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“Pablo es apedreado en Listra”

Texto: 8Y cierto hombre de Listra


estaba sentado, imposibilitado de
los pies, cojo de nacimiento, que
jamás había andado. 9Este oyó
hablar a Pablo, el cual, fijando en él
sus ojos, y viendo que tenía fe para
ser sanado, 10dijo a gran voz:
Levántate derecho sobre tus pies. Y
él saltó, y anduvo. 11Entonces la
gente, visto lo que Pablo había
hecho, alzó la voz, diciendo en
lengua licaónica: Dioses bajo la
semejanza de hombres han
descendido a nosotros. 12Y a
Bernabé llamaban Júpiter, y a
Pablo, Mercurio, porque éste era el
que llevaba la palabra. 13Y el
sacerdote de Júpiter, cuyo templo
estaba frente a la ciudad, trajo toros
y guirnaldas delante de las puertas,
y juntamente con la muchedumbre
quería ofrecer sacrificios. 14Cuando
lo oyeron los apóstoles Bernabé y
Pablo, rasgaron sus ropas, y se
lanzaron entre la multitud, dando
voces 15y diciendo: Varones, ¿por
qué hacéis esto? Nosotros
también somos hombres
semejantes a vosotros, que os
anunciamos que de estas
vanidades os convirtáis al Dios
vivo, que hizo el cielo y la tierra, el
mar, y todo lo que en ellos hay.
16En las edades pasadas él ha
dejado a todas las gentes andar en
sus propios caminos; 17si bien no
se dejó a sí mismo sin testimonio,
haciendo bien, dándonos lluvias del
cielo y tiempos fructíferos, llenando
de sustento y de alegría nuestros
corazones. 18Y diciendo estas
cosas, difícilmente lograron impedir
que la multitud les ofreciese
sacrificio.19Entonces vinieron
unos judíos de Antioquía y de
Iconio, que persuadieron a la
multitud, y habiendo apedreado a
Pablo, le arrastraron fuera de la
ciudad, pensando que estaba
muerto. 20Pero rodeándole los
discípulos, se levantó y entró en la
ciudad; y al día siguiente salió con
Bernabé para Derbe. 21Y después
de anunciar el evangelio a aquella
ciudad y de hacer muchos
discípulos, volvieron a Listra, a
Iconio y a Antioquía
Hechos 14:8-21.
Versículo a memorizar: Hechos
14:21.
“Y después de anunciar el evangelio
a aquella ciudad y de hacer muchos
discípulos, volvieron a Listra, a
Iconio y a Antioquía”

Objetivo:
- Reconocer los milagros realizados
por Pablo y los resultados de ello.
- Analizar la respuesta de los
ciudadanos de Listra a las obras de
Pablo y Bernabé.
- Analizar la respuesta de Pablo y
Bernabé a la oposición de la ciudad.

Cómo actuamos cuando nos


encontramos en problemas?
Cuando nos rechazan con el
evangelio, cómo
reaccionamos?

Anexo:
8-21. EN LISTRA, POR HABER
PABLO SANADO AL COJO, A
DURAS PENAS SE IMPIDE QUE EL
PUEBLO LES OFREZCA
SACRIFICIOS COMO A DIOSES—
PERO LUEGO, ENVENENADAS SUS
MENTES, APEDREAN A PABLO Y LO
DEJAN COMO MUERTO—SE
RETIRAN A DERBE, PREDICAN Y
ENSEÑAN ALLI.
8-10. Un hombre …, cojo … que
jamás había andado. Este oyó
hablar a Pablo—al aire libre, y a “las
gentes” (v. 11). el cual, como puso
los ojos en él—como había hecho a
Elimas el hechicero, cuando estaba
por obrar en él un milagro. y vio
que tenía fe para ser sano—Puede
ser que Pablo, al contemplar al cojo,
fuese inducido a hablar de los
milagros de sanidad del Salvador y
de su poder actual, y al ver por el
ansia con que el cojo escuchaba
sus palabras, estaba preparado
para confiar su propio caso en las
manos del Redentor, el Espíritu del
glorificado Médico vino sobre
Pablo, y con una “gran voz” le
mandó al cojo: “Levántate derecho
sobre tus pies”. El efecto fue
instantáneo: “Y saltó, y anduvo”.
11-13. en lengua licaónica—Si ésta
era una corrupción de la lengua
griega, bastante bien conocida en
aquella región, o lo que restaba de
alguna lengua anterior, no se sabe.
Dioses semejantes a hombres han
descendido a nosotros—lenguaje
de gente ruda y no sofisticada. Pero
“lo que era una superstición en
Licaonia, y aquello por lo cual toda
la creación gemía, vino a ser una
realidad en Betlehén.” [Webster y
Wilkinson]. a Bernabé llamaban
Júpiter—el padre de los dioses, por
su presencia imponente (pensaba
Crisóstomo). y a Pablo, Mercurio—
el dios de la elocuencia y asistente
de Júpiter, según la mitología
pagana. el sacerdote de Júpiter,
que estaba [su templo] delante de
la ciudad de ellos, trayendo toros
y guirnaldas—con que coronar a las
víctimas y adornar, como ocasión
festiva, los pórticos.
14. como lo oyeron los apóstoles
Bernabé y Pablo—Aquí se pone a
Bernabé primero, aparentemente
por haber sido él nombrado el
“Júpiter” del grupo—rotas sus
ropas—desgarrándolas—se
lanzaron al gentío, dando voces,
15. Y diciendo: Varones, ¿por qué
hacéis esto? —Esto fue algo más
que el aborrecimiento a la idolatría
que caracterizaba a la nación judía
desde el tiempo del cautiverio
babilónico; fue aquella delicada
sensibilidad a todo lo que afecta el
honor de Dios, que sólo el
cristianismo que nos da en Dios un
Padre reconciliado, puede producir,
que hace que el cristiano se sienta
herido por toda la deshonra hecha a
Dios, y le llena de horror y de dolor
cuando se le ofrecen semejantes
insultos groseros. somos hombres
semejantes a vosotros, etc.—de la
misma naturaleza que vosotros.
¡Cuán desemejante a la impostura o
al entusiasmo es esta actitud, y
cuán libres de todo interés personal
estos hombres de Cristo se
demuestran ser! al Dios vivo—Este
es el más glorioso y más distintivo
de todos los nombres de Dios! Es la
fraseología bien conocida del
Antiguo Testamento, libro que, en
marcado contraste con todo lo que
puede hallarse en la literatura del
paganismo, demuestra ser, junto
con el Nuevo Testamento, el único
Libro de la verdadera religión. que
hizo el cielo y la tierra, y la mar, y
todo lo que está en ellos—Esta
idea de la creación, del todo
desconocida tanto al paganismo
rudo como al erudito, no sólo
definiría el significado del término
“el Dios viviente”, sino que también
descubriría un mundo nuevo
después de reflexionar en ello, para
los oyentes pensadores. El cual en
las edades pasadas ha dejado a
todas las gentes andar en sus
caminos—Es decir, sin extenderles
la revelación concedida a la
simiente de Abrahán y la gracia
consecuente; comp. cap. 17:30;
1Co. 1:21. (Pero no fue sin culpa de
parte de ellos esta privación, Ro.
1:20, etc.).
17. no se dejó a sí mismo sin
testimonio—Aunque la atrocidad de
la idolatría era representada como
un tanto menor en el paganismo,
por cuanto estaban excluidos de la
esfera de la religión revelada, Pablo
toma cuidado de agregar que los
paganos tienen “testimonio” divino
suficiente para dejarlos “sin
excusa”. haciendo bien—
derramando sus beneficios por
doquier y en formas mil. dándonos
lluvias del cielo y tiempos
fructíferos—de los cuales
dependen la subsistencia humana y
todo beneficio que el hombre goza.
En Licaonia, donde como atestiguan
los escritores antiguos, la lluvia era
muy escasa, esta alusión tendría
tanto mayor efecto. hinchiendo de
mantenimiento y de alegría
nuestros corazones—Expresión
familiar muy natural ya que el
corazón se goza del alimento
recibido para el cuerpo.
18. Y diciendo estas cosas,
apenas apaciguaron el pueblo,
para que no les ofreciesen
sacrificio—A pesar de esto, y del
repudio hecho por Pedro de todo
honor semejante (cap. 10:26), ¡cuán
pronto empezaron a asomarse las
tendencias idolátricas en la iglesia
cristiana, para ser luego
sistematizadas e impuestas en la
Iglesia, de Roma!
19. Entonces sobrevinieron unos
Judíos de Antioquía y de Iconio—
¡Furioso el celo que los hizo viajar
tan lejos para estorbar a los
misioneros de la cruz! que
persuadieron a la multitud—“las
multitudes”—y habiendo
apedreado a Pablo—Véase nota, v.
5. A Bernabé parece que lo dejaron
ileso; pero Pablo, como el orador y
actuante prominente, fue el objeto
de toda la furia de ellos. Las
palabras sugieren que fueron los
judíos los que hicieron esto, y sin
duda tomaron ellos la iniciativa (v.
19); pero fue obra de las
inconstantes multitudes instigadas
junto con ellos. le sacaron fuera de
la ciudad—Comparando esto con el
cap. 7:58, se verá que los judíos
fueron los actores principales en
este caso.
20. Mas rodeándole los discípulos
—entristecidos. De modo que sus
labores allí no habían sido en vano:
hubo “discípulos”, quienes rodeaban
el cuerpo ensangrentado. Y parece
que uno fue ganado en esta
ocasión, de muchísima más
importancia que todos los demás:
Timoteo. Véase nota, cap. 16:1-3.
(Difícilmente habría sido en la visita
subsecuente, v. 21, por la razón
dada en 2Ti. 3:10-11; mientras que,
en la tercera visita, cap. 16:1-3, ya
era cristiano). se levantó—Es del
todo posible que este
restablecimiento fuese natural; la
insensibilidad ocasionada por
semejante trato como el que Pablo
recibió, algunas veces es pasajera,
y deja a la víctima menos lastimada
de lo que parece. Pero es cierto que
la impresión que estas palabras
dejan naturalmente en la mente de
uno, es de que la restauración. fue
milagrosa; y así entienden las
palabras los mejores intérpretes.
Esto confirma lo que paso luego. y
entró en la ciudad—¡Noble
intrepidez! y un día después, partió
con Bernabé a Derbe—viaje que
apenas hubiera sido capaz de
hacer, si hubiera sido natural su
restablecimiento. (Tocante a Derbe
véase nota, v. 6).
21. Y como hubieron anunciado el
evangelio a aquella ciudad, y en
señado a muchos—Mejor, “como
hubieron hecho muchos discípulos”,
probablemente sin sufrir
persecución, como Derbe no está
mencionada juntamente con
Antioquía, Iconio y Listra en 2Ti.
3:11.

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