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Quaderns de Psicologia | 2015, Vol.

17, No 2, 49-59 ISNN: 0211-3481

 http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1299

Las ausencias como desafío para la conceptualización de las


movilidades sociales contemporáneas
Absences as a challenge for the conceptualization of contemporary social
mobilities

Javier Romano Silva


Universitat Autònoma de Barcelona

Resumen
En el presente trabajo pretendo aproximarme a los significados asociados a las movilidades
sociales. Dentro de la amplitud disciplinaria, histórica y social que el campo de estudio pre-
senta, el artículo se interesa específicamente en reconocer los modos en que la construc-
ción discursiva de las ausencias plantea nuevas preguntas sobre los desarrollos teóricos del
pensamiento y la investigación psicosociales. A este respecto, se constata que las ausencias
—individuales o colectivas— afectan a la construcción de los vínculos sociales, movilizan
emociones y se constituyen como un elemento fundamental en las prácticas de la memoria,
ya sea ésta contextualizada como acción social o como facultad individual. Para la redac-
ción del artículo utilizo como referentes teóricos destacados los planteos desarrollados por
Max Weber, acerca de la autonomía de las migraciones, y por Abdelmalek Sayad, sobre la
necesidad de constituir una sociología de las ausencias. El artículo recoge, además, el desa-
fío de coproducir conocimientos y articulaciones disciplinarias capaces de dirigir las miradas
hacia las ausencias y los ausentes.
Palabras clave: Ausencias; Teoría Social; Psicología Social; Movilidades sociales

Abstract
In this article, I analyze the meanings associated to contemporary social mobilities. Within
these broad disciplinary, historical and social perspectives, it specifically focuses on recog-
nizing the ways in which the discursive construction of absences raises new questions on
theoretical developments in thinking and psychosocial research. In this respect, it has been
shown that absences, both individual or collective, affect emotions, the construction of so-
cial links, and are a key element in memory practices. This is contextualized as social ac-
tion or individual skills. For the writing of this article, I consider the ideas of prominent
scholars such as Max Weber, on the autonomy of migrations. And Abdelmalek Sayad and his
ideas on the need to constitute the sociology of absences. In doing so, the article takes on
the challenge of co-producing disciplinary knowledge to focus on absences and absentees.
Keywords: Absences; Social Theory; Social Psychology; Social mobility
50 Romano Silva, Javier

Esa ausencia particular que afecta a la sociedad La idea y presencia del otro, y más amplia-
de emigración, debería, ella también, determi-
mente de las alteridades, ha dejado de con-
nar una «ciencia» homóloga, o al menos una su-
ma de conocimientos relativos a la emigración y formarse a partir de las proximidades para
el emigrado, impuestos también por el hecho de constituirse como riesgo y grave problema a
la emigración. Y aun así, la paradoja de la cien- resolver. (Beck, 1992/2010; Romano y Santa-
cia de la emigración es que sería una «ciencia de
maría, 2010; Santamaría, 2002). La traduc-
la ausencia» y de los ausentes.
(Sayad, 2004/2011, p. 183). ción social de estos procesos se proyecta en
múltiples dimensiones: políticas, socio-
Presentación culturales, educativas, laborales, económicas
El desarrollo de un nuevo paradigma tecno- y ambientales.
económico basado en las tecnologías de la in- Por su parte, en sentido amplio, las ausencias
formación y de la comunicación genera ajus- tienen como causalidad en su devenir diversos
tes en los mercados de trabajo a escala glo- procesos como pueden ser aquellos vinculados
bal, y por tanto, afecta a la vida de los traba- a las migraciones, los exilios, los éxodos o las
jadores y de sus familias. persecuciones políticas y/o religiosas. A modo
Estos ajustes inciden en las movilidades po- de ejemplo, como hechos históricos reconoci-
blacionales, en ocasiones de forma determi- dos —en la temática que nos interesa— caber
nante, pero en otras, simplemente de forma recordar la significación que el exilio republi-
contextual o parcialmente interviniente en lo cano español (Abellán, 1983) y las dictaduras
que respecta a las prácticas sociales vincula- del cono sur americano (Dutrénit, Allier y Co-
das a las movilidades. raza, 2008) tienen como procesos en donde
las subjetividades, los vínculos, los afectos y
Este proceso afecta a millones de personas y conformaciones familiares han estado marca-
tiene como característica fundamental el he- dos por las ausencias, las distancias y las le-
cho de situarse más allá de los Estados- janías a lo largo de varias generaciones.
nacionales; particularmente de forma selecti-
va, incide en aquellos Estados y regiones que Es así que, en función de esta breve descrip-
por diversas causas presentan debilidad en sus ción histórico-conceptual compartamos la
marcos jurídicos, especialmente en lo con- afirmación del ensayista británico John Berger
cerniente a las políticas de integración social, acerca del siglo XX cuando sostiene que:
mercado de trabajo, seguridad social y sanita- El nuestro es el siglo del viaje forzado. Se podría
ria. (Castel, 1995/1997; Gorz, 1991/1995; ir aún más lejos y decir que el nuestro es el siglo
de las desapariciones. El siglo en el que miles de
Lazzarato, 2013). personas han visto a otras personas muy próximas
Si bien este es el contexto general, como ve- desaparecer en el horizonte, sin poder evitarlo.
(Berger, 2004/2013, p. 23).
remos en párrafos subsiguientes, la correla-
ción entre la dimensión económica y las movi- En la dirección que apunta Berger, es necesa-
lidades sociales debe necesariamente incluir rio reconocer procesos que combinan elemen-
una reflexión teórica acerca del hecho que en tos históricos a la vez que políticos para com-
las movilidades hay otros componentes dife- prender el sentido metafórico de su afirma-
rentes a los estrictamente económicos. ción. La pertinencia social y disciplinaria de
este reconocimiento, radica en el hecho de
A modo de ejemplo, emergentes políticos,
que son procesos inacabados, y que en tanto
lingüísticos, socio-religiosos, de nuevas rurali-
son reconocidos, nombrados y visualizados
dades (Pradilla, 2002) o afectivos, nos esta-
empiezan a adquirir sentidos de verdad(es)
rían señalando que las movilidades presentan
histórica(s) que entendemos como una prácti-
un grado de autonomía en relación a los pro-
ca de la memoria colectiva y por tanto, de
cesos económicos.
carácter polifónico.
Desde las ciencias sociales se abordan estas
Este interés y voluntad por reconocer los pro-
temáticas que presentan tensiones y disconti-
cesos de definición social, histórica y acadé-
nuidades asociadas a las nuevas subjetivida-
mica de categorías teóricas, busca participar
des y sujeciones sociales. En este sentido, se
de un diálogo acerca de aspectos metodológi-
constatan procesos socio-culturales signados
cos fundamentales en psicología social y en
por la construcción compleja de las alterida-
sociología.
des y movilidades sociales contemporáneas.

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Partiendo de estos presupuestos, el artículo miento de inseguridad, ajenidad, extraña-


tiene como objetivo general dar cuenta de la miento, discriminación, competencia desleal)
importancia social y disciplinaria que la cons- y no a la posibilidad de ser/estar con los
trucción y definición dinámica del sentido de otros. En esta dimensión, a modo de ejemplo,
las ausencias y las movilidades sociales con- los conflictos socio-religiosos se constituyen
temporáneas presenta. como factores extra-económicos que juegan
un rol determinante en la construcción de al-
Desde la dimensión ética, cabe asumir que es
teridades. Al respecto, se observa que dichos
preciso realizar un abordaje crítico de la pro-
procesos han adquirido centralidad y visibili-
ducción científica para, de esta forma, visibi-
dad en los medios de comunicación, políticas
lizar aquellas fronteras teórico-metodológicas
públicas e investigaciones. (Moreras, 2006; de
que limitan los desplazamientos, reconoci-
la Haba, Santamaría y Yufra, 2014).
mientos y encuentros con los otros; en defini-
tiva, compartimos con Pierre Bourdieu (Bour- En segundo término, desde la filosofía del de-
dieu, Chamboredon y Passeron, 1973/2008) la recho se observa con preocupación la pérdida
necesidad de recrear y mantener una postura de centralidad jurídica y política de la consti-
de vigilancia epistemológica. tución del sujeto moderno. Déficit visible y
consecuencia directa de políticas públicas que
Interrogantes acerca de las alteridades y las
se diseñan atendiendo a la secularización de-
movilidades
terminada por la díada público/privado y en
Los interrogantes planteados seguidamente base a principios fundamentalmente tecno-
aluden a procesos de distinta naturaleza y economicistas.
complejidad. Entendemos que antes de ser
Esta pérdida de centralidad para el filósofo
respondidos de forma concluyente es necesa-
italiano Giorgio Agamben (2004) naturaliza el
rio avanzar en su reformulación. De todas
estado de excepción, situación en la que mi-
formas, se plantean aproximaciones concep-
llones de personas (con)viven, crecen, se co-
tuales preliminares en consonancia con lo que
munican, “existen” de forma paradójica en la
pretendemos en este artículo. Asimismo es
intersección y negación de marcos jurídicos
nuestra intención que estos interrogantes
incapaces de reconocerlos como sujetos de
funcionen como señaladores de dimensiones
derecho. Es precisamente esta falta de reco-
epistemológicas sobre las que es preciso rea-
nocimiento una de las dimensiones que vienen
lizar nuevas articulaciones.
a cuestionar las categorías que presuponen un
¿Las movilidades sociales son consecuencia grado de integración como puede ser las de
exclusiva de crisis económicas? ¿Qué tipo de transnacionalismo o multiculturalidad.
espacios simbólicos y materiales recrean las
En términos cuantitativos, el Alto Comisiona-
movilidades más allá de aquellos que direc-
do de las Naciones Unidas para los Refugiados
tamente están relacionados con la econo-
(ACNUR) alerta acerca del crecimiento de los
mía?¿En qué medida conceptos asimilados a
desplazamientos forzados. El conjunto de
estas movilidades como los de codesarrollo
personas que vive esta situación padece la
(Naïr, 2010), transnacionalismo (Portes,1999;
excepcionalidad de habitar espacios de inde-
Solé, Parella y Cavalcanti, 2008), multicultu-
terminación jurídica, identitaria, territorial y
ralidad (Taylor, 2003), redes transnacionales
cultural tal como conceptualmente plantea
(Appadurai, 2004; Hannerz, 1996) o retorna-
Agamben.
dos (Jáuregui y Recaño, 2014), ponen en cir-
culación discursos y saberes que basándose en El desplazamiento forzado global ha experimen-
tado un crecimiento acelerado en 2014, alcan-
el determinismo económico-cultural inhiben
zando una vez más niveles sin precedentes. Du-
el reconocimiento de la intervención de fac- rante el año se produjo el nivel de desplazamien-
tores extra económicos? to más elevado del que se tiene registro. Al tér-
mino de 2014, había 59,5 millones de personas
De forma provisoria, y a modo de conjetura, desplazadas forzosamente en todo el mundo a
señalamos algunas dimensiones que están consecuencia de la persecución, los conflictos, la
presentes en los interrogantes planteados. En violencia generalizada o las violaciones de dere-
chos humanos. Esto son 8,3 millones de personas
primer término, los sentidos que adquieren más que el año anterior (51,2 millones) y el in-
las alteridades en los últimos años movilizan cremento anual más elevado en un solo año. (AC-
significaciones y discursos asociados a posi- NUR, 2014, p.1).
bles alteraciones (pérdida de valores, senti-

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En tercer término, asociado a este proceso Autonomía de las migraciones


general, se constata la transformación de los
espacios públicos; espacios que durante la Las movilidades poblacionales, y dentro de
modernidad funcionaron como escenarios de ellas las que forman parte de los procesos de
socialidad, de habitabilidad, de construcción migración campo–ciudad, son reconocidas por
de ciudadanía y que, en la actualidad, se pre- parte de las ciencias sociales como fenómenos
sentan como territorios en donde los conflic- históricos de larga duración. Estas movilida-
tos y antagonismos han adquirido prevalencia des favorecieron la reproducción de sociali-
sobre los múltiples y diversos procesos de dades múltiples, antecediendo —a la vez que
cohesión social. fueron constitutivas de la modernidad— e in-
cluso sucediéndose hasta la actualidad.
En este sentido, varios estudios dan cuenta de
la emergencia de fragmentación, polarización Dentro del vasto conjunto de investigaciones
social, segregación espacial y procesos de y desarrollos teóricos vinculados a la temáti-
gentrificación —entre otros— como emergen- ca, nos parece relevante recordar —como tra-
tes societales sobre los cuales es preciso in- bajo inicial— la conocida investigación de Max
vestigar, debatir e intervenir. (Boggio, 2006; Weber (1894/1981) acerca de las condiciones
Janoschka, Sequera y Salinas 2014; Sassen y de las migraciones de los trabajadores agrí-
2014; Veiga, 2009). colas alemanes y polacos en las provincias
orientales prusianas a finales del siglo XIX. Es-
Finalmente, las movilidades sociales son prác- te antecedente marcará un punto de partida
ticas sociales constitutivas de los procesos de para las investigaciones subsiguientes, como
conformación de las alteridades. Movilidades será el caso de El campesino polaco en Europa
y alteridades conforman, pues, una matriz so- y América de William I. Thomas y Florian
cietal dinámica que se constituye como un Znaniecki ([1918-1920]/2006), y prefigura lo
desafío para las políticas públicas, especial- que sería luego un campo de estudio socioló-
mente en lo que respecta a la gobernanza, gico.
acceso al mercado de trabajo, seguridad so-
cial, educación, diversidad lingüística, diver- La naturaleza metodológica de sus escritos y
sidad religiosa, integración, modos de convi- sus hallazgos nos permiten reconocer cómo
vencia, salud y vivienda entre otras (Gil, las movilidades sociales y la cuestión nacional
2008a; Pedone, Agrela y Gil 2012). están presentes en la génesis de la sociología
con el valor agregado de incluir dimensiones
Desde la perspectiva de la psicología social subjetivas como son las motivacionales y
crítica —que aquí asumimos— se constata que orientación de la acción social.
las movilidades sociales constituyen un proce-
En los escritos de Weber sobre la cuestión agraria
so incesante donde las configuraciones identi- la atención a las dinámicas migratorias, como se
tarias están atravesadas por nuevos vínculos y ha dicho, es constante. Y lo que impresiona, en
valores que, combinados con las historias de primera instancia, es la gran lucidez con la que
vida que cada sujeto porta, dan sentido a él, no deteniéndose en la simple dimensión cuan-
titativa del proceso (ni en el evidente poder de
nuevas subjetividades. atracción ejercido por los sueldos más altos de la
industria), pone en el centro del análisis las moti-
Es así que la dialéctica entre las presencias y vaciones subjetivas de los migrantes alemanes.
las ausencias constituye un campo de interés Sobre estas bases los movimientos migratorios se
para la psicología social. Al mismo tiempo, muestran plenamente como movimientos socia-
desde las perspectivas de los movimientos so- les, irreductibles a esa lectura «hidráulica» de las
migraciones, que aún hoy tiene seguidores, que la
ciales, de los sujetos y, en general, de las reduce a simples reacciones «automáticas» a la
comunidades, existen prácticas y discursos acción de factores «objetivos». (Mezzadra, 2005,
que demandan reconocimientos (jurídicos, p. 62).
socioculturales, lingüísticos, de género, o re- El comentario que realiza Sandro Mezzadra
ligiosos) con el fin último de ampliar las coor- (2005) a propósito del abordaje que Max We-
denadas simbólicas y materiales de los senti- ber realizó en su investigación es relevante
dos que adquiere la categoría jurídico-política desde el punto de vista epistemológico y
y también cultural de ciudadanía. también histórico. Viene a cuestionar las in-
terpretaciones economicistas de las migracio-
nes que subordinan las movilidades exclusi-
vamente a efectos en los cambios en los mer-

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cados de trabajo globales; por tanto, brega fuera destinado en Argelia con el objetivo de
por la posibilidad de concebir la autonomía de culminar su servicio militar y donde impartió
las migraciones en relación a supuestos facto- clases e investigó. Al respecto, Sandra Gil
res objetivos. (2010) relata cómo comenzó la relación.
Es a partir de este tipo de investigaciones que en Sayad y Bourdieu comenzaron su relación de
estos años y en continentes distintos —muchas amistad durante la realización de estas investiga-
veces sin conocimiento mutuo— hemos tratado de ciones, que se desarrollaron entre 1959 y 1962.
desarrollar la tesis de la autonomía de las migra- Los grupos de investigación estaban conformados
ciones, queriendo expresar con esta definición por argelinos, franceses, pieds noirs y judíos que
que los movimientos migratorios contemporáneos no se reconocían en una Argelia francesa. Había
no son reducibles a las «leyes» de la oferta y la una gran distancia entre las demandas de la ad-
demanda que gobiernan la división internacional ministración y lo que el grupo realmente investi-
del trabajo. A la vez, la autonomía de las migra- gaba: condiciones de trabajo, de desempleo, de
ciones se refiere al excedente de prácticas y de vivienda, fundamentalmente en el ámbito rural,
demandas subjetivas que se expresan en los mo- pero con especial atención a las transformaciones
vimientos migratorios en relación con las «causas de ese mundo, y al proceso de creación de ba-
objetivas» que los determinan. (Mezzadra, 2005, rrios de chabolas en las regiones urbanas y el
p. 144). desenraizamiento vivido por las familias campesi-
nas. (Gil, 2010, p. 238).
Ahora bien, en favor de la concepción integral
de los procesos migratorios, es necesario re- Su interés por los procesos migratorios y el
conocer la importancia de la autonomía de las vínculo con Pierre Bourdieu se forjan a través
migraciones, pero al mismo tiempo, no se de- de décadas de diálogos y producciones. Esta
bería desconocer cómo los ciclos macroeco- relación incluso está presente en el texto que
nómicos y los procesos políticos son factores seleccionamos para analizar. Previo a su fa-
intervinientes y, en muchos casos, condicio- llecimiento, Sayad, le comenta a Bourdieu
nantes fundamentales de los mencionados acerca de sus apuntes y plan de trabajo que
procesos. no llegaría a concluir, dado su dedicado esta-
do de salud y posterior deceso en marzo del
Tal como observó Weber, y como insiste en su año 1998. Es Bourdieu, pues, quien junto a
comentario Mezzadra, los campesinos debie- algunos colaboradores del Departamento de
ron romper lazos comunitarios, culturales y Sociología del Colegio de Francia y de la Uni-
tradicionales para transformarse en hombres versidad de Rabat realiza la selección de tex-
libres y dispuestos para la aventura de la emi- tos y edición de la publicación, publicándose
gración, así como para la de la proletariza- en 1999. Por su lado, la versión en lengua es-
ción o incluso la de la subproletarización, co- pañola fue realizada por un grupo de investi-
mo en tantas ocasiones ocurría. gadores coordinados por Enrique Santamaría
Entendemos que dar cuenta de estos hechos para la editorial Anthropos y se publicó en el
históricos es imprescindible ya que la natura- año 2011.
leza del propio fenómeno migratorio, en tan- En el libro La doble ausencia. De las ilusiones
to objeto de estudio, tiene un conjunto de del emigrado a los padecimientos del inmi-
dimensiones que desde su naturaleza condi- grado, de Abdelmalek Sayad (2011) el autor
ciona a las perspectivas y herramientas teóri- investiga un conjunto de experiencias de mi-
co-metodológicas de abordaje. grantes argelinos en Francia acontecidas du-
Hacia una sociología de las ausencias rante la segunda mitad del siglo XX. El texto
tiene la virtud de conjugar de buena manera
Abdelmalek Sayad nació en 1933 en Argelia, textos escritos en diferentes tiempos y ade-
país que junto a otros formó parte de las co- más muestra la cocina de su escritura a través
lonias francesas en el Magreb y que lograron de la cual se presentan elucidaciones de or-
su independencia en 1962 luego de ocho años den teórico-metodológico.
de guerra contra Francia. Su biografía tam-
bién tuvo impresa su condición de emigran- En varios capítulos la transcripción y el análi-
te/inmigrante, y en muchos sentidos, las au- sis de las entrevistas dan cuenta del mundo
sencias forman parte de su vida. rural argelino a la vez que muestra los com-
ponentes de un imaginario determinante en la
Durante la década de los cincuenta comienza vida de las personas que emprenden trayecto-
la estrecha relación que durante el resto de rias emigrantes/inmigrantes y también de
su vida mantendrá con Pierre Bourdieu quien

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aquellas otras que se quedaron en sus comu- medida que la invalidez sufrida no le permite
nidades. continuar aportando sustento económico y li-
gado a esta situación emerge el riesgo de que
Por su parte, las vivencias de los emigrantes
la propia vida social sea mutilada.
una vez llegados a Francia, y los ya estableci-
dos son descriptas de forma singular a través Este tipo de ausencia transforma la añoranza
de lo que el autor define como las tres edades en extrañeza. El trabajador migrante pierde
de la emigración. En su análisis se puede su estatus de ser signo de prosperidad y futu-
apreciar cómo las instituciones estatales, la ro para ser el hilo más vulnerable de una
convivencia con coterráneos, el tránsito por compleja red de lazos que se vuelven frágiles.
la ciudad, el conocimiento de las leyes labo- Después del accidente o de la enfermedad, ¿qué
rales generan todo tipo de prácticas y dan es lo que el trabajador inmigrado puede, en defi-
forma a las distintas interacciones y diálogo nitiva, esperar del hospital o de la medicina? El
social con la sociedad de inmigración. inmigrado no espera solamente un restableci-
miento de su salud, espera también, sin duda,
Sayad tiene la habilidad para retratar al au- que se le restituya el antiguo equilibrio en el que
ha vivido hasta entonces. (Sayad, 2011, p. 259).
sente, a sus añoranzas y códigos compartidos
con las comunidades de partida. En tal senti- Esta idea de restitución de lo vivido, o la de
do, lejos de imaginar un transnacionalismo recobrar el tiempo perdido, incluso la restitu-
ideal (con integración socio-lingüística, labo- ción de las relaciones sociales y vínculos fami-
ral, ciudadana, en el que se mantienen las liares, no sólo afecta a la sociedad a la que se
tradiciones como patrimonio biográfico) refle- emigró, sino también a la sociedad de proce-
ja las historias de vida a partir de la extrañe- dencia. Este fenómeno está presente en los
za que genera el hecho de ser algo para al- distintos procesos migratorios.
guien. En tal sentido, los migrantes se trans-
forman en signo de progreso/éxito en tanto Sayad señala que —dejando de lado a aquellas
representan la prosperidad, la aventura y au- movilidades que fueron consecuencia de per-
tonomía desde sus ausencias. Gracias a estas secuciones religiosas o políticas— se mantiene
ocupan un lugar imaginado y deseado, com- la constante en distintos contextos históricos
plejo. de la larga marcha del campo hacia la ciudad.
Su análisis incluye además, una mirada analí-
Este antiguo estado que describe un anciano ha tica hacia lo que denomina los modos de ge-
sido sustituido por otro estado de relaciones en-
tre las generaciones en el que los jóvenes se han neración de la emigración. Acerca de este
constituido en «protectores» de los padres. Si sa- proceso se detiene en analizar la dimensión
bemos lo que los jóvenes (emigrados), cuando polisémica que la categoría generación pre-
cumplen todavía con sus obligaciones, aportan en senta. Interpreta que el término nos remite a
la nueva estructura de distribución de tareas, a
saber: esencialmente recursos monetarios, po- las edades y experiencias históricas de una
demos preguntarnos qué es lo que los mayores determinada población y al mismo tiempo da
devuelven como compensación. Sin duda, para cuenta de un proceso de surgimiento y de
restablecer el equilibrio, deben «pagar» abun- creación sociohistóricas.
dantemente en elogios y en gratificaciones sim-
bólicas –o, por lo menos, deben guardarse de El análisis conjunto de las condiciones diferencia-
abrumar al emigrado cuando está desfalleciendo: les, que han producido tanto diferente «genera-
«desvistiendo a los suyos, uno se desviste», pero ciones» de emigrados (en el auténtico sentido de
esto es cada vez menos suficiente. (Sayad, 2011, conjuntos de emigrados producidos según un
p. 91) mismo modo de generación), y de las clases di-
versificadas de trayectorias (o itinerarios), que
En este contexto, la ausencia es un emergen- realizan en la inmigración esos diferentes tipos
te que a veces se visibiliza y otras veces pasa de emigrados, revela la extrema diversidad de la
a un estado latente. Las ausencias no son con- población de los inmigrados: emigrados que per-
tenecen cronológicamente a la misma fase de
tinuas, más bien están determinadas por si- emigración (i.e., sensiblemente de la misma edad
tuaciones puntuales. Un trabajador puede y del mismo período), pero cuyo modo de genera-
trabajar por años en una mina extrañando a ción ha sido diferente, pueden diferir en todos
su familia que vive en otro país y es parte de sus comportamientos, e, inversamente, emigra-
dos separados en el tiempo pueden estar relati-
su nostalgia, pero cuando ese trabajador tras vamente próximos uno de otros, como si los más
un accidente laboral pierde un miembro y antiguos hubieran sido precursores tanto por la
queda con algún tipo de invalidez, la ausencia génesis de su emigración como por el itinerario
adquiere un significado de naturaleza diferen- de su inmigración. (Sayad, 2011, pp. 59-60).
te. Es una ausencia extrema/radical en la

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Las ausencias como desafío 55

Es precisamente teniendo en cuenta esta di- y Estados Unidos. (Suárez, Macià y Moreno,
mensión que Sayad va a cuestionar el hecho 2007; Varela, 2013).
de que en muchas investigaciones se estudia a
Así mismo, las errancias y los trabajos zafra-
la población inmigrante una vez llegada pero
les —para mencionar sólo dos ejemplos— con-
se desconocen los lazos y realidades de las
tribuyeron y contribuyen a la circulación de
sociedades de procedencia. Al mismo tiempo,
conocimientos, de diversidades culturales,
otras investigaciones se ocupan de las perso-
lingüísticas y religiosas. Para muchos trabaja-
nas que emigran pero tras su partida no es
dores esta situación es sinónimo de explota-
posible acceder a mayor conocimiento, ya
ción y precariedad, pero para el devenir so-
que comienzan a estar en el espacio indeter-
cial ha constituido un proceso de encanta-
minado de los ausentes.
miento de la realidad social en el que se han
La complejidad del fenómeno aumenta si in- materializado históricamente luchas de todo
cluimos una perspectiva geopolítica. En el ca- tipo.
so de la migración argelina a Francia, en la
En relación a la perspectiva metodológica Sa-
segunda mitad del siglo XX y —sobre la cual
yad utiliza como punto de partida una dimen-
trabaja Sayad— es determinante el hecho de
sión crítica ya que entiende que las migracio-
que Argelia haya sido colonia francesa.
nes como campo-tema de estudios sociológi-
La emigración, para no ser una pura «ausencia», cos hacen foco de forma fragmentaria cuando
recurre a una manera de «ubicuidad» imposible,
se analizan a los inmigrantes/emigrantes de-
a una manera de ser que afecta a las modalidades
de la ausencia que ella conlleva (de igual modo jando fuera las procedencias y vínculos con
que afecta a las modalidades de la presencia por las comunidades, formas de hacer y sentir
la que se materializa la inmigración): seguir es- desde donde se emigra.
tando «presente a pesar de la ausencia», seguir
estando «presente aun ausente e incluso allá Para el autor, observar esta dimensión es una
donde se está ausente» —que es tanto como «no práctica que las disciplinas interesadas en la
estar más que parcialmente ausente allá donde se
está ausente»— es la suerte o la paradoja del temática deben asumir pensando tanto en es-
emigrado —y, correlativamente, al «no estar to- te objeto movedizo-dinámico-complejo, así
talmente ausente a pesar de la presencia», a es- como también, en su propio devenir teórico-
tar «ausente (parcialmente) incluso presente e metodológico ya que en cierta medida consti-
incluso allá donde se está presente»—, es la con-
dición o paradoja del inmigrado. (Sayad, 2011, p. tuye una interrogante hacia los nacionalismos
182). metodológicos que se constatan en algunos
programas de investigación. En este sentido,
Esta fragmentación dificulta el reconocimien- en muchas investigaciones es apreciable el
to integral de las migraciones por parte de las sesgo meramente regulador en sus objetivos
disciplinas que se interesan en ellas, pero es- como cuando las líneas de intervención están
to no impide que en tanto fenómeno social dirigidas a integrar burocráticamente a los
continúe su dinámica. Lo cierto es que más migrantes no pudiendo asumir una perspecti-
allá de su reconocimiento, codificación y ex- va compleja e integral de los procesos.
plicación, las migraciones se suceden, asumen
rasgos diversos, cambian de destino y el perfil Por tanto, es de suma relevancia el interro-
de las personas que emigran, son parte de un gante que el autor plantea acerca de la re-
devenir social inacabado y en cierta medida presentación cuantitativa de las ausencias:
indeterminado. Esta tentativa, totalmente loable, tropieza con
un escollo más profundo y, al mismo tiempo,
Por su parte, en tanto movimiento social, sus plantea una excelente reflexión epistemológica
demandas, cuestionamientos, interrogantes y sobre el arte de la estadística y la técnica del
planteos tensionan los marcos jurídicos res- censado: ¿qué significa censar a los «ausentes»?
trictivos paradójicamente con algunas tipolo- Una tentativa semejante parece ignorar que, al
hacer esto, más que medir efectivamente la suma
gías de las movilidades, no con todas, como de los individuos ausentes, lo que registra es su
pueden ser las movilidades académicas o de grado de integración en sus grupos de origen y
los ejecutivos de las empresas globales. por ello la integración de los mismos grupos o, si
se quiere, la memoria que los diferentes grupos
Prueba de esto son las resistencias que se han interrogados han conservado de sus emigrados,
dado en relación a las “leyes de extranjería” memoria que se sabe selectiva y diferencial, de-
terminada socialmente según el sexo, la edad y
en España desde finales de la década de los
toda una serie de otros indicadores sociales (ori-
noventa o las reformas migratorias en Europa gen social, posición social, tamaño de la propie-

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dad y de la posteridad de la persona, prestigio sanitaria, habitacional, lingüística −entre


social, etc.) propios de la persona ausente. (Sa-
otras muchas− de las personas y de las comu-
yad, 2011, p. 176).
nidades desde las que partieron.
Es importante señalar que asociados a los va-
Todas estas razones explican, en cierto modo,
riados procesos de las movilidades contempo- por qué la inmigración no puede concebirse, no
ráneas, como son las migraciones, desplaza- puede realizarse ni perpetuarse más que a condi-
mientos, exilios, éxodos, peregrinajes y no- ción de que descanse en toda una serie de ilusio-
madismos —entre otras formas— para las nes colectivamente mantenidas, compartidas por
todas las partes concernidas. La presencia inmi-
ciencias sociales es imprescindible observar grada, y por lo tanto extranjera, equivale a una
cómo se construyen, emergen y devienen las presencia provisional (en derecho), a una presen-
ausencias. cia subordinada a alguna razón exterior a ella y a
algún fin diferente a sí misma, que se denominan,
Pero en la base de unas y otras se encuentra un aquí trabajo, así como equivale a una presencia
hecho mayor: mientras la inmigración se salda siempre merecedora de la necesidad de una legi-
con una presencia, la emigración se traduce en timación constante (a través de lo que Pierre
una ausencia. La presencia se impone, la ausen- Bourdieu llama el «pensamiento de Estado»). En
cia se constata sin más; la presencia se regula, se tanto que presencia no nacional en la nación, es-
reglamenta, se controla, se gestiona, mientras ta presencia está excluida de lo político. La re-
que la ausencia se disfraza, se colma, se niega. ducción de la inmigración a su sola dimensión
(Sayad, 2011, p. 176). económica es otra de las contradicciones del fe-
nómeno. Y así, la contradicción fundamental de
La realización de entrevistas abiertas y en lo «provisional que dura» se traslada del orden
profundidad muestran cómo son afectados los temporal al orden espacial: ¿cómo continuar es-
roles, los vínculos familiares y comunitarios, tando presente ahí donde se está ausente? (Sa-
yad, 2011, p. 408- 409).
el papel de los sistemas de salud, las relacio-
nes laborales, la burocracia estatal, el acceso A modo de inconclusión
al consumo y todo un conjunto de expresiones
de una subjetividad que se sitúa más allá de En Iberoamérica Sayad no es un autor del cual
los estados nacionales pero que en muchos se tengan mayores referencias. Tal vez la ex-
sentidos está determinada y constreñida por cepción a esta constatación sea Brasil, país al
estos mismos estados y por las relaciones que que Sayad vistió en un par de ocasiones du-
entre ellos mantienen. rante la década de los noventa y en las que
dictó seminarios en la Universidad Federal de
Con los elementos analizados hasta el mo- Río de Janeiro (Gil, 2010, p, 242). El descono-
mento, estamos en condiciones de considerar cimiento de su trabajo se podría explicar por
que de forma indisociable con las movilida- la ausencia de traducciones de gran parte de
des, emergen las ausencias. La partida de la su obra y —a manera de hipótesis— por el he-
comunidad implica dejar un vacío, huellas, cho de que las realidades sobre las que traba-
parte de una vida vivida en común, familiar, ja resultan ajenas y desconocidas. Y no es de-
vecinal y comunitaria. bido esto a que no existan procesos migrato-
Las ausencias generan expectativas y no rios, sino a que hay una especificidad/singula-
siempre éstas necesariamente se relacionan ridad en las movilidades de tipo lingüísticas,
con el retorno de quienes se fueron. De este comunitarias, de los vínculos con las metrópo-
modo, el hecho de que una madre emigrante lis, de las prácticas religiosas, las lealtades
logre establecerse en una sociedad de inmi- familiares, entre otras, que recrean una aje-
gración puede generar la expectativa en sus nidad y desconocimiento a pesar de que las
hijos de acceder a bienes de consumo, mejo- movilidades —en tanto experiencia vital—
rar la vivienda o concluir su educación gracias emparentan a los sujetos de diferentes socie-
a las remesas recibidas. dades y culturas.

No es objeto del presente artículo abordar los El interés de sus planteos —como hemos que-
procesos constitutivos de las identidades; y en rido poner de manifiesto en el presente ar-
particular de las identidades nacionales. No tículo— radica fundamentalmente en su lla-
obstante, se reconoce que esta dimensión es mado de atención de índole epistemológico y
de suma importancia ya que el hecho de ser, su abordaje de la dialéctica de las ausencias-
por ejemplo, un migrante boliviano en Buenos presencias.
Aires o argelino en París es determinante para Para concluir, los interrogantes y señalamien-
la vida social, laboral, jurídica, educativa, tos que compartimos a lo largo de este artícu-

http://quadernsdepsicologia.cat
Las ausencias como desafío 57

lo tienen por objetivo contribuir a la reflexión sociales contemporáneas? (Romano y Santa-


acerca de los sentidos de las alteridades, las maría, 2010).
movilidades y las ausencias, a sumar elemen-
El proceso de construcción de interrogantes —
tos que permitan nuevas figuraciones.
y sus posibles respuestas— sin lugar a dudas es
Nos servimos de legados que, como en el caso polifónico y es ante todo un complejo devenir
de Weber y en mayor medida de Sayad, cons- social inacabado en donde se conjugan acon-
tituyen una herramienta necesaria para favo- teceres históricos, actores sociales y determi-
recer perspectivas emancipadoras y de re- naciones políticas.
creación de la imaginación sociológica aplica-
Este conjunto de interrogantes constituyen
da a los desplazamientos y alteraciones socia-
una sistematización de algunos elementos que
les.
puestos en perspectiva tienen por fin contri-
A partir de algunos elementos que hemos ana- buir a la reflexión crítica sobre la perspectiva
lizado en párrafos anteriores, surgen un con- metodológica de las investigaciones y las arti-
junto de nuevos interrogantes que están pre- culaciones disciplinarias, y así (re)conocer las
sentes en el campo de estudio. Un primer ausencias y a los ausentes y los retos que con
conjunto se relaciona con la gestión política respecto a su conceptualización nos plantean.
que se realiza, tanto de los países de partida
como de los de llegada. Como ya señalamos, Referencias
los fenómenos asociados a las movilidades se Abellán, José Luis (1983). De la guerra civil al exil-
estudian de forma fragmentaria pero sumado io republicano (1936-1977). Madrid: Mezquita.
a esto cabe preguntarse si: Agamben, Giorgio (2004). Estado de Excepción
¿Acaso las políticas migratorias, educativas, (homo sacer II, 1). Valencia: Pre-textos.
sanitarias, laborales, de vivienda (cuando las Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
hay) no parten de supuestos socio-culturales Refugiados (2014). ACNUR. Tendencias globales.
que no se corresponden con realidades que Desplazamientos forzados en 2014. Madrid: Au-
como en el caso de los arraigos dejarían lugar tor. Recuperado de
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Al respecto, cabe recordar desde el punto de es/2015/10072
vista económico-político el hecho paradójico
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los migrantes deben favorecer el arraigo o 56, 11-16
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http://quadernsdepsicologia.cat
Las ausencias como desafío 59

JAVIER ROMANO SILVA


Profesor, Instituto de Psicología Social, Facultad de Psicología, Universidad de la República (Uruguay).

DIRECCIÓN DE CONTACTO
jromano@psico.edu.uy

FORMATO DE CITACIÓN
Romano Silva, Javier (2015). Las ausencias como desafío para la conceptualización de las movilidades
sociales contemporáneas. Quaderns de Psicologia, 17(2), 49-59.
http://dx.doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1299

HISTORIA EDITORIAL
Recibido: 02/09/2015
1ª Revisión: 10/11/2015
Aceptado: 08/12/2015

Quaderns de Psicología | 2015, Vol. 17, No 2, 49-59

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