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CONVIÉRTETE

en una
MUJER DISCRETA

Cultiva un corazón puro en un mundo sensual

Nancy DeMoss
Wolgemuth
©2019 por Nancy DeMoss Wolgemuth

Publicado por Aviva Nuestros Corazones

Este folleto es un extracto del capítulo “Cómo llegar a ser una Mujer Prudente” del libro
Atrévete a ser una mujer conforme al plan de Dios, Nancy Leigh DeMoss, editor. Derechos
reservados © 2002, 2008 por Crossway Books, 1300 Crescent Street, Wheaton, IL 60187

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación podrá reproducirse en
ninguna forma sin permiso escrito por los editores, excepto en casos de breves citas en
artículos o reseñas.

A menos que se indique lo contrario, todas las citas Bíblicas han sido tomadas de la Versión
Reina-Valera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades
Bíblicas Unidas, 1988.

1. Las palabras de John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos: con una vida del
autor, notas e ilustraciones por su nieto Charles Francis Adams), vol.3 (Boston: Charles C.
Little and James Brown, 1851), p. 171.

2. Concordancia Strong exhaustiva), (Grand Rapids, MI: Baker, 1992)


I N T RO DUC C I Ó N

Si te pidieran una lista de las principales causas de la


desintegración familiar, ¿qué sugerirías?, ¿la cultura?, ¿los medios
de comunicación?, ¿el entretenimiento?, ¿la educación secular?,
¿leyes anti-familia y políticas públicas?, ¿deterioro social?,
¿pobreza?, ¿un padre abusivo o ausente?

¿Tu lista incluiría a las mujeres necias? Entre más estudio los
caminos de Dios, más comprendo la increíble influencia que como
mujeres tenemos en la casa – para lo mejor o para lo peor – para
bien o para mal. Las Escrituras lo ponen de esta forma: “La mujer
sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye” (Prov.
14:1). Hay dos tipos de mujeres en este mundo – sabias y necias.
En cualquier momento tú y yo somos mujeres sabias o necias,
sea que nos demos cuenta o no, nosotras estamos construyendo
nuestra casa o destruyéndola.

Cada mujer tiene una “casa”, una esfera inmediata de influencia.


Si estás casada, si tienes niños, tu familia es tu círculo de influencia
más cercano y más importante. Las mujeres solteras también
tienen una “casa”; esto abarca aquellas vidas que ellas tocan en
sus familias, su iglesia, sus lugares de trabajo y su comunidad.
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Una mujer sabia está activamente involucrada en la edificación
de su casa día a día, pero la necia destruye su casa con sus propias
manos.

John Adams, el segundo presidente de los Estados Unidos,


reconoció la increíble influencia de las mujeres, no solo en sus
propios hogares, sino en el carácter entero de una nación:

“De todo lo que he leído de la historia y el gobierno y la


vida humana y los modales, he llegado a esta conclusión:
que los modales de las mujeres eran el barómetro más
infalible para determinar el grado de moralidad y virtud
de una nación. Los Judíos, los griegos, los romanos, los
suizos, los holandeses, todos perdieron su espíritu cívico y
sus formas republicanas de gobierno cuando perdieron la
modestia y virtudes domésticas de sus mujeres.”1

La influencia destructiva de la mujer necia es fácilmente


evidente en el mundo secular. En años recientes nosotros hemos
visto el poder de la mujer necia para arrancar y destruir la
sensibilidad moral de una nación entera. Todos nosotros pensamos
en mujeres de perfil alto: artistas, mujeres en política, esposas de
figuras públicas, cuyas filosofías y estilos de vida han ejercido una
enorme influencia negativa en nuestra cultura entera.

Sin embargo lo que más nos debería preocupar es el grado


de necedad que ha permeado entre las mujeres en la iglesia
evangélica. Hemos seguido al mundo en redefinir lo que
significa ser mujer, así como lo que significa ser hombre. No
hemos nublado, sino erradicado las diferencias entre el carácter,
comportamiento y roles femenino y masculino. Hemos perdido
nuestros puntos de anclaje, nuestro sentido de lo que es puro
y bueno, verdadero y correcto. Tenemos poca comprensión del
significado o importancia de tales palabras pasadas de moda como:
sana, modesta, discreta, y casta. Hace varios años me di cuenta de
una situación en la que un líder cristiano había estado involucrado

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en un comportamiento inapropiado con un miembro del personal
femenino. Cuando su esposa lo confrontó con sus preocupaciones,
su respuesta fue: “¡Vamos, estos son los años noventa!” Ha medida
que nos hemos movido hacia el siglo XXI, existe incluso una
mayor confusión sobre estos asuntos. Excusamos, toleramos y
justificamos el comportamiento que habría sido inconcebible hace
una generación.

Al corazón de nuestra situación actual existe la falta de


una clara enseñanza bíblica y pensamiento acerca de nuestro
llamado y roles como mujeres. Sólo volviendo a la Escritura
y poniendo nuestras vidas bajo su autoridad, podemos ser
liberadas de la necedad que nos ha llevado a derribar nuestras
“casas” y convertirnos en mujeres sabias que edificamos nuestras
casas. Lo que está en juego no es sólo nuestro propio bienestar
espiritual, sino el de nuestras familias, nuestras iglesias, nuestras
comunidades, e incluso las generaciones que vienen. Aquellas
de nosotras, quienes somos “mujeres mayores” tenemos la
responsabilidad de formar a la próxima generación de mujeres en
los caminos de Dios: enseñarles las características de las mujeres
sabias y necias, advertirles contra los peligros y las consecuencias
de ser necia, e inculcar en ellas una visión y compromiso de ser
mujeres sabias. También tenemos que enseñar a nuestros hijos y a
los hombres jóvenes la diferencia entre las mujeres prudentes y las
necias, qué cualidades admiran y cuáles son las que deben evitar
en las mujeres. Proverbios capítulo 7 es un retrato tecnicolor
de una mujer necia. El contexto inmediato es el de un padre
enseñando a su hijo cómo reconocer y ser protegido de la trampa
de una mujer necia. Sin embargo, este pasaje incluye muchas
ideas que deben ser una parte indispensable del “currículo” que
nosotras como mujeres manejamos y trasladamos a la siguiente
generación de mujeres.

El primer párrafo del capítulo nos introduce en el tema.


Al joven se le insta a abrazar la sabiduría, para que pueda ser
protegido de un determinado tipo de mujer que se dispone a
atraparlo.

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Hijo mío, guarda mis razones,
Y atesora contigo mis mandamientos.
Guarda mis mandamientos y vivirás,
Y mi ley como las niñas de tus ojos.
Lígalos a tus dedos;
Escríbelos en la tabla de tu corazón.
Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana,
Y a la inteligencia llama parienta;
Para que te guarden de la mujer ajena,
Y de la extraña que ablanda sus palabras.
(vv. 1-5)

El escritor advierte sobre el peligro de enredarse con una mujer


“extraña”. Esa palabra se traduce de diversas maneras “libertina”,
“adúltera” e “inmoral”. La palabra significa literalmente, “desviar”2

El Cantar de los cantares describe dos tipos de mujeres.


Una es como un “muro”; la otra es como una “puerta” (8: 9). La
mujer representada como un muro ha construido su vida sobre
convicciones. Como resultado, ella está firme sin conmoverse ante
las insinuaciones erróneas de los hombres. Ella ha fundado su vida
sobre la verdad de la Palabra de Dios. El otro tipo de mujer es
como una puerta que fácilmente se puede mover. Debido a que su
vida no está fundamentada en convicciones bíblicas, es vulnerable
a la tentación, ella misma puede convertirse en una tentadora.
La mujer de Proverbios 7 es una puerta. Ella es “libertina”, se ha
“desviado” de una vida de pureza e integridad. Es una mujer necia.

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Quizá, tú estés pensando, yo no soy una mujer inmoral.
Proverbios 7 realmente no se refiere a mí. Fui animada para
preparar este mensaje por primera vez para una conferencia de
mujeres, quienes estaban en el ministerio cristiano a tiempo
completo. Mi respuesta inicial fue: ¿cómo podría ser este pasaje
relevante para aquellas mujeres?

A medida que meditaba en el pasaje, me di cuenta que esto es


relevante para cada mujer cristiana. En primer lugar, aun en las
iglesias y ministerios más respetados, hay mujeres seductoras
con corazones adúlteros e intenciones inmorales. Cualquier
tipo de perversión encontrada en el mundo, también puede ser
encontrada en la iglesia hoy. Justo cuando pienso que he oído todo,
tomo conciencia de otra situación en la que un hogar cristiano ha
naufragado en los peligros de la inmoralidad. La mayoría de las
veces hay una mujer necia y extraña involucrada en la tragedia.

En segundo lugar, prácticamente en todos los grupos de


mujeres cristianas, hay quienes no se dan cuenta que son necias.
Ellas ignoran acerca de la diferencia entre la mujer necia y la
mujer sabia, no entienden los conceptos básicos sobre su pureza
personal, moral y en sus relaciones. Ellas necesitan ser entrenadas
y discipuladas en los caminos de Dios para convertirse en mujeres
sabias.

En tercer lugar, este pasaje tiene relevancia aun para aquellas


mujeres, quienes tienen un corazón genuino por la sabiduría,
de quienes no podríamos decir que son extrañas o inmorales.
Lamentablemente, la gran mayoría de las mujeres evangélicas
han sido sutilmente influenciadas por el mundo de maneras que ni
siquiera se han dado cuenta. La forma de pensar del mundo se ha
infiltrado y ha impregnado los estilos de vida de “miembros de la
iglesia comprometidos”. Aunque no seamos físicamente adulteras o
promiscuas, la mayoría hemos adoptado sin darnos cuenta algunas
de las características que en última instancia podrían conducir a la
ruina y perdición de los hombres que nos rodean.

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P R I MERA PARTE

Marcas de una mujer necia

La primera característica, dada en el versículo 5 es que ella


halaga con sus “suaves palabras”. A través de las Escrituras vemos
el poder de la lengua. Nuestras lenguas tienen el poder de destruir
nuestras casas y las casas de otros. La muerte y la vida están en el
poder de la lengua, la habilidad para herir y para sanar. La mujer
extraña usa su lengua –sus palabras –para seducir y dominar al
hombre. El escritor regresa a este tema en el verso 21: “lo rindió
con la suavidad de sus muchas palabras, le obligó con la zalamería
de sus labios”. Podrías preguntar: “¿cómo puede una diminuta y
pequeña mujer forzar a un hombre para que se someta a ella?” Lo
hace con su lengua.

Porque mirando yo por la ventana de mi casa,


Por mi celosía,
Vi entre los simples,
Consideré entre los jóvenes,
A un joven falto de entendimiento,
(vv. 6-7)

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El autor ahora comienza una descripción meticulosa de
exactamente cómo esta mujer extraña y necia apresa a un hombre
simple, insensato, que carece de sabiduría y de inteligencia. Este
joven carece de juicio y es descuidado, él es moralmente inestable
y la mujer necia está a punto de aprovecharse de él. (Por supuesto,
el hombre también es responsable de lo que sucede en este pasaje,
como en cualquier relación inmoral, pero nuestro objetivo en este
punto es centrarnos en nuestra responsabilidad como mujeres).

El cual pasaba por la calle, junto a la esquina,


E iba camino a la casa de ella,
A la tarde del día, cuando ya oscurecía,
En la oscuridad y tinieblas de la noche.
(vv. 8-9)

Tanto, el joven como la mujer necia toman decisiones


conscientes que los colocan en el lugar equivocado en el momento
equivocado. Este pasaje ilustra la importancia de mantenerse
alejado de lugares y situaciones donde el instinto natural sería
hacer algo incorrecto. Este es un principio valioso para cada
creyente, y uno que deberíamos enseñar a nuestros jóvenes para su
protección espiritual y moral. Tres veces se repite el punto de que
este encuentro tiene lugar en la noche. La pareja termina junta,
solos en la oscuridad. En lugar de evitar la fechoría potencial, este
hombre insensato se abre paso hacia la casa donde hay una mujer
con la que va a terminar en una relación inmoral. Al igual que
los imanes se sienten atraídos el uno al otro. Ambos se ponen en
un entorno (tiempo y lugar) donde van a ser más vulnerables a la
tentación y al pecado.

Es por esto que es tan importante guardar nuestros pasos y


nuestras decisiones en las “cosas pequeñas”. Los lugares a los que
vamos, los libros y revistas que leemos, la música que escuchamos,
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el entretenimiento que miramos; estas cosas o bien alimentan
nuestra carne (nuestras inclinaciones naturales) o nutren nuestro
espíritu. Para el momento en que una relación inmoral se ha
desarrollado completamente, una mujer puede tener emociones
que ella sienta que no puede controlar: “Yo sé que no debería
estar involucrada con este hombre, pero no puedo evitar lo que
siento.” Es probable que, esos sentimientos fuesen estimulados por
decisiones insensatas que ella justificó para sí misma y delante
de los demás. La mujer necia se pone a sí misma en los lugares,
situaciones y relaciones en las que existe un potencial para hacer
lo malo.

Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro,


Con atavío de ramera y astuta de corazón
(v. 10)

Observe que esta mujer en realidad no es una prostituta, aunque


ella presenta muchas características similares. El versículo 14
sugiere que ella es una “mujer de la iglesia.” Ella es religiosa,
trata de espiritualizar su sensualidad e inmoralidad al hablar
de sacrificios y ofrendas. También ella es una mujer casada (sin
embargo cualquiera de las dos sea soltera o casada cabe en la
descripción). No está satisfecha con el compañero que Dios le ha
provisto y tiene expectativas y anhelos que su marido no está
cumpliendo (ver v. 19). En vez de buscar a Dios para llenar las más
profundas necesidades y anhelos de su corazón, ella se enfoca en
lo que no tiene y busca a otros para satisfacer esas necesidades.
En lugar de derramar amor, atención y devoción a su marido, ella
invierte su corazón energía y esfuerzo en otro hombre.

La mujer de Proverbios 7 no es ficticia. Ella vive en la


actualidad. Ella se ve en este tipo de cartas que he recibido de
mujeres de la iglesia (algunos detalles han sido cambiados):

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No he amado a mi esposo desde hace mucho tiempo, y
me siento miserable. Tuve una aventura hace tres años y
la terminé para permanecer con mi esposo y por el bien de
nuestros tres niños pequeños. Hace seis meses empecé una
aventura con el mismo hombre y estoy enamorada de él. Sé
que esto es un error. Está casado también, pero no puedo
imaginar la vida sin él.

¿Ves la necedad aquí? Esta mujer está casada pero en vez de


poner sus esfuerzos, en su relación con su esposo, ella ha puesto su
corazón en otro lugar y por consiguiente se ha enamorado de otro
hombre. Aquí hay otra:

He luchado con la adicción al internet. Al punto que


pasaba en mi computadora hasta 15 horas al día. Era
mi vía de escape de mi matrimonio vacío y solitario.
En los últimos dos meses he frenado mi uso de internet.
Comprendí que estaba descuidando a nuestros seis hijos
y decidí hacer unos cambios. No obstante, conocí a un
hombre maravilloso en una conversación virtual. Ya nos
conocimos cara a cara, y estoy considerando dejar a mi
esposo por este hombre.

Y otra:

Mi pastor y yo somos muy cercanos. Justo ayer,


reconoció en una sesión de consejería que se sentía muy
atraído a mí pero él nunca actuaría sobre su deseo
porque reconoce que sería dañino. Ahora me siento
profundamente atraída por él. Ayúdame, Señor, a dejar
de lado esto, y dame la sabiduría estableciendo límites. Le
corto su cabello y le doy masajes una vez al mes.

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Hace treinta años se habrían visto extremos, pero hoy no. Estoy
en las iglesias día tras día, semana tras semana, recogiendo los
pedazos rotos de las vidas y de los hogares. A menudo me siento
como que si estuviéramos tratando con Humpty Dumpty: “Ni
todos los caballos y hombres del rey pueden juntar los pedazos de
nuevo” – salvo por la gracia y el poder de Dios. Dios en su gracia
rescató y restauró a la mujer involucrada en esta última situación,
pero tenemos que estar enseñando a las mujeres los caminos de
Dios desde el comienzo, antes de que caigan en (o hacer que otros
caigan en) semejantes trampas. Cada una de estas mujeres desvió
su atención y afectó lejos de su marido, hacia otro hombre con
consecuencias desastrosas.

El versículo 10 describe a esta mujer como “vestida como


prostituta” (la manifestación externa) y “astuta de corazón”
(el interior del corazón que produce la manifestación externa).
Nuestro semblante, vestimenta, elecciones y comportamiento
reflejan lo que está en nuestro corazón. El corazón
invariablemente afecta la apariencia externa, es por ello que el
atavío de la mujer necia y su corazón son abordados en el mismo
verso.

“Vestida como una prostituta. . .” A pesar de que esta mujer no


es una prostituta, ella se viste como una. La ropa indecente y
seductora es una de las trampas que usa para atraer al joven.
Vestir ropa indecente es una marca de una mujer necia. Son pocas
las mujeres hoy en día, incluso en nuestras iglesias, que parecen
entender el significado o la importancia de la modestia. Por el
contrario, hemos adoptado normas y estilos del mundo. Observo
a mi alrededor en algunas reuniones de creyentes y me pregunto,
¿estas mujeres no se dan cuenta de lo que están comunicando a
los hombres por su forma de vestir?, ¿a dónde están las madres
y las mujeres maduras que se supone deben estar modelando y
enseñando el significado de la modestia? Una apariencia modesta
refleja un corazón modesto y prudente. El vestido inmodesto
sugiere un corazón necio e inmoral.

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“Astuta de corazón…” La mujer necia es sutil de corazón. Esto
nos habla de ser hábil en sus intenciones. Ella es astuta y tiene
motivaciones ocultas. Ha decidido atrapar a este joven.

Alborotadora y rencillosa,
Sus pies no pueden estar en casa;
Unas veces está en la calle, otras veces en las plazas,
Acechando por todas las esquinas.
(vv. 11-12)

La mujer necia tiene un espíritu ruidoso y escandaloso.


Proverbios 9:13 la describe como: “escandalosa”. Ella no se
ejercita en la moderación o dominio propio. Ella es desenfrenada y
demandante. Su comportamiento está en contraste con el espíritu
manso y quieto que es de gran estima delante de Dios. No solo es
escandalosa, también es “caprichosa” o “rebelde”. Ella es terca y
desafiante a la ley de Dios y a los deberes morales.

“Sus pies no pueden estar en casa.” Ella es una callejera. A


diferencia de la mujer sabia, la mujer necia no está contenta con
ser cuidadora de su casa. No está satisfecha en donde Dios la ha
puesto. Una de las cosas que el movimiento feminista ha hecho con
tanto éxito es provocar el descontento en las mujeres al ser amas
de casa y convencerlas de que otras actividades pueden aumentar
su sentido de autoestima.

Mis padres se casaron cuando mi madre tenía diecinueve años,


y mi padre estaba comenzando sus treinta. Ellos habían decidido
no tener hijos por sus primeros cinco años de matrimonio; Sin
embargo, en cinco años ellos tuvieron seis hijos. Mi madre
adoraba a mi padre así como él a ella. Ella amaba servirle a él y a
nuestra familia. Una vez ella dijo que no sabía lo que era ser infeliz
hasta que la gente le dijo que no tenía por qué batallar con todas
las exigencias de su atareada casa.
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Fomentar el descontento y el ambicionar a la mujer a salir de
sus casas en búsqueda de mayor significado y satisfacción, ha
resultado en niveles de estrés fuera de los rangos para muchas
mujeres quienes no pueden sobrevivir sin pastillas y terapeutas.
La mujer cuya vida no se centra alrededor de su casa y el bienestar
de su familia y que está constantemente saltando de un lugar a
otro y de una actividad a otra, es más vulnerable a enredarse en
relaciones inmorales y es más probable que seduzca a los hombres
que son vulnerables a sí mismos. La mayor protección espiritual,
moral y emocional que una mujer va a encontrar es, cuando ella
está contenta dentro de la esfera que Dios le ha señalado. Esto
no quiere decir que nunca sale de su casa, sino más bien que su
corazón tiene sus raíces en su casa y que pone las necesidades de
su familia por encima de todos los otros intereses y actividades.

Se asió de él, y le besó.


Con semblante descarado le dijo:
(v. 13)

Este es un cuadro tan familiar en nuestra cultura, donde las


mujeres han sido entrenadas para ser las agresoras en la relación
con los hombres. Pocas mujeres hoy en día tienen algún concepto
de lo que está mal con ser la iniciadora. ¿Por qué no deben las
chicas, llamar a los chicos? ¿Por qué ellas no deben pedir a un
hombre salir a una cita? Nunca se les ha enseñado la belleza del
orden creado por Dios. Incluso nuestra composición fisiológica
nos enseña que Dios creó al hombre para ser el iniciador y a la
mujer para responder. La forma de Satanás de hacer negocios es
torciendo el plan de Dios. Tenemos la responsabilidad de enseñar
a nuestros hombres y mujeres jóvenes los caminos de Dios en
estos asuntos.

La mujer necia en este pasaje se acerca a su presa con un saludo


descarado. Ella se lanza sobre este hombre – física y verbalmente.
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Ella pone en evidencia la falta de discreción y moderación que es
tan común entre los hombres y las mujeres de hoy. Incluso en la
iglesia, no es raro ver a mujeres casualmente y descuidadamente
tirar sus brazos alrededor de los hombres. Tal comportamiento
puede que no tenga una intención inmoral, pero es imprudente.
En el mejor de los casos, disminuirá la restricción apropiada que
debería existir entre un hombre y una mujer; en el peor de los
casos, puede conducir a pecados serios en contra de Dios.

Sacrificios de paz había prometido,


Hoy he pagado mis votos;
Por tanto, he salido a encontrarte,
Buscando diligentemente tu rostro, y te he
hallado
(vv. 14-15)

Esta mujer necia oculta su comportamiento agresivo y coqueto


con su habla espiritual. Su actividad religiosa en realidad es una
cubierta para su corazón inmoral. Ella podría estar tratando de
compensar su culpa por lo que hace, en la iglesia. Muchas mujeres
en nuestras iglesias hoy están activas en el ministerio y estudio
Bíblico; saltan de una conferencia a otra. Otras pueden pensar que
son espirituales y sinceras, pero están encubriendo un corazón
necio y una conducta impura.

Proverbios nos habla de un hombre que dice: “casi en todo mal


he estado, en medio de la sociedad y de la congregación. ” (Prov
5:14) Incluso en medio de las relaciones y las actividades de la
iglesia, podemos caer en pecados serios y podemos conducir a
otros a pecados serios.

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Ella levanta el ego de este joven: alimenta su necesidad de
admiración y lo hace sentir indispensable y valorado. ¿Cuál
necesidad de admiración debería ella estar alimentando? ¡La de
su esposo! Cuando ella derrama admiración por otro hombre, ella
alimenta sus sentimientos de disgusto acerca de su propio esposo e
intensifica su sentimiento de que está viviendo en un matrimonio
vacío e indiferente.

He adornado mi cama con colchas


Recamadas con cordoncillo de Egipto;
He perfumado mi cámara
Con mirra, áloes y canela.
(vv. 16-17)

Esta mujer esta poseída por valores físicos y temporales, en


vez de lo que es duradero. Ella atrae a este joven a una relación
inapropiada, describiendo la naturaleza sensual de su recámara.
Por supuesto, no habría nada de malo en la creación de un
ambiente romántico en su habitación para satisfacer a su marido.
Pero claramente es un error hacerlo para un hombre que no es su
marido. La mujer necia es imprudente - habla libremente sobre
temas íntimos que deben ser reservados para conversar con
su marido. Uno de los aspectos más desconcertantes de varios
escándalos sexuales altamente divulgados en los últimos años
es la plática abierta y franca de asuntos privados que han sido
esparcidos a través de los medios de comunicación. El lenguaje
sexual explícito que una vez fue considerado inapropiado fuera de
la habitación, se ha convertido en parte de nuestro vocabulario
cotidiano. Presentadores de televisión, artistas y periodistas
parecen enorgullecerse en sí mismos de la explotación y
demostración del tema explícito. Cuanto más íntimo es el tema,
más audiencia sintonizada. Tenemos que enseñar a las mujeres

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jóvenes que hay cosas que no hablamos en grupos mixtos. De
hecho, hay asuntos personales entre los cónyuges que no deben ser
discutidos incluso con otras mujeres.

Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana;


Alegrémonos en amores.
(v. 18)

La mujer insensata no entiende la naturaleza del verdadero


amor. El verdadero amor es dar, no recibir. Alguien ha dicho:
“El amor siempre puede esperar para dar, pero la lujuria nunca
espera para recibir.” Ella es una que acepta en vez de ser dadora.
Ella busca la satisfacción inmediata, a pesar del hecho de que
los deleites de este fruto prohibido durarán solamente “hasta la
mañana.” No piensa en las consecuencias de sus decisiones a largo
plazo y como resultado se coloca a sí misma y a los demás para el
fracaso moral. Está dispuesta a sacrificar su propia integridad y
matrimonio, así como el bienestar y el futuro de los demás, con tal
de experimentar un breve sabor del fruto del “amor” prohibido.

¿Hay formas en las que has sacrificado el beneficio a largo plazo


en el altar de la auto-gratificación inmediata? Puede ser que no
te relaciones con tirar tu matrimonio por una noche de placer
con otro hombre, pero tal vez puedes relacionarte con lanzar
palabras duras de enojo, que otorgan un alivio temporal y aplastan
el espíritu de tu pareja o tu hijo. Quizás sabes de embriagarse de
la comida que imploras debido al placer momentáneo que ésta
trae. Quizás has complacido tus sentimientos de resentimiento
saboreando la idea de hacerle daño a quien te hirió profundamente.

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Porque el marido no está en casa;
Se ha ido a un largo viaje.
La bolsa de dinero llevó en su mano;
El día señalado volverá a su casa.
(vv. 19-20

Su esposo está fuera de la ciudad en un viaje de negocios y ella


piensa que nadie sabrá de su pequeño pecado secreto, pero ella
se olvida de que hay Uno que conoce todas las cosas – El Roi, “el
Dios que ve”. A ella se le olvida que “Los ojos de Jehová están en
todo lugar, mirando a los malos y a los buenos.” (Prov 15:3)

¿Cuáles “pequeños pecados secretos” estamos consintiendo en


nuestras vidas, en nuestros pensamientos, en nuestra privacidad?
Cultivemos el temor del Señor –en ese sentido constante y
consciente de que estamos siempre bajo la mirada de Dios-, ya sea
si estamos solos o con otros.

Esta mujer aparentemente está buscando satisfacer sus


necesidades que no están siendo satisfechas en casa. Al enfocarse
en sus propias necesidades (su Realidad y sus deseos), ella se pone
a sí misma en una posición donde es menos motivada y menos
capaz de satisfacer sus necesidades, del Único Dios quien la creó
para ayudar. Ella fue creada para ser una ayuda para su esposo,
pero no puede satisfacer sus necesidades si está enfocada en sí
misma.

En contraste, Proverbios 31 habla de la mujer sabia y virtuosa,


el corazón de su esposo confía en ella y él no carecerá de
ganancias. Le da ella bien y no mal, todos los días de su vida (vv
11-12). Tiene un compromiso permanente e incondicional de ser
leal a su esposo, y actuar para sus beneficios.

En la cultura de hoy, muchas mujeres tienen esposos que

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están lejos de casa – si no es literalmente o físicamente, lo están
emocional, relacional o espiritualmente, en términos de tiempo
y atención. La mayor prueba de fidelidad de la mujer casada es
adónde va su corazón cuando su esposo está “lejos”. ¿Hacia dónde
se desvía su mente? ¿Hacia dónde vagan sus pensamientos? ¿Es
ella digna de confianza? ¿Es fiel a su llamado en el matrimonio,
aun si él falla en ser el hombre que debería ser?

Lo rindió con la suavidad de sus


muchas palabras,
Le obligó con la zalamería de sus labios.
(v. 21)

De nuevo, somos advertidos del poder de las palabras – lenguaje


lisonjero, atrevido, insinuante y seductor. Ella logra que se rinda,
como Dalila usó sus palabras para traer a Sansón bajo su control.
La mujer insensata es el contraste de la mujer sabia quien “abre
su boca con sabiduría y la ley de clemencia está en su lengua”
(Prov. 31:26). La mujer sabia y virtuosa usa su lengua para hablar
palabras de sanidad, esperanza, gracia y ayuda.

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PA RTE DOS

El fruto de la mujer necia


Al llegar al final de Proverbios 7, vemos el tremendo impacto de
la mujer necia sobre otros, particularmente sobre los hombres:

Porque a muchos ha hecho caer heridos,


Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.
(v. 26)

Las feministas han retratado a las mujeres como victimas


oprimidas. Esto es sin duda cierto en algunos escenarios y
culturas. Sin embargo, en esas situaciones sin importar la
gravedad, no se exime la responsabilidad, de cualquier forma, en
que podamos ser las perpetradoras del mal. Ninguna falla por
parte de los hombres nos puede despojar de la responsabilidad por
nuestro comportamiento y de nuestra influencia en los hombres,
tanto en nuestra cultura como en la próxima generación.

La mujer necia es un instrumento para derribar a muchos


hombres. Puede hacerlo por medio de la seducción sexual, al igual
que la mujer en Proverbios 7, o puede hacerlo de manera más sutil,

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por medio del desaliento, el orgullo espiritual, o la intimidación.
He descubierto que puedo entrar en una reunión con un grupo
de hombres y en cuestión de momentos cambiar el clima de la
habitación con mi espíritu. Sin siquiera decir una palabra puedo
desalentar o intimidar a los hombres a mí alrededor.

Tristemente, algunas de las mujeres más “espirituales”,


bíblicamente preparadas, también son las más intimidantes.
Nuestra generación ha sido bendecida con muchas oportunidades
de estudio bíblico para mujeres, pero si nuestro conocimiento nos
hace incapaces de aprender o difíciles de sobrellevar en la vida,
somos mujeres necias. De hecho he escuchado a hombres decir:
“no puedo liderar a mi esposa. No puedo liderar a las mujeres en
mi iglesia. Ellas saben mucho”. Algunos de estos hombres sienten
como si necesitaran grados teológicos avanzados con el fin de
ser los líderes espirituales que sus esposas quieren. En muchos
casos creo que es debido a que nuestros espíritus no han sido
enseñables y humildes. Como resultado, terminaron debilitando a
los hombres que nos rodean.

Una forma políticamente correcta que las mujeres derriban a


los hombres es atacándolos verbalmente – haciendo chistes de
hombres o comentarios hirientes a cerca de los hombres. Por
supuesto es igualmente inapropiado para el hombre atacar a
las mujeres porque la mujer es la gloria del hombre (1Co 11:7).
Si usamos palabras que cortan, menosprecian y hieren – aun
en broma – estamos derribando a quienes fuimos destinadas a
levantar.

“Porque a muchos ha hecho caer heridos, y aun los más fuertes


han sido muertos por ella”. Nota que el hombre asesinado por la
mujer necia comenzó como un hombre fuerte. Cuando yo era una
mujer joven, el Señor usó este pasaje para forjar en mi corazón
que si yo fracasaba en mi caminar como una mujer sabia, podría
ser el instrumento de ruina de cualquier hombre, no importa lo
fuerte que él fuese. Fue una comprensión preocupante para mí.

Conviértete en una Mujer Discreta | 21


Incluso los hombres que son espiritualmente maduros pueden ser
derrocados-controlados, heridos y destruidos por una mujer necia.

Nuestro llamado con los hombres que Dios ha colocado en


nuestras vidas es a ser animadoras, a levantar sus manos y a
orar por ellos. Sí, ellos tienen debilidades, así como nosotras las
tenemos, pero necesitamos animarles y orar y confiar en que Dios
hará de ellos hombres fuertes de Dios. Este es nuestro más alto y
santo llamado.

Camino al Seol es su casa,


Que conduce a las cámaras de la muerte.
(v .27)

Las consecuencias de fallar en ser una mujer sabia son fatales.


Cuando somos tentadas por los placeres inmediatos de hablar
precipitadamente, dar rienda suelta a nuestras emociones y
nuestra lengua, o permitir que nuestro comportamiento llegue
a ser descuidado y desenfrenado, necesitamos considerar las
consecuencias a largo plazo de nuestras decisiones.

Algún tiempo atrás, recibí un correo electrónico de una mujer


quien me había escuchado enseñar acerca de la mujer necia de
Proverbios 7. En este caso el hombre a quien ella había destruido
era su propio esposo, quien ahora la había dejado por otra mujer.
Por su propia confesión, su corazón en realidad nunca había estado
en su casa. Había amado más su trabajo que a su propia familia y
no había cumplido con sus responsabilidades como esposa y madre
dadas por Dios. Ahora ella estaba viviendo con las consecuencias
letales de su necedad.

22 | Conviértete en una Mujer Discreta


Soy el vivo ejemplo de la mujer necia que tú describiste.
Una y otra vez, desde mi infancia más temprana
he sido esta mujer necia y adúltera. Ahora veo las
trágicas consecuencias que pasaron en mi esposo y en mi
matrimonio. También he plantado estas semillas viciosas
en nuestra preciosa hija.

He debilitado a mi esposo debido a mis palabras


y patrones egoístas, arrogantes, manipulativos e
intimidantes. Cuan terriblemente, terriblemente herido él
está por mi culpa.

Lo he llevado al corazón mismo del infierno, debido


a mis caminos impíos e intencionales. Hoy él asistió a la
iglesia con la esposa de otro hombre. ¿Cómo pude haber
conducido a un hombre tan maravilloso a hacer una cosa
tan horrible delante de Dios?

Dios ayúdame, veo cuántos errores he cometido. Estoy


confiando en Su palabra para sanidad, limpieza y
restauración de mi corazón miserable.

Dios trajo a ambos, a esta mujer y a su esposo al


arrepentimiento y están restaurando su matrimonio. Qué gozo
es ver a esta mujer que fue necia, convertirse ahora en una mujer
sabia de Dios. Mi oración es que Dios te haga una mujer sabía que
edifique su casa para Su gloria.

Conviértete en una Mujer Discreta | 23


PA RT E TRES

HACIÉNDOLO PERSONAL:

Convirtiéndote en una mujer


de virtud

Las siguientes preguntas (algunas para mujeres casadas o


solteras) han sido diseñadas para ayudarnos a reconocer formas en
que hemos sido mujeres necias y animarnos a considerar formas
prácticas en que podemos llegar a ser mujeres de virtud.

1. ¿Estoy edificando mi “casa” – casa, lugar de


trabajo, iglesia – o la estoy destruyendo?

2. ¿Estoy invirtiendo en mi matrimonio? ¿Estoy


nutriendo el corazón de mi matrimonio?

3. ¿Expreso frecuentemente admiración y


gratitud a mi esposo?

4. ¿Estoy reservando la mejor energía emocional


y física para mi familia?

24 | Conviértete en una Mujer Discreta


5. ¿Estoy creando un clima (a través de palabras,
acciones y actitudes) que hacen que mi esposo
quiera estar en casa?

6. ¿Estoy contenta con estar en “casa”? ¿Estoy


buscando mi realización al venerar y servir a
mi esposo y mi familia?

7. ¿Reservo para mi esposo la comunicación


íntima, miradas, palabras y toque físico?
¿Estoy dando mis emociones, atenciones y
afectos a otro que no es mi esposo?

8. ¿Estoy cumpliendo con las necesidades


sexuales de mi esposo?

9. ¿Soy digna de confianza? ¿Hay alguna


conducta o relación en la que estoy
involucrada que escondo de mi esposo? ¿He
sido totalmente honesta con mi esposo?

10. ¿Tiene mi esposo la libertad de ser totalmente


honesto conmigo?

11. ¿Estoy obteniendo pensamientos y deseos


sensuales a través de libros, revistas,
programas de televisión, música o películas
que no son moralmente puras?

12. ¿Me he convertido en un “refugio” para


un hombre quien tiene problemas en su
matrimonio?

13. ¿Estoy buscando a un hombre que no sea mi


esposo (pastor, consejero, colega) como una

Conviértete en una Mujer Discreta | 25


fuente primaria de consejo o para llenar un
vacío emocional en mi vida?

14. ¿Tengo una relación – física, emocional o


espiritualmente – más íntima con cualquier
otro hombre de la que tengo con mi esposo?

15. ¿Tienen mis conductas una tendencia a


ser “ruidosa y desafiante” o comunico “un
espíritu manso, quieto o sumiso?

16. ¿Soy un muro o una puerta (Cantar de los


Cantares 8:9)? ¿Soy una mujer extraña?
¿Comunico a los hombres que me rodean que
estoy disponible? ¿Mi comportamiento los
invita a participar de las partes íntimas de
mi cuerpo, alma o espíritu? ¿Uso discursos,
miradas y comportamiento malicioso?

17. ¿Hay alguna cosa acerca de mi hablar,


acciones, vestimenta o acciones que podrían
defraudar a los hombres que me rodean?

18. ¿Soy discreta y moderada en la forma en que


hablo con los hombres en mi trabajo? ¿Es
mi conversación salvaje, tosca e impropia
de una mujer de Dios? ¿Estoy expresando
admiración por un hombre que debería
provenir de su esposa?

19. ¿Mi vestimenta ayuda a los hombres


a mantener sus pensamientos puros y
centrados en Cristo? ¿Es mi vestimenta
femenina y modesta?

20. ¿He levantado (y estoy manteniendo)


26 | Conviértete en una Mujer Discreta
adecuadas “cercas” en mis relaciones con los
hombres? ¿Cuáles son esas cercas?

21. ¿Estoy actualmente en una situación que me


pone (o podría llegar) en peligro? ¿Estoy
en una situación que podría parecer a los
demás de que estoy comprometiendo mis
convicciones?

22. ¿Podría mi esposo, al igual que otros hombres


y mujeres, quienes me conocen, decir que soy
una mujer de virtud moral y pureza?

23. ¿He propuesto en mi corazón ser moralmente


pura? ¿Estoy, por mí misma, rindiendo
cuentas a mi esposo y a otras mujeres piadosas
de mi caminar con Dios y con otros?

Conviértete en una Mujer Discreta | 27


Padre, gracias por darnos tu Palabra
para enseñarnos cómo vivir como mujeres
sabias en un mundo sin Dios. Confesamos
que a menudo hemos sido mujeres necias.
Por favor, escudriña nuestros corazones
y muéstranos cualquier camino de
necedad que encuentres, que podamos
arrepentirnos y volvernos a Cristo, quien
es nuestra sabiduría y nuestra justicia.
Líbranos, oh Dios, de nuestra necedad.
Y levanta en nuestros días una nueva
generación de mujeres – mujeres santas;
mujeres que confían en ti, mujeres sabias
que construyan sus casas. Nos rendimos de
nuevo a ti. Que nuestras vidas te traigan
gloria y cumplan tu propósito aquí en esta
tierra. En el nombre de Jesús. Amén.
Reflexiones Personales

30 | Conviértete en una Mujer Discreta


Conviértete en una Mujer Discreta | 31
Ninguna mujer se propone derribar su casa, pero ocurre de muchas
maneras sutiles, con nuestras actitudes, nuestras palabras y nuestras
acciones.

Camina verso por verso a través de Proverbios 7 para descubrir las


características específicas de la mujer necia. Una serie de preguntas
penetrantes están incluidas para poder identificar las formas en que
nosotras como mujeres podríamos estar destruyendo inadvertidamente
las vidas de los nuestros. Este mensaje proporciona consejos prácticos a
las mujeres cristianas y sus hijas - instrucción que es muy necesaria en
nuestra generación-.

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