dios camina a nuestro lado.
En este camino, la Iglesia Católica se erige como signo de
esperanza y de unidad, recordando siempre el mandato de
Cristo de acoger al extranjero, pues al hacerlo, es a Él
mismo a quien acogemos.
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