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Enfermedades del tabaco/cigarro:

1. Enfermedades cardiovasculares: El tabaco es uno de los principales factores de riesgo


modificables para las enfermedades cardiovasculares. Fumar daña el revestimiento de las
arterias, lo que puede llevar a la acumulación de placa, estrechamiento de las arterias
(aterosclerosis) y eventualmente a enfermedades como la enfermedad coronaria y los
infartos. Además, el tabaco también aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo
que aumenta el esfuerzo del corazón y contribuye a condiciones como la insuficiencia
cardíaca.

2. Enfermedades respiratorias: El tabaquismo es la causa principal de la enfermedad pulmonar


obstructiva crónica (EPOC), que incluye afecciones como la bronquitis crónica y el
enfisema. Fumar daña los pulmones y las vías respiratorias, lo que conduce a una
disminución de la capacidad pulmonar, dificultad para respirar y tos crónica. Además, el
humo del tabaco irrita las vías respiratorias y aumenta el riesgo de infecciones respiratorias
como la neumonía y la bronquitis aguda.

3. Cáncer: El tabaco contiene numerosas sustancias químicas carcinógenas que pueden dañar
el ADN y provocar el desarrollo de células cancerosas. El cáncer de pulmón es el más
conocido, pero el tabaquismo también aumenta el riesgo de cáncer en otros órganos y
sistemas del cuerpo, como la boca, la garganta, el esófago, el páncreas, el hígado, el riñón,
la vejiga, el cuello uterino, el estómago y otros.

4. Enfermedades gastrointestinales: Fumar puede debilitar el esfínter esofágico inferior, lo que


contribuye a la enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE) y aumenta el riesgo de
úlceras pépticas. Además, el tabaquismo se ha relacionado con un mayor riesgo de
desarrollar enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn y la
colitis ulcerosa.

5. Problemas de salud reproductiva: En las mujeres, fumar puede afectar la fertilidad al dañar
los óvulos, alterar la función hormonal y afectar la implantación del embrión. Durante el
embarazo, el tabaquismo aumenta el riesgo de complicaciones como parto prematuro, bajo
peso al nacer, aborto espontáneo, placenta previa y desprendimiento prematuro de la
placenta. En los hombres, el tabaquismo puede reducir la calidad del esperma y la función
eréctil.

6. Problemas dentales: Fumar puede aumentar el riesgo de enfermedades de las encías al


debilitar el sistema inmunológico y reducir el flujo sanguíneo a las encías. Esto puede
provocar inflamación, infecciones, pérdida de tejido óseo y eventualmente pérdida de
dientes. Además, el tabaquismo también contribuye al mal aliento y puede interferir con el
éxito de los tratamientos dentales, como los implantes dentales.

7. Daño en la piel: Fumar puede acelerar el envejecimiento de la piel al reducir el flujo


sanguíneo y la oxigenación de la piel, lo que conduce a la formación de arrugas, líneas finas,
manchas de la edad y una tez apagada. Además, el tabaquismo también aumenta el riesgo de
desarrollar enfermedades de la piel como el lupus eritematoso sistémico y la psoriasis.

8. Impacto en el sistema inmunológico: Fumar debilita el sistema inmunológico al interferir


con la función de los glóbulos blancos y reducir la producción de anticuerpos. Esto puede
hacer que las personas sean más susceptibles a infecciones virales y bacterianas, así como a
enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico.
Además, el tabaquismo también puede dificultar la recuperación de enfermedades y
lesiones.
Cigarrillos electrónicos y dispositivos similares
Los cigarrillos electrónicos, dispositivos de “vapeo” y otros sistemas de suministro de nicotina se
han vuelto muy populares durante los últimos años, especialmente entre los jóvenes. En ocasiones
son usados como productos sustitutos de los cigarrillos u alguno de los otros productos del tabaco,
pero para muchas personas, constituye la primera forma de tabaco que consumieron.
Los fabricantes de cigarrillos electrónicos y similares a menudo afirman que los ingredientes son
seguros. Pero los aerosoles (mezcla de partículas diminutas) que estos productos generan pueden
contener nicotina adictiva, saborizantes y una variedad de otros productos químicos, algunos
conocidos por ser tóxicos o causar cáncer. Los niveles de muchas de estas sustancias parecen ser
menores que en los cigarrillos tradicionales, pero las cantidades de nicotina y otras sustancias en
estos productos pueden variar ampliamente porque no están estandarizadas. Se desconocen los
efectos de estos dispositivos en la salud a largo plazo.

OMS (Organización Mundial de la Salud)


«Cada año, el tabaco mata a 8 millones de personas, como mínimo, y varios millones más padecen
cáncer de pulmón, tuberculosis, asma o enfermedades pulmonares crónicas causadas por el tabaco»,
dijo el director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Los pulmones sanos son es-
enciales para una vida sana. Hoy y siempre, puedes proteger tus pulmones y los de tus familiares y
amigos diciendo no al tabaco».

En 2017, el tabaco mató a 3,3 millones de consumidores y de personas expuestas al humo ajeno de-
bido a afecciones pulmonares. Así:
 1,5 millones murieron de enfermedades respiratorias crónicas;
 1,2 millones por cáncer (traqueal, bronquial y pulmonar), y
 600 000 por infecciones respiratorias y tuberculosis.
Más de 60 000 menores de 5 años mueren de infecciones de las vías respiratorias inferiores causadas
por el humo ajeno. Los que sobreviven hasta la edad adulta tienen mayores probabilidades de pade-
cer más adelante enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
El consumo de tabaco desencadena una cascada de efectos nocivos en el cuerpo humano. El humo
del cigarrillo contiene miles de sustancias químicas, muchas de las cuales son tóxicas y
carcinógenas, dañando directamente el ADN celular y provocando mutaciones genéticas que pueden
conducir al desarrollo de cáncer. Además, el tabaquismo promueve la inflamación crónica, el estrés
oxidativo y el daño en los tejidos y órganos, especialmente en el sistema cardiovascular y
respiratorio, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer.
Además, compromete la función del sistema inmunológico, dejando al organismo más vulnerable a
infecciones y enfermedades autoinmunes.

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