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CUBIERTA
PORTADA
ELOGIOS
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN: Lo que toda madre debe saber sobre las emociones
de su hija
De mi corazón al tuyo…
Cuando escribí por primera vez Mentiras que las mujeres creen en 2001, mi carga era en especial por
las mujeres adultas que habían sido víctimas del engaño del enemigo. A medida que las mujeres leían el
libro, muchas me contaron que las mentiras que creían habían estado arraigadas en sus pensamientos
desde la adolescencia. Cada vez era más claro que debíamos abordar estos problemas en las muchachas
más jóvenes, antes que esas mentiras pudieran echar raíces y provocar resultados destructivos en sus
vidas. De modo que, en 2008, invité a Dannah Gresh a escribir conmigo Mentiras que las jóvenes
creen.
No me imaginé entonces que algún día necesitaríamos otra versión del libro para ayudar a las niñas
más pequeñas a reconocer y vencer las mentiras. En ese momento, estas niñas aún no estaban en la
línea del frente de batalla, como las adolescentes. No estaban manifestando las consecuencias delatoras
de creer las mentiras que sus madres y sus abuelas estaban experimentando.
Sin embargo, todo eso estaba cambiando mientras Dannah y yo escribíamos el libro para
adolescentes. La palabra tween en inglés (que significa “preadolescente”), que apareció por primera vez
en la década de 1940, finalmente se popularizó para describir la nueva demografía de las consumidoras
de ocho a doce años. Se apuntó a ellas en un esfuerzo por ampliar el mercado de productos que alguna
vez se vendían a mujeres adultas y adolescentes. De repente, cosas como el maquillaje y la moda de
marca llegaron a ser “imprescindibles” para las niñas. Los resultados fueron mensurables y casi
inmediatos: depresión, problemas de imagen corporal y trastornos alimentarios se dispararon entre estas
niñas, muchas de las cuales aún no habían alcanzado la pubertad. Y el problema solo ha empeorado en
la última década.
Hay dos razones importantes de nuestra decisión de ampliar la serie de libros de “Mentiras” más allá
de las mujeres y las jóvenes, para incluir a las niñas:
Esta puede ser una pregunta divertida para iniciar una conversación con tu hija: ¿Cuál es el
organismo vivo más grande del mundo? Tu primer pensamiento podría ser una ballena azul, ¡pero esa
no es la respuesta correcta! Es un árbol en el Bosque Nacional Fishlake de Utah, que es tan grande que
incluso tiene nombre: Pando. Y no es una secuoya gigante, comúnmente conocida como secoya. Es un
álamo temblón, más específicamente una colonia clónica de un único álamo temblón masculino.[*]
Pando, también conocido como el gigante temblón, parece un bosque de árboles; sin embargo, se
han identificado marcadores genéticos en cada tronco de árbol, lo que demuestra que comparten un
sistema radicular subterráneo masivo. La planta se extiende a lo largo de 43 hectáreas y se cree que
pesa 6.600 toneladas. (¡Eso es alrededor de 33 ballenas azules!).
Y aquí hay algo sobre este árbol que me parece en especial interesante: ha sobrevivido a frecuentes
incendios forestales debido a sus raíces profundas y extensas. Cuando los incendios se propagan a
través de Pando, su sistema de raíces está protegido del calor. La fuente de vida subterránea del
organismo prospera y eventualmente envía nuevas plántulas al suelo fértil que deja el fuego.
Por el contrario, las coníferas, que también crecen en esa zona, tienen sistemas de raíces poco
profundas. Cuando llega un incendio, arrasa por completo esos árboles.
Las raíces son algo poderoso.
Sin embargo, el problema con las raíces es que no puedes verlas. Un árbol puede verse fuerte y
saludable por la superficie, pero no se puede decir mucho sobre lo que hay debajo de la tierra hasta que
se prueban sus raíces.
¿Qué tipo de raíces tiene tu hija? ¿Son profundas y extensas como Pando? ¿O superficiales y débiles
como las de una conífera?
Conozco a muchos padres que desearían poder retroceder en el tiempo para tener otra oportunidad
de establecer las raíces espirituales de sus hijos, pero ya es demasiado tarde. Cuando llegan a la escuela
secundaria o la universidad, los niños pequeños, que alguna vez usaron pijamitas enterizos, se han
convertido en una estadística de perdición, pecado o algo peor. Algunos no tienen terribles
manifestaciones de rechazar a Dios, pero se han conformado a la neutralidad sutil de una vida “buena”,
pero sin Dios. Sus raíces no eran suficientemente profundas.
Ahora permíteme ser clara. Los padres piadosos a veces terminan con hijos impíos. La historia de
Adán y Eva lo demuestra. Sin embargo, no estoy hablando de eso aquí, sino de los padres que saben
que podrían haberlo hecho mejor. Estos padres afirman no haberse dedicado intencionalmente a
sembrar la verdad como lo hicieron para enseñarles sobre el cuidado del cuerpo o fomentar en ellos
intereses extracurriculares.
El arrepentimiento por dar demasiada importancia a los estudios y no lo suficiente al carácter
espiritual es cada vez mayor y se ha convertido en una carga muy pesada. Estos padres ahora oran
fervientemente mientras esperan que Dios rescate de manera milagrosa a su hija adulta.
No quiero que seas tú. Me gustaría ayudarte con tu hija cuando aún es jovencita. No hay garantías,
excepto que sabrás que has sembrado intencionalmente la verdad en su corazón.
He pasado por esto con mis dos hijas, Lexi y Autumn. Ahora son veinteañeras y se están amoldando
a la emoción de la vida real “adulta”. No son perfectas, y no querrían que te dijera lo contrario, pero me
alegra decir que no solo sobrevivimos a sus años de preadolescencia y adolescencia, sino que salimos
airosas.
Por supuesto, mucho ha cambiado desde que tenían esa edad. Y puesto que quería estar en contacto
con tu realidad como madre, he viajado por todo el país para facilitar grupos de enfoque con madres de
preadolescentes. Estas son algunas cosas que las mamás mencionaron que les preocupaban:
Mi hija aprendió sobre los derechos de las mujeres y el aborto en quinto grado. La
maestra de su escuela pública era una feminista acérrima e integró sus creencias políticas
en el programa de estudios. Yo no sabía nada de eso cuando tenía su edad.
Cada vez hay más publicidad dirigida a ellas. Los gigantes de los medios decidieron
que no estaban ganando suficiente dinero, miraron a su alrededor e identificaron el
mercado de las preadolescentes. Ahora apuntan especialmente a nuestras hijas. Antes
solían ser juguetes, pero ahora es maquillaje, comida [y] ropa. Nuestras hijas piensan que
necesitan estas cosas.
Mi hija llegó a casa con un libro de la biblioteca, que resaltaba el hecho de que el
personaje principal tenía dos madres y conocía a un niño que tiene dos madres. Me
decepcionó que la biblioteca pública tuviera este libro disponible para mi hija que va a
segundo grado.
Estaba en tercer grado y tenía ocho años cuando una estudiante de quinto grado se
suicidó. Creo que los niños no se suicidaban cuando yo tenía esa edad.
Estas madres buscaban formas seguras y apropiadas a su edad para conversar de temas maduros y
delicados con sus hijas. Querían hacerlo sin presentarles mentiras confusas. Debemos admitir que estos
son temas que a ti y a mí nos cuesta manejar como mujeres adultas. Entonces, ¿cómo hablar de estos
temas con una niña de diez años? ¿Deberías hacerlo?
La decisión de cómo y cuándo plantear este tipo de conversaciones se complican aún más por lo
terriblemente sensibles que pueden ser los años de la preadolescencia. Las palabras que las madres
usaban para describir a sus hijas incluyen insegura, apenada, confundida, estresada, enojada,
deprimida, avergonzada y solitaria. Seguían preguntándome si las reacciones que sus hijas estaban
teniendo frente a la vida eran normales en su desarrollo o algo por lo cual preocuparse. Esa es una
pregunta complicada sin una respuesta simple. Cada madre tiene que responderla por sí misma, pero he
desarrollado una herramienta para ayudarte.
Acuñé el término sentimientos molestos para darles a ti y a tu hija algo para identificar las
emociones malsanas. Lo he probado con chicas de secundaria y universitarias, y creo que es algo que
todas podemos usar para decidir si nuestras reacciones emocionales son saludables o si son una señal de
advertencia de que algo anda mal
SENTIMIENTOS MOLESTOS
El dulce y pequeño cuerpo de tu hija comenzará o ya ha comenzado a experimentar una avalancha de
cambios hormonales que dificultan el discernimiento de las emociones saludables y malsanas, pero se
puede.
En la introducción de Mentiras que las niñas creen, escribí esto para tu hija.
Dios creó tanto los sentimientos buenos como los malos, y ambos pueden
ser útiles si usas la verdad de Dios para responder a ellos. Sin embargo,
cuando tienes un mal presentimiento y no sabes por qué, o simplemente
nunca desaparece y lo sientes todo el tiempo, TODOS LOS DÍAS, se
trata de un sentimiento “molesto”. ¡Podría ser evidencia de que estás
creyendo una mentira!
Es muy posible que tu hija esté luchando con una emoción en particular porque Dios necesita (con tu
ayuda) que ella responda a la verdad. Tal vez esté estresada porque tiene demasiadas actividades en su
agenda, y tú debes ayudarla a tomarse un tiempo para descansar. Tal vez esté deprimida porque no se
siente segura al hablar de cosas que la enojan, y debe aprender a comunicar sus frustraciones de una
manera madura. Dios creó nuestras emociones para enviarnos mensajes, y debemos responder a esas
señales. Cuando lo hacemos, el sentimiento a menudo se va porque ya ha hecho su trabajo.
Sin embargo, a veces las emociones persiguen a las chicas. ¡Aparecen sin razón aparente y nunca se
van! Ahí es cuando puedes tener un problema. Esto es lo que toda madre necesita saber sobre las
emociones de su hija:
Los sentimientos crónicos, recurrentes y molestos pueden ser una evidencia de que las
mentiras están creciendo en las raíces del sistema de creencias de tu hija. Y podría
encontrarse en esclavitud espiritual.
El término “esclavitud espiritual”, que Nancy DeMoss Wolgemuth utilizó en Mentiras que las
mujeres creen para describir lo que experimentan las mujeres cristianas adultas, también explica la
crisis que enfrentan las niñas. El 72% de las mamás que asistieron a mis grupos de enfoque dijeron
creer que las emociones de sus hijas son la manifestación de una batalla mucho más profunda y oscura.
Una madre lo expresó de la siguiente manera:
“Satanás no discrimina por edad”.
Estoy de acuerdo.
Es probable que hayas adquirido este libro porque tú también estás de acuerdo.
¿Pero por dónde comenzamos a ayudar a nuestras preciosas niñas?
A través del libro de Nancy, Mentiras que las mujeres creen: y la verdad que las hace libres, más de
un millón de mujeres ha experimentado la victoria sobre todo tipo de pecado, depresión, ansiedad,
miedo, soledad, adicción, desesperanza y mucho más. Ha ayudado a las lectoras a rastrear su esclavitud
espiritual a mentiras muy arraigadas. Luego las ayudó a arrancar las mentiras y reemplazarlas con la
verdad de Dios.
Así es como Dios quiere que ella (y tú) vivan: libres. Por supuesto, Jesús dijo que no sería fácil:
VERDAD DE ORO:
“El propósito del ladrón [Satanás] es robar y matar y destruir; mi
propósito es darles una vida plena y abundante” (Juan 10:10).
Habrá batallas difíciles en la vida de tu hija mientras Satanás trata de mentirle, y Dios quiere que ella
conozca y crea la verdad. Quiero ayudarles a ti y a tu hija a ganar la batalla, para que puedan
experimentar la vida abundante que Jesús vino a darles. No puedes decidir si tu hija aceptará la Palabra
de Dios, pero puedes plantar semillas en ella para que esté arraigada en la verdad.
Los escritores del Antiguo Testamento entendían la importancia de estar bien arraigados. Jeremías,
Ezequiel y los salmistas escribieron sobre esto. El apóstol Pablo hizo referencia a sus palabras cuando
escribió:
VERDAD DE ORO:
“Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor,
ahora deben seguir sus pasos. Arráiguense profundamente en él y
edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en
la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud” (Colosenses 2:6-7).
Mi objetivo en este libro y Mentiras que las niñas creen es ayudarte a plantar semillas de verdad y
alimentarlas para que echen raíces profundas y extensas en la vida de tu hija.
¿Qué dices, amiga? Vamos a sembrar.
2 ORA por tu hija. Te daré ideas de oración en cada capítulo de este libro. Se verán así:
3 HABLA con tu hija. Usa las sugerencias de conversación al final de cada capítulo para hablar
con tu hija. Se verán así:
En un esfuerzo por evitar que sus hijas sean una estadística, muchas mamás recurren a los libros de
mayor venta, consejería, blogs de mamás y conferencistas populares en busca de ayuda. Por lo general,
no hay nada malo con estos recursos. De hecho, he recurrido a todos ellos para que me ayuden a ser una
mujer más saludable y criar hijos sanos. Si bien nos dan entendimiento y buenas ideas, por sí mismos
no llegan al meollo del asunto para resolver la perdición de nuestras familias.
Amiga, necesitamos algo más que hablar de la destrucción que está existiendo entre las niñas
preadolescentes. Necesitamos una solución. Necesitamos entender POR QUÉ están luchando y CÓMO
detenerlo.
VERDAD DE ORO:
“El diablo… ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la
verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo
con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira” (Juan
8:44).
No sabemos lo que Eva estaba pensando o sintiendo, pero podemos ver que ella permitió que sus
sentimientos tomaran el control. Fue entonces cuando sucedió algo realmente malo: Eva comenzó a
creer la mentira. ¡Cuestionó la verdad de Dios!
LA MUJER CREYÓ LA MENTIRA
Creer la mentira la llevó a comer el fruto que Dios les dijo a ella y a Adán que no comieran. Las
consecuencias de ese pecado no han terminado aún. Estas son algunas de las formas alarmantes en que
se están manifestando como riesgos para nuestras hijas hoy:
Las tasas de depresión en adolescentes están en aumento, entre las cuales las
preadolescentes son las que más están en riesgo.[3]
Si bien muchas chicas no aparecen en las alarmantes estadísticas anteriores, la mayoría tendrá
problemas con su imagen corporal, momentos de chica mala, locura por los chicos, materialismo,
presión académica y muchos otros problemas más comunes.
Tenemos que hacer algo.
CÓMO AYUDARLAS
Hay algo más poderoso que las mentiras de Satanás: la verdad de Dios.
Durante más de dos décadas, he estado guiando a adolescentes y mujeres adultas en la recuperación de
todo tipo de trauma emocional, adicciones y patrones pecaminosos. Les he ayudado a darse cuenta de
las mentiras que han creído y cómo experimentar encuentros radicales con la verdad del Espíritu Santo.
Siempre es asombroso ver cómo obra Dios.
Este proceso también funciona para las niñas más jovencitas. Y es hora de empezar a usarlo.
Debemos arrancar de raíz las mentiras que las niñas creen y reemplazarlas con la verdad de Dios. Esta
es la técnica que quiero enseñarle a tu hija en las páginas de Mentiras que las niñas creen.
No estoy hablando de una fórmula mística, que hará desaparecer todos los dramas de las
preadolescentes. No hay atajos para evitar los momentos de chica mala, estrés escolar o sufrimiento
familiar. La vida es dura, pero juntas, tú y yo podemos preparar a tu hija para que atraviese las
realidades de la vida: el estrés académico, la presión de los pares, la ansiedad por las redes sociales, la
exclusión de un equipo e incluso la destrucción de la familia… en libertad y verdadera alegría.
No obstante, antes de llegar a la verdad que tu hija necesita, ¿te importa si hablamos de cierta verdad
que tú y yo necesitamos?
Vamos a sumergirnos en Génesis 3, el mismo pasaje que está estudiando tu hija en Mentiras que las
niñas creen, para conformar nuestros corazones a la verdad. Después de todo, solo porque somos
madres no significa que no tenemos sentimientos molestos o que somos inmunes a las mentiras.
Esta mentira, en realidad, dos variaciones de la misma mentira, es poderosa y prevalente, motivo por
el cual también la encontrarás en Mentiras que las mujeres creen. La primera versión de esta dice que
no tenemos control. La segunda dice que tenemos el control total.
El enemigo usa estos dos polos opuestos para esclavizarnos como madres. Uno causa complacencia
porque tememos que nuestra intervención no ayude de ninguna manera. La otra causa el orgullo de que
tenemos todo bajo control, lo que nos hace perder importantes señales cuando nuestras hijas tienen
problemas.
Tuve un encuentro particularmente desconcertante con una madre que nunca llegó a uno de mis
grupos de enfoque. Es una mujer inteligente y elocuente, cuyas opiniones me intrigaba escuchar para
mi investigación. Cuando la vi en una reunión pública, se lo manifesté. Ella me explicó amablemente
que no estaba asistiendo a mi grupo de enfoque. Le pregunté por qué y me respondió: “Yo escolarizo a
mi hija en el hogar. Así superviso las influencias en su vida, para que no crea ninguna mentira”.
La miré fijamente, sin saber qué decir. Posiblemente, había entendido mal o ella se había expresado
mal, de modo que le pedí que se explicara. Y así lo hizo. Estaba segura de que su hija no corría ningún
riesgo.
Aunque ese es un ejemplo extremo, he encontrado muchas madres que creen la mentira de que no
pueden controlar o de que sí controlan lo que su hija cree.
¿Realmente puedes controlar cómo se comporta tu hija? Lee las reflexiones de Nancy en el
capítulo 8 de Mentiras que las mujeres creen.
Considera esto: ¿Cuál es la diferencia entre ser responsable de criar a tu hija en la verdad y
controlar su comportamiento?
La verdad es que Dios quiere que hagas todo lo posible para plantar semillas de verdad en tu hija.
No importa cuán abrumada te puedas sentir por su comportamiento o las circunstancias, se te ha
encomendado la tarea de ser fiel en mostrarle la verdad. En un pasaje clave del Antiguo Testamento, la
Palabra enfatiza con cuánta intencionalidad y esmero debemos abordar la tarea de enseñar la verdad a
nuestros hijos.
VERDAD DE ORO:
“Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus
conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos
sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la
entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad” (Deuteronomio 6:7-9).
Esto podría no ser fácil para ti. Al igual que yo, tendrás días en los que no te sentirás preparada para
resolver el problema en cuestión. Incluso, en el mejor de los casos, podrías enfrentar dificultades.
Sin embargo, algunas mamás enfrentan situaciones especialmente difíciles. Por ejemplo, en los
grupos de enfoque que realizamos para este libro, muchas derramaron lágrimas al hablar de tener hijas
cuyos padres, a veces en el hogar y otras veces no, eran incrédulos. Una madrastra me dijo que su hija
de once años pasa la mitad del tiempo en su casa y la otra mitad con su madre biológica que es atea y
que a menudo le dice que el cristianismo es “una muleta” para las personas débiles.
No permitas que tus emociones te causen temor a la hora de ser madre. Sí, la verdad es que siempre
tendrás enemigos y oposición, pero no dejes que eso te impida sembrar la verdad en tu hija.
Dios se tomó el tiempo para asegurarse de que Adán y Eva conocieran la verdad sobre el árbol, pues
sabía que Satanás les mentiría. Incluso les advirtió las terribles consecuencias de no obedecerlo.
VERDAD DE ORO:
“Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto,
excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal” (Génesis 2:16-17).
Dios sembró la verdad en sus preciosos primer hijo y primera hija.
Sé que a veces tus emociones entran en conflicto cuando tienes que hacer lo mismo. ¿Alguna vez
has considerado cómo se pudo sentir el Dios del universo cuando dijo esas palabras a sus hijos? Dios
jamás expresa sus emociones de manera pecaminosa, distorsionada o sin santidad, pero las siente.
¿Hubo cierta tristeza en Él cuando dijo esas palabras, al saber que Satanás vendría con mentiras? Sin
embargo, les habló la verdad.
Es crucial que sigamos su ejemplo y les hablemos a nuestros hijos de las tentaciones que sabemos
que enfrentarán. En las páginas de Mentiras que las niñas creen, he tratado de incluir algunos de esos
temas en un entorno seguro donde puedes tener el timón para mostrarle la verdad a tu hija. En el primer
capítulo, tu hija conoce a una chica ficticia llamada Sofía.
Sofía enfrenta la tentación de estar en las redes sociales a espaldas de sus padres. Es una forma de su
propio árbol del conocimiento del bien y del mal. Sus padres le han permitido tener varias maneras de
conectarse con sus amigos, pero consideran que aún no está lista para experimentar con las redes
sociales.
Permíteme ser sincera contigo: tuve largas conversaciones con el equipo editorial para decidir si
incluiríamos o no las redes sociales como una historia destacada al comienzo del libro para tu hija. Fue
una decisión difícil porque todos estuvimos de acuerdo en que, si tu hija tiene menos de trece años, no
tiene la madurez emocional y evolutiva necesaria para navegar en las redes sociales. (Y aun así, a
veces, es demasiado pronto). Hasta los creadores de las aplicaciones de redes sociales estipulan límites
de edad recomendados y, por lo general, establecen que un individuo no puede crear una cuenta antes
de los trece años. Tales restricciones existen por una razón.
Si eres una madre que ha respetado los límites de edad recomendados, te aplaudo. No es fácil. Estás
nadando contra la corriente. Una mamá expuso: “La mayoría de las amigas de once años de mi hija
poseen cuentas de Instagram, pero yo me sigo resistiendo. Siento que soy la única”.
Puede que lo parezca, pero no eres la única. Hay muchas mamás que siguen respetando las
restricciones de edad sugeridas. Y todas las mamás deberían considerarlas.
Si tu hija está en las redes sociales, te suplico que consideres cuidadosamente el efecto que puede
causar en ella. Desde su debut en la cultura pop, ha incrementado severamente los problemas que las
niñas ya estaban enfrentando, incluidos, entre otros, los conflictos con su imagen corporal. La clínica
número uno de trastornos alimentarios del país publicó este informe en una declaración sobre cómo los
medios de comunicación afectan el riesgo de que una niña sufra un trastorno alimentario:
A principios de 2016, los científicos reportaron evidencias que vinculan el uso de las redes
sociales con los problemas de imagen corporal en las jóvenes. Esto incluía dietas, obsesión con
el cuerpo, un fuerte deseo de delgadez y la cosificación de sí mismas. Si bien los sitios de redes
sociales no son la causa de los trastornos alimentarios, son un factor en el desarrollo de los
problemas de imagen corporal.[8]
Las dos aplicaciones más populares entre las chicas adolescentes en este momento (Instagram y
Snapchat) están causando muchos sentimientos molestos que las llevan a sentirse deprimidas, feas y
estresadas. Incluso hay una nueva palabra en el diccionario, FOMO, para describir el miedo a quedarse
fuera de algo; síndrome que muchas chicas experimentan cuando ven que sus amigas tienen acceso a
algo cuando ellas no.
Dado que creo que tu hija no debe estar en las redes sociales, puede parecer extraño que haya
decidido utilizar esta historia en su libro. Esta es la razón: escuché historia tras historia de mamás que
me rogaban que hiciera sonar la alarma. Una de ellas fue una madre que me contó la historia del primer
caso real. Es básicamente la historia de Sofía.
UN CASO REAL:
CANDELA
Candela quería tener Snapchat. Se lo contó a sus padres y les presentó
sus argumentos de por qué lo necesitaba, pero sus padres le dijeron que
“no” varias veces. Estaban firmes en su decisión pues creían que ella no
era lo suficientemente mayor.
Con el tiempo, los alegatos cesaron, y los padres de Candela se sintieron
aliviados de que su hija finalmente se hubiera olvidado del tema.
Sin embargo, un día, dejó su teléfono sobre el mostrador de la cocina.
Mientras su madre pasaba por allí, se encendió y vibró. Al mirar hacia
abajo, su madre leyó el mensaje: “Javier acepta tu invitación de
Snapchat”.
Su madre dijo: “¡Me engañó por completo! Incluso me mintió cuando la
confronté al respecto. ¡No lo puedo creer!”.
Al final, hemos incluido el tema del uso de las redes sociales en el libro de tu hija porque creo que tú
y yo debemos hablar de manera proactiva con nuestras hijas de las tentaciones que sabemos que
existen. Así como Dios habló con Adán y Eva de la tentación que enfrentarían en el huerto del Edén y
de qué pasaría si no la respetaban, también deberíamos hablar con nuestras hijas de la verdad y las
consecuencias de ignorarla. Los medios sociales son solo uno de los muchos temas importantes que
abordaremos con tu hija mientras buscamos sembrar la verdad en lo profundo de su ser.
Si bien eres responsable de plantar las semillas de la verdad, también es cierto que no tienes control
sobre el sistema de creencias de tu hija. Un día, ella se presentará ante Dios y dará cuenta de sus
propias creencias (Deuteronomio 24:16; Jeremías 31: 29-30).
Si la historia de Adán y Eva muestra algo, es esto: Dios no nos prohíbe nada. Él podría haber
construido un muro para mantener a Adán y Eva alejados del árbol. Podría haber colocado un
desfiladero o un foso alrededor del árbol. Podría haber impedido que el árbol floreciera y diera fruto.
Pudo haber tenido muchas maneras de controlar el resultado. Él es Dios, y es Soberano. Sin embargo,
dio a sus hijos la libertad de elegir entre el bien y el mal. ¿Por qué?
Porque Él quería que fuera real. Quería que su comportamiento fuera un reflejo auténtico de su
corazón… las raíces debajo del fruto de su comportamiento.
Los comportamientos de tu hija (lo que tú puedes ver) son el resultado de cosas que no puedes ver.
Bajo la superficie, sus emociones entran en funcionamiento con la intención de dirigir su vida. Sin
embargo, como finalmente explicaré en las últimas páginas de Mentiras que las niñas creen, sus
pensamientos son “el jefe de” sus sentimientos. Y, justo debajo de sus pensamientos, sus creencias son
las raíces responsables de todo.
Creer la verdad no es solo aceptarla. La Biblia dice que incluso los demonios creen y tiemblan
(Santiago 2:19). Y conformar nuestro comportamiento según la verdad no es suficiente. Los fariseos
obedecían las reglas fielmente, pero Jesús los llamó “tumbas blanqueadas” (Mateo 23:27). Se veían
bien por fuera, pero por dentro… no tanto.
No estoy afirmando que no debes controlar y guiar el comportamiento de tu hija. Es tu
responsabilidad ponerle límites saludables. Nada me preocupa más que cuando los padres permiten que
sus hijos tomen todas las decisiones, como si no tuvieran nada que decir al respecto. Tu hija no está
lista para tomar la mayoría de las decisiones sola, como cuándo ponerse de novia, a qué redes sociales
tener acceso, qué programas de televisión y películas mirar o incluso qué tipo de educación es mejor
para ella. En esta etapa, todavía necesita que le ayudes a tomar buenas decisiones, para que pueda
aprender lenta y constantemente a hacerlo por sí misma a medida que avanza hacia la edad adulta.
¿ES REAL EL COMPORTAMIENTO DE TU HIJA?
En su disertación titulada La naturaleza de la virtud verdadera,[9] Jonathan Edwards explica que hay
dos tipos de virtud. Es decir, hay dos tipos de comportamientos que demuestran normas de vida
estrictas.
LA VIRTUD COMÚN es hacer lo correcto pero con motivos falsos. Haces lo correcto por temor,
egoísmo u orgullo. Por ejemplo, tu hija puede ser honesta porque no quiere meterse en problemas. A
medida que crecemos, a veces somos honestas porque somos orgullosas. No queremos ser como “esas
personas” mentirosas. Esta clase de virtud no está profundamente arraigada en la verdad, y busca la
gloria propia. La mayoría de las personas posee una virtud común.
LA VERDADERA VIRTUD es hacer lo correcto porque Dios es Dios. Ser honestas porque Dios dice
que debemos serlo. Punto final. Está enraizada en la verdad de Dios, y es para su gloria. La mayoría de
las personas está dispuesta a conformarse con la primera forma de virtud; pocas personas procuran la
verdadera virtud, pero esta es la que deberíamos sembrar en nuestras hijas.
Sin embargo, no puedes simplemente controlarla y dirigirla. Eso traería más problemas en el futuro.
Ella necesita entender por qué le has puesto límites, y eso sucederá a medida que plantes semillas de la
verdad en su vida. Hay una diferencia entre solo controlar su comportamiento o establecer límites
mientras a la vez la instruyes meticulosamente en la verdad.
Muchas de nosotras enfrentamos el riesgo de imponer prohibiciones al comportamiento de nuestra
hija por temor. Nos esforzamos por controlar su comportamiento, para dejar el menor espacio posible
para el fracaso. Tratamos de mantener el pecado y la tentación lejos de nuestras familias y, a veces,
protegemos tanto a nuestra hija que básicamente se convierte en una monja. La sola prohibición de un
comportamiento externo puede parecer eficaz y fácil a corto plazo, pero el resultado a largo plazo es
dudoso porque no hemos cultivado en su vida el amor por la verdad. En esencia, hemos disminuido las
posibilidades de que ella pueda tomar decisiones sabias en su comportamiento cuando no estamos
cerca.
Conocí a Cloe cuando ella era una estudiante de segundo año de la universidad. Vino a mí porque
estaba practicando sexo oral con su novio, a pesar de que sabía que estaba mal. Me comentó que había
estado teniendo problemas de límites con los chicos desde que iba a la escuela secundaria.
Muchos líderes cristianos bien intencionados escucharían la confesión de Cloe, orarían por ella y
luego le darían consejos para dejar de hacer eso. Algunos la instarían a romper con el muchacho, al
menos por ahora. Otros se ofrecerían a supervisarla: la próxima vez que te vea te preguntaré si has
fallado.
Si bien estas metodologías a la larga son útiles, por lo general, no comienzo por ahí. Jamás he visto
que logren evitar que el pecado brote de nuevo. Es como cortar las hojas externas de una planta de
diente de león sin arrancar sus raíces. Volverá a crecer.
Por eso, cuando alguien como Cloe viene a verme, siempre trato de buscar las raíces.
A veces, el pecado con el que está luchando una niña está enraizado en algo que puede parecer ajeno
al comportamiento en sí. Por tal razón, podría necesitar mucho tiempo y tener varios encuentros con
ella antes de adivinar qué mentiras podría estar creyendo.
Fue un verdadero placer conocer a Cloe. Inteligente, divertida y genuina, una estudiante
universitaria cristiana modelo en todos los sentidos. Era una estudiante sobresaliente, una atleta exitosa
y servía activamente en la iglesia de su campus.
No pude atar los cabos sueltos, pero Dios pronto lo haría. En un momento de oración, le pedimos a
Dios que nos ayudara a ver por qué Cloe enfrentaba la misma batalla que el apóstol Pablo mencionó en
Romanos 7: hacer lo que no quería hacer, en lugar de lo que quería hacer.
Pronto, mi amiga levantó la vista con lágrimas en los ojos y me habló de una mentira que había
creído desde que tenía ocho o nueve años:
“Tengo que desempeñarme bien para que me quieran”.
Lo más importante de nuestro sistema de creencias no es nuestro comportamiento, sino las raíces.
La Biblia usa la palabra corazón para referirse a las raíces de nuestro sistema de creencias. Si deseas
realmente influir en los pensamientos, las emociones y los comportamientos de una persona, no puedes
concentrar tus esfuerzos principales en prohibirle algo. Debes llegar al corazón o sistema de creencias
de tal persona. La Biblia enseña claramente esta verdad.
Cuando Eva comió el fruto, demostró lo que creía en lo profundo de su corazón. Cuando Cloe
practicaba felación con su novio, estaba demostrando lo que realmente creía. No tenía tanto que ver con
lo que pensaba sobre el sexo, sino más bien con lo que creía sobre su desempeño. La ayudé a identificar
la mentira y luego le mostré la verdad bíblica para reemplazarla.
Primero y principal, no traté de prohibirle nada ni exigirle que me rindiera cuentas; sino, en cambio,
traté de arrancar la mentira y plantar una semilla de verdad en su corazón.
Cuando nuestras hijas se sienten perseguidas por sentimientos molestos, manifiestan un
comportamiento negativo o pecaminoso, o nos engañan, están revelando raíces de mentiras. Si quieres
instruir a tu hija en la verdad en lugar de prohibir solo un comportamiento externo, estás desarrollando
una herramienta importante, que te permitirá identificar dónde crecen las raíces malas, para que puedas
ayudar a tu hija a arrancarlas y reemplazarlas con la verdad.
¡He descubierto que este complicado proceso puede asustar a una madre! La mera prohibición es
mucho más fácil, y no tienes que identificar las mentiras, que desearías que no estuvieran allí. Por tal
razón, algunas mamás prefieren hacer de cuenta que la evidencia de las mentiras no existe.
¿Puede ser por temor?
Si quieres criar a tu hija por gracia y con la intención de instruirla en la verdad, primero debes
vencer tu temor. El temor puede hacer que seamos restrictivas, legalistas, reservadas y demasiado
protectoras.
Para ser claras, el temor puede ser saludable. Si te persigue un oso pardo, el temor es bueno, pero
puede ser peligroso y contraproducente cuando se trata de la crianza de los hijos.
El temor tiene un argumento favorito para envolver la mente de las mamás: su pasado. A menudo
viene acompañado con otro sentimiento: de que no vale nada. Estas emociones constituyen en sí
mismas un gran problema cuando piensas en hablar de ciertos temas en los que has creído (o aún crees)
mentiras. (Piensa: el sexo, el género, los trastornos alimentarios y la depresión).
Algunas de las mujeres de mis grupos de enfoque afirmaron que no tenían miedo de hablar sobre
esos temas, pero les preocupaba hablar de cosas que sus hijas no estuvieran preparadas evolutivamente
para procesar. Eso no me sorprendió, pero lo que sí me sorprendió fue el hecho de que algunos de esos
temas prohibidos incluían teología y formación espiritual. Estas madres creían que permitir que sus
hijas tomen decisiones espirituales demasiado pronto podría desencadenar el riesgo de que las
decisiones espirituales no echen raíz. (Suena a temor, ¿no te parece?).
A medida que se desarrollaban estas conversaciones, otras madres abogaban por un tratamiento
diferente. Ellas también tenían algunos temores, y algunas historias. Echa un vistazo al caso real de
Ángela.
UN CASO REAL:
ÁNGELA
Ángela, la hija de Ivonne, estaba en cuarto grado cuando Ivonne llegó a
su casa y encontró a su pequeña niña sentada en el sofá con su padre. Él
le pidió a Ángela que le contara a su mamá lo que había sucedido.
“Una amiga había usado la palabra “sexo” en la escuela —recuerda
Ivonne—. Eso despertó su curiosidad y, cuando llegó a casa, la buscó en
Google. Vio cosas horribles. Ha visto el sexo de una manera horrible”.
Ángela no es un caso aislado. La palabra “sexo” es la undécima palabra
más buscada entre niños de ocho a doce años.[1]
Ivonne expresó su pesar por no haber iniciado antes una conversación
sobre sexo.
“Tal vez si hubiera sabido un poco más, hubiera sabido preguntarnos —
lamentó la mamá entre lágrimas—. Si no lo hablamos nosotras, el mundo
lo hará. Eso es lo que les hace perder la inocencia”.
Entonces, ¿quién tiene la razón? ¿Las mamás que no quieren hablar o las mamás que piensan que
deberíamos hablar de todo?
Pues bien, solo tú puedes saber con certeza cuándo tu hija está lista para abordar un tema.
Pero…
Déjame ser sincera y quizás empujarte fuera de tu zona de confort. Creo que muchas mamás que
experimentan temor están creyendo esta mentira:
Cuando debatimos esta posibilidad, algunas madres defendieron el hecho de que sus hijas aún no
creían mentiras sobre estos temas prohibidos. Una madre explicó la supuesta resistencia de su hija a las
mentiras de esta manera: “Si no hablo con mi hija de ______________, la mentira no tendrá la
oportunidad de presentarse”.
¿De veras? ¿Cómo lo sabes? Si no hablas de algo con ella, ¿cómo sabes realmente lo que ella cree o
no cree?
Veo que, por lo general, nuestras hijas están preparadas para abordar temas escabrosos mucho antes
que nosotras. Las niñas preadolescentes están en el momento preciso de su desarrollo cuando
comienzan a clasificar lo que creen y no creen, y es probable que estén ansiosas por tu orientación.
Déjame mostrarte lo que quiero decir.
UN CASO REAL:
RUBY
Ruby es una combinación de vibrante energía preadolescente con una
risita dulce y contagiosa como su brillante sonrisa. Estábamos hablando
de los diez mandamientos, específicamente sobre la instrucción de Dios
de descansar en el día de reposo. Ella me bombardeó con muchas
preguntas.
¿Qué es el día de reposo? Bueno, ¿es el domingo o el sábado? ¿Qué
significa descansar? ¿Quién debe hacerlo? ¿Eso significa que no puedes
cocinar o hacer la cama? ¿Puedes cepillarte los dientes?
Le respondí a todas sus preguntas, una por una. Al final, Ruby se calló y
se quedó en silencio, pero pude ver que su cerebro todavía estaba
procesando los pensamientos.
“Mi mamá y mi papá no creen en el día de reposo —dijo de repente—.
Puede que digan que sí, pero no descansan los domingos. Papá trabaja
en sus documentos y mamá limpia un montón”.
Cuando tu hija cumple doce años, los principios básicos de su sistema de creencias, por lo general,
ya están establecidos. No todo es exacto por el momento, por eso la última etapa del desarrollo moral
también es importante.
LA ETAPA DE ENTRENAMIENTO (EDAD 12+) Ajustan las creencias
A los doce años de edad, tu hija está viviendo activamente un conjunto de valores morales. Esta etapa
implica más razonamiento ya que permite que lo que ella cree afecte su comportamiento. En este
momento, ahora tú la observas a ella, no ella a ti. Las preguntas en su cabeza ya no giran en torno a
mamá, sino a ella misma. ¿Cómo quiero hacer esto? ¿Hay algo que creo que me ayudará a decidir?
Tal vez lo haga, si se ajusta con lo que creo.
Yo la denomino etapa de entrenamiento porque es como ver a tu hija jugar un deporte. Ella
determina las jugadas y hace los tiros, pero tú estás sentada en las líneas de banda esperando que ella
tome un descanso y se siente en el banco a tu lado. Allí tendrás la oportunidad de preguntarle por qué
eligió ciertos comportamientos o ciertas emociones, para así influir en lo que ella cree.
Déjame que te cuente sobre una madre, que ejerció un fantástico entrenamiento cuando, Laura, su
hija, se volvió extremadamente retraída en la secundaria:
De repente Laura no estaba dispuesta a probar cosas nuevas. Chelsea, su madre, decidió averiguar si
solo se trataba de la angustia e inseguridad normal del desarrollo o si debía abordar algunos
sentimientos molestos.
Una rápida merienda después de la escuela, y las piezas del rompecabezas empezaron a encajar.
Laura estaba siendo acosada en la escuela, y creía todas las cosas desagradables que se le decían. Las
malas raíces estaban siendo plantadas y cambiando los patrones emocionales y de comportamiento de
esta niña, una vez intrépida y llena de vida.
Cuando Laura le mencionó a Chelsea el nombre de la niña que estaba siendo tan desagradable, ella
sabía algo que su hija no sabía. La niña estaba experimentando un profundo dolor, porque sus padres
estaban en medio de un despiadado divorcio.
“Quería enseñarle a defenderse cuando le decían cosas falsas, pero de la manera correcta”, comentó
Chelsea, quien entrenó a su hija. Laura fue a la escuela con la simple tarea de enfrentar a su acosadora
de manera amable, pero con la verdad. No fue muy fácil persuadirla y orar para que reuniera valor, pero
Chelsea sabía que recuperar la personalidad y la salud emocional de su hija dependía de este valiente
encuentro con la verdad.
“Sé que estás pasando por un momento difícil —le dijo Laura a la niña en la escuela al día siguiente
—. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte? Lo haré, pero tienes que empezar a ser amable
conmigo”.
Todo cambió. La acosadora no era una niña tan mala después de todo, sino una niña con un
profundo dolor y soledad. Hoy las chicas son buenas amigas, y Laura ha recuperado su férreo amor por
la vida.
No todos los esfuerzos para entrenar a nuestros hijos funcionan tan drástica o rápidamente. A veces
no asimilan tus consejos de entrenadora, y otras veces no tienen las agallas para ponerlos en práctica.
La cuestión es que no siempre van a hacer las cosas bien. Los niños, incluso los preadolescentes, son
grandes observadores, pero terribles intérpretes. ¡Necesitan nuestra ayuda para ajustar lo que creen a fin
de poder responder a la vida en la verdad!
Estos son datos simples y precisos sobre cómo nuestros hijos desarrollan un sistema de creencias.
Ahora bien, si no te importa, me gustaría pasar a mi clase de entrenamiento por unos minutos. Es hora
de que dé a conocer la tesis de este capítulo y me gustaría hacerlo con entusiasmo. Allá vamos:
“Lo que crees cuando cumples catorce años, por lo general, es lo que
mueres creyendo”.[2]
Cuando descubrí esto, me di cuenta de lo importante que era para mí sembrar la verdad fundamental
en mis hijos durante sus años de preadolescencia. Me ayudó a reunir el valor de enfrentar el miedo.
Espero que haga lo mismo por ti.
Sé por experiencia propia lo difícil que es enfrentar nuestros temores. Aquí hay un versículo bíblico
que usé mientras criaba a mis hijos:
VERDAD DE ORO:
“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder,
amor y autodisciplina” (2 Timoteo 1:7).
No podemos criar a nuestros hijos con un espíritu de temor. No es de Dios.
Si bien creo que muchas madres adoptan una piadosa autodisciplina para encontrar el momento y las
palabras exactas para las conversaciones complejas, también creo que algunas operan con temor cuando
evitan conversaciones esenciales del desarrollo. Temor a no saber qué decir. Temor a que sea
demasiado pronto. Temor a fastidiar a su hija. Temor a que su hija se deje tentar por las mentiras.
Meditar en el temor a menudo nos lleva a retrasar ciertas conversaciones mucho más allá de la razón.
En realidad, una madre dijo esto en nuestros grupos de enfoque: “El mejor momento para hablar de
sexo con tu hija es antes que esté lista para hacerlo. Entonces, creo que deberíamos decírselo la noche
antes de su boda”.
Creo que ahora, mientras su corazón todavía está ardiendo con preguntas, es el momento de sembrar
la verdad.
No estoy diciendo que no debas tratar el tema con prudencia, sino que no debes tener temor. Incluso
necesitas sabiduría para tratar los temas difíciles con el cuidado acorde a su edad. Es un deseo justo no
querer que tu hija tenga conocimiento del bien y del mal. Eso es exactamente lo que le preocupaba a
Dios de Adán y Eva. Les dijo que no comieran el fruto del árbol para protegerlos. No quería que la
experiencia propia les robara su inocencia y que eso les trajera terribles consecuencias.
Como mencioné anteriormente, solo tú puedes saber cuándo hablar de un tema con tu hija. Si
decides que tu hija no puede lidiar con el desarrollo de un tema o tiene algunas necesidades especiales
que le impedirían comprender mentalmente algo, estás retrasando las conversaciones por sabiduría, no
por temor. Sin embargo, si simplemente tienes temor de abordar un tema o no sabes cómo hacerlo sin
robarle su inocencia, esas no son buenas razones para evitar hablar de algo.
Cuando criamos a nuestra hija por temor, hacemos que ella escuche las voces que mienten. Es
lamentable que Adán y Eva escucharan la única voz que podía mentirles en el huerto del Edén. Satanás
había elegido una serpiente para hacer el trabajo. Ahora tiene muchas bocas para propagar sus mentiras.
De hecho, puede ser difícil para ti y para mí evitarlas. Los anuncios publicitarios, las películas, las
amistades, los sistemas políticos, incluso los líderes de confianza a veces pueden ser una fuente de
mentiras. Si no tenemos cuidado, nuestro silencio impulsado por el temor se puede convertir en un
megáfono para estas voces que siembran mentiras en nuestros hijos.
¿Estás luchando con el temor como madre? Lee el capítulo 9 de Mentiras que las mujeres creen
para aprender a arrancar las mentiras que puedes estar creyendo sobre tus emociones.
Considera esto: si tu hija todavía te está imitando o está en la etapa del desarrollo moral en la
que te hace preguntas, ¿qué tipo de influencia podría tener en su sistema de creencias si aprendes
a responder a tus emociones con la verdad?
En este capítulo de Mentiras que las niñas creen, tu hija está viendo las cuatro maneras en que Eva
cooperó con Satanás.
¿Estás segura de que es demasiado pronto para hablar con tu hija sobre determinado tema? ¿O estás
siendo engañada a pensar que es demasiado pronto? Distinguir entre una cosa y la otra importa mucho
porque, cuando tú y yo creemos mentiras, cooperamos con Satanás. Y ayudarlo a sembrar mentiras en
mis hijas es algo que quiero evitar.
Necesitamos estar alertas y ser sensibles al Espíritu, para discernir cuándo es necesario (y el
momento adecuado) hablar y abordar temas difíciles. Cuando lo hacemos, muchas veces descubrimos
que nos resulta más fácil de lo que pensábamos. Después de todo, Dios solo le contó a Adán y Eva la
verdad sobre el árbol. No mencionó la mentira de la serpiente. Creo que puedes hablar con tu hija en
forma segura sobre prácticamente cualquier tema sin presentarle las mentiras que no son apropiadas
para su mente y su corazón. No destacamos las mentiras. Queremos enseñar a nuestras niñas la verdad.
Sin embargo, si tu hija no recibe correctamente la verdad de Dios, no podrá escucharla, considerarla,
creer en ella o actuar conforme a ella. Ni siquiera podrá reconocer una mentira cuando comience a
susurrar a su oído, si no le han dicho la verdad.
HABLA CON DIOS:
Usa Proverbios 23:7 para escribir una oración a Dios. Pídele que te dé claridad sobre lo que hay en
el corazón de tu hija. Deja que Él te ayude a determinar qué partes de su comportamiento se encuentran
arraigadas a cosas que no deberían estar en su corazón. Escribe tu sincera petición a Dios en las líneas
de abajo.
Una cosa que aprendí mientras dirigía los grupos de enfoque fue lo siguiente: no somos muy
objetivas cuando se trata de nuestras propias hijas. Sin duda, verme admitir esto por escrito es algo que
dará paz a mi esposo. Así es como finalmente llegué a comprender algo que él ha estado tratando de
hacerme ver durante casi un cuarto de siglo.
Al comienzo de cada debate, pregunté a las madres si pensaban que las preadolescentes de hoy
tenían más problemas que ellas y si consideraban que las niñas de hoy eran más propensas a estar en
esclavitud espiritual a las mentiras.
El 80% de las mamás creía que las preadolescentes de hoy son más propensas a creer
mentiras.
El 80% de las mamás estaba menos preocupada por su propia hija que por otras niñas.
La disparidad parecía extraña, así que ahondé un poco más. Les pregunté cómo reaccionaban sus
hijas cuando debían obedecer o sujetarse a las reglas. Al principio, todas las mamás hicieron quedar tan
bien a sus hijas, que pensé que podrían ser la primera generación de niñas en conquistar por completo
la rebeldía y traer la paz al mundo.
Sin embargo, después…
Una valiente madre, de las que casi siempre hay en cada grupo de mujeres, se presentó y empezó a
contar un caso de desobediencia sorprendentemente complejo:
UN CASO REAL:
MELISA
“El nivel de engaño al que se ha rebajado mi hija para evitar sujetarse a
las reglas nos ha dejado atónitos a su padre y a mí”, informó Janet.
Su hija, Melisa, es una chica muy inteligente, una buena estudiante con
excelentes notas en todas sus pruebas y exámenes.
Sus calificaciones son igual o superiores al 97% de los exámenes
estándar, pero a ella no le gustan las tareas, y en segundo grado decidió
que ya no tenía que hacerlas.
Su maestra, por supuesto, no pensó que aquella era una buena idea y
comenzó a enviar notificaciones de Melisa sobre su falta de obediencia y
sujeción a las normas. Nunca llegaron a casa.
Melisa está actualmente en quinto grado. Janet y su esposo han hecho
todo lo imaginable para resolver este problema y tratar con el corazón
de su hija, pero hasta ahora ha sido en vano.
Así que, al comienzo de cada año escolar, Janet se reúne con las maestras
para explicarles la falta de sujeción a las reglas de su hija, y les da su
número de teléfono celular para que puedan llamarla directamente
cuando Melisa no entrega sus tareas.
Pronto, otras siguieron el ejemplo de la valiente madre y confesaron las dificultades que enfrentaban
al momento de hacer que sus hijas respeten la autoridad y sean obedientes. Estas son las cosas que
dijeron:
Tiene una actitud desafiante, pero solo en pequeñas cosas como no ponerse
desodorante o no hacer su cama.
Solo el 56% de las mamás seguía estando menos preocupada por su propia hija que por otras niñas
después de los debates sobre sumisión, obediencia, matrimonio y maternidad.
Si bien eso parecía más exacto, todavía me alarmaba. Pensemos que quizás muchas de nosotras
creemos esta mentira en algún momento de nuestra experiencia como madres.
Jesús es la fuente original y estándar de la verdad sobre nosotras mismas y de cómo debemos
comportarnos. Él dijo:
VERDAD DE ORO:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).
Él es la definición de la verdad. Si se lo pides, Él te revelará la verdad. Y su manera de hacerlo es,
principalmente, a través de la Palabra de Dios escrita: ¡la Biblia! De hecho, “la Palabra” es uno de los
nombres de Jesús (Juan 1:14).
¡En la Biblia encontrarás palabras que describen QUIÉN ERES y CÓMO DEBES
COMPORTARTE!
Si tu hija está teniendo dificultades para entenderse a sí misma, puede pedirle ayuda a Jesús. Esta es
una parte esencial de caminar en la verdad. Lleva más tiempo que solo enviarla a su habitación o
quitarle sus privilegios de mirar televisión, pero también es más duradero. Es cierto que tal vez tenga
que perder privilegios también, pero recuerda que las consecuencias no pueden ser la única respuesta al
pecado en su vida. Todo mal comportamiento es una oportunidad para ayudarla a tener más
comprensión del bien y el mal. Su comportamiento pudo haber sido pecaminoso, pero no te precipites a
mostrarle las consecuencias. Apresúrate a encontrar su corazón perdido y ayúdala a entenderlo.
La gracia retarda un poco las consecuencias para tratar con el corazón. La gracia es un regalo
inmerecido. Dios se la regaló a Adán y Eva. Te estoy pidiendo que le des a tu hija el regalo de la gracia
una y otra vez en forma de conversación. (Aunque tengas que lavar los platos, llegues tarde al
entrenamiento de fútbol de tu hijo y necesites despachar un paquete por correo antes que cierre).
Consolar a tu hija y mostrarle comprensión es una parte vital de instruirla en la verdad.
Más adelante en la narrativa, Dios les da aún más consuelo y les ofrece otras alternativas para
vestirse, que la ropa que Adán y Eva habían hecho a mano con hojas de higuera: les hizo ropa de pieles
de animales. Esto no es un detalle menor. No sabemos cuál de las bellas y perfectas criaturas de Dios
murió ese día, pero alguna tuvo que morir (Génesis 3:21). No nos damos cuenta de lo costoso que fue
ese regalo, porque hemos crecido en un mundo familiarizado con la sangre y la muerte, pero fue algo
que Dios nunca quiso para su tierra. Sin embargo, por amor a sus hijos, vino la muerte. Se derramó
sangre, lo cual señalaba a Cristo, el Cordero de Dios, que un día derramaría su sangre para que
podamos vestirnos de su justicia.
Recuerdo un momento cuando una de mis hijas me había hablado de manera irrespetuosa frente a
otros. Mi esposo no tenía ningún tipo de tolerancia ante eso, y su castigo fue que copiara todo el libro
de Proverbios en un cuaderno. Bob le explicó que responder mal a las autoridades no era respetuoso y
que muchas de las palabras que escribiría podían ayudarla a adquirir sabiduría.
No voy a mentir. Fue doloroso ver a mi niña preadolescente pasar innumerables noches en su
habitación, al parecer solo gastando bolígrafos de tinta mientras escribía 9.921 palabras de la verdad.
(Esta es la cantidad de palabras que hay en el libro de Proverbios. Lo averigüé). Sin embargo, una pila
de pañuelos húmedos por sus lágrimas creció mientras hacía su tarea.
En un momento dado, Bob sintió que había aprendido la lección. (La señal fue que ella se ocupó de
su tarea con diligencia, dejó de jugar con nuestras emociones y parecía tener una mejor actitud).
Entonces, él intervino para consolarla.
Los vi terminar de escribir Proverbios entre padre e hija. Él escribía un versículo. Luego ella escribía
otro, y así sucesivamente. Él acarreó las consecuencias con ella, y ese fue su consuelo.
Consolar a tu hija cuando ha creído una mentira y ha actuado en consecuencia no la está echando a
perder. Es llegar a la raíz de por qué ella pecó y evitar que lo repita.
Sin embargo, la estarás echando a perder si no cumples con el segundo acto de la gracia de Dios: la
confrontación.
Segundo, Dios los confrontó. La confrontación no es una forma de castigo, sino discipulado. El
castigo es dispensar consecuencias por un comportamiento pecaminoso. El discipulado es confrontar el
comportamiento pecaminoso y las actitudes del corazón con el propósito de instruir a tu hija en la
verdad. Puede incluir consecuencias, pero no se limita a estas, es decir, no termina con las mismas.
Cuando Dios confrontó a Adán y Eva, no comenzó con la triste lista del dolor al dar a luz, los
problemas de pareja, el trabajo duro, etc. Empezó con otra pregunta.
La historia del pecado en el huerto del Edén es una historia esperanzadora. La convicción de que
existe el pecado (que existe el bien y el mal) trae consigo las consecuencias de las decisiones que se
toman. Con tal fin, el pecado es un concepto útil porque tu hija puede aprender que tiene una decisión
que tomar la próxima vez que se enfrente con un sentimiento molesto, una mentira y la tentación de
pecar.
Creo que lo que enfrentan nuestras niñas hoy día es probablemente mucho más confuso que lo que
experimentaron Adán y Eva, aunque no puedo afirmarlo con seguridad. Al menos, Adán y Eva sabían
lo que estaba bien y lo que estaba mal (Dios se lo había expresado claramente); de modo que sabían
que habían pecado. No había incertidumbre.
No es tan fácil para algunas personas identificar el pecado en un mundo gobernado por la tolerancia,
la aceptación y el hedonismo. Borrar el concepto del pecado es confuso para nuestros hijos. Sin una
fuerte brújula del bien y el mal, tu hija podría no estar segura de qué hacer la próxima vez que se
enfrente a una decisión. Sin embargo, puedes darle el regalo de la gracia de confrontar su pecado.
No soy una persona confrontadora por naturaleza, pero he descubierto que la confrontación (cuando
se hace sin perder el control y con amor) es una prueba de que existe un vínculo. Comunica: “Te amo.
Quiero tener un vínculo contigo, ¡y tú lo estás poniendo en riesgo!”. (Piensa en esto la próxima vez que
discutes con tu esposo o con tu mejor amiga o necesites confrontar el pecado de tu hija).
Además, recientemente he recibido convicción al leer la vida del sacerdote Elí. Sus hijos eran
malvados y licenciosos. La Biblia indica que Elí fue castigado no por la maldad de sus hijos, sino por
no confrontar su pecado (1 Samuel 3:13).
Te ruego que rechaces la mentira de que tu hija no está en peligro como otras chicas.
Esta mentira es mortal para nuestras hijas porque desactiva nuestro sistema de alarma parental. Nos
ciega ante las señales de peligro. En vez de averiguar qué mentiras puede haber bajo los sentimientos
molestos, terminamos por excusarlos y explicarlos como simples cambios normales del desarrollo que
todas las niñas preadolescentes experimentan. No hagas eso.
Ármate con la verdad de que tu hija pecará, y prepárate para concederle la gracia de instruirla en la
verdad con una conversación consoladora y una firme confrontación.
Las respuestas de estas niñas ayudaron a revelar veinte de las mentiras más comunes que las niñas
creen: mentiras que se deben reemplazar con la verdad. Tu hija conocerá esta sección de su libro como
“El laboratorio de la verdad”. Esto es lo que leerá en su introducción a esta sección.
A veces, cuando hay problemas por resolver, las personas inteligentes dedican tiempo a clasificar
información en un laboratorio. Están tratando de descubrir la verdad acerca de algo: cómo curar una
enfermedad, el secreto para volar a la luna en una nave espacial o la respuesta de un animal al
adiestramiento. Están descubriendo y protegiendo la verdad para nosotras y aquellas que vengan en el
futuro.
¡Necesitamos descubrir y proteger la verdad para que nos ayude con nuestros problemas! Hay tantas
mentiras que nos confunden, que necesitamos un lugar para clasificar e identificar la verdad. De lo
contrario, podríamos perderla para siempre. Entonces, ¡bienvenidas a nuestro laboratorio de la verdad!
A medida que tu hija aprenda a clasificar, guardar y proteger la verdad, me gustaría que lo
consideraras un laboratorio donde puedas plantar semillas de la verdad en su vida. Cuando veas que
estas semillas comienzan a brotar, podrás alimentar las raíces nuevas y tiernas que están creciendo. Tú
y yo trabajaremos juntas para ayudarla a plantar estas semillas, fertilizarlas y, finalmente, fortalecer las
raíces de su sistema de creencias.
Cada uno de estos capítulos tendrá tres secciones.
[*] El 3% de las niñas reportó otros métodos de escolarización, como escuelas privadas no religiosas.
La verdad y mentiras sobre Dios
El primer tema que tu hija abordará en su laboratorio de la verdad es lo que ella cree acerca de Dios.
Estas creencias son fundamentales para lo que ella piense acerca de todo lo demás. Como Nancy
escribió en Mentiras que las mujeres creen:
Cada una de estas mentiras es importante, y las cubriremos en los próximos capítulos. Sin embargo,
lo primero que pensé cuando vi estos resultados fue: ¿Cómo pueden las mentiras sobre la fe y Dios no
ser la preocupación número uno de las madres cristianas?
Para explicar por qué eso fue tan significativo para mí, necesito volver atrás una década. Mi esposo
Bob y yo fuimos invitados a una serie de mesas redondas para establecer estrategias y orar sobre cómo
alcanzar y discipular a los preadolescentes. Asistieron líderes de organizaciones como AWANA, la
Asociación Evangelística Billy Graham, iShine y Enfoque a la familia. Bob y yo fuimos invitados
debido a nuestro interés en llegar a los preadolescentes a través de conferencias y recursos. Todos
comunicamos la creencia colectiva de que el éxodo masivo de la iglesia por parte de estudiantes en
edad universitaria fue el resultado de la falta de enseñanza bíblica durante los años de preadolescencia
decisivos para la formación de valores.
El encuestador George Barna, que formaba parte de nuestro grupo, advirtió que solo alrededor de un
tercio de los preadolescentes de los Estados Unidos se consideraba cristiano, lo que pronosticaría un
éxodo más numeroso de la iglesia en los próximos años.[2] Luego pasó a revelar mentiras específicas
que los preadolescentes creían en ese momento, entre las que se incluían:
El 80% creía que la Biblia, el Libro de Mormón [y] el Corán eran iguales.
El 56% creía que Jesús pudo haber pecado mientras estuvo en la tierra.
“Les ruego que inviertan la mayor parte de sus recursos (tiempo, dinero,
oraciones) en los niños”.[4]
GEORGE BARNA
Lágrimas de convicción y arrepentimiento llenaron mis ojos. Como sabrás, estaba dedicando mi
tiempo, dinero y oraciones a los niños, y era lo que me encantaba hacer. Sin embargo, la emoción que a
menudo sentía cuando hablaba de mi labor se describía mejor como vergüenza. (¿Acabas de identificar
un sentimiento molesto en mi historia?).
No me di cuenta hasta aquel día, pero había sobreentendido que mi labor no era tan importante como
la de los autores y conferencistas cristianos que ministraban a las mujeres adultas. Creía la mentira de
que invertir en la fe de los niños no era tan valioso.
Yo también personificaba esta creencia como madre. Al fin y al cabo, demostramos lo que creemos
por cómo actuamos. En ese momento, estaba tratando de sembrar la verdad bíblica en la vida de mis
hijos. Sin embargo, sentía que las horas que invertía en sus estudios, sus pasatiempos, su salud y sus
amistades eran considerablemente más estratégicos que el tiempo que invertía en su fe.
Déjame ser sincera: el mundo cristiano alimenta esta mentira. A menudo hago mucho énfasis en los
libros que publico para adolescentes y mujeres; pero las entrevistas de radio, los presupuestos de
marketing y las críticas en blogs de los libros que escribo para niñas más pequeñas son menos
frecuentes. Quizás hayas notado la misma dinámica en tu iglesia. Los presupuestos de los ministerios
para niños y la cantidad de tiempo dedicado a los niños en la plataforma principal a menudo son muy
pequeños.
¡Es incomprensible! Según una encuesta realizada por la Sociedad Bíblica Internacional, el 83% de
los estadounidenses se compromete a seguir a Cristo entre los cuatro y los catorce años.[5] Solo sobre
esta base, deberíamos proporcionar un sustancioso contenido espiritual a los niños.
Sin embargo, ahora tenemos un motivador mucho más siniestro: lamentablemente, las predicciones
que hizo Barna hace más de una década se han hecho realidad. Somos testigos de que cada vez son más
los niños que abandonan la iglesia cuando crecen. Mientras escribo esto, el porcentaje de adultos
emergentes de hoy, que se identifican como ateos es el doble del resto de la población adulta de los
Estados Unidos.[6]
La fe de la Generación Z, que son todos aquellos nacidos entre 1999-2015, está en crisis. Son la
primera generación verdaderamente “poscristiana”, nacida “en un momento de creciente apatía
religiosa”.[8] Una encuesta de la Universidad Biola reveló recientemente que el 70% de este grupo de
edad expresa “dudas persistentes y cuantificables acerca de que lo que la Biblia dice sobre Jesús sea
verdad. Y estos son los niños del grupo juvenil ‘más selecto’”.[9]
Como madres, las mentiras sobre la fe y Dios deben ser nuestra principal preocupación. Para mí, lo
fue, pero mi trabajo se vio obstaculizado por la falsedad que residía en lo profundo de mi espíritu. Tuve
que superar la mentira de que trabajar con niños, incluidos los míos, no era tan importante como otros
trabajos del reino. ¿Cómo hice eso? Descubrí que esta verdad contradice mis emociones y las voces que
me rodean.
VERDAD DE ORO:
“Pero Jesús les dijo: ‘Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan!
Pues el reino del cielo pertenece a los que son como estos niños’” (Mateo
19:14).
Jesús dijo estas palabras a personas como yo: los que creen la mentira de que la vida espiritual de los
niños es menos importante que la de los adultos. Todo lo que Jesús declara triunfa sobre las otras voces
de mi cabeza. He decidido ajustarme a esta verdad y hacer todo lo posible para acercar el corazón de
los niños lo más posible a Él, comenzando con mis tres hijos, Robby, Lexi y Autumn.
Cuando en un inicio vi que las madres de nuestros grupos de enfoque daban prioridad a “las
mentiras acerca de la autoestima” por encima de “las mentiras acerca de Dios”, se me rompió el
corazón. Entonces recordé mi propia batalla por la verdad y la forma en que Él me ayudó a ganarla.
Recordar esta victoria me llenó de esperanza.
Sé sincera contigo misma y piensa cuánto estás sembrando la verdad de Dios en tu hija. No tengas
miedo de atacar las mentiras que te estorben. Anímate: hay esperanza.
VERDAD #1:
¡Dios te ama siempre, pase lo que pase!
Tal vez Dios no sienta lo mismo por mí cuando actúo, hablo o me visto
[de cierta manera].
A veces sus sentimientos les dicen una mentira sobre el amor de Dios.
MENTIRA: “DIOS SOLO ME AMA CUANDO SOY
BUENA”.
¿Alguna vez has creído esa mentira? Creo que la mayoría de nosotras lo hemos hecho en algún
momento de nuestra vida. El pecado hace que sea difícil sentir el amor de Dios aunque nos siga
amando. Tratar de sentirse conectada con Dios después de haber pecado puede ser como intentar
descargar una canción o escuchar un episodio de Aventuras en Odisea cuando no tienes una buena
conexión de Internet. La conexión está allí, pero algo está interfiriendo con ella.[10]
El pecado impide que nos conectemos claramente con Dios. (Voy a explicar más sobre esto en otro
capítulo). Sin embargo, Dios sigue estando allí. ¡Y te sigue amando! Sí, te
sientes triste cuando pecas y, a veces, hay consecuencias; pero eso no significa que Él te haya dejado de
amar. Veamos lo que nuestro laboratorio de la verdad tiene almacenado de la Palabra de Dios.
VERDAD DE ORO:
“Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir
por nosotros cuando todavía éramos pecadores” (Romanos 5:8).
Dios no se sorprende por tu pecado. Él lo sabe TODO. No importa lo que hayas hecho o cuánto
hayas fallado, Dios todavía te ama y te perdona.
Entendí esto mejor después de ser madre. Una vez, cuando mi hijo era pequeño, me pidió agua.
Luego me dio su palabra de que no había estado jugando con la vela encendida en la otra habitación.
¡Parecía extraño! (En ese momento, podía oler el humo). Felizmente, solo se había prendido
fuego el borde de una manta y pude apagarlo rápidamente. ¿Sabes qué? Incluso cuando lo tuve que
rescatar de su propio error, no lo amé menos. De hecho, apagué ese fuego por amor. Quería
protegerlo.
¿Cuánto más te ama Dios, en toda su perfección? Te ama cuando te portas bien y cuando te portas
mal.
Le he pedido a Dannah que empiece por las mentiras que las chicas
creen acerca de Dios. Nada es más importante que esto. Si crees cosas de
Dios que no son ciertas, terminarás por creer muchas otras cosas que no
son ciertas.
“No hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más… No hay
nada que podamos hacer para que Dios nos ame menos”.
—Philip Yancey[11]
VERDAD #2:
¡Dios es todo lo que necesitas!
Dios es todo lo que necesitas, porque te ama y te dará todo lo que realmente necesites. Eva no
creyó esta maravillosa verdad. En cambio, creyó: ¡Mi vida sería mejor si tan solo
tuviera un bocado de ese fruto!
En aquel entonces, se enfrentó a una mentira que algunas chicas todavía
creen.
MENTIRA: “DIOS NO ES SUFICIENTE”.
Casi todas las chicas creen esta última mentira. Al hablar con ellas, me dijeron cosas como: “Lo
más importante de la iglesia son las buenas amigas”. O:
“Elegimos nuestra iglesia porque allí tengo amigas”. Lo que decían es:
“Dios no es suficiente. Necesito una amiga también”.
Mis amigas me ayudan a acercarme más a Dios y a tomar buenas decisiones. Espero que las tuyas
también. Sin embargo, nuestras amigas no deberían ser más importantes que Dios. Lee este versículo
bíblico de nuestro laboratorio de la verdad:
VERDAD DE ORO:
“Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de [sus] gloriosas
riquezas…” (Filipenses 4:19).
No hay nada de malo en tener amigas, unas excelentes vacaciones familiares o unos lindos pantalones
de jean. A veces son una gran adición a nuestras vidas, pero ninguna de estas cosas es tan buena o
provechosa como Dios. Él es quien nos lo da todo: nuestras amistades, nuestros cerebros, las mascotas
que amamos, el dinero que usamos para comprar ropa y mucho más. Solo Él puede ser suficiente.
Mi amiga de la vida real, Jenna Jones, de diez años, creció en Alemania, donde sus padres son
misioneros. Así es como ella aprendió esta verdad.
Jenna Jones,
Berlín, Alemania
“Por primera vez en mi vida iba a vivir en los Estados Unidos por un año. Estaba muy asustada. Pensé
para mis adentros: ‘No quiero ir. No voy a tener amigas’”.
Su familia llegó a los Estados Unidos durante las vacaciones de verano, y Jenna decidió tratar de
ser feliz aunque no tuviera amigas. Con el paso de las semanas, experimentó una amistad más cercana
con Jesús. No tenía idea de cuán buen amigo podría ser Él, y comenzó a creer que podía hacer
cualquier cosa, si Dios estaba con ella. Eso incluía ir a una nueva escuela sin amigas.
Entonces llegó el primer día de clases. La mañana fue difícil, mientras las que eran amigas se
saludaban y se ponían al día. Toda la mañana, trató de concentrarse en su tarea escolar y, en silencio,
siguió pidiendo a Dios que la ayudara. No podía creerlo, pero se sentía bien.
Poco sabía que Dios tenía un regalo preparado para ella.
“En el recreo, hice muchas amigas mientras jugábamos a fútbol juntas”.
Ella cree que Dios le dio esas amigas. A veces, Él es capaz de crear amistades
que jamás podríamos imaginar.
Dios quiere ser la persona más importante de tu vida. Y, presta mucha atención a esto, quiere que
sepas que puedes estar contenta e incluso feliz si Él decide no darte algo que tú deseas. Jenna estuvo
contenta en el verano y en esa primera mañana de clases, a pesar de que todavía no tenía amigas en la
escuela. Él quiere que experimentes la verdad de que solo Él es suficiente.
VERDAD #3:
Eres cristiana si crees en Jesús y lo recibes como tu Salvador.
“¿Crees en Jesús?”.
Cuando leí las respuestas que dieron 1531 chicas a mi cuestionario sobre la verdad y las
mentiras, noté algo triste.
VERDAD DE ORO:
“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el
que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).
¿Por qué murió Jesús por nosotras? Murió por nuestros pecados.
Ya hemos hablado del pecado, pero vamos a repasarlo. Cuando desobedecemos a Dios o decidimos
hacer lo que está mal, pecamos. Cosas como ser mala, mentir o hacer trampa son ejemplos de pecado.
La Biblia dice que todo ser humano de la tierra ha pecado. Eso nos incluye a ti y a mí.
El pecado nos separa de Dios. La Biblia dice que el castigo por el pecado es la muerte, PERO
DIOS NOS AMA y envió a su Hijo Jesús a morir en una cruz. La buena noticia es que Jesús
no siguió muerto. Él resucitó con el poder de perdonar nuestros pecados, y nos ofrece el regalo gratuito
de su salvación.
No sé tú, pero yo nunca he recibido un regalo gratuito sin tener que extender mi mano para
aceptarlo. Tú aceptas el regalo gratuito de la salvación de Dios cuando crees en Jesús y lo
recibes como tu Salvador.
Confiar en Jesús
Saber que Jesús es el Hijo de Dios
¡¿CREES EN JESÚS?
Si es así, estás lista para recibir a Jesús como tu Salvador, lo que significa pedir a Jesús que viva
dentro de ti y tome el control de tu vida. Romanos 10:9 dice: “Si declaras abiertamente que Jesús es el
Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo”.
¿Alguna vez has recibido a Jesús y le has pedido que perdone tus pecados? Si no, ¿por qué no haces
esta oración ahora?
_________________________
LA MENTIRA LA VERDAD
• Dios te ama todo el tiempo, todos los
Dios solo me ama cuando días. (Isaías 43:4)
soy buena. • Dios te ama a pesar de tus pecados.
(Romanos 5:8)
• Dios es todo lo que necesitas. (Salmos 23:1)
• Dios suple todas tus necesidades.
Dios no es suficiente. (Filipenses 4:19)
• Jesús quiere ser tu mejor amigo. (Juan
15:15)
• Eres cristiana a partir del día que crees
que Jesús es el Hijo de Dios que murió
Soy cristiana porque por tus pecados… (Juan 3:16)
_______________________.
• … y le pides que viva dentro de ti y
tome el control de tu vida. (Romanos 10:9)
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!
Anoche, una de mis bebitas ya crecidas (todavía las llamo así) se sentó en el borde de mi cama y
tratamos de solucionar un problema. Me contó lo que le preocupaba y luego preguntó: “¿Qué debo
hacer?”.
¡Ahí fue cuando me asaltó! Ese estado comatoso de adormecimiento, que mencioné en el capítulo 1,
apareció y me dejó sin habla. Mi joven hija adulta me estaba haciendo el regalo de una invitación para
que fuera su sabia consejera, y me había quedado sin palabras.
Oré y le pedí a Dios que abriera mis labios, y Él fue fiel para darme las palabras correctas. ¡Qué
dulce momento tuve con mi hija! La batalla fue fácil para mí esta vez porque la he luchado varias veces
y he aprendido a usar la verdad y la oración para combatir el adormecimiento.
Muchas madres experimentan esta misma sensación de incapacidad cuando sus hijas necesitan
consejo o disciplina. En los grupos de enfoque, varias mujeres usaron el término estado comatoso para
describir esa sensación extraña que nos sobreviene. Les pedí que trataran de discernir qué lo causaba.
Creo que muchas de nosotras tenemos miedo de ser legalistas… así que nos inclinamos
hacia una posición que no deberíamos sostener. Tenemos miedo de hacerle creer cosas
perjudiciales sobre sí misma.
Rebelión. A veces parece como si todo fuera una batalla, y tengo miedo de que se
rebele. Si ella no se siente aceptada, podría rechazar mi consejo.
¿Notas el denominador común? El temor. (¿No nos encargamos ya de ahuyentar esa emoción en el
capítulo 2?). Sin embargo, este temor estaba vinculado a algo muy específico. Aunque el temor de cada
mujer se manifestaba de manera diferente, por lo general, estaba arraigado en la posibilidad de que una
madre pueda afectar la autoestima de su hija o su confianza en sí misma.
Cuando comencé a experimentar esto, no tardé mucho en darme cuenta de que temía avergonzar a
mis niñas o herir sus sentimientos con mis palabras. Incluso cuando sabía qué decir, no sabía cómo
decirlo sin correr el riesgo de afectar su confianza en sí mismas. Después de todo, había una gran
cantidad de otras fuerzas que intentaban atacarlas, y yo no quería ser una más.
Desde las chicas malas hasta la publicidad de los productos de belleza, parecía que la vida era una
enorme mina terrestre llena de explosivos contra la autoestima.
Presenté mi temor a Dios y le pedí que me diera claridad. Fue entonces cuando detecté una mentira
en mi sistema de creencias:
VERDAD DE ORO:
“Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos
muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su
dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán
desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada
sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán -
control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a
sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el
placer en lugar de amar a Dios” (2 Timoteo 3:1-4).
Ahora bien, aquí hay algo que encuentro en especial alarmante.
Muchas de las mamás con las que he hablado, que mencionaron la autoestima como la preocupación
principal que tenían por sus hijas, fueron testigos de un giro irónico. Sus niñas, que luchaban con una
baja autoestima, a menudo mostraban un fuerte sentido de autocomplacencia.
Estas madres se sentían frustradas por la falta de sumisión, la falta de amabilidad con el prójimo, la
falta de respeto por la autoridad y el deseo por las cosas materiales que veían en la vida de sus hijas.
¿Encuentras estas cosas representadas en el versículo bíblico anterior? Ese pasaje parece advertirnos
que cuando el amor por uno mismo se convierte en una preocupación preeminente, cualidades como la
desobediencia, la ingratitud, el amor al placer y la traición a los amigos marcarán la vida de una
persona.
No es que a Dios no le importe qué siente tu hija acerca de sí misma. Si la Biblia es rica en algo, es
en la verdad de que a los ojos de Dios tenemos un valor incalculable. Efesios 1 es uno de mis pasajes
favoritos, que me recuerda lo que Dios piensa de mis niñas y de mí. Declara que somos elegidas,
bendecidas con toda bendición espiritual, amadas, santificadas, adoptadas, perdonadas, unidas a Cristo,
herederas de Cristo y más. Y eso es lo que podemos saber de uno solo de los 1.189 capítulos de la
Biblia.
Lo que tu hija cree de sí misma debe estar arraigado en lo que Dios dice, no en lo que ella siente.
Continúa animándola a creer en su Palabra y, con el tiempo, se sentirá amada, aceptada y perdonada.
Los sentimientos de baja autoestima no pueden entrar en un corazón que está seguro de lo que significa
estar en Cristo.
Tu hija no necesita mayor autoestima, sino una mayor estima de Dios. Si ella entiende quién es
Dios, será consciente de cuánto vale y no se creerá mejor de lo que es.
HABLA CON DIOS:
Usa 2 Timoteo 3:1-4 para examinar tu corazón y la vida de tu hija. ¿Está el amor a uno mismo
creando tendencias pecaminosas en cualquiera de ustedes? Encierra en un círculo las cosas de esta lista
que se manifiestan en tu vida y/o en la vida de tu hija. Pide a Dios que te muestre qué quiere que hagas
al respecto. Escribe tus confesiones y peticiones a Dios en la página siguiente.
Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy
difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán
fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus
padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. No amarán ni
perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles
y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se
llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios (2 Timoteo
3:1-4).
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VERDAD #4:
¡Dios te eligió!
Tú eres una obra del Artista Maestro, Dios. La Biblia dice que Él te entretejió, es decir, que
te diseñó cuidadosamente y te hizo con sus manos.
¿Alguna vez has hecho algún tejido? ¡Requiere MATEMÁTICAS! Es un trabajo
cuidadoso y preciso. Si no cuentas correctamente, tu tejido será un completo desastre. ¡Las puntadas
deben ser precisas o se verá muy mal confeccionado!
Lo importante aquí es que Dios no solo unió un montón de cosas al azar y dijo: “Oh, ah! ¡Mira eso!
¡Creo que hice una Ema!” (o una Yanina o una Cloe). ¡No! Él te diseñó y te hizo cuidadosamente. Dios
ha diseñado cada una de las habilidades que posees.
Aun así, puede que haya días que no te sientas tan bien contigo misma. Suele suceder.
Estos pensamientos ocurren cuando nos comparamos con otras personas y escuchamos la opinión de
los demás. Una forma de saber qué opinan otros es cuando nos eligen… o cuando no lo hacen.
Duele cuando no nos eligen. Recuerdo cómo me sentí cuando me sucedió: rechazada,
avergonzada y juzgada.
Esta mentira viene con un sentimiento “supermolesto”. Cuando empezamos a creer esta mentira, se
trata de algo más que nuestra habilidad para el fútbol o nuestra calificación de matemáticas. Sentimos
como si lleváramos una horrible etiqueta que nos define.
¿¡Adivina qué!? Jesús te entiende. Él también tenía personas que le juzgaban, ignoraban, rechazaban
¡y “no le elegían”! La Biblia dice que Jesús entendía las debilidades que enfrentaban los seres humanos,
e incluso tuvo las mismas tentaciones que tú y yo. Ya que estamos tentadas a creer que no somos muy
capaces, es probable que Él también lo haya sido. Aunque no sabemos exactamente cómo, Isaías 53:2
asevera que Él no era muy atractivo. Tenía al menos una cosa en la que era “inferior” a aquellos que
lo rodeaban.
Estoy bastante segura de que Él era consciente de esto, PERO… la Biblia dice que nunca pecó.
¡Eso significa que jamás creyó ninguna mentira! Ahora bien, ¿por qué Jesús nunca creyó la mentira de
que no era tan capaz?
Pues bien, 1 Pedro 2:4 dice que “La gente lo rechazó, pero Dios lo eligió para darle gran honra”.
JESÚS experimentó el rechazo de los hombres. Las personas decían cosas sobre Él que no eran
buenas, pero Él no escuchaba sus opiniones. En cambio, decidió
creer lo que Dios el Padre decía de Él. Esa era la única opinión que le
importaba, y la que usaba para decidir qué creer de sí mismo.
Veamos lo que Dios dice de TI para ayudarte a saber qué creer de ti misma.
VERDAD DE ORO:
“Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en
Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos” (Efesios 1:4).
Tu confianza siempre se va a derrumbar si te comparas con los demás y escuchas qué opinan de ti.
¡Deja de obsesionarte con quién no te eligió! En cambio, concéntrate en Aquel que sí
te eligió.
COMIENZA A ESCUCHAR Y CREER
LA OPINIÓN DE DIOS SOBRE TI.
Él conoce la verdad.
Y la verdad es que Dios te eligió y te elegiría siempre.
VERDAD #5:
La belleza que más le importa a Dios está dentro de mí.
Te gusta cómo te ves? Si tu respuesta inmediata es no, no eres la única. La mentira que estoy a punto
de revelar está relacionada con la última que hemos visto. Muchas chicas dicen: “¡No soy tan -
bonita!”. No obstante, el problema de la belleza es tan grande que merece su propia declaración
de la verdad.
Casi la mitad de las chicas con las que hablamos no están
contentas con su apariencia.[2] Cuando les preguntamos qué parte de su cara o cuerpo
no les gustaba, la respuesta número uno fue su peso. A veces consideraban que pesaban demasiado y
otras muy poco.
Sé que esto se debe, en parte, a que estamos rodeadas de chicas bonitas en la televisión, en YouTube,
en las películas y en los anuncios comerciales. Y puesto que estas chicas reciben mucha atención y, a
veces, se vuelven famosas, es fácil compararnos con ellas.
VERDAD DE ORO:
“El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga
por las apariencias, pero el Señor mira el corazón” (1 Samuel 16:7).
Así que quiero que te concentres en la belleza que más importa: tu corazón. Eres muy hermosa para
Dios cuando te interesa vestirte con cualidades como bondad, amabilidad y alegría, en lugar de un par
de zapatos de última moda o un brillo de labios sensacional.
En ninguna parte, la Biblia dice que es malo querer ser bella o apreciar
la belleza en otra persona. Sin embargo, está mal obsesionarnos por la
belleza física y no preocuparnos por la belleza de nuestro corazón. Así
que dedica tiempo a practicar la amabilidad. Pide a alguien que te ayude
a ser más sincera. O aprende a ahorrar dinero para ofrendarlo a tu
iglesia o ser generosa con alguien que tenga una necesidad especial.
¡Estas cosas son hermosas para Dios!
VERDAD #6:
Estás lista para más responsabilidad.
NOTAS PARA MAMÁ
Acerca de la verdad #6:
A medida que tu hija entra en la etapa de la vida donde se individualiza y se
convierte en su propio yo, podría desarrollar cierta fuerza de voluntad. Eso es
bueno, porque le da la fuerza necesaria para plantarse en sus crecientes
convicciones bíblicas. También le ayuda a ver las necesidades y brindar su
colaboración de manera responsable sin que se lo tengan que pedir. Por
ejemplo, podría levantarse de la mesa de la cena y comenzar a descargar el
lavaplatos lleno para ayudarte a limpiar la mesa o podría hacer su cama sin
necesidad de que le insistas. (Suena bien, ¿verdad?). Estos son
comportamientos de una jovencita madura.
Sin embargo, muchas niñas no quieren usar su madurez para ser
responsables. En cambio, quieren usarla para tener cosas. ¡La fuerza de
voluntad aparece aquí también!
¿Cómo puedes distinguir entre una sana fuerza de voluntad y una mala
actitud pretenciosa? Aquí está la prueba determinante: cuando le niegas algo
a tu hija (ir a una fiesta de pijamas o comprarse un nuevo par de pantalones
de jean), debería causarle un poco de tristeza y decepción natural, sin que te
deje de hablar o manifieste una rabieta o una furia total. Estas últimas son
respuestas inmaduras, egocéntricas y pecaminosas a la autoridad.
Si bien estos comportamientos pueden ser “normales” en nuestra cultura, no
están bien y son pruebas de que desea cosas y privilegios, en lugar de
responsabilidad y confianza.
Sugerencia de conversación para la verdad #6:
La responsabilidad no es necesariamente divertida, pero sí produce un sentido
interno de realización. Habla con tu hija sobre las responsabilidades que te
cuestan cumplir. (Para mí, sería ir a hacer las compras y doblar la ropa.
Ambas cosas son tan repetitivas que siento como si fueran una pérdida de
tiempo. Solía tenerles pavor).
Después cuéntale cómo has decidido abordar ese deber con una buena
predisposición, sin quejarte ni discutir. (Utilizo el tiempo de las compras y la
lavandería para orar por mi familia. Cuando selecciono su comida favorita en
el supermercado o doblo su ropa, hablo con Dios sobre ellos. ¡Esto ha
cambiado totalmente mi corazón!).
Dedica un momento a escuchar el corazón de tu hija sobre las
responsabilidades que le cuestan cumplir. Ayúdala a desarrollar algunas
formas creativas para realizarlas.
___________
¿Sabías que el papel de los “adolescentes” y “preadolescentes” ha variado con el tiempo? Antes
la edad del niño no era tan importante. ¿Quieres saber lo que realmente importaba? ¡La
responsabilidad!
Cuando Jesús vivió en la tierra, un niño de doce años quería ser considerado responsable. Se
esperaba que él o ella fuera sabio, maduro y responsable.
RESPONSABILIDAD
“Hacer las cosas que se espera que hagas y aceptar los
resultados de tus acciones”.[4]
Una niña podía caminar una larga distancia para ir a buscar agua para su familia todas las mañanas o
hacer pan para la cena familiar todas las noches. Ella sabía que no hacer esas cosas daría lugar a una
familia sedienta o hambrienta. En aquel entonces, las niñas de ocho o nueve años estaban pensando en
aprender a HACER cosas.
Tomó casi dos mil años que eso cambiara. Los chicos y las chicas, en general, se empezaron a
interesar menos en la responsabilidad cuando se distrajeron con cosas nuevas como los automóviles, el
cine y el maquillaje. Los fabricantes de estos productos en los Estados Unidos incluso inventaron las
palabras “teen” (“adolescente”) y “tween” (“preadolescente”)[5] para poder convencer a esos grupos de
edad de que necesitaban comprar cosas. Les dijeron a las chicas que necesitaban cosas. ¿El
resultado? Hoy día, muchas chicas quieren TENER cosas.
Y a veces son cosas que los adultos (padres, maestros o legisladores) piensan que son cosas para las
que las chicas todavía no están listas. Algunas chicas piensan que su vida tiene demasiadas reglas
si no pueden tener la libertad de tener lo que quieren.
Y cuando piensan mucho en eso, comienzan a creer una mentira.
MENTIRA: “NECESITO MÁS LIBERTAD”.
Espero que hayas marcado con un círculo la segunda respuesta, pero estoy agradecida por tu
sinceridad si marcaste la primera. Basada en mis conversaciones con las adolescentes, muchas de ellas
probablemente marcarían la primera respuesta porque se quejaban mucho de cosas como:
“¡TENGO que hacer tareas!”.
“Mis padres me obligan a hacer una cantidad ridícula de tareas, ¡pero no me permiten tener nada
bueno como un teléfono celular o maquillaje!”.
Me pareció que algunas de ellas se quejaban de tener responsabilidades. Es hora de llevar nuestras
actitudes quejosas al laboratorio de la verdad.
VERDAD DE ORO:
“Hagan todo sin quejarse y sin discutir” (Filipenses 2:14).
Llegará el momento cuando tomarás tus propias decisiones, pero debes
demostrar que estás lista. Busca oportunidades de practicar la
responsabilidad, no la libertad.
En lugar de quejarte y decir: “TENGO que hacer tareas”, una niña madura dice: “VOY A
hacer tareas”. Es bueno ayudar a las personas que amas y con quienes convives. Ser una preadolescente
significa que es hora de que comiences a crecer. Incluso Jesús tuvo que CRECER en sabiduría y
madurez (Lucas 2:52). ¡No se le había dado libertad solo por ser el Hijo de Dios!
LA
LA VERDAD
MENTIRA
• Dios te eligió (Efesios 1:7).
• No somos “muy capaces” sin Dios, pero nuestra
No soy muy
“aptitud” proviene de Él (2 Corintios 3:5).
capaz.
• Eres la obra maestra de Dios (Salmos 139:13-14; Efesios
2:10).
Las chicas bonitas
• Dios mira mi corazón (1 Samuel 16:7).
valen más.
• Estás lista para más responsabilidad (Lucas 2:52).
Necesito más
libertad. • Dios quiere que aceptes la responsabilidad sin
quejarte ni discutir (Filipenses 2:14).
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!
Lo que a menudo llamamos “el padrenuestro” es la oración modelo que nos dio el mismo Señor Jesús
para enseñarnos a orar. Podemos usar este modelo para interceder por nuestras familias.
No necesito que me persuadan para que recite las partes de la oración que benefician a mi familia y a
mí.
Cuando Bob y yo éramos jóvenes casados, con un bebé y una despensa vacía, recuerdo que le pedí
literalmente al Señor que nos diera el pan nuestro de cada día. Se lo pedí todo el santo día. Qué alegría
fue llegar a casa y encontrar un cheque de un amigo anónimo que había escuchado que habíamos hecho
un trabajo de marketing gratuito para una escuela secundaria cristiana.
También recuerdo haberle pedido que me perdonara por el pasado sexual, que había llevado a mi
lecho matrimonial santo y puro. Con un corazón afligido, le supliqué a Dios, durante una década, que
restaurara mi matrimonio (y mi vida). Ha sido una gloriosa evolución experimentar la gracia y la
sanidad de Dios en mi vida, y luego que Él me use para ayudar a otras mujeres a experimentar una
restauración.
A veces, con lágrimas en los ojos, he orado por mis hijos adultos cuando le pedí a Dios que no los
meta en tentación. Hay muchos señuelos y trampas en el mundo que nos rodea.
Estas cosas son fáciles de pedir en oración. Naturalmente, rogamos a Dios que nos dé, nos provea y
nos proteja.
Sin embargo, no es tan fácil decir las partes de esta oración que requieren nuestra entrega y
obediencia. Cosas como: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra”.
La palabra “venga” es un verbo imperativo. Es decir, un llamado a la acción. Si bien el reino de Dios
ya se había establecido en la tierra (Salmos 103), había y hay un sentido en que aún no ha venido. El
pastor John Piper señala que la oración es una petición a Dios para que “continúe transformando el
mundo en un lugar donde todos le obedezcan con todo el corazón y con gozo”.[1] En otras palabras, no
solo debemos pedirle que esta tierra se parezca un poco al cielo, sino que debemos cooperar con Él para
que eso suceda. El exitoso autor, Philip Yancey, señaló que podríamos orar fácilmente de esta manera:
Es difícil vivir bien en este mundo. Y nadie ve más lo mal que vivo que mi familia. Los he lastimado
con mis palabras, mis pecados, mi egoísmo y mi ambición. ¿Puedes identificarte? Por supuesto que
puedes. No me sorprendí cuando leí algunos de los comentarios que escribieron las niñas cuando les
preguntaron sobre sus familias:
Estas son vidas destruidas. Así como mi vida está destruida en algunas partes. Y como lo está la
tuya, me imagino. ¡Y aun así! Aunque Dios sabía que nuestra vida estaría destruida, decidió que el
matrimonio y la familia fueran una imagen de su amor. Varias veces en las Escrituras está escrito que el
hombre y su mujer se convertirían en “uno solo”, para poder mostrar el amor de Cristo por su esposa, la
Iglesia (Génesis 2:24; Marcos 10:8; Efesios 5:31-32). Esto es cierto a pesar de que muchas de nosotras
hemos experimentado dolor en nuestros matrimonios (o por la falta de un matrimonio). Es cierto
aunque el matrimonio de tus padres… o el tuyo… haya sido doloroso o haya acabado mal. A pesar de
nuestra destrucción, el matrimonio es una relación que Dios creó para mostrar su amor por nosotros.
Además, la Palabra nos llama hijos de Dios (Juan 1:12). Él se revela a sí mismo como nuestro
Padre. La palabra adopción describe el acto de salvación cuando somos integrados a la familia de Dios
(Efesios 1:5). Una familia que funciona de la manera que Dios quiere, ayuda al mundo perdido a ver a
Dios y su reino.
No es de extrañar que Satanás ataque a nuestras familias con tanta persistencia.
Quiero sugerir que la forma más eficaz de invitar al reino de Dios a venir a la tierra tal vez no sea
servir como directora del ministerio de niños de tu iglesia… o cantar en un grupo de alabanza… o
dedicar tu vida a servir en un campo misionero en otro país… o escribir ese libro que está ardiendo
dentro de ti. No. Esas cosas, por supuesto, sí importan, pero no hay una manera más poderosa de invitar
al reino de Dios a venir, que hacer que este mundo perdido se detenga a creer en su reino de bondad por
la bondad que ve en tu familia.
No tienes que tener una familia perfecta. Solo tienes que seguir trayendo a tu familia a Jesús y su
verdad cuando las piezas rotas necesitan restauración.
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Piensa en la última mentira: “Necesito más libertad”. Una de las razones por las que las chicas
sienten que necesitan libertad es debido a las reglas de su familia. A veces estas reglas son diferentes de
las que tienen las familias de sus amigas.
“Soy adoptada”.
“Somos de diferente color”.
“Vivimos en la India”.
“Mis padres son artistas, así que todos somos un poco excéntricos”.
Muchas de estas chicas dijeron que su vida sería mejor si su familia se pareciera “solo un poco” más
a la de todos los demás. Quieren ser normales, pero ¿es eso lo mejor? Por ejemplo, muchas de
ellas declararon que se pelean con sus hermanos… ¡mucho!
VERDAD DE ORO:
“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien
dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la
manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios
para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
La Biblia dice que NO debemos ser como todos los demás. En cambio, debemos dejar que Dios
controle nuestra manera de pensar. La diferencia que se debe ver en una familia cristiana se resume
bien en lo que una niña escribió:
Podrías decir: “¿Pero qué tiene que ver esto con no comer azúcar?”. O tal vez quieras saber: “¿Cómo
me ayuda esta verdad si tengo la familia MÁS NUMEROSA de la iglesia, y siento que
somos una especie de rareza?”.
Pues bien, hay ALGUNAS cosas que hacen tus padres porque Dios los guía a tomar
decisiones que son únicas. Y, si realmente lo piensas, algunas de las cosas que hacen que tu vida sea un
poco diferente son supergeniales. Dios les pide a algunos padres que adopten y a otros que sean padres
adoptivos. Les pide a algunos que sean misioneros en la India y a otros que dirijan una iglesia en Ohio.
Y también hay ALGUNAS cosas que hacen tus padres solo porque les gusta o porque creen
que es lo mejor para tu familia, y eso los hace diferentes. Podrían tener una dieta diferente o ser
artísticos o criar cabras.
Tu familia es diferente. ¡Eso es bueno!
Por supuesto, a veces las diferencias en tu familia son verdaderamente dolorosas. Hablaremos de eso
a continuación.
VERDAD #8:
Puedes ser feliz incluso en una familia destruida.
Algunas chicas pensaban que su familia era rara debido al divorcio, el exceso de trabajo, la
enfermedad e incluso la muerte. En casos extremos, las chicas incluso cuestionaron si sus padres las
amaban o no. Muchas de nuestras familias están muy destruidas.
“Mi papá está casi siempre en el hospital. Mi mamá siempre está enojada, pero tengo a
mi perro, así que eso ayuda”.
“Tengo una hermana enferma, por lo que llegamos tarde a casi todo”.
“Mi papá nunca está en casa porque trabaja en el tercer turno, y cuando está en casa,
solo duerme y se enoja”.
Entiendo tu dolor. He tenido algunas situaciones tristes en mi propia familia que me causaron
muchas lágrimas. No es malo estar triste cuando sientes que tu familia está destruida. Dios ve tu dolor.
La Biblia dice que Él “lleva la cuenta de todas [tus] angustias y ha registrado cada una de ellas en [su]
libro” (Salmos 56:8). Él solo haría eso porque le importas y quiere ayudarte.
Al mismo tiempo, Él no quiere que nos resignemos a estar siempre tristes. Puede ser tentador
sumirse en la tristeza. Es decir, pensar en eso todo el tiempo, TODOS LOS DÍAS,
e incluso creer que eso nunca cambiará.
Aquí está el problema con eso: podrías empezar a creer una mentira.
MENTIRA: “MI FAMILIA ESTÁ DEMASIADO
DESTRUIDA PARA QUE ALGUNA VEZ SEA FELIZ”.
Cuando crees la mentira de que no puedes ser feliz a menos que todo en tu familia y en tu vida esté
bien, depositas tu confianza en el lugar equivocado. Jesús quiere que esperes en ÉL, no en tu familia.
La verdad es que la felicidad no se encuentra en la familia ni en ninguna relación humana. El verdadero
gozo solo se puede encontrar en Jesús.
Ahondemos un poco más para descubrir la verdad de Dios.
VERDAD DE ORO:
“He aprendido a estar contento con lo que tengo” (Filipenses 4:11).
Déjame explicarte la palabra contenta. Es un poco diferente del tipo de felicidad que se siente en
la mañana de Navidad. No es el tipo de felicidad que sientes cuando todos tus amigos vienen a tu fiesta
de cumpleaños. Es un tipo diferente de felicidad. Es calma y serena. Es como sentirse bien.
El hombre que escribió el libro de Filipenses en la Biblia entendía que tal vez no podamos controlar
las cosas que nos suceden, pero las cosas que nos suceden no tienen que controlarnos. Si bien pasó por
algunas situaciones difíciles, como ser encarcelado por hablar de Jesús, incluso allí estaba contento.
CONTENTAMIENTO
“Un estado de serena felicidad”.[4]
La verdad es que si no estás contenta con tu familia ahora, puede que no estés contenta toda tu vida
porque en el mundo hay destrucción y suceden cosas malas.[*]
Talía, una niña de nueve años, sabe lo que se siente al tener una familia destruida. Cuando nació, su
madre no tenía mucho dinero. Compartían la misma cama, y Talía guardaba toda su ropa en una bolsa
de basura.
Talia Saum,
Minnesota, Estados Unidos
“Con frecuencia, cuando me despertaba, no había casi nada para comer. A veces mi madre ni siquiera
estaba en casa, y yo solo me volvía a dormir hasta que ella regresaba”.
Las cosas fueron de mal en peor hasta que Talía tuvo que ir a vivir a un hogar para niños porque su
madre no podía cuidarla. Pronto se fue a vivir con una familia de acogida. Allí escuchó acerca de Jesús.
“Me encanta que Jesús ame a todos sin importar lo que hayan hecho. Él cambió toda mi vida”.
Talía fue adoptada por su familia de acogida cuando tenía siete años, pero siempre hay una parte de ella
que es consciente de cómo pueden ser las familias destruidas.
“Cada noche oro para que mis padres biológicos se conviertan a Cristo. Y debido a todo lo que
he pasado, ahora me gusta hacer cosas por los demás. No solo quiero pensar en mí misma y en
lo que yo necesito. Sé qué es estar herida, y sé en quién puedo confiar: Dios”.
Talía aprendió lo que significa estar contenta. Su historia es de mucha inspiración para mí.
Tal vez no podamos controlar las cosas que nos suceden, pero las cosas
que nos suceden no tienen que controlarnos.
VERDAD #9:
Dios te da alegría cuando honras a tus padres.
Mi mamá era una de mis mejores amigas cuando era niña. Una relación así es algo que apreciar,
porque no todas las chicas comparten una amistad especial con su madre. Si deseas tener esta
experiencia, debes saber que incluso aquellas de nosotras que somos amigas de nuestras madres hemos
experimentado el dolor de sentirnos malentendidas.
Por ejemplo, puedes tener un día perfecto en el que te ríes mucho y comes masa para galletas hasta
que no puedas moverte. Justo cuando sientes que tu madre es la mejor del planeta, ¡todo se echa
a perder! Le pides a tu mejor amiga-mamá que te lleve a ver una película que “todos los demás
están viendo”, pero te dice que no. Y luego agrega: “No voy a criar a una más del montón, ¡sino a una
que sobresalga del montón!”.
Eso es algo real que mi madre me decía siempre que quería hacer algo que “todos los demás estaban
haciendo”. Admito que muchas veces salía enojada dando zapatazos. A veces dejaba de hablarle a mi
mamá. ¡Eso no estaba bien! ¿Por qué actuaba de esa manera?
Bueno, a veces me creí esta mentira.
MENTIRA: “MIS PADRES NO ME ENTIENDEN”.
¡A veces sentí que mis padres eran tan viejos que no podían entenderme! ¿Alguna vez te has sentido
así? Esta mentira puede aparecer con otras mentiras, tales como: “No tengo que honrar a mis padres
porque son muy anticuados” o “Mi mamá (o papá) no me quiere” o “¡Se supone que mi madre es
mi mejor amiga!”. No importa qué forma tome, corres el riesgo de creer esta mentira cuando no te
gusta cómo son tus padres… bueno, cómo te están criando.
Lo que viene después a menudo es feo. (¿Mencioné salir enojada dando zapatazos, dejarles de hablar
a mis padres, discutir, tener una rabieta y ser IRRESPETUOSA con mi excelente madre?).
¿Acaso los seres humanos no obedecemos, respetamos y honramos de manera natural? (¡Parece que
no!).
Tengo una verdad de oro para ti. No es muy suave, porque necesitamos una verdad bien directa.
VERDAD DE ORO:
Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues
esto es lo correcto. “Honra a tu padre y a tu madre”. Ese es el primer
mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu
madre, “te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra” (Efesios 6:1-3).
Este pasaje no necesita mucha explicación. Debes honrar a tus padres, es decir, tratarlos con respeto.
5
MANERAS PRÁCTICAS DE HONRAR A TUS PADRES
Acepta sus decisiones, aun cuando no te gusten las decisiones que tomen.
(No salgas enojada dando zapatazos, no discutas ni les dejes de hablar).
Esta es la maravilla que sucede cuando empiezas a practicar esta difícil tarea de honrar a tu padre y a
tu madre: ¡te sientes bien!
Se llama alegría. Es una grata sensación interna que experimentas cuando las cosas externas no salen
como tú deseas. Proviene de hacer lo correcto. Esto tiene sentido porque nuestra verdad de oro dice que
todo “te irá bien” cuando honres a tus padres.
Déjame mencionarte un hecho importante:
Por sobre todo, ella es tu mamá. No olvidemos a tu papá. Conozco a muchas chicas con relaciones
especiales padre/hija. Deberías valorar eso, pero aun así debes ser fiel en honrar, respetar y tratar a
ambos como tus padres.
LA MENTIRA LA VERDAD
• Tu familia es diferente. Eso es bueno
(Romanos 12:2).
• Lo normal está sobrevalorado (Efesios
Mi familia es rara.
4:17, 19-20).
• Deberías distinguirte de las demás
(Filipenses 2:15).
• Puedes ser feliz incluso en una familia
destruida (Filipenses 4:12-13).
Mi familia está demasiado • Dios quiere que confíes en Él, no en tu
destruida para ser feliz. familia (Salmos 118:8).
• Puedes aprender a estar contenta pase lo
que pase (Filipenses 4:11, 13).
• Debes honrar tanto a tu padre como a tu
madre (Efesios 6:1-2).
Mis padres no me entienden. • Obedece a tus padres (Efesios 6:1-2).
• Dios te da gozo cuando honras a tus
padres (Efesios 6:3).
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!
una manera que te hace sentir incómoda o te dice muchas cosas crueles, ¡DÍSELO A ALGUIEN! Eso
se llama abuso, y nunca debes estar contenta con eso.
La verdad y mentiras sobre el pecado
Cuando mi Lexi tenía siete u ocho años, se acercó para darme su viejo gato de peluche. Con los ojos
llenos de lágrimas, me confesó que lo había robado de nuestra iglesia anterior en Missouri.
Rápidamente, hice algunos cálculos mentales. Nos habíamos mudado a Pensilvania hacía casi tres
años. Eso significaba que mi dulce niña había estado llevando consigo más que un juguete robado.
También había estado llevando la pesada carga de un secreto durante mucho tiempo.
Oré: “Señor, ¿cómo practico la gracia en esta situación?”.
Después escuché el corazón de mi hija. Fue muy difícil y complicado como lo puede ser para una
pequeña que ha sido golpeada con la herramienta favorita del enemigo: la vergüenza.
Lexi sintió el impulso de escribir una carta al pastor Tim Cook, para disculparse y pedirle perdón.
Así lo hizo. Luego nos dirigimos a una tienda y compramos un gato idéntico. Lo empacamos y lo
enviamos, junto con el peluche gastado y la confesión manuscrita de mi hija.
Unas semanas más tarde, llegó a nuestro buzón de correo una carta de ese querido hombre. La nota
llena de gracia del pastor Cook decía que perdonaba a Lexi. También mencionó lo orgulloso que estaba
de su confesión. Y animó a mi niña a que nunca tuviera miedo de contarle a alguien cuando hubiera
pecado.
La mayoría de nosotras tenemos miedo de contarle a otra persona nuestro pecado en algún momento
de nuestra vida.
El 54% de las niñas de siete a doce años, que participaron en nuestra encuesta, ocultaban algún
secreto sobre un pecado.
Algunas de las chicas escribieron comentarios que definían su pecado. En casos específicos, eran
cosas que estoy bastante segura que sus padres ya sabían, como:
Leo por la noche. No debería hacerlo, pero trato de ocultar el libro. La mayoría de las
veces lo logro.
Sin embargo, no todos los secretos que escondían las chicas eran tan inocuos. Muchas de ellas
escribieron comentarios que revelaban profundas batallas con la vergüenza, el miedo y la tentación.
Como los siguientes:
Siento que odio a mi madre y no veo la hora de ser mayor. Soy mala en la escuela con
alguien que ha sido mala conmigo.
Hay una chica que dice ser cristiana, pero no actúa como tal. Siempre está hablando de
sexo. Mira pornografía. Me muestra videos inapropiados. Paso mucho tiempo con ella
porque vamos al mismo grupo de escolarización hogareña. Pequé porque le permití decir y
hacer esas cosas y no le dije que están mal. Tengo miedo de que me odie, y ella es la única
persona que me habla.
A veces los secretos que llevaban eran sobre los pecados y la tentación de otra persona:
En este momento, estoy muy preocupada porque mi amiga, de once años, dice que una
amiga de ella tiene una lista de chicos con los que coquetea. Es decir, quiere tener sexo con
ellos; pero realmente creo que está hablando de sí misma.
Debido a la naturaleza confidencial de nuestras encuestas a las niñas, no pude comunicarme con
estas preadolescentes ni con sus padres. (¡Cómo quisiera hacerlo!). Sin embargo, puedo hacer sonar una
alarma y animarte a conversar con tu hija para hacer de tu casa un lugar seguro donde ella pueda
hablarte del pecado.
Verás, creo que las niñas no hablan del pecado porque nosotras tampoco hablamos del pecado. Al
menos no de nuestros propios pecados. Para empeorar las cosas, es probable que tu hija haya escuchado
a alguien chismear sobre el pecado de otra persona.
El psicólogo cristiano Mark R. McMinn cree que realmente no queremos mencionar ni reconocer el
pecado. Esto es lo que escribe sobre este dilema:
VERDAD DE ORO:
“Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y
de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito.
Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas” (Josué
1:8).
“Este libro de instrucción” contiene las pautas de Dios para la vida. Sus reglas. Y luego hace una audaz
declaración: la obediencia, no la autoestima o la realización personal, es la receta de Dios para el éxito
y la prosperidad.
Es hora de reclamar el lenguaje de la Biblia. Aquí hay una definición que tu hija aprendió en el
capítulo 2 de Mentiras que las niñas creen:
PECADO
Hacer lo que está mal o no hacer lo que está bien según las reglas de Dios
(1 Juan 3:4).
El pecado es hacer las cosas a nuestra manera y no a la manera de Dios. Es permitir que nuestras
emociones y nuestros deseos decidan lo que haremos o no haremos, en vez de confiar en el designio de
Dios que es bueno. En cierto modo, es enfocarnos demasiado en nosotras mismas.
Aunque hablar sobre las reglas de Dios es una parte integral del lenguaje del pecado, un concepto
igualmente importante es la gracia de Dios.
Si recuerdas, en el capítulo 1 te pedí que eligieras entre dos estilos de crianza. Escribí lo siguiente:
VERDAD #10:
El pecado te separa de Dios.
Sé cómo es sentir la separación que crea el pecado. Cuando era joven, no nos permitían comer ni
beber en la oficina de mi padre. Un día de verano muy caluroso, fui a hacer mi tarea allí y decidí
llevarme mi bebida. ¡GRAVE ERROR! Derramé jugo rojo por toda la alfombra. Limpié y
oré, con la esperanza de que mi padre no se diera cuenta.
¡Pero se dio cuenta!
Me preguntó qué pasó. Simplemente, me encogí de hombros como diciendo: “No lo sé”.
¡¡¡Funcionó!!! Mi padre no me castigó, ni nada. Pensé que no había pasado nada. Había oído de
peores pecados que desobedecer a mi padre o mentir.
Algunas chicas, como yo en ese entonces, piensan que su pecado no es tan grave cuando las
personas que conocen hacen cosas que parecen peores. Es casi como si tratáramos de calificar el
pecado. Cosas como robar o asesinar parecen PECADOS MÁS GRAVES Y
MALOS. Cosas como estas merecen una horrible mala nota. Sin embargo, ¿significa eso que
cosas como mentir, hacer trampa, quejarse o ser mala solo merece una nota promedio?
Si solo pudiéramos entender que cada pecado es un asunto grave. Cada vez que pecamos, estamos
haciendo lo que nosotras queremos y no lo que Dios quiere.
¿Recuerdas cómo Adán y Eva se escondieron de Dios después de pecar? Lo hicieron porque
comenzaron a sentirse lejos de Él.
Después de mentirle a mi papá y pecar, comencé a sentirme muy lejos de él y de Dios también. La
divertida amistad que experimentaba cuando mi papá y yo entrenábamos a nuestros perros pastores
alemanes era incómoda y, aunque íbamos juntos a exposiciones de perros, me sentía sola. Y con
respecto a Dios, apenas podía orar.
No importa cuán pequeño o grande pueda parecer un pecado, el resultado es el mismo.
VERDAD DE ORO:
“Son sus pecados los que los han separado de Dios” (Isaías 59:2a).
¿Hay algún pecado en tu vida que no crees que sea tan grave? Escríbelos en el espacio
de abajo.
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Lo que acabas de escribir te separa de Dios. Cualquier pecado te aleja de Él. Y eso te hace sentir mal,
¿no es cierto?
Eva podría haber creído fácilmente que su pecado no era tan grave.
Después de todo, ella no se divorció de Adán; no maldijo a Dios ni
afirmó que no existe. Todo lo que hizo fue darle un mordisco a algo que
Dios le ordenó no comer. ¿Cuál es el problema? El problema fue que
Dios dijo: “Eso no” y Eva dijo: “Lo quiero”.[2]
Si te gusta tener una relación feliz con Dios y con los demás, es buena idea hacer todo lo posible
para evitar el pecado. Sin embargo, cuando pecas (lo que todas hacemos a veces y es exactamente el
motivo por el que necesitamos a Jesús), aquí hay otra importante verdad de oro para ti.
VERDAD DE ORO:
“Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para
perdonarnos nuestros pecados” (1 Juan 1:9).
Confiesa rápidamente tu pecado. Dios siempre está listo para perdonarte y volver a reanudar su amistad
contigo. E incluso te ayudará a restaurar tu amistad con los demás.
A propósito de los demás, ¿quieres saber si le conté a mi papá que derramé jugo rojo? Te lo contaré
en la siguiente sección.
VERDAD #11:
Ocultar el pecado te conduce al fracaso.
Unas semanas después que derramé el jugo rojo y le mentí a mi papá al respecto, mis padres
me llevaron al campamento de verano. Estaba muy segura de que una semana de tiempo en la
piscina, la cafetería y las fogatas aliviarían mi culpa. ¡Estaba equivocada! Una noche, en una fogata,
nuestra consejera habló sobre el pecado y la confesión. Toda la cabaña empezó a confesar pecados
realmente graves. Una chica dijo que tenía un novio secreto. Otra dijo que había robado algo. Y algunas
contaron cosas aún peores.
Nuestra consejera oró con cada chica y luego simplemente les dijo: “Creo que deberían llamar a sus
padres”.
De NINGUNA MANERA iba a contar mi secreto. ¿Y si me pedía que se
lo dijera a mi papá?
Esto es lo que sucedió. Cuando nos sentamos en esa habitación, comencé a sentirme culpable. Me
pesaba más que nunca. (Más tarde, mi madre me dijo que ese sentimiento se llama “convicción”).
Durante todo ese tiempo, esperaba que la culpa se fuera, pero no funciona de esa manera. La culpa
crece. No se va. ¡Era infeliz!
De repente, no pude soportarlo más.
“¡Lo hice! Derramé jugo rojo”, grité.
La cabaña entera me miró con los ojos bien abiertos. Sin embargo, ninguna me hizo sentir que mi
pecado era peor que el de ellas, o que no era tan grave para contarlo. Solo oraron conmigo. Y
después… mi consejera LO dijo. Lo que más temía: “Creo que deberías llamar a
tu papá”.
Una mentira que creí que se estaba muriendo rápidamente:
MENTIRA: “NO NECESITO CONTARLE A NADIE MI
PECADO”.
Algunas dijeron que seguían cometiendo el mismo pecado una y otra vez, pero nunca lo
hablaron con ningún adulto para recibir ayuda.
Algunas dijeron que conocían el pecado de otra persona y pensaban que debían contarlo a
un adulto, pero estaban asustadas.
Tal vez tú también hayas creído que no necesitas contarle a nadie tu pecado o el pecado de otra
persona. Hay muchas mentiras que crecen junto con esta. Cosas como:
Algunas chicas tratan con su pecado ocultándolo. Quieren vencerlo, no quieren decepcionar a sus
padres o quieren evitar que sus amigas las odien. Sin embargo, esta es la triste realidad: esconder tu
pecado produce exactamente lo opuesto.
VERDAD DE ORO:
“Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y
los abandonan, recibirán misericordia” (Proverbios 28:13).
Es natural querer ocultar o esconder el pecado. Todos lo hacen. Desde el comienzo de los tiempos,
cuando Adán y Eva se escondieron, las personas han estado escondiendo sus pecados. Sin embargo, la
Biblia dice que no prosperarás si continúas ocultando tu pecado.
¿Recuerdas la mentira de Gloria sobre la fiesta de pijamas? Así como la mentira de Gloria estaba
destinada a proteger a Sofía, y no dio resultado, ocultar tu pecado no te protege realmente. Más bien, es
probable que te cause problemas y te haga sentir sola. ¿Por qué? Porque cuando escondes tu pecado, no
puedes recibir la ayuda que necesitas.
Es difícil aprender de una mala decisión o pecado, hasta que admites que lo hiciste y lo confiesas.
También es difícil saber cómo dejar de pecar sin ayuda. Todos pecan, pero la Biblia dice que solo una
persona necia sigue haciendo lo mismo una y otra vez.
Te voy a decir lo que quizá no quieras escuchar:
Lo que escribiste en ese espacio te separa de Dios si no lo has confesado, y podría estorbar tu
relación con otras personas también. La Biblia dice: “Confiésense los pecados unos a otros” (Santiago
5:16). Solo Dios puede perdonar nuestros pecados, pero quiere que se los confesemos a otras personas
para que podamos recibir ayuda.
Te sientes mal cuando ocultas tu pecado. ¿Sabes lo que te hace sentir realmente bien? ¡Contarle a
alguien tu pecado! Es una de las cosas más liberadoras que he hecho.
Aquella noche, después de la fogata, llamé a mi papá. Le conté lo que había hecho y le pedí perdón.
Me dijo: “Sí, lo sé”. La verdad es que estaba más decepcionado de que le estuviera mintiendo de lo que
habría estado si le hubiera confesado mi acto de desobediencia. Y estaba realmente feliz de que
finalmente se lo confesara. Lo estaba esperando, porque sabía que me sentiría mejor. Contarle a mi
papá mi pecado no me hizo sentir peor, sino mejor.
VERDAD #12:
Todo lo que vemos o escuchamos debe ser verdadero,
honorable, justo, puro, bello, admirable, excelente y digno de
alabanza.
NOTAS PARA MAMÁ
Acerca de la verdad #12:
Los preadolescentes de hoy no parecen tener una gran vida social excepto a
través de los medios digitales. Sin embargo, permitir que tus hijos usen
Internet sin un filtro es como colocar una revista pornográfica sobre la mesa
de café de tu casa y esperar que no la vean.
Y eso es solo una forma de contenido peligroso. Hay violencia, codicia,
materialismo, malas palabras y mucho más por lo que preocuparse.
Hay muchas excelentes opciones disponibles para proteger a nuestros niños
(¡y a los adultos de la casa!). Sin embargo, también es importante enseñarles
a usar el mejor filtro, la Palabra de Dios, y darles el ejemplo de cómo la
usamos en nuestra propia vida.
Filipenses 4:8 es solo uno de los muchos versículos importantes que nos
ayudan a evaluar el contenido que permitimos entrar en nuestra mente y
nuestro corazón.
Sugerencias de conversación para la verdad #12:
Tómate un momento para cumplir con el desafío de esta página. ¿Qué tan
alineadas están tus elecciones de los medios digitales con esta enseñanza? Si
le estás diciendo a tu hija una cosa pero vives otra, eso socavará cualquier
esfuerzo que hagas para enseñarle a ser sabia y discernir lo que permite entrar
en su mente.
Si tu hija ha completado de manera independiente la difícil tarea de la verdad
#12, pregúntale si está dispuesta a contarte lo que escribió. Felicítala si pudo
discernir con sabiduría. De lo contrario, hazle preguntas para ayudarla a
tomar una mejor decisión. No le des una respuesta directa. Dirígela hacia una
sabia decisión por medio de preguntas:
“¿Qué tal el contenido de ese medio digital: es bueno, justo, puro?”.
“¿Puedes darme un ejemplo de la verdad que allí se presenta?”.
“¿Verías esa película (o escucharías esa canción o visitarías ese sitio web)
conmigo o con tu papá?”.
Esta tarea es un poco más avanzada. Si tu hija no la hizo sola, prepárate a
dedicarle tiempo y hacer juntas esa tarea de verificación. Anímala a aplicar
este versículo bíblico regularmente a sus elecciones de entretenimiento.
___________
La gente gasta mucho dinero en entretenimiento. Películas, música, Internet, libros, aplicaciones;
porque, bueno… ¡nos entretienen! ¿Pero sabías que estas cosas también pueden
cambiarnos?
Lo que vemos y escuchamos puede cambiar cómo pensamos y cómo nos comportamos, ya sea de
manera positiva o negativa según lo que veamos. ¿Sabes por qué? Porque es como “considerar” eso en
nuestra mente. (¿Recuerdas esa palabra que vimos al principio del libro?). Cuando piensas en algo todo
el tiempo, podrías empezar a creerlo.
¡Ten cuidado! Podrías ceder el control de tus pensamientos al mundo del entretenimiento. Tal vez
será “normal” ver y escuchar cualquier cosa que quieras, pero recuerda: debemos evaluar nuestros
sentimientos con la verdad de Dios. Vamos a hacerlo ahora mismo.
VERDAD DE ORO:
“Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense
en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y -
dignas de alabanza” (Filipenses 4:8).
Este versículo nos ofrece una simple prueba para todas las películas, programas de televisión,
canciones, podcasts, libros e imágenes o historias que vemos en Internet. Piensa en la última película,
programa de televisión o canción que viste o escuchaste y escribe el nombre:
––––––––––––––––––––––––––––
¿Es verdadero?
(No tenía cosas falsas, como la enseñanza de la evolución o la afirmación de
que Dios no es real).
¿Es honorable?
(No hubo escenas, letras de canciones o situaciones que hicieran atractivas las
cosas malas como la bebida o las drogas).
¿Es justo?
(Tus padres y maestros dirían que está bien que lo veas o escuches).
¿Es puro?
(Las personas se vestían y hablaban con pudor).
¿Es bello?
(No te dejó con pensamientos o imágenes desagradables o violentas).
¿Es admirable?
(Se lo mostrarías a tus padres, tu pastor, tus maestros y otros).
¿Es excelente?
(Se realizó con cuidado y te ayudó a utilizar tu imaginación).
¿Cómo le fue a tu película, programa de televisión o canción? Tendrías que marcar las casillas de
TODAS LAS CUALIDADES para que sea algo que Dios realmente quiere que veas.
De lo contrario, es posible que sea pecaminoso de ver o bien que predisponga tu mente para el
pecado. Así de simple.
¿Eres una de ellas? Si es así, te recomiendo que hoy hables con tu mamá o tu papá. Diles que sientes
que Dios te está pidiendo que tengas más cuidado con tus elecciones de entretenimiento y que te
gustaría que te ayuden. ¡Apuesto a que estarán muy felices de que se lo pidas!
NOTAS PARA MAMÁ
Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá”, si
necesitas repasarlas.
___________
Toma tus lápices. Es el momento de profundizar en la verdad.
LA
LA VERDAD
MENTIRA
• El pecado nos separa de Dios, no importa cuán
El pecado no es grande o pequeño sea (Isaías 59:2).
un asunto grave. • Si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará
(1 Juan 1:9).
• Ocultar tu pecado te hace sentir muy mal.
No necesito • No puedes vencer tu pecado y aprender de él, si no
contarle a nadie recibes consejos (Proverbios 28:13).
mi pecado. • La Biblia dice que le confieses tus pecados a alguien
(Santiago 5:16).
• Solo Dios puede perdonarte. Él es siempre fiel y
justo y nos perdonará cuando le confesemos nuestros
pecados (1 Juan 1:9).
Lo que • Todo lo que vemos o escuchamos debe ser
miro/escucho verdadero, honorable, justo, puro, bello, admirable,
no importa. excelente y digno de alabanza (Filipenses 4:8).
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!
Las primeras palabras que leyeron las niñas, que participaron en nuestra encuesta, fueron las
siguientes: “Para participar en esta encuesta debes ser una niña entre los 7 y los 12 años de edad.
¿Cómo te sientes sobre el hecho de ser una niña?
El 46% respondió: “A veces es difícil pero, por lo general, me gusta ser una niña”.
El 4% respondió: “No creo que haya ninguna diferencia entre ser un niño o una niña”.
[*]
Algunas de las encuestadas a quienes no les gustaba ser niñas dejaron comentarios como estos:
Soy consciente de que la gente trata y percibe a las niñas de manera diferente a los
niños, a pesar de que las niñas pueden lograr cualquier cosa.
Dado que nunca me he sentido así, busqué algunas amigas adultas que en cierto momento han
experimentado ese sentimiento. Mi objetivo era comprender los sentimientos que ellas (y, en definitiva,
estas chicas) han experimentado. Las razones de mis amigas iban desde el deseo de explorar las
oportunidades que tienen los hombres, hasta el deseo de poder usar sus habilidades atléticas para
competir con los varones. Cada una de mis amigas atravesó con éxito su angustia, y hoy disfruta de ser
mujer.
Antes se pensaba que la disonancia de género, que experimentaba una niña, era algo que finalmente
pasaría. Ahora ya no. Un artículo reciente de la revista The Atlantic informa sobre el acelerado proceso
de transición para los niños transgénero.[1] (El término “transgénero” se usa para describir a un
individuo cuyo sentido del género no se corresponde con su sexo biológico).
Sin embargo, la investigación y la experiencia parecen indicar que muchos niños experimentan
algún tipo de inconformidad de género. A una niña le puede gustar jugar con camiones o cazar con su
papá. O a un niño le puede gustar el color rosa o hacer tareas de jardinería con su madre. Estas
inclinaciones no encajan en los estereotipos culturales. Aun así, la mayoría de los niños y niñas que los
experimentan se sienten cómodos con su sexo biológico cuando son grandes. Apresurarse a cambiar el
cuerpo de los niños que luchan con su género es arriesgarse a causar un gran daño, a veces irreparable.
El autor del artículo de la revista The Atlantic relata la historia de una niña identificada como Clara.
La depresión llegó con la pubertad. Se sentía incómoda con su cuerpo y no le gustaba ser una niña.
Clara empezó a ver videos de YouTube hechos por jóvenes transgénero. Comenzó a preguntarse si
se sentía incómoda con su cuerpo porque en realidad era un varón y comenzó a creer que debía ser un
niño. Comenzó a vestirse y actuar como un varón. Finalmente, Clara le pidió a sus padres una “cirugía
de sus senos” (una doble mastectomía), y testosterona. Un terapeuta con licencia sugirió que era una
buena idea y remitió a la familia a una clínica.
Sin embargo, la mamá y el papá de Clara no estaban tan seguros y alentaron amorosamente a su hija
a examinar más sus sentimientos y le sugirieron comenzar a escribir un diario íntimo. Para algunos,
esto sería una muestra de insensibilidad y desaprobación.
Clara decidió complacer a sus padres. Un día, al escribir algo en su diario íntimo, llegó a la
conclusión de que después de vivir como un niño y verse como tal, aún no era feliz. Esto hizo que ella
se diera cuenta de que, a fin de cuentas, no era un varón. Después de una consideración más reflexiva,
descubrió que su infelicidad por ser una niña derivaba de las creencias estrictas que había desarrollado
sobre el género. Cuando se abordaron los estereotipos negativos, sintió permiso para ser ella misma.
Hoy se siente muy cómoda con su cuerpo y está feliz de ser una niña.
¿Qué hubiera sucedido si los padres de Clara hubieran seguido los consejos del terapeuta con
respecto a la transición de su hija?
La cultura está ansiosa por redefinir el género. Las amistades, los medios de comunicación e incluso
los terapeutas bien intencionados invitan a las mentes en desarrollo a cuestionar si su género coincide
con su sexo biológico. ¿Qué estás haciendo para ayudar a tu hija a creer la verdad en medio de este
debate cultural que está teniendo lugar en todos los frentes?
No siempre se puede esperar que la iglesia en general marque el ejemplo de una manera saludable de
responder. A menudo, hemos sido culpables de entrar en el debate público con una acusación dolorosa
o una aprobación sincera, pero equivocada.
Debemos preparar a nuestros hijos para que respondan con amabilidad y convicción. Necesitan una
convicción para creer lo que la Palabra de Dios enseña sobre el género, pero deben aprender a expresar
estas creencias con amabilidad.
Para aprender esta habilidad, veamos el ejemplo de Jesús. Cuando caminó por esta tierra, las
personas buscaban la aprobación del mundo religioso para redefinir el pacto matrimonial. Querían
casarse y divorciarse a voluntad. Algunos fariseos interrogaron a Jesús al respecto, pero era una trampa.
Esperaban que su respuesta le hiciera perder el respeto de las masas. A continuación hay un relato de
esa interacción. (He subrayado algunas palabras para que puedas prestarles atención).
VERDAD DE ORO:
“Unos fariseos se acercaron y trataron de tenderle una trampa con
la siguiente pregunta:
—¿Se permite que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier
motivo?
Jesús respondió:
—¿No han leído las Escrituras? Allí está escrito que, desde el
principio, “Dios los hizo hombre y mujer”. —Y agregó—: “Esto
explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a
su esposa, y los dos se convierten en uno solo”. Como ya no son dos
sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido.
—Entonces —preguntaron—, ¿por qué dice Moisés en la ley que un
hombre podría darle a su esposa un aviso de divorcio por escrito y
despedirla?
Jesús contestó:
—Moisés permitió el divorcio solo como una concesión ante la
dureza del corazón de ustedes, pero no fue la intención original de
Dios” (Mateo 19:3-8).
Confrontado con un sensible debate cultural, Jesús se retrotrajo a la creación para confirmar y explicar
la intención original de Dios cuando diseñó el matrimonio y el sexo biológico. Dijo que “desde el
principio”, “la intención original de Dios” fue que un hombre y una mujer se unieran en matrimonio y,
cuando lo hicieran, se convertirían en uno solo. Jesús confirmó la verdad con una repetición de Génesis
a sus oyentes.
Este es un buen ejemplo a seguir cuando enfrentamos preguntas sobre el género. Debemos arraigar
lo que creemos sobre el sexo, la sexualidad y el matrimonio en la intención original de Dios. Él nos
creó. Él sabe, mejor que nosotras, cómo funciona nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. Un
pastor que conozco lo explica de esta manera:
Desde el principio, Dios eligió hacernos hombres y mujeres. Y, como la mayoría de los artistas, su
elección creativa tiene significado. El diseño mismo lleva su propia imagen.
VERDAD DE ORO:
“Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de
Dios los creó; hombre y mujer los creó” (Génesis 1:27).
Aceptar nuestra feminidad, como los hombres aceptan su masculinidad, de alguna manera permite que
este mundo perdido vea a Dios. Muchas cosas de nosotros reflejan su imagen. Somos inteligentes,
adoradores y creativos. Hemos desafiado la gravedad para volar naves espaciales a la luna y traspasar
las barreras del idioma para comunicarnos entre nosotros. ¿Por qué la Biblia no hace referencia a tales
rasgos cuando declara que reflejamos su imagen? Menciona solo nuestra masculinidad y feminidad.
Estos dos géneros binarios constituyen la parte esencial que nos hace semejantes a Él.
¿Por qué? Pues bien, una razón puede ser que muestra un aspecto único de la naturaleza social de la
Trinidad. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo son claramente diferentes y, sin embargo,
son uno solo. En el Antiguo Testamento, la palabra para la unidad de Dios es echad (ver Deuteronomio
6:4).
Un hombre y una mujer se unen en matrimonio y también se convierten en uno solo. La Biblia usa la
misma palabra, echad, para describir la unión de un hombre y una mujer en matrimonio (Génesis 2:24).
De esta manera, el género ayuda a completar la ilustración de que reflejamos la imagen de Dios.
Esta verdad es decisiva.
Desde luego, no borra la angustia y el conflicto de los niños y adultos que experimentan la confusión
de no identificarse con su sexo biológico. La disforia de género es real.
Lo mismo ocurre con la intersexualidad, que es un término utilizado para referirse a una serie de
condiciones diferentes, que a menudo implica una anomalía cromosómica, en la que una persona nace
con una anatomía reproductiva o sexual que no es claramente masculina o femenina. En tales casos, se
consulta a un especialista en desarrollo sexual. Los análisis de sangre por lo general revelan que el bebé
es biológicamente masculino o femenino. Sin embargo, en algunas situaciones extremadamente raras,
no hay un sexo claro.
Tal fue el caso de “Laura”, cuya madre adoptiva me llamó en busca de respuestas. Lo que me
comentó su madre sobre la comunidad cristiana me rompió el corazón.
“Tú eres la primera persona cristiana que ha estado dispuesta a dialogar con nosotras —dijo—. Este
tema es demasiado difícil para quienes quieren que todo sea blanco y negro”.
Por ahora, los padres de Laura están criando a su hija como una niña. Es difícil encontrar respuestas,
por lo que no están buscando hacer ninguna cirugía de asignación de sexo. Ayudarán a Laura a tomar
esa decisión cuando crezca.
Casos raros y complejos como este a menudo se usan para legitimar la transexualidad. Sin embargo,
la intersexualidad es una condición fisiológica, mientras que la disforia de género es una condición
psicológica.
Las anomalías cromosómicas son una realidad en nuestro mundo corrupto y caído. Estas incluyen
condiciones como el Síndrome de Down o el Síndrome de Klinefelter (donde el hombre tiene un
cromosoma X adicional que ocasiona problemas de fertilidad y lenguaje) o el Síndrome de X frágil
(una causa común del autismo). Los síndromes son un hecho biológico doloroso que debe abordarse
con amor y compasión.
Los trastornos y las afecciones mentales son otra realidad en este mundo. Algunos de estos son de
naturaleza sexual o están relacionados con el género. Estas condiciones suelen ir acompañadas de
trastornos de estrés postraumático, tendencias suicidas, depresión y otras dificultades, que generalmente
no desaparecen después de haberse realizado las cirugías de reasignación de sexo.[2] ¿Cómo no se nos
rompe el corazón por las personas afectadas por estos trastornos?
Si tu hija lucha con semejante dolor, te ruego que busques una comunidad cristiana amorosa que
pueda ayudarte. Si tu hija no enfrenta ninguna confusión de género, puede convertirse en una fuente de
compasión por otros.
Por favor, entiende que la compasión no reemplaza la convicción. Podemos creer en la Biblia para
responder a nuestras preguntas sobre el cuerpo, la sexualidad y el género, pero vivimos en un mundo
caído donde necesitamos dotar a nuestros hijos con una convicción marcada por la compasión.
Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios
los creó; hombre y mujer los creó (Génesis 1:27).
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“¡Es GENIAL ser una niña!”. Grité eso hoy en el recreo cuando
Gloria, Vicky y yo íbamos tan rápido como podíamos en el carrusel. Todos
los días tratamos de ver quién aguanta más tiempo. Hoy fui YO. Vicky se
rindió muy rápido y Gloria se bajó después. Estábamos tiradas en el suelo,
tratando de no vomitar, cuando Vicky gritó: “¡Las chicas CREAN, los
chicos BABEAN!”. Gloria dijo que su mamá no le deja decir eso porque
tanto las niñas como los niños son valiosos. Eso hizo que Vicky se enojara.
Le preguntó a Gloria: “¿Estás en contra de las chicas?”. Gloria respondió:
“¡No! Pero ¿por qué crees que los niños tienen que ser imbéciles para que
las chicas se sientan inteligentes?”. Luego tuvieron una gran conversación
que no tenía mucho sentido para mí. Ambas dicen que las chicas y los chicos
no son diferentes, pero ¿cómo puede Vicky decir eso y creer que “las chicas
crean y los chicos babean”? ¡SUSPIRO! Estoy superconfundida.
NOTAS PARA MAMÁ
Mamá: escribe aquí lo que sientas en tu corazón.
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No eres la única, Sofía. Parece que todos, en todas partes están diciendo que “las
chicas crean y los chicos babean”. Tal vez no usen esas palabras exactas, pero están tratando de
determinar si las chicas o los chicos son más valiosos. Algunos, incluso, están tratando de eliminar las
diferencias entre chicos y chicas.
A veces hay diferencias que no son buenas, y eso debe cambiar. Cuando era niña, muchas mujeres
hacían el mismo tipo de trabajo que los hombres, pero ganaban menos que ellos. Ahora, las personas se
han dado cuenta de que eso no está bien y están luchando para cambiar las cosas a fin de que los
hombres y las mujeres, con el mismo trabajo y la misma experiencia, ganen lo mismo. ¡Eso es bueno!
Sin embargo, a veces la forma en que las personas intentan borrar las diferencias no es la correcta.
Aunque no tiene nada de malo que una niña se vista más como un marimacho que como una princesa,
también debería pensar: “Es genial ser una niña”. Eso no significa que no pueda jugar al baloncesto o
trabajar en la construcción, o que no le puede gustar La guerra de las galaxias más que La cenicienta.
Significa que una chica no debería querer parecerse tanto a un varón que borre todo lo que la distingue
como una jovencita. Hacer eso envía el mensaje de que ser una niña no es nada bueno.
Vayamos directamente a una verdad importante que debes saber sobre el hecho de ser una niña.
VERDAD #13:
Dios creó dos géneros diferentes: masculino y femenino.
NOTAS PARA MAMÁ
Acerca de la verdad #13:
Así como Dios habló con Adán sobre el árbol prohibido en el huerto sin
exponerlo al pecado, tú también puedes tener una conversación decente y
apropiada sobre el género y la sexualidad con tu hija. Numerosas madres han
examinado cuidadosamente este capítulo para presentar la verdad sin robarle
a tu niña la inocencia.
Es probable que tu hija ya haya escuchado algunas de las mentiras sobre
género y sexualidad que circulan en nuestro mundo. Prepárate para hablar
abiertamente sobre ellas en esta conversación. Es mejor que respondas sus
preguntas, que en su curiosidad recurra a sus amigas o Internet.
Si bien este capítulo no trata sobre sexo, es posible que provoque una
conversación sobre el tema. Consulta la introducción del siguiente capítulo
para obtener información importante sobre “la charla”.
Sugerencia de conversación para la verdad #13:
Pregúntale a tu hija cómo se siente con el hecho de ser una niña. Debes estar
dispuesta a tener una conversación abierta sobre cosas que no le gustan.
Luego averigua si conoce a alguien que sea una niña, pero que no le gusta
serlo. Esta pregunta es una forma segura de descubrir cuánto ha estado
expuesta a la confusión de género. Quizás tenga una amiga que es una
excelente atleta y desearía poder jugar al fútbol masculino. Es fácil hablar de
esta inocente etapa del desarrollo, pero también podría conocer a una
compañera de clase, una vecina o una amiga que está haciendo la transición
con la ayuda de padres y profesionales. Prepárate para hablar de eso. Este
capítulo ofrece solo una breve descripción de este tema difícil. Si no te
sientes preparada para tener esta conversación, investiga la verdad bíblica
sobre el género.
Pregunta clave:
¿Podemos ganar más personas para Cristo si demostramos que tenemos la
razón sobre este complicado tema social o si demostramos tener amor por las
personas?
___________
Desde que naciste (e incluso antes de nacer, según Salmos 139:13-16), eras diferente de todos los
niños. Algunas cosas son obvias, pero las mujeres y los hombres son diferentes en aspectos que quizás
no puedas ver.
Las mujeres adultas tienen mayor abertura de pelvis (lo que significa que sus caderas están más abiertas
y flexibles), lo que les brinda la posibilidad de tener bebés en el futuro.
El cerebro de las mujeres tiende a tener más “cables” que conectan los pensamientos, lo que les brinda
la capacidad de hacer muchas cosas a la vez.
Los hombres adultos tienen estructuras de pelvis más compactas (lo que significa que sus caderas
tienen una contextura más estrecha y más fuerte). Esto les da la capacidad de transportar cosas pesadas
durante largos períodos de tiempo sin lastimarse.[4]
El cerebro de los hombres tiende a tener menos “cables” directos que conectan los pensamientos, lo que
les da la capacidad de concentrarse en una sola cosa y son lentos para resolver los problemas.[5]
Por supuesto, hay excepciones a todo lo que hay en esta tabla. ¡Solo se trata ser el estilo de chica que
Dios diseñó!
Lo que estoy señalando es lo siguiente: es cierto que las chicas y los muchachos pueden hacer
casi cualquier cosa; pero sus cuerpos, cerebros y fortalezas, por lo general, tienen la palabra
“diferente” escrita por todas partes.
VERDAD DE ORO:
“Entonces Dios dijo: ‘Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen,
para que sean como nosotros’… Así que Dios creó a los seres humanos a
su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó”
(Génesis 1:26-27).
Fuiste creada a “imagen” de Dios. Eso significa que fuiste creada para hacer que las personas recuerden
y piensen en Dios, porque hay cosas en ti que son como Él. ¿NO ES GENIAL?
Toma dos lápices. Encierra en un círculo las dos palabras de
nuestra verdad de oro, que mencionan dos cosas específicas sobre cómo fuimos creadas.
Espero que hayas marcado con un círculo las palabras hombre y mujer. Por supuesto, hay
muchas cosas que nos hacen semejantes a Dios. Nuestro cerebro. Nuestra creatividad. No obstante,
Dios solo menciona hombre y mujer en este versículo. Por lo tanto, ser una niña no es
cualquier cosa. (Al igual que ser un niño. Por
eso no me gusta cuando dicen
“¡Las chicas crean, los chicos babean!”).
Porque Él quiere que seamos semejantes a Él. Tal vez te estés preguntando:
¿En qué sentido ser una niña o un niño nos ayuda a ESO?
¡Me alegra que lo hayas preguntado!
¿Significa eso que tienes que casarte? ¡No! No obstante, Dios creó dos géneros: masculino y
femenino. Y es importante que ayudes a proteger esa verdad.
También es importante creer que Dios creó diferencias entre el hombre y la mujer. Esto incluye
aprender lo que la Biblia nos enseña sobre cómo debemos interactuar unos con otros. Es importante
conocer las pautas de Dios sobre cómo fueron creados los hombres y las mujeres para que podamos
vivir en este mundo de la manera que Dios diseñó.
Esta es una mentira sobre la cual la Biblia habla fuerte y claramente. Dice que cuando alguien
decide creer su propia verdad sobre los hombres y las mujeres “cambiaron la verdad acerca de Dios por
una mentira” (Romanos 1:25).
¡ELIGE LA VERDAD!
VERDAD #14:
Tu capacidad de traer una vida al mundo es algo para celebrar.
Nadie reparte premios, pero todas las chicas se convertirán en mujeres. ¡Esto te incluye a ti! Uno
de los más grandes cambios es tener tu menstruación. Ocurre en cualquier momento entre los 9 y los 16
años, por lo que es un poco difícil saber exactamente cuándo sucederá. La señal más notable será la
presencia de sangre en tu ropa interior. No te preocupes. No es porque te hayas lastimado, y
es totalmente normal. (Tu mamá, tu abuela o una tía te ayudarán a saber más sobre cómo cuidar tu
cuerpo).
Déjame decirte lo que realmente está sucediendo cuando tienes tu menstruación. ¡En este momento
tienes aproximadamente trescientos mil óvulos en tu cuerpo, y cada uno podrían convertirse en un
completo SER HUMANO! (¡Tranquila! No vas a tener 300.000 bebés). Funciona así:
Cada mes, una parte de tu cuerpo llamada ovarios libera algunos de estos óvulos.
Sin embargo, si eso no sucede, el útero se despoja de ese recubrimiento suave y blando.
Esto es lo que ves cuando notas la presencia de sangre.
VERDAD DE ORO:
“Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte”
(Salmos 127:3).
¡Tener un cuerpo que sea capaz de engendrar hijos es una buena razón para celebrar! Algunas
chicas hacen algo especial cuando tienen su primera menstruación. Sus madres las llevan a cenar afuera
o hacen una fiesta donde otras mujeres les dan consejos. Creo que es una buena idea.
Sin embargo, no todas piensan que tener su menstruación es algo para celebrar.
LA MENTIRA LA VERDAD
• Dios creó dos géneros diferentes: masculino y
femenino (Génesis 1:27).
• Las niñas y los niños tienen muchas diferencias
No hay ninguna físicas, mentales y prácticas.
diferencia entre ser • Está bien ser un estilo de chica diferente,
un niño o una niña. siempre y cuando creas que Dios te hizo mujer.
• Aquellos que no creen en solo dos géneros
distintos, masculino y femenino, han cambiado
la verdad de Dios por una mentira (Romanos 1:25).
• Tu menstruación es una magnífica demostración
de la capacidad que Dios te ha dado de tener
hijos, y vale la pena celebrarlo.
Tener mi
menstruación va a • Tener hijos es un regalo de Dios (Salmos 127:3, 5a).
ser horrible. • Debes hacer todo, incluso tener tu menstruación,
sin rezongar ni quejarte (Filipenses 2:14, 16).
• Debes hacer todo, incluso tener tu menstruación,
con acción de gracias a Dios (1 Tesalonicenses 5:18).
Podrías pensar que es natural hablar de chicos con tu hija. O tal vez evites tocar el tema como si se
tratara de una plaga. De un modo o de otro, es imprescindible hablarlo y, probablemente, ya lo sepas.
Los grupos de enfoque que tuve con las madres revelaron que temas como “los chicos y el sexo” era
el tercero en la lista de mentiras que más les preocupaba. Muchas madres lamentaban cosas de sus años
de adolescencia, que esperaban que su hija no experimentara. Otras, simplemente, se dejaron arrastrar
por la locura por los chicos y los mensajes sexuales de la cultura. Sin embargo, la mayoría de ellas
sabía que era importante plantar semillas de la verdad sobre temas como los chicos y el sexo.
Cuando comencé a hablarles a sus hijas, rápidamente identifiqué una gran barrera que impedía la
conversación. El comentario más común que escuché de las niñas a medida que incursionábamos en el
tema fue: “¡Hablar de chicos con mi mamá es ‘raro’!”.
Había varias razones por las que se sentían incómodas de hablar con sus mamás sobre los chicos,
pero una de sus preocupaciones en particular es la que pesa sobre mi corazón. Las niñas temían que sus
madres les contaran a otras personas sus pensamientos y sentimientos personales, o les contaran
historias que harían que la gente se riera de ellas. Una niña lo expresó de la siguiente manera:
No hablo de chicos con mi mamá porque puede llegar a oídos de muchas personas.
Uno de los aspectos cruciales de enseñar a tu hija la verdad bíblica sobre los chicos y el sexo es
mantener abiertas las líneas de comunicación. Nada la desanimará más a callar que sentirse
avergonzada o que su confianza haya sido traicionada. (Podrías tener esto en cuenta la próxima vez que
publiques una foto de ella o una historia sobre ella en las redes sociales).
Un versículo de la Biblia que me ayuda a pensar bien lo que digo sobre mis hijos está dirigido a los
padres, pero creo que el principio también es valioso para nosotras como madres.
VERDAD DE ORO:
“Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen” (Colosenses
3:21).
Como padres, a veces nuestras acciones pueden frustrar a nuestros hijos y hacer que se enojen, se
amarguen y se desanimen. Aquí hay algunas cosas que pueden ayudarte a no exasperar a tu hija cuando
surjan temas como los chicos y el sexo:
1 Es posible que tu hija diga, inconscientemente, algo inexacto o cómico cuando hablen
sobre los chicos y el sexo. No la hagas sentir como la hazmerreír. En cambio, crea un espacio
seguro para que cometa errores inocentes. Esto genera confianza para que ella continúe
incursionando en temas incómodos contigo. Sinceramente, esto es algo que desearía haber hecho
mejor con mis hijas.
Otra barrera que impide tener conversaciones saludables con tu hija sobre los chicos y el sexo es el
dolor del pasado. Estoy hablando de tu pasado. Y el mío.
Si queremos ayudar eficazmente a nuestras hijas a desarrollar una visión saludable de los chicos y el
sexo, necesitamos tener nuestra propia visión saludable al respecto. Te animo a buscar sanidad. En mi
caso, necesité asesoramiento profesional cristiano, consejos sabios de mujeres mayores y mucho tiempo
con Jesús. Tuve que hacer un trabajo arduo para vencer las mentiras que estaban arraigadas en mi
corazón como resultado de mis necias decisiones. Tu sanidad crea un fundamento para que le enseñes a
tu hija la verdad sobre los chicos y el sexo.
Sí, hablar de chicos significa que también tienes que hablar de sexo.
La mayoría de los niños están listos, desde el punto de vista de su desarrollo, para este tema a los
nueve años. Alrededor de esa edad, te animo a iniciar esta conversación para que puedas plantar las
semillas de la verdad y comenzar un diálogo continuo para formar una ética sexual saludable. En
nuestros grupos de enfoque, solo alrededor del 50% de las madres con hijas de nueve años o más había
hablado con su hija sobre el sexo. Tu silencio crea un vacío para que entren las mentiras del mundo. Sé
una experta en sembrar la verdad.
Este libro no pretende ser una guía completa para cuando hables con tu hija sobre el sexo. Sin
embargo, estos iniciadores de conversación, agrupados por etapas del desarrollo, podrían ayudarte.
Espero que te den valor y un punto de partida.
INICIADORES DE CONVERSACIÓN PARA CADA ETAPA
DEL DESARROLLO MORAL
Imitación (Edades 2-5)
“Es genial ser una niña”.
“Los niños y las niñas son diferentes”.
“Hay imágenes buenas y malas en Internet. Algunas de las imágenes malas muestran a personas sin
ropa. Si en alguna ocasión ves una mala imagen, deberías decírmelo. ¿De acuerdo?”. (Esta es una
conversación importante para proteger a tu hija de la pornografía).
¿Te ha pasado alguna vez? A veces no son solo las chicas de tu edad las que te
presionan a perder la cabeza por los chicos. Parece que algunos de los adultos más confiables piensan
que es gracioso preguntarles a las chicas si tienen novio.
Si no te parece gracioso, has venido al lugar correcto. Yo tampoco creo que sea gracioso. Que te
gusten los chicos es un asunto serio, porque cuando TE GUSTAN LOS CHICOS, por lo general,
después quieres tener una relación especial con ellos. Tener una relación especial
con los CHICOS, generalmente, te lleva a salir con ellos. Y SALIR CON LOS CHICOS,
generalmente, te lleva a casarte con uno. La mayoría de las personas piensa que el matrimonio es
bastante serio, así que creo que el tema de los chicos también es bastante serio.
Aquí hay una verdad que muchas de ustedes ya saben, porque más de la mitad de las chicas con las
que hablamos nos dijeron: “Planeo esperar hasta que sea mayor para tener novio”.
VERDAD #15:
Puedes decir que “no” a la locura por los chicos.
Tal vez eso te parezca difícil. A pesar de que muchas chicas no querían tener novio, algunas de ellas
ya tienen uno. Así que sé que puedes sentir un poco de presión.
Puede que incluso sientas que no puedes controlar tus sentimientos y que pierdes la cabeza por los
chicos. Quizás crees que son solo sentimientos que se manifiestan de manera natural. Recordatorio:
cada vez que tengas un sentimiento fuerte, debes evaluarlo con la verdad de Dios para ver cómo
responder a él. ¡Aquí hay una verdad de oro que espero que algunas de ustedes las lleven a saltar del
tren de la locura por los chicos!
VERDAD DE ORO:
“Prométanme… que no despertarán al amor hasta que llegue el
momento apropiado” (Cantares 2:7).
Este versículo es del libro de la celebración bíblica del matrimonio y el amor romántico: el Cantar de
los Cantares. El libro expresa que tanto el matrimonio como el romance son buenos. También da
consejos útiles sobre cómo experimentar el amor.
Dios creó el matrimonio y el amor. Él sabe que los sentimientos pueden sobrepasar las buenas
elecciones, y que los sentimientos no son suficientes para apoyar una relación. Este versículo instruye a
personas de todas las edades a no implicarse demasiado pronto en una relación romántica, porque
podría crecer más rápido que el compromiso necesario para que el amor dure.
¿Estás lista para comprometerte con alguien para toda la vida? Si la respuesta es no, este versículo
bíblico es para ti. No es el momento adecuado para “despertar” al amor romántico y a la locura por los
chicos.
¿Te parece imposible en este mundo donde las chicas pierden la cabeza por los chicos? ¡Dios no
hubiera puesto este versículo en la Biblia si fuera IMPOSIBLE! Por lo tanto, sé que puedes
decir que “no” a la locura por los chicos. Puede que necesites confiar en Dios y en la ayuda de otros,
pero es posible.
VERDAD #16:
Nunca serás demasiado grande para necesitar un sabio consejo.
Una forma de evitar la locura por los chicos es hablar con tu madre. O incluso ella podría
ayudarte a saltar del tren de la locura por los chicos, si ya estás en él. Dios te dio una madre para que te
guíe. Y la Biblia dice que nuestros padres deben ser la fuente principal de sabiduría en todas las áreas,
incluidos los chicos.
Sin embargo, aquí tenemos un gran problema para resolver en el mundo de las chicas.
Puede parecer “raro”. Podrías sentir que perderás parte de tu libertad e independencia. (Recuerda
que no necesitas libertad. Consulta la página 69). Tal vez tengas algunos temores de que tu madre
hable con otras personas sobre lo que le cuentes, como quizás con tu padre. (Déjame animarte a hablar
con tu madre de ESO para que ella conozca tu perspectiva).
Una vez más, necesitas leer la Biblia para saber cómo responder a tus sentimientos. Quiero animarte
a ser más fuerte que tus miedos y hacer lo que Dios quiere que hagas: hablar con tu mamá.
¿Cómo sé que Él quiere que hagas eso? Debido a que esta verdad de oro dice que nunca serás
demasiado grande para necesitar un sabio consejo.
VERDAD DE ORO:
“Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en
dificultades” (Proverbios 13:20).
Este proverbio es para ti, para mí y para nuestras mamás y abuelas también. No dice “camina con
sabios hasta que tengas 12, 18 o 21 años”. Solo dice que lo hagas. Nunca quedarás fuera de este
versículo bíblico.
“Caminar con sabios” significa integrarlos en todas las áreas de tu vida. Eso incluye hablar de
chicos. De hecho, puesto que el matrimonio es tan importante para Dios, el tema de los chicos puede
ser uno de los temas más importantes para hablar.
¿Te ayudaría saber que tu madre también podría sentirse un poco incómoda con esto? Durante
mucho tiempo, he estado ayudando a madres e hijas a hablar sobre los chicos. (¡Creo que ESO es
importante!). Una cosa que recomiendo es comenzar un diario íntimo de madre e hija. Es una buena
manera de abordar fácilmente los temas más incómodos de los que necesitas hablar. (También puedes
usarlo con tu abuela o tía o con una mujer de la iglesia que quieras, ¡si esa es la persona que Dios te ha
dado para hablar sobre cosas importantes!). Funciona así:
Esta ha sido una muy buena herramienta para algunas madres e hijas que han tenido dificultades
para comenzar. Y creo que te resultará más fácil una vez que empieces. Una chica me dijo:
LA MENTIRA LA VERDAD
• No deberías “buscar” o “despertar” al amor hasta
que puedas hacer un compromiso con alguien para
Está bien perder la toda la vida (Cantares 2:7).
cabeza por los
• Es mejor estar loca por Dios (2 Corintios 5:13-14).
chicos.
• Puede ser “normal” perder la cabeza por los
chicos, pero no es lo mejor de Dios (Filipenses 2:15).
No necesito hablar • Nunca serás demasiado grande para necesitar un
de chicos con mi sabio consejo (Proverbios 13:20).
mamá. • Será más fácil una vez que comiences.
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!
¿Crees que Sofía debería contarle a su madre que su abuela la está haciendo sentir incómoda? ¿Cómo
crees que Sofía podría sacar el tema?
La verdad y mentiras sobre la amistad
Si le preguntaras a tu hija qué tema de este libro es el más importante para ella, podría responder: “la
amistad”. Entonces busquemos la mejor manera de sembrar la verdad sobre la amistad en nuestras
niñas.
La respuesta breve es: enseñarles la verdad con nuestro ejemplo.
Incluso como mujeres adultas, puede ser difícil. Sufrir el acoso de la chica popular de la clase se
supone que solo sucede en la escuela intermedia, pero todas sabemos que a veces las mujeres adultas no
actúan bien. Las guerras de mamás están “vivas y coleando”. Algunas mujeres critican a espaldas de
otras madres cómo crían a sus hijos, mientras que otras publican comentarios sarcásticos en las redes
sociales para que todos los vean. Las madres discrepan firmemente sobre temas que van desde la
lactancia materna hasta el control de la natalidad, las vacunas, las decisiones médicas y las opciones
educativas. Esto a menudo crea división en los vecindarios, iglesias y círculos de amigas.
Tal vez conozcas a una de estas mujeres. Tal vez seas una de ellas.
Sin embargo, las chicas malas no se circunscriben solo a la amistad. Muchas de nosotras hemos
experimentado discordias en nuestras propias familias a causa de ellas. Quizás sean tu abuela y tu
madre, o dos hermanas. Antes de darse cuenta, una pequeña falta de comunicación o de comprensión se
convierte en un enfrentamiento de por vida. El conflicto puede resultar en que las familias no se hablen
entre sí, pasen los días de fiesta separados o no se ayuden en momentos de necesidad. Cuando las
mujeres permiten que la chica mala que llevan dentro salga a la superficie, puede ser increíblemente
destructivo para las familias y otras relaciones.
Veamos la clásica historia de la Biblia: Sara y Agar. La historia se encuentra en Génesis 16.
Sara no podía tener hijos. Como sabía que esta era una de las principales prioridades para su marido
Abraham, Sara le dio instrucciones de que se casara y tuviera un hijo con su criada Agar. (Permíteme
decir que estoy muy agradecida de que en nuestra cultura de hoy, por lo general, se observa la
instrucción bíblica de que los hombres tengan una sola esposa. Es posible que esta familia haya elegido
lo que era normal para la época, pero no era el diseño de Dios).
La Biblia dice que “cuando Agar supo que estaba embarazada, comenzó a tratar con desprecio a su
señora, Sarai” (Génesis 16:4). Con su nueva posición y su exitoso embarazo, Agar pensó que Sara no
era importante. Por supuesto, Sara le devolvió el desprecio y trató a Agar con la misma maldad.
¿Te imaginas el dolor? Es posible que tú y yo nunca conozcamos una relación tan complicada como
la que compartían estas pobres mujeres. Estaban teniendo sexo con el mismo hombre. Las
inseguridades, la amargura y la vergüenza deben haberse acumulado tanto, en lo profundo de su ser,
que solo Dios podía rescatarlas. Y Él lo iba a hacer, como explican más adelante las Escrituras. No
obstante, por ahora veamos cómo estas dos chicas malas empeoraron las cosas.
En lugar de preocuparse por el dolor de cada una, estas mujeres reaccionaron con una actitud de
engreimiento y autoprotección que empeoró aún más su difícil situación. Se convirtió en una pelea
personal que fue destructiva para toda la familia. Al final, Agar y su hijo Ismael fueron separados de
todos y de todo lo que habían conocido. Dios se manifiesta a ellos para consolarlos y suplir sus
necesidades, pero no gracias a Sara.
Dado que he sido testigo de alejamientos familiares en la actualidad, a veces me pregunto: ¿Alguna
vez estas mujeres extrañaron la comunión que antes tenían? ¿Extrañaba Isaac a su hermano mayor,
Ismael? ¿La relación de Sara y Abraham volvió a ser la misma o él se sentía controlado por la
amargura de su primera esposa? Las consecuencias afectaron a todos, no solo a Sara y Agar.
La forma en que tratamos a los demás afecta a todos los que nos rodean, especialmente a nuestros
hijos. Si ellos ven una chica mala en nosotras, es probable que copien nuestro comportamiento. Sin
embargo, si ven que amamos a los demás, harán lo mismo. Seamos un ejemplo lleno de verdad. La
Palabra de Dios nos instruye:
VERDAD DE ORO:
“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es
decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen
solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los
demás” (Filipenses 2:3-4).
Pienso que considerar a los demás como mejores que yo mantiene a raya el egocentrismo. Esto es
particularmente útil cuando no puedo comprender el punto de vista de otra persona. Cuando eres un
ejemplo en esta área, tu hija tiene más posibilidades de tener buenas amistades.
Otra área donde necesitamos dar ejemplo a nuestras hijas es en cómo poner las amistades en general
en la perspectiva adecuada. Independientemente del tema que abordáramos en los grupos de enfoque, a
menudo las madres terminaban dando vueltas para referirse a las chicas malas, las falsas amigas, las
mejores amigas y las acosadoras. Aunque me doy cuenta de que esto refleja lo complicadas que suelen
ser las amistades de nuestras hijas durante los años de la preadolescencia, sentí que algunas de las
mamás ponían el énfasis equivocado en la amistad. Esta conclusión fue más evidente para mí al hablar
de la iglesia. Las mamás dijeron cosas como las siguientes:
Amistades para mi hija son una consideración primordial a la hora de elegir una
iglesia.
La parte más importante de la iglesia son las buenas amistades porque estas influirán
positivamente en mi hija.
Es cierto que la presión positiva de las compañeras es algo bueno para tu hija. Incluso es cierto que
todas necesitamos amigas fieles. Sin embargo, me incomodó la rapidez con que la conversación se
volvió emocional cuando empezamos a hablar de las amistades en la iglesia. Me pareció que, si bien
muchas de estas mamás eran buenas administradoras de las relaciones de sus hijas, algunas mostraron
tener el corazón literalmente roto por sus hijas cuando surgió el tema. Por supuesto que es algo que he
experimentado. Déjame darte dos consejos.
1 Sé ejemplo de una amistad bíblica. Supongo que ya he dicho esto, pero a veces es necesario
repetir una verdad básica. Debemos ser ejemplo de una amistad bíblica. En el libro de tu hija, he
incluido seis factores de la verdadera amistad. A medida que leas este contenido, considera si
estás siendo ejemplo o no de estas cualidades bíblicas en tus propias relaciones. Eso ayudará
mucho a tu hija para que tenga buenas amistades.
2 Crea oportunidades para que tu hija hable de lo que está mal en sus relaciones. Sé que
se te rompe el corazón cuando tu hija experimenta momentos de chicas malas, amigas falsas o
acoso escolar. Incluso puedes sentirte tentada a evitar la conversación porque te duele
demasiado. Créeme. Te entiendo. Sin embargo, la mejor manera de ayudarla es crear
oportunidades para que te cuente cuándo experimenta estas situaciones dolorosas.
En general, los niños no hablan con adultos sobre el acoso escolar. Esto incluye a sus padres,
consejeros, maestros, entrenadores y líderes juveniles. Debes convertirte en una detective y descifrar
pistas para saber si tu hija puede ser víctima de una chica mala. Y debes ser muy valiente para descifrar
pistas, que podrían revelar que ella es la única mala. Tal fue el caso de Joselyn.
UN CASO REAL:
JOSELYN
Joselyn pasa la mitad de su tiempo en la casa de su madre cristiana y la
mitad del tiempo en la casa de su padre biológico. Su madre le enseña a
controlar su comportamiento, pero su padre le explica que es saludable
expresar su enojo. Su madre estaba al tanto del conflicto en la filosofía
de la crianza de su hija, pero no tenía ni idea de lo mucho que había
empezado a creer lo que su padre le estaba enseñando.
Todo llegó a un punto crítico un día en la escuela. Una niña que había
estado acosando a Joselyn la empezó a molestar en el patio de recreo.
Esa fue la gota que rebasó el vaso para Joselyn, quien reaccionó con un
torrente de rabia y violencia. Agarró a su acosadora por el cabello y la
arrastró por todo el patio de recreo. Estaba a punto de golpearla con un
palo, pero una maestra intervino.
Su madre dijo: “Fue escalofriante ver las imágenes de vigilancia del
patio de recreo de la escuela y observar que su hija estaba haciendo algo
tan horrible”.
La madre de Joselyn me pidió que te dijera que fueras valiente y que estés dispuesta a descifrar las
pistas en la vida de tu hija para saber si está siendo mala. Me rogó que te animara a preguntarle a tu hija
con regularidad si está siendo acosada o si está siendo tentada a ser mala. Ella cree que, si hubiera
sabido lo mal que estaba, podría haber ayudado a Joselyn antes que hiciera un daño irreparable.
Después del hecho, tuvo que cambiar a su hija de escuela para poder comenzar de nuevo.
Haz una pausa y formúlate estas difíciles preguntas.
Estoy muy ENOJADA CON GLORIA. ¡OTRA VEZ! Me dijo que “no
tiene amigas”. ¡Hoy, a la hora del almuerzo, me dijo que de ahora en
adelante se va a sentar con “Daniela y las demás”! Vicky y yo nos sentamos
solas. ¡Y Vicky tuvo el valor de decirme que tal vez debería preocuparme
menos por cuánto extrañaré a Gloria! Me dijo que deberíamos pensar en
cómo podemos ayudarla, porque está preocupada de por qué haría algo
como esto.
Sofía está teniendo un mal día de amigas. ¿Alguna vez has tenido uno de esos
días? No nos sorprende. Casi todas las chicas han tenido un mal día de amigas.
De hecho, las historias en la Biblia demuestran una cosa sobre la amistad. ¡Es difícil! La vida de Job
se estaba desmoronando y sus tres mejores amigos empeoraron su dolor.[1] Los primeros cristianos
peleaban tanto que decidieron no trabajar juntos y comenzaron diferentes ministerios e iglesias.[2]
Incluso Judas y Pedro, dos de los amigos más íntimos de Jesús, ¡le fueron infieles antes de morir![3]
Si tus amistades no son perfectas, ¡únete al resto del mundo! No hay tal cosa como una amiga
perfecta. Sin embargo, Dios quiere que sigamos aprendiendo. Aunque la Biblia nos recuerda que la
amistad puede ser difícil, también nos ofrece muchos consejos sobre cómo ser una buena amiga. Una
cosa que nos dice es lo siguiente:
VERDAD #17:
Todas necesitamos amigas fieles, y la mejor manera de
encontrar una es serlo.
En un capítulo anterior, vimos que fuimos creadas para ser semejantes a Dios. Es decir, que
fuimos creadas a su semejanza o imagen. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo disfrutan
de la comunicación entre ellos. Tú y yo fuimos creadas para ser así también. Entonces, tu deseo de
tener una amistad profunda, real, verdadera y maravillosa es solo otro recordatorio de que fuiste creada
para ser como Dios. Necesitas amistades, y fueron hechas para experimentarlas.
Por eso me entristece tanto que chicas como tú crean esta mentira.
MENTIRA: “NO TENGO AMIGAS”.
Puede ser cierto que no tengas una amiga íntima para pasar el rato o que no eres la chica más popular
de tu grado. Puede ser cierto que te acabas de mudar a una nueva ciudad y todavía no has conocido a
nadie. ¡Incluso puede ser cierto que acabas de tener un mal día de amigas HOY! ¿Pero es
realmente verdad que no tienes NINGUNA amiga?
Antes de responder esa pregunta, permíteme hacerte otra: ¿qué es una amiga?
Obviamente, una amiga es alguien con quien pasas el rato. La Biblia tiene mucho que decir acerca de lo
que hace que una persona sea una verdadera amiga. Aquí hay cinco cosas que nos muestra cuáles son
las diferencias entre una amiga falsa (aquella que es amiga un día y una enemiga al siguiente) y una
amiga verdadera.
VERDAD DE ORO:
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más
unido que un hermano” (Proverbios 18:24, RVR-1960).
¡Increíble! La Biblia dice que una persona que tiene amigos es la que se muestra “amiga”. En otras
palabras, tiene las cualidades de una verdadera amiga. ¿Eres una buena amiga?
Esto me lleva a una historia de amistad buenísima. Laura y Karina crecieron juntas debido a que sus
madres eran amigas cercanas. Se encontraban para jugar desde que iban a preescolar.
En la escuela secundaria, los padres de Karina se divorciaron y las madres de las niñas se separaron.
Laura extrañaba a Karina, pero Karina había empezado a ser muy agresiva con sus palabras.
Laura recibió un buen consejo de su madre, y oraron juntas por esa situación. Al día siguiente, Laura
le dijo a Karina: “Sé que estás pasando por un momento difícil. ¿Hay algo que pueda hacer para
ayudarte? Haré lo que sea, pero tienes que ser buena conmigo”.
Laura estaba…
VERDAD #18:
Cada palabra que pronuncias y cada pensamiento que tienes
sobre alguien deben agradar a Dios.
___________
Es “normal” que niñas de todas las edades, incluso las MAMÁS, tengan “amigas falsas” y, en
ocasiones, que sean “chicas malas”.
Muchas chicas han experimentado momentos de “chica mala”.
Casi la mitad de las niñas que participaron en nuestra encuesta dice haber sido víctima de
acoso escolar (probablemente, sea mucho más alto que en otras encuestas).
El 29% de las niñas dice haber sido agresiva con otros o que se mantuvieron al margen y
dejaron que sucediera sin hacer nada para detenerlo.
Después nos recuerda que nuestra lengua alaba a Dios, pero al mismo tiempo a veces maldice a las
personas. Y dice que esto no debería ser así.
No, no puedes domar tu lengua, pero ¿sabes quién puede? Dios. Y Él nos ha dado muchas
enseñanzas en la Biblia para ayudarnos. Aquí hay una de mis verdades de oro favoritas, porque puedes
expresarla como una oración a Dios.
VERDAD DE ORO:
“Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu
agrado, oh Señor, mi roca y mi redentor” (Salmos 19:14).
Si afirmas ser cristiana y bendices a Dios con esa lengua, también debes usarla para bendecir a las
personas. Dios escucha cada palabra que dices a las personas y conoce cada palabra que piensas sobre
ellas.
Esto significa no más chicas malas.
Si has sido mala con alguien como una amiga o un hermano, este es un buen momento para contarle
a otro tu pecado (consulta la página 96). Confiésale a Dios tus momentos de “chica mala” y pídele que
te perdone. Luego cuéntaselo a tu mamá. Pídele que te ayude a usar palabras que sean amables.
¿Sabes de qué más es importante hablar? Si alguna persona ha sido mala contigo. No creas la
mentira de que nadie necesita saberlo. Y no te avergüences de ello. TODAS han tenido momentos
en que otra persona ha sido mala con ellas. ¿Podrías hacerme un favor? En este momento, quiero que
vayas a contarle a tu mamá o a tu papá la última vez que alguien fue malo contigo. ¡Estoy bastante
segura de que te hará sentir mucho mejor! (Me hace sentir mejor con tan solo pensarlo).
LA
LA VERDAD
MENTIRA
• Necesitas preocuparte menos por tener amigas y más
por ser amiga.
• Necesitas amigas fieles, y la mejor manera de encontrar
No tengo amigas es serlo (Proverbios 18:24).
amigas.
• La amistad es difícil. Incluso Jesús (que era un amigo
perfecto) tuvo problemas con sus amigos (Lucas 22:47-62).
• No hay amistades perfectas.
• Es “normal” ser mala, pero aun así es pecado.
• Dios quiere que seas buena (Efesios 4:32).
• Las palabras tienen poder (Santiago 3:8).
Está bien ser
mala. • No debes alabar a Dios con tu lengua y maldecir a las
personas con la misma lengua (Santiago 3:10).
• Las palabras que dices y los pensamientos que tienes
sobre los demás deben agradar a Dios (Salmos 19:14).
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!
Desde que Satanás tentó a Eva en el huerto del Edén, ha estado atacando a las mujeres y el propósito
de Dios para sus vidas. La revolución feminista ha sido parte de este ataque en Occidente. No me
malinterpretes: estoy agradecida de poder ser dueña de propiedades, votar y ganar tanto dinero como mi
esposo. Seguramente, tú también. Estas son cosas buenas. Y, aunque las mujeres ahora tienen muchas
de las mismas habilidades que los hombres y, prácticamente, las mismas oportunidades, creo que
perdimos algo en la búsqueda de la igualdad.
Parece que hay poco en nuestra cultura hoy día que aprueba la decisión de una mujer de hacer de su
rol de esposa y madre su única vocación. No quiero decir que deba ser su principal objetivo en la vida.
Conocer y servir a Cristo en cualquier ocupación vocacional es lo único que merece tal honor. Sin
embargo, en algún punto del camino parece que hemos perdido la libertad de disfrutar de ser esposa y
madre. La postura de que la formación académica y la carrera profesional son más valiosas que la
búsqueda de una familia continúa ganando impulso como una mentalidad cultural.
Como mencioné en el capítulo 3, alrededor del 33% de las mamás de nuestros grupos de enfoque
estaba preocupada de que sus hijas estuvieran más concentradas en los objetivos profesionales que en
las aspiraciones familiares. (¡No perdamos de vista el hecho de que estas niñas tienen entre siete y doce
años, y ya están considerando una educación superior!). No era que estas mamás no estuvieran de
acuerdo en que sus hijas fueran a la universidad o incluso que tuvieran una carrera profesional algún
día. Sí, lo estaban. Simplemente, estaban alarmadas por la obsesión de sus hijas de ser estudiantes con
calificaciones perfectas, o lo que percibían como conversaciones prematuras sobre la universidad y la
carrera profesional. También notaron que, en contraste, sus hijas carecían de entusiasmo cuando
trataban de hablar con ellas sobre la posibilidad futura del matrimonio y la maternidad.
Me alegro de tener un título universitario. Y Bob y yo hemos alentado a nuestras hijas a buscar una
formación académica también. Una ha obtenido una licenciatura en ciencias y está considerando
estudios de posgrado mientras escribo este libro. La otra asistió a un programa de certificación bíblica
donde aprendió métodos inductivos para el estudio de la Palabra de Dios. ¡Ha usado esa maestría para
leer la Biblia cinco veces! También ha sido un placer ver a mis hijas jóvenes adultas cursar los primeros
años de sus carreras universitarias.
Sin embargo, ¿por qué a las niñas y a las mujeres jóvenes no les gusta la idea de formar una familia?
¿No es importante también?
Echa un vistazo a este versículo de 2 Timoteo. Léelo todo, con especial atención a lo que he
subrayado para enfatizar, y luego te mostraré una poderosa verdad que hay en ella. Cuando descubrí
este secreto, cambió mi manera de dirigirme a mis hijas para sembrar en ellas el deseo del matrimonio y
la maternidad.
VERDAD DE ORO:
“Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos
muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su
dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán
desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada
sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán
control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a
sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el
placer en lugar de amar a Dios. Actuarán como religiosos pero
rechazarán el único poder capaz de hacerlos obedientes a Dios. ¡Aléjate
de esa clase de individuos!” (2 Timoteo 3:1-5).
Pablo instó a Timoteo a estar atento a que en los últimos días vendrían tiempos difíciles. Enumeró
varias actitudes y acciones negativas, incluso el hecho de que las personas “no amarán” (v. 3). Una
versión dice que serán personas “sin amor”.[1] En la lengua griega original, la palabra astorgos[2] (que
se refiere al amor de la familia) se usa para indicar el tipo de amor que carecen. En los últimos días, las
personas ya no tendrán amor por su familia incluso por el concepto de familia. No querrán casarse ni
tener hijos.
Ver esto claramente me inspiró a repeler el ataque cultural que tiene como blanco el matrimonio y la
maternidad. En respuesta, he hecho todo lo posible para sembrar la verdad de que el matrimonio es una
hermosa imagen de Cristo y la Iglesia. Y es una digna vocación reflejar esa imagen.
¿Y ser madre? Es la mejor labor que he cumplido. Sin excepción. Y he tenido algunas experiencias
profesionales muy interesantes, como luchar por la castidad y la cura en las líneas del frente de batalla
del VIH/SIDA en Zambia, dar charlas como parte de las conferencias TED [Tecnología,
Entretenimiento, Diseño, por sus siglas en inglés] y… bien, escribir este libro para ti. Sin embargo,
nada se compara con dar a luz, abrazar a un recién nacido, ver a mis bebés dar sus primeros pasos,
ayudarlos a hacer la tarea, ver cómo aprenden a hacer cosas nuevas y tener tres jóvenes adultos
increíbles para aportar a este mundo.
¿Te parece demasiado pronto para hablar con tu niña preadolescente sobre la posibilidad de
convertirse en esposa y madre? Si es así, vuelve a leer el capítulo 2. Nunca es demasiado pronto para
sembrar la verdad bíblica en tu hija.
Un signo de la actitud negativa de nuestra cultura hacia la familia es el aumento de la edad en que
contraen matrimonio. En 1960, la edad promedio del primer matrimonio para las mujeres era de veinte
años. Los hombres tenían veintidós años. Hoy es veintisiete para las mujeres y veintinueve para los
hombres.[3] Creo que dos de los factores que han favorecido este cambio son la priorización de la
formación académica y la carrera profesional por encima del matrimonio, así como la devaluación del
sexo hasta el punto de no considerar que se deba reservar para la noche de bodas.
La Palabra de Dios enseña que “es mejor ser dos que uno” (Eclesiastés 4:9), y que debemos
“[honrar] el matrimonio” (Hebreos 13:4). También asevera: “Los hijos son un regalo del Señor; son una
recompensa de su parte” (Salmos 127:3). Nunca nos instruye a obtener títulos de posgrado o a ganar
suficiente dinero para vivir en una casa grande y tener un título distintivo.
Para ser claras, los roles del matrimonio y la maternidad no son las únicas posibilidades maravillosas
que podrían estar en el futuro de tu hija. La Biblia nos instruye a esforzarnos para poder presentarnos
delante de Dios y recibir su aprobación (2 Timoteo 2:15). Eso podría ser como médicas, abogadas,
maestras o matemáticas. Hay infinidad de maneras en que tu hija puede servir al Señor y al prójimo.
Sin embargo, eso no le impide estar entusiasmada por convertirse en esposa y madre algún día, si eso es
lo que Dios quiere para ella en un futuro. Por supuesto, es posible que el plan de Dios implique que ella
lo sirva como una mujer soltera, ya sea a corto o largo plazo. Aun así, está bien sembrar en ella el deseo
de valorar el matrimonio y la maternidad.
Tengamos cuidado de usar la Palabra de Dios, no nuestra mentalidad cultural, para preparar a
nuestras hijas para un futuro hermoso.
“Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy
difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán
fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus
padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. No amarán ni
perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles
y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se
llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios. Actuarán
como religiosos pero rechazarán el único poder capaz de hacerlos
obedientes a Dios. ¡Aléjate de esa clase de individuos!” (2 Timoteo 3:1-5).
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Estás creciendo en un momento muy interesante de la historia para las mujeres y las niñas. Puedes
hacer casi CUALQUIER COSA que quieras cuando seas grande, pero no siempre fue así.
¿Sabías que en el pasado las mujeres no podían poseer propiedades, votar o incluso ganar tanto
dinero como los hombres? Es verdad.
La Biblia nos cuenta historias de muchas mujeres que hicieron un buen trabajo (pagado o gratuito
para ayudar a otros) fuera de sus hogares. Eso nos muestra que Dios podría estar planeando para ti una
carrera profesional fuera del hogar en el futuro.
Sin embargo, hay un problema: muchas chicas están tan obsesionadas con todo lo que
DESEAN SER, que no se toman un momento para preguntarle a Dios qué es lo que
DEBEN SER. De hecho, piensan que una de las mejores tareas que Dios quería que las mujeres
desearan: ser esposa y madre, no es tan importante. ¡Algunas incluso piensan que es una mala idea
tenerlo como objetivo en la vida!
VERDAD DE ORO:
“Después, el Señor Dios dijo: ‘No es bueno que el hombre esté solo. Haré
una ayuda ideal para él’” (Génesis 2:18).
Este versículo muestra por qué Dios creó a Eva. Dios no decidió hacerla de repente en el último
minuto. La había planeado desde siempre. No obstante, primero quería que Adán viera que necesitaba a
alguien con diferentes cualidades y fortalezas que lo ayudara. Después de eso, Dios hizo a Eva.
Algunas personas piensan que la palabra ayuda significa que Eva no era tan valiosa como Adán,
¡pero no entienden el significado de esta palabra! El libro de Génesis se escribió originalmente en el
idioma hebreo, no en inglés. La palabra para ayuda era ezer. En este versículo, describe a Eva como
la ayuda de Adán; pero, en muchos otros versículos de la Biblia, ¡esta palabra describe a DIOS
COMO NUESTRA AYUDA! Esta es una de las maneras especiales en que nosotras,
como mujeres, llegamos a ser semejantes a Dios. (¿Recuerdas que algunos capítulos atrás vimos que
fuimos creadas para ser semejantes a Él?).
Cuando lo piensas de ESA manera, ser una ayuda es muy valioso. Si tienes el deseo de ser esposa
algún día, es un buen deseo y puedes estar orgullosa de ello. ¡Es una de las mejores tareas que Dios
podría pedirte que hicieras!
La segunda verdad de oro que quiero que conozcas es esta. Ya hemos usado este versículo de la
Biblia para combatir otra mentira, pero creo que vale la pena verlo otra vez.
VERDAD DE ORO:
“Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte”
(Salmos 127:3).
A todas nos gusta recibir regalos y recompensas, ¿verdad? En este versículo se califica a los hijos como
“un regalo” y “una recompensa”. Aun así, a algunas mujeres no les gusta la idea de ser madre. Aún más
triste para mí, a veces, cuando son madres, se quejan mucho de serlo. No lo ven como un regalo o una
recompensa.
Esta es una gran mentira en nuestro mundo de hoy, y una que no entiendo en absoluto.
Cuando era niña, había tres cosas que quería ser cuando fuera grande: esposa, madre y maestra de la
Biblia. ¡Y las quería en ese orden! Aunque también soy una exitosa escritora, conferencista y maestra
de la Biblia, tareas que me encantan, la MEJOR TAREA DE TODAS ha sido la de
esposa y madre.
No todas las mujeres LLEGARÁN A SER esposas y madres, pero la mayoría sí.
Entonces, espero que estés tan entusiasmada como yo con esta labor.
Esto es lo que creo que debes hacer: dile a Dios que quieres complacerlo y que estás dispuesta a ser
en el futuro lo que Él haya planeado para ti. ¡Él te creó, y sabe PARA QUÉ te destinó! Si Él
quiere que seas esposa y madre, estoy segura de que serás una gran esposa. También podría querer que
tuvieras dos profesiones, como yo, y te dará la sabiduría que necesitas para ser esposa y madre,
mientras también cumples tu responsabilidad en otras cosas. O tal vez no te casarás ni tendrás hijos
porque Dios tiene otra cosa en mente para ti.
Una cosa sé, Él ya lo sabe y ya te está preparando. De hecho, ¡vamos a hablar de nuestra última gran
VERDAD!
VERDAD #20:
Te estás convirtiendo en lo que un día serás.
NANCY:
VERDAD DE ORO:
“No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios.
Siempre se cosecha lo que se siembra” (Gálatas 6:7).
Si siembras frijoles, ¿qué cosecharás? ¡Frijoles! Si siembras calabacín, ¿qué cosecharás? ¡Calabacín!
Este versículo bíblico dice que el mismo tipo de cosas sucede en nuestro carácter. Si eres una chica
que hoy lee la Biblia y ora, llegarás a ser una mujer sabia, que ama la Palabra de Dios y una guerrera de
oración en el futuro.
Sin embargo, si eres una chica que pasas la mayor parte de tu tiempo en Internet, jugando juegos de
computadora o mirando películas, será difícil que desarrolles un corazón que ame leer la Biblia y orar.
Esas cosas no son malas, y está bien disfrutarlas a veces; pero también necesitas esforzarte en crecer y
desarrollar lo que Dios espera que seas algún día. ¡Ya sea una dulce esposa y tierna madre, una
abogada, la esposa de un pastor, una médica, una misionera o una combinación de todo lo anterior!
Este podría ser un buen momento para un breve comentario de Nancy.
Si estás leyendo este libro, no eres demasiado joven para hacer ninguna de esas cosas. No te dejes
engañar por la mentira de que lo que estás haciendo hoy como jovencita realmente no importa. Sí
importa. Si eres disciplinada, serás disciplinada. Si eres buena, serás buena. Te estás convirtiendo en lo
que un día serás.
NOTAS PARA MAMÁ
Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá”, si
necesitas repasarlas.
___________
LA MENTIRA LA VERDAD
• Dios creó a la mujer original, Eva, para que
fuera ayuda del hombre original, Adán. ¡Cada
No tiene nada de mujer tiene esta capacidad de ayudar! (Génesis
genial ser una 2:18).
SIMPLE esposa y • Los hijos son un “regalo” y una “recompensa”
madre. (Salmos 127:3).
• Está bien querer una profesión fuera del hogar si
estás destinada para eso.
Soy demasiado joven • Te estás convirtiendo en lo que un día serás. Lo
para __________ que siembres, cosecharás (Gálatas 6:7).
La madreselva.
¿Recuerdas arrancar el extremo de la flor y sostener el pistilo con forma de hebra sobre tu boca
abierta y esperar que la dulce gota de néctar cayera sobre tu lengua? Ningún niño dijo nada malo de la
madreselva.
Mi granja tiene madreselvas. Montones. Cada primavera abro felizmente mis ventanas cuando los
arbustos emanan una fragancia espléndidamente dulce.
Eso fue hasta el año pasado.
Comencé a notar problemas. Los senderos estaban tan llenos de madreselvas que ya no podía montar
mis caballos a través de ellos. Además, había muchos árboles muertos. Mi arbusto lila luchaba por
florecer.
Sin darme cuenta, me había visto atraída hacia un invasor. El crecimiento de la planta trepadora
cubre los árboles de tal manera que derriba a muchos de los más débiles. Sin embargo, son las raíces de
la madreselva las que hacen el mayor daño. Alteran los nutrientes del suelo, perturban el hábitat
subterráneo de los animales y dominan los bosques de todo el estado.
En este momento mientras escribo, está entrando a mi casa el olor a madera quemada de un fuego en
el patio trasero. Mi esposo se ha embarcado en una guerra constante contra la madreselva. El granjero
Bob, como lo llamo, no solo está cortando el crecimiento superior de la planta, sino que está arrancando
y quemando sus raíces.
Si necesitas arrancar las raíces de una madreselva, pregúntale a Bob.
Si necesitas arrancar las raíces de la mentira que han hecho un escondrijo en la mente y el corazón
de tu hija, yo puedo ayudarte.
De cualquier modo, se deben arrancar las raíces o los comportamientos que no te gustan se seguirán
repitiendo. Finalmente, el pecado puede llegar a dominar la vida de tu hija.
En este capítulo, analizaremos cómo identificar y desarraigar cualquier mentira que ella pueda estar
creyendo. En el siguiente capítulo, nos centraremos en cómo sembrar la verdad para reemplazar las
mentiras.
PENSAMIENTO MOLESTO
Gran parte de lo que tu hija cree depende de los pensamientos que tiene. Sus pensamientos primero
influyen en cómo se siente y luego en cómo se comporta. Ambas cosas conforman y revelan las raíces
de su sistema de creencias.
Estoy convencida de que muchas mamás tendrían más cuidado con lo que sus hijas ven, escuchan y
experimentan, si realmente entendieran el poder de los pensamientos. La ciencia médica relativamente
nueva nos muestra cuán tóxico y falso puede ser el pensamiento distorsionado para cualquiera de
nosotras. (Yo lo llamo “pensamiento molesto”). Por otro lado, los pensamientos correctos y cuidadosos
proporcionan un entorno para que tu hija crezca y se convierta en una mujer saludable.
El psiquiatra y neurólogo, Dr. Daniel Amen, determinó hace más de dos décadas que tratar a las
personas por depresión, ansiedad y otros problemas emocionales sin mirar realmente el órgano que
controla esas cosas (el cerebro) parecía una mala idea. Fue pionero en el uso de la tomografía
computarizada de emisión de fotón único para observar el cerebro de un paciente antes de tratarlo
presuntivamente con medicamentos. Ha visto más de 83.000 exámenes cerebrales y ha ayudado a
innumerables pacientes a superar una variedad de dolorosos problemas de salud mental. Si bien utiliza
las intervenciones médicas modernas, la dieta y el ejercicio para ayudar a los pacientes, es un firme
defensor de reeducarlos en su manera de pensar.
VERDAD DE ORO:
“Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas
excelentes y dignas de alabanza. No dejen de poner en práctica todo lo
que aprendieron y recibieron de mí… Entonces, el Dios de paz estará con
ustedes” (Filipenses 4:8-9).
Según la Biblia, una de las acciones más poderosas que podemos tomar para mejorar nuestra vida y
nuestras emociones es tener pensamientos positivos. Cuando pensamos en todo lo honorable, justo,
puro y bello, la paz de Dios inunda nuestro ser. ¿No es eso lo que quieres para tu hija? ¿Qué viva en
paz?
Sin embargo, seamos sinceras, como madres conocemos este versículo. Es posible que lo hayamos
memorizado, lo hayamos colgado en nuestra sala de estar y lo hayamos guardado en Pinterest. Sin
embargo, somos propensas a permitir que las cosas que no son honorables, justas, puras y bellas asalten
el espacio donde viven nuestras familias.
Una imagen vale más que mil palabras, así que echemos un vistazo al trabajo de otra especialista
líder en el cerebro, Caroline Leaf, que ha estudiado una parte del cerebro que en realidad podemos ver.
Su trabajo pionero me llevó a tomar aún más en serio Filipenses 4:8-9.
Las dendritas son pequeñas ramificaciones de las células nerviosas del cerebro, que envían y reciben
impulsos de otras células, lo que ayuda al cerebro a controlar al resto del cuerpo. Son estructuras
microscópicas del cerebro en forma de árbol.
Así es como se ven cuando tenemos una vida de pensamientos positivos, correctos y llenos de
verdad. Las ramificaciones son abundantes y completas, lo cual crea la apariencia de un árbol
fuerte y saludable.
VERDAD DE ORO:
“…llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios
10:5, rvr-1960).
¿Está Jesús a cargo del contenido que llega a tu hogar y al corazón de tu hija?
Espero que sí.
Por supuesto, no importa lo atenta que estés, las mentiras se filtrarán. Por lo tanto, vayamos al
asunto de estar preparadas para desarraigar las mentiras y reemplazarlas con la verdad. En Mentiras que
las niñas creen, tu hija está aprendiendo a hacer eso, pero no puede hacerlo sola. Nadie es capaz de
reconocer sus propias mentiras. Después de todo, la naturaleza misma de la mentira es que es engañosa,
por lo que generalmente los ojos y la participación de otra persona ayudan a identificarlas. Tu hija
necesitará tu ayuda mientras aprende a realizar este proceso.
Una madre que asistió a nuestros grupos de enfoque ató los cabos sueltos y tuvo un momento
revelador. Durante nuestra conversación, de repente descubrió que los sentimientos molestos y los
pecados de su hija eran evidencia de una mentira.
UN CASO REAL:
SONIA
Sonia, la hija de Bibiana, es una brillante alumna del último año de
escuela primaria, que siempre fue muy estudiosa y sobresaliente desde el
jardín de infantes. Sin embargo, últimamente trata mal a sus hermanos
si la distraen mientras estudia. Cuando llega la noche de juegos en
familia, a menudo rompe a llorar si sus padres le obligan a dejar de
hacer la tarea para que participe.
Dado que sus calificaciones estaban muy por encima del promedio, sus
padres decidieron que el nivel de estrés de Sonia por sus calificaciones no
era saludable y establecieron límites: no hacer tareas o estudiar después
de la cena. Sonia acató la decisión con rabietas, lágrimas y reiteradas
desobediencias.
Durante nuestro grupo de enfoque, Bibiana comenzó a darse cuenta de
que las emociones erráticas y el comportamiento pecaminoso de Sonia
probablemente eran el resultado de una mentira. Incluso comenzó a
relacionarlo con una persona que era un ejemplo a imitar en la vida de
su hija: la directora del colegio.
“Cada mañana, durante el tiempo grupal, la directora se dirige a los
estudiantes y les dice cosas como: ‘Aprendan matemáticas porque no
podrán ir a la escuela secundaria a menos que les vaya bien en
matemáticas. Y después no podrán ir a la universidad. Y después no
conseguirán un buen trabajo —comentó Bibiana—. Esta directora es
una mujer piadosa, pero siento que presiona demasiado pronto a los
niños y hace demasiado hincapié en el valor de una carrera profesional.
En su intento de ayudar a los niños a ser diligentes, está alimentando la
mentira de que lo más importante en la vida de mi hija tiene que ver con
el rendimiento académico y una futura carrera profesional”. Bibiana
dejó el grupo de enfoque con la confianza de ayudar a Sonia a identificar
la mentira y ser libre de su relación emocional con la tarea escolar.
Tal vez ya hayas identificado algún área específica en la vida de tu hija donde esté experimentando
sentimientos molestos o un pecado. Si no, no te preocupes. He invitado a tu hija a llenar estos espacios
en blanco en su libro y a hablarlo contigo:
Completa los espacios en blanco para encontrar alguna evidencia sobre la superficie
que pueda tener la raíz de una mentira dentro de ti.
Un PECADO que cometí hace poco o en el que no puedo dejar de pensar es:
_____________________
Cuando ella hable contigo al respecto, estarás lista para dar el siguiente paso y arrancar la mentira.
Espera en Él. Sé paciente. Háblalo. Y, sobre todo, deja que tu hija tome la iniciativa de contarte los
pensamientos que podrían ayudar a identificar la mentira. Cuando lo descubra, le he dejado un espacio
en Mentiras que las niñas creen para que lo escriba:
Completa los espacios en blanco para encontrar alguna evidencia sobre la superficie
que pueda tener la raíz de una mentira dentro de ti.
Un PECADO que cometí hace poco o en el que no puedo dejar de pensar es:
_____________________
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_____________________
Carla, una madre soltera que participó en uno de los grupos de enfoque de Mentiras que las niñas
creen, empezó a contarme su historia con esa hermosa frase.
Tuvo a su hija, Cecilia, cuando era una estudiante de secundaria de diecisiete años. Estuvo saliendo
con un chico llamado Bruno; un joven cristiano que la trataba con respeto y honra. Sin embargo, ella no
creía que fuera lo suficientemente buena para él y cortó la relación. Estaba desconsolada. Comenzó a
buscar alivio en las relaciones sexuales con otros muchachos. Y, finalmente, quedó embarazada.
Bruno volvió rápidamente a buscar a Carla y trató de convencerla de que se casara con él, pero ella
huyó rápidamente de él. Aunque se quedó con el bebé, continuó medicando emocionalmente su dolor
con relaciones sexuales. Al mirar atrás, admite:
Mi hija [y yo] crecimos juntas. Yo estaba loca por los chicos, pero no quería que ella
encontrara su identidad en los chicos como yo lo hice.
En la oscura secuela emocional de una relación particularmente mala, Carla le rogó a Dios que la
ayudara. Él respondió su oración y envió a un pastor y su esposa para que le testificaran de Jesús. Ella
les dijo que necesitaba que la ayudaran a recuperarse. Fue así que invitaron a Carla y a su hija a vivir
con ellos.
La pareja comenzó a mostrarle que su comportamiento inmoral y penoso estaba arraigado en creer la
mentira de que no valía nada. Le presentaron la verdad que la haría libre, versículo bíblico por versículo
bíblico. Lentamente, su corazón fue transformado. Una nueva comprensión de cuánto Cristo la amaba
reemplazó la locura por los chicos de su juventud. Y nació en ella un nuevo deseo de agradar a Dios y
vivir en la verdad. Sin embargo, el efecto de su antiguo estilo de vida en su hija era evidente. Carla
comentó:
Muchas de las cosas con las que mi hija lucha son el resultado de haber visto mi manera de
vivir y escarmentar a causa de mis acciones. Ella no se sujeta ni obedece fácilmente porque me
vio vivir en rebeldía.
Carla sabía que desarraigar las mentiras y enseñar a Cecilia a vivir en la verdad requeriría mucho
tiempo y esfuerzo. De modo que dejó un empleo que la alejaba de su hija durante varios días y buscó
un empleo que le permitiera trabajar desde casa. De esa manera, Carla podía estar con su hija cuando se
iba a la escuela y cuando regresaba a casa. También comenzó a ofrecerse como voluntaria en el salón
de clases de su hija para poder pasar más tiempo juntas.
No obstante, ¿cuál fue el cambio más significativo para esta madre soltera que deseaba
profundamente borrar el efecto de su promiscuidad en la vida de su hija? Tomó la decisión personal de
no ponerse de novia, a pesar de su deseo de tener un compañero de vida. Fue una convicción de que
Dios la estaba llamando a hacer algo radical para sembrar la verdad en Cecilia. Entonces le comunicó a
su hija que la promiscuidad y la locura por los chicos fueron el resultado de haber creído mentiras, pero
que ahora vivía de manera diferente, y oró para que Cecilia aprendiera de su nuevo ejemplo.
¡Dios es tan fiel! Cuando conocí a Carla, su hija de doce años no estaba tan loca por los chicos como
todas sus amigas. En cambio, Cecilia se había convertido en una jovencita loca por Dios que incluso se
estaba volviendo más sumisa y respetuosa.
Y hay más.
La semana que Carla vino a mi grupo de enfoque fue una semana importante. Ella y Cecilia se
mudaban a Alaska. Resulta que ese muchacho cristiano de la escuela secundaria, Bruno, se enteró de
que ella finalmente había conocido a Jesús y la verdad. Durante ese tiempo, él se había convertido en
un hombre y un soldado que aún amaba a Jesús… y a su novia de la escuela secundaria. Y volvió una
vez más para pedirle que se casara con él. Ella no dijo que sí al principio. Necesitaba tiempo para
procesar lo que eso significaría para su hija y para contarle a Bruno su pasado.
“¿Sabes que hubo muchos otros hombres en mi vida?”, le preguntó ella.
Él lo sabía y tenía un corazón perdonador.
Así fue que comenzaron una relación lenta y a la distancia. La pareja de pastores con la que Carla
había vivido le dio una sabia orientación. Todos los involucrados sintieron que el Señor estaba
liberando a esta madre soltera fiel para que recibiera el regalo de un esposo y un padre para Cecilia.
Tanto ella como su hija estaban entusiasmadas con su nueva aventura. Tuve que preguntarle por qué
se tomaría dos horas para conducir y participar en un grupo de enfoque de Mentiras que las niñas
creen, cuando estaba planificando una boda y preparándose para una mudanza de un extremo al otro
del país. No lo dudó:
¡Porque soy libre! Estoy totalmente libre del pecado que tenía en mi vida y quiero que otras
mamás sepan que también pueden ser libres. Podría requerir algunas decisiones drásticas, pero
pueden ser libres. Y su libertad aumentará radicalmente la capacidad de su hija de vivir en la
verdad.
UN CASO REAL:
SONIA
El padre de Emilia abandonó la familia cuando ella asistía a la escuela
primaria. Su madre, Julia, se dio cuenta de que su hija, ahora en la
escuela intermedia, se estaba juntando con otras niñas sin un padre en el
hogar.
Al principio, Julia creyó que era algo bueno. Luego comenzó a notar que
su hija estaba cada vez más enojada y amargada. Algunas madres
podrían pensar que aquella era simplemente la siguiente etapa de dolor
normal tras perder a un padre, pero el discernimiento de Julia estaba en
alerta máxima. Sospechaba que se trataba de sentimientos molestos que
sonaban la alarma de que algo en las raíces del sistema de creencias de
su hija no era saludable.
A través de conversaciones, Julia se dio cuenta de que su hija había
empezado a creer la mentira de que estar enojada con su padre por
haberlas abandonado aliviaría su tristeza. Las voces de otras chicas con
la idea fija en su enojo solo aumentaron el de Emilia. Es cierto que el
enojo nos distrae de la tristeza, pero no resuelve los problemas que la
producen.
“Es como si Satanás supiera que se atraen entre sí porque se
retroalimentan unas a otras a concentrarse en el rechazo —dijo Julia—.
Cuando uno de sus papás no viene a verlas como esperaban, todas se
enojan con sus papás”.
Tras identificar la mentira, Julia encontró un versículo bíblico especial
para Emilia. Dado que su hija parecía tener la idea fija en la falta de su
padre, le pidió a Dios que le mostrara algo en su Palabra sobre la fijación
y encontró este versículo.
Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra
fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando
la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha
del trono de Dios (Hebreos 12:1-2, ). NVI
Fíjate que la verdad que Julia encontró para su hija no era lo contrario de la mentira. A veces esa no
es la verdad que más necesitamos, aunque sea la más fácil de encontrar. Por eso es tan importante
confiar en el Espíritu de Dios durante esta importante tarea.
Puedes hacer lo mismo por tu hija, cuando veas la manifestación de sentimientos molestos o
comportamientos pecaminosos en su vida.
Supongo que podrías sentirte un poco insegura en este proceso. Quizás te sientas insegura de tu
capacidad de discernir las mentiras que tu hija cree o la verdad que necesita. Podrías tener miedo de
equivocarte y dañar a tu hija para siempre. ¿Cómo puedo saberlo? ¡Porque a mí también me ha
sucedido, hermana! He pasado muchos meses trabajando en las páginas de este libro y luchando contra
tales sentimientos.
A veces he tenido la tentación de titular esta obra: El libro que no quiso que se escribiera. No he
experimentado una laguna mental tan insoportable desde que escribí Mentiras que las mujeres creen
hace casi diez años. Me tomó dos largos meses e innumerables horas tener un solo capítulo consistente
digno del proceso de edición. Lo había escrito decenas de veces y destruido otras tantas, solo para estar
frente a una pantalla en blanco una y otra vez. En mis intentos por atrapar a una musa proverbial
esquiva, estos son algunos de los pensamientos que me asaltaron cuando me senté a escribir este libro:
Estas verdades son demasiado difíciles para las niñas pequeñas.
Alimentados por las mentiras, estos sentimientos molestos me estaban haciendo perder el sentido.
No había ni un solo pelo de verdad en ellos.
Sin embargo, me senté frente a una pantalla en blanco. De modo que debe haber una pequeña
verdad, (algunos hechos que alimenten esas mentiras) en este asunto, ¿no es cierto?
Esa es la cuestión. No estamos buscando una pequeña verdad, sino la verdad invisible, pero
magnífica y poderosa de Jesús.
Tu hija puede estar sufriendo de leucemia o de depresión.
Puede ser la chica mala a la que todos temen o víctima de una.
Puede tener problemas con cualquier discapacidad de aprendizaje que le hayan diagnosticado o de
orgullo académico.
Podría estar loca por los chicos o estar experimentando una confusión de género.
Tal vez solo sea insensible o desganada.
Mira más allá de la pequeña verdad y busca la magnífica y poderosa verdad de Jesús.
La libertad espiritual no tiene que ver con que Dios elimine milagrosamente estas dificultades. Es la
dulce paz que proviene de saber, creer y actuar según la verdad incluso en medio de tu dolor. Jesús no
señaló las circunstancias, los sistemas religiosos, los gobiernos, los médicos o incluso las madres
cuando prometió hacer libre a tu hija. Les dijo a sus seguidores que Él los haría libres:
VERDAD DE ORO:
Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis
enseñanzas; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres… Así que,
si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres (Juan 8:31-32,
36).
Enseña a tu hija a mantenerse fiel a la verdad de la Palabra de Dios. Eso la hará libre. Y a veces será en
contra de todas las circunstancias visibles.
Tengo una madre que ama leer la Biblia y ora fielmente. Cuando tenía ocho años, me compró mi
primer devocional diario para niños. Fue el comienzo de un amor de toda la vida por leer la Biblia y
sumergirme en la verdad.
Cuando completé la investigación para este libro, me entristeció descubrir que, para mi madre, era
inusitado tener que esforzarse para alentar la vida devocional de su hija, mientras que cuando les
pregunté a las madres, que asistían a mis grupos de enfoque, si sus hijas leían la Biblia y oraban
diariamente, respondieron lo siguiente:
Mientras que la mayoría de las madres informó que tenía su propio tiempo de oración privada,
muchas no estaban ayudando de manera proactiva a sus hijas de ocho a doce años a desarrollar esta
disciplina.
Hemos llegado al final de este libro, pero el trabajo de criar a tu hija en la verdad durará toda la vida.
(Mi madre todavía me está instruyendo en la verdad con toda fidelidad). Así que déjame hacerte el reto
más importante de todos: lee la Biblia y enseña a tu hija a leerla. En Mentiras que las niñas creen, le
expliqué lo siguiente a tu hija sobre la importancia de leer la Biblia.
Varios versículos de la Biblia nos enseñan a “ponernos” prendas como la humildad, la justicia y el
amor. Claro, en realidad no te pones la verdad sobre tu cuerpo como la ropa, pero podrías pensar:
“¡Hoy voy a tomar la verdad y me voy a vestir con ella! Me voy a vestir de amabilidad y amor”.
¡Estas cosas son características espirituales que puedes usar como si fueran un par de pantalones de
jean o la camiseta de tu equipo favorito! (No puedes tocar ni sentir estas prendas, ¡pero creo que puedes
“ver” cuando alguien las usa!). Una de las cosas que podemos “ponernos” es el cinturón de la verdad.
VERDAD DE ORO:
“Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza
de la justicia de Dios” (Efesios 6:14).
Cuando el apóstol Pablo escribió este versículo bíblico, también animó a los cristianos a usar otras
prendas más como:
la coraza de justicia
el calzado de la paz
el casco de la salvación
el escudo de la fe
Me gusta hacer esto a primera hora de la mañana cuando leo la Biblia y escribo versículos en mi
diario íntimo. Puedes buscar un libro devocional que te guste, o tal vez prefieras tener devocionales en
familia o entre madre e hija. Tal vez comiences una colección de tus versículos bíblicos favoritos y los
pegues en la pared de tu habitación. No importa cómo lo hagas, ¡pero lee la Biblia todos los días! Cada
vez que lo hagas, te estarás “poniendo” el muy importante cinturón de la verdad.
VERDAD DE ORO:
“Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor
sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la
ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no
les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están
siempre verdes y nunca dejan de producir fruto” (Jeremías 17:7-8).
Amiga mía, que tu hija y mis dos hijas sean como árboles plantados junto a la ribera de un río. Que
nuestros ojos las vean atravesar las pruebas del calor y la sequía. Que las veamos vivir sin temor. Que
vivan libres de sentimientos “molestos”. Y que sus vidas produzcan mucho fruto para el reino de Dios.
20 verdades clave
Al final de Mentiras que las niñas creen, recopilé una lista de verdades para que las niñas aprendan.
Estas verdades han sido muy útiles en mi propia vida, y confío en que también lo serán para ti y tu hija.
(Siempre necesitamos la verdad de Dios, independientemente de la edad que tengamos). ¡A disfrutar!
VERDAD: Dios te ama todo el tiempo, todos los días, incluso cuando haces algo
malo. Él no quiere que peques y te hagas daño, pero te ama sin importar lo que hagas y siempre
está listo para perdonarte (Romanos 5:8).
VERDAD: Dios es todo lo que necesitas. Él es más importante que las amistades,
las calificaciones escolares o las cosas, porque es la fuente de todo lo que necesitas (Filipenses
4:19).
VERDAD: Eres cristiana “si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en
tu corazón que Dios lo levantó de los muertos” (Romanos 10:9). Y serás diferente, porque
cuando eres cristiana, cambia tu manera de actuar. Quieres más de Dios y menos de este mundo
(2 Corintios 5:17; 1 Juan 2:3-17).
VERDAD: No necesitas más libertad. Estás lista para más responsabilidad y Dios
quiere que la asumas (Gálatas 6:5-6).
VERDAD: Aunque es bueno llevarse bien con tus padres y disfrutar cuando pasas
tiempo con ellos, no se espera que ellos sean tus amigos, sino tus padres. Es su deber poner
límites. Y tu deber es obedecerlos. Dios te dará alegría cuando decidas honrar a tus padres. (Y
cuando seas mayor, ¡es muy probable que se conviertan en grandes amigos!) (Efesios 6:1-2).
VERDAD: Todo pecado nos separa de Dios y, a veces, de las personas que
conocemos y amamos (Isaías 59:2).
VERDAD: Lo que vemos, escuchamos y leemos nos cambia. Nos hace creer y
comportarnos de manera diferente. Dios quiere que solo nos expongamos a las cosas que son
verdaderas, honorables, justas, puras, bellas y dignas de alabanza (Filipenses 4:8).
13. Cuando parece que no hay tanta diferencia entre ser un niño o
una niña.
VERDAD: Dios creó dos géneros: masculino y femenino. Son importantes porque
nos ayudan a entender quién es Dios, y que Él es un ser social. Es bueno celebrar y comprender
las diferencias entre niños y niñas (Génesis 1:26-27).
VERDAD: No va a ser tan malo como crees. Todas las chicas tienen su
menstruación. Lo mejor que puedes hacer es hablar con tu mamá al respecto para estar
preparada, y recuerda que es una señal de que tu cuerpo tiene la capacidad de traer una vida al
mundo. Sé agradecida por este regalo (Salmos 127:3).
VERDAD: Puede ser “normal” perder la cabeza por un chico, pero no es lo mejor de
Dios para ti. Puedes decir que no a la locura por los chicos (Cantares 2:7).
VERDAD: Puede ser incómodo a veces, pero debes hablar con tu madre u otro
adulto de confianza sobre los chicos. Casarte un día, si eso es lo que Dios quiere para ti, es algo
realmente importante. Entonces, hablar con tu madre sobre los chicos también lo es. Todas
necesitamos sabios consejos (Proverbios 13:20).
VERDAD: Cada palabra que pronuncias y cada pensamiento que tienes acerca de
alguien deberían agradar a Dios. Puede ser normal ser mala, pero Dios quiere que seas buena con
todos (Salmos 19:14).
VERDAD: Es genial poder ayudar a tu esposo. Ser madre es uno de los mejores
regalos que recibirás en la vida (Génesis 2:18; Salmos 127:3).
20. Cuando piensas que eres demasiado joven para empezar a hacer
cosas maduras.
VERDAD: Te estás convirtiendo en lo que un día serás. Si eres buena, serás buena.
Si estás siendo una chica sabia, serás una mujer sabia (Gálatas 6:7).
Puedes recortar estas páginas y pegarlas en tu habitación o escribir las verdades en tu diario íntimo.
Espero que utilices esta lista de verdades para “ponerte” el cinturón de la verdad todos los días. ¡Vístete
con la verdad! Que las personas puedan ver la verdad en ti y en tu comportamiento porque te dejas
controlar por la verdad, no por tus sentimientos “molestos”.
¡Estoy orando por ti!
RESUMEN DE LOS RESULTADOS DE LOS
GRUPOS DE ENFOQUE CON LAS MAMÁS[*]
Pregunta 1: ¿Crees que las niñas pequeñas de hoy son más propensas a creer mentiras (sobre sí
mismas, sus relaciones, su comportamiento moral y Dios) que cuando tú tenías su edad?
Sí 85%
No 12%
Insegura 3%
Pregunta 2a: ¿Qué tipo de mentiras te preocupa más?
La autoestima 32%
La fe 23%
Los chicos/el sexo 15%
La amistad/la aceptación 11%
La presión de grupo 7%
Las redes sociales 5%
La cultura 3%
Comercialización de artículos para niñas mayores y adultas a niñas más pequeñas 2%
La depresión/la ansiedad 1%
La homosexualidad 1%
Pregunta 2b: ¿Qué luchas enfrenta tu hija que tú no enfrentabas a su edad?
La autoestima 23%
La belleza física 16%
Las redes sociales 11%
La amistad/la aceptación 8%
Los chicos 8%
La homosexualidad 7%
Una actitud pretenciosa 5%
Pregunta 3: ¿Cree tu hija en la verdad moral absoluta?
Respuestas antes del debate sobre áreas específicas como maternidad/matrimonio y
sumisión/obediencia:
Sí 80%
No 7%
Insegura 13%
Respuestas después del debate sobre áreas específicas como maternidad/matrimonio y
sumisión/obediencia:
Sí 56%
No 16%
Insegura 27%
Pregunta 3a: ¿Sueña/valora tu hija casarse y tener hijos algún día por encima de tener una
carrera profesional?
Sí 67%
No 18%
Insegura 14%
Pregunta 3b: ¿Muestra tu hija creer en la sumisión por la forma en que te obedece a ti y a otras
autoridades en su vida?
Sí, casi siempre obedece 7%
No, rara vez obedece 16%
Intenta obedecer pero le cuesta 76%
Pregunta 4: ¿Son las chicas malas, las amigas falsas y el acoso escolar problemas en la vida de tu
hija?
Sí 50%
No 34%
Insegura 15%
Pregunta 5a: ¿Le ha entregado tu hija su vida a Cristo? ¿Es salva?
Sí 67%
No 18%
Insegura 13%
Pregunta 5b: ¿Tiene tu hija su propio tiempo regular de oración privada?
Sí 30%
No 48%
Insegura 22%
Pregunta 5c: ¿Tienes tu propio tiempo regular de oración privada?
Sí 70%
No 23%
Insegura 6%
Pregunta 6a: ¿Hay alguna parte del cuerpo o rostro de tu hija que a ella
no le guste?
Sí 50%
No 31%
Insegura 18%
Pregunta 6b (solo para quienes respondieron “sí” a la pregunta anterior):
¿Cómo te sientes con esa parte de tu propio cuerpo o rostro?
Tampoco me gusta 28%
No tengo ningún complejo 55%
Insegura 17%
Pregunta 7a: ¿Está tu hija loca por los chicos?
Sí 6%
No 80%
Insegura 14%
Pregunta 7b (solo a las madres con hijas de 9 a 12 años): ¿Has hablado
con ella sobre el sexo?
Sí 50%
No 46%
Insegura 4%
Pregunta 8: ¿Crees que es posible que una niña pequeña sea oprimida por
Satanás/demonios?
Sí 72%
No 4%
Insegura 23%
[*]No todas las preguntas serán en proporción al 100% porque algunas optaron por no responder todas las preguntas o se les dio la opción de responder múltiples opciones.
[**]No todas las preguntas serán en proporción al 100% porque algunas optaron por no responder todas las preguntas o se les dio la opción de responder múltiples opciones.
[***] El porcentaje restante de las niñas seleccionó “otra” porque ninguna de las afirmaciones reflejaba cómo se sentían al ser niñas.
¡GRACIAS!
La publicación en inglés de Mentiras que las niñas creen y Mentiras que las niñas creen: Guía para
mamás fue realmente un esfuerzo de equipo, de modo que tengo que agradecer a algunos amigos.
Nancy DeMoss Wolgemuth soportó con paciencia mis súplicas de extender su mensaje de Mentiras
que las mujeres creen a las preadolescentes. Sacrificó un tiempo precioso para ayudar a dirigir y editar
estos dos libros. Nancy, te has convertido en una amiga entrañable. Has permitido desinteresadamente
que participe en una línea de libros que Dios te ha confiado a ti. No tengo suficientes palabras para
expresarte mi gratitud y amor.
Jennifer Lyell, una de las líderes femeninas de mayor confianza en publicaciones cristianas y una
amiga cercana de Nancy y de mí, nos prestó su brillante cerebro durante las primeras etapas de la
asignación del título y la dirección. Después se mantuvo a disposición para darnos sus consejos.
Jennifer, has luchado valientemente contra las mentiras sembradas durante tus años de preadolescente.
¡Tu vida es un testimonio del poder de la verdad!
156 madres de preadolescentes de once ciudades de los Estados Unidos y la República Dominicana
participaron en nuestros grupos de enfoque. Gracias por darnos a conocer sus corazones, su sabiduría y
sus historias. Mi hija del alma, Aleigha Gresh, y una hija especial, Charmaine Porter, ayudaron a dirigir
estos grupos de enfoque y extrapolaron la información. ¡Gracias!
1.531 niñas preadolescentes realizaron una breve encuesta para analizar en forma cruzada lo que
decían sus madres. Aubrey Brush, otra hija especial y mi directora de marketing, me ayudó luego a
organizar, analizar y usar la información con precisión.
This book was first published in the United States by Moody Publishers, 820 N. LaSalle Blvd., Chicago, IL 60610 with the title A Mom’s Guide to Lies Girls Believe, copyright © 2019 by
Dannah Gresh. Translated by permission. All rights reserved.
Este libro fue publicado por primera vez en los Estados Unidos por Moody Publishers, 820 N. LaSalle Blvd., Chicago, IL 60610 con el título A Mom’s Guide to Lies Girls Believe, copyright ©
2019 por Dannah Gresh. Traducido con permiso. Todos los derechos reservados.
Edición en castellano, © 2020 por Editorial Portavoz, filial de Kregel Inc., Grand Rapids, Michigan 49505. Todos los derechos reservados.
Diseño interior e ilustraciones: Julia Ryan/www.DesignByJulia.Imagen de la manzana en la cubierta: copyright © 2018 Yastremska/Bigstock (200730625). Todos los derechos reservados.
Fotografías/imágenes: manzana acaramelada copyright © 2018 Yastremska/Bigstock (200730625). Todos los derechos reservados pp. 5, 21, 55, 179; © Photography by Britton
(photographybybritton.com) p. 11; © Jason Nelson p. 67; © Douglas Saum p. 99.
Foto de la autora: Steve Smith
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El texto bíblico indicado con “NVI” ha sido tomado de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, copyright © 1999 por Biblica, Inc.® Todos los derechos reservados.
El texto bíblico indicado con “RVR-1960” ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado
con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.
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