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ELOGIOS

LO QUE OTROS DICEN SOBRE


MENTIRAS QUE LAS NIÑAS CREEN
Mentiras que las niñas creen es una herramienta fantástica para que las
madres enseñen a sus hijas a permanecer firmes contra las mentiras que
estarán tentadas a creer en su adolescencia, en su juventud y conforme pasen
los años. Invierte en el futuro de tu hija e instrúyela en la verdad, porque,
como bien dice el antiguo refrán: ¡Más vale prevenir que curar!
MARY A. KASSIAN
Autora de Chicas sabias en un mundo salvaje
Me encanta Mentiras que las jóvenes creen de Nancy DeMoss Wolgemuth y
Dannah Gresh, y ahora estoy muy contenta de ver que Mentiras que las niñas
creen anuncia a las chicas más jovencitas la verdad que las hace libres. Solo
Jesús puede hacerlo, pero Dannah hace que sea más fácil para ellas entender
cómo experimentar dicha libertad. ¡No puedo esperar para regalárselo a mis
nietas!
CATHE LAURIE
Fundadora y directora de Virtue, el ministerio para mujeres de Harvest Christian Fellowship
Nuestras hijas están rodeadas de mensajes que parecen positivos, como “las
mujeres mandan” y “las mujeres gobiernan el mundo”. Sin embargo, ¿es esa
la verdad? No, ¡la verdad es que Jesús es el que manda y el que gobierna!
Estoy muy contenta de que Dannah Gresh haya escrito esta guía para que las
mamás puedan combatir las mentiras de las redes sociales, la cultura pop y
las amistades imprudentes. Ve con tu hija y este libro a tu lugar favorito para
hablar. ¡Sé que este libro será el inicio del diálogo de muchas citas
intencionales con mis hijas!
ARLENE PELLICANE
Conferencista y autora de 31 días para ser una mamá feliz
Las niñas nunca han tenido una forma más divertida de descubrir la verdad y
aprender a reconocer las mentiras que traicionan la confianza y las relaciones.
Dannah Gresh compara claramente las mentiras con la verdad de manera que
las niñas puedan identificarse para que puedan corregir lo que piensan de sí
mismas y conocer el propósito de Cristo para sus vidas.
RON HUNTER JR.
Cofundador y director de las Conferencias D6. Autor de DNA of D6: Building Blocks of
Generational Discipleship
La vida de nuestras niñas depende de que sus madres conozcan la verdad de
Dios. Aunque parezca una frase hecha, para mí fue y sigue siendo
fundamental para salvar la vida de mi hija. Dannah desarrolla un proceso que
hace libre al equipo de madre e hija para disipar las mentiras y descubrir la
verdad que Dios quiere que creamos sobre su amor por nosotras, nuestras
familias, nuestras amistades y nuestro futuro. Aprenderás cómo escuchar,
vivir, creer y actuar según la verdad de Dios. En esto hay libertad.
JENNY SUMMERS
Directora ejecutiva de Pregnancy Resource Clinic, y madre de ocho hijos
Contenido

CUBIERTA
PORTADA
ELOGIOS
PRÓLOGO
INTRODUCCIÓN: Lo que toda madre debe saber sobre las emociones
de su hija

PARTE 1: PREPÁRATE PARA AYUDAR A TU HIJA (Desmontemos


tres mentiras que las mamás creen)
Capítulo 1: Tienes que tomar una decisión
Capítulo 2: Cómo instruir a tu hija en la verdad
Capítulo 3: ¿Qué tiene que ver la gracia con esto?

PARTE 2: MENTIRAS QUE LAS NIÑAS CREEN Y LA VERDAD


QUE LAS HACE LIBRES (Planta semillas de la verdad en la vida de tu
hija)
Capítulo 4: La verdad y mentiras sobre Dios
VERDAD #1: ¡Dios te ama siempre, pase lo que pase!
MENTIRA: “Dios solo me ama cuando soy buena”.
VERDAD #2: ¡Dios es todo lo que necesitas!
MENTIRA: “Dios no es suficiente”.
VERDAD #3: Eres cristiana si crees en Jesús y lo recibes como tu
Salvador.
MENTIRA: “Soy cristiana porque _______.”
Capítulo 5: La verdad y mentiras sobre mí misma
VERDAD #4: ¡Dios te eligió!
MENTIRA: “No soy muy capaz”.
VERDAD #5: La belleza que más le importa a Dios está dentro de
mí.
MENTIRA: “Las chicas bonitas valen más”.
VERDAD #6: Estás lista para más responsabilidad.
MENTIRA: “Necesito más libertad”.
Capítulo 6: La verdad y mentiras sobre mi familia
VERDAD #7: Tu familia es diferente, y eso es bueno.
MENTIRA: “Mi familia es muuuy rara”.
VERDAD #8: Puedes ser feliz incluso en una familia destruida.
MENTIRA: “Mi familia está demasiado destruida para que alguna
vez sea feliz”.
VERDAD #9: Dios te da alegría cuando honras a tus padres.
MENTIRA: “Mis padres no me entienden”.
Capítulo 7: La verdad y mentiras sobre el pecado
VERDAD #10: El pecado te separa de Dios.
MENTIRA: “Mi pecado no es tan grave”.
VERDAD #11: Ocultar el pecado te conduce al fracaso.
MENTIRA: “No necesito contarle a nadie mi pecado”.
VERDAD #12: Todo lo que vemos o escuchamos debe ser
verdadero, honorable, justo, puro, bello, admirable, excelente y
digno de alabanza.
MENTIRA: “Lo que miro/escucho no importa”.
Capítulo 8: La verdad y mentiras sobre el hecho de ser una niña
VERDAD #13: Dios creó dos géneros diferentes: masculino y
femenino.
MENTIRA: “No hay ninguna diferencia entre ser un niño o una
niña”.
VERDAD #14: Tu capacidad de traer una vida al mundo es algo
para celebrar.
MENTIRA: “Tener mi menstruación va a ser horrible”.
Capítulo 9: La verdad y mentiras sobre los chicos
VERDAD #15: Puedes decir que “no” a la locura por los chicos.
MENTIRA: “Está bien perder la cabeza por un chico”.
VERDAD #16: Nunca serás demasiado grande para necesitar un
sabio consejo.
MENTIRA: “No necesito hablar de chicos con mi mamá”.
Capítulo 10: La verdad y mentiras sobre la amistad
VERDAD #17: Todas necesitamos amigas fieles, y la mejor manera
de encontrar una es serlo.
MENTIRA: “No tengo amigas”.
VERDAD #18: Cada palabra que pronuncias y cada pensamiento
que tienes sobre alguien deben agradar a Dios.
MENTIRA: “Está bien ser mala”.
Capítulo 11: La verdad y mentiras sobre el futuro
VERDAD #19: Ser esposa y madre es una labor buena y valiosa.
MENTIRA: “No tiene nada de genial ser una SIMPLE esposa y
madre”.
VERDAD #20: Te estás convirtiendo en lo que un día serás.
MENTIRA: “Soy demasiado joven para _________”.

PARTE 3: LA VERDAD QUE LA HACE LIBRE (Cómo identificar las


mentiras y reemplazarlas con la verdad)
Capítulo 12: Arranca las raíces (Cómo reconocer e identificar las
mentiras)
Capítulo 13: Siembra la verdad (Cómo reemplazar las mentiras con la
verdad)
Capítulo 14: Ponte el cinturón de la verdad (Cómo usar la verdad para
ser libre)
20 verdades clave
RESUMEN DE LOS RESULTADOS DE LOS GRUPOS DE ENFOQUE
CON LAS MAMÁS
RESUMEN DE LOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA A LAS
NIÑAS PREADOLESCENTES*
¡GRACIAS!
NOTAS
CRÉDITOS
EDITORIAL PORTAVOZ
PRÓLOGO

De mi corazón al tuyo…

Cuando escribí por primera vez Mentiras que las mujeres creen en 2001, mi carga era en especial por
las mujeres adultas que habían sido víctimas del engaño del enemigo. A medida que las mujeres leían el
libro, muchas me contaron que las mentiras que creían habían estado arraigadas en sus pensamientos
desde la adolescencia. Cada vez era más claro que debíamos abordar estos problemas en las muchachas
más jóvenes, antes que esas mentiras pudieran echar raíces y provocar resultados destructivos en sus
vidas. De modo que, en 2008, invité a Dannah Gresh a escribir conmigo Mentiras que las jóvenes
creen.
No me imaginé entonces que algún día necesitaríamos otra versión del libro para ayudar a las niñas
más pequeñas a reconocer y vencer las mentiras. En ese momento, estas niñas aún no estaban en la
línea del frente de batalla, como las adolescentes. No estaban manifestando las consecuencias delatoras
de creer las mentiras que sus madres y sus abuelas estaban experimentando.
Sin embargo, todo eso estaba cambiando mientras Dannah y yo escribíamos el libro para
adolescentes. La palabra tween en inglés (que significa “preadolescente”), que apareció por primera vez
en la década de 1940, finalmente se popularizó para describir la nueva demografía de las consumidoras
de ocho a doce años. Se apuntó a ellas en un esfuerzo por ampliar el mercado de productos que alguna
vez se vendían a mujeres adultas y adolescentes. De repente, cosas como el maquillaje y la moda de
marca llegaron a ser “imprescindibles” para las niñas. Los resultados fueron mensurables y casi
inmediatos: depresión, problemas de imagen corporal y trastornos alimentarios se dispararon entre estas
niñas, muchas de las cuales aún no habían alcanzado la pubertad. Y el problema solo ha empeorado en
la última década.
Hay dos razones importantes de nuestra decisión de ampliar la serie de libros de “Mentiras” más allá
de las mujeres y las jóvenes, para incluir a las niñas:

1. El mundo está apuntando con contenido maduro a las


preadolescentes.
Empatizo con la madre que tiene este libro en sus manos y quiere proteger a su hija de las mentiras
de este mundo. Aunque no tengo hijas biológicas, hay muchas jóvenes y niñas preciosas que son para
mí como hijas “adoptadas” y, ahora, nietas. (¡Varias de estas pequeñas desfilaron tocando las
campanillas en mi boda!). Ojalá nunca hubieran tenido que presenciar de primera mano el pecado y la
fealdad en nuestro mundo caído.
Sin embargo, nuestra antigua cultura judeocristiana ahora es totalmente poscristiana, y tiene la
intención de adoctrinarnos de la cuna a la tumba con su engañosa manera de pensar. No hay
escapatoria.
Seré sincera. Me acobardé cuando supe que además de temas como la belleza, la amistad, la presión
escolar y los chicos, Dannah sintió que también debíamos abordar temas como las redes sociales, el
género y la homosexualidad. Muchas preguntas pasaron por mi mente: ¿Era realmente necesario
abordar estos temas? ¿Las chicas eran realmente conscientes y luchaban con esos problemas?
¿Podríamos escribir sobre ellos sin exponer prematuramente estos jóvenes corazones a temas que no
estaban preparados para asimilar?
Como pronto verás, la investigación me convenció de que había que hacer algo. Estoy agradecida
por el compromiso de Dannah de salvaguardar estos corazones y mentes jóvenes, al no presentarles las
mentiras, sino enseñarles la verdad.
Evitar que estas preciosas niñas se enteren de estos temas críticos ya no es posible. Por eso debemos
hacer todo lo necesario para ayudarles a conocer y creer lo que Dios dice.
2. Las niñas preadolescentes pueden experimentar una
formación espiritual que defina sus vidas.
Es fácil no prestar atención a los años de la infancia, sin darse cuenta de que son una importante
etapa de formación espiritual. Las mamás quieren asegurarse de que sus hijos estén creciendo
físicamente al ritmo adecuado. Y a los niños y niñas de hoy se los anima a desarrollarse y sobresalir
como estudiantes, atletas o músicos, así como en sus habilidades sociales. Sin embargo, ¿somos tan
intencionales con el desarrollo de sus corazones y su relación con Dios?
La vida de Jesús nos muestra que recibió una formación espiritual desde
temprana edad, mientras “crecía en sabiduría y en estatura, y en el favor de
Dios y de toda la gente” (Lucas 2:52). Así es como todos debemos crecer:
como persona, cuerpo, alma y espíritu. Tu hija puede experimentar un
verdadero crecimiento de su alma y su espíritu, que direccione su vida, aun
desde muy pequeña.
Cuando tenía apenas siete años, escribí una carta a mis padres, que reflejaba las semillas que ellos y
otros habían sembrado en mi corazón. (Dannah la ha incluido en el libro para tu hija en la página 131, y
la encontrarás en la página 173 de esta Guía para mamás). La carta original está escrita de puño y letra
de una niña y con faltas de ortografía y todo, pero fue un momento muy definido cuando sentí que Dios
quería que fuera “una misionera para Él”, y estaba ansiosa por anunciar esa maravillosa noticia a mis
padres.
Algunas afectuosas amigas enmarcaron esta carta como regalo cuando cumplí cuarenta años, y
todavía la tengo en mi sala de estar, como un recordatorio de la primera vez que experimenté el llamado
de Dios en mi vida cuando era niña. Recuerdo vívidamente la clara sensación de que Dios era el dueño
de mi vida, que mi vida le pertenecía y que Él me había apartado para usarme en su reino.
No sé lo que Dios puede tener reservado para tu hija, pero sí sé que lo que ella piensa, cree y hace a
la edad de ocho y diez años es importante. Es sustancial que al crecer conozca y ame a Dios con todo su
corazón, y que esté aprendiendo a discernir y aferrarse firmemente a la verdad.
Mentiras que las niñas creen y esta Guía para mamás son herramientas que te ayudarán a sembrar la
verdad en la vida de tu hija, alimentar esas semillas y verlas crecer. Criar bien a tu hija en estos años
formativos requiere de mucho tiempo y es una tarea difícil. Sin embargo, ¡ten la seguridad de que,
independientemente del tiempo y el esfuerzo que inviertas en su vida hoy, dará frutos conforme pasen
los años y en las futuras generaciones!
Que el Señor te dé mucha sabiduría y gracia para este noble llamamiento. Y que Él te llene de
alegría cuando tú y tu hija disfruten juntas la belleza y el poder de la verdad.
NANCY DEMOSS WOLGEMUTH
Editora general de la serie “Mentiras”
Autora, maestra y presentadora de Revive Our Hearts (Aviva Nuestros Corazones)
INTRODUCCIÓN
Lo que toda madre debe saber sobre las emociones
de su hija

Esta puede ser una pregunta divertida para iniciar una conversación con tu hija: ¿Cuál es el
organismo vivo más grande del mundo? Tu primer pensamiento podría ser una ballena azul, ¡pero esa
no es la respuesta correcta! Es un árbol en el Bosque Nacional Fishlake de Utah, que es tan grande que
incluso tiene nombre: Pando. Y no es una secuoya gigante, comúnmente conocida como secoya. Es un
álamo temblón, más específicamente una colonia clónica de un único álamo temblón masculino.[*]
Pando, también conocido como el gigante temblón, parece un bosque de árboles; sin embargo, se
han identificado marcadores genéticos en cada tronco de árbol, lo que demuestra que comparten un
sistema radicular subterráneo masivo. La planta se extiende a lo largo de 43 hectáreas y se cree que
pesa 6.600 toneladas. (¡Eso es alrededor de 33 ballenas azules!).
Y aquí hay algo sobre este árbol que me parece en especial interesante: ha sobrevivido a frecuentes
incendios forestales debido a sus raíces profundas y extensas. Cuando los incendios se propagan a
través de Pando, su sistema de raíces está protegido del calor. La fuente de vida subterránea del
organismo prospera y eventualmente envía nuevas plántulas al suelo fértil que deja el fuego.
Por el contrario, las coníferas, que también crecen en esa zona, tienen sistemas de raíces poco
profundas. Cuando llega un incendio, arrasa por completo esos árboles.
Las raíces son algo poderoso.
Sin embargo, el problema con las raíces es que no puedes verlas. Un árbol puede verse fuerte y
saludable por la superficie, pero no se puede decir mucho sobre lo que hay debajo de la tierra hasta que
se prueban sus raíces.
¿Qué tipo de raíces tiene tu hija? ¿Son profundas y extensas como Pando? ¿O superficiales y débiles
como las de una conífera?
Conozco a muchos padres que desearían poder retroceder en el tiempo para tener otra oportunidad
de establecer las raíces espirituales de sus hijos, pero ya es demasiado tarde. Cuando llegan a la escuela
secundaria o la universidad, los niños pequeños, que alguna vez usaron pijamitas enterizos, se han
convertido en una estadística de perdición, pecado o algo peor. Algunos no tienen terribles
manifestaciones de rechazar a Dios, pero se han conformado a la neutralidad sutil de una vida “buena”,
pero sin Dios. Sus raíces no eran suficientemente profundas.
Ahora permíteme ser clara. Los padres piadosos a veces terminan con hijos impíos. La historia de
Adán y Eva lo demuestra. Sin embargo, no estoy hablando de eso aquí, sino de los padres que saben
que podrían haberlo hecho mejor. Estos padres afirman no haberse dedicado intencionalmente a
sembrar la verdad como lo hicieron para enseñarles sobre el cuidado del cuerpo o fomentar en ellos
intereses extracurriculares.
El arrepentimiento por dar demasiada importancia a los estudios y no lo suficiente al carácter
espiritual es cada vez mayor y se ha convertido en una carga muy pesada. Estos padres ahora oran
fervientemente mientras esperan que Dios rescate de manera milagrosa a su hija adulta.
No quiero que seas tú. Me gustaría ayudarte con tu hija cuando aún es jovencita. No hay garantías,
excepto que sabrás que has sembrado intencionalmente la verdad en su corazón.
He pasado por esto con mis dos hijas, Lexi y Autumn. Ahora son veinteañeras y se están amoldando
a la emoción de la vida real “adulta”. No son perfectas, y no querrían que te dijera lo contrario, pero me
alegra decir que no solo sobrevivimos a sus años de preadolescencia y adolescencia, sino que salimos
airosas.
Por supuesto, mucho ha cambiado desde que tenían esa edad. Y puesto que quería estar en contacto
con tu realidad como madre, he viajado por todo el país para facilitar grupos de enfoque con madres de
preadolescentes. Estas son algunas cosas que las mamás mencionaron que les preocupaban:

Mi hija aprendió sobre los derechos de las mujeres y el aborto en quinto grado. La
maestra de su escuela pública era una feminista acérrima e integró sus creencias políticas
en el programa de estudios. Yo no sabía nada de eso cuando tenía su edad.

Cada vez hay más publicidad dirigida a ellas. Los gigantes de los medios decidieron
que no estaban ganando suficiente dinero, miraron a su alrededor e identificaron el
mercado de las preadolescentes. Ahora apuntan especialmente a nuestras hijas. Antes
solían ser juguetes, pero ahora es maquillaje, comida [y] ropa. Nuestras hijas piensan que
necesitan estas cosas.

Mi hija llegó a casa con un libro de la biblioteca, que resaltaba el hecho de que el
personaje principal tenía dos madres y conocía a un niño que tiene dos madres. Me
decepcionó que la biblioteca pública tuviera este libro disponible para mi hija que va a
segundo grado.

Estaba en tercer grado y tenía ocho años cuando una estudiante de quinto grado se
suicidó. Creo que los niños no se suicidaban cuando yo tenía esa edad.

Estas madres buscaban formas seguras y apropiadas a su edad para conversar de temas maduros y
delicados con sus hijas. Querían hacerlo sin presentarles mentiras confusas. Debemos admitir que estos
son temas que a ti y a mí nos cuesta manejar como mujeres adultas. Entonces, ¿cómo hablar de estos
temas con una niña de diez años? ¿Deberías hacerlo?
La decisión de cómo y cuándo plantear este tipo de conversaciones se complican aún más por lo
terriblemente sensibles que pueden ser los años de la preadolescencia. Las palabras que las madres
usaban para describir a sus hijas incluyen insegura, apenada, confundida, estresada, enojada,
deprimida, avergonzada y solitaria. Seguían preguntándome si las reacciones que sus hijas estaban
teniendo frente a la vida eran normales en su desarrollo o algo por lo cual preocuparse. Esa es una
pregunta complicada sin una respuesta simple. Cada madre tiene que responderla por sí misma, pero he
desarrollado una herramienta para ayudarte.
Acuñé el término sentimientos molestos para darles a ti y a tu hija algo para identificar las
emociones malsanas. Lo he probado con chicas de secundaria y universitarias, y creo que es algo que
todas podemos usar para decidir si nuestras reacciones emocionales son saludables o si son una señal de
advertencia de que algo anda mal

SENTIMIENTOS MOLESTOS
El dulce y pequeño cuerpo de tu hija comenzará o ya ha comenzado a experimentar una avalancha de
cambios hormonales que dificultan el discernimiento de las emociones saludables y malsanas, pero se
puede.
En la introducción de Mentiras que las niñas creen, escribí esto para tu hija.

Dios creó tanto los sentimientos buenos como los malos, y ambos pueden
ser útiles si usas la verdad de Dios para responder a ellos. Sin embargo,
cuando tienes un mal presentimiento y no sabes por qué, o simplemente
nunca desaparece y lo sientes todo el tiempo, TODOS LOS DÍAS, se
trata de un sentimiento “molesto”. ¡Podría ser evidencia de que estás
creyendo una mentira!

Es muy posible que tu hija esté luchando con una emoción en particular porque Dios necesita (con tu
ayuda) que ella responda a la verdad. Tal vez esté estresada porque tiene demasiadas actividades en su
agenda, y tú debes ayudarla a tomarse un tiempo para descansar. Tal vez esté deprimida porque no se
siente segura al hablar de cosas que la enojan, y debe aprender a comunicar sus frustraciones de una
manera madura. Dios creó nuestras emociones para enviarnos mensajes, y debemos responder a esas
señales. Cuando lo hacemos, el sentimiento a menudo se va porque ya ha hecho su trabajo.
Sin embargo, a veces las emociones persiguen a las chicas. ¡Aparecen sin razón aparente y nunca se
van! Ahí es cuando puedes tener un problema. Esto es lo que toda madre necesita saber sobre las
emociones de su hija:
Los sentimientos crónicos, recurrentes y molestos pueden ser una evidencia de que las
mentiras están creciendo en las raíces del sistema de creencias de tu hija. Y podría
encontrarse en esclavitud espiritual.

El término “esclavitud espiritual”, que Nancy DeMoss Wolgemuth utilizó en Mentiras que las
mujeres creen para describir lo que experimentan las mujeres cristianas adultas, también explica la
crisis que enfrentan las niñas. El 72% de las mamás que asistieron a mis grupos de enfoque dijeron
creer que las emociones de sus hijas son la manifestación de una batalla mucho más profunda y oscura.
Una madre lo expresó de la siguiente manera:
“Satanás no discrimina por edad”.
Estoy de acuerdo.
Es probable que hayas adquirido este libro porque tú también estás de acuerdo.
¿Pero por dónde comenzamos a ayudar a nuestras preciosas niñas?
A través del libro de Nancy, Mentiras que las mujeres creen: y la verdad que las hace libres, más de
un millón de mujeres ha experimentado la victoria sobre todo tipo de pecado, depresión, ansiedad,
miedo, soledad, adicción, desesperanza y mucho más. Ha ayudado a las lectoras a rastrear su esclavitud
espiritual a mentiras muy arraigadas. Luego las ayudó a arrancar las mentiras y reemplazarlas con la
verdad de Dios.

LES HAN MENTIDO A NUESTRAS HIJAS.NECESITAN LA


VERDAD QUE LAS HAGA LIBRES.
La colección de libros Mentiras que las niñas creen y la Guía para mamás es la respuesta al
sentimiento general de madres que solicitaban un libro similar para sus hijas de ocho a doce años. Te
diré que, en lugar de ser celosa, odiosa, temperamental, egoísta y estar esclavizada, tu hija puede llegar
a ser:

Así es como Dios quiere que ella (y tú) vivan: libres. Por supuesto, Jesús dijo que no sería fácil:

VERDAD DE ORO:
“El propósito del ladrón [Satanás] es robar y matar y destruir; mi
propósito es darles una vida plena y abundante” (Juan 10:10).
Habrá batallas difíciles en la vida de tu hija mientras Satanás trata de mentirle, y Dios quiere que ella
conozca y crea la verdad. Quiero ayudarles a ti y a tu hija a ganar la batalla, para que puedan
experimentar la vida abundante que Jesús vino a darles. No puedes decidir si tu hija aceptará la Palabra
de Dios, pero puedes plantar semillas en ella para que esté arraigada en la verdad.
Los escritores del Antiguo Testamento entendían la importancia de estar bien arraigados. Jeremías,
Ezequiel y los salmistas escribieron sobre esto. El apóstol Pablo hizo referencia a sus palabras cuando
escribió:

VERDAD DE ORO:
“Por lo tanto, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor,
ahora deben seguir sus pasos. Arráiguense profundamente en él y
edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en
la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud” (Colosenses 2:6-7).
Mi objetivo en este libro y Mentiras que las niñas creen es ayudarte a plantar semillas de verdad y
alimentarlas para que echen raíces profundas y extensas en la vida de tu hija.
¿Qué dices, amiga? Vamos a sembrar.

CÓMO USAR MENTIRAS QUE LAS NIÑAS CREEN Y LA GUÍA


PARA MAMÁS DE MANERA CONJUNTA
1 LEE la Guía para mamás al mismo tiempo/ritmo que tu hija lee Mentiras que las niñas creen. De
manera tal que, cuando leas esta introducción, deberías pedirle a tu hija que también lea la introducción
de su libro. Los capítulos son paralelos y preparan el terreno para que puedan tener importantes
conversaciones entre madre e hija.

2 ORA por tu hija. Te daré ideas de oración en cada capítulo de este libro. Se verán así:

HABLA CON DIOS:


Usa Juan 10:10 para escribir una oración por tu hija en el espacio que sigue. Pide a Dios que te
convierta en una madre sabia, para poder percibir cuándo Satanás está tratando de robar el corazón de
tu hija. Ora y pide a Dios que use este libro para que estés preparada para ayudar a tu hija a disfrutar de
una vida plena y abundante en Cristo.

El propósito [de Satanás] es robar y matar y destruir; mi propósito es darles


una vida plena y abundante (Juan 10:10).
__________________________
__________________________
__________________________
__________________________

3 HABLA con tu hija. Usa las sugerencias de conversación al final de cada capítulo para hablar
con tu hija. Se verán así:

HABLA CON TU HIJA:


Después que tu hija lea la introducción de Mentiras que las niñas creen, ve a la página 16 de su libro
y pregúntale si está dispuesta a hablar de sus respuestas al “cuestionario sobre los dramas de las
chicas”. Esta es tu oportunidad de discernir más a fondo en qué necesita tus oraciones y tu guía.

MENTIRAS QUE LAS MUJERES CREEN


Te animo a comenzar por leer y aplicar prácticamente la verdad que se encuentra en el libro de
Nancy, Mentiras que las mujeres creen. Si lo has leído anteriormente, sería bueno que lo vuelvas
a hojear para refrescar sus conceptos. No hay mejor herramienta que puedas ofrecer a tu hija para
que conozca la verdad y sea libre, que tú misma tengas un encuentro transformador con la
verdad.
[*] Una colonia clónica es un conjunto de individuos genéticamente idénticos, como plantas, hongos o bacterias, que han crecido en un determinado lugar, todos originados de un solo antepasado
de manera vegetativa, no sexual.
Afin de recopilar historias para este libro, salí a la carretera, preparé café y hablé con madres de
preadolescentes en once ciudades.

¡156 MUJERES PARTICIPARON EN NUESTROS GRUPOS


DE ENFOQUE!
En cada una de estas reuniones, las mujeres respondían preguntas mediante un dispositivo marcador.
Les hacía una pregunta como: “¿Está tu hija loca por los chicos?”. Cada asistente respondía de manera
personal, y me daba un porcentaje de referencia de cuán generalizado podía ser cierto problema.
Entonces, lo hablábamos. Nuestras conversaciones a menudo estaban llenas de lágrimas y catarsis,
mientras las mujeres contaban sus historias más tristes y sus temores más profundos sobre la
maternidad. Muchas veces también nos animábamos, mientras las mujeres contaban sus victorias en la
batalla por la verdad.
Encontrarás sus historias (casos prácticos) intercaladas en las páginas de este libro. Los nombres son
ficticios. Las historias no lo son.
Estas madres me ayudaron a identificar las mentiras, que se abordan en la siguiente sección de este
libro. Juntas, también hemos identificado tres mentiras que las madres creen, que dificultan nuestra
capacidad de enseñar a nuestras hijas a caminar en la verdad. Estas son:

MENTIRA #1 QUE LAS MAMÁS CREEN: “No puedo/sí


puedo controlar lo que mi hija cree”.

MENTIRA #2 QUE LAS MAMÁS CREEN: “Es demasiado


pronto para hablar con mi hija sobre _________________”.

MENTIRA #3 QUE LAS MAMÁS CREEN: “Mi hija no está


en peligro como otras niñas”.
Si te identificas inquietamente con estas frases, acércate a recibir consuelo y dirección. No estás
sola.
Si realmente no crees que sean tu caso, ¿podría pedirte (retarte a) que, de todos modos, leas los
siguientes capítulos? Espero que demuestres que estoy equivocada, pero seré la primera en admitir que
pensaba que no había creído estas mentiras. Al examinar mi corazón, me di cuenta de que había
permitido que se manifestaran en mi vida o aún lo estaba permitiendo. Y no sé tú, ¡pero yo no quiero
nada que me impida ayudar a mis hijas a vivir en la libertad de la verdad! Entonces, antes que ayudes a
tu hija, me gustaría dedicar un tiempo a darte aliento y apoyo a ti en los próximos tres capítulos.
Tienes que tomar una decisión

Tengo grabadas dos fotos en mi mente.


La primera es la preciosa imagen de una niña, que conozco, arrodillada con su madre, que es mi
amiga, para entregar su vida a Cristo. En esta foto, la niña (cuyo nombre no puedo llevar a la ficción)
tiene una sonrisa tan grande que es contagiosa.
La otra foto es horrible. Es de la misma niña. Déjame que te cuente un poco más sobre mi amiga y
su hija, antes que describa cómo es la imagen.
Cuando tenía once años, comenzó a presionar a sus padres para que le permitieran tener una cuenta
de Instagram, pero ellos sostenían que la edad mínima recomendada para usar la aplicación[1] debía
respetarse.
Se mantuvieron firmes y le dijeron “todavía no”. Su hija tuvo una fuerte reacción emocional ante su
decisión, pero pensaron que era solo un drama “normal” de niña adolescente.
Después de todo, incluso después de su petición, siguió participando y teniendo éxito en varias
actividades extracurriculares, continuó siendo una hermana mayor servicial y derritiendo corazones
cuando cantaba.
Parecía haber aceptado el “todavía no”.
Nada podría haberlos preparado para la llamada telefónica que, algunos meses después, recibieron
de una vecina, para advertirles lo que su hija estaba haciendo en secreto. Había abierto una cuenta de
Instagram a espaldas de sus padres.
Sin embargo, eso no fue lo peor.
Su publicación más reciente era una foto escalofriante que desearían jamás haber visto. Esta preciosa
niña, que aún no había cumplido doce años, tenía cortes en la muñeca y la sangre le corría por el brazo
mientras miraba a la cámara con los ojos en blanco.
Mi amiga tenía que tomar una decisión: ¿cómo aprovecharía esa dolorosa oportunidad para instruir a
su hija en la verdad?
Supongo que adquiriste este libro por el mismo motivo por el que lo escribí. Como verás, nuestras
niñas están en problemas, y quieres hacer algo al respecto.
La mayoría de las preadolescentes de hoy sufren dentro de una gama de ansiedades. No es una
cuestión de si lucharán con la depresión, la ansiedad, el miedo, la soledad y la ira, sino de cuánto
lucharán. La socióloga Juliet Schor, que estudia la propensión en asuntos de la familia y la mujer,
advierte que los problemas emocionales que se manifiestan en nuestras hijas y que nos pueden parecer
normales fueron causa de un tratamiento agresivo no hace muchos años.
La persona joven promedio de hoy (es decir, normal) entre las edades de nueve y diecisiete años
tiene puntuaciones tan altas en escalas de ansiedad como los niños que ingresaron en clínicas
por trastornos psiquiátricos en 1957.[2]

En un esfuerzo por evitar que sus hijas sean una estadística, muchas mamás recurren a los libros de
mayor venta, consejería, blogs de mamás y conferencistas populares en busca de ayuda. Por lo general,
no hay nada malo con estos recursos. De hecho, he recurrido a todos ellos para que me ayuden a ser una
mujer más saludable y criar hijos sanos. Si bien nos dan entendimiento y buenas ideas, por sí mismos
no llegan al meollo del asunto para resolver la perdición de nuestras familias.
Amiga, necesitamos algo más que hablar de la destrucción que está existiendo entre las niñas
preadolescentes. Necesitamos una solución. Necesitamos entender POR QUÉ están luchando y CÓMO
detenerlo.

¿POR QUÉ ESTÁN LUCHANDO LAS NIÑAS?


Como tu hija está aprendiendo en el capítulo 1 de Mentiras que las niñas creen, todos nuestros
problemas se remontan al huerto del Ed én, donde Satanás, disfrazado de serpiente, dijo la primera
mentira a la primera mujer. Desde ese encuentro hasta ahora, ha usado el engaño para ganar nuestros
afectos, influir en nuestras decisiones y, finalmente, destruir nuestras vidas.

VERDAD DE ORO:
“El diablo… ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la
verdad, porque en él no hay verdad. Cuando miente, actúa de acuerdo
con su naturaleza porque es mentiroso y el padre de la mentira” (Juan
8:44).

Mentir siempre ha sido la estrategia de juego de Satanás.


Sin embargo, la cuestión es que participamos en su juego. Eva no fue una espectadora
completamente inocente, sino que cooperó con la serpiente.
¿Cómo pasó Eva de tener un día perfecto en el paraíso a experimentar el día más catastrófico de toda
la historia humana? Escuchó la mentira de la serpiente y luego empezó a considerarla. Pensó en ella y
se dejó llevar por sus sentimientos, lo que la condujo a su caída. Cuando los pensamientos y las
emociones obsesivas toman el control, tenemos un gran problema. Lo escribí así para tu hija:

Tal vez Eva se SINTIÓ confundida:


“¡Espera… ¿Y si Adán no entendió bien lo que Dios le dijo?!”.
O tal vez SINTIÓ un impulso de rebeldía:
“Si Dios va a ser así, ¡no quiero seguir las reglas de Dios!”.
O tal vez SINTIÓ miedo:
“¡Ay no! ¿Qué pasa si Dios no es tan bueno como creemos que es?”.

No sabemos lo que Eva estaba pensando o sintiendo, pero podemos ver que ella permitió que sus
sentimientos tomaran el control. Fue entonces cuando sucedió algo realmente malo: Eva comenzó a
creer la mentira. ¡Cuestionó la verdad de Dios!
LA MUJER CREYÓ LA MENTIRA
Creer la mentira la llevó a comer el fruto que Dios les dijo a ella y a Adán que no comieran. Las
consecuencias de ese pecado no han terminado aún. Estas son algunas de las formas alarmantes en que
se están manifestando como riesgos para nuestras hijas hoy:

Las tasas de depresión en adolescentes están en aumento, entre las cuales las
preadolescentes son las que más están en riesgo.[3]

Un aumento en la ansiedad, el insomnio, la soledad, la preocupación y la dependencia


reportados coincide con el lanzamiento del primer teléfono inteligente.[4] 23,5 millones de
usuarios de Snapchat tienen menos de once años.[5]
Las tasas de visitas a la sala de emergencias para el tratamiento de cortes, quemaduras
e ingestión de veneno aumentaron casi un 19% entre 2009 y 2015 en las niñas de diez a
catorce años.[6]

La edad promedio de inicio de la anorexia ha bajado de entre trece y diecisiete años a


entre nueve y doce años, y se ha diagnosticado en niños y niñas de tan solo siete años. El
60% de los maestros de primaria y secundaria son testigos de trastornos alimentarios entre
los estudiantes de sus escuelas.[7]

Si bien muchas chicas no aparecen en las alarmantes estadísticas anteriores, la mayoría tendrá
problemas con su imagen corporal, momentos de chica mala, locura por los chicos, materialismo,
presión académica y muchos otros problemas más comunes.
Tenemos que hacer algo.

CÓMO AYUDARLAS
Hay algo más poderoso que las mentiras de Satanás: la verdad de Dios.
Durante más de dos décadas, he estado guiando a adolescentes y mujeres adultas en la recuperación de
todo tipo de trauma emocional, adicciones y patrones pecaminosos. Les he ayudado a darse cuenta de
las mentiras que han creído y cómo experimentar encuentros radicales con la verdad del Espíritu Santo.
Siempre es asombroso ver cómo obra Dios.
Este proceso también funciona para las niñas más jovencitas. Y es hora de empezar a usarlo.
Debemos arrancar de raíz las mentiras que las niñas creen y reemplazarlas con la verdad de Dios. Esta
es la técnica que quiero enseñarle a tu hija en las páginas de Mentiras que las niñas creen.
No estoy hablando de una fórmula mística, que hará desaparecer todos los dramas de las
preadolescentes. No hay atajos para evitar los momentos de chica mala, estrés escolar o sufrimiento
familiar. La vida es dura, pero juntas, tú y yo podemos preparar a tu hija para que atraviese las
realidades de la vida: el estrés académico, la presión de los pares, la ansiedad por las redes sociales, la
exclusión de un equipo e incluso la destrucción de la familia… en libertad y verdadera alegría.
No obstante, antes de llegar a la verdad que tu hija necesita, ¿te importa si hablamos de cierta verdad
que tú y yo necesitamos?
Vamos a sumergirnos en Génesis 3, el mismo pasaje que está estudiando tu hija en Mentiras que las
niñas creen, para conformar nuestros corazones a la verdad. Después de todo, solo porque somos
madres no significa que no tenemos sentimientos molestos o que somos inmunes a las mentiras.

EN LOS PRIMEROS TRES CAPÍTULOS DE ESTE LIBRO, QUIERO


DESENMASCARAR LAS TRES MENTIRAS MÁS GRANDES QUE
LAS MAMÁS CREEN. COMENCEMOS POR LA PRIMERA.
Es una que conozco muy bien.
Tuve momentos como madre de mis hijas preadolescentes cuando sentí una profunda sensación de
impotencia, casi como si estuviera en un estado comatoso sin saber qué decir o hacer. Por ejemplo,
cuando se enfrentaban al drama de la amistad, a veces no tenía la menor idea de cómo resolverlo. O
cuando querían comprarse ese par de shorts bonitos, pero demasiado cortos, no sabía cómo decir que
“no”, sin sonar puritana ni dar a entender que eso era una medida de su espiritualidad o la mía. La
confusión me abrumaba. A veces sentía que no había forma de controlar lo que mis hijas creían.
Luego tuve esos momentos de euforia en los que sentía que merecía el premio a la “madre cristiana
del año”. Me sentía superior a otras madres y creía que tenía el control de las creencias de mis hijas.
¡No juzgues! Sabes que también te ha sucedido.
Observa el énfasis en mis sentimientos. Al igual que Eva y nuestras hijas, tú y yo somos propensas a
permitir que nuestros sentimientos nos controlen. Las emociones que tenía con respecto al desarrollo de
los sistemas de creencia de mis hijas y mis habilidades como madre eran evidencia de que estaba
luchando con una mentira común que las madres creen.

MENTIRA #1 QUE LAS MAMÁS CREEN:


“NO PUEDO/SÍ PUEDO CONTROLAR LO QUE MI HIJA
CREE”.

Esta mentira, en realidad, dos variaciones de la misma mentira, es poderosa y prevalente, motivo por
el cual también la encontrarás en Mentiras que las mujeres creen. La primera versión de esta dice que
no tenemos control. La segunda dice que tenemos el control total.
El enemigo usa estos dos polos opuestos para esclavizarnos como madres. Uno causa complacencia
porque tememos que nuestra intervención no ayude de ninguna manera. La otra causa el orgullo de que
tenemos todo bajo control, lo que nos hace perder importantes señales cuando nuestras hijas tienen
problemas.
Tuve un encuentro particularmente desconcertante con una madre que nunca llegó a uno de mis
grupos de enfoque. Es una mujer inteligente y elocuente, cuyas opiniones me intrigaba escuchar para
mi investigación. Cuando la vi en una reunión pública, se lo manifesté. Ella me explicó amablemente
que no estaba asistiendo a mi grupo de enfoque. Le pregunté por qué y me respondió: “Yo escolarizo a
mi hija en el hogar. Así superviso las influencias en su vida, para que no crea ninguna mentira”.
La miré fijamente, sin saber qué decir. Posiblemente, había entendido mal o ella se había expresado
mal, de modo que le pedí que se explicara. Y así lo hizo. Estaba segura de que su hija no corría ningún
riesgo.
Aunque ese es un ejemplo extremo, he encontrado muchas madres que creen la mentira de que no
pueden controlar o de que sí controlan lo que su hija cree.
¿Realmente puedes controlar cómo se comporta tu hija? Lee las reflexiones de Nancy en el
capítulo 8 de Mentiras que las mujeres creen.
Considera esto: ¿Cuál es la diferencia entre ser responsable de criar a tu hija en la verdad y
controlar su comportamiento?
La verdad es que Dios quiere que hagas todo lo posible para plantar semillas de verdad en tu hija.
No importa cuán abrumada te puedas sentir por su comportamiento o las circunstancias, se te ha
encomendado la tarea de ser fiel en mostrarle la verdad. En un pasaje clave del Antiguo Testamento, la
Palabra enfatiza con cuánta intencionalidad y esmero debemos abordar la tarea de enseñar la verdad a
nuestros hijos.

VERDAD DE ORO:
“Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus
conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino,
cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos y llévalos
sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la
entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad” (Deuteronomio 6:7-9).
Esto podría no ser fácil para ti. Al igual que yo, tendrás días en los que no te sentirás preparada para
resolver el problema en cuestión. Incluso, en el mejor de los casos, podrías enfrentar dificultades.
Sin embargo, algunas mamás enfrentan situaciones especialmente difíciles. Por ejemplo, en los
grupos de enfoque que realizamos para este libro, muchas derramaron lágrimas al hablar de tener hijas
cuyos padres, a veces en el hogar y otras veces no, eran incrédulos. Una madrastra me dijo que su hija
de once años pasa la mitad del tiempo en su casa y la otra mitad con su madre biológica que es atea y
que a menudo le dice que el cristianismo es “una muleta” para las personas débiles.
No permitas que tus emociones te causen temor a la hora de ser madre. Sí, la verdad es que siempre
tendrás enemigos y oposición, pero no dejes que eso te impida sembrar la verdad en tu hija.
Dios se tomó el tiempo para asegurarse de que Adán y Eva conocieran la verdad sobre el árbol, pues
sabía que Satanás les mentiría. Incluso les advirtió las terribles consecuencias de no obedecerlo.

VERDAD DE ORO:
“Puedes comer libremente del fruto de cualquier árbol del huerto,
excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal” (Génesis 2:16-17).
Dios sembró la verdad en sus preciosos primer hijo y primera hija.
Sé que a veces tus emociones entran en conflicto cuando tienes que hacer lo mismo. ¿Alguna vez
has considerado cómo se pudo sentir el Dios del universo cuando dijo esas palabras a sus hijos? Dios
jamás expresa sus emociones de manera pecaminosa, distorsionada o sin santidad, pero las siente.
¿Hubo cierta tristeza en Él cuando dijo esas palabras, al saber que Satanás vendría con mentiras? Sin
embargo, les habló la verdad.
Es crucial que sigamos su ejemplo y les hablemos a nuestros hijos de las tentaciones que sabemos
que enfrentarán. En las páginas de Mentiras que las niñas creen, he tratado de incluir algunos de esos
temas en un entorno seguro donde puedes tener el timón para mostrarle la verdad a tu hija. En el primer
capítulo, tu hija conoce a una chica ficticia llamada Sofía.
Sofía enfrenta la tentación de estar en las redes sociales a espaldas de sus padres. Es una forma de su
propio árbol del conocimiento del bien y del mal. Sus padres le han permitido tener varias maneras de
conectarse con sus amigos, pero consideran que aún no está lista para experimentar con las redes
sociales.

Niñas preadolescentes que manifiestan tener teléfonos inteligentes con Internet

Niñas preadolescentes que manifiestan tener su propio iPad o tableta personal


Según muestra la encuesta de Mentiras que las niñas creen realizada a 1.531 niñas de 7 a 12 años, el
69% de las cuales afirmaron ser cristianas. Se presume que en su mayoría provienen de hogares
cristianos evangélicos activos.

Permíteme ser sincera contigo: tuve largas conversaciones con el equipo editorial para decidir si
incluiríamos o no las redes sociales como una historia destacada al comienzo del libro para tu hija. Fue
una decisión difícil porque todos estuvimos de acuerdo en que, si tu hija tiene menos de trece años, no
tiene la madurez emocional y evolutiva necesaria para navegar en las redes sociales. (Y aun así, a
veces, es demasiado pronto). Hasta los creadores de las aplicaciones de redes sociales estipulan límites
de edad recomendados y, por lo general, establecen que un individuo no puede crear una cuenta antes
de los trece años. Tales restricciones existen por una razón.
Si eres una madre que ha respetado los límites de edad recomendados, te aplaudo. No es fácil. Estás
nadando contra la corriente. Una mamá expuso: “La mayoría de las amigas de once años de mi hija
poseen cuentas de Instagram, pero yo me sigo resistiendo. Siento que soy la única”.
Puede que lo parezca, pero no eres la única. Hay muchas mamás que siguen respetando las
restricciones de edad sugeridas. Y todas las mamás deberían considerarlas.
Si tu hija está en las redes sociales, te suplico que consideres cuidadosamente el efecto que puede
causar en ella. Desde su debut en la cultura pop, ha incrementado severamente los problemas que las
niñas ya estaban enfrentando, incluidos, entre otros, los conflictos con su imagen corporal. La clínica
número uno de trastornos alimentarios del país publicó este informe en una declaración sobre cómo los
medios de comunicación afectan el riesgo de que una niña sufra un trastorno alimentario:
A principios de 2016, los científicos reportaron evidencias que vinculan el uso de las redes
sociales con los problemas de imagen corporal en las jóvenes. Esto incluía dietas, obsesión con
el cuerpo, un fuerte deseo de delgadez y la cosificación de sí mismas. Si bien los sitios de redes
sociales no son la causa de los trastornos alimentarios, son un factor en el desarrollo de los
problemas de imagen corporal.[8]

Las dos aplicaciones más populares entre las chicas adolescentes en este momento (Instagram y
Snapchat) están causando muchos sentimientos molestos que las llevan a sentirse deprimidas, feas y
estresadas. Incluso hay una nueva palabra en el diccionario, FOMO, para describir el miedo a quedarse
fuera de algo; síndrome que muchas chicas experimentan cuando ven que sus amigas tienen acceso a
algo cuando ellas no.
Dado que creo que tu hija no debe estar en las redes sociales, puede parecer extraño que haya
decidido utilizar esta historia en su libro. Esta es la razón: escuché historia tras historia de mamás que
me rogaban que hiciera sonar la alarma. Una de ellas fue una madre que me contó la historia del primer
caso real. Es básicamente la historia de Sofía.

UN CASO REAL:
CANDELA
Candela quería tener Snapchat. Se lo contó a sus padres y les presentó
sus argumentos de por qué lo necesitaba, pero sus padres le dijeron que
“no” varias veces. Estaban firmes en su decisión pues creían que ella no
era lo suficientemente mayor.
Con el tiempo, los alegatos cesaron, y los padres de Candela se sintieron
aliviados de que su hija finalmente se hubiera olvidado del tema.
Sin embargo, un día, dejó su teléfono sobre el mostrador de la cocina.
Mientras su madre pasaba por allí, se encendió y vibró. Al mirar hacia
abajo, su madre leyó el mensaje: “Javier acepta tu invitación de
Snapchat”.
Su madre dijo: “¡Me engañó por completo! Incluso me mintió cuando la
confronté al respecto. ¡No lo puedo creer!”.

Al final, hemos incluido el tema del uso de las redes sociales en el libro de tu hija porque creo que tú
y yo debemos hablar de manera proactiva con nuestras hijas de las tentaciones que sabemos que
existen. Así como Dios habló con Adán y Eva de la tentación que enfrentarían en el huerto del Edén y
de qué pasaría si no la respetaban, también deberíamos hablar con nuestras hijas de la verdad y las
consecuencias de ignorarla. Los medios sociales son solo uno de los muchos temas importantes que
abordaremos con tu hija mientras buscamos sembrar la verdad en lo profundo de su ser.
Si bien eres responsable de plantar las semillas de la verdad, también es cierto que no tienes control
sobre el sistema de creencias de tu hija. Un día, ella se presentará ante Dios y dará cuenta de sus
propias creencias (Deuteronomio 24:16; Jeremías 31: 29-30).
Si la historia de Adán y Eva muestra algo, es esto: Dios no nos prohíbe nada. Él podría haber
construido un muro para mantener a Adán y Eva alejados del árbol. Podría haber colocado un
desfiladero o un foso alrededor del árbol. Podría haber impedido que el árbol floreciera y diera fruto.
Pudo haber tenido muchas maneras de controlar el resultado. Él es Dios, y es Soberano. Sin embargo,
dio a sus hijos la libertad de elegir entre el bien y el mal. ¿Por qué?
Porque Él quería que fuera real. Quería que su comportamiento fuera un reflejo auténtico de su
corazón… las raíces debajo del fruto de su comportamiento.
Los comportamientos de tu hija (lo que tú puedes ver) son el resultado de cosas que no puedes ver.
Bajo la superficie, sus emociones entran en funcionamiento con la intención de dirigir su vida. Sin
embargo, como finalmente explicaré en las últimas páginas de Mentiras que las niñas creen, sus
pensamientos son “el jefe de” sus sentimientos. Y, justo debajo de sus pensamientos, sus creencias son
las raíces responsables de todo.
Creer la verdad no es solo aceptarla. La Biblia dice que incluso los demonios creen y tiemblan
(Santiago 2:19). Y conformar nuestro comportamiento según la verdad no es suficiente. Los fariseos
obedecían las reglas fielmente, pero Jesús los llamó “tumbas blanqueadas” (Mateo 23:27). Se veían
bien por fuera, pero por dentro… no tanto.
No estoy afirmando que no debes controlar y guiar el comportamiento de tu hija. Es tu
responsabilidad ponerle límites saludables. Nada me preocupa más que cuando los padres permiten que
sus hijos tomen todas las decisiones, como si no tuvieran nada que decir al respecto. Tu hija no está
lista para tomar la mayoría de las decisiones sola, como cuándo ponerse de novia, a qué redes sociales
tener acceso, qué programas de televisión y películas mirar o incluso qué tipo de educación es mejor
para ella. En esta etapa, todavía necesita que le ayudes a tomar buenas decisiones, para que pueda
aprender lenta y constantemente a hacerlo por sí misma a medida que avanza hacia la edad adulta.
¿ES REAL EL COMPORTAMIENTO DE TU HIJA?
En su disertación titulada La naturaleza de la virtud verdadera,[9] Jonathan Edwards explica que hay
dos tipos de virtud. Es decir, hay dos tipos de comportamientos que demuestran normas de vida
estrictas.
LA VIRTUD COMÚN es hacer lo correcto pero con motivos falsos. Haces lo correcto por temor,
egoísmo u orgullo. Por ejemplo, tu hija puede ser honesta porque no quiere meterse en problemas. A
medida que crecemos, a veces somos honestas porque somos orgullosas. No queremos ser como “esas
personas” mentirosas. Esta clase de virtud no está profundamente arraigada en la verdad, y busca la
gloria propia. La mayoría de las personas posee una virtud común.
LA VERDADERA VIRTUD es hacer lo correcto porque Dios es Dios. Ser honestas porque Dios dice
que debemos serlo. Punto final. Está enraizada en la verdad de Dios, y es para su gloria. La mayoría de
las personas está dispuesta a conformarse con la primera forma de virtud; pocas personas procuran la
verdadera virtud, pero esta es la que deberíamos sembrar en nuestras hijas.

Sin embargo, no puedes simplemente controlarla y dirigirla. Eso traería más problemas en el futuro.
Ella necesita entender por qué le has puesto límites, y eso sucederá a medida que plantes semillas de la
verdad en su vida. Hay una diferencia entre solo controlar su comportamiento o establecer límites
mientras a la vez la instruyes meticulosamente en la verdad.
Muchas de nosotras enfrentamos el riesgo de imponer prohibiciones al comportamiento de nuestra
hija por temor. Nos esforzamos por controlar su comportamiento, para dejar el menor espacio posible
para el fracaso. Tratamos de mantener el pecado y la tentación lejos de nuestras familias y, a veces,
protegemos tanto a nuestra hija que básicamente se convierte en una monja. La sola prohibición de un
comportamiento externo puede parecer eficaz y fácil a corto plazo, pero el resultado a largo plazo es
dudoso porque no hemos cultivado en su vida el amor por la verdad. En esencia, hemos disminuido las
posibilidades de que ella pueda tomar decisiones sabias en su comportamiento cuando no estamos
cerca.

Un ingrediente crítico para instruir a tu hija en la verdad es la


gracia
En este modelo, tratas a tu hija como Dios trató a Eva. Siembras la verdad, pero también esperas que la
batalla sea fuerte. Sabes que tu hija pecará, y te preparas para responder con la misma gracia que hemos
recibido de Cristo. Hablas abiertamente sobre el pecado y la tentación, y alientas a tu hija a participar
en la toma de decisiones.
Criar a una hija en la verdad lleva mucho tiempo y, a veces, es frustrante; pero el resultado a largo
plazo es una joven con raíces de la verdad establecidas, lo cual le permite tomar decisiones piadosas
incluso cuando tú no estás cerca.
¿Serás una madre que solo restringe el comportamiento externo de su hija
para que parezca que actúa conforme a la verdad?
O
¿La criarás en la verdad para que su comportamiento externo sea una
consecuencia de lo que está plantado en lo profundo de su corazón?
¿Cuál será?
La amiga que mencioné al principio de este capítulo se enfrentó a esta decisión cuando descubrió
que su hija había accedido a las redes sociales a sus espaldas y publicó una foto de su propia autolesión.
Aunque todo en ella quería responder con temor y controlarla, en cambio, eligió la estrategia más
esforzada de instruirla en la verdad.
Comenzó por preguntarle qué tipo de pensamientos estaba teniendo que la llevaron a cortarse la
muñeca. Su hija comenzó a hablar entre lágrimas con palabras fuertes y pesimistas. Eran las mismas
palabras que algunos chicos de la escuela habían usado mientras la acosaban y palabras que ninguna
niña debería escuchar, pero la dulce hija de mi amiga había empezado a creer que podían ser verdad.
Entonces mi amiga y su esposo hablaron con su hija y le dijeron que necesitaban ayuda como
familia. A las pocas horas, su pastor estaba de visita para orar y hablar con ellos. Lo abordaron como
una crisis familiar, en vez de señalar con el dedo a su hija preadolescente.
Luego comenzó la larga y dura conversación constante para arrancar de raíz las mentiras y sembrar
la verdad que sana.
Por supuesto, hubo algunas consecuencias prácticas y la pérdida de privilegios, pero la atención se
centró en el corazón de esta dulce pequeñita, no en su comportamiento.
En este momento, ha pasado casi un año y las dos siguen teniendo profundas conversaciones
mientras mi amiga instruye a su hija en la verdad.

HABLA CON DIOS:


Usa Deuteronomio 6:6-9 para escribir una oración a Dios. Examina tu propio corazón y considera si
estás sembrando la verdad en tu hija (y en cualquier otro niño de tu hogar) con tanta insistencia y
esmero como lo indica este pasaje. Escribe tu sincera petición a Dios en las líneas de abajo.
Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu
casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalos a tus manos
y llévalos sobre la frente como un recordatorio. Escríbelos en los marcos de la entrada de tu
casa y sobre las puertas de la ciudad (Deuteronomio 6:7-9).
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HABLA CON TU HIJA:


Después que tu hija lea el capítulo 1 de Mentiras que las niñas creen, ve a la página 24 de su libro y
conversa con ella sobre su estudio de Génesis 3:1-7. Felicítala si ha sido diligente. Ayúdala si lo
necesita.
Luego ve a la página 29 donde escribió su consejo para Sofía con respecto a la tentación de
desobedecer a sus padres. Conversa con ella sobre lo que piensa al respecto.
Cómo instruir a tu hija en la verdad

Conocí a Cloe cuando ella era una estudiante de segundo año de la universidad. Vino a mí porque
estaba practicando sexo oral con su novio, a pesar de que sabía que estaba mal. Me comentó que había
estado teniendo problemas de límites con los chicos desde que iba a la escuela secundaria.
Muchos líderes cristianos bien intencionados escucharían la confesión de Cloe, orarían por ella y
luego le darían consejos para dejar de hacer eso. Algunos la instarían a romper con el muchacho, al
menos por ahora. Otros se ofrecerían a supervisarla: la próxima vez que te vea te preguntaré si has
fallado.
Si bien estas metodologías a la larga son útiles, por lo general, no comienzo por ahí. Jamás he visto
que logren evitar que el pecado brote de nuevo. Es como cortar las hojas externas de una planta de
diente de león sin arrancar sus raíces. Volverá a crecer.
Por eso, cuando alguien como Cloe viene a verme, siempre trato de buscar las raíces.
A veces, el pecado con el que está luchando una niña está enraizado en algo que puede parecer ajeno
al comportamiento en sí. Por tal razón, podría necesitar mucho tiempo y tener varios encuentros con
ella antes de adivinar qué mentiras podría estar creyendo.
Fue un verdadero placer conocer a Cloe. Inteligente, divertida y genuina, una estudiante
universitaria cristiana modelo en todos los sentidos. Era una estudiante sobresaliente, una atleta exitosa
y servía activamente en la iglesia de su campus.
No pude atar los cabos sueltos, pero Dios pronto lo haría. En un momento de oración, le pedimos a
Dios que nos ayudara a ver por qué Cloe enfrentaba la misma batalla que el apóstol Pablo mencionó en
Romanos 7: hacer lo que no quería hacer, en lugar de lo que quería hacer.
Pronto, mi amiga levantó la vista con lágrimas en los ojos y me habló de una mentira que había
creído desde que tenía ocho o nueve años:
“Tengo que desempeñarme bien para que me quieran”.
Lo más importante de nuestro sistema de creencias no es nuestro comportamiento, sino las raíces.
La Biblia usa la palabra corazón para referirse a las raíces de nuestro sistema de creencias. Si deseas
realmente influir en los pensamientos, las emociones y los comportamientos de una persona, no puedes
concentrar tus esfuerzos principales en prohibirle algo. Debes llegar al corazón o sistema de creencias
de tal persona. La Biblia enseña claramente esta verdad.

Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él


(Proverbios 23:7, -1960). RVR

Cuando Eva comió el fruto, demostró lo que creía en lo profundo de su corazón. Cuando Cloe
practicaba felación con su novio, estaba demostrando lo que realmente creía. No tenía tanto que ver con
lo que pensaba sobre el sexo, sino más bien con lo que creía sobre su desempeño. La ayudé a identificar
la mentira y luego le mostré la verdad bíblica para reemplazarla.
Primero y principal, no traté de prohibirle nada ni exigirle que me rindiera cuentas; sino, en cambio,
traté de arrancar la mentira y plantar una semilla de verdad en su corazón.
Cuando nuestras hijas se sienten perseguidas por sentimientos molestos, manifiestan un
comportamiento negativo o pecaminoso, o nos engañan, están revelando raíces de mentiras. Si quieres
instruir a tu hija en la verdad en lugar de prohibir solo un comportamiento externo, estás desarrollando
una herramienta importante, que te permitirá identificar dónde crecen las raíces malas, para que puedas
ayudar a tu hija a arrancarlas y reemplazarlas con la verdad.
¡He descubierto que este complicado proceso puede asustar a una madre! La mera prohibición es
mucho más fácil, y no tienes que identificar las mentiras, que desearías que no estuvieran allí. Por tal
razón, algunas mamás prefieren hacer de cuenta que la evidencia de las mentiras no existe.
¿Puede ser por temor?
Si quieres criar a tu hija por gracia y con la intención de instruirla en la verdad, primero debes
vencer tu temor. El temor puede hacer que seamos restrictivas, legalistas, reservadas y demasiado
protectoras.
Para ser claras, el temor puede ser saludable. Si te persigue un oso pardo, el temor es bueno, pero
puede ser peligroso y contraproducente cuando se trata de la crianza de los hijos.
El temor tiene un argumento favorito para envolver la mente de las mamás: su pasado. A menudo
viene acompañado con otro sentimiento: de que no vale nada. Estas emociones constituyen en sí
mismas un gran problema cuando piensas en hablar de ciertos temas en los que has creído (o aún crees)
mentiras. (Piensa: el sexo, el género, los trastornos alimentarios y la depresión).
Algunas de las mujeres de mis grupos de enfoque afirmaron que no tenían miedo de hablar sobre
esos temas, pero les preocupaba hablar de cosas que sus hijas no estuvieran preparadas evolutivamente
para procesar. Eso no me sorprendió, pero lo que sí me sorprendió fue el hecho de que algunos de esos
temas prohibidos incluían teología y formación espiritual. Estas madres creían que permitir que sus
hijas tomen decisiones espirituales demasiado pronto podría desencadenar el riesgo de que las
decisiones espirituales no echen raíz. (Suena a temor, ¿no te parece?).
A medida que se desarrollaban estas conversaciones, otras madres abogaban por un tratamiento
diferente. Ellas también tenían algunos temores, y algunas historias. Echa un vistazo al caso real de
Ángela.

UN CASO REAL:
ÁNGELA
Ángela, la hija de Ivonne, estaba en cuarto grado cuando Ivonne llegó a
su casa y encontró a su pequeña niña sentada en el sofá con su padre. Él
le pidió a Ángela que le contara a su mamá lo que había sucedido.
“Una amiga había usado la palabra “sexo” en la escuela —recuerda
Ivonne—. Eso despertó su curiosidad y, cuando llegó a casa, la buscó en
Google. Vio cosas horribles. Ha visto el sexo de una manera horrible”.
Ángela no es un caso aislado. La palabra “sexo” es la undécima palabra
más buscada entre niños de ocho a doce años.[1]
Ivonne expresó su pesar por no haber iniciado antes una conversación
sobre sexo.
“Tal vez si hubiera sabido un poco más, hubiera sabido preguntarnos —
lamentó la mamá entre lágrimas—. Si no lo hablamos nosotras, el mundo
lo hará. Eso es lo que les hace perder la inocencia”.

Entonces, ¿quién tiene la razón? ¿Las mamás que no quieren hablar o las mamás que piensan que
deberíamos hablar de todo?
Pues bien, solo tú puedes saber con certeza cuándo tu hija está lista para abordar un tema.
Pero…
Déjame ser sincera y quizás empujarte fuera de tu zona de confort. Creo que muchas mamás que
experimentan temor están creyendo esta mentira:

MENTIRA #2 QUE LAS MAMÁS CREEN:


“ES DEMASIADO PRONTO PARA HABLAR CON MI HIJA
ACERCA DE ____________”.

Cuando debatimos esta posibilidad, algunas madres defendieron el hecho de que sus hijas aún no
creían mentiras sobre estos temas prohibidos. Una madre explicó la supuesta resistencia de su hija a las
mentiras de esta manera: “Si no hablo con mi hija de ______________, la mentira no tendrá la
oportunidad de presentarse”.
¿De veras? ¿Cómo lo sabes? Si no hablas de algo con ella, ¿cómo sabes realmente lo que ella cree o
no cree?
Veo que, por lo general, nuestras hijas están preparadas para abordar temas escabrosos mucho antes
que nosotras. Las niñas preadolescentes están en el momento preciso de su desarrollo cuando
comienzan a clasificar lo que creen y no creen, y es probable que estén ansiosas por tu orientación.
Déjame mostrarte lo que quiero decir.

ETAPAS DEL DESARROLLO MORAL EN LOS NIÑOS


Durante más de dos décadas, he estudiado el desarrollo moral de los niños. Hice esto como madre y una
amante de los libros. Aunque no soy doctora en Filosofía, debido a que parte del lenguaje era
complicado e innecesario, desarrollé mis propios términos para las tres etapas del desarrollo moral.
(¡De nada!).

LA ETAPA DE IMITACIÓN (EDADES 2-5) Copian creencias


Los niños comienzan a desarrollar su estructura moral desde una edad temprana. Entre las edades de
dos a cinco años, la manera principal de formar sus creencias es mediante la imitación. Te miran, te
observan y te imitan a cada momento del día.
Por esta razón, tu hija querrá todo lo que tú tienes, como un teléfono celular o una pequeña cocina de
plástico. Su corazoncito está diciendo: “Mamá lo hace. Quiero ser como mami porque me gusta cómo
es ella. ¡Si ella lo hace, yo también!”. Entonces ella cocina o trabaja en su computadora porque ve que
tú lo haces. También dice “gracias” y es servicial o empática porque te está imitando. La obediencia
incluso le resulta un poco más fácil si ve a su madre que le da ejemplo de respeto y sensibilidad hacia
los demás. (¡Huy! Lo sé. Eso duele un poco, ¿no es cierto? Para que quede claro, acabo de pisar mi
propio pie, no solo el tuyo).
Las pequeñas cosas importan. Mostrar afecto a tu esposo frente a ella comienza a enseñarle la
belleza del matrimonio. Devolver un cambio de más cuando el cajero se equivoca, algo que recuerdo
que hizo mi madre, comienza a enseñarle honestidad. Decir cosas como “qué maravilloso es ser mujer”,
comienza a formar el valor de la feminidad dentro de su pequeño y tierno sistema de raíces de la
verdad.
Esta etapa de desarrollo moral es meramente introductoria. Todavía no se ha consolidado nada, pero
pueden suceder cosas interesantes si una madre procura plantar y alimentar la verdad.
Desde luego, un sistema de creencias en reciente desarrollo es tremendamente imperfecto. La
evidencia de que se están plantando raíces puede incluso manifestarse de la manera más inusual.
Durante nuestros grupos de enfoque, una madre contó una historia reveladora sobre su hija en edad
preescolar. Lee el caso real de Chiosoka.
UN CASO REAL:
CHIOSOKA
Cuando Chiosoka, la hija de Dayo, tenía cuatro años, Dayo intentaba
enseñarle a ser obediente, pero la respuesta de la niña reveló lo difícil
que puede resultar hacer lo que te piden.
“¿Me obedecerás por mis palabras o necesitarás más ayuda para
obedecer?”, le preguntó Dayo.
“Creo que necesito ser castigada”, respondió Chiosoka con sinceridad.
Dayo creyó que la respuesta de su hija era una evidencia de que ella
sabía distinguir lo correcto de lo incorrecto, pero también reconocía su
tendencia a querer hacer lo incorrecto.
“Conocer su debilidad en elegir lo correcto es para mí una evidencia de
una cosmovisión cada vez mayor que acepta la verdad”, dijo la madre
nigeriana.

LA ETAPA DE CONSEJERÍA (EDADES 6-11) Consideran las creencias


Entre los seis a los once años, tu hija está aprendiendo la verdad cuando te pregunta por qué crees lo
que crees y haces lo que haces. Esta es una etapa interactiva del desarrollo moral, caracterizada por
efectuar muchas preguntas. Su pequeña boca no puede seguir el ritmo de todas las preguntas que su
cerebro está clasificando. ¿Por qué mamá hace eso? Creo que quiero ser como mamá, ¿pero a ella le
gusta de veras hacer eso? ¿La hace sentir bien? ¿Qué pasa si no me gusta? Tal vez yo también lo
haga, si ella me dice por qué lo hace.
Si algo tiene sentido para ella, lo aceptará, lo hará y lo creerá. Si no lo tiene, seguirá haciendo
preguntas. Yo la he denominado etapa de consejería porque abunda el diálogo. Tú la aconsejas mientras
ella descubre lo que cree acerca de la vida.
¡Esta etapa del desarrollo moral puede ser francamente desesperante para una madre! Es muy
tentador contestar rápidamente las preguntas sin darles mucha importancia. (¿Mencioné que alimentar
la verdad lleva mucho tiempo?).
Me ayudó recordar que cada vez que aparecían las palabras por qué, se trataba de una pregunta
espiritual. Eso fue particularmente útil cuando no podía entender la conexión entre la pregunta y la
verdad espiritual. Por ejemplo, recuerdo contestar preguntas sobre por qué la hierba olía tan fuerte
cuando Bob estaba cortando el césped. Mi hija se preguntaba si la hierba sentía dolor. (Por cierto, la
respuesta es: “sí”. Ese encantador aroma herbáceo que flota en tu jardín cuando el césped está recién
cortado es una señal de malestar vegetativo).
Tienes que recordar esto. Sus preguntas son decisivas para enraizar y alimentar la verdad en tus
hijos. Contéstales. Todas sus preguntas. Incluso las del olor de la hierba.
Y deja que Dios te dé su paciencia mientras lo haces. Mientras tú creces en paciencia, tu hija está
clasificando tus respuestas y tu estilo de vida para decidir lo que realmente creerá.
Una breve conversación que tuve con una chica llamada Ruby muestra la compleja clasificación de
pensamientos que ayudan a una niña a rechazar o aceptar la verdad. Léelo en el caso real. Mientras
todavía nos observan y nos imitan, es con más discernimiento que antes. A los once o doce años, tienen
una base bastante compleja de su sistema de creencias. Las raíces ya están establecidas, aunque todavía
necesiten cultivarlas un poco más.

UN CASO REAL:
RUBY
Ruby es una combinación de vibrante energía preadolescente con una
risita dulce y contagiosa como su brillante sonrisa. Estábamos hablando
de los diez mandamientos, específicamente sobre la instrucción de Dios
de descansar en el día de reposo. Ella me bombardeó con muchas
preguntas.
¿Qué es el día de reposo? Bueno, ¿es el domingo o el sábado? ¿Qué
significa descansar? ¿Quién debe hacerlo? ¿Eso significa que no puedes
cocinar o hacer la cama? ¿Puedes cepillarte los dientes?
Le respondí a todas sus preguntas, una por una. Al final, Ruby se calló y
se quedó en silencio, pero pude ver que su cerebro todavía estaba
procesando los pensamientos.
“Mi mamá y mi papá no creen en el día de reposo —dijo de repente—.
Puede que digan que sí, pero no descansan los domingos. Papá trabaja
en sus documentos y mamá limpia un montón”.

Cuando tu hija cumple doce años, los principios básicos de su sistema de creencias, por lo general,
ya están establecidos. No todo es exacto por el momento, por eso la última etapa del desarrollo moral
también es importante.
LA ETAPA DE ENTRENAMIENTO (EDAD 12+) Ajustan las creencias
A los doce años de edad, tu hija está viviendo activamente un conjunto de valores morales. Esta etapa
implica más razonamiento ya que permite que lo que ella cree afecte su comportamiento. En este
momento, ahora tú la observas a ella, no ella a ti. Las preguntas en su cabeza ya no giran en torno a
mamá, sino a ella misma. ¿Cómo quiero hacer esto? ¿Hay algo que creo que me ayudará a decidir?
Tal vez lo haga, si se ajusta con lo que creo.
Yo la denomino etapa de entrenamiento porque es como ver a tu hija jugar un deporte. Ella
determina las jugadas y hace los tiros, pero tú estás sentada en las líneas de banda esperando que ella
tome un descanso y se siente en el banco a tu lado. Allí tendrás la oportunidad de preguntarle por qué
eligió ciertos comportamientos o ciertas emociones, para así influir en lo que ella cree.
Déjame que te cuente sobre una madre, que ejerció un fantástico entrenamiento cuando, Laura, su
hija, se volvió extremadamente retraída en la secundaria:
De repente Laura no estaba dispuesta a probar cosas nuevas. Chelsea, su madre, decidió averiguar si
solo se trataba de la angustia e inseguridad normal del desarrollo o si debía abordar algunos
sentimientos molestos.
Una rápida merienda después de la escuela, y las piezas del rompecabezas empezaron a encajar.
Laura estaba siendo acosada en la escuela, y creía todas las cosas desagradables que se le decían. Las
malas raíces estaban siendo plantadas y cambiando los patrones emocionales y de comportamiento de
esta niña, una vez intrépida y llena de vida.
Cuando Laura le mencionó a Chelsea el nombre de la niña que estaba siendo tan desagradable, ella
sabía algo que su hija no sabía. La niña estaba experimentando un profundo dolor, porque sus padres
estaban en medio de un despiadado divorcio.
“Quería enseñarle a defenderse cuando le decían cosas falsas, pero de la manera correcta”, comentó
Chelsea, quien entrenó a su hija. Laura fue a la escuela con la simple tarea de enfrentar a su acosadora
de manera amable, pero con la verdad. No fue muy fácil persuadirla y orar para que reuniera valor, pero
Chelsea sabía que recuperar la personalidad y la salud emocional de su hija dependía de este valiente
encuentro con la verdad.
“Sé que estás pasando por un momento difícil —le dijo Laura a la niña en la escuela al día siguiente
—. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte? Lo haré, pero tienes que empezar a ser amable
conmigo”.
Todo cambió. La acosadora no era una niña tan mala después de todo, sino una niña con un
profundo dolor y soledad. Hoy las chicas son buenas amigas, y Laura ha recuperado su férreo amor por
la vida.

No todos los esfuerzos para entrenar a nuestros hijos funcionan tan drástica o rápidamente. A veces
no asimilan tus consejos de entrenadora, y otras veces no tienen las agallas para ponerlos en práctica.
La cuestión es que no siempre van a hacer las cosas bien. Los niños, incluso los preadolescentes, son
grandes observadores, pero terribles intérpretes. ¡Necesitan nuestra ayuda para ajustar lo que creen a fin
de poder responder a la vida en la verdad!
Estos son datos simples y precisos sobre cómo nuestros hijos desarrollan un sistema de creencias.
Ahora bien, si no te importa, me gustaría pasar a mi clase de entrenamiento por unos minutos. Es hora
de que dé a conocer la tesis de este capítulo y me gustaría hacerlo con entusiasmo. Allá vamos:

AHORA (DURANTE LA PREADOLESCENCIA DE TU


HIJA) ES EL TIEMPO MÁS IMPORTANTE PARA
PLANTAR LAS SEMILLAS DE LA VERDAD EN SU
CORAZÓN.
Mi amigo George Barna, quien invirtió varios años de su vida investigando las creencias y conductas
religiosas de los estadounidenses, lo expresa de la siguiente manera:

“Lo que crees cuando cumples catorce años, por lo general, es lo que
mueres creyendo”.[2]

Cuando descubrí esto, me di cuenta de lo importante que era para mí sembrar la verdad fundamental
en mis hijos durante sus años de preadolescencia. Me ayudó a reunir el valor de enfrentar el miedo.
Espero que haga lo mismo por ti.
Sé por experiencia propia lo difícil que es enfrentar nuestros temores. Aquí hay un versículo bíblico
que usé mientras criaba a mis hijos:

VERDAD DE ORO:
“Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder,
amor y autodisciplina” (2 Timoteo 1:7).
No podemos criar a nuestros hijos con un espíritu de temor. No es de Dios.
Si bien creo que muchas madres adoptan una piadosa autodisciplina para encontrar el momento y las
palabras exactas para las conversaciones complejas, también creo que algunas operan con temor cuando
evitan conversaciones esenciales del desarrollo. Temor a no saber qué decir. Temor a que sea
demasiado pronto. Temor a fastidiar a su hija. Temor a que su hija se deje tentar por las mentiras.
Meditar en el temor a menudo nos lleva a retrasar ciertas conversaciones mucho más allá de la razón.
En realidad, una madre dijo esto en nuestros grupos de enfoque: “El mejor momento para hablar de
sexo con tu hija es antes que esté lista para hacerlo. Entonces, creo que deberíamos decírselo la noche
antes de su boda”.
Creo que ahora, mientras su corazón todavía está ardiendo con preguntas, es el momento de sembrar
la verdad.
No estoy diciendo que no debas tratar el tema con prudencia, sino que no debes tener temor. Incluso
necesitas sabiduría para tratar los temas difíciles con el cuidado acorde a su edad. Es un deseo justo no
querer que tu hija tenga conocimiento del bien y del mal. Eso es exactamente lo que le preocupaba a
Dios de Adán y Eva. Les dijo que no comieran el fruto del árbol para protegerlos. No quería que la
experiencia propia les robara su inocencia y que eso les trajera terribles consecuencias.
Como mencioné anteriormente, solo tú puedes saber cuándo hablar de un tema con tu hija. Si
decides que tu hija no puede lidiar con el desarrollo de un tema o tiene algunas necesidades especiales
que le impedirían comprender mentalmente algo, estás retrasando las conversaciones por sabiduría, no
por temor. Sin embargo, si simplemente tienes temor de abordar un tema o no sabes cómo hacerlo sin
robarle su inocencia, esas no son buenas razones para evitar hablar de algo.
Cuando criamos a nuestra hija por temor, hacemos que ella escuche las voces que mienten. Es
lamentable que Adán y Eva escucharan la única voz que podía mentirles en el huerto del Edén. Satanás
había elegido una serpiente para hacer el trabajo. Ahora tiene muchas bocas para propagar sus mentiras.
De hecho, puede ser difícil para ti y para mí evitarlas. Los anuncios publicitarios, las películas, las
amistades, los sistemas políticos, incluso los líderes de confianza a veces pueden ser una fuente de
mentiras. Si no tenemos cuidado, nuestro silencio impulsado por el temor se puede convertir en un
megáfono para estas voces que siembran mentiras en nuestros hijos.

¿Estás luchando con el temor como madre? Lee el capítulo 9 de Mentiras que las mujeres creen
para aprender a arrancar las mentiras que puedes estar creyendo sobre tus emociones.
Considera esto: si tu hija todavía te está imitando o está en la etapa del desarrollo moral en la
que te hace preguntas, ¿qué tipo de influencia podría tener en su sistema de creencias si aprendes
a responder a tus emociones con la verdad?

En este capítulo de Mentiras que las niñas creen, tu hija está viendo las cuatro maneras en que Eva
cooperó con Satanás.
¿Estás segura de que es demasiado pronto para hablar con tu hija sobre determinado tema? ¿O estás
siendo engañada a pensar que es demasiado pronto? Distinguir entre una cosa y la otra importa mucho
porque, cuando tú y yo creemos mentiras, cooperamos con Satanás. Y ayudarlo a sembrar mentiras en
mis hijas es algo que quiero evitar.
Necesitamos estar alertas y ser sensibles al Espíritu, para discernir cuándo es necesario (y el
momento adecuado) hablar y abordar temas difíciles. Cuando lo hacemos, muchas veces descubrimos
que nos resulta más fácil de lo que pensábamos. Después de todo, Dios solo le contó a Adán y Eva la
verdad sobre el árbol. No mencionó la mentira de la serpiente. Creo que puedes hablar con tu hija en
forma segura sobre prácticamente cualquier tema sin presentarle las mentiras que no son apropiadas
para su mente y su corazón. No destacamos las mentiras. Queremos enseñar a nuestras niñas la verdad.
Sin embargo, si tu hija no recibe correctamente la verdad de Dios, no podrá escucharla, considerarla,
creer en ella o actuar conforme a ella. Ni siquiera podrá reconocer una mentira cuando comience a
susurrar a su oído, si no le han dicho la verdad.
HABLA CON DIOS:
Usa Proverbios 23:7 para escribir una oración a Dios. Pídele que te dé claridad sobre lo que hay en
el corazón de tu hija. Deja que Él te ayude a determinar qué partes de su comportamiento se encuentran
arraigadas a cosas que no deberían estar en su corazón. Escribe tu sincera petición a Dios en las líneas
de abajo.

Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él (Proverbios 23:7, RVR -


1960).
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HABLA CON TU HIJA:


Después que tu hija lea el capítulo 2 de Mentiras que las niñas creen, ve a la página 33 y pide a tu
hija que te explique las cuatro formas en que Eva cooperó con la serpiente. Pregúntale si alguna vez
coopera con mentiras de esa manera.
Luego ve a la página 29 donde escribió qué consejo le daría a Sofía sobre la tentación de
desobedecer a sus padres. Conversa con ella sobre lo que piensa al respecto.
¿Qué tiene que ver la gracia con esto?

Una cosa que aprendí mientras dirigía los grupos de enfoque fue lo siguiente: no somos muy
objetivas cuando se trata de nuestras propias hijas. Sin duda, verme admitir esto por escrito es algo que
dará paz a mi esposo. Así es como finalmente llegué a comprender algo que él ha estado tratando de
hacerme ver durante casi un cuarto de siglo.
Al comienzo de cada debate, pregunté a las madres si pensaban que las preadolescentes de hoy
tenían más problemas que ellas y si consideraban que las niñas de hoy eran más propensas a estar en
esclavitud espiritual a las mentiras.

El 80% de las mamás creía que las preadolescentes de hoy son más propensas a creer
mentiras.

Sin embargo, eso no incluía necesariamente a sus hijas.

El 80% de las mamás estaba menos preocupada por su propia hija que por otras niñas.

La disparidad parecía extraña, así que ahondé un poco más. Les pregunté cómo reaccionaban sus
hijas cuando debían obedecer o sujetarse a las reglas. Al principio, todas las mamás hicieron quedar tan
bien a sus hijas, que pensé que podrían ser la primera generación de niñas en conquistar por completo
la rebeldía y traer la paz al mundo.
Sin embargo, después…
Una valiente madre, de las que casi siempre hay en cada grupo de mujeres, se presentó y empezó a
contar un caso de desobediencia sorprendentemente complejo:

UN CASO REAL:
MELISA
“El nivel de engaño al que se ha rebajado mi hija para evitar sujetarse a
las reglas nos ha dejado atónitos a su padre y a mí”, informó Janet.
Su hija, Melisa, es una chica muy inteligente, una buena estudiante con
excelentes notas en todas sus pruebas y exámenes.
Sus calificaciones son igual o superiores al 97% de los exámenes
estándar, pero a ella no le gustan las tareas, y en segundo grado decidió
que ya no tenía que hacerlas.
Su maestra, por supuesto, no pensó que aquella era una buena idea y
comenzó a enviar notificaciones de Melisa sobre su falta de obediencia y
sujeción a las normas. Nunca llegaron a casa.
Melisa está actualmente en quinto grado. Janet y su esposo han hecho
todo lo imaginable para resolver este problema y tratar con el corazón
de su hija, pero hasta ahora ha sido en vano.
Así que, al comienzo de cada año escolar, Janet se reúne con las maestras
para explicarles la falta de sujeción a las reglas de su hija, y les da su
número de teléfono celular para que puedan llamarla directamente
cuando Melisa no entrega sus tareas.

Pronto, otras siguieron el ejemplo de la valiente madre y confesaron las dificultades que enfrentaban
al momento de hacer que sus hijas respeten la autoridad y sean obedientes. Estas son las cosas que
dijeron:

Obedece, pero no de corazón. Es por miedo a las consecuencias, y casi siempre se


demora.

Tiene una actitud desafiante, pero solo en pequeñas cosas como no ponerse
desodorante o no hacer su cama.

Mi hija trata a su padre como un hermano en lugar de un padre.

La verdad es que eso me ha agotado.


Con sus corazones abiertos a ser sinceras, di el siguiente paso. Quería no solo preguntar acerca de
las creencias que las niñas deben poner en práctica ahora, sino también las que necesitarán en el futuro.
Entonces, les pregunté qué creían sus hijas sobre el valor del matrimonio y la maternidad. Si bien la
mayoría de las madres dijo que su hija quería ser esposa y madre, el 33% sentía que su hija parecía
creer que era más importante tener una carrera profesional o educación. Eso las entristecía. Al igual que
yo, les encanta ser madres y no pueden imaginar una mejor profesión.
Después de nuestro debate sobre la obediencia, la sumisión, el matrimonio y la maternidad, hice otro
intento y repetí mi pregunta sobre si sus hijas podían ser capaces o no de creer mentiras. Los resultados
cambiaron.

LAS MADRES en comparación con LAS HIJAS


Quería ver si las madres tenían una valoración precisa de las creencias de sus hijas con respecto a
temas como la sumisión, la obediencia, el matrimonio y la maternidad.

Interrogué a treinta y una de sus hijas para verificarlo.


Los resultados mostraron algunas diferencias de perspectiva sorprendentes.
Estas diferencias podrían revelar una lucha interna en las niñas de la que sus madres no se dan cuenta.

Solo el 56% de las mamás seguía estando menos preocupada por su propia hija que por otras niñas
después de los debates sobre sumisión, obediencia, matrimonio y maternidad.
Si bien eso parecía más exacto, todavía me alarmaba. Pensemos que quizás muchas de nosotras
creemos esta mentira en algún momento de nuestra experiencia como madres.

MENTIRA #3 QUE LAS MAMÁS CREEN:


“MI HIJA NO ESTÁ EN PELIGRO COMO OTRAS
NIN˜AS”.
Es comprensible. Fue tentador mirar a mis hijas cuando eran preadolescentes, y creer la mentira de
que no podían estar enfrentando las mismas tentaciones y dificultades que yo enfrenté a su edad. (¡Hay
una parte de mí que ha congelado a mis hijos en el tiempo como niños inocentes vestidos con pijamitas
enterizos!). Fuera lo que fuera, ¡en mi casa no entraría!
Algunas madres incluyeron con orgullo la palabra protegida para describir a sus niñas.
Tal vez las hayas protegido, las hayas resguardado, las hayas llenado de la verdad y hayas orado por
ellas diligentemente, pero eso no las exime de estar expuestas a las mentiras, de creerlas y de pecar. Si
fuera así, Eva nunca habría caído presa.
La primera mujer vivía en un mundo no afectado por el pecado. Ninguna mujer ha estado más
protegida. No había Netflix, redes sociales, música, círculo de personas, anuncios o pecado en el huerto
del Edén. Ella caminaba y hablaba con un Padre perfecto que solo dice la verdad. Y, sin embargo,
escuchó la primera voz mentirosa. Y creyó la mentira más catastrófica de toda la historia. ¿Cómo es
que creemos que nuestras propias hijas no están en peligro?
La verdad es que tu hija va a pecar. Todas nosotras lo hacemos (Romanos 3:23). Ella está en peligro,
porque la humanidad está en peligro. Por esa razón, debemos estar preparadas no solo para sembrar la
verdad en ella, sino también para alimentarla y concederle gracia cuando ella peque.
La historia que transcurre en el huerto del Edén nos muestra la disposición de Dios de extender su
gracia. Esperaba que sus hijos pecaran, y estaba preparado para responder a su caída con dos cosas:
consuelo y confrontación.
Primero, Dios conversa con ellos para consolarlos. Los buscó y los llamó con una pregunta:
“¿Dónde estás?”. Para que conste, Él sabía la respuesta. Él es Dios. Por lo tanto, esa pregunta
demuestra la naturaleza comunitaria e interactiva de la disciplina de Dios. Por supuesto, Adán y Eva se
dieron cuenta de lo expuestos que estaban, y sintieron vergüenza. Estaban avergonzados. Dios sabía lo
que habían hecho, por qué y cómo se sentían ahora, pero les dio la oportunidad de verbalizarlo antes de
precipitarse a explicarles la dura realidad de las consecuencias. Conversó con ellos para ayudarlos a
entender su reacción y vergüenza.
Una de las cosas importantes sobre el comportamiento de tu hija no es solo lo que ella hizo, sino
también por qué lo hizo. El por qué está en la raíz de su sistema de creencias.
Puede que te des idea de por qué fue mala con su hermano hoy: estaba abrumada y sintió celos por
la atención que su hermano pequeño estaba recibiendo en su fiesta de cumpleaños. Podrías comprender
por qué hizo trampa en su examen de lectura: se sintió torpe y avergonzada por su reciente diagnóstico
de dislexia. Podrías pensar que sabes por qué mintió cuando dijo que tenía un caballo: porque se sentía
insegura al hablar con nuevas amigas.
Puede que tú lo sepas.
Sin embargo, ella puede que no.
Esta es una buena oportunidad para recordarle que Jesús siempre está allí para ayudarla, y las
ayudará a ambas a entender por qué ella hizo algo malo. En las páginas de Mentiras que las niñas
creen, ella está aprendiendo esta definición de la verdad.

VERDAD: “Conformidad con el original o estándar”[1].

Jesús es la fuente original y estándar de la verdad sobre nosotras mismas y de cómo debemos
comportarnos. Él dijo:
VERDAD DE ORO:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14:6).
Él es la definición de la verdad. Si se lo pides, Él te revelará la verdad. Y su manera de hacerlo es,
principalmente, a través de la Palabra de Dios escrita: ¡la Biblia! De hecho, “la Palabra” es uno de los
nombres de Jesús (Juan 1:14).
¡En la Biblia encontrarás palabras que describen QUIÉN ERES y CÓMO DEBES
COMPORTARTE!

Si tu hija está teniendo dificultades para entenderse a sí misma, puede pedirle ayuda a Jesús. Esta es
una parte esencial de caminar en la verdad. Lleva más tiempo que solo enviarla a su habitación o
quitarle sus privilegios de mirar televisión, pero también es más duradero. Es cierto que tal vez tenga
que perder privilegios también, pero recuerda que las consecuencias no pueden ser la única respuesta al
pecado en su vida. Todo mal comportamiento es una oportunidad para ayudarla a tener más
comprensión del bien y el mal. Su comportamiento pudo haber sido pecaminoso, pero no te precipites a
mostrarle las consecuencias. Apresúrate a encontrar su corazón perdido y ayúdala a entenderlo.

Hablemos de por qué fuiste mala con tu hermano hoy.

¿Qué sentiste cuando hiciste trampa en esa prueba?

¿Por qué pensaste que necesitabas mentir?

La gracia retarda un poco las consecuencias para tratar con el corazón. La gracia es un regalo
inmerecido. Dios se la regaló a Adán y Eva. Te estoy pidiendo que le des a tu hija el regalo de la gracia
una y otra vez en forma de conversación. (Aunque tengas que lavar los platos, llegues tarde al
entrenamiento de fútbol de tu hijo y necesites despachar un paquete por correo antes que cierre).
Consolar a tu hija y mostrarle comprensión es una parte vital de instruirla en la verdad.
Más adelante en la narrativa, Dios les da aún más consuelo y les ofrece otras alternativas para
vestirse, que la ropa que Adán y Eva habían hecho a mano con hojas de higuera: les hizo ropa de pieles
de animales. Esto no es un detalle menor. No sabemos cuál de las bellas y perfectas criaturas de Dios
murió ese día, pero alguna tuvo que morir (Génesis 3:21). No nos damos cuenta de lo costoso que fue
ese regalo, porque hemos crecido en un mundo familiarizado con la sangre y la muerte, pero fue algo
que Dios nunca quiso para su tierra. Sin embargo, por amor a sus hijos, vino la muerte. Se derramó
sangre, lo cual señalaba a Cristo, el Cordero de Dios, que un día derramaría su sangre para que
podamos vestirnos de su justicia.
Recuerdo un momento cuando una de mis hijas me había hablado de manera irrespetuosa frente a
otros. Mi esposo no tenía ningún tipo de tolerancia ante eso, y su castigo fue que copiara todo el libro
de Proverbios en un cuaderno. Bob le explicó que responder mal a las autoridades no era respetuoso y
que muchas de las palabras que escribiría podían ayudarla a adquirir sabiduría.
No voy a mentir. Fue doloroso ver a mi niña preadolescente pasar innumerables noches en su
habitación, al parecer solo gastando bolígrafos de tinta mientras escribía 9.921 palabras de la verdad.
(Esta es la cantidad de palabras que hay en el libro de Proverbios. Lo averigüé). Sin embargo, una pila
de pañuelos húmedos por sus lágrimas creció mientras hacía su tarea.
En un momento dado, Bob sintió que había aprendido la lección. (La señal fue que ella se ocupó de
su tarea con diligencia, dejó de jugar con nuestras emociones y parecía tener una mejor actitud).
Entonces, él intervino para consolarla.
Los vi terminar de escribir Proverbios entre padre e hija. Él escribía un versículo. Luego ella escribía
otro, y así sucesivamente. Él acarreó las consecuencias con ella, y ese fue su consuelo.
Consolar a tu hija cuando ha creído una mentira y ha actuado en consecuencia no la está echando a
perder. Es llegar a la raíz de por qué ella pecó y evitar que lo repita.
Sin embargo, la estarás echando a perder si no cumples con el segundo acto de la gracia de Dios: la
confrontación.
Segundo, Dios los confrontó. La confrontación no es una forma de castigo, sino discipulado. El
castigo es dispensar consecuencias por un comportamiento pecaminoso. El discipulado es confrontar el
comportamiento pecaminoso y las actitudes del corazón con el propósito de instruir a tu hija en la
verdad. Puede incluir consecuencias, pero no se limita a estas, es decir, no termina con las mismas.
Cuando Dios confrontó a Adán y Eva, no comenzó con la triste lista del dolor al dar a luz, los
problemas de pareja, el trabajo duro, etc. Empezó con otra pregunta.

¿Qué has hecho?


Por importante que sea para tu hija considerar por qué hizo lo que hizo, también es importante que sepa
que pecó. Es bueno que ella lo llame por su nombre: mentir, hacer trampa, acosar, robar, usar las redes
sociales a escondidas o mirar un programa de televisión prohibido. Pregúntale qué hizo.
El lenguaje de la gracia no elimina la necesidad del vocabulario del pecado. Por supuesto, este no es
un mensaje popular en nuestra cultura poscristiana, y no se menciona en muchos libros modernos para
padres. Sin embargo, creo que ayudar a tu hija a entender el pecado es imperativo si quieres ayudarla a
caminar en la verdad.
Hace años, el famoso psiquiatra Karl Menninger, que (hasta donde yo sé) no fue un autoproclamado
cristiano, pidió “un avivamiento del pecado”. Esto es lo que escribió:
Si doce personas están en un bote salvavidas y una de ellas descubre una fuga de agua cerca de
donde está sentada, ¿hay alguna duda de su responsabilidad? ¡No de haber hecho el agujero o
de encontrarlo, sino de intentar repararlo! ¡Ignorarlo o guardar silencio al respecto es casi
equivalente a haberlo provocado!
Por lo tanto, incluso en situaciones y acciones grupales, existe un grado de responsabilidad
personal, ya sea por hacer o no hacer o declarar una posición al respecto. La palabra “pecado”
conlleva estas consideraciones, y en esto baso el beneficio de un avivamiento del concepto, si no
de la palabra pecado.[2]

La historia del pecado en el huerto del Edén es una historia esperanzadora. La convicción de que
existe el pecado (que existe el bien y el mal) trae consigo las consecuencias de las decisiones que se
toman. Con tal fin, el pecado es un concepto útil porque tu hija puede aprender que tiene una decisión
que tomar la próxima vez que se enfrente con un sentimiento molesto, una mentira y la tentación de
pecar.
Creo que lo que enfrentan nuestras niñas hoy día es probablemente mucho más confuso que lo que
experimentaron Adán y Eva, aunque no puedo afirmarlo con seguridad. Al menos, Adán y Eva sabían
lo que estaba bien y lo que estaba mal (Dios se lo había expresado claramente); de modo que sabían
que habían pecado. No había incertidumbre.
No es tan fácil para algunas personas identificar el pecado en un mundo gobernado por la tolerancia,
la aceptación y el hedonismo. Borrar el concepto del pecado es confuso para nuestros hijos. Sin una
fuerte brújula del bien y el mal, tu hija podría no estar segura de qué hacer la próxima vez que se
enfrente a una decisión. Sin embargo, puedes darle el regalo de la gracia de confrontar su pecado.
No soy una persona confrontadora por naturaleza, pero he descubierto que la confrontación (cuando
se hace sin perder el control y con amor) es una prueba de que existe un vínculo. Comunica: “Te amo.
Quiero tener un vínculo contigo, ¡y tú lo estás poniendo en riesgo!”. (Piensa en esto la próxima vez que
discutes con tu esposo o con tu mejor amiga o necesites confrontar el pecado de tu hija).
Además, recientemente he recibido convicción al leer la vida del sacerdote Elí. Sus hijos eran
malvados y licenciosos. La Biblia indica que Elí fue castigado no por la maldad de sus hijos, sino por
no confrontar su pecado (1 Samuel 3:13).
Te ruego que rechaces la mentira de que tu hija no está en peligro como otras chicas.
Esta mentira es mortal para nuestras hijas porque desactiva nuestro sistema de alarma parental. Nos
ciega ante las señales de peligro. En vez de averiguar qué mentiras puede haber bajo los sentimientos
molestos, terminamos por excusarlos y explicarlos como simples cambios normales del desarrollo que
todas las niñas preadolescentes experimentan. No hagas eso.
Ármate con la verdad de que tu hija pecará, y prepárate para concederle la gracia de instruirla en la
verdad con una conversación consoladora y una firme confrontación.

HABLA CON DIOS:


Usa Juan 14:6 para escribir una oración a Dios. Pídele que te dé sabiduría y confianza para discernir
el bien y el mal a fin de que puedas enseñárselo a tu hija. Preséntale cualquier área de confusión en tu
mente. Escribe tus peticiones sinceras a Dios en las líneas de abajo.

Yo soy el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6).


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HABLA CON TU HIJA:
Después de que tu hija lea el capítulo 3 de Mentiras que las niñas creen, ve a la página 42 de su libro
y analiza con ella nuestra definición de la verdad. Asegúrate de que ella entienda que Jesús y su Palabra
escrita son la fuente “original o estándar” por la cual juzgamos nuestros comportamientos y decisiones
morales.
Luego ve a la página 44 donde escribió el consejo que le daría a Sofía por sentirse “avergonzada”,
como si fuera la “peor persona del planeta”. Conversa con ella sobre lo que piensa al respecto.
Es hora de desarraigar las mentiras que las niñas creen y reemplazarlas con la verdad de Dios.
Muchas de las observaciones de esta sección en referencia a lo que las chicas creen tendrán sentido para
ti. Otras podrían sorprenderte. No obstante, todo ha sido cuidadosamente considerado y validado con
evidencia altamente confiable: las opiniones de las chicas preadolescentes.

¡1.531 niñas participaron de nuestra encuesta!


Estas niñas, con edades comprendidas entre los siete y los doce años, respondieron dieciocho
preguntas sobre cómo piensan, qué sienten y qué creen. La gran mayoría se consideraba cristiana.

El 51% asistía a la escuela pública

El 30% estaba escolarizada en el hogar

El 16% asistía a una escuela cristiana privada[*]

Las respuestas de estas niñas ayudaron a revelar veinte de las mentiras más comunes que las niñas
creen: mentiras que se deben reemplazar con la verdad. Tu hija conocerá esta sección de su libro como
“El laboratorio de la verdad”. Esto es lo que leerá en su introducción a esta sección.

A veces, cuando hay problemas por resolver, las personas inteligentes dedican tiempo a clasificar
información en un laboratorio. Están tratando de descubrir la verdad acerca de algo: cómo curar una
enfermedad, el secreto para volar a la luna en una nave espacial o la respuesta de un animal al
adiestramiento. Están descubriendo y protegiendo la verdad para nosotras y aquellas que vengan en el
futuro.
¡Necesitamos descubrir y proteger la verdad para que nos ayude con nuestros problemas! Hay tantas
mentiras que nos confunden, que necesitamos un lugar para clasificar e identificar la verdad. De lo
contrario, podríamos perderla para siempre. Entonces, ¡bienvenidas a nuestro laboratorio de la verdad!

A medida que tu hija aprenda a clasificar, guardar y proteger la verdad, me gustaría que lo
consideraras un laboratorio donde puedas plantar semillas de la verdad en su vida. Cuando veas que
estas semillas comienzan a brotar, podrás alimentar las raíces nuevas y tiernas que están creciendo. Tú
y yo trabajaremos juntas para ayudarla a plantar estas semillas, fertilizarlas y, finalmente, fortalecer las
raíces de su sistema de creencias.
Cada uno de estos capítulos tendrá tres secciones.

PREPÁRATE PARA HABLAR:


Al comienzo de cada capítulo, presentaré los resultados principales de los grupos de enfoque y la
encuesta. Los grupos de enfoque con las madres y la encuesta a las preadolescentes fueron mi forma de
escucharlas a ti y a tu hija. Este libro es mi oportunidad de responder. Espero que los pasajes de las
Escrituras, que uso para aclarar la información, te ayuden a sembrar la verdad de cada tema específico
en el corazón de tu hija.
HABLA CON DIOS:
Después te guiaré a orar. Será similar a lo que ya has estado viendo en este libro, pero aparecerá en la
mitad del capítulo, no al final. De esta manera, podrás orar por tu hija antes que ella comience a
profundizar en el tema en cuestión.

HABLA CON TU HIJA:


Esta sección de cada capítulo contiene el material del libro de tu hija aquí en tu mismo libro. Así
podrás ver lo que ella está leyendo y estar preparada para ayudarla a meditar al respecto. Además tiene
contenido adicional en los márgenes, exclusivamente para ti.

[*] El 3% de las niñas reportó otros métodos de escolarización, como escuelas privadas no religiosas.
La verdad y mentiras sobre Dios

El primer tema que tu hija abordará en su laboratorio de la verdad es lo que ella cree acerca de Dios.
Estas creencias son fundamentales para lo que ella piense acerca de todo lo demás. Como Nancy
escribió en Mentiras que las mujeres creen:

Si tenemos un pensamiento equivocado acerca de Dios, tendremos un


pensamiento equivocado acerca de todo lo demás. Lo que creemos de Dios
determina la forma en que vivimos. Si creemos cosas de Él que no son
ciertas, finalmente actuaremos conforme a tales mentiras y terminaremos en
varios tipos de esclavitud.[1]
Desde luego, esto también es cierto para nosotras como madres. En mi caso, la presentación de la
verdad de Dios a mis hijas, en cierto momento, se vio obstaculizada por una mentira que yo había
creído. Antes de mencionarlo, me gustaría revelar algo que las madres de mis grupos de enfoque
expresaron.
Esta es la pregunta que hice a las mamás: “¿Qué tipo de mentiras te preocupan más en la vida de tu
hija?”. Estos fueron los resultados:

Cada una de estas mentiras es importante, y las cubriremos en los próximos capítulos. Sin embargo,
lo primero que pensé cuando vi estos resultados fue: ¿Cómo pueden las mentiras sobre la fe y Dios no
ser la preocupación número uno de las madres cristianas?
Para explicar por qué eso fue tan significativo para mí, necesito volver atrás una década. Mi esposo
Bob y yo fuimos invitados a una serie de mesas redondas para establecer estrategias y orar sobre cómo
alcanzar y discipular a los preadolescentes. Asistieron líderes de organizaciones como AWANA, la
Asociación Evangelística Billy Graham, iShine y Enfoque a la familia. Bob y yo fuimos invitados
debido a nuestro interés en llegar a los preadolescentes a través de conferencias y recursos. Todos
comunicamos la creencia colectiva de que el éxodo masivo de la iglesia por parte de estudiantes en
edad universitaria fue el resultado de la falta de enseñanza bíblica durante los años de preadolescencia
decisivos para la formación de valores.
El encuestador George Barna, que formaba parte de nuestro grupo, advirtió que solo alrededor de un
tercio de los preadolescentes de los Estados Unidos se consideraba cristiano, lo que pronosticaría un
éxodo más numeroso de la iglesia en los próximos años.[2] Luego pasó a revelar mentiras específicas
que los preadolescentes creían en ese momento, entre las que se incluían:

El 80% creía que la Biblia, el Libro de Mormón [y] el Corán eran iguales.

El 68% creía que puedes ganarte la salvación.

El 56% creía que Jesús pudo haber pecado mientras estuvo en la tierra.

Solo el 36% creía que la Biblia es veraz.

Solo el 32% creía que Jesús ha resucitado de entre los muertos.[3]

Luego Barna dijo las palabras que me quebrantarían por completo:

“Les ruego que inviertan la mayor parte de sus recursos (tiempo, dinero,
oraciones) en los niños”.[4]
GEORGE BARNA
Lágrimas de convicción y arrepentimiento llenaron mis ojos. Como sabrás, estaba dedicando mi
tiempo, dinero y oraciones a los niños, y era lo que me encantaba hacer. Sin embargo, la emoción que a
menudo sentía cuando hablaba de mi labor se describía mejor como vergüenza. (¿Acabas de identificar
un sentimiento molesto en mi historia?).
No me di cuenta hasta aquel día, pero había sobreentendido que mi labor no era tan importante como
la de los autores y conferencistas cristianos que ministraban a las mujeres adultas. Creía la mentira de
que invertir en la fe de los niños no era tan valioso.
Yo también personificaba esta creencia como madre. Al fin y al cabo, demostramos lo que creemos
por cómo actuamos. En ese momento, estaba tratando de sembrar la verdad bíblica en la vida de mis
hijos. Sin embargo, sentía que las horas que invertía en sus estudios, sus pasatiempos, su salud y sus
amistades eran considerablemente más estratégicos que el tiempo que invertía en su fe.
Déjame ser sincera: el mundo cristiano alimenta esta mentira. A menudo hago mucho énfasis en los
libros que publico para adolescentes y mujeres; pero las entrevistas de radio, los presupuestos de
marketing y las críticas en blogs de los libros que escribo para niñas más pequeñas son menos
frecuentes. Quizás hayas notado la misma dinámica en tu iglesia. Los presupuestos de los ministerios
para niños y la cantidad de tiempo dedicado a los niños en la plataforma principal a menudo son muy
pequeños.
¡Es incomprensible! Según una encuesta realizada por la Sociedad Bíblica Internacional, el 83% de
los estadounidenses se compromete a seguir a Cristo entre los cuatro y los catorce años.[5] Solo sobre
esta base, deberíamos proporcionar un sustancioso contenido espiritual a los niños.
Sin embargo, ahora tenemos un motivador mucho más siniestro: lamentablemente, las predicciones
que hizo Barna hace más de una década se han hecho realidad. Somos testigos de que cada vez son más
los niños que abandonan la iglesia cuando crecen. Mientras escribo esto, el porcentaje de adultos
emergentes de hoy, que se identifican como ateos es el doble del resto de la población adulta de los
Estados Unidos.[6]

La fe de la Generación Z, que son todos aquellos nacidos entre 1999-2015, está en crisis. Son la
primera generación verdaderamente “poscristiana”, nacida “en un momento de creciente apatía
religiosa”.[8] Una encuesta de la Universidad Biola reveló recientemente que el 70% de este grupo de
edad expresa “dudas persistentes y cuantificables acerca de que lo que la Biblia dice sobre Jesús sea
verdad. Y estos son los niños del grupo juvenil ‘más selecto’”.[9]
Como madres, las mentiras sobre la fe y Dios deben ser nuestra principal preocupación. Para mí, lo
fue, pero mi trabajo se vio obstaculizado por la falsedad que residía en lo profundo de mi espíritu. Tuve
que superar la mentira de que trabajar con niños, incluidos los míos, no era tan importante como otros
trabajos del reino. ¿Cómo hice eso? Descubrí que esta verdad contradice mis emociones y las voces que
me rodean.

VERDAD DE ORO:
“Pero Jesús les dijo: ‘Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan!
Pues el reino del cielo pertenece a los que son como estos niños’” (Mateo
19:14).

Jesús dijo estas palabras a personas como yo: los que creen la mentira de que la vida espiritual de los
niños es menos importante que la de los adultos. Todo lo que Jesús declara triunfa sobre las otras voces
de mi cabeza. He decidido ajustarme a esta verdad y hacer todo lo posible para acercar el corazón de
los niños lo más posible a Él, comenzando con mis tres hijos, Robby, Lexi y Autumn.
Cuando en un inicio vi que las madres de nuestros grupos de enfoque daban prioridad a “las
mentiras acerca de la autoestima” por encima de “las mentiras acerca de Dios”, se me rompió el
corazón. Entonces recordé mi propia batalla por la verdad y la forma en que Él me ayudó a ganarla.
Recordar esta victoria me llenó de esperanza.
Sé sincera contigo misma y piensa cuánto estás sembrando la verdad de Dios en tu hija. No tengas
miedo de atacar las mentiras que te estorben. Anímate: hay esperanza.

HABLA CON DIOS:


Usa Mateo 19:14 para escribir una oración a Dios. Recuerda que plantar semillas de la verdad en tu
hija es una de las labores más importantes del reino. Pide a Dios que escudriñe tu corazón para ver si
hay resistencia o apatía de hablar con tu hija sobre Él. Escribe tu sincera petición a Dios en las líneas de
abajo.

Jesús les dijo: “Dejen que los niños vengan a mí.


¡No los detengan! Pues el reino del cielo pertenece
a los que son como estos niños” (Mateo 19:14).
__________________________
__________________________
__________________________
__________________________

HABLA CON TU HIJA:


Ahora que has orado, invita a tu hija a leer el capítulo 4 de su libro mientras tú examinas el mismo
contenido aquí mismo. He escrito algunas notas para ti en los márgenes. A medida que leas, quizás
desees agregar tus propias notas para cuando llegue el momento de conversar sobre este capítulo con tu
hija.

NOTAS PARA MAMÁ


En los siguientes capítulos incluiré aquí el capítulo completo del libro de tu
hija para que lo examines. Contendrá datos interesantes de nuestros grupos de
enfoque y nuestra encuesta. Espero que estos te capaciten y te orienten
mientras guías a tu hija hacia la verdad.
___________

Mentiras sobre Dios


SOFÍA:

Me alegra que todo esto de la aplicación haya terminado. Me siento mejor


porque me has ayudado a pensar en la verdad, pero tengo una pregunta:
¿Dios está enojado conmigo? Sé que me ama… pero siento como si
pudiera estar lejos debido a lo que hice. ¿Me ama aun cuando hago algo
malo?
Sofía está en la situación indicada para que podamos profundizar en la Biblia y
descubrir la verdad que hace libres a todas las niñas. Ella se pregunta si Dios la ama incluso después de
haber pecado. ¿Alguna vez te lo has preguntado? La verdad #1 es una buena noticia para todas
nosotras.

VERDAD #1:
¡Dios te ama siempre, pase lo que pase!

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #1:
Después de cada pregunta de la encuesta, dimos a las niñas la oportunidad de
explayarse en el tema. Los comentarios sobre este tema revelaron una
alarmante discrepancia. La mayoría de las niñas sabían que Dios las amaba,
pero sus respuestas revelaron falta de confianza en su amor cuando pecaban.
Escribieron cosas como estas:

A veces pienso que Dios no me ama cuando mi comportamiento con mis


padres o mis amigas es malo.

A veces es difícil creer que Él me ama cuando desobedezco.

Tal vez Dios no sienta lo mismo por mí cuando actúo, hablo o me visto
[de cierta manera].

Siento que no está a mi lado cuando no soy tan buena.


Cada vez que decimos una cosa, pero sentimos otra, hay una mentira para
enfrentar.
Sugerencia de conversación para la verdad #1:
Cuanto más se abra tu hija, más podrás ayudarla. La vulnerabilidad engendra
vulnerabilidad. Considera usar tu tiempo de conversación para contarle un
ejemplo de algún pecado en tu vida, y cómo te hizo cuestionar el amor de
Dios. Asegúrate de explicarle cómo descubriste que Dios te ama siempre,
pase lo que pase.
Además, comienza a mostrarle deliberadamente este tipo de amor
incondicional. ¿Nota tu hija que la amas siempre, pase lo que pase?
Experimentar esta verdad puede ser una poderosa demostración tangible.
___________

El 92% de las chicas está segura de que Dios las ama.


Es genial que tantas chicas crean que Dios las ama, pero la verdad es aún mejor. Dios ama al
100% de los seres humanos siempre, pase lo que pase. ¡Y eso te incluye a ti!
Dios te ama. ¡Mucho!
La Biblia repite esta verdad una y otra vez. Uno de mis versículos favoritos es Isaías 43:4, que
incluye dos palabras sencillas: “Te amo”.
Aun así, descubrí que esta verdad es difícil de creer para algunas chicas cuando han hecho algo
malo, como desobedecer a sus padres o copiarse en una prueba.

A veces sus sentimientos les dicen una mentira sobre el amor de Dios.
MENTIRA: “DIOS SOLO ME AMA CUANDO SOY
BUENA”.
¿Alguna vez has creído esa mentira? Creo que la mayoría de nosotras lo hemos hecho en algún
momento de nuestra vida. El pecado hace que sea difícil sentir el amor de Dios aunque nos siga
amando. Tratar de sentirse conectada con Dios después de haber pecado puede ser como intentar
descargar una canción o escuchar un episodio de Aventuras en Odisea cuando no tienes una buena
conexión de Internet. La conexión está allí, pero algo está interfiriendo con ella.[10]
El pecado impide que nos conectemos claramente con Dios. (Voy a explicar más sobre esto en otro
capítulo). Sin embargo, Dios sigue estando allí. ¡Y te sigue amando! Sí, te
sientes triste cuando pecas y, a veces, hay consecuencias; pero eso no significa que Él te haya dejado de
amar. Veamos lo que nuestro laboratorio de la verdad tiene almacenado de la Palabra de Dios.

VERDAD DE ORO:
“Pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir
por nosotros cuando todavía éramos pecadores” (Romanos 5:8).
Dios no se sorprende por tu pecado. Él lo sabe TODO. No importa lo que hayas hecho o cuánto
hayas fallado, Dios todavía te ama y te perdona.
Entendí esto mejor después de ser madre. Una vez, cuando mi hijo era pequeño, me pidió agua.
Luego me dio su palabra de que no había estado jugando con la vela encendida en la otra habitación.
¡Parecía extraño! (En ese momento, podía oler el humo). Felizmente, solo se había prendido
fuego el borde de una manta y pude apagarlo rápidamente. ¿Sabes qué? Incluso cuando lo tuve que
rescatar de su propio error, no lo amé menos. De hecho, apagué ese fuego por amor. Quería
protegerlo.
¿Cuánto más te ama Dios, en toda su perfección? Te ama cuando te portas bien y cuando te portas
mal.

Le he pedido a Dannah que empiece por las mentiras que las chicas
creen acerca de Dios. Nada es más importante que esto. Si crees cosas de
Dios que no son ciertas, terminarás por creer muchas otras cosas que no
son ciertas.

“No hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más… No hay
nada que podamos hacer para que Dios nos ame menos”.
—Philip Yancey[11]

VERDAD #2:
¡Dios es todo lo que necesitas!

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #2:
Nancy la abordó por primera vez en Mentiras que las mujeres creen. Si lo
escribió para mujeres adultas, es probable que tu hija no lo supere de manera
natural. Hoy podría necesitar buenas calificaciones o una mejor amiga, pero
mañana será un esposo o una casa más grande. Estas cosas son maravillosos
regalos de Dios, pero no pueden ser nuestro primer deseo. Vamos a
desarraigar la mentira de que cualquier cosa que no sea Dios puede traer
verdadera satisfacción.
Anota en el margen inferior lo que tu hija podría querer usar para satisfacer
sus deseos. Completa esta oración: “Ella piensa que su vida sería mejor si
________________
________________
________________
________________
________________”.
Sugerencia de conversación para la verdad #2:
La amistad sí importa. Es importante. La Biblia manifiesta que cuando
caminamos con amigos sabios, nos volvemos sabios. Entonces, el problema
no es que tu hija tenga el deseo de tener amigos, sino que puede tener falta de
deseo de buscar una relación con el amigo más importante: Jesús.
Comienza tu conversación hablando de cómo incluso las mejores amigas a
veces nos decepcionan. (Las expectativas realistas ayudan a las niñas a
responder mejor al drama de la amistad). Luego cuéntale cómo es tu
experiencia de una relación auténtica con Cristo y aliéntala y hazle ver que no
hay mejor amigo que Él, porque Él nunca nos decepciona.
___________

Dios es todo lo que necesitas, porque te ama y te dará todo lo que realmente necesites. Eva no
creyó esta maravillosa verdad. En cambio, creyó: ¡Mi vida sería mejor si tan solo
tuviera un bocado de ese fruto!
En aquel entonces, se enfrentó a una mentira que algunas chicas todavía
creen.
MENTIRA: “DIOS NO ES SUFICIENTE”.

HOY LAS CHICAS DICEN COSAS COMO

“Mi vida sería mejor si tuviera CALIFICACIONES PERFECTAS”.

“¡Mi vida sería mejor si tuviera una MASCOTA!”.

“¡Mi vida sería mejor si tuviera una AMIGA!”.

Casi todas las chicas creen esta última mentira. Al hablar con ellas, me dijeron cosas como: “Lo
más importante de la iglesia son las buenas amigas”. O:
“Elegimos nuestra iglesia porque allí tengo amigas”. Lo que decían es:
“Dios no es suficiente. Necesito una amiga también”.
Mis amigas me ayudan a acercarme más a Dios y a tomar buenas decisiones. Espero que las tuyas
también. Sin embargo, nuestras amigas no deberían ser más importantes que Dios. Lee este versículo
bíblico de nuestro laboratorio de la verdad:

VERDAD DE ORO:
“Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de [sus] gloriosas
riquezas…” (Filipenses 4:19).
No hay nada de malo en tener amigas, unas excelentes vacaciones familiares o unos lindos pantalones
de jean. A veces son una gran adición a nuestras vidas, pero ninguna de estas cosas es tan buena o
provechosa como Dios. Él es quien nos lo da todo: nuestras amistades, nuestros cerebros, las mascotas
que amamos, el dinero que usamos para comprar ropa y mucho más. Solo Él puede ser suficiente.
Mi amiga de la vida real, Jenna Jones, de diez años, creció en Alemania, donde sus padres son
misioneros. Así es como ella aprendió esta verdad.

Jenna Jones,
Berlín, Alemania
“Por primera vez en mi vida iba a vivir en los Estados Unidos por un año. Estaba muy asustada. Pensé
para mis adentros: ‘No quiero ir. No voy a tener amigas’”.
Su familia llegó a los Estados Unidos durante las vacaciones de verano, y Jenna decidió tratar de
ser feliz aunque no tuviera amigas. Con el paso de las semanas, experimentó una amistad más cercana
con Jesús. No tenía idea de cuán buen amigo podría ser Él, y comenzó a creer que podía hacer
cualquier cosa, si Dios estaba con ella. Eso incluía ir a una nueva escuela sin amigas.
Entonces llegó el primer día de clases. La mañana fue difícil, mientras las que eran amigas se
saludaban y se ponían al día. Toda la mañana, trató de concentrarse en su tarea escolar y, en silencio,
siguió pidiendo a Dios que la ayudara. No podía creerlo, pero se sentía bien.
Poco sabía que Dios tenía un regalo preparado para ella.
“En el recreo, hice muchas amigas mientras jugábamos a fútbol juntas”.

Ella cree que Dios le dio esas amigas. A veces, Él es capaz de crear amistades
que jamás podríamos imaginar.
Dios quiere ser la persona más importante de tu vida. Y, presta mucha atención a esto, quiere que
sepas que puedes estar contenta e incluso feliz si Él decide no darte algo que tú deseas. Jenna estuvo
contenta en el verano y en esa primera mañana de clases, a pesar de que todavía no tenía amigas en la
escuela. Él quiere que experimentes la verdad de que solo Él es suficiente.

VERDAD #3:
Eres cristiana si crees en Jesús y lo recibes como tu Salvador.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #3:
Una niña que participó en nuestra encuesta no estaba segura de ser cristiana o
no. Cuando le pidieron que explicara lo que significaba, se mostró
confundida. La buena noticia es que fue directamente a pedirle consejo a su
madre. ¡Allí mismo oraron y entró a la familia de Dios!
¿Comprende tu hija de manera cabal lo que significa ser cristiana? Estoy
orando mucho por esta conversación, y no veo la hora de escuchar cómo Dios
la va a usar.
Pregunta clave:
Si alguien te preguntara sobre la relación de tu hija con Cristo, ¿sabrías lo
suficiente como para dar una respuesta precisa?
Sugerencia de conversación para la verdad #3:
El contenido del libro de tu hija incluye todo lo que necesitas para ayudarla a
comprender lo que significa seguir a Jesús. Léelo a manera de conversación y
hazle las preguntas que he escrito, entre las que se incluyen:

“¿Por qué murió Jesús por nosotros?”.

“¿Qué hace el pecado?”.

“¿Crees en Jesús?”.

“¿Estás lista para recibir a Jesús como tu Salvador?”.


Si tu hija demuestra tener convicción y entendimiento al conversar sobre
estas preguntas, pide al Espíritu que te ayude a discernir si está lista para
entregarle su vida a Cristo. La oración impresa en su libro puede ser útil
como una guía. Sin embargo, recuerda que el objetivo no es lograr que ella
“haga una oración”, sino que responda genuinamente a la obra del Espíritu en
su vida con arrepentimiento y fe.
Si tu hija ya ha manifestado creer en Cristo como su Salvador, usa este
tiempo para dar gracias por ello y hablar de lo que significa continuar
creciendo en su relación con Él.
___________

Cuando leí las respuestas que dieron 1531 chicas a mi cuestionario sobre la verdad y las
mentiras, noté algo triste.

El 22% de las chicas que dicen ser cristianas no entiende cómo


llegan a serlo.

ESTAS CHICAS DIJERON COSAS COMO:

Soy cristiana porque voy a la iglesia.

Soy cristiana porque mi mamá y mi papá son cristianos.

Soy cristiana porque siempre lo he sido.


¡Ay! Tenemos un gran problema. Hay una mentira que acecha y se
esconde detrás de muchas cosas diferentes.
MENTIRA: “SOY CRISTIANA PORQUE __________”.
Ir a la iglesia puede ser magnífico, pero no te hace cristiana. Tener padres que son cristianos es
maravilloso, pero eso tampoco te hace cristiana. Y ninguna “ha sido siempre cristiana”.

¿CÓMO LLEGAS A SER CRISTIANA?


Me alegra que lo hayas preguntado. Dios nos ama tanto que envió a su Hijo Jesús a morir en la cruz por
nosotras. La Biblia lo dice de esta manera:

VERDAD DE ORO:
“Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el
que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16).
¿Por qué murió Jesús por nosotras? Murió por nuestros pecados.
Ya hemos hablado del pecado, pero vamos a repasarlo. Cuando desobedecemos a Dios o decidimos
hacer lo que está mal, pecamos. Cosas como ser mala, mentir o hacer trampa son ejemplos de pecado.
La Biblia dice que todo ser humano de la tierra ha pecado. Eso nos incluye a ti y a mí.
El pecado nos separa de Dios. La Biblia dice que el castigo por el pecado es la muerte, PERO
DIOS NOS AMA y envió a su Hijo Jesús a morir en una cruz. La buena noticia es que Jesús
no siguió muerto. Él resucitó con el poder de perdonar nuestros pecados, y nos ofrece el regalo gratuito
de su salvación.

No sé tú, pero yo nunca he recibido un regalo gratuito sin tener que extender mi mano para
aceptarlo. Tú aceptas el regalo gratuito de la salvación de Dios cuando crees en Jesús y lo
recibes como tu Salvador.

CREER EN JESÚS SIGNIFICA:

Confiar en Jesús
Saber que Jesús es el Hijo de Dios

Saber que Jesús te salva del pecado

Estar dispuesta a darle a Jesús el control de tu vida

¡¿CREES EN JESÚS?
Si es así, estás lista para recibir a Jesús como tu Salvador, lo que significa pedir a Jesús que viva
dentro de ti y tome el control de tu vida. Romanos 10:9 dice: “Si declaras abiertamente que Jesús es el
Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo”.
¿Alguna vez has recibido a Jesús y le has pedido que perdone tus pecados? Si no, ¿por qué no haces
esta oración ahora?

Amado Señor, admito que soy una pecadora. Te agradezco por


enviar a Jesús a morir en la cruz por mis pecados. Te pido que
perdones mis pecados. Te invito a entrar en mi vida para que
seas mi Señor. Gracias por salvarme. En el nombre de Jesús,
Amén.
¿Acabas de hacer esa oración por primera vez?
Si es así, escribe la fecha a continuación.

Soy cristiana desde:

_________________________

¡Felicidades! Ahora cuéntaselo a alguien como tu mamá o tu pastor. ¡Estarán


muy emocionados!
Espero que la persona a quien se lo cuentes también sea cristiana y pueda ayudarte a crecer. Recuerda
que acabas de darle a Jesús el control de tu vida. Eso significa que le obedecerás y harás lo que Él te
pida que hagas. Hacer esa oración es solo el primer paso para ser cristiana. Ahora tu vida debe reflejar
que has cambiado. Pídele a esa persona que te ayude a saber cómo crecer.
NOTAS PARA MAMÁ

HABLA CON TU HIJA:


Después que tu hija lea el capítulo 4 de Mentiras que las niñas creen,
pídele que vaya a la página 60 para poder hablar sobre su trabajo de
laboratorio. Esta página es importante y debe abordarse con cuidado y
sabiduría. Estás sembrando la verdad, descubriendo dónde podrías tener que
desarraigar las mentiras y alimentar las raíces de la verdad, que ya existen.
___________
Al final de cada capítulo, te recordaré los temas que estudiamos en el laboratorio de la verdad.
Luego tratarás de ayudar a Sofía y darle un consejo. Finalmente, responderás algunas preguntas que te
ayudarán a convencerte de la verdad.

LA MENTIRA LA VERDAD
• Dios te ama todo el tiempo, todos los
Dios solo me ama cuando días. (Isaías 43:4)
soy buena. • Dios te ama a pesar de tus pecados.
(Romanos 5:8)
• Dios es todo lo que necesitas. (Salmos 23:1)
• Dios suple todas tus necesidades.
Dios no es suficiente. (Filipenses 4:19)
• Jesús quiere ser tu mejor amigo. (Juan
15:15)
• Eres cristiana a partir del día que crees
que Jesús es el Hijo de Dios que murió
Soy cristiana porque por tus pecados… (Juan 3:16)
_______________________.
• … y le pides que viva dentro de ti y
tome el control de tu vida. (Romanos 10:9)
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!

¿Has creído alguna de estas mentiras sobre Dios? Marca con X


cualquiera de LAS MENTIRAS de este capítulo que hayas creído.

¿En qué verdad necesitas pensar todo el tiempo, TODOS


LOS DÍAS? Echa un vistazo a LA VERDAD que hemos
descubierto juntas. Ahora encierra en un círculo la que te parezca
importante considerar.

A continuación, comienza a pensar en ella todo el tiempo,


TODOS LOS DÍAS. Puedes empezar por escribir una oración a
Dios, un versículo bíblico que sea de ayuda o algunas ideas que no
quieras olvidar en el espacio de abajo.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca del trabajo de laboratorio de tu hija:
Al final de cada capítulo de su libro, tu hija tendrá que hacer un trabajo de
laboratorio, que les ofrece a ambas la oportunidad de identificar cualquier
mentira que ella esté creyendo y hablar sobre esta.
Pregúntale si marcó con una X alguna de las mentiras, lo que significa que
quizás la crea. Escudriña el corazón de tu hija con preguntas:
“¿Por qué marcaste con una X esa mentira?”.
“¿Recuerdas el momento cuando empezaste a creerla?”.
“¿Hubo algo en el capítulo que te hizo sentir que era una mentira que
necesitabas enfrentar en tu vida?”.
A continuación, pregúntale si encerró en un círculo algunas de las verdades
clave. Hazle preguntas:
“Esta es una verdad clara, ¿por qué la marcaste?”.
“¿Hay alguna manera de poder ayudarte a creer esta verdad?”.
Si te parece que tu hija no quiere hablar, está bien. Sé paciente con ella y dale
ejemplo de transparencia.
Termina la conversación y pídele que lea su oración a Dios, el versículo
bíblico o sus pensamientos. Si aún no ha completado esta parte del trabajo de
laboratorio, ofrécete a ayudarla. Su edad y nivel de madurez tendrán mucho
que ver con la cantidad de asistencia que necesite, si es que la necesita.
___________

Ayuda a Sofía a creer la verdad


¡Es el momento de dar un consejo a Sofía!
Sofía se siente lejos de Dios porque mintió a sus padres. Según lo que aprendiste en este capítulo, ¿está
realmente Dios tan lejos como lo siente Sofía?
¿Qué puede hacer ella para sentirse más cerca de sus padres?
NOTAS PARA MAMÁ
Acerca de su ayuda a Sofía:
El propósito de este trabajo de laboratorio es entrenar la mente, el corazón y
la boca de tu hija para que desarrolle la habilidad de decirle la verdad a una
amiga.
No te apresures a marcarle el error si da un mal consejo o ninguno. En
cambio, hazle preguntas para obtener una respuesta sólida:
“¿Qué te hizo dar ese consejo a Sofía?”.
“¿Hay algún versículo de la Biblia que apoye tu idea?”.
“Un versículo bíblico que me vino a la mente es __________________.
¿Cómo podemos aplicar esa verdad a las circunstancias de Sofía?
Esta tarea es compleja. Espera que sus respuestas sean breves y,
posiblemente, incluso incompletas; pero debes saber que está aprendiendo la
capacidad vital de convertirse en una amiga que dice la verdad.
___________
La verdad y mentiras sobre mí misma

Anoche, una de mis bebitas ya crecidas (todavía las llamo así) se sentó en el borde de mi cama y
tratamos de solucionar un problema. Me contó lo que le preocupaba y luego preguntó: “¿Qué debo
hacer?”.
¡Ahí fue cuando me asaltó! Ese estado comatoso de adormecimiento, que mencioné en el capítulo 1,
apareció y me dejó sin habla. Mi joven hija adulta me estaba haciendo el regalo de una invitación para
que fuera su sabia consejera, y me había quedado sin palabras.
Oré y le pedí a Dios que abriera mis labios, y Él fue fiel para darme las palabras correctas. ¡Qué
dulce momento tuve con mi hija! La batalla fue fácil para mí esta vez porque la he luchado varias veces
y he aprendido a usar la verdad y la oración para combatir el adormecimiento.
Muchas madres experimentan esta misma sensación de incapacidad cuando sus hijas necesitan
consejo o disciplina. En los grupos de enfoque, varias mujeres usaron el término estado comatoso para
describir esa sensación extraña que nos sobreviene. Les pedí que trataran de discernir qué lo causaba.

Creo que muchas de nosotras tenemos miedo de ser legalistas… así que nos inclinamos
hacia una posición que no deberíamos sostener. Tenemos miedo de hacerle creer cosas
perjudiciales sobre sí misma.

Rebelión. A veces parece como si todo fuera una batalla, y tengo miedo de que se
rebele. Si ella no se siente aceptada, podría rechazar mi consejo.

No saber cómo decir la verdad. No sentir confianza en nuestra función de madres.


Tener miedo a equivocarnos y herir su sentido de identidad.

Está basado en el temor. No quiero enajenarla, arruinar nuestra relación o destruir su


autoestima.

¿Notas el denominador común? El temor. (¿No nos encargamos ya de ahuyentar esa emoción en el
capítulo 2?). Sin embargo, este temor estaba vinculado a algo muy específico. Aunque el temor de cada
mujer se manifestaba de manera diferente, por lo general, estaba arraigado en la posibilidad de que una
madre pueda afectar la autoestima de su hija o su confianza en sí misma.
Cuando comencé a experimentar esto, no tardé mucho en darme cuenta de que temía avergonzar a
mis niñas o herir sus sentimientos con mis palabras. Incluso cuando sabía qué decir, no sabía cómo
decirlo sin correr el riesgo de afectar su confianza en sí mismas. Después de todo, había una gran
cantidad de otras fuerzas que intentaban atacarlas, y yo no quería ser una más.
Desde las chicas malas hasta la publicidad de los productos de belleza, parecía que la vida era una
enorme mina terrestre llena de explosivos contra la autoestima.
Presenté mi temor a Dios y le pedí que me diera claridad. Fue entonces cuando detecté una mentira
en mi sistema de creencias:

Lo más importante en la crianza de mis hijas es proteger su autoestima.


Después de algunas investigaciones y sabios consejos, pude aceptar esta verdad:

Lo más importante en la crianza de las hijas no es lo que


sienten sobre sí mismas, sino lo que Dios dice.
Fue entonces cuando dejé de seguir al rebaño de la autoestima.
Tal vez nunca hayas experimentado ese estado comatoso, pero es muy probable que hayas creído
que la autoestima de tu hija es una prioridad absoluta. Después de todo, fue la prioridad número uno de
las mamás que asistieron a mis grupos de enfoque. Sin embargo, ¿es eso realmente lo más importante?
Contrario a esta idea, la Palabra de Dios nos advierte a no creernos mejores de lo que realmente
somos (Romanos 12:3). A no preocuparnos por nuestro propio bien, sino por el bien de los demás
(1 Corintios 10:24). Si de algo nos hemos de jactar, que sea de lo débiles que somos para que la fuerza
de Cristo pueda manifestarse en nosotras (2 Corintios 11:30). A someternos a otros (Hebreos 13:17), a
revestirnos de humildad en nuestro trato con otros (1 Pedro 5:5-7) y a humillarnos (Colosenses 3:12). Y
estos son solo algunos de los muchos versículos que nos animan a tener un bajo concepto de nosotras
mismas en comparación con los demás y con Cristo. ¿Qué has hecho últimamente para enseñarle estas
verdades a tu hija?
No estoy diciendo que ignores la baja autoestima malsana que podría tener tu hija. A veces una niña
necesita ayuda para entender cuánto vale y sanar la herida que el mundo le ha causado. La Biblia dice
que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Mateo 22:39). Esto supone cierto
sentido de autocuidado, respeto y amor. Solo que creo que hemos exagerado.
En 2 Timoteo 3 se nos advierte que el amor por uno mismo es la raíz del pecado. (Es una raíz que no
quieres que crezca en el corazón de tu hija). El mismo pasaje advierte que el amor a uno mismo será
una señal de los últimos tiempos y traerá consigo muchos pecados terribles.

VERDAD DE ORO:
“Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos
muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su
dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán
desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada
sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán -
control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a
sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el
placer en lugar de amar a Dios” (2 Timoteo 3:1-4).
Ahora bien, aquí hay algo que encuentro en especial alarmante.
Muchas de las mamás con las que he hablado, que mencionaron la autoestima como la preocupación
principal que tenían por sus hijas, fueron testigos de un giro irónico. Sus niñas, que luchaban con una
baja autoestima, a menudo mostraban un fuerte sentido de autocomplacencia.
Estas madres se sentían frustradas por la falta de sumisión, la falta de amabilidad con el prójimo, la
falta de respeto por la autoridad y el deseo por las cosas materiales que veían en la vida de sus hijas.
¿Encuentras estas cosas representadas en el versículo bíblico anterior? Ese pasaje parece advertirnos
que cuando el amor por uno mismo se convierte en una preocupación preeminente, cualidades como la
desobediencia, la ingratitud, el amor al placer y la traición a los amigos marcarán la vida de una
persona.
No es que a Dios no le importe qué siente tu hija acerca de sí misma. Si la Biblia es rica en algo, es
en la verdad de que a los ojos de Dios tenemos un valor incalculable. Efesios 1 es uno de mis pasajes
favoritos, que me recuerda lo que Dios piensa de mis niñas y de mí. Declara que somos elegidas,
bendecidas con toda bendición espiritual, amadas, santificadas, adoptadas, perdonadas, unidas a Cristo,
herederas de Cristo y más. Y eso es lo que podemos saber de uno solo de los 1.189 capítulos de la
Biblia.

Lo que tu hija cree de sí misma debe estar arraigado en lo que Dios dice, no en lo que ella siente.
Continúa animándola a creer en su Palabra y, con el tiempo, se sentirá amada, aceptada y perdonada.
Los sentimientos de baja autoestima no pueden entrar en un corazón que está seguro de lo que significa
estar en Cristo.
Tu hija no necesita mayor autoestima, sino una mayor estima de Dios. Si ella entiende quién es
Dios, será consciente de cuánto vale y no se creerá mejor de lo que es.
HABLA CON DIOS:
Usa 2 Timoteo 3:1-4 para examinar tu corazón y la vida de tu hija. ¿Está el amor a uno mismo
creando tendencias pecaminosas en cualquiera de ustedes? Encierra en un círculo las cosas de esta lista
que se manifiestan en tu vida y/o en la vida de tu hija. Pide a Dios que te muestre qué quiere que hagas
al respecto. Escribe tus confesiones y peticiones a Dios en la página siguiente.

Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy
difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán
fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus
padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. No amarán ni
perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles
y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se
llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios (2 Timoteo
3:1-4).
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HABLA CON TU HIJA:


Ahora que has orado, invita a tu hija a leer el capítulo 5 de su libro mientras tú examinas el mismo
contenido aquí en tu libro. He escrito algunas notas para ti en los márgenes. Tal vez desees agregar tus
propias notas para cuando llegue el momento de conversar sobre este capítulo con tu hija.

NOTAS PARA MAMÁ


Escribe lo que sientas en tu corazón para hablar con tu hija con
respecto a las mentiras que ella cree acerca de sí misma.
___________

Mentiras sobre mí misma


SOFÍA:

Una nueva chica se mudó a nuestro vecindario esta semana. Su nombre es


Isabela y sus largas piernas le permiten correr rápido. Así que, por supuesto,
a ella la eligieron primero para jugar fútbol hoy. ¿A quién eligieron última?
¡A MÍ! La niña con las piernas CORTAS. ¡¡¡Otra vez!!!
¡Sofía no es la única! Cada vez que teníamos que jugar fútbol recuerdo que a mí también
me elegían última, una y otra vez. Me hacían sentir muy mal. Sin embargo, conocer la verdad, me hizo
mucho bien. Creo que a ti también te hará bien.

VERDAD #4:
¡Dios te eligió!

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #4:
Una característica que revela una mentira es lo que la Biblia llama “doble
ánimo”. Una persona de doble ánimo tiene pensamientos y acciones indecisas
e inconstantes (Santiago 1:8, RVR1960). Una persona así es inestable.
Por ejemplo, si una niña es irrespetuosa con sus maestros, pero tiene una
extrema falta de confianza al interactuar con sus compañeros, es inestable. Su
forma de relacionarse con los demás es inconstante.
El doble ánimo me pareció evidente cuando las madres mencionaron que la
autoestima de su hija era la principal prioridad en este proyecto, pero también
incluyeron la actitud pretenciosa como una gran preocupación. Estas son
algunas de las cosas que mencionaron:

Las niñas de hoy tienen el derecho de cuestionar la autoridad, pero no


tienen confianza para hablar ante sus compañeros.

Hay más publicidad dirigida a ellas. Los gigantes mediáticos están


apuntando a las niñas preadolescentes. Ahora nuestras hijas sienten que no
son hermosas, pero exigen maquillaje, comida, ropa que creen que necesitan
legítimamente.

Mi hija no tiene la confianza de levantar la mano para responder una


pregunta en clase. Al mismo tiempo, trata a su padre más como si fuera un
hermano y no lo respeta.
Una de dos. ¿Tu hija se siente mal consigo misma? ¿O se siente con
derechos?
En lugar de confrontar a tu hija sobre su actitud pretenciosa, decidí primero
presentarle la verdad de lo valiosa que ella era.
Sugerencia de conversación para la verdad #4:
El mundo está lleno de pensamientos negativos que nos inducen a creer.
Cuéntale a tu hija alguna ocasión cuando alguien dijo cosas desagradables de
ti o tenías constantes pensamientos negativos sobre ti misma. Pregúntale a tu
hija si alguien le ha dicho algo últimamente que la haga sentir mal consigo
misma. La investigación sugiere que los niños tienden a ocultar las palabras
dolorosas que les dicen, en lugar de contárselo a uno de los padres que podría
ayudarles a buscar la verdad.
Pregunta clave:
¿Cómo puede tu hija creer lo que Dios Padre dice sobre ella si no está
leyendo regularmente lo que Él ha escrito sobre ella en la Biblia?
___________

Tú eres una obra del Artista Maestro, Dios. La Biblia dice que Él te entretejió, es decir, que
te diseñó cuidadosamente y te hizo con sus manos.
¿Alguna vez has hecho algún tejido? ¡Requiere MATEMÁTICAS! Es un trabajo
cuidadoso y preciso. Si no cuentas correctamente, tu tejido será un completo desastre. ¡Las puntadas
deben ser precisas o se verá muy mal confeccionado!
Lo importante aquí es que Dios no solo unió un montón de cosas al azar y dijo: “Oh, ah! ¡Mira eso!
¡Creo que hice una Ema!” (o una Yanina o una Cloe). ¡No! Él te diseñó y te hizo cuidadosamente. Dios
ha diseñado cada una de las habilidades que posees.
Aun así, puede que haya días que no te sientas tan bien contigo misma. Suele suceder.

A VECES LAS CHICAS TIENEN PENSAMIENTOS COMO


ESTOS:

No soy tan inteligente.

No soy tan rápida.


No soy tan fuerte.

No soy tan divertida.

O bien, completa el espacio en blanco: No soy tan _____________.

Estos pensamientos ocurren cuando nos comparamos con otras personas y escuchamos la opinión de
los demás. Una forma de saber qué opinan otros es cuando nos eligen… o cuando no lo hacen.
Duele cuando no nos eligen. Recuerdo cómo me sentí cuando me sucedió: rechazada,
avergonzada y juzgada.

Mis pensamientos sobre eso crecieron y se convirtieron en una mentira


enorme.
MENTIRA: “NO SOY MUY CAPAZ”.

Esta mentira viene con un sentimiento “supermolesto”. Cuando empezamos a creer esta mentira, se
trata de algo más que nuestra habilidad para el fútbol o nuestra calificación de matemáticas. Sentimos
como si lleváramos una horrible etiqueta que nos define.
¿¡Adivina qué!? Jesús te entiende. Él también tenía personas que le juzgaban, ignoraban, rechazaban
¡y “no le elegían”! La Biblia dice que Jesús entendía las debilidades que enfrentaban los seres humanos,
e incluso tuvo las mismas tentaciones que tú y yo. Ya que estamos tentadas a creer que no somos muy
capaces, es probable que Él también lo haya sido. Aunque no sabemos exactamente cómo, Isaías 53:2
asevera que Él no era muy atractivo. Tenía al menos una cosa en la que era “inferior” a aquellos que
lo rodeaban.
Estoy bastante segura de que Él era consciente de esto, PERO… la Biblia dice que nunca pecó.
¡Eso significa que jamás creyó ninguna mentira! Ahora bien, ¿por qué Jesús nunca creyó la mentira de
que no era tan capaz?
Pues bien, 1 Pedro 2:4 dice que “La gente lo rechazó, pero Dios lo eligió para darle gran honra”.
JESÚS experimentó el rechazo de los hombres. Las personas decían cosas sobre Él que no eran
buenas, pero Él no escuchaba sus opiniones. En cambio, decidió
creer lo que Dios el Padre decía de Él. Esa era la única opinión que le
importaba, y la que usaba para decidir qué creer de sí mismo.
Veamos lo que Dios dice de TI para ayudarte a saber qué creer de ti misma.

VERDAD DE ORO:
“Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en
Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos” (Efesios 1:4).
Tu confianza siempre se va a derrumbar si te comparas con los demás y escuchas qué opinan de ti.
¡Deja de obsesionarte con quién no te eligió! En cambio, concéntrate en Aquel que sí
te eligió.
COMIENZA A ESCUCHAR Y CREER
LA OPINIÓN DE DIOS SOBRE TI.

Él conoce la verdad.
Y la verdad es que Dios te eligió y te elegiría siempre.
VERDAD #5:
La belleza que más le importa a Dios está dentro de mí.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #5:
¿Qué piensas de la belleza?
Una mamá que asistió a nuestro grupo de enfoque en Ohio dijo:
“He engordado casi tres kilos en los últimos meses. Me estoy haciendo
mayor, y me molesta. Es muy triste que a mí como adulta todavía me
preocupe lo que piensa la gente. Pensé que lo superaría y me daría cuenta de
que SOY YO LA QUE se lo transmitió a mi hija. No quiero que ella se
preocupe por su peso y, sin embargo, yo LO SIGO HACIENDO”.
Empezó a llorar. Y luego la madre que estaba a su lado también comenzó a
llorar al darse cuenta de que le había hecho lo mismo a su hija.
En cada grupo de enfoque preguntamos a las madres: “¿Hay alguna parte del
cuerpo o cara de sus hijas que a ellas no les guste?”. El 50% dijo que sí.
Luego les preguntamos: “¿Cómo se sienten con respecto a esa parte del
cuerpo o cara de ustedes mismas?”. El 28% dijo que a ellas tampoco les
gustaba. El 17% estaba indecisa.
Estas madres podrían estar transmitiendo mentiras sobre la belleza.
Un estudio reveló que el 80% de las niñas de diez años ya habían hecho dieta
para bajar de peso. La anorexia y la bulimia van en aumento. Se hizo
referencia a esta investigación en un artículo del Wall Street Journal que
vincula la forma en que las madres piensan de su cuerpo con lo que sus hijas
adultas pensarán sobre su propio cuerpo. Del 30% al 40% de las mujeres
piensa en la imagen corporal todos los días y casi la mitad de ellas dice que
es porque sus madres lo hacían. Están resentidas con sus madres por ello.[1]
Me pregunto cuántas de esas mismas mujeres están igualmente preocupadas
por la belleza interior de sus hijas. ¿Están atentas a que sean sumisas,
serviciales, amables, compasivas y alegres? Si como madres no nos
concentramos en el tipo de belleza que nunca se desvanece, ¿cómo podemos
esperar que nuestras hijas lo sean?
Sugerencia de conversación para la verdad #5:
Nos apresuramos a elogiar la belleza física de nuestras hijas, pero a menudo
no podemos reconocer sus cualidades internas. Dile a tu hija la belleza
interior que ves en ella. Tal vez sea útil en la cocina o le encanta leerle a su
hermanito o quizás sea diligente con sus tareas escolares. Márcale una
cualidad de su belleza interior y proponte reconocerla regularmente.
___________

Te gusta cómo te ves? Si tu respuesta inmediata es no, no eres la única. La mentira que estoy a punto
de revelar está relacionada con la última que hemos visto. Muchas chicas dicen: “¡No soy tan -
bonita!”. No obstante, el problema de la belleza es tan grande que merece su propia declaración
de la verdad.
Casi la mitad de las chicas con las que hablamos no están
contentas con su apariencia.[2] Cuando les preguntamos qué parte de su cara o cuerpo
no les gustaba, la respuesta número uno fue su peso. A veces consideraban que pesaban demasiado y
otras muy poco.

ESCRIBIERON COSAS COMO:

“Creo que soy gorda y fea”.


“Me gustan mis pecas, pero me gustaría ser más alta y no ser tan flaca”.

Sé que esto se debe, en parte, a que estamos rodeadas de chicas bonitas en la televisión, en YouTube,
en las películas y en los anuncios comerciales. Y puesto que estas chicas reciben mucha atención y, a
veces, se vuelven famosas, es fácil compararnos con ellas.

Además es fácil creer una gran mentira.


MENTIRA: “LAS CHICAS BONITAS VALEN MÁS”.
Hagamos una pregunta importante para luchar contra esta mentira: ¿Son estas “chicas
bonitas” realmente tan perfectas como se ven? La Biblia advierte que la
belleza a veces puede ser engañosa y que siempre se desvanece. A menudo les hacen tantos
efectos especiales a las fotos de estas chicas “bonitas” que, si las conocieras en la vida real, es posible
que no las reconocieras. Esto es lo que dijo una de ellas sobre una foto que debía mostrarla sin
maquillaje.

Sadie Robertson, Louisiana, Estados Unidos


“…el director de fotografía me echó un vistazo rápido y dijo: ‘¡No, esta chica no tiene la cara para
salir… sin maquillaje!’. Pasaron unas dos horas para hacer que pareciera que no tenía maquillaje.
Seamos realistas, yo NO me desperté así”.[3]

¡Tomó dos horas maquillar a Sadie para su foto “sin maquillaje”!


La Biblia dice que cosas como el corte de pelo, la ropa bonita y las joyas no son lo que Dios
considera hermoso. Las cualidades físicas que son tan importantes para nosotras no valen mucho para
Dios.
Vamos a descubrir la verdad en la Biblia para reemplazar esa mentira.

VERDAD DE ORO:
“El Señor no ve las cosas de la manera en que tú las ves. La gente juzga
por las apariencias, pero el Señor mira el corazón” (1 Samuel 16:7).
Así que quiero que te concentres en la belleza que más importa: tu corazón. Eres muy hermosa para
Dios cuando te interesa vestirte con cualidades como bondad, amabilidad y alegría, en lugar de un par
de zapatos de última moda o un brillo de labios sensacional.
En ninguna parte, la Biblia dice que es malo querer ser bella o apreciar
la belleza en otra persona. Sin embargo, está mal obsesionarnos por la
belleza física y no preocuparnos por la belleza de nuestro corazón. Así
que dedica tiempo a practicar la amabilidad. Pide a alguien que te ayude
a ser más sincera. O aprende a ahorrar dinero para ofrendarlo a tu
iglesia o ser generosa con alguien que tenga una necesidad especial.
¡Estas cosas son hermosas para Dios!

VERDAD #6:
Estás lista para más responsabilidad.
NOTAS PARA MAMÁ
Acerca de la verdad #6:
A medida que tu hija entra en la etapa de la vida donde se individualiza y se
convierte en su propio yo, podría desarrollar cierta fuerza de voluntad. Eso es
bueno, porque le da la fuerza necesaria para plantarse en sus crecientes
convicciones bíblicas. También le ayuda a ver las necesidades y brindar su
colaboración de manera responsable sin que se lo tengan que pedir. Por
ejemplo, podría levantarse de la mesa de la cena y comenzar a descargar el
lavaplatos lleno para ayudarte a limpiar la mesa o podría hacer su cama sin
necesidad de que le insistas. (Suena bien, ¿verdad?). Estos son
comportamientos de una jovencita madura.
Sin embargo, muchas niñas no quieren usar su madurez para ser
responsables. En cambio, quieren usarla para tener cosas. ¡La fuerza de
voluntad aparece aquí también!
¿Cómo puedes distinguir entre una sana fuerza de voluntad y una mala
actitud pretenciosa? Aquí está la prueba determinante: cuando le niegas algo
a tu hija (ir a una fiesta de pijamas o comprarse un nuevo par de pantalones
de jean), debería causarle un poco de tristeza y decepción natural, sin que te
deje de hablar o manifieste una rabieta o una furia total. Estas últimas son
respuestas inmaduras, egocéntricas y pecaminosas a la autoridad.
Si bien estos comportamientos pueden ser “normales” en nuestra cultura, no
están bien y son pruebas de que desea cosas y privilegios, en lugar de
responsabilidad y confianza.
Sugerencia de conversación para la verdad #6:
La responsabilidad no es necesariamente divertida, pero sí produce un sentido
interno de realización. Habla con tu hija sobre las responsabilidades que te
cuestan cumplir. (Para mí, sería ir a hacer las compras y doblar la ropa.
Ambas cosas son tan repetitivas que siento como si fueran una pérdida de
tiempo. Solía tenerles pavor).
Después cuéntale cómo has decidido abordar ese deber con una buena
predisposición, sin quejarte ni discutir. (Utilizo el tiempo de las compras y la
lavandería para orar por mi familia. Cuando selecciono su comida favorita en
el supermercado o doblo su ropa, hablo con Dios sobre ellos. ¡Esto ha
cambiado totalmente mi corazón!).
Dedica un momento a escuchar el corazón de tu hija sobre las
responsabilidades que le cuestan cumplir. Ayúdala a desarrollar algunas
formas creativas para realizarlas.
___________

¿Sabías que el papel de los “adolescentes” y “preadolescentes” ha variado con el tiempo? Antes
la edad del niño no era tan importante. ¿Quieres saber lo que realmente importaba? ¡La
responsabilidad!
Cuando Jesús vivió en la tierra, un niño de doce años quería ser considerado responsable. Se
esperaba que él o ella fuera sabio, maduro y responsable.

RESPONSABILIDAD
“Hacer las cosas que se espera que hagas y aceptar los
resultados de tus acciones”.[4]

Una niña podía caminar una larga distancia para ir a buscar agua para su familia todas las mañanas o
hacer pan para la cena familiar todas las noches. Ella sabía que no hacer esas cosas daría lugar a una
familia sedienta o hambrienta. En aquel entonces, las niñas de ocho o nueve años estaban pensando en
aprender a HACER cosas.
Tomó casi dos mil años que eso cambiara. Los chicos y las chicas, en general, se empezaron a
interesar menos en la responsabilidad cuando se distrajeron con cosas nuevas como los automóviles, el
cine y el maquillaje. Los fabricantes de estos productos en los Estados Unidos incluso inventaron las
palabras “teen” (“adolescente”) y “tween” (“preadolescente”)[5] para poder convencer a esos grupos de
edad de que necesitaban comprar cosas. Les dijeron a las chicas que necesitaban cosas. ¿El
resultado? Hoy día, muchas chicas quieren TENER cosas.
Y a veces son cosas que los adultos (padres, maestros o legisladores) piensan que son cosas para las
que las chicas todavía no están listas. Algunas chicas piensan que su vida tiene demasiadas reglas
si no pueden tener la libertad de tener lo que quieren.
Y cuando piensan mucho en eso, comienzan a creer una mentira.
MENTIRA: “NECESITO MÁS LIBERTAD”.

EL 37% DE LAS NIÑAS DICE QUE NECESITA MÁS


LIBERTAD.
Si eres una de ellas, tengo una pregunta para ti: ¿Qué quieres hacer
con tu libertad? Marca, con un círculo, una de las dos frases
siguientes:
Quiero libertad para TENER Quiero libertad para poder -
cosas como maquillaje o un HACER cosas por los demás y que
teléfono celular y poder ir a
O me puedan confiar más
fiestas. responsabilidades.

Espero que hayas marcado con un círculo la segunda respuesta, pero estoy agradecida por tu
sinceridad si marcaste la primera. Basada en mis conversaciones con las adolescentes, muchas de ellas
probablemente marcarían la primera respuesta porque se quejaban mucho de cosas como:
“¡TENGO que hacer tareas!”.
“Mis padres me obligan a hacer una cantidad ridícula de tareas, ¡pero no me permiten tener nada
bueno como un teléfono celular o maquillaje!”.
Me pareció que algunas de ellas se quejaban de tener responsabilidades. Es hora de llevar nuestras
actitudes quejosas al laboratorio de la verdad.

VERDAD DE ORO:
“Hagan todo sin quejarse y sin discutir” (Filipenses 2:14).
Llegará el momento cuando tomarás tus propias decisiones, pero debes
demostrar que estás lista. Busca oportunidades de practicar la
responsabilidad, no la libertad.

En lugar de quejarte y decir: “TENGO que hacer tareas”, una niña madura dice: “VOY A
hacer tareas”. Es bueno ayudar a las personas que amas y con quienes convives. Ser una preadolescente
significa que es hora de que comiences a crecer. Incluso Jesús tuvo que CRECER en sabiduría y
madurez (Lucas 2:52). ¡No se le había dado libertad solo por ser el Hijo de Dios!

NOTAS PARA MAMÁ


Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá”, si
necesitas repasarlas.
___________
Toma tus lápices. Es el momento de profundizar en la verdad.

LA
LA VERDAD
MENTIRA
• Dios te eligió (Efesios 1:7).
• No somos “muy capaces” sin Dios, pero nuestra
No soy muy
“aptitud” proviene de Él (2 Corintios 3:5).
capaz.
• Eres la obra maestra de Dios (Salmos 139:13-14; Efesios
2:10).
Las chicas bonitas
• Dios mira mi corazón (1 Samuel 16:7).
valen más.
• Estás lista para más responsabilidad (Lucas 2:52).
Necesito más
libertad. • Dios quiere que aceptes la responsabilidad sin
quejarte ni discutir (Filipenses 2:14).
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!

¿Has creído alguna mentira sobre ti misma? Marca con una X


cualquiera de LAS MENTIRAS de este capítulo que hayas creído.

¿En qué verdad necesitas pensar todo el tiempo, TODOS


LOS DÍAS? Echa un vistazo a LA VERDAD que descubrimos
juntas y encierra en un círculo la que te parezca importante considerar.

A continuación, comienza a pensar en ella todo el tiempo,


TODOS LOS DÍAS. Puedes empezar por escribir una oración a
Dios, un versículo bíblico que sea de ayuda o algunos pensamientos
que no quieras olvidar en el espacio de abajo.

NOTAS PARA MAMÁ


¿Tienes algún pensamiento?
Que no se te olvide.
Escríbelo aquí.
___________

Ayuda a Sofía a creer la verdad


¡Es el momento de dar un consejo a Sofía!
A Sofía la eligieron última, y se sintió muy mal por eso. De hecho, comenzó a creer algunas mentiras,
porque dijo que se “lo merecía”.
Si pudieras animarla, ¿cómo le ayudarías a creer la verdad?
La verdad y mentiras sobre mi familia

Ora de la siguiente manera:


Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a
nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal (Mateo 6:9-13,
1960).
RVR

Lo que a menudo llamamos “el padrenuestro” es la oración modelo que nos dio el mismo Señor Jesús
para enseñarnos a orar. Podemos usar este modelo para interceder por nuestras familias.
No necesito que me persuadan para que recite las partes de la oración que benefician a mi familia y a
mí.
Cuando Bob y yo éramos jóvenes casados, con un bebé y una despensa vacía, recuerdo que le pedí
literalmente al Señor que nos diera el pan nuestro de cada día. Se lo pedí todo el santo día. Qué alegría
fue llegar a casa y encontrar un cheque de un amigo anónimo que había escuchado que habíamos hecho
un trabajo de marketing gratuito para una escuela secundaria cristiana.
También recuerdo haberle pedido que me perdonara por el pasado sexual, que había llevado a mi
lecho matrimonial santo y puro. Con un corazón afligido, le supliqué a Dios, durante una década, que
restaurara mi matrimonio (y mi vida). Ha sido una gloriosa evolución experimentar la gracia y la
sanidad de Dios en mi vida, y luego que Él me use para ayudar a otras mujeres a experimentar una
restauración.
A veces, con lágrimas en los ojos, he orado por mis hijos adultos cuando le pedí a Dios que no los
meta en tentación. Hay muchos señuelos y trampas en el mundo que nos rodea.
Estas cosas son fáciles de pedir en oración. Naturalmente, rogamos a Dios que nos dé, nos provea y
nos proteja.
Sin embargo, no es tan fácil decir las partes de esta oración que requieren nuestra entrega y
obediencia. Cosas como: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la
tierra”.
La palabra “venga” es un verbo imperativo. Es decir, un llamado a la acción. Si bien el reino de Dios
ya se había establecido en la tierra (Salmos 103), había y hay un sentido en que aún no ha venido. El
pastor John Piper señala que la oración es una petición a Dios para que “continúe transformando el
mundo en un lugar donde todos le obedezcan con todo el corazón y con gozo”.[1] En otras palabras, no
solo debemos pedirle que esta tierra se parezca un poco al cielo, sino que debemos cooperar con Él para
que eso suceda. El exitoso autor, Philip Yancey, señaló que podríamos orar fácilmente de esta manera:

“Que el mundo crea en tu reino de bondad por la forma en que vivo


hoy”.[2]
PHILIP YANCEY

Es difícil vivir bien en este mundo. Y nadie ve más lo mal que vivo que mi familia. Los he lastimado
con mis palabras, mis pecados, mi egoísmo y mi ambición. ¿Puedes identificarte? Por supuesto que
puedes. No me sorprendí cuando leí algunos de los comentarios que escribieron las niñas cuando les
preguntaron sobre sus familias:

Mi hermano me lastima, y mis padres me gritan.

Mi papá vive lejos, muy lejos, y no lo veo.

Peleamos más de lo que me gustaría.

Mi papá está en la cárcel, así que vivimos solo con mi mamá.

Estas son vidas destruidas. Así como mi vida está destruida en algunas partes. Y como lo está la
tuya, me imagino. ¡Y aun así! Aunque Dios sabía que nuestra vida estaría destruida, decidió que el
matrimonio y la familia fueran una imagen de su amor. Varias veces en las Escrituras está escrito que el
hombre y su mujer se convertirían en “uno solo”, para poder mostrar el amor de Cristo por su esposa, la
Iglesia (Génesis 2:24; Marcos 10:8; Efesios 5:31-32). Esto es cierto a pesar de que muchas de nosotras
hemos experimentado dolor en nuestros matrimonios (o por la falta de un matrimonio). Es cierto
aunque el matrimonio de tus padres… o el tuyo… haya sido doloroso o haya acabado mal. A pesar de
nuestra destrucción, el matrimonio es una relación que Dios creó para mostrar su amor por nosotros.
Además, la Palabra nos llama hijos de Dios (Juan 1:12). Él se revela a sí mismo como nuestro
Padre. La palabra adopción describe el acto de salvación cuando somos integrados a la familia de Dios
(Efesios 1:5). Una familia que funciona de la manera que Dios quiere, ayuda al mundo perdido a ver a
Dios y su reino.
No es de extrañar que Satanás ataque a nuestras familias con tanta persistencia.
Quiero sugerir que la forma más eficaz de invitar al reino de Dios a venir a la tierra tal vez no sea
servir como directora del ministerio de niños de tu iglesia… o cantar en un grupo de alabanza… o
dedicar tu vida a servir en un campo misionero en otro país… o escribir ese libro que está ardiendo
dentro de ti. No. Esas cosas, por supuesto, sí importan, pero no hay una manera más poderosa de invitar
al reino de Dios a venir, que hacer que este mundo perdido se detenga a creer en su reino de bondad por
la bondad que ve en tu familia.
No tienes que tener una familia perfecta. Solo tienes que seguir trayendo a tu familia a Jesús y su
verdad cuando las piezas rotas necesitan restauración.

HABLA CON DIOS:


Usa Mateo 6:9-13 para presentar a tu familia al Señor. Pídele que supla tus necesidades materiales
diarias, que perdone tus pecados y te libre del mal. Luego, pídele que venga su reino a esta tierra y que
muestre su bondad en tu familia. Escribe tus pensamientos específicos en las líneas proporcionadas.

Padre nuestro que estás en los cielos,


santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a
nuestros deudores.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal
(Mateo 6:9-13, -1960).RVR

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HABLA CON TU HIJA:


Ahora que has orado, invita a tu hija a leer el capítulo 6 de su libro mientras tú examinas el mismo
contenido aquí en tu libro. He escrito algunas notas para ti en los márgenes. Tal vez desees agregar tus
propias notas para cuando llegue el momento de conversar sobre este capítulo con tu hija.
Mentiras sobre mi familia
SOFÍA:

¡Uf! ¡Mi hermanito y yo nos peleamos OTRA VEZ! Siempre estamos


discutiendo. Mi amiga me dijo que TODOS se pelean con sus hermanos
menores, y que no es grave. Si eso es verdad, ¿por qué me siento tan mal por
eso? ¡¡¡Esta es la misma amiga que me dijo que les mintiera a mis
padres sobre la descarga de esa aplicación!!! No creo que esté
realmente bien pelear con mi hermano.
Al igual que Sofía, tal vez te peleas con tus hermanos o quizás
incluso con tus padres. A veces podrías sentir que tu familia es como un regalo que
desearías devolver. ¡Pero no hay departamento de devoluciones que acepte padres o hermanos! Por lo
tanto, tenemos que revisar las mentiras sobre nuestras familias. Aquí hay una verdad importante para
creer sobre tu familia.

NOTAS PARA MAMÁ


¿Tiene tu familia alguna faceta disfuncional? Escribe algunas
notas. ¡Las podrías necesitar!
___________
VERDAD #7:
Tu familia es diferente, y eso es bueno.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #7:
El 37% de las niñas que encuestamos pensaba que su familia tenía
demasiadas reglas. Querían ser como todos los demás: hacer fiestas de
pijamas, tener teléfonos inteligentes y escuchar la música que quisieran.
Querían ser “normales”.
¡Lo normal está sobrevalorado! Eso es algo que espero plantar en la mente de
tu hija y en la tuya. Muy a menudo medimos el comportamiento de nuestra
familia y de nuestros hijos por las familias que nos rodean y el
comportamiento de otros niños que conocemos. Esa no es una buena idea.
Ceder a las tendencias culturales puede ser normal, pero rara vez es lo mejor
de Dios. Tú has establecido reglas para la protección de tu hija y debes seguir
aplicándolas con amor.
La rivalidad entre hermanos es otra área en la que surgió la idea de que es
“normal” entre las chicas que respondieron mi encuesta. El conflicto
pecaminoso y egoísta puede ser normal, pero no es lo mejor de Dios.
Usemos la verdad de Dios para plantar la comprensión de que ser diferente es
bueno.
Sugerencia de conversación para la verdad #7:
Recuerda que el por qué adquiere gran importancia para los preadolescentes a
medida que desarrollan su sistema de creencias. Tómate el tiempo de contarle
a tu hija cómo tomaste una decisión importante para tu familia, por ejemplo,
por qué viven en un lugar atípico, tienen un presupuesto ajustado o aceptan
niños de crianza temporal. Tal vez le ayude a comprenderte y, Dios quiera, a
participar en tu misión.
Por ejemplo, es difícil ser la única hija biológica en un hogar con varios hijos
adoptivos. Comprender por qué obedeciste a ese llamado podría ser lo que
haga más fácil llevar la carga.
___________

Piensa en la última mentira: “Necesito más libertad”. Una de las razones por las que las chicas
sienten que necesitan libertad es debido a las reglas de su familia. A veces estas reglas son diferentes de
las que tienen las familias de sus amigas.

Esto hace que algunas chicas crean una mentira.


MENTIRA: “MI FAMILIA ES MUUUUY RARA”.
Sin embargo, las reglas no son la única razón por la que creían esta mentira. Conté 171
razones por las que las chicas creían que tenían una familia totalmente loca.

ESTAS SON ALGUNAS COSAS QUE LAS JOVENCITAS


DICEN:

“No comemos azúcar”.

“Somos un hogar de acogida y tenemos muchos niños bajo custodia”.

“Soy adoptada”.
“Somos de diferente color”.

“Somos una familia de pastores, y es anormal”.

“Vivimos en la India”.

“¡Criamos CABRAS! ¡CABRAS!”.

“¡Somos UN MONTÓN! ¡¡¡Hay siete personas en esta CASA!!!”.

“Vivimos en una granja, y recibimos escolarización en el hogar”.

“Mis padres son artistas, así que todos somos un poco excéntricos”.

“Soy muy diferente. Mi familia es totalmente indescriptible”.

Muchas de estas chicas dijeron que su vida sería mejor si su familia se pareciera “solo un poco” más
a la de todos los demás. Quieren ser normales, pero ¿es eso lo mejor? Por ejemplo, muchas de
ellas declararon que se pelean con sus hermanos… ¡mucho!

El 81% de las chicas pelea con sus hermanos.


Cuando preguntamos cómo se sentían al respecto, hubo dos opiniones que fueron las más comunes:

El 47% dijo: “Ojalá no nos peleáramos”.

El 34% dijo: “Está bien. ¡Es normal!”.


Algunas chicas podrían pensar que es normal pelear con sus hermanos, PERO eso no significa que
esté bien. La Biblia nos instruye a “hacer todo lo posible por vivir en paz con todos”. Eso incluye a
nuestros hermanos y hermanas. Cuando peleamos sin hacer todo lo posible por evitarlo solo porque es
“normal”, no estamos viviendo de la manera que Dios nos diseñó. Ser normal no es lo mejor.
LO NORMAL ESTÁ SOBREVALORADO
Sin embargo, todavía podrías decir: “¡Pero no puedo comer azúcar! ¿Cuál es el pecado de eso?”. O
“¡Mi familia cría CABRAS! ¿Tiene que ser así?”. O “Mi familia es demasiado grande. ¿Por qué mi
mamá sigue teniendo hijos?”. Esas cosas pueden hacer que te sientas rara también. Entonces, aún no
hemos resuelto tu problema, ¿verdad?
¡Oh, mira! Veo que hemos descubierto una verdad de oro. Y justo a tiempo.

VERDAD DE ORO:
“No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien
dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la
manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios
para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).
La Biblia dice que NO debemos ser como todos los demás. En cambio, debemos dejar que Dios
controle nuestra manera de pensar. La diferencia que se debe ver en una familia cristiana se resume
bien en lo que una niña escribió:

Podrías decir: “¿Pero qué tiene que ver esto con no comer azúcar?”. O tal vez quieras saber: “¿Cómo
me ayuda esta verdad si tengo la familia MÁS NUMEROSA de la iglesia, y siento que
somos una especie de rareza?”.
Pues bien, hay ALGUNAS cosas que hacen tus padres porque Dios los guía a tomar
decisiones que son únicas. Y, si realmente lo piensas, algunas de las cosas que hacen que tu vida sea un
poco diferente son supergeniales. Dios les pide a algunos padres que adopten y a otros que sean padres
adoptivos. Les pide a algunos que sean misioneros en la India y a otros que dirijan una iglesia en Ohio.
Y también hay ALGUNAS cosas que hacen tus padres solo porque les gusta o porque creen
que es lo mejor para tu familia, y eso los hace diferentes. Podrían tener una dieta diferente o ser
artísticos o criar cabras.
Tu familia es diferente. ¡Eso es bueno!
Por supuesto, a veces las diferencias en tu familia son verdaderamente dolorosas. Hablaremos de eso
a continuación.
VERDAD #8:
Puedes ser feliz incluso en una familia destruida.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #8:
Jesús prometió que en este mundo tendríamos aflicción. Llamó a sus
apóstoles a tomar la cruz y sufrir con Él. El apóstol Pablo enseñó que el
sufrimiento es parte de la vida de cada creyente, pero podemos tener gozo y
paz en medio de él. ¡Ese es el poder del evangelio! Podemos vivir de manera
diferente incluso cuando las circunstancias sean dolorosas.
Esta verdad, como algunas otras de este libro, se aborda en el capítulo 10 de
Mentiras que las mujeres creen. Nancy escribió este capítulo para ayudar a
las mujeres a encontrar contentamiento en todas las circunstancias. Las
dificultades y el sufrimiento no son cosas que tu hija dejará atrás con el
tiempo, sino cosas que necesita aprender para vivir con paz y alegría.
La mejor manera de enseñarle esto es practicarlo tú misma. Si tú también
estás luchando con la creencia de que no puedes ser feliz en tu familia, te
animo a leer Mentiras que las mujeres creen y te devores la verdad que
necesitas.
Pregunta clave:
Si tu hija solo pudiera aprender el contentamiento fijándose en cómo vives tú,
y no por lo que dices, ¿se alinearía su corazón con la verdad de Dios?
Sugerencia de conversación para la verdad #8:
Tal vez tu hija no esté viviendo una difícil situación familiar, pero le cuesta
contentarse. Hoy día es raro encontrar a una persona que esté realmente
contenta. Parece que cuanto más próspera es una cultura, las personas están
menos contentas y son más infelices.
Tenemos mucho por lo que estar agradecidas. Según las estadísticas globales,
cualquier persona con un techo sobre su cabeza y una comida diaria en su
mesa es más rica que el 93% del mundo.[3] Si tienes el dinero para comprar
este libro y la educación para leerlo, ¡eres bastante rica!
Pregúntale a tu hija si hay algo que desearía tener o ser. Luego pregúntale si
está dispuesta a estar contenta aunque nunca obtenga lo que está esperando.
Si ella dice que no, acepta su respuesta sincera. Úsala para evaluar cómo
estás criando a tu hija.
¿Estás siendo ejemplo de contentamiento?
¿Le permites tener todo lo que quiere, sin la oportunidad de aprender a
contentarse?
¿Qué puedes hacer diferente para ayudarla a aprender esta verdad?
Ora con tu hija para pedir a Dios que les ayude a estar agradecidas por lo que
tienen y ser pacientes con lo que no tienen.
___________

Algunas chicas pensaban que su familia era rara debido al divorcio, el exceso de trabajo, la
enfermedad e incluso la muerte. En casos extremos, las chicas incluso cuestionaron si sus padres las
amaban o no. Muchas de nuestras familias están muy destruidas.

“Mi papá está casi siempre en el hospital. Mi mamá siempre está enojada, pero tengo a
mi perro, así que eso ayuda”.

“Papá está en la cárcel”.

“Tengo una hermana enferma, por lo que llegamos tarde a casi todo”.

“Mi papá nunca está en casa porque trabaja en el tercer turno, y cuando está en casa,
solo duerme y se enoja”.

“Mi papá nos abandonó”.

“Mis padres están divorciados”.

Entiendo tu dolor. He tenido algunas situaciones tristes en mi propia familia que me causaron
muchas lágrimas. No es malo estar triste cuando sientes que tu familia está destruida. Dios ve tu dolor.
La Biblia dice que Él “lleva la cuenta de todas [tus] angustias y ha registrado cada una de ellas en [su]
libro” (Salmos 56:8). Él solo haría eso porque le importas y quiere ayudarte.
Al mismo tiempo, Él no quiere que nos resignemos a estar siempre tristes. Puede ser tentador
sumirse en la tristeza. Es decir, pensar en eso todo el tiempo, TODOS LOS DÍAS,
e incluso creer que eso nunca cambiará.

Aquí está el problema con eso: podrías empezar a creer una mentira.
MENTIRA: “MI FAMILIA ESTÁ DEMASIADO
DESTRUIDA PARA QUE ALGUNA VEZ SEA FELIZ”.
Cuando crees la mentira de que no puedes ser feliz a menos que todo en tu familia y en tu vida esté
bien, depositas tu confianza en el lugar equivocado. Jesús quiere que esperes en ÉL, no en tu familia.
La verdad es que la felicidad no se encuentra en la familia ni en ninguna relación humana. El verdadero
gozo solo se puede encontrar en Jesús.
Ahondemos un poco más para descubrir la verdad de Dios.

VERDAD DE ORO:
“He aprendido a estar contento con lo que tengo” (Filipenses 4:11).
Déjame explicarte la palabra contenta. Es un poco diferente del tipo de felicidad que se siente en
la mañana de Navidad. No es el tipo de felicidad que sientes cuando todos tus amigos vienen a tu fiesta
de cumpleaños. Es un tipo diferente de felicidad. Es calma y serena. Es como sentirse bien.
El hombre que escribió el libro de Filipenses en la Biblia entendía que tal vez no podamos controlar
las cosas que nos suceden, pero las cosas que nos suceden no tienen que controlarnos. Si bien pasó por
algunas situaciones difíciles, como ser encarcelado por hablar de Jesús, incluso allí estaba contento.

CONTENTAMIENTO
“Un estado de serena felicidad”.[4]

La verdad es que si no estás contenta con tu familia ahora, puede que no estés contenta toda tu vida
porque en el mundo hay destrucción y suceden cosas malas.[*]
Talía, una niña de nueve años, sabe lo que se siente al tener una familia destruida. Cuando nació, su
madre no tenía mucho dinero. Compartían la misma cama, y Talía guardaba toda su ropa en una bolsa
de basura.

Talia Saum,
Minnesota, Estados Unidos
“Con frecuencia, cuando me despertaba, no había casi nada para comer. A veces mi madre ni siquiera
estaba en casa, y yo solo me volvía a dormir hasta que ella regresaba”.

Las cosas fueron de mal en peor hasta que Talía tuvo que ir a vivir a un hogar para niños porque su
madre no podía cuidarla. Pronto se fue a vivir con una familia de acogida. Allí escuchó acerca de Jesús.

“Me encanta que Jesús ame a todos sin importar lo que hayan hecho. Él cambió toda mi vida”.

Talía fue adoptada por su familia de acogida cuando tenía siete años, pero siempre hay una parte de ella
que es consciente de cómo pueden ser las familias destruidas.

“Cada noche oro para que mis padres biológicos se conviertan a Cristo. Y debido a todo lo que
he pasado, ahora me gusta hacer cosas por los demás. No solo quiero pensar en mí misma y en
lo que yo necesito. Sé qué es estar herida, y sé en quién puedo confiar: Dios”.

Talía aprendió lo que significa estar contenta. Su historia es de mucha inspiración para mí.
Tal vez no podamos controlar las cosas que nos suceden, pero las cosas
que nos suceden no tienen que controlarnos.

VERDAD #9:
Dios te da alegría cuando honras a tus padres.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #9:
Repasemos algo que escribí en el capítulo 3.
En mis grupos de enfoque hice esta pregunta a las mamás: ¿Manifiestan sus
hijas que creen en la sumisión por la forma en que les obedecen a ustedes y a
otras autoridades en su vida?
El 7% dijo que sí, siempre obedece.
El 16% dijo que no, rara vez obedece.
El 76% dijo que a veces, lo intenta pero le cuesta.
Algunas madres reconocieron que incluso cuando sus hijas obedecían, su
motivación era el temor a las consecuencias y no un profundo sentido de lo
correcto y lo incorrecto.
Si tu niña llegará a ser una amiga que siente compasión por los demás, una
esposa que respeta a su esposo y una empleada que responde con eficiencia a
su jefe, su motivación para obedecer necesita crecer a partir de una profunda
raíz de la verdad. Este es un asunto donde necesitas intencionalmente ir más
despacio, escuchar su corazón y ayudarla a comprender mejor por qué
obediencia, honra y sumisión son buenas palabras.
Más de una madre confesó que la falta de respeto de su hija era el resultado
del mal ejemplo que ella le había dado. Si este es tu caso, deja este libro y lee
Mentiras que las mujeres creen. Ve al capítulo 7, donde Nancy hizo un
excelente trabajo en traer convicción a mi corazón con respecto a someterme
a mi esposo y sus necesidades. Aunque el capítulo trata sobre el matrimonio,
el concepto de sumisión es para todas nosotras sin importar nuestro estado
civil.
Pregunta clave:
¿Crees que obediencia, honra y sumisión son buenas palabras?
Sugerencia de conversación para la verdad #9:
Sé que ya sabes la respuesta, pero pregúntale a tu hija si la sumisión y la
obediencia son difíciles para ella. Trata de ayudarla a entender por qué le
cuestan tanto. (Recuerda que a menudo hay una mentira por debajo del
comportamiento pecaminoso). ¿Sientes que estás perdiendo el control?
¿Tiene miedo de que no la entiendas? ¿Hay problemas de celos entre ella y
otro hermano? Ahonda un poco más para descubrir qué verdad necesita
específicamente.
Conversen sobre la lista de formas de practicar la sumisión, que se enumeran
en su libro.
___________

Mi mamá era una de mis mejores amigas cuando era niña. Una relación así es algo que apreciar,
porque no todas las chicas comparten una amistad especial con su madre. Si deseas tener esta
experiencia, debes saber que incluso aquellas de nosotras que somos amigas de nuestras madres hemos
experimentado el dolor de sentirnos malentendidas.
Por ejemplo, puedes tener un día perfecto en el que te ríes mucho y comes masa para galletas hasta
que no puedas moverte. Justo cuando sientes que tu madre es la mejor del planeta, ¡todo se echa
a perder! Le pides a tu mejor amiga-mamá que te lleve a ver una película que “todos los demás
están viendo”, pero te dice que no. Y luego agrega: “No voy a criar a una más del montón, ¡sino a una
que sobresalga del montón!”.
Eso es algo real que mi madre me decía siempre que quería hacer algo que “todos los demás estaban
haciendo”. Admito que muchas veces salía enojada dando zapatazos. A veces dejaba de hablarle a mi
mamá. ¡Eso no estaba bien! ¿Por qué actuaba de esa manera?
Bueno, a veces me creí esta mentira.
MENTIRA: “MIS PADRES NO ME ENTIENDEN”.
¡A veces sentí que mis padres eran tan viejos que no podían entenderme! ¿Alguna vez te has sentido
así? Esta mentira puede aparecer con otras mentiras, tales como: “No tengo que honrar a mis padres
porque son muy anticuados” o “Mi mamá (o papá) no me quiere” o “¡Se supone que mi madre es
mi mejor amiga!”. No importa qué forma tome, corres el riesgo de creer esta mentira cuando no te
gusta cómo son tus padres… bueno, cómo te están criando.
Lo que viene después a menudo es feo. (¿Mencioné salir enojada dando zapatazos, dejarles de hablar
a mis padres, discutir, tener una rabieta y ser IRRESPETUOSA con mi excelente madre?).
¿Acaso los seres humanos no obedecemos, respetamos y honramos de manera natural? (¡Parece que
no!).
Tengo una verdad de oro para ti. No es muy suave, porque necesitamos una verdad bien directa.

VERDAD DE ORO:
Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues
esto es lo correcto. “Honra a tu padre y a tu madre”. Ese es el primer
mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu
madre, “te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra” (Efesios 6:1-3).
Este pasaje no necesita mucha explicación. Debes honrar a tus padres, es decir, tratarlos con respeto.

5
MANERAS PRÁCTICAS DE HONRAR A TUS PADRES
Acepta sus decisiones, aun cuando no te gusten las decisiones que tomen.
(No salgas enojada dando zapatazos, no discutas ni les dejes de hablar).

Pídeles consejo porque son sabios.


(Sé que, naturalmente, quisieras hablar con tu mejor amiga sobre chicos, -
amistades o Dios, pero tu mamá y tu papá saben mucho más sobre esos
temas).

Habla bien de ellos delante de otros.


(No puedes dejar de honrarlos cuando no están cerca).

Sé respetuosa cuando no estés de acuerdo.


(Está bien decirle a tu mamá o a tu papá que no te gusta una decisión que han
tomado o que tu opinión es diferente. Solo hazlo de buena manera y obedece
su decisión aunque no puedas hacer que cambien de opinión).

Perdónalos cuando a veces se equivocan.


(Son imperfectos y pecadores igual que tú. Así que no dejes de perdonarlos.
¡Es probable que ellos te hayan perdonado un par de veces!).

Esta es la maravilla que sucede cuando empiezas a practicar esta difícil tarea de honrar a tu padre y a
tu madre: ¡te sientes bien!
Se llama alegría. Es una grata sensación interna que experimentas cuando las cosas externas no salen
como tú deseas. Proviene de hacer lo correcto. Esto tiene sentido porque nuestra verdad de oro dice que
todo “te irá bien” cuando honres a tus padres.
Déjame mencionarte un hecho importante:

NOTAS PARA MAMÁ


¿Tienes algún pensamiento?
Que no se te olvide.
Escríbelo.
___________

Por sobre todo, ella es tu mamá. No olvidemos a tu papá. Conozco a muchas chicas con relaciones
especiales padre/hija. Deberías valorar eso, pero aun así debes ser fiel en honrar, respetar y tratar a
ambos como tus padres.

NOTAS PARA MAMÁ


Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá” si
necesitas repasarlas.
___________

Toma tus lápices. Es el momento de profundizar en la verdad.

LA MENTIRA LA VERDAD
• Tu familia es diferente. Eso es bueno
(Romanos 12:2).
• Lo normal está sobrevalorado (Efesios
Mi familia es rara.
4:17, 19-20).
• Deberías distinguirte de las demás
(Filipenses 2:15).
• Puedes ser feliz incluso en una familia
destruida (Filipenses 4:12-13).
Mi familia está demasiado • Dios quiere que confíes en Él, no en tu
destruida para ser feliz. familia (Salmos 118:8).
• Puedes aprender a estar contenta pase lo
que pase (Filipenses 4:11, 13).
• Debes honrar tanto a tu padre como a tu
madre (Efesios 6:1-2).
Mis padres no me entienden. • Obedece a tus padres (Efesios 6:1-2).
• Dios te da gozo cuando honras a tus
padres (Efesios 6:3).
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!

¿Has creído alguna de estas mentiras sobre tu familia? Marca con


una X cualquiera de LAS MENTIRAS de este capítulo que hayas
creído.

¿En qué verdad necesitas pensar todo el tiempo, TODOS


LOS DÍAS? Echa un vistazo a LA VERDAD que hemos
descubierto juntas. Ahora encierra en un círculo la que te parezca
importante considerar.

A continuación, comienza a pensar en ella todo el tiempo,


TODOS LOS DÍAS. Puedes empezar por escribir una oración a
Dios, un versículo bíblico que sea de ayuda o algunos pensamientos
que no quieras olvidar en el espacio de abajo.

Ayuda a Sofía a creer la verdad


¡Es el momento de dar un consejo a Sofía!
La amiga de Sofía le dijo que es normal pelearse con los hermanos.
¿Estás de acuerdo o en desacuerdo? ¿Por qué sí o por qué no?
¿Qué crees que Sofía debería hacer con respecto a las peleas con su hermano?
Hay algunas importantes excepciones para el contentamiento. Si alguien te está lastimando, te toca de
[*]

una manera que te hace sentir incómoda o te dice muchas cosas crueles, ¡DÍSELO A ALGUIEN! Eso
se llama abuso, y nunca debes estar contenta con eso.
La verdad y mentiras sobre el pecado

Cuando mi Lexi tenía siete u ocho años, se acercó para darme su viejo gato de peluche. Con los ojos
llenos de lágrimas, me confesó que lo había robado de nuestra iglesia anterior en Missouri.
Rápidamente, hice algunos cálculos mentales. Nos habíamos mudado a Pensilvania hacía casi tres
años. Eso significaba que mi dulce niña había estado llevando consigo más que un juguete robado.
También había estado llevando la pesada carga de un secreto durante mucho tiempo.
Oré: “Señor, ¿cómo practico la gracia en esta situación?”.
Después escuché el corazón de mi hija. Fue muy difícil y complicado como lo puede ser para una
pequeña que ha sido golpeada con la herramienta favorita del enemigo: la vergüenza.
Lexi sintió el impulso de escribir una carta al pastor Tim Cook, para disculparse y pedirle perdón.
Así lo hizo. Luego nos dirigimos a una tienda y compramos un gato idéntico. Lo empacamos y lo
enviamos, junto con el peluche gastado y la confesión manuscrita de mi hija.
Unas semanas más tarde, llegó a nuestro buzón de correo una carta de ese querido hombre. La nota
llena de gracia del pastor Cook decía que perdonaba a Lexi. También mencionó lo orgulloso que estaba
de su confesión. Y animó a mi niña a que nunca tuviera miedo de contarle a alguien cuando hubiera
pecado.
La mayoría de nosotras tenemos miedo de contarle a otra persona nuestro pecado en algún momento
de nuestra vida.
El 54% de las niñas de siete a doce años, que participaron en nuestra encuesta, ocultaban algún
secreto sobre un pecado.
Algunas de las chicas escribieron comentarios que definían su pecado. En casos específicos, eran
cosas que estoy bastante segura que sus padres ya sabían, como:

Culpo a mi hermano por cosas que, en realidad, hice yo.

Tengo la costumbre de responder mal a mis padres.

Leo por la noche. No debería hacerlo, pero trato de ocultar el libro. La mayoría de las
veces lo logro.

Sin embargo, no todos los secretos que escondían las chicas eran tan inocuos. Muchas de ellas
escribieron comentarios que revelaban profundas batallas con la vergüenza, el miedo y la tentación.
Como los siguientes:
Siento que odio a mi madre y no veo la hora de ser mayor. Soy mala en la escuela con
alguien que ha sido mala conmigo.

Hay una chica que dice ser cristiana, pero no actúa como tal. Siempre está hablando de
sexo. Mira pornografía. Me muestra videos inapropiados. Paso mucho tiempo con ella
porque vamos al mismo grupo de escolarización hogareña. Pequé porque le permití decir y
hacer esas cosas y no le dije que están mal. Tengo miedo de que me odie, y ella es la única
persona que me habla.

A veces los secretos que llevaban eran sobre los pecados y la tentación de otra persona:

En este momento, estoy muy preocupada porque mi amiga, de once años, dice que una
amiga de ella tiene una lista de chicos con los que coquetea. Es decir, quiere tener sexo con
ellos; pero realmente creo que está hablando de sí misma.

Debido a la naturaleza confidencial de nuestras encuestas a las niñas, no pude comunicarme con
estas preadolescentes ni con sus padres. (¡Cómo quisiera hacerlo!). Sin embargo, puedo hacer sonar una
alarma y animarte a conversar con tu hija para hacer de tu casa un lugar seguro donde ella pueda
hablarte del pecado.
Verás, creo que las niñas no hablan del pecado porque nosotras tampoco hablamos del pecado. Al
menos no de nuestros propios pecados. Para empeorar las cosas, es probable que tu hija haya escuchado
a alguien chismear sobre el pecado de otra persona.
El psicólogo cristiano Mark R. McMinn cree que realmente no queremos mencionar ni reconocer el
pecado. Esto es lo que escribe sobre este dilema:

“Esto no es solo un problema de psicología en general; también ha


afectado a la psicología cristiana. Philip Monroe, profesor académico del
Seminario Teológico Bíblico, recientemente notó que solo 43 de los 1.143
artículos publicados en el Journal of Psychology and Theology y el
Journal of Psychology and Christianity se han relacionado con el pecado,
y solo cuatro de ellos están relacionados con los efectos o el tratamiento
de patrones pecaminosos. Me pregunto si hemos perdido el lenguaje del
pecado, porque el lenguaje de la psicología ha tomado su lugar”.
MARK R. McMINN, PhD[1]
Aquí es donde necesito referirme a un término psicológico que ya hemos visto: la autoestima. La
autoestima tiene sus orígenes a fines del siglo XIX cuando un psicólogo la acuñó. Sin embargo, ganó
fuerza, en la década de 1940, cuando Abraham Maslow incluyó la autoestima y la realización personal
en la cima de su jerarquía de las necesidades humanas. Desde entonces, la comunidad psicológica la ha
acreditado como un denominador común en individuos que logran el éxito.
Esta es la cuestión: el lenguaje de la autoestima se basa en cómo nos sentimos con nosotras mismas.
Estoy tratando de ayudar a tu hija a saber que sus sentimientos no deben regir su comportamiento
porque, a menudo, no son exactos o veraces. La verdad es la Palabra de Dios y, en el siglo séptimo
a.C., Dios inspiró a Josué a escribir su receta para el éxito:

VERDAD DE ORO:
“Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y
de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito.
Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas” (Josué
1:8).

“Este libro de instrucción” contiene las pautas de Dios para la vida. Sus reglas. Y luego hace una audaz
declaración: la obediencia, no la autoestima o la realización personal, es la receta de Dios para el éxito
y la prosperidad.
Es hora de reclamar el lenguaje de la Biblia. Aquí hay una definición que tu hija aprendió en el
capítulo 2 de Mentiras que las niñas creen:

PECADO
Hacer lo que está mal o no hacer lo que está bien según las reglas de Dios
(1 Juan 3:4).

El pecado es hacer las cosas a nuestra manera y no a la manera de Dios. Es permitir que nuestras
emociones y nuestros deseos decidan lo que haremos o no haremos, en vez de confiar en el designio de
Dios que es bueno. En cierto modo, es enfocarnos demasiado en nosotras mismas.
Aunque hablar sobre las reglas de Dios es una parte integral del lenguaje del pecado, un concepto
igualmente importante es la gracia de Dios.
Si recuerdas, en el capítulo 1 te pedí que eligieras entre dos estilos de crianza. Escribí lo siguiente:

¿Serás una madre que solo restringe el comportamiento externo de su hija


para que parezca que actúa conforme a la verdad?
O
¿La criarás en la verdad para que su comportamiento externo sea una -
consecuencia de lo que está plantado en lo profundo de su corazón?
Te animé a seleccionar la segunda opción y te advertí que este tipo de crianza requiere dosis
generosas de gracia. Pues bien, esta es tu oportunidad de ponerlo en práctica. Mientras lees este
capítulo, tu hija podría confesarte un pecado. Poco a poco, con ternura y amor, escucha su confesión,
agradécele e instrúyela en la verdad. Es decir, emplea una dosis generosa de gracia.

HABLA CON DIOS:


Usa Josué 1:8 para escribir una oración a Dios para que tu hija prospere y le vaya bien. Pídele
que le dé el deseo de conocer las reglas de Dios a través del estudio de su Palabra y que le dé un
corazón que anhele ser obediente. Escribe tu oración en las líneas de abajo.

Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de


noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente
entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas
(Josué 1:8).
__________________________
__________________________
__________________________
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HABLA CON TU HIJA:


Ahora que has orado, invita a tu hija a leer el capítulo 7 de su libro mientras tú examinas el mismo
contenido aquí en tu libro. He escrito algunas notas para ti en los márgenes. Tal vez desees agregar tus
propias notas para cuando llegue el momento de conversar sobre este capítulo con tu hija.
Mentiras sobre el pecado
SOFÍA:

Gloria es mi mejor amiga. ¡Nos contamos TODO! A veces pasamos el rato


juntas durante horas, pero… ya no. ¡Me MINTIÓ! Gloria dijo que Emma
la invitó a ella sola a su fiesta de pijamas, pero resulta que invitó a todas las
chicas de mi clase, menos a MÍ. Cuando la llamé para hablar de eso, ¡actuó
como si NO TUVIERA IMPORTANCIA! Me dijo que mintió para no
lastimarme. En realidad, me dijo que a veces es bueno mentir. ¡Estoy muy
enojada! ¡Tengo ganas de organizar una fiesta de pijamas y no invitarla!
Sofía descubrió algo importante. La mentira de Gloria la hizo sentir sola. Eso es lo
que pasa con las mentiras, nos hacen sentir muy lejos de los demás, incluso de Dios. (Y, por cierto,
incluso cuando estamos tratando de no lastimar a alguien, mentir siempre es pecado). ¡Profundicemos
en la verdad #10!

VERDAD #10:
El pecado te separa de Dios.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #10:
Una parte esencial del lenguaje del pecado son sus consecuencias. Podría
parecer duro decirle a tu pequeña niña que el pecado nos separa de Dios, pero
es la verdad. Lo realmente cruel es no decirle la verdad.
Cuando Dios habló con Adán y Eva sobre el árbol prohibido del
conocimiento del bien y del mal, también les dijo que la consecuencia de
comer de él sería la muerte. (Parece un poco duro, ¿no es cierto?). Sin
embargo, su amor por Adán y Eva le obligó a hacerles tal advertencia. Ora
antes de tener esta conversación con tu hija, pero no la evites.
Sugerencia de conversación para la verdad #10:
Pídele a tu hija que te cuente la última vez que recuerda haber actuado de
manera pecaminosa. Luego pídele que recuerde las consecuencias que
experimentó. Tal vez sintió que estaba ocultándote un secreto. O quizás
estuvo distanciada de su mejor amiga por un tiempo. El pecado casi siempre
nos separa de las personas que conocemos y amamos. Úsalo para ayudarla a
comprender lo triste que está Dios cuando ella se separa de Él por su pecado.
___________

Sé cómo es sentir la separación que crea el pecado. Cuando era joven, no nos permitían comer ni
beber en la oficina de mi padre. Un día de verano muy caluroso, fui a hacer mi tarea allí y decidí
llevarme mi bebida. ¡GRAVE ERROR! Derramé jugo rojo por toda la alfombra. Limpié y
oré, con la esperanza de que mi padre no se diera cuenta.
¡Pero se dio cuenta!
Me preguntó qué pasó. Simplemente, me encogí de hombros como diciendo: “No lo sé”.
¡¡¡Funcionó!!! Mi padre no me castigó, ni nada. Pensé que no había pasado nada. Había oído de
peores pecados que desobedecer a mi padre o mentir.
Algunas chicas, como yo en ese entonces, piensan que su pecado no es tan grave cuando las
personas que conocen hacen cosas que parecen peores. Es casi como si tratáramos de calificar el
pecado. Cosas como robar o asesinar parecen PECADOS MÁS GRAVES Y
MALOS. Cosas como estas merecen una horrible mala nota. Sin embargo, ¿significa eso que
cosas como mentir, hacer trampa, quejarse o ser mala solo merece una nota promedio?

Tal vez has creído la misma mentira que yo.


MENTIRA: “MI PECADO NO ES TAN GRAVE”.
Si es así, no eres la única.
El 23% de las chicas cree que los pecados de los demás son más
graves y malos que los propios.

ESTAS NIÑAS DIJERON COSAS COMO:

Miento a la hora de limpiar mi cuarto o lavarme los dientes. Es una tontería.

Culpo a mi hermano de cosas que en realidad yo hice.

Tengo la costumbre de responder mal a mis padres.

Si solo pudiéramos entender que cada pecado es un asunto grave. Cada vez que pecamos, estamos
haciendo lo que nosotras queremos y no lo que Dios quiere.
¿Recuerdas cómo Adán y Eva se escondieron de Dios después de pecar? Lo hicieron porque
comenzaron a sentirse lejos de Él.
Después de mentirle a mi papá y pecar, comencé a sentirme muy lejos de él y de Dios también. La
divertida amistad que experimentaba cuando mi papá y yo entrenábamos a nuestros perros pastores
alemanes era incómoda y, aunque íbamos juntos a exposiciones de perros, me sentía sola. Y con
respecto a Dios, apenas podía orar.
No importa cuán pequeño o grande pueda parecer un pecado, el resultado es el mismo.

VERDAD DE ORO:
“Son sus pecados los que los han separado de Dios” (Isaías 59:2a).
¿Hay algún pecado en tu vida que no crees que sea tan grave? Escríbelos en el espacio
de abajo.
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Lo que acabas de escribir te separa de Dios. Cualquier pecado te aleja de Él. Y eso te hace sentir mal,
¿no es cierto?

Eva podría haber creído fácilmente que su pecado no era tan grave.
Después de todo, ella no se divorció de Adán; no maldijo a Dios ni
afirmó que no existe. Todo lo que hizo fue darle un mordisco a algo que
Dios le ordenó no comer. ¿Cuál es el problema? El problema fue que
Dios dijo: “Eso no” y Eva dijo: “Lo quiero”.[2]
Si te gusta tener una relación feliz con Dios y con los demás, es buena idea hacer todo lo posible
para evitar el pecado. Sin embargo, cuando pecas (lo que todas hacemos a veces y es exactamente el
motivo por el que necesitamos a Jesús), aquí hay otra importante verdad de oro para ti.
VERDAD DE ORO:
“Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para
perdonarnos nuestros pecados” (1 Juan 1:9).
Confiesa rápidamente tu pecado. Dios siempre está listo para perdonarte y volver a reanudar su amistad
contigo. E incluso te ayudará a restaurar tu amistad con los demás.
A propósito de los demás, ¿quieres saber si le conté a mi papá que derramé jugo rojo? Te lo contaré
en la siguiente sección.

VERDAD #11:
Ocultar el pecado te conduce al fracaso.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #11:
Una de las mejores herramientas de Satanás para derrotarnos es la vergüenza.
La vergüenza crece cuando no estamos dispuestas a contarle a alguien
nuestro pecado. Esta emoción tóxica es el terreno donde florecen las
mentiras. Ayuda a tu hija a comprender el poder de este versículo:
“Confiésense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para
que sean sanados” (Santiago 5:16a).
Confesar nuestros pecados unos a otros no significa que debemos contarles a
todos cada pecado que hemos cometido, sino que debemos estar dispuestas a
humillarnos y vivir en la luz al rendir cuentas de nuestros actos a otros, para
que puedan ayudarnos a lidiar con nuestro pecado.
Pregunta clave:
¿Alguna vez has confesado tus pecados más profundos y oscuros a alguien
que pueda ayudarte?
Si estuvieras sentada junto a una mujer que obviamente está sumida en el
pecado y la vergüenza, ¿tendrías la libertad de contarle tu experiencia
personal con el pecado y la vergüenza? Esta es una evidencia de tu sanidad y
libertad.
Sugerencia de conversación para la verdad #11:
Cuéntale a tu hija alguna ocasión cuando le confesaste tu pecado a alguien, y
eso te ayudó a experimentar libertad y gracia. Luego invítala a hacer lo
mismo contigo. Tómate tu tiempo con esta sencilla tarea. ¡Es muy
importante!
___________

Unas semanas después que derramé el jugo rojo y le mentí a mi papá al respecto, mis padres
me llevaron al campamento de verano. Estaba muy segura de que una semana de tiempo en la
piscina, la cafetería y las fogatas aliviarían mi culpa. ¡Estaba equivocada! Una noche, en una fogata,
nuestra consejera habló sobre el pecado y la confesión. Toda la cabaña empezó a confesar pecados
realmente graves. Una chica dijo que tenía un novio secreto. Otra dijo que había robado algo. Y algunas
contaron cosas aún peores.
Nuestra consejera oró con cada chica y luego simplemente les dijo: “Creo que deberían llamar a sus
padres”.
De NINGUNA MANERA iba a contar mi secreto. ¿Y si me pedía que se
lo dijera a mi papá?
Esto es lo que sucedió. Cuando nos sentamos en esa habitación, comencé a sentirme culpable. Me
pesaba más que nunca. (Más tarde, mi madre me dijo que ese sentimiento se llama “convicción”).
Durante todo ese tiempo, esperaba que la culpa se fuera, pero no funciona de esa manera. La culpa
crece. No se va. ¡Era infeliz!
De repente, no pude soportarlo más.
“¡Lo hice! Derramé jugo rojo”, grité.
La cabaña entera me miró con los ojos bien abiertos. Sin embargo, ninguna me hizo sentir que mi
pecado era peor que el de ellas, o que no era tan grave para contarlo. Solo oraron conmigo. Y
después… mi consejera LO dijo. Lo que más temía: “Creo que deberías llamar a
tu papá”.
Una mentira que creí que se estaba muriendo rápidamente:
MENTIRA: “NO NECESITO CONTARLE A NADIE MI
PECADO”.

PREGUNTAMOS A 1531 CHICAS SI TENÍAN ALGÚN


SECRETO SOBRE UN PECADO.
Más de la mitad dijo que sí tenían secretos sobre un pecado.
Les pedimos que explicaran lo que querían decir.

Algunas dijeron que tenían un secreto de su propio pecado.

Algunas dijeron que seguían cometiendo el mismo pecado una y otra vez, pero nunca lo
hablaron con ningún adulto para recibir ayuda.

Algunas dijeron que conocían el pecado de otra persona y pensaban que debían contarlo a
un adulto, pero estaban asustadas.

Tal vez tú también hayas creído que no necesitas contarle a nadie tu pecado o el pecado de otra
persona. Hay muchas mentiras que crecen junto con esta. Cosas como:
Algunas chicas tratan con su pecado ocultándolo. Quieren vencerlo, no quieren decepcionar a sus
padres o quieren evitar que sus amigas las odien. Sin embargo, esta es la triste realidad: esconder tu
pecado produce exactamente lo opuesto.

VERDAD DE ORO:
“Los que encubren sus pecados no prosperarán, pero si los confiesan y
los abandonan, recibirán misericordia” (Proverbios 28:13).
Es natural querer ocultar o esconder el pecado. Todos lo hacen. Desde el comienzo de los tiempos,
cuando Adán y Eva se escondieron, las personas han estado escondiendo sus pecados. Sin embargo, la
Biblia dice que no prosperarás si continúas ocultando tu pecado.
¿Recuerdas la mentira de Gloria sobre la fiesta de pijamas? Así como la mentira de Gloria estaba
destinada a proteger a Sofía, y no dio resultado, ocultar tu pecado no te protege realmente. Más bien, es
probable que te cause problemas y te haga sentir sola. ¿Por qué? Porque cuando escondes tu pecado, no
puedes recibir la ayuda que necesitas.
Es difícil aprender de una mala decisión o pecado, hasta que admites que lo hiciste y lo confiesas.
También es difícil saber cómo dejar de pecar sin ayuda. Todos pecan, pero la Biblia dice que solo una
persona necia sigue haciendo lo mismo una y otra vez.
Te voy a decir lo que quizá no quieras escuchar:

Lo que escribiste en ese espacio te separa de Dios si no lo has confesado, y podría estorbar tu
relación con otras personas también. La Biblia dice: “Confiésense los pecados unos a otros” (Santiago
5:16). Solo Dios puede perdonar nuestros pecados, pero quiere que se los confesemos a otras personas
para que podamos recibir ayuda.
Te sientes mal cuando ocultas tu pecado. ¿Sabes lo que te hace sentir realmente bien? ¡Contarle a
alguien tu pecado! Es una de las cosas más liberadoras que he hecho.
Aquella noche, después de la fogata, llamé a mi papá. Le conté lo que había hecho y le pedí perdón.
Me dijo: “Sí, lo sé”. La verdad es que estaba más decepcionado de que le estuviera mintiendo de lo que
habría estado si le hubiera confesado mi acto de desobediencia. Y estaba realmente feliz de que
finalmente se lo confesara. Lo estaba esperando, porque sabía que me sentiría mejor. Contarle a mi
papá mi pecado no me hizo sentir peor, sino mejor.

VERDAD #12:
Todo lo que vemos o escuchamos debe ser verdadero,
honorable, justo, puro, bello, admirable, excelente y digno de
alabanza.
NOTAS PARA MAMÁ
Acerca de la verdad #12:
Los preadolescentes de hoy no parecen tener una gran vida social excepto a
través de los medios digitales. Sin embargo, permitir que tus hijos usen
Internet sin un filtro es como colocar una revista pornográfica sobre la mesa
de café de tu casa y esperar que no la vean.
Y eso es solo una forma de contenido peligroso. Hay violencia, codicia,
materialismo, malas palabras y mucho más por lo que preocuparse.
Hay muchas excelentes opciones disponibles para proteger a nuestros niños
(¡y a los adultos de la casa!). Sin embargo, también es importante enseñarles
a usar el mejor filtro, la Palabra de Dios, y darles el ejemplo de cómo la
usamos en nuestra propia vida.
Filipenses 4:8 es solo uno de los muchos versículos importantes que nos
ayudan a evaluar el contenido que permitimos entrar en nuestra mente y
nuestro corazón.
Sugerencias de conversación para la verdad #12:
Tómate un momento para cumplir con el desafío de esta página. ¿Qué tan
alineadas están tus elecciones de los medios digitales con esta enseñanza? Si
le estás diciendo a tu hija una cosa pero vives otra, eso socavará cualquier
esfuerzo que hagas para enseñarle a ser sabia y discernir lo que permite entrar
en su mente.
Si tu hija ha completado de manera independiente la difícil tarea de la verdad
#12, pregúntale si está dispuesta a contarte lo que escribió. Felicítala si pudo
discernir con sabiduría. De lo contrario, hazle preguntas para ayudarla a
tomar una mejor decisión. No le des una respuesta directa. Dirígela hacia una
sabia decisión por medio de preguntas:
“¿Qué tal el contenido de ese medio digital: es bueno, justo, puro?”.
“¿Puedes darme un ejemplo de la verdad que allí se presenta?”.
“¿Verías esa película (o escucharías esa canción o visitarías ese sitio web)
conmigo o con tu papá?”.
Esta tarea es un poco más avanzada. Si tu hija no la hizo sola, prepárate a
dedicarle tiempo y hacer juntas esa tarea de verificación. Anímala a aplicar
este versículo bíblico regularmente a sus elecciones de entretenimiento.
___________

La gente gasta mucho dinero en entretenimiento. Películas, música, Internet, libros, aplicaciones;
porque, bueno… ¡nos entretienen! ¿Pero sabías que estas cosas también pueden
cambiarnos?
Lo que vemos y escuchamos puede cambiar cómo pensamos y cómo nos comportamos, ya sea de
manera positiva o negativa según lo que veamos. ¿Sabes por qué? Porque es como “considerar” eso en
nuestra mente. (¿Recuerdas esa palabra que vimos al principio del libro?). Cuando piensas en algo todo
el tiempo, podrías empezar a creerlo.
¡Ten cuidado! Podrías ceder el control de tus pensamientos al mundo del entretenimiento. Tal vez
será “normal” ver y escuchar cualquier cosa que quieras, pero recuerda: debemos evaluar nuestros
sentimientos con la verdad de Dios. Vamos a hacerlo ahora mismo.

VERDAD DE ORO:
“Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense
en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y -
dignas de alabanza” (Filipenses 4:8).
Este versículo nos ofrece una simple prueba para todas las películas, programas de televisión,
canciones, podcasts, libros e imágenes o historias que vemos en Internet. Piensa en la última película,
programa de televisión o canción que viste o escuchaste y escribe el nombre:
––––––––––––––––––––––––––––

AHORA HAGAMOS UNA VERIFICACIÓN.


Marca cada casilla si la respuesta a la pregunta es “sí”.

¿Es verdadero?
(No tenía cosas falsas, como la enseñanza de la evolución o la afirmación de
que Dios no es real).

¿Es honorable?
(No hubo escenas, letras de canciones o situaciones que hicieran atractivas las
cosas malas como la bebida o las drogas).

¿Es justo?
(Tus padres y maestros dirían que está bien que lo veas o escuches).

¿Es puro?
(Las personas se vestían y hablaban con pudor).

¿Es bello?
(No te dejó con pensamientos o imágenes desagradables o violentas).

¿Es admirable?
(Se lo mostrarías a tus padres, tu pastor, tus maestros y otros).

¿Es excelente?
(Se realizó con cuidado y te ayudó a utilizar tu imaginación).

¿Es digno de alabanza?


(Se lo recomendarías a otros).

¿Cómo le fue a tu película, programa de televisión o canción? Tendrías que marcar las casillas de
TODAS LAS CUALIDADES para que sea algo que Dios realmente quiere que veas.
De lo contrario, es posible que sea pecaminoso de ver o bien que predisponga tu mente para el
pecado. Así de simple.

Aun así, algunas chicas continúan creyendo esta mentira.


MENTIRA: “LO QUE MIRO/ESCUCHO NO IMPORTA”.

¿Eres una de ellas? Si es así, te recomiendo que hoy hables con tu mamá o tu papá. Diles que sientes
que Dios te está pidiendo que tengas más cuidado con tus elecciones de entretenimiento y que te
gustaría que te ayuden. ¡Apuesto a que estarán muy felices de que se lo pidas!
NOTAS PARA MAMÁ
Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá”, si
necesitas repasarlas.
___________
Toma tus lápices. Es el momento de profundizar en la verdad.

LA
LA VERDAD
MENTIRA
• El pecado nos separa de Dios, no importa cuán
El pecado no es grande o pequeño sea (Isaías 59:2).
un asunto grave. • Si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará
(1 Juan 1:9).
• Ocultar tu pecado te hace sentir muy mal.
No necesito • No puedes vencer tu pecado y aprender de él, si no
contarle a nadie recibes consejos (Proverbios 28:13).
mi pecado. • La Biblia dice que le confieses tus pecados a alguien
(Santiago 5:16).
• Solo Dios puede perdonarte. Él es siempre fiel y
justo y nos perdonará cuando le confesemos nuestros
pecados (1 Juan 1:9).
Lo que • Todo lo que vemos o escuchamos debe ser
miro/escucho verdadero, honorable, justo, puro, bello, admirable,
no importa. excelente y digno de alabanza (Filipenses 4:8).
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!

¿Has creído alguna de estas mentiras sobre el pecado? Marca con


una X cualquiera de LAS MENTIRAS de este capítulo que hayas
creído.

¿En qué verdad necesitas pensar todo el tiempo, TODOS


LOS DÍAS? Echa un vistazo a LA VERDAD que hemos
descubierto juntas. Ahora encierra en un círculo la que te parezca
importante considerar.

A continuación, comienza a pensar en ella todo el tiempo,


TODOS LOS DÍAS. Puedes empezar por escribir una oración a
Dios, un versículo bíblico que sea de ayuda o algunos pensamientos
que no quieras olvidar en el espacio de abajo.

Ayuda a Sofía a creer la verdad


¡Es el momento de dar un consejo a Sofía!
¿Qué piensas? ¿Debería Sofía organizar una fiesta de pijamas y no invitar a Gloria? ¿Por qué?
La verdad y mentiras sobre el hecho de ser una niña

Las primeras palabras que leyeron las niñas, que participaron en nuestra encuesta, fueron las
siguientes: “Para participar en esta encuesta debes ser una niña entre los 7 y los 12 años de edad.
¿Cómo te sientes sobre el hecho de ser una niña?

El 48% respondió: “Es genial ser una niña”.

El 46% respondió: “A veces es difícil pero, por lo general, me gusta ser una niña”.

El 1% respondió: “No me gusta ser una niña”.

El 4% respondió: “No creo que haya ninguna diferencia entre ser un niño o una niña”.
[*]

Algunas de las encuestadas a quienes no les gustaba ser niñas dejaron comentarios como estos:

Soy consciente de que la gente trata y percibe a las niñas de manera diferente a los
niños, a pesar de que las niñas pueden lograr cualquier cosa.

Es más difícil que ser un niño.

Quisiera ser fuerte como un niño.

Dado que nunca me he sentido así, busqué algunas amigas adultas que en cierto momento han
experimentado ese sentimiento. Mi objetivo era comprender los sentimientos que ellas (y, en definitiva,
estas chicas) han experimentado. Las razones de mis amigas iban desde el deseo de explorar las
oportunidades que tienen los hombres, hasta el deseo de poder usar sus habilidades atléticas para
competir con los varones. Cada una de mis amigas atravesó con éxito su angustia, y hoy disfruta de ser
mujer.
Antes se pensaba que la disonancia de género, que experimentaba una niña, era algo que finalmente
pasaría. Ahora ya no. Un artículo reciente de la revista The Atlantic informa sobre el acelerado proceso
de transición para los niños transgénero.[1] (El término “transgénero” se usa para describir a un
individuo cuyo sentido del género no se corresponde con su sexo biológico).
Sin embargo, la investigación y la experiencia parecen indicar que muchos niños experimentan
algún tipo de inconformidad de género. A una niña le puede gustar jugar con camiones o cazar con su
papá. O a un niño le puede gustar el color rosa o hacer tareas de jardinería con su madre. Estas
inclinaciones no encajan en los estereotipos culturales. Aun así, la mayoría de los niños y niñas que los
experimentan se sienten cómodos con su sexo biológico cuando son grandes. Apresurarse a cambiar el
cuerpo de los niños que luchan con su género es arriesgarse a causar un gran daño, a veces irreparable.
El autor del artículo de la revista The Atlantic relata la historia de una niña identificada como Clara.
La depresión llegó con la pubertad. Se sentía incómoda con su cuerpo y no le gustaba ser una niña.
Clara empezó a ver videos de YouTube hechos por jóvenes transgénero. Comenzó a preguntarse si
se sentía incómoda con su cuerpo porque en realidad era un varón y comenzó a creer que debía ser un
niño. Comenzó a vestirse y actuar como un varón. Finalmente, Clara le pidió a sus padres una “cirugía
de sus senos” (una doble mastectomía), y testosterona. Un terapeuta con licencia sugirió que era una
buena idea y remitió a la familia a una clínica.
Sin embargo, la mamá y el papá de Clara no estaban tan seguros y alentaron amorosamente a su hija
a examinar más sus sentimientos y le sugirieron comenzar a escribir un diario íntimo. Para algunos,
esto sería una muestra de insensibilidad y desaprobación.
Clara decidió complacer a sus padres. Un día, al escribir algo en su diario íntimo, llegó a la
conclusión de que después de vivir como un niño y verse como tal, aún no era feliz. Esto hizo que ella
se diera cuenta de que, a fin de cuentas, no era un varón. Después de una consideración más reflexiva,
descubrió que su infelicidad por ser una niña derivaba de las creencias estrictas que había desarrollado
sobre el género. Cuando se abordaron los estereotipos negativos, sintió permiso para ser ella misma.
Hoy se siente muy cómoda con su cuerpo y está feliz de ser una niña.
¿Qué hubiera sucedido si los padres de Clara hubieran seguido los consejos del terapeuta con
respecto a la transición de su hija?
La cultura está ansiosa por redefinir el género. Las amistades, los medios de comunicación e incluso
los terapeutas bien intencionados invitan a las mentes en desarrollo a cuestionar si su género coincide
con su sexo biológico. ¿Qué estás haciendo para ayudar a tu hija a creer la verdad en medio de este
debate cultural que está teniendo lugar en todos los frentes?
No siempre se puede esperar que la iglesia en general marque el ejemplo de una manera saludable de
responder. A menudo, hemos sido culpables de entrar en el debate público con una acusación dolorosa
o una aprobación sincera, pero equivocada.
Debemos preparar a nuestros hijos para que respondan con amabilidad y convicción. Necesitan una
convicción para creer lo que la Palabra de Dios enseña sobre el género, pero deben aprender a expresar
estas creencias con amabilidad.
Para aprender esta habilidad, veamos el ejemplo de Jesús. Cuando caminó por esta tierra, las
personas buscaban la aprobación del mundo religioso para redefinir el pacto matrimonial. Querían
casarse y divorciarse a voluntad. Algunos fariseos interrogaron a Jesús al respecto, pero era una trampa.
Esperaban que su respuesta le hiciera perder el respeto de las masas. A continuación hay un relato de
esa interacción. (He subrayado algunas palabras para que puedas prestarles atención).
VERDAD DE ORO:
“Unos fariseos se acercaron y trataron de tenderle una trampa con
la siguiente pregunta:
—¿Se permite que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier
motivo?
Jesús respondió:
—¿No han leído las Escrituras? Allí está escrito que, desde el
principio, “Dios los hizo hombre y mujer”. —Y agregó—: “Esto
explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a
su esposa, y los dos se convierten en uno solo”. Como ya no son dos
sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido.
—Entonces —preguntaron—, ¿por qué dice Moisés en la ley que un
hombre podría darle a su esposa un aviso de divorcio por escrito y
despedirla?
Jesús contestó:
—Moisés permitió el divorcio solo como una concesión ante la
dureza del corazón de ustedes, pero no fue la intención original de
Dios” (Mateo 19:3-8).
Confrontado con un sensible debate cultural, Jesús se retrotrajo a la creación para confirmar y explicar
la intención original de Dios cuando diseñó el matrimonio y el sexo biológico. Dijo que “desde el
principio”, “la intención original de Dios” fue que un hombre y una mujer se unieran en matrimonio y,
cuando lo hicieran, se convertirían en uno solo. Jesús confirmó la verdad con una repetición de Génesis
a sus oyentes.
Este es un buen ejemplo a seguir cuando enfrentamos preguntas sobre el género. Debemos arraigar
lo que creemos sobre el sexo, la sexualidad y el matrimonio en la intención original de Dios. Él nos
creó. Él sabe, mejor que nosotras, cómo funciona nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu. Un
pastor que conozco lo explica de esta manera:
Desde el principio, Dios eligió hacernos hombres y mujeres. Y, como la mayoría de los artistas, su
elección creativa tiene significado. El diseño mismo lleva su propia imagen.

VERDAD DE ORO:
“Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de
Dios los creó; hombre y mujer los creó” (Génesis 1:27).
Aceptar nuestra feminidad, como los hombres aceptan su masculinidad, de alguna manera permite que
este mundo perdido vea a Dios. Muchas cosas de nosotros reflejan su imagen. Somos inteligentes,
adoradores y creativos. Hemos desafiado la gravedad para volar naves espaciales a la luna y traspasar
las barreras del idioma para comunicarnos entre nosotros. ¿Por qué la Biblia no hace referencia a tales
rasgos cuando declara que reflejamos su imagen? Menciona solo nuestra masculinidad y feminidad.
Estos dos géneros binarios constituyen la parte esencial que nos hace semejantes a Él.
¿Por qué? Pues bien, una razón puede ser que muestra un aspecto único de la naturaleza social de la
Trinidad. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo son claramente diferentes y, sin embargo,
son uno solo. En el Antiguo Testamento, la palabra para la unidad de Dios es echad (ver Deuteronomio
6:4).
Un hombre y una mujer se unen en matrimonio y también se convierten en uno solo. La Biblia usa la
misma palabra, echad, para describir la unión de un hombre y una mujer en matrimonio (Génesis 2:24).
De esta manera, el género ayuda a completar la ilustración de que reflejamos la imagen de Dios.
Esta verdad es decisiva.
Desde luego, no borra la angustia y el conflicto de los niños y adultos que experimentan la confusión
de no identificarse con su sexo biológico. La disforia de género es real.
Lo mismo ocurre con la intersexualidad, que es un término utilizado para referirse a una serie de
condiciones diferentes, que a menudo implica una anomalía cromosómica, en la que una persona nace
con una anatomía reproductiva o sexual que no es claramente masculina o femenina. En tales casos, se
consulta a un especialista en desarrollo sexual. Los análisis de sangre por lo general revelan que el bebé
es biológicamente masculino o femenino. Sin embargo, en algunas situaciones extremadamente raras,
no hay un sexo claro.
Tal fue el caso de “Laura”, cuya madre adoptiva me llamó en busca de respuestas. Lo que me
comentó su madre sobre la comunidad cristiana me rompió el corazón.
“Tú eres la primera persona cristiana que ha estado dispuesta a dialogar con nosotras —dijo—. Este
tema es demasiado difícil para quienes quieren que todo sea blanco y negro”.
Por ahora, los padres de Laura están criando a su hija como una niña. Es difícil encontrar respuestas,
por lo que no están buscando hacer ninguna cirugía de asignación de sexo. Ayudarán a Laura a tomar
esa decisión cuando crezca.
Casos raros y complejos como este a menudo se usan para legitimar la transexualidad. Sin embargo,
la intersexualidad es una condición fisiológica, mientras que la disforia de género es una condición
psicológica.
Las anomalías cromosómicas son una realidad en nuestro mundo corrupto y caído. Estas incluyen
condiciones como el Síndrome de Down o el Síndrome de Klinefelter (donde el hombre tiene un
cromosoma X adicional que ocasiona problemas de fertilidad y lenguaje) o el Síndrome de X frágil
(una causa común del autismo). Los síndromes son un hecho biológico doloroso que debe abordarse
con amor y compasión.
Los trastornos y las afecciones mentales son otra realidad en este mundo. Algunos de estos son de
naturaleza sexual o están relacionados con el género. Estas condiciones suelen ir acompañadas de
trastornos de estrés postraumático, tendencias suicidas, depresión y otras dificultades, que generalmente
no desaparecen después de haberse realizado las cirugías de reasignación de sexo.[2] ¿Cómo no se nos
rompe el corazón por las personas afectadas por estos trastornos?
Si tu hija lucha con semejante dolor, te ruego que busques una comunidad cristiana amorosa que
pueda ayudarte. Si tu hija no enfrenta ninguna confusión de género, puede convertirse en una fuente de
compasión por otros.
Por favor, entiende que la compasión no reemplaza la convicción. Podemos creer en la Biblia para
responder a nuestras preguntas sobre el cuerpo, la sexualidad y el género, pero vivimos en un mundo
caído donde necesitamos dotar a nuestros hijos con una convicción marcada por la compasión.

HABLA CON DIOS:


Usa Génesis 1:27 para escribir una oración para pedir a Dios que ayude a tu hija a aceptar que es una
niña. Pídele que le dé el deseo de reflejar su imagen. Escribe tu oración en las líneas de abajo.

Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen. A imagen de Dios
los creó; hombre y mujer los creó (Génesis 1:27).
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HABLA CON TU HIJA:


Ahora que has orado, invita a tu hija a leer el capítulo 8 de su libro mientras tú examinas el mismo
contenido aquí mismo. He escrito algunas notas para ti en los márgenes. A medida que leas, quizás
desees agregar tus propias notas para cuando llegue el momento de conversar sobre este capítulo con tu
hija.

Mentiras sobre el hecho de ser una niña


SOFÍA:

“¡Es GENIAL ser una niña!”. Grité eso hoy en el recreo cuando
Gloria, Vicky y yo íbamos tan rápido como podíamos en el carrusel. Todos
los días tratamos de ver quién aguanta más tiempo. Hoy fui YO. Vicky se
rindió muy rápido y Gloria se bajó después. Estábamos tiradas en el suelo,
tratando de no vomitar, cuando Vicky gritó: “¡Las chicas CREAN, los
chicos BABEAN!”. Gloria dijo que su mamá no le deja decir eso porque
tanto las niñas como los niños son valiosos. Eso hizo que Vicky se enojara.
Le preguntó a Gloria: “¿Estás en contra de las chicas?”. Gloria respondió:
“¡No! Pero ¿por qué crees que los niños tienen que ser imbéciles para que
las chicas se sientan inteligentes?”. Luego tuvieron una gran conversación
que no tenía mucho sentido para mí. Ambas dicen que las chicas y los chicos
no son diferentes, pero ¿cómo puede Vicky decir eso y creer que “las chicas
crean y los chicos babean”? ¡SUSPIRO! Estoy superconfundida.
NOTAS PARA MAMÁ
Mamá: escribe aquí lo que sientas en tu corazón.
___________

No eres la única, Sofía. Parece que todos, en todas partes están diciendo que “las
chicas crean y los chicos babean”. Tal vez no usen esas palabras exactas, pero están tratando de
determinar si las chicas o los chicos son más valiosos. Algunos, incluso, están tratando de eliminar las
diferencias entre chicos y chicas.
A veces hay diferencias que no son buenas, y eso debe cambiar. Cuando era niña, muchas mujeres
hacían el mismo tipo de trabajo que los hombres, pero ganaban menos que ellos. Ahora, las personas se
han dado cuenta de que eso no está bien y están luchando para cambiar las cosas a fin de que los
hombres y las mujeres, con el mismo trabajo y la misma experiencia, ganen lo mismo. ¡Eso es bueno!
Sin embargo, a veces la forma en que las personas intentan borrar las diferencias no es la correcta.
Aunque no tiene nada de malo que una niña se vista más como un marimacho que como una princesa,
también debería pensar: “Es genial ser una niña”. Eso no significa que no pueda jugar al baloncesto o
trabajar en la construcción, o que no le puede gustar La guerra de las galaxias más que La cenicienta.
Significa que una chica no debería querer parecerse tanto a un varón que borre todo lo que la distingue
como una jovencita. Hacer eso envía el mensaje de que ser una niña no es nada bueno.
Vayamos directamente a una verdad importante que debes saber sobre el hecho de ser una niña.

VERDAD #13:
Dios creó dos géneros diferentes: masculino y femenino.
NOTAS PARA MAMÁ
Acerca de la verdad #13:
Así como Dios habló con Adán sobre el árbol prohibido en el huerto sin
exponerlo al pecado, tú también puedes tener una conversación decente y
apropiada sobre el género y la sexualidad con tu hija. Numerosas madres han
examinado cuidadosamente este capítulo para presentar la verdad sin robarle
a tu niña la inocencia.
Es probable que tu hija ya haya escuchado algunas de las mentiras sobre
género y sexualidad que circulan en nuestro mundo. Prepárate para hablar
abiertamente sobre ellas en esta conversación. Es mejor que respondas sus
preguntas, que en su curiosidad recurra a sus amigas o Internet.
Si bien este capítulo no trata sobre sexo, es posible que provoque una
conversación sobre el tema. Consulta la introducción del siguiente capítulo
para obtener información importante sobre “la charla”.
Sugerencia de conversación para la verdad #13:
Pregúntale a tu hija cómo se siente con el hecho de ser una niña. Debes estar
dispuesta a tener una conversación abierta sobre cosas que no le gustan.
Luego averigua si conoce a alguien que sea una niña, pero que no le gusta
serlo. Esta pregunta es una forma segura de descubrir cuánto ha estado
expuesta a la confusión de género. Quizás tenga una amiga que es una
excelente atleta y desearía poder jugar al fútbol masculino. Es fácil hablar de
esta inocente etapa del desarrollo, pero también podría conocer a una
compañera de clase, una vecina o una amiga que está haciendo la transición
con la ayuda de padres y profesionales. Prepárate para hablar de eso. Este
capítulo ofrece solo una breve descripción de este tema difícil. Si no te
sientes preparada para tener esta conversación, investiga la verdad bíblica
sobre el género.
Pregunta clave:
¿Podemos ganar más personas para Cristo si demostramos que tenemos la
razón sobre este complicado tema social o si demostramos tener amor por las
personas?
___________

Desde que naciste (e incluso antes de nacer, según Salmos 139:13-16), eras diferente de todos los
niños. Algunas cosas son obvias, pero las mujeres y los hombres son diferentes en aspectos que quizás
no puedas ver.

LAS NIÑAS Y LAS MUJERES


El cuerpo de la mayoría de las chicas adolescentes convierte la energía en una capa más gruesa de grasa
corporal, lo que les brinda la capacidad de resguardar y proteger a su bebé algún día. (¡Esto también las
hace mejores en las competencias de natación, porque su cuerpo se mantiene más caliente y funciona
mejor en el agua!).

Las mujeres adultas tienen mayor abertura de pelvis (lo que significa que sus caderas están más abiertas
y flexibles), lo que les brinda la posibilidad de tener bebés en el futuro.

El cerebro de las mujeres tiende a tener más “cables” que conectan los pensamientos, lo que les brinda
la capacidad de hacer muchas cosas a la vez.

LOS NIÑOS Y LOS HOMBRES


El cuerpo de la mayoría de los varones adolescentes convierte la energía en músculo magro y, a la edad
de 18 años, tiene un 50% más de músculo que la mayoría de las chicas. Esto les da más fuerza y
capacidad de hacer un trabajo físico más duro que la mayoría de las chicas de su edad.[3]

Los hombres adultos tienen estructuras de pelvis más compactas (lo que significa que sus caderas
tienen una contextura más estrecha y más fuerte). Esto les da la capacidad de transportar cosas pesadas
durante largos períodos de tiempo sin lastimarse.[4]

El cerebro de los hombres tiende a tener menos “cables” directos que conectan los pensamientos, lo que
les da la capacidad de concentrarse en una sola cosa y son lentos para resolver los problemas.[5]

Por supuesto, hay excepciones a todo lo que hay en esta tabla. ¡Solo se trata ser el estilo de chica que
Dios diseñó!
Lo que estoy señalando es lo siguiente: es cierto que las chicas y los muchachos pueden hacer
casi cualquier cosa; pero sus cuerpos, cerebros y fortalezas, por lo general, tienen la palabra
“diferente” escrita por todas partes.

Aun así, muchas personas hoy creen esta mentira.


MENTIRA: “NO HAY NINGUNA DIFERENCIA ENTRE
SER UN NIÑO O UNA NIÑA”.
En ocasiones, las chicas se sienten así porque sí les gusta el baloncesto o la construcción o La guerra
de las galaxias. Tal vez incluso quieran “ser fuertes como los chicos” (está bien hacer ejercicio y
fortalecerse, si eso es importante para ti). Algunas veces, las chicas se sienten así porque quieren jugar
al fútbol con sus hermanos o cazar con sus padres. (¡Está bien salir y probar cosas que otras chicas no
hacen!). A veces las chicas se sienten así porque no les gusta el color rosa o usar vestidos. (¡Está bien
que te guste el color azul y usar pantalones!). Está bien ser un estilo de chica diferente.
Sin embargo, a veces las chicas piensan que los niños y las niñas no son diferentes porque se
confunden cuando alguien que conocen nace niña, pero REALMENTE desea ser un niño.
¿Está bien eso? Veamos un versículo bíblico para encontrar la respuesta.

VERDAD DE ORO:
“Entonces Dios dijo: ‘Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen,
para que sean como nosotros’… Así que Dios creó a los seres humanos a
su propia imagen. A imagen de Dios los creó; hombre y mujer los creó”
(Génesis 1:26-27).

Fuiste creada a “imagen” de Dios. Eso significa que fuiste creada para hacer que las personas recuerden
y piensen en Dios, porque hay cosas en ti que son como Él. ¿NO ES GENIAL?
Toma dos lápices. Encierra en un círculo las dos palabras de
nuestra verdad de oro, que mencionan dos cosas específicas sobre cómo fuimos creadas.
Espero que hayas marcado con un círculo las palabras hombre y mujer. Por supuesto, hay
muchas cosas que nos hacen semejantes a Dios. Nuestro cerebro. Nuestra creatividad. No obstante,
Dios solo menciona hombre y mujer en este versículo. Por lo tanto, ser una niña no es
cualquier cosa. (Al igual que ser un niño. Por
eso no me gusta cuando dicen
“¡Las chicas crean, los chicos babean!”).

Porque Él quiere que seamos semejantes a Él. Tal vez te estés preguntando:

¿En qué sentido ser una niña o un niño nos ayuda a ESO?
¡Me alegra que lo hayas preguntado!

Dios es UNO en tres personas diferentes. Dios el Padre, Dios el Hijo y


Dios el Espíritu Santo componen lo que se llama la Trinidad.
Cuando nos creó hombre y mujer, nos dio la capacidad de ser dos
personas completamente diferentes, que Dios podría unir en matrimonio
para que sean UNO.

¿Significa eso que tienes que casarte? ¡No! No obstante, Dios creó dos géneros: masculino y
femenino. Y es importante que ayudes a proteger esa verdad.

También es importante creer que Dios creó diferencias entre el hombre y la mujer. Esto incluye
aprender lo que la Biblia nos enseña sobre cómo debemos interactuar unos con otros. Es importante
conocer las pautas de Dios sobre cómo fueron creados los hombres y las mujeres para que podamos
vivir en este mundo de la manera que Dios diseñó.
Esta es una mentira sobre la cual la Biblia habla fuerte y claramente. Dice que cuando alguien
decide creer su propia verdad sobre los hombres y las mujeres “cambiaron la verdad acerca de Dios por
una mentira” (Romanos 1:25).

¡ELIGE LA VERDAD!
VERDAD #14:
Tu capacidad de traer una vida al mundo es algo para celebrar.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #14:
Muchas niñas tienen su menstruación sin que nunca se les haya enseñado al
respecto. Eso puede ser aterrador. Las niñas pueden tener la menarquía
(aparición de la primera menstruación) tan pronto como a los nueve años, por
lo que es una buena idea abordar el tema antes de esa edad.
Su menstruación es una magnífica señal de que el cuerpo de tu hija se está
preparando para dar vida. Usa este capítulo para preparar el terreno y
explicarle cómo funciona todo o para continuar la conversación.
Si no estás segura si ya está lista, la formación de los senos por lo general
comienza entre seis meses y un año antes de la primera menstruación de una
niña. Sin embargo, a veces incluso eso no representa un indicio para tener
dicha conversación. Es mejor adelantarse a su experiencia con consejos
prácticos para que esté preparada para ese momento trascendental de su vida.
Sugerencias de conversación para la verdad #14:
Asegúrate de presentar este tema de manera positiva. Muchas de las niñas de
siete a doce años de edad, que participaron en nuestra encuesta, expresaron
algunos temores sobre el cambio de su cuerpo y, finalmente, sobre el hecho
de tener bebés. Tu primera conversación sobre la menstruación de tu hija
determinará la forma en que ella piense del proceso de convertirse en madre.
No puedo pensar en nada más maravilloso para su futuro que la posibilidad
de dar a luz.
Notarás que incluí la palabra posibilidad (que he resaltado para ti) en el libro
de tu hija cuando hice referencia a tener hijos. Esto se debe a que a veces
Dios da hijos a través de la adopción (una de mis dos hijas es adoptada). Y, a
veces, su plan para la vida de una mujer no incluye tener hijos. Asegúrate de
orientar tu conversación de tal modo de prepararla para dicha posibilidad
también.
___________

Nadie reparte premios, pero todas las chicas se convertirán en mujeres. ¡Esto te incluye a ti! Uno
de los más grandes cambios es tener tu menstruación. Ocurre en cualquier momento entre los 9 y los 16
años, por lo que es un poco difícil saber exactamente cuándo sucederá. La señal más notable será la
presencia de sangre en tu ropa interior. No te preocupes. No es porque te hayas lastimado, y
es totalmente normal. (Tu mamá, tu abuela o una tía te ayudarán a saber más sobre cómo cuidar tu
cuerpo).
Déjame decirte lo que realmente está sucediendo cuando tienes tu menstruación. ¡En este momento
tienes aproximadamente trescientos mil óvulos en tu cuerpo, y cada uno podrían convertirse en un
completo SER HUMANO! (¡Tranquila! No vas a tener 300.000 bebés). Funciona así:

Cada mes, una parte de tu cuerpo llamada ovarios libera algunos de estos óvulos.

Un área en forma de triángulo llamada útero constituye un buen recubrimiento suave y


blando, de modo que, si uno o dos de esos óvulos empiezan a convertirse en bebés, tienen un
lugar seguro donde crecer.

Sin embargo, si eso no sucede, el útero se despoja de ese recubrimiento suave y blando.
Esto es lo que ves cuando notas la presencia de sangre.

CÓMO SE VE DENTRO DE TU CUERPO


Tu periodo menstrual es muy científico y sorprendente. Lo mejor es que te recuerda que tienes un
diseño único como mujer, y una de las capacidades extraordinarias de ser mujer es la posibilidad de
tener hijos algún día. Esto es lo que Dios dice de la posibilidad de convertirte en mamá:

VERDAD DE ORO:
“Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte”
(Salmos 127:3).
¡Tener un cuerpo que sea capaz de engendrar hijos es una buena razón para celebrar! Algunas
chicas hacen algo especial cuando tienen su primera menstruación. Sus madres las llevan a cenar afuera
o hacen una fiesta donde otras mujeres les dan consejos. Creo que es una buena idea.
Sin embargo, no todas piensan que tener su menstruación es algo para celebrar.

Algunas chicas (e incluso algunas mamás) creen esta mentira.


MENTIRA: “TENER MI MENSTRUACIÓN VA A SER
HORRIBLE”.
Es cierto que el período menstrual puede ser incómodo. A veces tienes espasmos en el vientre o dolor
de cabeza. Algunas chicas incluso se ponen muy malhumoradas y malas. (¡No hagas eso! Tener tu
menstruación no es una excusa para ser mala). También es cierto que tener hijos duele. Y también es
maravillosamente cierto que, por lo general, te olvidas del dolor.
Confía en mí, tener tu período menstrual probablemente no sea tan malo como crees. Solo es algo
nuevo.
Una cosa que me ha ayudado a responder bien a mi menstruación es recordar que Dios quiere que
hagamos “todo” sin “quejarnos”. Eso incluye tener la menstruación. ¿Recuerdas ese versículo de la
verdad #6?
En 1 Tesalonicenses 5:18 leemos: “den gracias a Dios en toda situación” (NVI). He descubierto que
cualquier situación difícil se vuelve más fácil cuando estoy agradecida. ¿Por qué no intentas dar gracias
a Dios por haberte hecho niña en lugar de estar nerviosa por tu menstruación? De alguna manera u otra
vendrá. Podrías también tener una buena actitud al respecto.
En lugar de tener miedo de tu menstruación, comienza tu condición de mujer con alguna
celebración. No es horrible. En realidad, es una magnífica demostración de la capacidad que
Dios te ha dado de tener hijos, y vale la pena celebrarlo.

NOTAS PARA MAMÁ


Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá”, si
necesitas repasarlas.
___________

Toma tus lápices. Es el momento de profundizar en la verdad.

LA MENTIRA LA VERDAD
• Dios creó dos géneros diferentes: masculino y
femenino (Génesis 1:27).
• Las niñas y los niños tienen muchas diferencias
No hay ninguna físicas, mentales y prácticas.
diferencia entre ser • Está bien ser un estilo de chica diferente,
un niño o una niña. siempre y cuando creas que Dios te hizo mujer.
• Aquellos que no creen en solo dos géneros
distintos, masculino y femenino, han cambiado
la verdad de Dios por una mentira (Romanos 1:25).
• Tu menstruación es una magnífica demostración
de la capacidad que Dios te ha dado de tener
hijos, y vale la pena celebrarlo.
Tener mi
menstruación va a • Tener hijos es un regalo de Dios (Salmos 127:3, 5a).
ser horrible. • Debes hacer todo, incluso tener tu menstruación,
sin rezongar ni quejarte (Filipenses 2:14, 16).
• Debes hacer todo, incluso tener tu menstruación,
con acción de gracias a Dios (1 Tesalonicenses 5:18).

ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD


¡Es tu turno de ser autora!

¿Has creído alguna de estas mentiras sobre el hecho de ser una


niña? Marca con una X cualquiera de LAS MENTIRAS de este
capítulo que hayas creído.

¿En qué verdad necesitas pensar todo el tiempo, TODOS


LOS DÍAS? Echa un vistazo a LA VERDAD que hemos
descubierto juntas. Ahora encierra en un círculo la que te parezca
importante considerar.

A continuación, comienza a pensar en ella todo el tiempo,


TODOS LOS DÍAS. Puedes empezar por escribir una oración a
Dios, un versículo bíblico que sea de ayuda o algunos pensamientos
que no quieras olvidar en el espacio de abajo.

Ayuda a Sofía a creer la verdad


¡Es el momento de dar un consejo a Sofía!
La conversación que Sofía escuchó en el recreo reveló que sus amigas están confundidas sobre las
diferencias entre niños y niñas. Sofía también se confundió. ¿Crees que estaba bien que su amiga dijera:
“Las chicas crean, los chicos babean”? ¿Por qué sí o por qué no?
[*]El porcentaje restante de niñas seleccionó “otro”, porque ninguna de las afirmaciones reflejaba cómo se sentían sobre el hecho de ser niñas.
La verdad y mentiras sobre los chicos

Podrías pensar que es natural hablar de chicos con tu hija. O tal vez evites tocar el tema como si se
tratara de una plaga. De un modo o de otro, es imprescindible hablarlo y, probablemente, ya lo sepas.
Los grupos de enfoque que tuve con las madres revelaron que temas como “los chicos y el sexo” era
el tercero en la lista de mentiras que más les preocupaba. Muchas madres lamentaban cosas de sus años
de adolescencia, que esperaban que su hija no experimentara. Otras, simplemente, se dejaron arrastrar
por la locura por los chicos y los mensajes sexuales de la cultura. Sin embargo, la mayoría de ellas
sabía que era importante plantar semillas de la verdad sobre temas como los chicos y el sexo.
Cuando comencé a hablarles a sus hijas, rápidamente identifiqué una gran barrera que impedía la
conversación. El comentario más común que escuché de las niñas a medida que incursionábamos en el
tema fue: “¡Hablar de chicos con mi mamá es ‘raro’!”.
Había varias razones por las que se sentían incómodas de hablar con sus mamás sobre los chicos,
pero una de sus preocupaciones en particular es la que pesa sobre mi corazón. Las niñas temían que sus
madres les contaran a otras personas sus pensamientos y sentimientos personales, o les contaran
historias que harían que la gente se riera de ellas. Una niña lo expresó de la siguiente manera:
No hablo de chicos con mi mamá porque puede llegar a oídos de muchas personas.
Uno de los aspectos cruciales de enseñar a tu hija la verdad bíblica sobre los chicos y el sexo es
mantener abiertas las líneas de comunicación. Nada la desanimará más a callar que sentirse
avergonzada o que su confianza haya sido traicionada. (Podrías tener esto en cuenta la próxima vez que
publiques una foto de ella o una historia sobre ella en las redes sociales).
Un versículo de la Biblia que me ayuda a pensar bien lo que digo sobre mis hijos está dirigido a los
padres, pero creo que el principio también es valioso para nosotras como madres.

VERDAD DE ORO:
“Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen” (Colosenses
3:21).

Como padres, a veces nuestras acciones pueden frustrar a nuestros hijos y hacer que se enojen, se
amarguen y se desanimen. Aquí hay algunas cosas que pueden ayudarte a no exasperar a tu hija cuando
surjan temas como los chicos y el sexo:
1 Es posible que tu hija diga, inconscientemente, algo inexacto o cómico cuando hablen
sobre los chicos y el sexo. No la hagas sentir como la hazmerreír. En cambio, crea un espacio
seguro para que cometa errores inocentes. Esto genera confianza para que ella continúe
incursionando en temas incómodos contigo. Sinceramente, esto es algo que desearía haber hecho
mejor con mis hijas.

2 A veces necesitarás consejos para responder a las preguntas y experiencias de tu hija.


Búscalos discretamente de fuentes que protejan su privacidad. Habrá momentos en que necesites
buscar ayuda. Sé sabia a la hora de buscar consejos. Cuéntale a tu hija con anticipación que
planeas pedir consejo a alguien sobre su situación. Dile algo como: “No sé cómo ayudarte con
esto, pero _________ ha sido una gran fuente de sabiduría para mí cuando tengo problemas
personales. ¿Te importaría si le pregunto qué piensa ella?”. Revelar tus intenciones desde un
principio normalmente generará confianza en ella, en lugar de que te pierda confianza cuando se
entere después del hecho.

3 A medida que te ganas la confianza de tu hija, ella podría hablarte de comportamientos de


sus amigas que tú deberás informar a otro adulto. Hazle saber a tu hija que puede hablar contigo
de cualquier cosa. Sin embargo, si te das cuenta de que alguien está implicado en conductas poco
saludables o peligrosas, es tu responsabilidad ayudar. Decirle esto por lo general abrirá las líneas
de comunicación en lugar de cortarlas. Ella verá que una de las motivaciones principales es la
protección.

Otra barrera que impide tener conversaciones saludables con tu hija sobre los chicos y el sexo es el
dolor del pasado. Estoy hablando de tu pasado. Y el mío.
Si queremos ayudar eficazmente a nuestras hijas a desarrollar una visión saludable de los chicos y el
sexo, necesitamos tener nuestra propia visión saludable al respecto. Te animo a buscar sanidad. En mi
caso, necesité asesoramiento profesional cristiano, consejos sabios de mujeres mayores y mucho tiempo
con Jesús. Tuve que hacer un trabajo arduo para vencer las mentiras que estaban arraigadas en mi
corazón como resultado de mis necias decisiones. Tu sanidad crea un fundamento para que le enseñes a
tu hija la verdad sobre los chicos y el sexo.
Sí, hablar de chicos significa que también tienes que hablar de sexo.
La mayoría de los niños están listos, desde el punto de vista de su desarrollo, para este tema a los
nueve años. Alrededor de esa edad, te animo a iniciar esta conversación para que puedas plantar las
semillas de la verdad y comenzar un diálogo continuo para formar una ética sexual saludable. En
nuestros grupos de enfoque, solo alrededor del 50% de las madres con hijas de nueve años o más había
hablado con su hija sobre el sexo. Tu silencio crea un vacío para que entren las mentiras del mundo. Sé
una experta en sembrar la verdad.
Este libro no pretende ser una guía completa para cuando hables con tu hija sobre el sexo. Sin
embargo, estos iniciadores de conversación, agrupados por etapas del desarrollo, podrían ayudarte.
Espero que te den valor y un punto de partida.
INICIADORES DE CONVERSACIÓN PARA CADA ETAPA
DEL DESARROLLO MORAL
Imitación (Edades 2-5)
“Es genial ser una niña”.
“Los niños y las niñas son diferentes”.
“Hay imágenes buenas y malas en Internet. Algunas de las imágenes malas muestran a personas sin
ropa. Si en alguna ocasión ves una mala imagen, deberías decírmelo. ¿De acuerdo?”. (Esta es una
conversación importante para proteger a tu hija de la pornografía).

Consejería (Edades 6-11)


“En nuestra familia preferimos que empieces a salir con chicos cuando cumplas _________. Esperamos
que decidas esperar hasta entonces para tener novio”.
“A tu papá y a mí nos gustaría responder tus preguntas sobre los chicos. ¿Qué podemos hacer para que
te resulte cómodo hablar de eso?”.
“Dios creó la parte íntima del cuerpo de un hombre (que se llama pene) para que entre en la parte
íntima del cuerpo de una mujer (que se llama vagina). A veces, cuando un esposo y una esposa quieren
demostrarse cuánto se aman, juntan esas partes. A eso llamamos sexo”.
“El sexo es un maravilloso regalo de Dios para que un hombre y una mujer compartan juntos cuando
están casados”.

Entrenamiento (Edad 12+)


“A tu papá y a mí nos gustaría responder tus preguntas sobre el sexo y la sexualidad. ¿Qué podemos
hacer para que te resulte cómodo hablar de eso?”.
“Tener sexo no es lo único que es sexy o sexual. Hay muchas otras cosas que llevan a eso, así que
hablemos de qué tipo de límites necesitas tener antes de casarte”. (Esta conversación debería incluir
cosas como pornografía, sexting [enviar mensajes de texto sexualmente explícito o imágenes a través
del teléfono celular], masturbación, sexo oral, “manosearse”, “acostarse”, etc.).
Tú y tu hija podrían llegar a un punto donde ambas reconozcan la tensión que rodea la conversación,
pero aun así se sienten bien de hacerlo. Una de las chicas con las que hablé lo expresó de esta manera:

Es raro hablar de chicos con tu mamá, pero, después de hacerlo, te sientes


mucho mejor.
HABLA CON DIOS:
Usa Colosenses 3:21 para escribir una oración sincera a Dios. Si has sentido convicción de pecado
por algo que he escrito en este capítulo, confiésalo a Dios. Si no lo has hecho, pídele que te revele
alguna manera en que puedas estar exasperando o desanimando a tu hija. Escribe tu oración en las
líneas de abajo.

Padres, no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen (Colosenses


3:21).
__________________________
__________________________
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HABLA CON TU HIJA:


Ahora que has orado, invita a tu hija a leer el capítulo 9 de su libro mientras tú examinas el mismo
contenido aquí en tu libro. He escrito algunas notas para ti en los márgenes. Tal vez desees agregar tus
propias notas para cuando llegue el momento de conversar sobre este capítulo con tu hija.

Mentiras sobre los chicos


SOFÍA:
Es la historia de siempre y ¡nunca me salvo de la PREGUNTA cada vez
que voy a la casa de mi abuela Betty! En Navidad de este año, pensé que me
iba a salvar, pero NO. De hecho, ya teníamos nuestros abrigos puestos y
habíamos cargado nuestros regalos de Navidad en la minivan. Mi hermano
pequeño estaba incluso en el asiento del vehículo. Abracé a la abuela Betty y
luego ocurrió: “¿Y, ya tienes novio?”. Me escabullí dentro de la minivan
tan rápido como pude y me senté en el asiento trasero, tratando de no
estallar de vergüenza. ¡Dios mío! ¡Me ha estado haciendo esa pregunta
desde que iba al JARDÍN DE INFANTES!

¿Te ha pasado alguna vez? A veces no son solo las chicas de tu edad las que te
presionan a perder la cabeza por los chicos. Parece que algunos de los adultos más confiables piensan
que es gracioso preguntarles a las chicas si tienen novio.

NOTAS PARA MAMÁ


Mamá: escribe aquí lo que sientas en tu corazón.
___________

Si no te parece gracioso, has venido al lugar correcto. Yo tampoco creo que sea gracioso. Que te
gusten los chicos es un asunto serio, porque cuando TE GUSTAN LOS CHICOS, por lo general,
después quieres tener una relación especial con ellos. Tener una relación especial
con los CHICOS, generalmente, te lleva a salir con ellos. Y SALIR CON LOS CHICOS,
generalmente, te lleva a casarte con uno. La mayoría de las personas piensa que el matrimonio es
bastante serio, así que creo que el tema de los chicos también es bastante serio.
Aquí hay una verdad que muchas de ustedes ya saben, porque más de la mitad de las chicas con las
que hablamos nos dijeron: “Planeo esperar hasta que sea mayor para tener novio”.

VERDAD #15:
Puedes decir que “no” a la locura por los chicos.

NOTAS PARA MAMÁ


Pregunta clave:
Efesios 5:31-32 nos enseña que el matrimonio refleja la imagen de Cristo y
su esposa, la Iglesia. Si eso es verdad, ¿qué tan motivado crees que está
Satanás de ver esa imagen destruida en la vida de tu hija?
Acerca de la verdad #15:
Los mensajes positivos en la crianza de los hijos son mucho más poderosos
que los negativos. Cuando hables de esta mentira, te animo a que le
comuniques a tu hija cuándo podría empezar a interesarse por los chicos.
He tenido muchas conversaciones con madres desconsoladas, que
descubrieron que su hija de sexto, séptimo u octavo grado tenía un novio.
Siempre les pregunto si le habían comunicado previamente cuándo podían
tener una relación así. A veces se lamentan al darse cuenta de que se
perdieron una importante posibilidad de tener esta conversación.
Bob y yo empezamos a comunicarles nuestra preferencia familiar con
respecto a ponerse de novio cuando nuestros hijos estaban en los primeros
años de la escuela primaria. Debido a que fuimos testigos de “relaciones”
infantiles, pero no obstante reales, entre niños de cuarto o quinto grado,
quisimos anticiparnos a la cultura en este ámbito.
No se puede negar que las chicas y los chicos experimentarán atracción.
Anima a tu hija a aprender a responder a sus sentimientos e interactuar con
los varones como amigos.
Después de todo, gran parte del matrimonio es amistad. Será un elemento
fundamental para su futuro y evitará que se deje arrastrar por la multitud de
locas por los chicos.
Sugerencia de conversación para la verdad #15:
Si tu hija o sus amigas están locas por los chicos, esta conversación podría
cobrar vida propia. Cubre ese momento en oración y háblalo.
Sin embargo, tal vez tu hija sea parte del 53% de las adolescentes que
tomaron mi encuesta y respondieron: “No estoy pensando mucho en los
chicos”. ¡Eso es fantástico! Esta conversación será breve, a menos que la
utilices para pasar a un tema más amplio: “lo normal está sobrevalorado”.
Notarás que a menudo menciono este concepto. Lo normal no puede ser
nuestra vara de medir la verdad. La Palabra de Dios tiene ese honor. Antes de
comenzar esta conversación con tu hija, piensa en cualquier área donde pueda
creer la mentira de que una conducta o actividad está bien porque es
“normal”. Toma nota de eso y centra tu conversación en lo que ella más lo
necesita.
___________

Tal vez eso te parezca difícil. A pesar de que muchas chicas no querían tener novio, algunas de ellas
ya tienen uno. Así que sé que puedes sentir un poco de presión.
Puede que incluso sientas que no puedes controlar tus sentimientos y que pierdes la cabeza por los
chicos. Quizás crees que son solo sentimientos que se manifiestan de manera natural. Recordatorio:
cada vez que tengas un sentimiento fuerte, debes evaluarlo con la verdad de Dios para ver cómo
responder a él. ¡Aquí hay una verdad de oro que espero que algunas de ustedes las lleven a saltar del
tren de la locura por los chicos!

VERDAD DE ORO:
“Prométanme… que no despertarán al amor hasta que llegue el
momento apropiado” (Cantares 2:7).
Este versículo es del libro de la celebración bíblica del matrimonio y el amor romántico: el Cantar de
los Cantares. El libro expresa que tanto el matrimonio como el romance son buenos. También da
consejos útiles sobre cómo experimentar el amor.
Dios creó el matrimonio y el amor. Él sabe que los sentimientos pueden sobrepasar las buenas
elecciones, y que los sentimientos no son suficientes para apoyar una relación. Este versículo instruye a
personas de todas las edades a no implicarse demasiado pronto en una relación romántica, porque
podría crecer más rápido que el compromiso necesario para que el amor dure.
¿Estás lista para comprometerte con alguien para toda la vida? Si la respuesta es no, este versículo
bíblico es para ti. No es el momento adecuado para “despertar” al amor romántico y a la locura por los
chicos.
¿Te parece imposible en este mundo donde las chicas pierden la cabeza por los chicos? ¡Dios no
hubiera puesto este versículo en la Biblia si fuera IMPOSIBLE! Por lo tanto, sé que puedes
decir que “no” a la locura por los chicos. Puede que necesites confiar en Dios y en la ayuda de otros,
pero es posible.

Aun así, algunas chicas creen esta mentira.


MENTIRA: “ESTÁ BIEN PERDER LA CABEZA POR UN
CHICO”.
El 21% de las chicas dijo que está bien perder la cabeza por los
chicos.
Me dijeron que es “normal” perder la cabeza por los chicos. ¡Bueno! Déjame recordártelo una vez más:
¡lo normal está sobrevalorado!
Es “normal” que algunas de tus amigas pierdan la cabeza por la ropa y los productos de belleza, pero
no puedo encontrar ningún versículo de la Biblia que diga que las chicas deberían estar a la moda.
Encuentro versículos que dicen que no debemos preocuparnos demasiado por esas cosas.
Es “normal” que chicas de todas las edades tengan “amigas falsas”: amigas que a veces se
convierten en enemigas. Y algunas dicen que es “normal” ser “chicas malas”. No puedo encontrar
ningún versículo en la Biblia donde diga que eso esté bien. En cambio, encuentro versículos que dicen
cosas como estas: “Sean amables unos con otros” (Efesios 4:32).
También puede ser “normal” que las adolescentes se vuelvan locas por los chicos, pero no es lo
mejor de Dios. Su Palabra dice que puedes esperar, así que creo que puedes hacerlo.
¿Sabes qué clase de locura puedes tener? ¡Locura por Dios! Una chica loca por Dios se puede
identificar fácilmente. Es la que le permite a Dios tener la primera y la última palabra en todo lo que
ella hace. Es decir, le obedece. ¿Por qué no te subes al tren de chicas locas por Dios con chicas que
creen, igual que yo, que pueden esperar el momento adecuado para pensar en los chicos y el amor?

VERDAD #16:
Nunca serás demasiado grande para necesitar un sabio consejo.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #16:
Espero sinceramente que la conversación entre tú y tu hija esté a punto de
eliminar las barreras que impiden hablar sobre los chicos y el sexo, pues tu
hija y tú nunca serán demasiado grandes para necesitar un sabio consejo.
¿Necesitas consejos sobre los hombres y el sexo? Quizás eres una madre
soltera y necesitas invitar a una mujer piadosa y mayor a tu vida para que te
ayude a abordar tus deseos con sabiduría y dominio propio.
O tal vez eres una mujer casada que está experimentando barreras sexuales y
necesitas buscar consejería profesional cristiana que te ayude a lograr un
mayor grado de intimidad con tu esposo.
Buscar a alguien que te dé consejos y a quien puedas rendir cuenta de tus
propios actos construye una base sobre la cual desafiar a tu hija a hacer lo
mismo. Descubrí que es difícil enseñarles a mis hijas lo que no estoy
viviendo en mi propia vida.
Sugerencia de conversación para la verdad #16:
Cuando mis hijas eran preadolescentes, encontré que algunos temas eran más
difíciles que otros. Una amiga sabia me dio la idea de escribir un diario
íntimo entre las dos. Eso nos dio a cada una la oportunidad de revisar
nuestras palabras y no correr el riesgo de malinterpretarnos mutuamente.
Si tu hija aún no ha tomado un cuaderno con espiral para la actividad
sugerida en este capítulo, busca uno y trae algunos materiales de arte para
decorarlo mientras hablas sobre los chicos. A veces, tener las manos
ocupadas en una actividad hace que la conversación sea menos incómoda.
Yo le daría a tu hija la opción de escribir primero en el diario íntimo o si no,
toma tú la iniciativa. Si empiezas tú, dile que es un honor y un privilegio ser
su madre y que te encantaría contar con su confianza mientras se desenvuelve
en el mundo de los chicos y las relaciones.
___________

Una forma de evitar la locura por los chicos es hablar con tu madre. O incluso ella podría
ayudarte a saltar del tren de la locura por los chicos, si ya estás en él. Dios te dio una madre para que te
guíe. Y la Biblia dice que nuestros padres deben ser la fuente principal de sabiduría en todas las áreas,
incluidos los chicos.
Sin embargo, aquí tenemos un gran problema para resolver en el mundo de las chicas.

El 80% de las chicas no habla de chicos con su madre.


Muchas de ellas dicen que la razón es porque es raro.

Esas chicas creen esta mentira.


MENTIRA: “NO NECESITO HABLAR DE CHICOS CON
MI MAMÁ”.

LAS CHICAS QUE CREEN ESTA MENTIRA DIJERON COSAS


COMO ESTA:

No me siento muy cómoda de hablar de eso con ella.

Es mi vida personal. ¡Es un asunto privado!

Puede parecer “raro”. Podrías sentir que perderás parte de tu libertad e independencia. (Recuerda
que no necesitas libertad. Consulta la página 69). Tal vez tengas algunos temores de que tu madre
hable con otras personas sobre lo que le cuentes, como quizás con tu padre. (Déjame animarte a hablar
con tu madre de ESO para que ella conozca tu perspectiva).
Una vez más, necesitas leer la Biblia para saber cómo responder a tus sentimientos. Quiero animarte
a ser más fuerte que tus miedos y hacer lo que Dios quiere que hagas: hablar con tu mamá.
¿Cómo sé que Él quiere que hagas eso? Debido a que esta verdad de oro dice que nunca serás
demasiado grande para necesitar un sabio consejo.

VERDAD DE ORO:
“Camina con sabios y te harás sabio; júntate con necios y te meterás en
dificultades” (Proverbios 13:20).
Este proverbio es para ti, para mí y para nuestras mamás y abuelas también. No dice “camina con
sabios hasta que tengas 12, 18 o 21 años”. Solo dice que lo hagas. Nunca quedarás fuera de este
versículo bíblico.
“Caminar con sabios” significa integrarlos en todas las áreas de tu vida. Eso incluye hablar de
chicos. De hecho, puesto que el matrimonio es tan importante para Dios, el tema de los chicos puede
ser uno de los temas más importantes para hablar.
¿Te ayudaría saber que tu madre también podría sentirse un poco incómoda con esto? Durante
mucho tiempo, he estado ayudando a madres e hijas a hablar sobre los chicos. (¡Creo que ESO es
importante!). Una cosa que recomiendo es comenzar un diario íntimo de madre e hija. Es una buena
manera de abordar fácilmente los temas más incómodos de los que necesitas hablar. (También puedes
usarlo con tu abuela o tía o con una mujer de la iglesia que quieras, ¡si esa es la persona que Dios te ha
dado para hablar sobre cosas importantes!). Funciona así:

Busca un cuaderno de espiral en tu casa. Por lo general, hay uno en


alguna parte.
Etiquétalo: “Nuestro diario íntimo”. ¡Decora la portada como más te
guste y hazla tuya!

Escribe la primera carta o anotación en el diario íntimo para tu mamá,


abuela o tía o a quienquiera que sea y comienza con esto: “Mentiras que las
niñas creen me ha enseñado que nunca se es demasiado grande para recibir
un sabio consejo. Quisiera empezar a recibir consejos, y quiero que seas mi
consejera. Uno de los temas sobre los que quiero hablar es de los chicos.
Algunos otros temas son (incluye algunas cosas en las que necesites ayuda).
¿Podríamos empezar a escribirnos una a la otra en este diario íntimo? Podría
hacer que fuera más fácil hablar”. Ahora agrega a esto algo que salga de tu
corazón. Escribe dos preguntas que tengas sobre los chicos. Y luego fírmalo
con tu nombre.

Coloca el cuaderno en algún sitio donde tu sabia consejera pueda


encontrarlo.

Espera a que aparezca en tu cama, escritorio o área de trabajo con una


anotación llena de buenos consejos.

Esta ha sido una muy buena herramienta para algunas madres e hijas que han tenido dificultades
para comenzar. Y creo que te resultará más fácil una vez que empieces. Una chica me dijo:

Es raro hablar de chicos con tu mamá, pero, después de


hacerlo, te sientes mucho mejor.

NOTAS PARA MAMÁ


Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá”, si
necesitas repasarlas.
___________
Toma tus lápices. Es el momento de profundizar en la verdad.

LA MENTIRA LA VERDAD
• No deberías “buscar” o “despertar” al amor hasta
que puedas hacer un compromiso con alguien para
Está bien perder la toda la vida (Cantares 2:7).
cabeza por los
• Es mejor estar loca por Dios (2 Corintios 5:13-14).
chicos.
• Puede ser “normal” perder la cabeza por los
chicos, pero no es lo mejor de Dios (Filipenses 2:15).
No necesito hablar • Nunca serás demasiado grande para necesitar un
de chicos con mi sabio consejo (Proverbios 13:20).
mamá. • Será más fácil una vez que comiences.
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!

¿Has creído alguna de estas mentiras sobre los chicos?


Marca con una X cualquiera de LAS MENTIRAS de este
capítulo que hayas creído.

¿En qué verdad necesitas pensar todo el tiempo, TODOS


LOS DÍAS? Echa un vistazo a LA VERDAD que hemos
descubierto juntas. Ahora encierra en un círculo la que te
parezca importante considerar.

A continuación, comienza a pensar en ella todo el tiempo,


TODOS LOS DÍAS. Puedes empezar por escribir una
oración a Dios, un versículo bíblico que sea de ayuda o
algunos pensamientos que no quieras olvidar en el espacio de
abajo.

Ayuda a Sofía a creer la verdad


¡Es el momento de dar un consejo a Sofía!
¿Cómo crees que Sofía debería responder a su abuela Betty la próxima vez que le pregunte si tiene
novio?
(Un pista: tal vez ella debería recibir algún sabio consejo).

¿Crees que Sofía debería contarle a su madre que su abuela la está haciendo sentir incómoda? ¿Cómo
crees que Sofía podría sacar el tema?
La verdad y mentiras sobre la amistad

Si le preguntaras a tu hija qué tema de este libro es el más importante para ella, podría responder: “la
amistad”. Entonces busquemos la mejor manera de sembrar la verdad sobre la amistad en nuestras
niñas.
La respuesta breve es: enseñarles la verdad con nuestro ejemplo.
Incluso como mujeres adultas, puede ser difícil. Sufrir el acoso de la chica popular de la clase se
supone que solo sucede en la escuela intermedia, pero todas sabemos que a veces las mujeres adultas no
actúan bien. Las guerras de mamás están “vivas y coleando”. Algunas mujeres critican a espaldas de
otras madres cómo crían a sus hijos, mientras que otras publican comentarios sarcásticos en las redes
sociales para que todos los vean. Las madres discrepan firmemente sobre temas que van desde la
lactancia materna hasta el control de la natalidad, las vacunas, las decisiones médicas y las opciones
educativas. Esto a menudo crea división en los vecindarios, iglesias y círculos de amigas.
Tal vez conozcas a una de estas mujeres. Tal vez seas una de ellas.
Sin embargo, las chicas malas no se circunscriben solo a la amistad. Muchas de nosotras hemos
experimentado discordias en nuestras propias familias a causa de ellas. Quizás sean tu abuela y tu
madre, o dos hermanas. Antes de darse cuenta, una pequeña falta de comunicación o de comprensión se
convierte en un enfrentamiento de por vida. El conflicto puede resultar en que las familias no se hablen
entre sí, pasen los días de fiesta separados o no se ayuden en momentos de necesidad. Cuando las
mujeres permiten que la chica mala que llevan dentro salga a la superficie, puede ser increíblemente
destructivo para las familias y otras relaciones.
Veamos la clásica historia de la Biblia: Sara y Agar. La historia se encuentra en Génesis 16.
Sara no podía tener hijos. Como sabía que esta era una de las principales prioridades para su marido
Abraham, Sara le dio instrucciones de que se casara y tuviera un hijo con su criada Agar. (Permíteme
decir que estoy muy agradecida de que en nuestra cultura de hoy, por lo general, se observa la
instrucción bíblica de que los hombres tengan una sola esposa. Es posible que esta familia haya elegido
lo que era normal para la época, pero no era el diseño de Dios).
La Biblia dice que “cuando Agar supo que estaba embarazada, comenzó a tratar con desprecio a su
señora, Sarai” (Génesis 16:4). Con su nueva posición y su exitoso embarazo, Agar pensó que Sara no
era importante. Por supuesto, Sara le devolvió el desprecio y trató a Agar con la misma maldad.
¿Te imaginas el dolor? Es posible que tú y yo nunca conozcamos una relación tan complicada como
la que compartían estas pobres mujeres. Estaban teniendo sexo con el mismo hombre. Las
inseguridades, la amargura y la vergüenza deben haberse acumulado tanto, en lo profundo de su ser,
que solo Dios podía rescatarlas. Y Él lo iba a hacer, como explican más adelante las Escrituras. No
obstante, por ahora veamos cómo estas dos chicas malas empeoraron las cosas.
En lugar de preocuparse por el dolor de cada una, estas mujeres reaccionaron con una actitud de
engreimiento y autoprotección que empeoró aún más su difícil situación. Se convirtió en una pelea
personal que fue destructiva para toda la familia. Al final, Agar y su hijo Ismael fueron separados de
todos y de todo lo que habían conocido. Dios se manifiesta a ellos para consolarlos y suplir sus
necesidades, pero no gracias a Sara.
Dado que he sido testigo de alejamientos familiares en la actualidad, a veces me pregunto: ¿Alguna
vez estas mujeres extrañaron la comunión que antes tenían? ¿Extrañaba Isaac a su hermano mayor,
Ismael? ¿La relación de Sara y Abraham volvió a ser la misma o él se sentía controlado por la
amargura de su primera esposa? Las consecuencias afectaron a todos, no solo a Sara y Agar.
La forma en que tratamos a los demás afecta a todos los que nos rodean, especialmente a nuestros
hijos. Si ellos ven una chica mala en nosotras, es probable que copien nuestro comportamiento. Sin
embargo, si ven que amamos a los demás, harán lo mismo. Seamos un ejemplo lleno de verdad. La
Palabra de Dios nos instruye:

VERDAD DE ORO:
“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es
decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen
solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los
demás” (Filipenses 2:3-4).
Pienso que considerar a los demás como mejores que yo mantiene a raya el egocentrismo. Esto es
particularmente útil cuando no puedo comprender el punto de vista de otra persona. Cuando eres un
ejemplo en esta área, tu hija tiene más posibilidades de tener buenas amistades.
Otra área donde necesitamos dar ejemplo a nuestras hijas es en cómo poner las amistades en general
en la perspectiva adecuada. Independientemente del tema que abordáramos en los grupos de enfoque, a
menudo las madres terminaban dando vueltas para referirse a las chicas malas, las falsas amigas, las
mejores amigas y las acosadoras. Aunque me doy cuenta de que esto refleja lo complicadas que suelen
ser las amistades de nuestras hijas durante los años de la preadolescencia, sentí que algunas de las
mamás ponían el énfasis equivocado en la amistad. Esta conclusión fue más evidente para mí al hablar
de la iglesia. Las mamás dijeron cosas como las siguientes:

La iglesia es solo un lugar para que mi hija encuentre amigas.

Amistades para mi hija son una consideración primordial a la hora de elegir una
iglesia.

La parte más importante de la iglesia son las buenas amistades porque estas influirán
positivamente en mi hija.

Es cierto que la presión positiva de las compañeras es algo bueno para tu hija. Incluso es cierto que
todas necesitamos amigas fieles. Sin embargo, me incomodó la rapidez con que la conversación se
volvió emocional cuando empezamos a hablar de las amistades en la iglesia. Me pareció que, si bien
muchas de estas mamás eran buenas administradoras de las relaciones de sus hijas, algunas mostraron
tener el corazón literalmente roto por sus hijas cuando surgió el tema. Por supuesto que es algo que he
experimentado. Déjame darte dos consejos.

1 Sé ejemplo de una amistad bíblica. Supongo que ya he dicho esto, pero a veces es necesario
repetir una verdad básica. Debemos ser ejemplo de una amistad bíblica. En el libro de tu hija, he
incluido seis factores de la verdadera amistad. A medida que leas este contenido, considera si
estás siendo ejemplo o no de estas cualidades bíblicas en tus propias relaciones. Eso ayudará
mucho a tu hija para que tenga buenas amistades.

2 Crea oportunidades para que tu hija hable de lo que está mal en sus relaciones. Sé que
se te rompe el corazón cuando tu hija experimenta momentos de chicas malas, amigas falsas o
acoso escolar. Incluso puedes sentirte tentada a evitar la conversación porque te duele
demasiado. Créeme. Te entiendo. Sin embargo, la mejor manera de ayudarla es crear
oportunidades para que te cuente cuándo experimenta estas situaciones dolorosas.

En general, los niños no hablan con adultos sobre el acoso escolar. Esto incluye a sus padres,
consejeros, maestros, entrenadores y líderes juveniles. Debes convertirte en una detective y descifrar
pistas para saber si tu hija puede ser víctima de una chica mala. Y debes ser muy valiente para descifrar
pistas, que podrían revelar que ella es la única mala. Tal fue el caso de Joselyn.

UN CASO REAL:
JOSELYN
Joselyn pasa la mitad de su tiempo en la casa de su madre cristiana y la
mitad del tiempo en la casa de su padre biológico. Su madre le enseña a
controlar su comportamiento, pero su padre le explica que es saludable
expresar su enojo. Su madre estaba al tanto del conflicto en la filosofía
de la crianza de su hija, pero no tenía ni idea de lo mucho que había
empezado a creer lo que su padre le estaba enseñando.
Todo llegó a un punto crítico un día en la escuela. Una niña que había
estado acosando a Joselyn la empezó a molestar en el patio de recreo.
Esa fue la gota que rebasó el vaso para Joselyn, quien reaccionó con un
torrente de rabia y violencia. Agarró a su acosadora por el cabello y la
arrastró por todo el patio de recreo. Estaba a punto de golpearla con un
palo, pero una maestra intervino.
Su madre dijo: “Fue escalofriante ver las imágenes de vigilancia del
patio de recreo de la escuela y observar que su hija estaba haciendo algo
tan horrible”.

La madre de Joselyn me pidió que te dijera que fueras valiente y que estés dispuesta a descifrar las
pistas en la vida de tu hija para saber si está siendo mala. Me rogó que te animara a preguntarle a tu hija
con regularidad si está siendo acosada o si está siendo tentada a ser mala. Ella cree que, si hubiera
sabido lo mal que estaba, podría haber ayudado a Joselyn antes que hiciera un daño irreparable.
Después del hecho, tuvo que cambiar a su hija de escuela para poder comenzar de nuevo.
Haz una pausa y formúlate estas difíciles preguntas.

HABLA CON DIOS:


Usa Filipenses 2:3-4 para evaluar la forma en que tú y tu hija buscan las amistades. Lee detenidamente
el versículo y hazte preguntas basadas en la instrucción. ¿Eres egoísta? ¿Intentas impresionar a los
demás o eres humilde en tus interacciones? ¿Piensas más en los demás que en ti? ¿Te ocupas más de las
necesidades de los demás o principalmente de las tuyas? Tómate un tiempo para hacer una reflexión
sincera, luego pregúntale a Dios qué debes hacer para elegir tus amistades conforme a su verdad.
Escribe tu oración en las líneas de abajo.

No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir,


considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de
sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás
(Filipenses 2:3-4).
__________________________
__________________________
__________________________
__________________________

HABLA CON TU HIJA:


Ahora que has orado, invita a tu hija a leer el capítulo 10 de su libro mientras tú examinas el mismo
contenido aquí en tu libro. He escrito algunas notas para ti en los márgenes. Tal vez desees agregar tus
propias notas para cuando llegue el momento de conversar sobre este capítulo con tu hija.

Mentiras sobre la amistad


SOFÍA:

Estoy muy ENOJADA CON GLORIA. ¡OTRA VEZ! Me dijo que “no
tiene amigas”. ¡Hoy, a la hora del almuerzo, me dijo que de ahora en
adelante se va a sentar con “Daniela y las demás”! Vicky y yo nos sentamos
solas. ¡Y Vicky tuvo el valor de decirme que tal vez debería preocuparme
menos por cuánto extrañaré a Gloria! Me dijo que deberíamos pensar en
cómo podemos ayudarla, porque está preocupada de por qué haría algo
como esto.
Sofía está teniendo un mal día de amigas. ¿Alguna vez has tenido uno de esos
días? No nos sorprende. Casi todas las chicas han tenido un mal día de amigas.
De hecho, las historias en la Biblia demuestran una cosa sobre la amistad. ¡Es difícil! La vida de Job
se estaba desmoronando y sus tres mejores amigos empeoraron su dolor.[1] Los primeros cristianos
peleaban tanto que decidieron no trabajar juntos y comenzaron diferentes ministerios e iglesias.[2]
Incluso Judas y Pedro, dos de los amigos más íntimos de Jesús, ¡le fueron infieles antes de morir![3]
Si tus amistades no son perfectas, ¡únete al resto del mundo! No hay tal cosa como una amiga
perfecta. Sin embargo, Dios quiere que sigamos aprendiendo. Aunque la Biblia nos recuerda que la
amistad puede ser difícil, también nos ofrece muchos consejos sobre cómo ser una buena amiga. Una
cosa que nos dice es lo siguiente:

VERDAD #17:
Todas necesitamos amigas fieles, y la mejor manera de
encontrar una es serlo.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #17:
Muchas niñas pasan por un período cuando sienten que “no tienen amigas”.
A veces podría ser cierto, pero, en general, es el resultado de estar más
centrada en sí misma que en los demás, ya que se trata de un deseo de tener
amigas en lugar de ser amiga. Veamos de qué se trata.
Puede que reconozcas la historia de Laura y Karina en este capítulo. La conté
como un caso real anteriormente en este libro. Parecía ser la historia indicada
para que tu hija viera cómo es una confrontación saludable, así que incluí una
versión condensada en este capítulo de tu libro. Espero que leerla le ayude a
abrirse contigo sobre el drama de la amistad o tal vez incluso sobre el acoso
escolar.
El 48% de las chicas que participaron en nuestra encuesta respondió que
había sido acosada. Alrededor del 9% nunca se lo ha contado a nadie. No
indagues, pero abre la puerta para que tu hija hable contigo y te revele
cualquiera de las formas en que otros la han herido. Conocer su dolor te dará
herramientas para ayudarla a interpretar y responder bien, tal como lo hizo la
madre de Laura.
Si necesitas profundizar en el tema, he escrito un libro que te puede ayudar.
Se llama: A Girl’s Guide to Best Friends & Mean Girls (solo disponible en
inglés). La combinación de estudio bíblico y narrativa le ayudará a tu hija a
hallar respuestas bíblicas sobre cosas como las amigas falsas, el acoso escolar
e incluso a entablar amistades saludables con los chicos.
Sugerencias de conversación para la verdad #17:
El objetivo de esta conversación es utilizar los “seis factores de una amistad
verdadera”. Las dos listas comparan a una “amiga falsa” con una amiga
verdadera. Después de la tabla, le pido a tu hija que considere con qué lista se
identifica más. Pregúntale si está dispuesta a comentarte su respuesta de
manera sincera.
Una forma de animarla a revelar su corazón es abrirle el tuyo. Mira los
patrones de comportamiento de las “amigas falsas” comparados con los de las
amigas verdaderas. ¿Hay áreas en las que necesitas tener una actitud más
bíblica con respecto a las relaciones? Si es así, dile a tu hija que sientes
convicción de pecado y cuéntale qué vas a hacer al respecto. Luego
pregúntale si tiene algún área donde le gustaría mejorar su manera de pensar
sobre la amistad.
___________

En un capítulo anterior, vimos que fuimos creadas para ser semejantes a Dios. Es decir, que
fuimos creadas a su semejanza o imagen. Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo disfrutan
de la comunicación entre ellos. Tú y yo fuimos creadas para ser así también. Entonces, tu deseo de
tener una amistad profunda, real, verdadera y maravillosa es solo otro recordatorio de que fuiste creada
para ser como Dios. Necesitas amistades, y fueron hechas para experimentarlas.

Por eso me entristece tanto que chicas como tú crean esta mentira.
MENTIRA: “NO TENGO AMIGAS”.
Puede ser cierto que no tengas una amiga íntima para pasar el rato o que no eres la chica más popular
de tu grado. Puede ser cierto que te acabas de mudar a una nueva ciudad y todavía no has conocido a
nadie. ¡Incluso puede ser cierto que acabas de tener un mal día de amigas HOY! ¿Pero es
realmente verdad que no tienes NINGUNA amiga?
Antes de responder esa pregunta, permíteme hacerte otra: ¿qué es una amiga?
Obviamente, una amiga es alguien con quien pasas el rato. La Biblia tiene mucho que decir acerca de lo
que hace que una persona sea una verdadera amiga. Aquí hay cinco cosas que nos muestra cuáles son
las diferencias entre una amiga falsa (aquella que es amiga un día y una enemiga al siguiente) y una
amiga verdadera.

SEIS FACTORES DE UNA AMISTAD VERDADERA


AMIGAS FALSAS
1. Aman cuando les conviene.
2. Pasan tiempo contigo cuando les viene bien.
3. Guían a otras chicas a tomar decisiones que causan daño.
4. Quieren que los demás las sirvan.
5. Se concentran en sí mismas y les molestan las necesidades de los demás.
6. Dicen lo que la otra parte quiere escuchar, sin importar cuán cierto sea o
no. Mantienen la amistad a cualquier costo.
AMIGAS VERDADERAS
1. Aman en todo tiempo (Proverbios 17:17).
2. Son leales y fieles (Proverbios 20:6).
3. Dan buenos consejos que te ayudan a tomar decisiones sabias (Proverbios
13:20).
4. Sirven a los demás (Juan 15:13).
5. Se concentran en las necesidades de los demás (Filipenses 2:4).
6. Siempre dicen la verdad, incluso cuando es muy difícil y pueda poner en
riesgo la amistad (Proverbios 27:6).

Ahora bien, tengo otra pregunta: Mientras


leías esas cosas, ¿te preguntaste
si TIENES amigas como esas O te preguntaste si ERES esa
clase de amiga?
Casi todas tendemos a preocuparnos si tenemos verdaderas amigas, en lugar de preocuparnos
por si somos o no una verdadera amiga. ¡Aquí hay una verdad de oro que necesito bastante a
menudo!

VERDAD DE ORO:
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más
unido que un hermano” (Proverbios 18:24, RVR-1960).
¡Increíble! La Biblia dice que una persona que tiene amigos es la que se muestra “amiga”. En otras
palabras, tiene las cualidades de una verdadera amiga. ¿Eres una buena amiga?
Esto me lleva a una historia de amistad buenísima. Laura y Karina crecieron juntas debido a que sus
madres eran amigas cercanas. Se encontraban para jugar desde que iban a preescolar.
En la escuela secundaria, los padres de Karina se divorciaron y las madres de las niñas se separaron.
Laura extrañaba a Karina, pero Karina había empezado a ser muy agresiva con sus palabras.
Laura recibió un buen consejo de su madre, y oraron juntas por esa situación. Al día siguiente, Laura
le dijo a Karina: “Sé que estás pasando por un momento difícil. ¿Hay algo que pueda hacer para
ayudarte? Haré lo que sea, pero tienes que ser buena conmigo”.
Laura estaba…

¿Puedes decir que fue una “VERDADERA AMIGA”?


Karina se disculpó. Y hoy las chicas vuelven a ser buenas amigas.
En lugar de andar por ahí diciendo: “No tengo amigas”, tal vez podrías tratar de mirar alrededor y
preguntarle a Dios: “¿Quién necesita una amiga?”.

VERDAD #18:
Cada palabra que pronuncias y cada pensamiento que tienes
sobre alguien deben agradar a Dios.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #18:
Aquí hay una estadística que te hará querer criar a una buena hija. Cuando los
espectadores intervienen, el acoso escolar se detiene en diez segundos, el
57% de las veces.[4] En nuestra encuesta a niñas preadolescentes, el 11% ha
sido testigo de una persona mala, pero no hizo nada para proteger al blanco
de tal crueldad.
Mi corazón de madre se rompe al pensar que mis hijas son el blanco de las
chicas malas. Creo que podría doler aún más enterarme de que ella es la que
acosa a las demás. El 18% de las chicas que participaron en nuestra encuesta
admitió haber sido una chica mala o una acosadora. Me voy a aventurar a
sugerir aquí que, probablemente, no incluyeron la interacción con sus
hermanos y sus padres cuando seleccionaron esa opción. De lo contrario, el
porcentaje hubiera sido el de una gran mayoría.
Tener bondad en nuestros labios no es algo natural. Somos propensas a decir
cosas malas, chismes y calumnias. En la actualidad, muchas chicas incluso
usan malas palabras para saludarse entre las mejores amigas. Usar lenguaje
grosero y vulgar en broma puede considerarse normal, pero no es agradable
para nuestro Padre celestial.
La Palabra de Dios dice que cada palabra que pronunciamos y cada
pensamiento que tenemos deben agradarle. Ese es un estándar alto, pero es el
que tú y yo necesitamos establecer para nosotras y para nuestras hijas.
Pregunta clave:
Cuando somos testigos de una agresión, pero no decimos ni hacemos nada,
¿qué muestra eso de la condición de nuestro corazón?
Sugerencias de conversación para la verdad #18:
Esta conversación necesita una gran infusión de gracia. Aplícala
generosamente.
A menudo somos el blanco de las malas actitudes, las palabras hirientes o el
enojo de nuestra hija. En otras ocasiones, sus hermanos pueden llevarse la
peor parte. Si no tenemos cuidado, concentraremos nuestros esfuerzos de
madre en prohibir un comportamiento de nuestra hija porque estamos
desesperadas por ver un cambio en ella.
Controlarla sin tratar de entender por qué está diciendo malas palabras es
poco probable que produzca un cambio de corazón a largo plazo. Ve más
despacio. Tómate el tiempo necesario para ayudarla a descubrir por qué es
mala y cómo cambiar su corazón.
Evita señalarle el momento más reciente en que dijo malas palabras o usó un
lenguaje desagradable o incluso el haberlo hecho. En cambio, hazle preguntas
para que abra su corazón:
“¿Sufriste acoso escolar alguna vez?”.
“¿Alguna vez has sido una chica mala?”.
“¿Puedes identificarte con lo que la Biblia dice acerca de cuánto cuesta
domar la lengua?”.
¡Si ella admite no ser una buena chica, has comenzado a ganar la batalla! La
confesión es un gran paso. Recuerda eso y responde con ternura a la vez que
la ayudas a ser responsable de los nuevos hábitos.
Si ella se niega a admitir que es mala y tú sientes que tiene un patrón que
debe cambiar, prepárate en oración para confrontarla con cuidado. Te sugiero
que comiences indirectamente con preguntas como estas:
“¿Ser mala siempre está bien?”.
“¿Qué pasa si una persona es mala contigo primero?”.
“¿Alguna vez fuiste mala porque sentiste que la otra persona empezó?”.
Este (o algún otro patrón de pecado) podría ser un punto ciego para tu hija.
Ayudarla a ver ese problema puede ser un poco doloroso, pero podría salvarla
de toda una vida de pecado y relaciones rotas. Recuerda que la Biblia dice
que “más confiable es el amigo que hiere” (Proverbios 27:6, ).
NVI

___________
Es “normal” que niñas de todas las edades, incluso las MAMÁS, tengan “amigas falsas” y, en
ocasiones, que sean “chicas malas”.
Muchas chicas han experimentado momentos de “chica mala”.

Casi la mitad de las niñas que participaron en nuestra encuesta dice haber sido víctima de
acoso escolar (probablemente, sea mucho más alto que en otras encuestas).

El 29% de las niñas dice haber sido agresiva con otros o que se mantuvieron al margen y
dejaron que sucediera sin hacer nada para detenerlo.

Porque es tan común, muchas chicas creen esta mentira.


MENTIRA: “ESTÁ BIEN SER MALA”.
Las chicas siempre han creído esta mentira. Incluso hay historias en la Biblia de mujeres adultas que se
trataron entre sí realmente mal. (¡A veces las chicas siguen siendo malas de grandes!). Creo que esas
historias pusieron muy triste a Dios. Y sé que las mujeres se entristecieron, porque las historias lo
cuentan.
Sin embargo, creo que hoy día son mucho más malas. Por un lado,
¡las chicas usan “palabras de chicas malas” para saludarse unas a otras! Cuando quieren saludar a una
buena amiga que no han visto por un tiempo, podrían decir algo como: “¡¡¿¿Cómo andas,
feota??!!”.
¡NO PUEDO SOPORTARLO! ¡NO SEAN MALAS!
Las palabras tienen poder. ¡Dios creó esta tierra con PALABRAS! Y, si fuimos creadas a su
imagen, nuestras palabras también tienen poder. No tanto poder como el de Él, pero aun así es mucho.
Nunca he creado una montaña o una estrella, pero he “creado” la amistad, el valor, la esperanza y la
fe con las palabras que digo. También he “creado” la ira, el miedo y la tristeza. ¿Sabes lo que quiero
decir? ¿Alguna vez tus palabras han “creado” malos sentimientos?
Santiago 3 habla de domar nuestra lengua. Dice que las personas han domado todo tipo de animales
salvajes, aves, reptiles y criaturas marinas, ¡PERO NADIE PUEDE DOMAR
LA LENGUA!

Después nos recuerda que nuestra lengua alaba a Dios, pero al mismo tiempo a veces maldice a las
personas. Y dice que esto no debería ser así.
No, no puedes domar tu lengua, pero ¿sabes quién puede? Dios. Y Él nos ha dado muchas
enseñanzas en la Biblia para ayudarnos. Aquí hay una de mis verdades de oro favoritas, porque puedes
expresarla como una oración a Dios.
VERDAD DE ORO:
“Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean de tu
agrado, oh Señor, mi roca y mi redentor” (Salmos 19:14).
Si afirmas ser cristiana y bendices a Dios con esa lengua, también debes usarla para bendecir a las
personas. Dios escucha cada palabra que dices a las personas y conoce cada palabra que piensas sobre
ellas.
Esto significa no más chicas malas.
Si has sido mala con alguien como una amiga o un hermano, este es un buen momento para contarle
a otro tu pecado (consulta la página 96). Confiésale a Dios tus momentos de “chica mala” y pídele que
te perdone. Luego cuéntaselo a tu mamá. Pídele que te ayude a usar palabras que sean amables.
¿Sabes de qué más es importante hablar? Si alguna persona ha sido mala contigo. No creas la
mentira de que nadie necesita saberlo. Y no te avergüences de ello. TODAS han tenido momentos
en que otra persona ha sido mala con ellas. ¿Podrías hacerme un favor? En este momento, quiero que
vayas a contarle a tu mamá o a tu papá la última vez que alguien fue malo contigo. ¡Estoy bastante
segura de que te hará sentir mucho mejor! (Me hace sentir mejor con tan solo pensarlo).

NOTAS PARA MAMÁ


Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá”, si
necesitas repasarlas.
___________

Toma tus lápices. Es el momento de profundizar en la verdad.

LA
LA VERDAD
MENTIRA
• Necesitas preocuparte menos por tener amigas y más
por ser amiga.
• Necesitas amigas fieles, y la mejor manera de encontrar
No tengo amigas es serlo (Proverbios 18:24).
amigas.
• La amistad es difícil. Incluso Jesús (que era un amigo
perfecto) tuvo problemas con sus amigos (Lucas 22:47-62).
• No hay amistades perfectas.
• Es “normal” ser mala, pero aun así es pecado.
• Dios quiere que seas buena (Efesios 4:32).
• Las palabras tienen poder (Santiago 3:8).
Está bien ser
mala. • No debes alabar a Dios con tu lengua y maldecir a las
personas con la misma lengua (Santiago 3:10).
• Las palabras que dices y los pensamientos que tienes
sobre los demás deben agradar a Dios (Salmos 19:14).
ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD
¡Es tu turno de ser autora!

¿Has creído alguna de estas mentiras sobre la amistad?


Marca con una X cualquiera de LAS MENTIRAS de este
capítulo que hayas creído.

¿En qué verdad necesitas pensar todo el tiempo, TODOS


LOS DÍAS? Echa un vistazo a LA VERDAD que hemos
descubierto juntas. Ahora encierra en un círculo la que te
parezca importante considerar.

A continuación, comienza a pensar en ella todo el tiempo,


TODOS LOS DÍAS. Puedes empezar por escribir una oración a
Dios, un versículo bíblico que sea de ayuda o algunos
pensamientos que no quieras olvidar en el espacio de abajo.

Ayuda a Sofía a creer la verdad


¡Es el momento de dar un consejo a Sofía!
Sofía tiene una decisión que tomar. ¿Seguirá el consejo de Vicky y tratará de ayudar a Gloria? ¿Debería
hacerlo?
¿Qué le dirías que hiciera?
La verdad y mentiras sobre el futuro

Desde que Satanás tentó a Eva en el huerto del Edén, ha estado atacando a las mujeres y el propósito
de Dios para sus vidas. La revolución feminista ha sido parte de este ataque en Occidente. No me
malinterpretes: estoy agradecida de poder ser dueña de propiedades, votar y ganar tanto dinero como mi
esposo. Seguramente, tú también. Estas son cosas buenas. Y, aunque las mujeres ahora tienen muchas
de las mismas habilidades que los hombres y, prácticamente, las mismas oportunidades, creo que
perdimos algo en la búsqueda de la igualdad.
Parece que hay poco en nuestra cultura hoy día que aprueba la decisión de una mujer de hacer de su
rol de esposa y madre su única vocación. No quiero decir que deba ser su principal objetivo en la vida.
Conocer y servir a Cristo en cualquier ocupación vocacional es lo único que merece tal honor. Sin
embargo, en algún punto del camino parece que hemos perdido la libertad de disfrutar de ser esposa y
madre. La postura de que la formación académica y la carrera profesional son más valiosas que la
búsqueda de una familia continúa ganando impulso como una mentalidad cultural.
Como mencioné en el capítulo 3, alrededor del 33% de las mamás de nuestros grupos de enfoque
estaba preocupada de que sus hijas estuvieran más concentradas en los objetivos profesionales que en
las aspiraciones familiares. (¡No perdamos de vista el hecho de que estas niñas tienen entre siete y doce
años, y ya están considerando una educación superior!). No era que estas mamás no estuvieran de
acuerdo en que sus hijas fueran a la universidad o incluso que tuvieran una carrera profesional algún
día. Sí, lo estaban. Simplemente, estaban alarmadas por la obsesión de sus hijas de ser estudiantes con
calificaciones perfectas, o lo que percibían como conversaciones prematuras sobre la universidad y la
carrera profesional. También notaron que, en contraste, sus hijas carecían de entusiasmo cuando
trataban de hablar con ellas sobre la posibilidad futura del matrimonio y la maternidad.
Me alegro de tener un título universitario. Y Bob y yo hemos alentado a nuestras hijas a buscar una
formación académica también. Una ha obtenido una licenciatura en ciencias y está considerando
estudios de posgrado mientras escribo este libro. La otra asistió a un programa de certificación bíblica
donde aprendió métodos inductivos para el estudio de la Palabra de Dios. ¡Ha usado esa maestría para
leer la Biblia cinco veces! También ha sido un placer ver a mis hijas jóvenes adultas cursar los primeros
años de sus carreras universitarias.
Sin embargo, ¿por qué a las niñas y a las mujeres jóvenes no les gusta la idea de formar una familia?
¿No es importante también?
Echa un vistazo a este versículo de 2 Timoteo. Léelo todo, con especial atención a lo que he
subrayado para enfatizar, y luego te mostraré una poderosa verdad que hay en ella. Cuando descubrí
este secreto, cambió mi manera de dirigirme a mis hijas para sembrar en ellas el deseo del matrimonio y
la maternidad.
VERDAD DE ORO:
“Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos
muy difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su
dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán
desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada
sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán
control propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a
sus amigos, serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el
placer en lugar de amar a Dios. Actuarán como religiosos pero
rechazarán el único poder capaz de hacerlos obedientes a Dios. ¡Aléjate
de esa clase de individuos!” (2 Timoteo 3:1-5).
Pablo instó a Timoteo a estar atento a que en los últimos días vendrían tiempos difíciles. Enumeró
varias actitudes y acciones negativas, incluso el hecho de que las personas “no amarán” (v. 3). Una
versión dice que serán personas “sin amor”.[1] En la lengua griega original, la palabra astorgos[2] (que
se refiere al amor de la familia) se usa para indicar el tipo de amor que carecen. En los últimos días, las
personas ya no tendrán amor por su familia incluso por el concepto de familia. No querrán casarse ni
tener hijos.
Ver esto claramente me inspiró a repeler el ataque cultural que tiene como blanco el matrimonio y la
maternidad. En respuesta, he hecho todo lo posible para sembrar la verdad de que el matrimonio es una
hermosa imagen de Cristo y la Iglesia. Y es una digna vocación reflejar esa imagen.
¿Y ser madre? Es la mejor labor que he cumplido. Sin excepción. Y he tenido algunas experiencias
profesionales muy interesantes, como luchar por la castidad y la cura en las líneas del frente de batalla
del VIH/SIDA en Zambia, dar charlas como parte de las conferencias TED [Tecnología,
Entretenimiento, Diseño, por sus siglas en inglés] y… bien, escribir este libro para ti. Sin embargo,
nada se compara con dar a luz, abrazar a un recién nacido, ver a mis bebés dar sus primeros pasos,
ayudarlos a hacer la tarea, ver cómo aprenden a hacer cosas nuevas y tener tres jóvenes adultos
increíbles para aportar a este mundo.
¿Te parece demasiado pronto para hablar con tu niña preadolescente sobre la posibilidad de
convertirse en esposa y madre? Si es así, vuelve a leer el capítulo 2. Nunca es demasiado pronto para
sembrar la verdad bíblica en tu hija.
Un signo de la actitud negativa de nuestra cultura hacia la familia es el aumento de la edad en que
contraen matrimonio. En 1960, la edad promedio del primer matrimonio para las mujeres era de veinte
años. Los hombres tenían veintidós años. Hoy es veintisiete para las mujeres y veintinueve para los
hombres.[3] Creo que dos de los factores que han favorecido este cambio son la priorización de la
formación académica y la carrera profesional por encima del matrimonio, así como la devaluación del
sexo hasta el punto de no considerar que se deba reservar para la noche de bodas.
La Palabra de Dios enseña que “es mejor ser dos que uno” (Eclesiastés 4:9), y que debemos
“[honrar] el matrimonio” (Hebreos 13:4). También asevera: “Los hijos son un regalo del Señor; son una
recompensa de su parte” (Salmos 127:3). Nunca nos instruye a obtener títulos de posgrado o a ganar
suficiente dinero para vivir en una casa grande y tener un título distintivo.
Para ser claras, los roles del matrimonio y la maternidad no son las únicas posibilidades maravillosas
que podrían estar en el futuro de tu hija. La Biblia nos instruye a esforzarnos para poder presentarnos
delante de Dios y recibir su aprobación (2 Timoteo 2:15). Eso podría ser como médicas, abogadas,
maestras o matemáticas. Hay infinidad de maneras en que tu hija puede servir al Señor y al prójimo.
Sin embargo, eso no le impide estar entusiasmada por convertirse en esposa y madre algún día, si eso es
lo que Dios quiere para ella en un futuro. Por supuesto, es posible que el plan de Dios implique que ella
lo sirva como una mujer soltera, ya sea a corto o largo plazo. Aun así, está bien sembrar en ella el deseo
de valorar el matrimonio y la maternidad.
Tengamos cuidado de usar la Palabra de Dios, no nuestra mentalidad cultural, para preparar a
nuestras hijas para un futuro hermoso.

HABLA CON DIOS:


Con base en lo que acabas de aprender sobre 2 Timoteo 3:1-5, escribe una oración a Dios para
pedirle que te ayude a despertar amor por la familia en tu hija. Escribe tu oración en las líneas de abajo.

“Timoteo, es bueno que sepas que, en los últimos días, habrá tiempos muy
difíciles. Pues la gente solo tendrá amor por sí misma y por su dinero. Serán
fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios, serán desobedientes a sus
padres y malagradecidos. No considerarán nada sagrado. No amarán ni
perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control propio. Serán crueles
y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos, serán imprudentes, se
llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar a Dios. Actuarán
como religiosos pero rechazarán el único poder capaz de hacerlos
obedientes a Dios. ¡Aléjate de esa clase de individuos!” (2 Timoteo 3:1-5).
__________________________
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HABLA CON TU HIJA:


Ahora que has orado, invita a tu hija a leer el capítulo 11 de su libro mientras tú examinas el
mismo contenido aquí en tu libro. He escrito algunas notas para ti en los márgenes. Tal vez desees
agregar tus propias notas para cuando llegue el momento de conversar sobre este capítulo con tu hija.
Mentiras sobre la amistad
SOFÍA:

¡Hoy Daniela nos dijo que irá a la UNIVERSIDAD DE HARVARD, y


que algún día será propietaria de un importante laboratorio científico!
Muchas se rieron de ella, pero creo que podría ser cierto. Ella es la chica
más inteligente de toda la clase. Lo siguiente que supe es que Carla dijo algo
que hizo que todas se rieran aún más fuerte. Dijo que quiere ser esposa y
madre. Una dijo: “¡¿No sabes que deberías desear más que eso?!”. Me
quedé callada y un poco triste, pero no sé por qué.
VERDAD #19:
Ser esposa y madre es una labor buena y valiosa.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #19
¿Te sueles sentir insignificante en tu rol de esposa y/o madre? Si es así, tu
hija lo notará, y podría afectar cómo se sienta ella al desempeñar estos roles
un día. Identifica cualquier mentira que puedas haber creído sobre estos roles
y reemplázala deliberadamente con la verdad de Dios.
En el capítulo 5 de Mentiras que las mujeres creen, Nancy responde a esta
mentira: “Mi trabajo en el hogar no es tan importante como el trabajo u otras
actividades que hago fuera del hogar”. Te recomiendo que lo leas, si aún no
lo has hecho. Sus pensamientos expresan lo que encontramos en Tito 2,
donde Pablo alienta y define la feminidad bíblica. Mucho de lo que él escribe
hace referencia a nuestro matrimonio, la crianza de los hijos y las tareas
domésticas.
Al examinar este pasaje a la luz de otros pasajes de las Escrituras, Nancy nota
algunas cosas que el apóstol no está diciendo:
No está diciendo que las mujeres solo deberían trabajar en casa.
No está sugiriendo que las mujeres son las únicas responsables de todas las
tareas de la casa.
No nos está prohibiendo trabajar fuera del hogar.
No está prohibiendo que recibamos una remuneración por tal trabajo.
No está implicando que las mujeres no tienen lugar en la esfera pública.
Nancy infiere que lo que Pablo está diciendo es que nuestro hogar es
importante. El trabajo que hacemos allí tiene valor eterno.
No perdamos la oportunidad de disfrutarlos y usarlos para glorificar a Dios.
A medida que vivas esto en tu propia vida, tu hija tendrá un mayor deseo de
experimentarlo en su propia vida.
Sugerencias de conversación para la verdad #19:
Esta conversación tiene el potencial de ser muy divertida. Puedes comenzar
por preguntarle a tu hija qué quiere ser cuando sea grande. No hay respuestas
equivocadas. Dios planta el deseo. Así que solo indaga y disfruta al soñar con
ella.
Si ella incluye en su lista ser esposa y madre, comienza a indagar esos temas.
Hazle preguntas como:
“¿Cuántos hijos tendrías?”.
“¿Qué cualidades te gustaría encontrar en un marido?”.
No tienes que evitar estos temas solo porque pertenecen al futuro. Hablar de
ellos es lo que te da la oportunidad de plantar las semillas de la verdad.
Si ella no los incluye, de igual forma está bien, pero pregúntale por qué no lo
hizo. Usa el flujo natural de la conversación para abrirle tu corazón y hacerle
algunas preguntas reflexivas y delicadas:
“Soy muy feliz de ser madre. ¿Te gustaría ser madre algún día?”.
“Conocí a tu papá cuando estudiaba en la universidad. Estar casada con él
es una de las mejores experiencias de mi vida. ¿Quieres casarte algún día?”.
Tómate un tiempo para decirle por qué eres feliz de ser su madre. Quizás
puedas hablarle de cuando ella nació y qué sentiste a partir de ese momento.
Pregunta clave:
La revista Forbes afirma que una madre debería ganar 115.000 dólares al
año, en función de lo que hace, las horas que trabaja y el dinero que ahorra a
la familia.[4] Estupendo, pero ¿puede realmente cuantificarse?
___________

“¿Qué quieres ser cuando seas grande?”.


¡Esta es una pregunta que la gente empieza a hacerte desde que vas a preescolar! Pues bien, ¿qué
quieres SER cuando seas grande? Escribe tus tres opciones principales a
continuación:
1. ______________________
2. ______________________
3. ______________________

Estás creciendo en un momento muy interesante de la historia para las mujeres y las niñas. Puedes
hacer casi CUALQUIER COSA que quieras cuando seas grande, pero no siempre fue así.
¿Sabías que en el pasado las mujeres no podían poseer propiedades, votar o incluso ganar tanto
dinero como los hombres? Es verdad.
La Biblia nos cuenta historias de muchas mujeres que hicieron un buen trabajo (pagado o gratuito
para ayudar a otros) fuera de sus hogares. Eso nos muestra que Dios podría estar planeando para ti una
carrera profesional fuera del hogar en el futuro.
Sin embargo, hay un problema: muchas chicas están tan obsesionadas con todo lo que
DESEAN SER, que no se toman un momento para preguntarle a Dios qué es lo que
DEBEN SER. De hecho, piensan que una de las mejores tareas que Dios quería que las mujeres
desearan: ser esposa y madre, no es tan importante. ¡Algunas incluso piensan que es una mala idea
tenerlo como objetivo en la vida!

Están creyendo una mentira:


MENTIRA: “NO TIENE NADA DE GENIAL SER UNA
SIMPLE ESPOSA Y MADRE”.
Creo que realmente es una gran mentira, por lo que tengo dos verdades de oro para ti.

VERDAD DE ORO:
“Después, el Señor Dios dijo: ‘No es bueno que el hombre esté solo. Haré
una ayuda ideal para él’” (Génesis 2:18).
Este versículo muestra por qué Dios creó a Eva. Dios no decidió hacerla de repente en el último
minuto. La había planeado desde siempre. No obstante, primero quería que Adán viera que necesitaba a
alguien con diferentes cualidades y fortalezas que lo ayudara. Después de eso, Dios hizo a Eva.
Algunas personas piensan que la palabra ayuda significa que Eva no era tan valiosa como Adán,
¡pero no entienden el significado de esta palabra! El libro de Génesis se escribió originalmente en el
idioma hebreo, no en inglés. La palabra para ayuda era ezer. En este versículo, describe a Eva como
la ayuda de Adán; pero, en muchos otros versículos de la Biblia, ¡esta palabra describe a DIOS
COMO NUESTRA AYUDA! Esta es una de las maneras especiales en que nosotras,
como mujeres, llegamos a ser semejantes a Dios. (¿Recuerdas que algunos capítulos atrás vimos que
fuimos creadas para ser semejantes a Él?).
Cuando lo piensas de ESA manera, ser una ayuda es muy valioso. Si tienes el deseo de ser esposa
algún día, es un buen deseo y puedes estar orgullosa de ello. ¡Es una de las mejores tareas que Dios
podría pedirte que hicieras!
La segunda verdad de oro que quiero que conozcas es esta. Ya hemos usado este versículo de la
Biblia para combatir otra mentira, pero creo que vale la pena verlo otra vez.

VERDAD DE ORO:
“Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte”
(Salmos 127:3).

A todas nos gusta recibir regalos y recompensas, ¿verdad? En este versículo se califica a los hijos como
“un regalo” y “una recompensa”. Aun así, a algunas mujeres no les gusta la idea de ser madre. Aún más
triste para mí, a veces, cuando son madres, se quejan mucho de serlo. No lo ven como un regalo o una
recompensa.
Esta es una gran mentira en nuestro mundo de hoy, y una que no entiendo en absoluto.
Cuando era niña, había tres cosas que quería ser cuando fuera grande: esposa, madre y maestra de la
Biblia. ¡Y las quería en ese orden! Aunque también soy una exitosa escritora, conferencista y maestra
de la Biblia, tareas que me encantan, la MEJOR TAREA DE TODAS ha sido la de
esposa y madre.
No todas las mujeres LLEGARÁN A SER esposas y madres, pero la mayoría sí.
Entonces, espero que estés tan entusiasmada como yo con esta labor.
Esto es lo que creo que debes hacer: dile a Dios que quieres complacerlo y que estás dispuesta a ser
en el futuro lo que Él haya planeado para ti. ¡Él te creó, y sabe PARA QUÉ te destinó! Si Él
quiere que seas esposa y madre, estoy segura de que serás una gran esposa. También podría querer que
tuvieras dos profesiones, como yo, y te dará la sabiduría que necesitas para ser esposa y madre,
mientras también cumples tu responsabilidad en otras cosas. O tal vez no te casarás ni tendrás hijos
porque Dios tiene otra cosa en mente para ti.
Una cosa sé, Él ya lo sabe y ya te está preparando. De hecho, ¡vamos a hablar de nuestra última gran
VERDAD!
VERDAD #20:
Te estás convirtiendo en lo que un día serás.

NOTAS PARA MAMÁ


Acerca de la verdad #20
Vivimos en una cultura de “microondas”. Lo queremos al instante. ¡Ya
mismo! La mentalidad de que debemos “tenerlo ahora” prevalece en todo lo
que hacemos. Un gran efecto secundario es que la capacidad de atención
humana es de unos ocho segundos.[5]
Sucumbir a esta mentalidad hará que tu hija sufra bastante en el futuro.
¿Cómo responderá cuando no quede seleccionada para formar parte del
equipo de fútbol en la escuela secundaria? ¿En qué fortaleza de carácter se
apoyará cuando sea soltera y anhele tener un marido? ¿Cómo soportará la
esterilidad o la enfermedad si no ha aprendido la práctica de la paciencia, la
longanimidad y la espera en Dios?
Una manera de prepararla es inculcarle que lo que ella experimenta ahora
afectará su futuro. Enseñarle a desarrollar una visión a largo plazo para los
próximos años, también le ayudará a adquirir una perspectiva que le permita
enfrentar los momentos difíciles.
Acerca de la verdad #20
Si siembras frijoles, vas a cosechar frijoles. Lo que estés sembrando y
cultivando en tu hija crecerá y será algo algún día. Esta es tu oportunidad de
afirmar eso.
Una excelente manera de terminar el trabajo de laboratorio de Mentiras que
las niñas creen es conseguir algunos frijoles y sembrarlos. El ciclo de
crecimiento de esta planta es rápido y fácil. Coloca una o dos semillas en una
taza con un poco de tierra para macetas y riégala una vez al día. Pronto verás
un brote y, finalmente, verás una planta. Esta actividad es un gran
recordatorio visual para que tu hija vea que acaba de sembrar una gran verdad
en el terreno de su corazón. ¡Y que está CRECIENDO!
___________
¿Esta verdad te parece confusa? Déjame explicártela a través de una historia. Cuando visité por
primera vez la casa de mi amiga Nancy, noté una interesante pieza de arte enmarcada en su sala de
estar. Era una carta que escribió cuando tenía siete años. Dice lo siguiente:

NANCY:

Queridos mami y papi:


El sábado supe que Dios había hablado a mi corazón y quería que fuera una
misionera para Él. Fue como si Él hubiera estado delante de mí.
En ese momento, comencé a pensar… cómo una misionera les hablaría a las
personas. Les podría anunciar a TODOS esta maravillosa noticia. Estoy muy
feliz por eso. Solo sé que Dios me ha llamado a ser una misionera para Él. Y
creo que ser una misionera es el mejor trabajo para mí.
Estoy muy feliz de que Dios quiera que yo sea una misionera para Él.
Cuando Nancy era muy pequeña, ya se estaba convirtiendo en lo que es hoy: una gran maestra de la
Biblia y una escritora que guía a cientos de miles de mujeres a acercarse más a Dios. Su ministerio,
Revive Our Hearts (Aviva Nuestros Corazones), ahora está en muchos países alrededor del mundo.
Creo que eso la hace una misionera. En todo el mundo, las mujeres conocen su nombre y confían en
ella. No esperó hasta que fuera adulta para comenzar a ser una misionera. ¡Comenzó cuando tenía siete
años!
Su historia ilustra esta sencilla verdad de Dios.

VERDAD DE ORO:
“No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios.
Siempre se cosecha lo que se siembra” (Gálatas 6:7).
Si siembras frijoles, ¿qué cosecharás? ¡Frijoles! Si siembras calabacín, ¿qué cosecharás? ¡Calabacín!
Este versículo bíblico dice que el mismo tipo de cosas sucede en nuestro carácter. Si eres una chica
que hoy lee la Biblia y ora, llegarás a ser una mujer sabia, que ama la Palabra de Dios y una guerrera de
oración en el futuro.
Sin embargo, si eres una chica que pasas la mayor parte de tu tiempo en Internet, jugando juegos de
computadora o mirando películas, será difícil que desarrolles un corazón que ame leer la Biblia y orar.
Esas cosas no son malas, y está bien disfrutarlas a veces; pero también necesitas esforzarte en crecer y
desarrollar lo que Dios espera que seas algún día. ¡Ya sea una dulce esposa y tierna madre, una
abogada, la esposa de un pastor, una médica, una misionera o una combinación de todo lo anterior!
Este podría ser un buen momento para un breve comentario de Nancy.

La vida no puede ser toda diversión. Es importante que también te


dediques a desarrollar lo que serás cuando seas grande. Eso podría
significar practicar piano o aprender a cocinar con tu madre. Podría
significar estudiar la Biblia o esforzarte más en tu tarea de matemáticas.
Antes de hacer algo, pregúntate: ¿qué valor tendrá esto en el futuro?
¿Parece demasiado difícil y como si fuera algo para mujeres mayores?

Si es así, podrías estar creyendo una mentira.


MENTIRA: “SOY DEMASIADO JOVEN PARA
___________________”.
Esta mentira se manifiesta de muchas maneras diferentes para evitar que chicas como tú siembren cosas
buenas en sus vidas. A veces parece como una de estas mentiras:
“Soy demasiado joven para leer mi Biblia”.

“Soy demasiado joven para orar”.

“Soy demasiado joven para hacer mi cama”.

“Soy demasiado joven para levantarme temprano”.

“Soy demasiado joven para ahorrar dinero”.

“Soy demasiado joven para entregar mi corazón a Cristo y ser cristiana”.

Si estás leyendo este libro, no eres demasiado joven para hacer ninguna de esas cosas. No te dejes
engañar por la mentira de que lo que estás haciendo hoy como jovencita realmente no importa. Sí
importa. Si eres disciplinada, serás disciplinada. Si eres buena, serás buena. Te estás convirtiendo en lo
que un día serás.
NOTAS PARA MAMÁ
Dado que el trabajo de laboratorio de tu hija es el mismo independientemente
del contenido del capítulo, solo proporcioné ideas sobre cómo interactuar con
tu hija al final del capítulo 4. Puedes consultar las “Notas para mamá”, si
necesitas repasarlas.
___________

Toma tus lápices. Es el momento de profundizar en la verdad.

LA MENTIRA LA VERDAD
• Dios creó a la mujer original, Eva, para que
fuera ayuda del hombre original, Adán. ¡Cada
No tiene nada de mujer tiene esta capacidad de ayudar! (Génesis
genial ser una 2:18).
SIMPLE esposa y • Los hijos son un “regalo” y una “recompensa”
madre. (Salmos 127:3).
• Está bien querer una profesión fuera del hogar si
estás destinada para eso.
Soy demasiado joven • Te estás convirtiendo en lo que un día serás. Lo
para __________ que siembres, cosecharás (Gálatas 6:7).

ESTOY CONVENCIDA DE LA VERDAD


¡Es tu turno de ser autora!

¿Has creído alguna de estas mentiras sobre el futuro?


Marca con una X cualquiera de LAS MENTIRAS de este
capítulo que hayas creído.

¿En qué verdad necesitas pensar todo el tiempo, TODOS


LOS DÍAS? Echa un vistazo a LA VERDAD que hemos
descubierto juntas. Ahora encierra en un círculo la que te
parezca importante considerar.

A continuación, comienza a pensar en ella todo el tiempo,


TODOS LOS DÍAS. Puedes empezar por escribir una
oración a Dios, un versículo bíblico que sea de ayuda o
algunos pensamientos que no quieras olvidar en el espacio de
abajo.

Ayuda a Sofía a creer la verdad


¡Es el momento de dar un consejo a Sofía!
Sofía vio que se burlaban de una chica que quería ser esposa y madre.
¿Crees que está bien que esa chica quiera estas cosas? ¿Hay algo que Sofía pueda decirle a su amiga
para que se sienta mejor?
Nuestro tiempo casi se ha acabado y no hemos cubierto todas las mentiras que tu hija estará tentada a
creer, pero no te preocupes. Puedes continuar enseñándole la verdad que la hace libre.
Un recordatorio: este es un proceso que requiere mucha paciencia. Mientras que puedes (y a veces
deberías) prohibir un comportamiento externo de tu hija cuando ves la evidencia de una mala raíz, es
más inteligente y, al fin y al cabo, más eficaz instruirla con dulzura en la verdad llena de gracia. Aquí es
vital que hables abiertamente sobre el pecado y la tentación y alientes a tu hija a admitir sus faltas así
como participar en el proceso de tomar decisiones contigo sobre su comportamiento moral.
Lo que voy a enseñarte llevará mucho tiempo y hasta podría ser frustrante, pero vale la pena el
esfuerzo de ver un resultado a largo plazo. El resultado será una joven que podrá tomar decisiones
piadosas incluso cuando tú no estés cerca, porque tendrá las raíces de la verdad arraigadas en lo más
profundo de su ser.
En los siguientes dos capítulos, te enseñaré un proceso de tres pasos para reemplazar una mentira
con la verdad. Luego, en el capítulo final, propongo un tesoro de versículos bíblicos para que tú y tu
hija mediten juntas.
Arranca las raíces
(Cómo reconocer e identificar las mentiras)

La madreselva.
¿Recuerdas arrancar el extremo de la flor y sostener el pistilo con forma de hebra sobre tu boca
abierta y esperar que la dulce gota de néctar cayera sobre tu lengua? Ningún niño dijo nada malo de la
madreselva.
Mi granja tiene madreselvas. Montones. Cada primavera abro felizmente mis ventanas cuando los
arbustos emanan una fragancia espléndidamente dulce.
Eso fue hasta el año pasado.
Comencé a notar problemas. Los senderos estaban tan llenos de madreselvas que ya no podía montar
mis caballos a través de ellos. Además, había muchos árboles muertos. Mi arbusto lila luchaba por
florecer.
Sin darme cuenta, me había visto atraída hacia un invasor. El crecimiento de la planta trepadora
cubre los árboles de tal manera que derriba a muchos de los más débiles. Sin embargo, son las raíces de
la madreselva las que hacen el mayor daño. Alteran los nutrientes del suelo, perturban el hábitat
subterráneo de los animales y dominan los bosques de todo el estado.
En este momento mientras escribo, está entrando a mi casa el olor a madera quemada de un fuego en
el patio trasero. Mi esposo se ha embarcado en una guerra constante contra la madreselva. El granjero
Bob, como lo llamo, no solo está cortando el crecimiento superior de la planta, sino que está arrancando
y quemando sus raíces.
Si necesitas arrancar las raíces de una madreselva, pregúntale a Bob.
Si necesitas arrancar las raíces de la mentira que han hecho un escondrijo en la mente y el corazón
de tu hija, yo puedo ayudarte.
De cualquier modo, se deben arrancar las raíces o los comportamientos que no te gustan se seguirán
repitiendo. Finalmente, el pecado puede llegar a dominar la vida de tu hija.
En este capítulo, analizaremos cómo identificar y desarraigar cualquier mentira que ella pueda estar
creyendo. En el siguiente capítulo, nos centraremos en cómo sembrar la verdad para reemplazar las
mentiras.

PENSAMIENTO MOLESTO
Gran parte de lo que tu hija cree depende de los pensamientos que tiene. Sus pensamientos primero
influyen en cómo se siente y luego en cómo se comporta. Ambas cosas conforman y revelan las raíces
de su sistema de creencias.
Estoy convencida de que muchas mamás tendrían más cuidado con lo que sus hijas ven, escuchan y
experimentan, si realmente entendieran el poder de los pensamientos. La ciencia médica relativamente
nueva nos muestra cuán tóxico y falso puede ser el pensamiento distorsionado para cualquiera de
nosotras. (Yo lo llamo “pensamiento molesto”). Por otro lado, los pensamientos correctos y cuidadosos
proporcionan un entorno para que tu hija crezca y se convierta en una mujer saludable.
El psiquiatra y neurólogo, Dr. Daniel Amen, determinó hace más de dos décadas que tratar a las
personas por depresión, ansiedad y otros problemas emocionales sin mirar realmente el órgano que
controla esas cosas (el cerebro) parecía una mala idea. Fue pionero en el uso de la tomografía
computarizada de emisión de fotón único para observar el cerebro de un paciente antes de tratarlo
presuntivamente con medicamentos. Ha visto más de 83.000 exámenes cerebrales y ha ayudado a
innumerables pacientes a superar una variedad de dolorosos problemas de salud mental. Si bien utiliza
las intervenciones médicas modernas, la dieta y el ejercicio para ayudar a los pacientes, es un firme
defensor de reeducarlos en su manera de pensar.

Los pensamientos son poderosos. Pueden hacer que tu mente y tu cuerpo se -


sientan bien o te pueden hacer sentir mal. Por eso, el malestar emocional
puede manifestarse en síntomas físicos, como dolor de cabeza o dolor de
estómago… Cada vez que tienes un buen pensamiento, un pensamiento feliz,
un pensamiento esperanzador o un pensamiento amable, tu cerebro libera
sustancias químicas que calman tu sistema límbico profundo y ayudan a tu
cuerpo a sentirse bien.[1]
El Dr. Amen cree que los pensamientos son tan poderosos que denomina al cerebro “el hardware del
alma”.[1] No es ninguna noticia. En algún momento, entre los años 700 y 300 a.C., Dios inspiró la
escritura de esta verdad en la Biblia: “Porque cual es su pensamiento en su corazón [o cerebro], tal es
él” (Proverbios 23:7, 1960).
Hay otro pasaje de las Escrituras bastante conocido que habla del poder de nuestros pensamientos en
la vida. El Dr. Amen, que es cristiano, lo usa en uno de sus libros más vendidos, según el New York
Times, como una receta para el bienestar mental:

VERDAD DE ORO:
“Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo
justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas
excelentes y dignas de alabanza. No dejen de poner en práctica todo lo
que aprendieron y recibieron de mí… Entonces, el Dios de paz estará con
ustedes” (Filipenses 4:8-9).
Según la Biblia, una de las acciones más poderosas que podemos tomar para mejorar nuestra vida y
nuestras emociones es tener pensamientos positivos. Cuando pensamos en todo lo honorable, justo,
puro y bello, la paz de Dios inunda nuestro ser. ¿No es eso lo que quieres para tu hija? ¿Qué viva en
paz?
Sin embargo, seamos sinceras, como madres conocemos este versículo. Es posible que lo hayamos
memorizado, lo hayamos colgado en nuestra sala de estar y lo hayamos guardado en Pinterest. Sin
embargo, somos propensas a permitir que las cosas que no son honorables, justas, puras y bellas asalten
el espacio donde viven nuestras familias.
Una imagen vale más que mil palabras, así que echemos un vistazo al trabajo de otra especialista
líder en el cerebro, Caroline Leaf, que ha estudiado una parte del cerebro que en realidad podemos ver.
Su trabajo pionero me llevó a tomar aún más en serio Filipenses 4:8-9.
Las dendritas son pequeñas ramificaciones de las células nerviosas del cerebro, que envían y reciben
impulsos de otras células, lo que ayuda al cerebro a controlar al resto del cuerpo. Son estructuras
microscópicas del cerebro en forma de árbol.
Así es como se ven cuando tenemos una vida de pensamientos positivos, correctos y llenos de
verdad. Las ramificaciones son abundantes y completas, lo cual crea la apariencia de un árbol
fuerte y saludable.

Y, así es como se ven cuando tenemos pensamientos perjudiciales y distorsionados, basados en


mentiras. Las ramificaciones son escasas y distantes entre sí, y se asemejan a ramas secas y
marchitas.[3]
No sé tú, pero yo quiero que mis hijas tengan un “bosque” sano de “árboles dendritas” en sus
cabezas, no el bosque encantado de la negatividad y las mentiras que surgen de los pensamientos
molestos.
Aunque lo he dicho antes, siento la necesidad de repetir una súplica urgente: ten cuidado con los
pensamientos que tu hija escucha.
¿Las películas, las canciones, los sitios web, las amistades y las clases a las que está expuesta la
llenan de verdad o mentiras? Los pensamientos que ella considera tendrán una fuerte incidencia no solo
en sus valores mentales y espirituales, sino también en la fisiología real del cerebro (o el hardware del
alma) que almacena su sistema de creencias. ¡Por favor, ten cuidado!
Como le dije a tu hija, “nuestros pensamientos son el jefe de nuestros sentimientos” que determinan
nuestro comportamiento. Entonces cada una de nosotras necesita decidir “quién será el jefe de nuestros
pensamientos”. Jesús quiere serlo.

VERDAD DE ORO:
“…llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios
10:5, rvr-1960).

¿Está Jesús a cargo del contenido que llega a tu hogar y al corazón de tu hija?
Espero que sí.
Por supuesto, no importa lo atenta que estés, las mentiras se filtrarán. Por lo tanto, vayamos al
asunto de estar preparadas para desarraigar las mentiras y reemplazarlas con la verdad. En Mentiras que
las niñas creen, tu hija está aprendiendo a hacer eso, pero no puede hacerlo sola. Nadie es capaz de
reconocer sus propias mentiras. Después de todo, la naturaleza misma de la mentira es que es engañosa,
por lo que generalmente los ojos y la participación de otra persona ayudan a identificarlas. Tu hija
necesitará tu ayuda mientras aprende a realizar este proceso.

CÓMO REEMPLAZAR UNA MENTIRA CON LA VERDAD


1. Reconoce la evidencia. (Busca cualquier pecado o sentimientos
“molestos”).
2. Identifica la mentira y deja de alimentarla. (Comprométete a dejar de
pensar todo el tiempo en ella).
3. Reemplaza la mentira con la verdad. (Busca versículos de la Biblia
que te ayuden a pensar en la verdad).
1. RECONOCE LA EVIDENCIA
Tu primera tarea es ayudar a tu hija a reconocer la evidencia que revela una mentira bajo la superficie.
Hay dos tipos de evidencias que son visibles: los sentimientos molestos y el pecado. A veces solo ves
una, pero muchas veces verás ambas. Cuando notes una de estas evidencias en la vida de tu hija, acude
a Dios en oración y pídele sabiduría para saber cuándo y cómo hablarle de ello. Pídele al Espíritu Santo
que vaya delante de ti para ablandar su corazón y convencerla. Él puede darte ojos espirituales para ver
cómo atar los cabos sueltos entre las emociones molestas y el pecado y cualquier mentira que pueda
estar al acecho en las raíces del sistema de creencias de tu hija.

Una madre que asistió a nuestros grupos de enfoque ató los cabos sueltos y tuvo un momento
revelador. Durante nuestra conversación, de repente descubrió que los sentimientos molestos y los
pecados de su hija eran evidencia de una mentira.

UN CASO REAL:
SONIA
Sonia, la hija de Bibiana, es una brillante alumna del último año de
escuela primaria, que siempre fue muy estudiosa y sobresaliente desde el
jardín de infantes. Sin embargo, últimamente trata mal a sus hermanos
si la distraen mientras estudia. Cuando llega la noche de juegos en
familia, a menudo rompe a llorar si sus padres le obligan a dejar de
hacer la tarea para que participe.
Dado que sus calificaciones estaban muy por encima del promedio, sus
padres decidieron que el nivel de estrés de Sonia por sus calificaciones no
era saludable y establecieron límites: no hacer tareas o estudiar después
de la cena. Sonia acató la decisión con rabietas, lágrimas y reiteradas
desobediencias.
Durante nuestro grupo de enfoque, Bibiana comenzó a darse cuenta de
que las emociones erráticas y el comportamiento pecaminoso de Sonia
probablemente eran el resultado de una mentira. Incluso comenzó a
relacionarlo con una persona que era un ejemplo a imitar en la vida de
su hija: la directora del colegio.
“Cada mañana, durante el tiempo grupal, la directora se dirige a los
estudiantes y les dice cosas como: ‘Aprendan matemáticas porque no
podrán ir a la escuela secundaria a menos que les vaya bien en
matemáticas. Y después no podrán ir a la universidad. Y después no
conseguirán un buen trabajo —comentó Bibiana—. Esta directora es
una mujer piadosa, pero siento que presiona demasiado pronto a los
niños y hace demasiado hincapié en el valor de una carrera profesional.
En su intento de ayudar a los niños a ser diligentes, está alimentando la
mentira de que lo más importante en la vida de mi hija tiene que ver con
el rendimiento académico y una futura carrera profesional”. Bibiana
dejó el grupo de enfoque con la confianza de ayudar a Sonia a identificar
la mentira y ser libre de su relación emocional con la tarea escolar.

Tal vez ya hayas identificado algún área específica en la vida de tu hija donde esté experimentando
sentimientos molestos o un pecado. Si no, no te preocupes. He invitado a tu hija a llenar estos espacios
en blanco en su libro y a hablarlo contigo:
Completa los espacios en blanco para encontrar alguna evidencia sobre la superficie
que pueda tener la raíz de una mentira dentro de ti.

ALGUNOS SENTIMIENTOS “MOLESTOS” que he tenido


últimamente incluyen:
_____________________

Un PECADO que cometí hace poco o en el que no puedo dejar de pensar es:
_____________________

UN DESEO DE PECAR que enfrento mucho es:


_____________________

Cuando ella hable contigo al respecto, estarás lista para dar el siguiente paso y arrancar la mentira.

2. IDENTIFICA LA MENTIRA Y DEJA DE ALIMENTARLA


Después de que hayas visto la evidencia de una mentira, es hora de identificar la mentira y dejar de
alimentarla. Puedes hacerlo mediante una conversación con tu hija. Si ella ha traído su ejemplar de
Mentiras que las niñas creen para hablar contigo, haz una pausa en tu lista de “cosas por hacer”,
aprovecha su entusiasmo ¡y ve directo al tema!
Si estás utilizando este proceso para confrontar algunas inquietudes que tienes, explícale lo que has
notado. Luego pregúntale si está dispuesta a que la ayudes a identificar la mentira y dejar de
alimentarla. Ya que ella ha leído Mentiras que las niñas creen, es de esperar que entienda cómo
funciona todo. Sin embargo, descubrí que no importaba la edad de mis hijas, hablar con humildad en
lugar de una fuerte dosis de autoridad maternal, por lo general, daba mejores resultados cuando me
dirigía a cualquiera de ellas. A ninguna de nosotras nos gusta cuando nos señalan nuestro pecado o
nuestras emociones desagradables. Por lo tanto, ¡sé tierna, amiga! Habla con dulzura. Indaga con la
disposición a estar equivocada o a esperar hasta que el Espíritu Santo haya hecho la obra de ablandar su
corazón y hacerlo moldeable.
Si ella está abierta, pasa un tiempo hablando con ella y luego ora. Pídele a Dios que le revele
cualquier mentira que pueda estar creyendo. Deja que ella vea cómo le pides que te guíe y te revele la
mentira, para que pueda aprender a escuchar a Dios como tú.
Las mentiras podrían salir a la luz y ser fáciles de identificar. Una vez, cuando estaba orando con
una joven solitaria e insensible emocionalmente, la mentira que expresó fue: “Nadie me quiere”. Una
mentira bastante obvia.
Sin embargo, a veces son bastante complicadas. Otra jovencita, sobre la que escribí en Mentiras que
las jóvenes creen (para adolescentes), sufría de ataques de pánico, y no podía descubrir en qué mentiras
estaban arraigadas tales ataques. Yo tampoco podía. Ocurrían cuando estaba completamente sola, por lo
que lógicamente parecía que tal vez tenía miedo de la oscuridad o de estar sola. No obstante, cuando
oramos y le pedimos a Dios que nos ayudara, se dio cuenta de que la primera vez que le había sucedido
fue la noche en que sus padres le dijeron que se estaban divorciando. La mentira que ella creía era:
“Todos me abandonan”. No podríamos haber descubierto esto sin la ayuda de Dios.

Espera en Él. Sé paciente. Háblalo. Y, sobre todo, deja que tu hija tome la iniciativa de contarte los
pensamientos que podrían ayudar a identificar la mentira. Cuando lo descubra, le he dejado un espacio
en Mentiras que las niñas creen para que lo escriba:

UNA MENTIRA que estoy creyendo es:


_____________________
_____________________
Identificar la mentira es, básicamente, arrancarla de raíz. Ya no tiene nada más que esconder una vez
que está expuesta. Sin embargo, luego también necesitas dejar de alimentarla. En algún momento,
tendrás que hablar de una estrategia para eso con tu hija. Ella debe ponerse en un lugar donde no pueda
escuchar la mentira fácilmente y considerarla. Por ejemplo, si se siente tentada a creer que nadie la
quiere, tendrá que dejar de alejarse de las personas y empezar a interactuar. De modo que tal vez la
ayudes a concretar pronto algunos encuentros con buenas amistades. Si una amiga determinada la tienta
a ver un programa de televisión que no es bueno para ella, quizás debas ayudarla a buscar otras
amistades más sanas. Ya tienes una idea.
Esta área es difícil porque a veces tienes que ponerte en el rol de madre y aplicar cierta disciplina,
como quitarle el iPad por un tiempo o prohibirle el uso de Netflix. Abogar por un método de crianza
que enfatice instruir a tu hija en la verdad, no significa que a veces no usarás el método de la
restricción; sino que no es el único o principal método de disciplina. Y, como regla, sugeriría que no
comuniques esas decisiones durante tu tiempo de oración y conversación con ella. Haz una nota mental,
pero resérvalo para otro momento. Si eso te resulta un poco difícil, repasa el análisis de la respuesta de
Dios a Adán y Eva en el capítulo 3. Recuerda que Él consuela antes de confrontar.
Permanece en tu lugar de consuelo porque todavía no has terminado. Necesitas reemplazar esa
mentira con una verdad.

HABLA CON DIOS:


Usa Filipenses 4:8-9 para escribir una oración a Dios. ¿Es de ejemplo el lenguaje y el contenido de
lo que se ve y se escucha en tu hogar para que tus hijos piensen en lo que es verdadero, honorable,
justo, puro, bello y digno de alabanza? Si no, ¿qué necesitas ajustar? Escribe tus pensamientos sinceros
a Dios en las líneas de abajo.

Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo,


todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y
dignas de alabanza. No dejen de poner en práctica todo lo que aprendieron y
recibieron de mí… Entonces el Dios de paz estará con ustedes (Filipenses
4:8-9).
__________________________
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__________________________
__________________________
HABLA CON TU HIJA:
Después que tu hija lea el capítulo 12 de Mentiras que las niñas creen, pasa a la página 146 y ayúdala
a trabajar en el proceso de identificar las mentiras. Es difícil distinguir una mentira por nuestra cuenta,
incluso cuando somos adultas. Ya le he recomendado que te pida ayuda. (Ella reemplazará la mentira
con la verdad en el capítulo 13, de modo que volveremos a esa parte). Ya has visto esta lista, pero ahora
puede ser el momento de llenar los espacios en blanco. La he vuelto a colocar aquí para tu
conveniencia.

Completa los espacios en blanco para encontrar alguna evidencia sobre la superficie
que pueda tener la raíz de una mentira dentro de ti.

ALGUNOS SENTIMIENTOS “MOLESTOS” que he tenido


últimamente incluyen:
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Un PECADO que cometí hace poco o en el que no puedo dejar de pensar es:
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UN DESEO DE PECAR que enfrento mucho es:


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UNA MENTIRA que estoy creyendo es:


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Siembra la verdad
(Cómo reemplazar las mentiras con la verdad)

Carla, una madre soltera que participó en uno de los grupos de enfoque de Mentiras que las niñas
creen, empezó a contarme su historia con esa hermosa frase.
Tuvo a su hija, Cecilia, cuando era una estudiante de secundaria de diecisiete años. Estuvo saliendo
con un chico llamado Bruno; un joven cristiano que la trataba con respeto y honra. Sin embargo, ella no
creía que fuera lo suficientemente buena para él y cortó la relación. Estaba desconsolada. Comenzó a
buscar alivio en las relaciones sexuales con otros muchachos. Y, finalmente, quedó embarazada.
Bruno volvió rápidamente a buscar a Carla y trató de convencerla de que se casara con él, pero ella
huyó rápidamente de él. Aunque se quedó con el bebé, continuó medicando emocionalmente su dolor
con relaciones sexuales. Al mirar atrás, admite:
Mi hija [y yo] crecimos juntas. Yo estaba loca por los chicos, pero no quería que ella
encontrara su identidad en los chicos como yo lo hice.

En la oscura secuela emocional de una relación particularmente mala, Carla le rogó a Dios que la
ayudara. Él respondió su oración y envió a un pastor y su esposa para que le testificaran de Jesús. Ella
les dijo que necesitaba que la ayudaran a recuperarse. Fue así que invitaron a Carla y a su hija a vivir
con ellos.
La pareja comenzó a mostrarle que su comportamiento inmoral y penoso estaba arraigado en creer la
mentira de que no valía nada. Le presentaron la verdad que la haría libre, versículo bíblico por versículo
bíblico. Lentamente, su corazón fue transformado. Una nueva comprensión de cuánto Cristo la amaba
reemplazó la locura por los chicos de su juventud. Y nació en ella un nuevo deseo de agradar a Dios y
vivir en la verdad. Sin embargo, el efecto de su antiguo estilo de vida en su hija era evidente. Carla
comentó:
Muchas de las cosas con las que mi hija lucha son el resultado de haber visto mi manera de
vivir y escarmentar a causa de mis acciones. Ella no se sujeta ni obedece fácilmente porque me
vio vivir en rebeldía.
Carla sabía que desarraigar las mentiras y enseñar a Cecilia a vivir en la verdad requeriría mucho
tiempo y esfuerzo. De modo que dejó un empleo que la alejaba de su hija durante varios días y buscó
un empleo que le permitiera trabajar desde casa. De esa manera, Carla podía estar con su hija cuando se
iba a la escuela y cuando regresaba a casa. También comenzó a ofrecerse como voluntaria en el salón
de clases de su hija para poder pasar más tiempo juntas.
No obstante, ¿cuál fue el cambio más significativo para esta madre soltera que deseaba
profundamente borrar el efecto de su promiscuidad en la vida de su hija? Tomó la decisión personal de
no ponerse de novia, a pesar de su deseo de tener un compañero de vida. Fue una convicción de que
Dios la estaba llamando a hacer algo radical para sembrar la verdad en Cecilia. Entonces le comunicó a
su hija que la promiscuidad y la locura por los chicos fueron el resultado de haber creído mentiras, pero
que ahora vivía de manera diferente, y oró para que Cecilia aprendiera de su nuevo ejemplo.
¡Dios es tan fiel! Cuando conocí a Carla, su hija de doce años no estaba tan loca por los chicos como
todas sus amigas. En cambio, Cecilia se había convertido en una jovencita loca por Dios que incluso se
estaba volviendo más sumisa y respetuosa.
Y hay más.
La semana que Carla vino a mi grupo de enfoque fue una semana importante. Ella y Cecilia se
mudaban a Alaska. Resulta que ese muchacho cristiano de la escuela secundaria, Bruno, se enteró de
que ella finalmente había conocido a Jesús y la verdad. Durante ese tiempo, él se había convertido en
un hombre y un soldado que aún amaba a Jesús… y a su novia de la escuela secundaria. Y volvió una
vez más para pedirle que se casara con él. Ella no dijo que sí al principio. Necesitaba tiempo para
procesar lo que eso significaría para su hija y para contarle a Bruno su pasado.
“¿Sabes que hubo muchos otros hombres en mi vida?”, le preguntó ella.
Él lo sabía y tenía un corazón perdonador.
Así fue que comenzaron una relación lenta y a la distancia. La pareja de pastores con la que Carla
había vivido le dio una sabia orientación. Todos los involucrados sintieron que el Señor estaba
liberando a esta madre soltera fiel para que recibiera el regalo de un esposo y un padre para Cecilia.
Tanto ella como su hija estaban entusiasmadas con su nueva aventura. Tuve que preguntarle por qué
se tomaría dos horas para conducir y participar en un grupo de enfoque de Mentiras que las niñas
creen, cuando estaba planificando una boda y preparándose para una mudanza de un extremo al otro
del país. No lo dudó:
¡Porque soy libre! Estoy totalmente libre del pecado que tenía en mi vida y quiero que otras
mamás sepan que también pueden ser libres. Podría requerir algunas decisiones drásticas, pero
pueden ser libres. Y su libertad aumentará radicalmente la capacidad de su hija de vivir en la
verdad.

Su semblante lo dijo todo.


Tenía que asistir… para decirte que puedes ser libre y que tu hija también puede serlo. Las lágrimas
vuelven a mis ojos mientras escribo estas palabras, y oro para que sientas el poder que yo sentí cuando
me contó su historia.
Es un relato que he atesorado porque muestra muy bien que tu búsqueda de vivir en la verdad afecta
la vida de tu hija. No importa qué mentiras hayan llegado a tu vida o a la de tu hija. Jesús puede
hacerlas libres.

3. REEMPLAZA LA MENTIRA CON LA VERDAD


En nuestro último capítulo, vimos cómo arrancar de raíz una mentira. Ahora es el momento de
dedicarnos a la mejor parte: reemplazar la mentira con la verdad.
Una vez más, ora y pídele a Dios que te muestre una verdad específica en su Palabra. A veces me
viene rápidamente un versículo de la Biblia a la mente cuando estoy orando para que Él me revele su
verdad; otras veces, tengo que ser más persistente en la búsqueda. Sin embargo, su verdad siempre
brilla cuando la busco para mi vida, para la vida de mis hijas y de otras mujeres que Dios ha confiado
bajo mi liderazgo.
Déjame mostrarte cómo lo hizo la madre de Emilia.

UN CASO REAL:
SONIA
El padre de Emilia abandonó la familia cuando ella asistía a la escuela
primaria. Su madre, Julia, se dio cuenta de que su hija, ahora en la
escuela intermedia, se estaba juntando con otras niñas sin un padre en el
hogar.
Al principio, Julia creyó que era algo bueno. Luego comenzó a notar que
su hija estaba cada vez más enojada y amargada. Algunas madres
podrían pensar que aquella era simplemente la siguiente etapa de dolor
normal tras perder a un padre, pero el discernimiento de Julia estaba en
alerta máxima. Sospechaba que se trataba de sentimientos molestos que
sonaban la alarma de que algo en las raíces del sistema de creencias de
su hija no era saludable.
A través de conversaciones, Julia se dio cuenta de que su hija había
empezado a creer la mentira de que estar enojada con su padre por
haberlas abandonado aliviaría su tristeza. Las voces de otras chicas con
la idea fija en su enojo solo aumentaron el de Emilia. Es cierto que el
enojo nos distrae de la tristeza, pero no resuelve los problemas que la
producen.
“Es como si Satanás supiera que se atraen entre sí porque se
retroalimentan unas a otras a concentrarse en el rechazo —dijo Julia—.
Cuando uno de sus papás no viene a verlas como esperaban, todas se
enojan con sus papás”.
Tras identificar la mentira, Julia encontró un versículo bíblico especial
para Emilia. Dado que su hija parecía tener la idea fija en la falta de su
padre, le pidió a Dios que le mostrara algo en su Palabra sobre la fijación
y encontró este versículo.
Corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra
fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando
la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha
del trono de Dios (Hebreos 12:1-2, ). NVI

Este versículo, aunque no habla específicamente de la ausencia de un


padre, es el único que el Espíritu de Dios le mostró a Julia para su hija.
Es tan rico en verdad, que ayudará a Emilia a fijar su mirada en Dios y
la alentará a aceptar la alegría incluso en medio de su dolor.
No ocurrirá de la noche a la mañana, pero Julia está arrancando las
raíces de las mentiras y sembrando la verdad en su hija. Ya puede ver
que la alegría y la esperanza están empezando a reemplazar los
sentimientos molestos.
Emilia podría haber crecido con soledad, amargura y enojo por el
rechazo de su padre, y dejar que eso continuara afectando sus relaciones
futuras. Muchas mujeres adultas tienen heridas profundas a causa de sus
padres. En cambio, ella tiene una madre que está sembrando semillas de
contentamiento al ayudar a su hija a fijar su mirada en el Padre que
nunca la abandona.

Fíjate que la verdad que Julia encontró para su hija no era lo contrario de la mentira. A veces esa no
es la verdad que más necesitamos, aunque sea la más fácil de encontrar. Por eso es tan importante
confiar en el Espíritu de Dios durante esta importante tarea.
Puedes hacer lo mismo por tu hija, cuando veas la manifestación de sentimientos molestos o
comportamientos pecaminosos en su vida.
Supongo que podrías sentirte un poco insegura en este proceso. Quizás te sientas insegura de tu
capacidad de discernir las mentiras que tu hija cree o la verdad que necesita. Podrías tener miedo de
equivocarte y dañar a tu hija para siempre. ¿Cómo puedo saberlo? ¡Porque a mí también me ha
sucedido, hermana! He pasado muchos meses trabajando en las páginas de este libro y luchando contra
tales sentimientos.
A veces he tenido la tentación de titular esta obra: El libro que no quiso que se escribiera. No he
experimentado una laguna mental tan insoportable desde que escribí Mentiras que las mujeres creen
hace casi diez años. Me tomó dos largos meses e innumerables horas tener un solo capítulo consistente
digno del proceso de edición. Lo había escrito decenas de veces y destruido otras tantas, solo para estar
frente a una pantalla en blanco una y otra vez. En mis intentos por atrapar a una musa proverbial
esquiva, estos son algunos de los pensamientos que me asaltaron cuando me senté a escribir este libro:
Estas verdades son demasiado difíciles para las niñas pequeñas.

¿Qué pasa si a las personas que amo no les gusta el libro?

Tus días de escritora ya pasaron.

Alimentados por las mentiras, estos sentimientos molestos me estaban haciendo perder el sentido.
No había ni un solo pelo de verdad en ellos.
Sin embargo, me senté frente a una pantalla en blanco. De modo que debe haber una pequeña
verdad, (algunos hechos que alimenten esas mentiras) en este asunto, ¿no es cierto?
Esa es la cuestión. No estamos buscando una pequeña verdad, sino la verdad invisible, pero
magnífica y poderosa de Jesús.
Tu hija puede estar sufriendo de leucemia o de depresión.
Puede ser la chica mala a la que todos temen o víctima de una.
Puede tener problemas con cualquier discapacidad de aprendizaje que le hayan diagnosticado o de
orgullo académico.
Podría estar loca por los chicos o estar experimentando una confusión de género.
Tal vez solo sea insensible o desganada.
Mira más allá de la pequeña verdad y busca la magnífica y poderosa verdad de Jesús.
La libertad espiritual no tiene que ver con que Dios elimine milagrosamente estas dificultades. Es la
dulce paz que proviene de saber, creer y actuar según la verdad incluso en medio de tu dolor. Jesús no
señaló las circunstancias, los sistemas religiosos, los gobiernos, los médicos o incluso las madres
cuando prometió hacer libre a tu hija. Les dijo a sus seguidores que Él los haría libres:

VERDAD DE ORO:
Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis
enseñanzas; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres… Así que,
si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres (Juan 8:31-32,
36).

Enseña a tu hija a mantenerse fiel a la verdad de la Palabra de Dios. Eso la hará libre. Y a veces será en
contra de todas las circunstancias visibles.

A VECES LA VERDAD ES CONTRARIA A LAS


CIRCUNSTANCIAS
Con la pantalla en blanco que se burlaba de mí, me sumergí cada día en la Palabra de Dios para
encontrar la verdad mientras escribía este libro. Él me guio al libro de Jeremías, donde encontramos un
momento doloroso en la historia de la nación de Israel. Los ejércitos babilónicos estaban asediando la
ciudad, derribando sus murallas y masacrando a todos los soldados, líderes y pensadores que pudieran
dar algún consuelo. Incidentalmente, pasaron por alto a Jeremías, que estaba preso en el patio de la
guardia del palacio real. Podría haber sentido lástima de sí mismo o temor por su nación, pero no fue
así. En cambio, siguió proclamando el mensaje de la verdad: ¡Hay esperanza para tu futuro! (ver
Jeremías 31:17).
Todos los que escucharon pensaron que el profeta estaba loco, incluido su primo Hananeel, que debe
haber sido un poco inescrupuloso. El hombre era propietario de un terreno en Anatot, la ciudad natal de
Jeremías, y se lo ofreció en venta a Jeremías, ya que las compras de bienes raíces eran muy seguras en
ese y en todo momento.
Jeremías acababa de hablar al pueblo de Dios: “No llores más… tus hijos volverán a ti… Hay
esperanza para tu futuro”.
Hananeel sabía quién era ingenuo con solo verlo.
“Ah, sí —dijo—. Bueno, tengo una propiedad frente al mar en Anatot. ¿Quieres comprarla?”.
¿Qué crees que hizo Jeremías? Me refiero a que ninguna persona en su sano juicio haría un acuerdo
de bienes raíces si sabe que dentro de unas horas su propiedad pertenecerá al enemigo, ¿verdad? Nadie
habría pensado mal de Jeremías por rechazar la oferta.
¡Sin embargo, Jeremías compró el campo!
Había escuchado la verdad de Dios, y al comprar el campo ¡demostró que creía lo que Dios le había
dicho! Y oye esto: Dios le dijo a Jeremías que se asegurara de que hubiera testigos de la compra
(Jeremías 32:12-25). ¿Por qué? Porque nuestras acciones demuestran lo que creemos. Tal vez Dios
incitó a Hananeel para que le hiciera esta oferta con el único propósito de poner determinación en las
palabras que Jeremías estaba proclamando.
El profeta demostró lo que creía cuando compró ese campo. A menudo, la verdad es lo que no se ve;
porque la verdad no es un hecho real, sino una Persona. Mantenerse unido a esa Persona es la clave
para conocer la verdad.
Amiga mía, en lo que respecta a tu hija, quiero animarte a “comprar un campo”. Podría parecer que
la influencia de su padre, que es ateo, está ganando. Quizás te hayas cansado de pelear la batalla de su
depresión o sus altibajos emocionales. Tal vez hayas perdido la esperanza porque ella es la última de
tus hijas en casa, y los demás han seguido el camino del hijo pródigo.
Cree lo imposible.
Eso es lo que hizo mi amiga Carla. Creyó que Dios podía deshacer todo el daño que le había
causado a su hija con su promiscuo estilo de vida. Cuando decidió que ni siquiera se pondría de novia,
estaba “comprando un campo”. Es decir, estaba invirtiendo en algo que parecía extraño y absurdo. Dios
obró milagrosamente a través de la audaz obediencia de esta madre. Su fe me inspira a buscar la
verdad.
¡Espero que te inspire a ti también!
HABLA CON DIOS:
Usa Juan 8:31–32, 36 para escribir una oración a Dios. ¿Eres verdaderamente su discípula? ¿Te has
mantenido fiel a sus enseñanzas? ¿Conoces la libertad que esperas que tu hija conozca? Habla con Él
acerca de tu deseo de libertad.

Ustedes son verdaderamente mis discípulos si se mantienen fieles a mis -


enseñanzas; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres… Así que, si
el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres (Juan 8:31-32, 36).
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HABLA CON TU HIJA:


Después que tu hija lea el capítulo 13 de Mentiras que las niñas creen, pasa a la página 147 de su
libro y ayúdala a reemplazar la mentira que han identificado en su vida con la verdad. Sé paciente, pero
persiste mientras buscas versículos específicos de las Escrituras para que ella medite. En la página 159
de su libro, encontrará una lista de diez sitios donde puede colocar sus versículos o lista de versículos
para poder verlos todo el tiempo. Ayúdala a hacer esto y recuérdale con frecuencia la verdad que has
encontrado para ella.

LA VERDAD PARA MI HIJA es:


__________________________
Ponte el cinturón de la verdad
(Cómo usar la verdad para ser libre)

Tengo una madre que ama leer la Biblia y ora fielmente. Cuando tenía ocho años, me compró mi
primer devocional diario para niños. Fue el comienzo de un amor de toda la vida por leer la Biblia y
sumergirme en la verdad.
Cuando completé la investigación para este libro, me entristeció descubrir que, para mi madre, era
inusitado tener que esforzarse para alentar la vida devocional de su hija, mientras que cuando les
pregunté a las madres, que asistían a mis grupos de enfoque, si sus hijas leían la Biblia y oraban
diariamente, respondieron lo siguiente:

El 30% de sus hijas tenía un tiempo regular de oración privada

El 48% de sus hijas no tenía un tiempo de oración privada

El 22% de las mamás dijo que realmente no sabía la respuesta a la pregunta

Mientras que la mayoría de las madres informó que tenía su propio tiempo de oración privada,
muchas no estaban ayudando de manera proactiva a sus hijas de ocho a doce años a desarrollar esta
disciplina.
Hemos llegado al final de este libro, pero el trabajo de criar a tu hija en la verdad durará toda la vida.
(Mi madre todavía me está instruyendo en la verdad con toda fidelidad). Así que déjame hacerte el reto
más importante de todos: lee la Biblia y enseña a tu hija a leerla. En Mentiras que las niñas creen, le
expliqué lo siguiente a tu hija sobre la importancia de leer la Biblia.

Varios versículos de la Biblia nos enseñan a “ponernos” prendas como la humildad, la justicia y el
amor. Claro, en realidad no te pones la verdad sobre tu cuerpo como la ropa, pero podrías pensar:
“¡Hoy voy a tomar la verdad y me voy a vestir con ella! Me voy a vestir de amabilidad y amor”.
¡Estas cosas son características espirituales que puedes usar como si fueran un par de pantalones de
jean o la camiseta de tu equipo favorito! (No puedes tocar ni sentir estas prendas, ¡pero creo que puedes
“ver” cuando alguien las usa!). Una de las cosas que podemos “ponernos” es el cinturón de la verdad.
VERDAD DE ORO:
“Defiendan su posición, poniéndose el cinturón de la verdad y la coraza
de la justicia de Dios” (Efesios 6:14).
Cuando el apóstol Pablo escribió este versículo bíblico, también animó a los cristianos a usar otras
prendas más como:

la coraza de justicia

el calzado de la paz

el casco de la salvación

el escudo de la fe

la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.


Todas estas prendas componen la armadura de Dios y es importante que los cristianos se “pongan”
cada una de ellas. Sin embargo, el “cinturón de la verdad” es lo primero que Pablo menciona.
¿Por qué?
Pues bien, cuando Pablo escribió estos versículos, los soldados romanos usaban un cinturón muy
distinto a las simples correas de cuero que usamos hoy.
Era una banda gruesa y pesada, hecha de cuero y metal, con una enorme pieza protectora que
colgaba en la parte delantera. El cinturón sostenía en su lugar la espada del soldado y otras armas.
TU cinturón de la verdad también sostiene todo lo demás en su lugar. Te ayuda a tomar las
decisiones correctas. Te ayuda a vivir en paz. Te ayuda a mantener la fe. ¡¡¡Ya sabes!!! Tienes que
ponértelo para sostener otras cosas en su lugar.
¿Cómo se hace?
Me alegra que lo hayas preguntado. La respuesta es bastante sencilla.

Me gusta hacer esto a primera hora de la mañana cuando leo la Biblia y escribo versículos en mi
diario íntimo. Puedes buscar un libro devocional que te guste, o tal vez prefieras tener devocionales en
familia o entre madre e hija. Tal vez comiences una colección de tus versículos bíblicos favoritos y los
pegues en la pared de tu habitación. No importa cómo lo hagas, ¡pero lee la Biblia todos los días! Cada
vez que lo hagas, te estarás “poniendo” el muy importante cinturón de la verdad.

Ponerte el cinturón de la verdad puede transformar tanto tu vida como la de tu hija.


Espero que continúes o comiences a ponerte el cinturón de la verdad cada mañana, y que ayudes a tu
hija a desarrollar la misma disciplina. Al fin y al cabo, no hay nada mejor que puedas hacer para
arraigarla en la verdad.
Es mi oración poder animarte como madre mientras buscas plantar semillas y nutrir las raíces de la
verdad en tu hija. Cuando comenzamos esta experiencia juntas, te expliqué que no podías saber
realmente cómo son las raíces de tu hija hasta que se pongan a prueba.
Cuando mis hijas jóvenes adultas se enfrentan a distintos tipos de pruebas, confieso este versículo
bíblico. Es mi oración que tanto tú como yo lo veamos cobrar vida en el corazón de nuestras hijas.

VERDAD DE ORO:
“Pero benditos son los que confían en el Señor y han hecho que el Señor
sea su esperanza y confianza. Son como árboles plantados junto a la
ribera de un río con raíces que se hunden en las aguas. A esos árboles no
les afecta el calor ni temen los largos meses de sequía. Sus hojas están
siempre verdes y nunca dejan de producir fruto” (Jeremías 17:7-8).
Amiga mía, que tu hija y mis dos hijas sean como árboles plantados junto a la ribera de un río. Que
nuestros ojos las vean atravesar las pruebas del calor y la sequía. Que las veamos vivir sin temor. Que
vivan libres de sentimientos “molestos”. Y que sus vidas produzcan mucho fruto para el reino de Dios.
20 verdades clave
Al final de Mentiras que las niñas creen, recopilé una lista de verdades para que las niñas aprendan.
Estas verdades han sido muy útiles en mi propia vida, y confío en que también lo serán para ti y tu hija.
(Siempre necesitamos la verdad de Dios, independientemente de la edad que tengamos). ¡A disfrutar!

1. Cuando sientes que tal vez Dios no te ama.

VERDAD: Dios te ama todo el tiempo, todos los días, incluso cuando haces algo
malo. Él no quiere que peques y te hagas daño, pero te ama sin importar lo que hagas y siempre
está listo para perdonarte (Romanos 5:8).

2. Cuando sientes que Dios no es suficiente.

VERDAD: Dios es todo lo que necesitas. Él es más importante que las amistades,
las calificaciones escolares o las cosas, porque es la fuente de todo lo que necesitas (Filipenses
4:19).

3. Cuando no estás segura de si eres cristiana o no.

VERDAD: Eres cristiana “si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en
tu corazón que Dios lo levantó de los muertos” (Romanos 10:9). Y serás diferente, porque
cuando eres cristiana, cambia tu manera de actuar. Quieres más de Dios y menos de este mundo
(2 Corintios 5:17; 1 Juan 2:3-17).

4. Cuando sientes que no eres muy capaz.

VERDAD: No importa cómo sea tu desempeño, a quién le agradas o a quién no le


agradas; si eres cristiana, Dios te eligió. No somos muy capaces por nuestra propia cuenta, pero
con Él somos intachables (Efesios 1:4).

5. Cuando te sientes gorda o fea, y sientes que las chicas bonitas


valen más.
VERDAD: Dios te hizo y estás hecha de forma perfecta. Él no cometió ningún error
cuando te formó. Y no le interesa, como a ti, tu apariencia externa. La belleza que Él ve está
dentro de ti, y se puede ver en cosas como la bondad, el espíritu servicial y la amabilidad
(1 Samuel 16:7).

6. Cuando sientes que no tienes suficiente libertad.

VERDAD: No necesitas más libertad. Estás lista para más responsabilidad y Dios
quiere que la asumas (Gálatas 6:5-6).

7. Cuando sientes que tu familia es rara.

VERDAD: Recuerda que ser diferente es bueno. Tu familia es diferente. Cada


familia lo es y eso es bueno. Dios no quiere que seamos como todos los demás, sino que seamos
diferentes porque le obedecemos (Efesios 4:17, 19-20).

8. Cuando sientes que tu familia está demasiado destruida para ser


feliz.

VERDAD: Dios, no tu familia, es la fuente de todo. Él quiere ser la fuente de tu


contentamiento. Dios te enseñará a confiar en Él y a estar contenta con la familia que tienes
(Filipenses 4:11-12).

9. Cuando sientes que tus padres no te “entienden”.

VERDAD: Aunque es bueno llevarse bien con tus padres y disfrutar cuando pasas
tiempo con ellos, no se espera que ellos sean tus amigos, sino tus padres. Es su deber poner
límites. Y tu deber es obedecerlos. Dios te dará alegría cuando decidas honrar a tus padres. (Y
cuando seas mayor, ¡es muy probable que se conviertan en grandes amigos!) (Efesios 6:1-2).

10. Cuando estás tentada a creer que tu pecado no es tan grave.

VERDAD: Todo pecado nos separa de Dios y, a veces, de las personas que
conocemos y amamos (Isaías 59:2).

11. Cuando estás tentada a creer que no necesitas contarle a nadie


tu pecado.

VERDAD: Recuerda que esconder tu pecado te conduce al fracaso. Necesitas ayuda


para vencer los malos hábitos, las tentaciones y el pecado. Pide ayuda a alguien mayor y más
sabio (Proverbios 28:13; Santiago 5:16).
12. Cuando crees que puedes ver cualquier película o programa de
televisión y escuchar la música que quieres sin que te afecte.

VERDAD: Lo que vemos, escuchamos y leemos nos cambia. Nos hace creer y
comportarnos de manera diferente. Dios quiere que solo nos expongamos a las cosas que son
verdaderas, honorables, justas, puras, bellas y dignas de alabanza (Filipenses 4:8).

13. Cuando parece que no hay tanta diferencia entre ser un niño o
una niña.

VERDAD: Dios creó dos géneros: masculino y femenino. Son importantes porque
nos ayudan a entender quién es Dios, y que Él es un ser social. Es bueno celebrar y comprender
las diferencias entre niños y niñas (Génesis 1:26-27).

14. Cuando tienes miedo de la menstruación.

VERDAD: No va a ser tan malo como crees. Todas las chicas tienen su
menstruación. Lo mejor que puedes hacer es hablar con tu mamá al respecto para estar
preparada, y recuerda que es una señal de que tu cuerpo tiene la capacidad de traer una vida al
mundo. Sé agradecida por este regalo (Salmos 127:3).

15. Cuando todas a tu alrededor están locas por los chicos y te


sientes tentada a estarlo.

VERDAD: Puede ser “normal” perder la cabeza por un chico, pero no es lo mejor de
Dios para ti. Puedes decir que no a la locura por los chicos (Cantares 2:7).

16. Cuando crees la mentira de que no necesitas hablar de chicos


con tu mamá.

VERDAD: Puede ser incómodo a veces, pero debes hablar con tu madre u otro
adulto de confianza sobre los chicos. Casarte un día, si eso es lo que Dios quiere para ti, es algo
realmente importante. Entonces, hablar con tu madre sobre los chicos también lo es. Todas
necesitamos sabios consejos (Proverbios 13:20).

17. Cuando sientes que no tienes amigas.

VERDAD: Todas necesitamos amigas fieles, y la mejor manera de encontrar una es


serlo. Piensa en cómo puedes ser una buena amiga y busca personas que necesiten una
(Proverbios 18:24).
18. Cuando estás tentada a ser mala.

VERDAD: Cada palabra que pronuncias y cada pensamiento que tienes acerca de
alguien deberían agradar a Dios. Puede ser normal ser mala, pero Dios quiere que seas buena con
todos (Salmos 19:14).

19. Cuando piensas que tener una carrera profesional es más


gratificante que ser esposa y madre, si eso es lo que Dios ha
planeado para ti.

VERDAD: Es genial poder ayudar a tu esposo. Ser madre es uno de los mejores
regalos que recibirás en la vida (Génesis 2:18; Salmos 127:3).

20. Cuando piensas que eres demasiado joven para empezar a hacer
cosas maduras.

VERDAD: Te estás convirtiendo en lo que un día serás. Si eres buena, serás buena.
Si estás siendo una chica sabia, serás una mujer sabia (Gálatas 6:7).

Puedes recortar estas páginas y pegarlas en tu habitación o escribir las verdades en tu diario íntimo.
Espero que utilices esta lista de verdades para “ponerte” el cinturón de la verdad todos los días. ¡Vístete
con la verdad! Que las personas puedan ver la verdad en ti y en tu comportamiento porque te dejas
controlar por la verdad, no por tus sentimientos “molestos”.
¡Estoy orando por ti!
RESUMEN DE LOS RESULTADOS DE LOS
GRUPOS DE ENFOQUE CON LAS MAMÁS[*]

Pregunta 1: ¿Crees que las niñas pequeñas de hoy son más propensas a creer mentiras (sobre sí
mismas, sus relaciones, su comportamiento moral y Dios) que cuando tú tenías su edad?
Sí 85%
No 12%
Insegura 3%
Pregunta 2a: ¿Qué tipo de mentiras te preocupa más?
La autoestima 32%
La fe 23%
Los chicos/el sexo 15%
La amistad/la aceptación 11%
La presión de grupo 7%
Las redes sociales 5%
La cultura 3%
Comercialización de artículos para niñas mayores y adultas a niñas más pequeñas 2%
La depresión/la ansiedad 1%
La homosexualidad 1%
Pregunta 2b: ¿Qué luchas enfrenta tu hija que tú no enfrentabas a su edad?
La autoestima 23%
La belleza física 16%
Las redes sociales 11%
La amistad/la aceptación 8%
Los chicos 8%
La homosexualidad 7%
Una actitud pretenciosa 5%
Pregunta 3: ¿Cree tu hija en la verdad moral absoluta?
Respuestas antes del debate sobre áreas específicas como maternidad/matrimonio y
sumisión/obediencia:

Sí 80%
No 7%
Insegura 13%
Respuestas después del debate sobre áreas específicas como maternidad/matrimonio y
sumisión/obediencia:

Sí 56%
No 16%
Insegura 27%
Pregunta 3a: ¿Sueña/valora tu hija casarse y tener hijos algún día por encima de tener una
carrera profesional?
Sí 67%
No 18%
Insegura 14%
Pregunta 3b: ¿Muestra tu hija creer en la sumisión por la forma en que te obedece a ti y a otras
autoridades en su vida?
Sí, casi siempre obedece 7%
No, rara vez obedece 16%
Intenta obedecer pero le cuesta 76%
Pregunta 4: ¿Son las chicas malas, las amigas falsas y el acoso escolar problemas en la vida de tu
hija?
Sí 50%
No 34%
Insegura 15%
Pregunta 5a: ¿Le ha entregado tu hija su vida a Cristo? ¿Es salva?

Sí 67%
No 18%
Insegura 13%
Pregunta 5b: ¿Tiene tu hija su propio tiempo regular de oración privada?
Sí 30%
No 48%
Insegura 22%
Pregunta 5c: ¿Tienes tu propio tiempo regular de oración privada?
Sí 70%
No 23%
Insegura 6%
Pregunta 6a: ¿Hay alguna parte del cuerpo o rostro de tu hija que a ella
no le guste?
Sí 50%
No 31%
Insegura 18%
Pregunta 6b (solo para quienes respondieron “sí” a la pregunta anterior):
¿Cómo te sientes con esa parte de tu propio cuerpo o rostro?
Tampoco me gusta 28%
No tengo ningún complejo 55%
Insegura 17%
Pregunta 7a: ¿Está tu hija loca por los chicos?
Sí 6%
No 80%
Insegura 14%
Pregunta 7b (solo a las madres con hijas de 9 a 12 años): ¿Has hablado
con ella sobre el sexo?
Sí 50%
No 46%
Insegura 4%
Pregunta 8: ¿Crees que es posible que una niña pequeña sea oprimida por
Satanás/demonios?
Sí 72%
No 4%
Insegura 23%

RESUMEN DE LOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA A LAS


NIÑAS PREADOLESCENTES[**]
Pregunta 1: Para participar en esta encuesta, debes ser una niña de entre 7 y 12 años. ¿Cómo te
sientes con el hecho de ser una niña?
Es genial ser una niña 48%
A veces es difícil, pero por lo general me gusta ser una niña 46%
No me gusta ser una niña 1%
No creo que haya ninguna diferencia entre los niños y las niñas 4%[***]
Pregunta 2: Marca todas las partes de tu rostro y tu cuerpo que te gustan.
La cara 75%
El cabello 90%
La piel 69%
Los ojos 91%
El peso 53%
La altura 71%
Las piernas 63%
Los brazos 64%
Ninguna 1%
Pregunta 3: Marca todas las partes de tu rostro y tu cuerpo que NO te gustan.
La cara 10%
El cabello 7%
La piel 13%
Los ojos 2%
El peso 29%
La altura 17%
Las piernas 17%
Los brazos 12%
Ninguna 49%
Pregunta 4: ¿Qué crees que Dios siente por ti?
Dios me ama 92%
Dios no me ama 1%
No estoy segura de qué siente Dios por mí 5%
Otra 2%
Pregunta 5: Háblame de tu familia. Marca tantas opciones como sean verdaderas en tu vida.
Mi familia tiene demasiadas reglas 15%
Necesito más libertad de la que mi mamá y mi papá me dan 22%
Mis hermanos (hermano y hermanas) y yo peleamos mucho, pero eso es normal 34%
Mis hermanos (hermanos y hermanas) y yo peleamos a veces, pero no está bien y quisiera
47%
que no nos peleáramos
Mi familia es bastante normal 56%
Mi familia es muy anormal para mí 11%
Pregunta 6: En lo que respecta al pecado, marca lo que mejor describa lo que crees.
Algunos pecados son más graves y malos que otros 23%
Todo pecado es igualmente malo y me separa de Dios 64%
No estoy segura de lo que creo sobre el pecado 10%
Ninguna de las anteriores 4%
Pregunta 7: En lo que respecta al pecado, ¿tienes algún secreto?
Tengo un secreto sobre algo malo que hice y nunca se lo he dicho a nadie 15%
Tengo problemas con el mismo pecado una y otra vez (como mentir o hacer trampa o ser una
20%
chica mala), y nunca he hablado con un adulto al respecto
Sé un secreto sobre el pecado de otra persona y creo que necesito hablarlo con un adulto,
9%
pero tengo miedo de hacerlo
No tengo ningún secreto de pecados 60%
Otra 6%
Pregunta 8: Hablemos de mentir. Marca cualquiera de las casillas siguientes que sean
verdaderas en tu vida.
Tengo un problema real con la mentira. Miento mucho 12%

No creo que esté mal mentir 0,5%


A veces está bien mentir, depende de la situación 21%
Creo que mentir siempre está mal 55%
No miento mucho, pero a veces lo hago 58%
Mis padres reaccionan de manera exagerada cuando miento 10%
Nunca miento 4%
Nada de lo anterior es verdad en mi vida 1%
Pregunta 9: A veces las personas pueden ser malas. Cuéntame tu experiencia con el acoso
escolar. Marca tantas opciones como sean verdaderas en tu vida.
He sido víctima de acoso escolar 47%
Cuando me acosaron, le conté lo que me sucedió a un adulto 46%
Cuando me acosan, no se lo cuento a nadie 9%
A veces he sido yo la que acosé a otros o la chica mala 18%
He estado presente cuando alguien acosaba a otra persona sin hacer nada por defender a la
11%
víctima
He visto cuando alguien acosaba a otra persona e hice algo para
ayudarla (como decirle a un adulto o a la persona acosadora que deje 45%
de hacerlo)
Nunca he visto o estado presente en un acto de acoso escolar 19%
Nada de lo anterior se aplica a mí 6%
Pregunta 10: Dime qué piensas de los chicos. Marca cualquier opción que creas que es
verdadera en tu vida.
Estoy loca por los chicos 6%
Está bien perder la cabeza por los chicos porque es normal 11%
Tengo novio 4%
Mis amigas tienen novio 24%
Pienso esperar hasta ser mayor para tener novio 60%
No pienso mucho en los chicos todavía 54%
Pregunta 11: A la hora de hablar de chicos con tu mamá, ¿cómo te sientes?
Es raro hablar de chicos con mi mamá 44%
Me gusta hablar de chicos con mi mamá 19%
No hablamos de chicos 36%
Otra 15%
Pregunta 12: Dime qué cosas tienes. Marca las casillas de todo aquello que tengas solo para ti.
(No incluyas los dispositivos que se comparten en familia ni los de tu mamá o tu papá).
Un teléfono inteligente con Internet 19%
Un teléfono inteligente SIN Internet 7%
Tu computadora portátil personal 13%
Tu iPad o tableta personal 37%
Un televisor en tu dormitorio 18%
Un iPod o dispositivo de almacenamiento de música 30%
Nada de lo anterior 25%
Otra 14%
Pregunta 13: Hablemos de ver Netflix, películas y la televisión y de escuchar música. Marca
cualquiera de las siguientes opciones que sean verdad en tu vida.
Mi familia tiene demasiadas reglas sobre lo que puedo ver y escuchar 13%
Mi familia tiene buenas reglas sobre lo que puedo ver y escuchar 86%
Me permiten ver y escuchar lo que yo quiero 3%
Lo que veo y escucho no puede hacerme daño 15%
Pregunta 14: Si te consideras cristiana, ¿qué te hace cristiana?
Asisto a una iglesia cristiana 13%
Mi mamá y/o papá son cristianos 3%
Hice una oración cuando creí que Jesús murió por mis pecados 69%
Nací cristiana 6%
No soy cristiana 2%
Otra 8%
Pregunta 15: Si NO te consideras una cristiana, ¿por qué?
No tengo edad suficiente 1%
Nunca he pensado mucho en eso 2%
No creo en Jesús 0%
Realmente no entiendo lo que necesito hacer para ser cristiana 3%
Soy cristiana 93%
Me considero de otra religión 1%
Pregunta 16: ¿Cuántos años tienes?
7 8%
8 13%
9 16%
10 23%
11 21%
12 18%
Pregunta 17: ¿A qué tipo de escuela asistes?
Escuela pública 51%
Escuela en casa 30%
Escuela cristiana privada 16%
Escuela privada no cristiana 1%
Otra 2%
Pregunta 18: Describe con quién vives marcando una de las siguientes opciones:
Vivo con mi mamá y mi papá 86%
Vivo solo con mi mamá 3%
Vivo solo con mi papá 0%

Mi mamá y mi papá viven separados, y paso tiempo en ambos hogares 2%


Vivo con mi papá y mi madrastra 0,5%
Vivo con mi mamá y mi padrastro 3%
Otra 5%

[*]No todas las preguntas serán en proporción al 100% porque algunas optaron por no responder todas las preguntas o se les dio la opción de responder múltiples opciones.
[**]No todas las preguntas serán en proporción al 100% porque algunas optaron por no responder todas las preguntas o se les dio la opción de responder múltiples opciones.
[***] El porcentaje restante de las niñas seleccionó “otra” porque ninguna de las afirmaciones reflejaba cómo se sentían al ser niñas.
¡GRACIAS!
La publicación en inglés de Mentiras que las niñas creen y Mentiras que las niñas creen: Guía para
mamás fue realmente un esfuerzo de equipo, de modo que tengo que agradecer a algunos amigos.
Nancy DeMoss Wolgemuth soportó con paciencia mis súplicas de extender su mensaje de Mentiras
que las mujeres creen a las preadolescentes. Sacrificó un tiempo precioso para ayudar a dirigir y editar
estos dos libros. Nancy, te has convertido en una amiga entrañable. Has permitido desinteresadamente
que participe en una línea de libros que Dios te ha confiado a ti. No tengo suficientes palabras para
expresarte mi gratitud y amor.
Jennifer Lyell, una de las líderes femeninas de mayor confianza en publicaciones cristianas y una
amiga cercana de Nancy y de mí, nos prestó su brillante cerebro durante las primeras etapas de la
asignación del título y la dirección. Después se mantuvo a disposición para darnos sus consejos.
Jennifer, has luchado valientemente contra las mentiras sembradas durante tus años de preadolescente.
¡Tu vida es un testimonio del poder de la verdad!
156 madres de preadolescentes de once ciudades de los Estados Unidos y la República Dominicana
participaron en nuestros grupos de enfoque. Gracias por darnos a conocer sus corazones, su sabiduría y
sus historias. Mi hija del alma, Aleigha Gresh, y una hija especial, Charmaine Porter, ayudaron a dirigir
estos grupos de enfoque y extrapolaron la información. ¡Gracias!
1.531 niñas preadolescentes realizaron una breve encuesta para analizar en forma cruzada lo que
decían sus madres. Aubrey Brush, otra hija especial y mi directora de marketing, me ayudó luego a
organizar, analizar y usar la información con precisión.

Después de veinte años de trabajar juntos, mis amigos de Moody


Publishers permanecen fielmente en las trincheras de llevar la verdad a los
corazones más jóvenes. Desde Greg Thornton, el primero en darme la
oportunidad de escribir un libro, a Paul Santhouse, quien actualmente ejerce
un liderazgo sabio y piadoso en la editorial, la participación de ustedes se
extiende más allá de mi capacidad de crear contenido. Han sido fieles
hermanos en Cristo para Bob y para mí a través de los vaivenes de la vida.
Gracias. Randall Payleitner, Judy Dunagan, Ashley Torres, Erik Peterson y
Connor Sterchi, gracias por ser parte de este increíble equipo.
El equipo editorial fue más importante que cualquier otro proyecto editorial que haya desarrollado.
Ashleigh Slater, gracias por tomar la iniciativa en este proyecto de edición. Tu excelente cualidad
detallista y tu perspicacia teológica se vieron superadas solo por tu tierno aliento a esta escritora, a
veces cansada. Joy White de Cedarville University, gracias por hacer espacio en tu ajetreada vida para
realizar una revisión teológica del libro Mentiras que las niñas creen. Michelle Burke, gracias por
tomarte el tiempo de revisar el libro de las niñas para ver si es apropiado para su desarrollo e incluso
agregar tus oportunos conceptos teológicos. Mary Kassian, gracias por revisar algunos de los
contenidos más difíciles de Mentiras que las niñas creen: Guía para mamás. Este libro no sería el
mismo sin todos ustedes.
Ahora bien, ¿no es bonito el libro de tu hija? ¡Era muy importante para mí que compitiera con
algunos de los libros de consejos para preadolescentes más vendidos en el mercado! ¿Por qué no
debería Jesús obtener lo mejor de nuestros esfuerzos de diseño? ¡Mi querida amiga Julia Ryan hizo que
Mentiras que las niñas creen tenga una melodía de color, vida e historia! ¡Eres, sin lugar a dudas, la
mejor amiga diseñadora que tengo!
Mi equipo de ministerio de Pure Freedom fueron héroes y heroínas durante este proceso de escritura.
Wade Harris, gracias por ser mi defensor y ayudarme a administrar el tiempo, la vida y las prioridades.
¡Eileen King, siempre sabes cuándo llevarme aparte y simplemente orar!
Mis hijas, Lexi y Autumn. Gracias por permitir que sus nombres y corazones aparezcan un par de
veces en estas páginas. No tengo palabras para expresarles qué tesoro son para mí como madre.
Mi mamá, Kay Barker, apareces en estas páginas más de lo que te imaginas. Gracias por desafiarme
a tener un tiempo de oración privada y de lectura de la Biblia cuando solo tenía ocho años.
Mi Bob, te amo. Con mucha paciencia has soportado un año difícil de plazos de entrega. ¡Ahora
vamos disfrutar un poco!
NOTAS
CAPÍTULO 1: Tienes que tomar una decisión
[1] “Tips for Parents”, Instagram, consultado el 11 de mayo de 2018,
https://help.instagram.com/154475974694511.
[2] Juliet B. Schor, Born to Buy: The Commercialized Child and the New Consumer Culture
(Nueva York: Scribner, 2004), 13. Publicado en español con el título, Nacidos para comprar:
Los nuevos consumidores infantiles, por Editorial Paidós Ibérica, 2006.
[3] Kevin John Siazon, “Adolescent depression rates are on the rise with tween girls especially at
risk”, Today’s Parent, 18 de noviembre de 2016,
https://www.todaysparent.com/kids/kidshealth/adolescent-depression-rates-on-the-rise/.
[4] Leah Shafer, “Social Media and Teen Anxiety”, Harvard Graduate School of Education, 15
de diciembre de 2017, https://www.gse.harvard.edu/news/uk/17/12/social-media-andteen-
anxiety.
[5] “Number of child, teen, and young adult Facebook, Instagram, and Snapchat users in the
United States as of August 2017”, estadística consultada el 4 de abril de 2018,
https://www.statista.com/statistics/250176/social-network-usage-of-us-teens-and-young-
adults-by-age-group/.
[6] Melissa Healy, “Self-harm rises sharply among tween and young teen girls, study shows”,
Los Angeles Times, 21 de noviembre de 2017, http://www.latimes.com/science/sciencenow/la-
sci-sntween-girls-self-injury-20171121-story.html.
[7] Margaret Renki, “The scary trend of tweens with anorexia”, CNN.com, 2011,
http://www.cnn.com/2011/HEALTH/08/08/tweens.anorexia.parenting/index.html.
[8] Patti Richards, “How Does Media Impact Body Image and Eating Disorder Rates”, Center
for Change, consultado el 12 de febrero, 2018, https://centerforchange.com/how-does-media-
impactbody-image-and-eating-disorder-rates/.
[9] Jonathan Edwards, The Nature of True Virtue (Eastford, CT: Martino Fine Books, 2015).

CAPÍTULO 2: Cómo instruir a tu hija en la verdad


[1] Stuart Turton, “‘Sex’ makes list of top search terms for children”, ITPro, 17 de diciembre de
2009, http://www.itpro.co.uk/618913/sex-makes-list-of-top-search-terms-for-children.
[2] SHiFT: Insights Into Winning the Battle for Our Children’s Hearts, presentado por George
Barna y Francis Chan (Franklin, TN: Tween Gospel Alliance, 2012), Video digital. Disponible
en ishinelive.com.

CAPÍTULO 3: ¿Qué tiene que ver la gracia con esto?


[1] Dictionary.com Unabridged, según el Diccionario Random House Unabridged, © Random
House, Inc. 2018, bajo la palabra “truth,” http://www.dictionary.com/browse/truth?s=t.
Traducido.
[2] Karl Menninger, Whatever Became of Sin? (Portland, OR: Hawthorn Books, 1973), 179.
Publicado en español con el título: ¿Qué ha sucedido con el pecado?, por Editorial Diana,
1977.

CAPÍTULO 4: La verdad y mentiras sobre Dios


[1] Nancy DeMoss Wolgemuth, Mentiras que las mujeres creen y la verdad que las hace libres
(Grand Rapids: Portavoz, 2018), 164.
[2] “SHiFT,” presentado por George Barna y Francis Chan (Franklin, TN: Tween Gospel
Alliance, 2012), video, https://ishinelive.com/products/shift-video/.
[3] Ibíd.
[4] Ibíd.
[5] Howard Culbertson, “When Americans become Christians”, última actualización: 15 de
enero de 2016, https://home.snu.edu/~hculbert/ages.htm.
[6] Barna Group, “Atheism Doubles Among Generation Z”, Barna, 24 de enero de 2018,
https://www.barna.com/research/atheism-doubles-among-generation-z/.
[7] Ibíd.
[8] Ibíd.
[9] Mike Nappa, “What Do Christian Teens Actually Believe About Jesus?”, Biola Magazine,
verano de 2012, http://magazine.biola.edu/article/12-summer/what-do-christian-teensactually-
believe-about-jes/.
[10] Este concepto se ha actualizado y simplificado del libro de Philip Yancey, Rumors of -
Another World: What On Earth Are We Missing? (Grand Rapids: Zondervan, 2003), 144.
Publicado en español con el título: Rumores de otro mundo: ¿Qué nos falta aquí en la tierra?,
por Editorial Vida (31 de mayo de 2005).
[11] Philip Yancey, What’s So Amazing About Grace (Grand Rapids: Zondervan, 2002), 70.
Publicado en español con el título: Gracia divina vs. Condena humana, publicado por
Editorial Vida, 1998.

CAPÍTULO 5: La verdad y mentiras sobre mí misma


[1] Jeffrey Zaslow, “Girls and Dieting, Then and Now”, Wall Street Journal, 2 de septiembre de
2009, https://www.wsj.com/articles/SB10001424052970204731804574386822245731710.
[2] Esto representa nuestra encuesta que incluyó a 1.531 niñas “cristianas” entre las edades de 7-
12 años. Algunas encuestas que incluyeron a niñas “cristianas” y “no cristianas” revelaron un
porcentaje mucho más alto de niñas disconformes con su apariencia.
[3] Página Facebook de Sadie Robertson, consultada el 2 de enero de 2018,
https://www.facebook.com/sadiecrobertson/posts/707756299425971:0
[4] “What Is Responsibility?”, TalkingTreeBooks.com, consultado el 4 de enero de 2018,
https://talkingtreebooks.com/definition/what-is-responsibility.html.
[5] La palabra en inglés tween (que significa “preadolescente”) apareció por primera vez en
1941, a pesar de que no se generalizó su uso hasta hace poco. Antes de eso, surgió la palabra
en preteen (también “preadolescente”) en la década de 1920. Ambas fueron palabras creadas
por personas que querían vender nuevos productos a ese grupo de edad. “Tweens, teens, and
twentysomethings: a history of words for young people”, Oxford Dictionaries, consultado el
19 de febrero de 2018. https://blog.oxford-dictionaries.com/2015/01/13/tweens-teens-
twentysomethings-history-words-youngpeople/.

CAPÍTULO 6: La verdad y mentiras sobre mi familia


[1] John Piper, “Your Kingdom Come: Matthew 6:9-13, Part 1”, Desiring God, video Look at
the Book, 9:13, 1 de enero de 2015, https://www.desiringgod.org/labs/your-kingdom-come.
[2] Philip Yancey, Prayer: Does It Make Any Difference? (Grand Rapids: Zondervan, 2010),
172. Publicado en español con el título: La oración: ¿hace alguna diferencia?, por Editorial
Vida (20 de octubre de 2014).
[3] “What does the Bible say about contentment?”, Got Questions,
https://www.gotquestions.org/Bible-contentment.html.
[4] Google Dictionary, bajo la palabra “content”, definición N.º1. Traducido.

CAPÍTULO 7: La verdad y mentiras sobre el pecado


[1] Mark R. McMinn, Why Sin Matters: The Surprising Relationship Between Our Sin and
God’s Grace (Wheaton, IL: Tyndale, 2004), 110-11.
[2] Nancy DeMoss Wolgemuth, Mentiras que las mujeres creen. Esta cita ha sido modificada
con el permiso de la editorial para adaptarla al nivel de lectura de Mentiras que las niñas
creen, pero sigue siendo la misma en esencia.

CAPÍTULO 8: La verdad y mentiras sobre el hecho de ser una niña


[1] Jesse Singal, “When Children Say They’re Trans: Hormones? Surgery? The choices are
fraught—and there are no easy answers”, The Atlantic, julio/agosto 2018,
https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2018/07/when-a-child-says-shes-trans/561749/.
[2] Paul McHugh, “Transgender Surgery Isn’t the Solution”, Wall Street Journal, 12 de junio de
2014, actualizado el 13 de mayo, 2016, https://www.wsj.com/articles/paul-mchugh-
transgender-surgeryisnt-the-solution-1402615120.
[3] Alfred Gluckman, Sexual Dimorphism in Human and Mammalian Biology and Pathology
(Cambridge, MA: Academic Press, 1981), 66-75.
[4] Igor Klibanov, “Key Structural Differences Between Men and Women”, Fitness Solutions,
23 de febrero de 2016, https://www.fitnesssolutionsplus.ca/blog/key-structural-differences-
between-men-and-women/.
[5] Christian Jarrett, “Getting in a Tangle Over Men’s and Women’s Brain Wiring”, Wired, 4 de
diciembre de 2013, https://www.wired.com/2013/12/getting-in-a-tangle-over-men-
andwomens-brain-wiring/.

CAPÍTULO 10: La verdad y mentiras sobre la amistad


[1] Job 2:11-13, 6:14-27, 19:21-22, 42:7-9.
[2] Hechos 15:3–16:10.
[3] Lucas 22:47-62.
[4] “Bullying Facts and the Challenge to be Met”, Anti-Bullying Institute,
http://antibullyinginstitute.org/facts#.WzPlRthKhQN.

CAPÍTULO 11: La verdad y mentiras sobre el futuro


[1] La Biblia de las Américas.
[2] La Concordancia Strong sugiere que esta palabra griega se refiere específicamente a la falta
de afecto natural y al hecho de ser tímidos con los parientes o familiares.
http://biblehub.com/greek/794.htm, consultado el 15 de julio de 2018.
[3] Eleanor Barkhorn, “Getting Married Later Is Great for College-Educated Women: For
everyone else, the results are mixed”, The Atlantic, 15 de marzo de 2013,
https://www.theatlantic.com/sexes/archive/2013/03/getting-married-later-is-great-for-college-
educated-women/274040/.
[4] Jenna Goudreau, “Why Stay-at-Home Moms Should Earn a $115,000 Salary”, Forbes, 2 de
mayo de 2011, https://www.forbes.com/sites/jennagoudreau/2011/05/02/why-stay-at-
homemoms-should-earn-a-115000-salary/#5878aeda75f4.
[5] Jane Daugherty, “Living in a Microwave Society”, Whole Magazine, 6 de octubre de 2013,
http://www.wholemagazine.org/posts/olemagazine.org/2013/10/living-in-microwave-
society.html.

CAPÍTULO 12: Arranca las raíces


[1] Daniel Amen, Healing the Hardware of the Soul (Nueva York: Free Press, 2002), 158.
[2] Amen, Healing the Hardware of the Soul, 194.
[3] Dr. Caroline Leaf, Who Switched Off My Brain? (Southlake, TX: Thomas Nelson, 2007), 59.
Publicado en español con el título, ¿Quién me desconectó el cerebro?, por Editorial Unilit,
2013.
La misión de Editorial Portavoz consiste en proporcionar productos de calidad —con integridad y excelencia—, desde una perspectiva bíblica y confiable, que animen a las personas a conocer
y servir a Jesucristo.

Mentiras que las niñas creen, Guía para mamás

This book was first published in the United States by Moody Publishers, 820 N. LaSalle Blvd., Chicago, IL 60610 with the title A Mom’s Guide to Lies Girls Believe, copyright © 2019 by
Dannah Gresh. Translated by permission. All rights reserved.

Este libro fue publicado por primera vez en los Estados Unidos por Moody Publishers, 820 N. LaSalle Blvd., Chicago, IL 60610 con el título A Mom’s Guide to Lies Girls Believe, copyright ©
2019 por Dannah Gresh. Traducido con permiso. Todos los derechos reservados.

Edición en castellano, © 2020 por Editorial Portavoz, filial de Kregel Inc., Grand Rapids, Michigan 49505. Todos los derechos reservados.

Traducción: Rosa Pugliese

Diseño interior e ilustraciones: Julia Ryan/www.DesignByJulia.Imagen de la manzana en la cubierta: copyright © 2018 Yastremska/Bigstock (200730625). Todos los derechos reservados.
Fotografías/imágenes: manzana acaramelada copyright © 2018 Yastremska/Bigstock (200730625). Todos los derechos reservados pp. 5, 21, 55, 179; © Photography by Britton
(photographybybritton.com) p. 11; © Jason Nelson p. 67; © Douglas Saum p. 99.
Foto de la autora: Steve Smith

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ISBN 978-0-8254-5914-6 (rústica)


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