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Historia de España
Historia de España
Lograda la unidad religiosa, las leyes que regían a la minoría dirigente y la población
hispanorromana eran diferentes. Hay que destacar la compilación del Liber iudiciorum
bajo el reinado de Recesvinto, que ponía fin a las diferencias jurídicas entre
hispanorromanos y godos. La sociedad de los siglos VI y VII ser homogénea. La
ruralización acentuada durante las postrimetrías del Imperio romano acrecentó las
diferencias entre las capas superiores y las inferiores, estimulando relaciones de
dependencia prefeudal entre los campesinos colonos y la aristocracia latifundista.
Se establecieron disposiciones legales contra los judíos, quienes fueron forzados a
convertirse al catolicismo. La monarquía visigoda fundamentó su poder con la
creación de nuevas instituciones:
• El Aula Regia, (asamblea: realizaba funciones legislativas y judiciales).
• El Officium Palatinum, (órgano similar a: corte conformada por magnates de confianza
del monarca).
• Los concilios, (asambleas eclesiásticas convocadas por el rey, que a menudo versaron
sobre aspectos de índole política).
Durante siglo XVII, reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos Il se caracterizaron por:
delegación de los asuntos gubernativos en validos o favoritos. Estas figuras, evidenciaban
una mayor complejidad en la administración de los Estados modernos y, una debilidad de
los reyes manifiesta (español). Los validos dirigían el gobierno y controlaban los consejos y
las redes clientelares, otorgando cargos y beneficios a familiares y partidarios, e incurriendo
a menudo en prácticas corruptas. Felipe III tuvo como valido al duque de Lerma,
interesado en adquirir poder y riqueza que en gobernar. Bajo su gobierno se realizó:
expulsión de los moriscos y el traslado de la corte a Valladolid. Durante el siglo XVII, los
monarcas siguieron luchando por la defensa de sus territorios y del catolicismo. Felipe Ill
firmó la paz con Inglaterra y la Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas para
recuperar la economía. Su hijo Felipe IV rey cultivado y mecenas, confió su poder al
conde-duque de Olivares, autoritario y con gran capacidad de trabajo. El valido fracasó en
hacer de Felipe IV un monarca absoluto. El reinado de Felipe IV fue un periodo de guerras
en múltiples frentes. Con el objetivo de reforzar el poder real y asegurar su hegemonía en
Europa, el conde-duque de Olivares diseñó una estrategia basada en dos pilares:
• Unión de Armas, creación: gran ejército para defensa del Imperio, sostenido territorios
hispánicos.
• Uniformización de leyes e instituciones de todos sus reinos, siguiendo el modelo de las de
Castilla.
EL DESARROLLO DE LA GUERRA
las Cortes establecieron una regencia que ratificó a Prim y Serrano en sus cargos e inició
la búsqueda de un nuevo rey. El elegido fue Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel Il,
el rey unificador de Italia.
Candidatura votada en Cortes y proclamado rey pocos días dps del asesinato de Prim, su
principal valedor y aglutinador de la coalición monárquico-democrática que le daba apoyo.
Esta coalición se fragmentara en el Partido Constitucionalista, liderado por Sagasta, y el
Partido Radical, de Ruiz Zorrilla, provocando gran inestabilidad gubernamental.
Amadeo I tuvo que enfrentarse a graves problemas:
• Estallaron dos guerras: un alzamiento carlista en defensa del nuevo pretendiente,
Carlos VII, y el conflicto colonial en Cuba, que se había iniciado con el "grito de Yara".
• La oposición de los republicanos derivó en movimientos insurreccionales, especialmente
en Andalucía y Cataluña, en los que, se incluían el reparto de tierras y la abolición de las
quintas y la esclavitud.
• El incipiente movimiento obrero se extendió, especialmente en Levante y Andalucía,
bajo el influjo de la Comuna de París, lo que provocó un fuerte debate parlamentario y la
declaración de ilegalidad de la Internacional en España.
• Las élites tradicionales se aglutinaron en torno al liberalismo conservador liderado por
Cánovas del Castillo, que defendía el regreso de los Borbones en la persona de Alfonso
XII.
Nueva estrategia de Franco significó el inicio de la batalla del Norte. Las tropas atacaron
Bizkaia y la aviación italiana bombardeó Durango. La legión Cóndor alemana destruyó
Gernika.
Bilbao fue ocupada y la República reaccionó con ataques en Brunete y Belchite, que no
evitaron la entrada de los rebeldes en Cantabria y Asturias.
Se impusieron a tropas republicanas aisladas, mal organizadas y armadas precariamente.
Con estas conquistas, Franco conseguía el control de las industrias básicas y de guerra de
estos territorios.
Los republicanos emprendieron una ofensiva contra Teruel, pero el éxito no pudo
consolidarse a causa de la contraofensiva franquista, que prosiguió en el frente de Aragón,
penetró en Cataluña y llegó a Vinaroz. La República quedó dividida en dos zonas y
Franco fijó su objetivo en Valencia.
Tras el hundimiento del frente de Aragón, el general republicano Vicente Rojo planteó la
batalla del Ebro con un triple objetivo: mostrar una República capaz de resistir, frenar
la ofensiva franquista contra Valencia y restablecer la unidad del territorio republicano.
Empezó con el ataque republicano que cruzó el río Ebro y llegó a Gandesa, donde las
tropas quedaron estancadas. Franco envió grandes refuerzos, que incorporaban las
aviaciones y la artillería alemana e italiana. Los combates, se prolongaron hasta que las
tropas de Franco hicieron retroceder a las republicanas al punto inicial. Lo que quedaba del
ejército de la República cruzó de nuevo el río. Fue la batalla más cruenta de la guerra.
Se había desarticulado una intentona golpista: la Operación Galaxia, que sirvió para
mostrar las tensiones involucionistas existentes. Pero el intento más relevante se realizó
durante la votación de la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como sucesor de Suárez,
cuando un grupo de guardias civiles al mando del teniente coronel Antonio Tejero
irrumpió por la fuerza en el Congreso de los Diputados. El capitán general Milans del
Bosch se sublevaba en Valencia para imponer un golpe de Estado. El general Armada,
también participó en la conspiración, en la que diversos políticos formaban la trama civil
del golpe.
Su objetivo era paralizar el proceso democrático y otorgar al ejército un papel
relevante en el futuro gobierno. La comparecencia del rey en televisión, censurando la
actitud de los sublevados y apoyando el régimen constitucional, fue decisiva para abortar
un golpe que provocó un rechazo del conjunto de la sociedad.