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¿Qué es la astrología?
La astrología es un arte interpretativo, que a partir de símbolos y como
se representan en el espacio podemos comprender distintos niveles, nos
permite entender discriminando diferentes planos que se corresponden
entre sí. El diferenciarlos no implica separarlos, esto es clave para la lectura
de una carta natal. Si bien en principio entenderemos las premisas por
separado, iremos avanzando a una integración de las mismas. La astrología
es la observación de los astros, con una lógica y un razonamiento que nos
permiten descifrarlos. Los símbolos astrológicos representan principios
energéticos, vivencias psicológicas, acontecimientos.

Tendremos varias ramas de la astrología:

Astrología mundana: la rama más antigua conocida, se encarga del


estudio de territorios, países, así como de gobernantes. El enfoque es más
hacia el colectivo que a lo individual. El interés está en comprender ciclos y
movimientos a largo plazo, entendiendo los cambios sociales y las tendencias.

Astrología médica: esta rama permite obtener un conocimiento profundo


sobre enfermedades, causas, orígenes, tendencias médicas en la persona.

Astrología electiva: sirve para determinar un momento apropiado para


comenzar negocios, firmar contratos, tener entrevistas, entre otras cosas.

Astrología predictiva: se busca dar un pronóstico, dar respuestas a diferentes


necesidades o situaciones. Por ejemplo: revolución solar, tránsitos, revolución
lunar, o la misma astrología natal.

Astrología psicológica: esta es una rama moderna de la astrología, que se


basa en las premisas de la psicología jungiana, dándonos un estudio de la
personalidad a través de la carta natal.

A su vez también tenemos que entender que existen varios tipos de astrología,
por ejemplo: nosotros nos basamos en la astrología que toma el horóscopo
tropical, que tiene que ver con la precesión de los equinoccios; mientras que
la astrología védica, toma el horóscopo sideral. En el Zodiaco tropical, el paso
del Sol por el equinoccio tropical (primer punto de Aries) marca el comienzo
del año tropical (año estacional), cuya duración es de 365 días, 5 horas, 48
minutos y 46 segundos. El año sideral, que es el año real, es el período de
tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta completa alrededor del Sol o,
en otras palabras, es el tiempo que tarda el Sol en volver exactamente a la
misma posición relativa con respecto al fondo de constelaciones que se ven
desde la Tierra. Debido a que el Primer punto de Aries no es «fijo», debido
al movimiento de precesión, el año sideral es 20 minutos más largo que el
tropical: dura 365 días, 6 horas, 9 minutos y 9 segundos. El Zodiaco tropical
es el que utilizan la mayor parte de los estudiantes de astrología, aunque hay
una escuela de pensamiento que considera más apropiado usar el Zodiaco
sideral o fijo. También existe otro que se llama astrología dracónica, los
cálculos en este caso se basan en un punto matemático lunar. Si bien parecen
muy dispares, los tres tipos pueden ser trabajados en conjunto.

¿Qué es la carta natal?


La carta natal podemos decir que consiste en un mapa, este mapa nos
marcará un territorio, este se construye a partir de la hora, fecha y ubicación
de nacimiento. Nos mostrará este dibujo la posición de los planetas respecto
a la tierra. La carta, actualmente -y digo actualmente, ya que en Grecia solía
representarse con un cuadrado- es un mandala, la forma que tenemos de
representarla es circular, esto ya nos da un poco de información de cómo se
presentará en nuestra vida. El circulo como representante de los períodos
cíclicos. También el que se represente de esta forma nos habla de que no hay
un punto de partida y un punto de llegada, los aprendizajes se manifiestan
en distintos niveles a medida que avanzamos y desarrollamos miradas más
amplias sobre los eventos que vivimos.

Es importante entender que la carta natal se nos presenta como este mapa,
pero que también vamos a ir trazándolo a medida que nos comprendemos
a nosotros mismos en mayor profundidad. La carta nos puede indicar,
pero no nos impone nada. Y comprender la carta también nos ayuda a
entender que somos parte del universo, no sólo estamos en él, sino que lo
conformamos, y este ser parte nos ayuda a comprender también el principio
de correspondencia, ese del que habrá escuchado hablar “como es arriba es
abajo, como es adentro es afuera”, este principio implica que las situaciones
se suceden en sincronía, de manera simultánea. Es decir, que nuestra
energía tiene una impronta en el universo, esta marcada por un ritmo, ese
ritmo a su vez se va desafinando en nuestros condicionamientos. ¿A qué me
refiero? Nosotros podemos sufrir ciertas incomodidades, sufrimos frente
a acontecimientos, a partir de los condicionamientos que heredamos, las
condiciones históricas, la imagen e identificación que tenemos de nosotros
mismos. Alejandro Lodi1 explica que se genera esta distorsión respecto de
nuestra naturaleza auténtica, por lo que en el viaje vamos despertando la
consciencia de quienes somos, sobre todo a través del contraste de aquello
que no somos y también de lo que hemos creído ser. Alejandro también
explica que es a través del principio antes mencionado que empezamos a
entendernos parte y a generar vínculos y relaciones donde nuestra percepción
a veces entiende la separación. Es por eso también que podemos entender
que nuestra carta tiene relación con el entorno en el que vivimos.

Otro principio que tocaremos con la astrología es el principio de polaridad,


que nos habla de que todo tiene una dinámica que se expresa en dos
movimientos, una dirección y su dirección compensatoria, u opuesta.

La forma que abordaremos la carta natal nos ayudará a reunir estos opuestos
aparentes y comenzar a entenderlos como complementarios, parte de lo
mismo. Parte de nuestro sufrimiento se vincula a lo que nuestra consciencia

1 lodi, alejandro, Astrología, consciencia y destino, buenos aires: kier 2020


deja afuera en la identificación. En parte nuestro acercamiento a la astrología
tendrá que ver con la capacidad de abrirnos para reconocer que el destino
del cual podemos sentirnos víctimas en realidad nos permite resignificar
nuestros puntos de vista, comprendiéndonos en una mirada más amplia.

Nos permite, a su vez, comprender los procesos internos y externos por los
que nos vemos atravesados.

La carta natal puede ser divida en diferentes niveles para su interpretación:


los signos, los planetas y las casas. A manera de introducción veremos un
poco más de su funcionamiento y lo que cada parte representa.

Planetas
Los planetas en la carta natal representarán funciones psíquicas que nos
permiten comprender la estructura mental. Entendemos a los planetas como
personajes dentro de nosotros, representan una determinada característica
dentro de nuestra personalidad, podríamos decir que es el “qué”, el que nos
da cierta característica. Estudiando estos planetas podremos entender las
dinámicas de la personalidad del individuo, las formas de actuar, cómo se
comporta en distintos ámbitos, así como talentos y desafíos personales.

MC

Los planetas y
luminarias
Sol
Luna
Mercurio
i
x ix
v Venus
x

iii

AC DC Marte
vii vi
xii
I

v
i

Júpiter
i
iii iv

Saturno
Urano
Neptuno
Plutón

IC
Los planetas van moviéndose por las constelaciones en sentido antihorario. A
estos podremos dividirlos de acuerdo con la velocidad en la que se mueven.

Veremos que los planetas tienen ciclos que nos hablan de cuánto tarda un
planeta en dar la vuelta al zodíaco desde la perspectiva de la tierra. Veamos
cada uno desde el más rápido al más lento:

Luna: 2, 2 ½ por signo, 28 días el ciclo completo.


Sol 30 días por signo, 365 días el ciclo completo
Mercurio: entre 28 a 40 días por signo.
Venus: 28 a 40 días.
Marte: 40 días aproximadamente.
Júpiter: 6 a 18 meses por signo
Saturno: 2, 2 ½ años por signo, 28 años aproximadamente el ciclo completo,
“el retorno de saturno”
Urano: 7 años por signo, 84 años el ciclo completo.
Neptuno: 15 años por signo, 180 años el ciclo completo.
Plutón: 25 años por cada signo, 300 años el ciclo completo.

La velocidad nos permite clasificarlos en tres conjuntos:

Planetas personales: Luna, Sol, Mercurio, Venus y Marte. Son los que se
mueven más rápido, son los personajes que mas usamos, los que determinan
características propias de nuestra personalidad.
Planetas sociales: Júpiter y Saturno. Son ciclos más largos, nos hablan de
características individuales, como grupales, en relación con la sociedad.
Tendrán relación al entorno y cómo me relaciono con la sociedad.
Planetas transpersonales: Urano, Neptuno y Plutón. Son planetas
generacionales, muestran una característica de la generación, de forma
colectiva. Son fuerzas que representan algo más allá del yo individual.
También son planetas que nos ayudan a la evolución. En la carta natal será
importante identificar la casa del planeta, ya que el signo nos hablará de
características más sociales.

A grandes rasgos podemos entender qué representa cada planeta:


Sol: identidad, esencia, centro.
Luna: seguridad emocional, forma de expresar las emociones.
Mercurio: aprendizaje y comunicación.
Venus: placer y atracción, valoración.
Marte: acción, defensa.
Júpiter: expansión, estudios, filosofías.
Saturno: estructuras, disciplina.
Urano: libertad, la originalidad.
Neptuno: espiritualidad.
Plutón: transformación, poder.
¿Qué pasa cuando un planeta está retrógrado?

Decimos que un planeta retrograda cuando desde la tierra parece que


retrocede. Tenemos que comprender que este fenómeno, no es más que
una ilusión óptica que se produce por los diferentes movimientos planetarios
y sus velocidades. Hay varias teorías sobre la retrogradación de los planetas.

Una de ellas nos dice que cuando un planeta está retrógrado la energía
tiende a interiorizarse, este planeta, al igual que su movimiento que parece
ir hacia atrás, se mueve de forma interna y cuesta expresarlo hacia afuera. La
persona hace un proceso interno de esta función psíquica, aprendemos de
ella, reflexionamos de su energía y cómo manifestarla.

Otra corriente, nos habla de una energía que pasa por procesos de
bloqueos, donde por momentos hay mayor facilidad conectar con ella y por
momentos es más difícil o no encontramos una forma certera de hacerlo.
Puede hablarnos de una época de aprendizaje de esa energía, en la cual
experimentamos con ella y a partir de eso logramos hacer una especie de
maestría, esto se ve sobre todo en cartas progresadas donde el planeta
avanza un día cada año que pasa de nuestra vida, en un punto abandona su
retrogradación y se ve en ese tiempo la expresión máxima.

También podemos verlo desde una experiencia kármica, que nos conectan
con una reflexión interna, a algo que se vivió anteriormente, aunque no
tengamos un registro consciente de esto.

Cuando tenemos planetas retrógrados en la carta natal serán de mayor


relevancia los que sean personales, ya que son estos planetas los que juegan
funciones mucho más cercanas en nuestras experiencias diarias. Aprender
a reconocer la energía del planeta será necesario para poder manifestarla.

¿Cómo se relacionan los planetas entre sí?

Podemos ver la relación que tienen los planetas cuando entendemos los
aspectos, veremos que estos pueden ser armónicos o disarmónicos, los
primeros se potenciarán entre sí aunque también traerán pasividad, mientras
que los otros generarán tensión, conflicto, dinamismo.

Dignidades y regencias planetarias

Las regencias son una manera de definir con qué signo se asocia cada
planeta de manera más armónica, entendiendo en qué signo se encuentra
más cómodo o en el lugar adecuado cada planeta. Desde la astrología clásica
entendemos que cada signo tiene un planeta que lo rige, decimos que se
encuentra en domicilio, y el signo opuesto es donde se encuentra en exilio.

Si quisiéramos entender esta energía podríamos hacerlo también como las


estaciones, cuando el planeta está en domicilio, es decir en el signo que
rige entonces está en el verano, el apogeo de su energía. Si está en exilio,
es decir el signo opuesto al regente, entonces está en invierno, en su punto
más débil.
Entonces cuando el planeta está en domicilio, es decir, está en el signo que
rige, este planeta se encuentra “cómodo” ya que el signo le permite expresar
sus características sin demasiadas complicaciones.

Cuando está en exaltación este planeta se encuentra en las mejores


condiciones, ya que la energía del signo complementa la función del planeta
y este puede “dar lo mejor de si”. Pero también puede tender a exagerar sus
cualidades sin llegar a expresar todo lo que promete.

Si está en exilio, el planeta se siente en un signo “hostil” siente que no se


puede expresar de la forma que quiere, de la forma natural que se expresaría
el planeta. De igual forma, esto se vuelve un escenario interesante al igual
que cuando se encuentra en caída -este también representa un escenario
desfavorable, porque le será difícil expresare-, ya que el planeta tendrá que
“aprender” a expresarse en un terreno que no le es cómodo ni familiar, por lo
que sabrá hacer convivir estas características que parecen ser tan dispares.
De alguna forma es como si aprendiera a unificar los hemisferios del cerebro.

Esto no es determinante ya que la energía también estará determinada por


ejemplo por los aspectos que reciba y la casa en la que se encuentre. Entender
las regencias planetarias nos ayudará a comprender la carta en mayor
profundidad, ya que entenderemos a partir de esto cómo se manifiestan
ciertas energías. Por ejemplo, podemos comprender qué sucede con las
casas vacías, cuando hay una casa en la carta natal sin ningún planeta,
podemos ver en qué signo se encuentra la cúspide de esa casa y ver cómo se
manifiesta esa energía por medio del planeta que lo rige. Lo mismo sucede
con el ascendente, podemos darnos una idea general si tenemos en cuenta
dónde se encuentra el planeta que rige al ascendente.

Signos
Lo primero que vemos alrededor del mandala zodiacal son los doce signos
del zodíaco, cada signo se compone de 30°, para formar entre todos los 360°
que responden al círculo.

Cada signo representa un salto evolutivo del anterior, a medida que


avanzamos en la rueda nos encontramos con este avance. Podemos dividir
los signos en sus elementos y modalidades:

Signos de fuego: Aries (cardinal) ímpetu, impulso, acción, un golpe


energético que mueve la realidad; Leo (fijo) irradiar, firmeza en si mismo,
confianza, expresión individual y creativa. Sagitario (mutable) movimiento
de búsqueda, aventura, confianza, entusiasmo.

Signos de tierra: Tauro (fijo) conexión con el cuerpo, desarrollo orgánico,


capacidad de materializar; Virgo (mutable) mente racional, entendimiento
de la materia, capacidad de adaptación; Capricornio (cardinal) metas y
objetivos para materializar en la realidad, construcción en la sociedad.
Signos de Aire: Géminis (mutable) comunicación, aprendizaje, adaptación
mental, rapidez; Libra (cardinal) sociabilización del aire, diálogo, comunicación
con el otro, generación de puentes; Acuario (fijo) manifestación de las ideas,
ideas originales.

Signos de Agua: Cáncer (cardinal) emoción, vulnerabilidad, nutrición,


generación de espacios contenedores; Escorpio (fijo) emoción que ebulle,
interna, emociones fuertes; Piscis (mutable) espiritualidad, conexión y
disolución, adaptación al ambiente y a otros.

Entonces los signos van a representar cómo se manifiesta esa energía a


través de los planetas o en los escenarios planteados por las casas.

MC

Los 12 signos
Aries
Tauro
Géminis
Cáncer
x ix
Leo
v
Virgo
i
x

iii

AC DC
vii vi
xii

Libra
I
ir

i v
iii iv

Escorpio
Sagitario
Capricornio
Acuario
Piscis

IC
Casas
El tercer nivel de lectura de la carta corresponde a las casas, estas
representarían el “dónde”, son doce áreas de la vida de la persona que
se asocian a diferentes aspectos, a la vida individual, a los vínculos, a la
creatividad, etc. Nos movemos en el mundo en estos escenarios. A partir
de la carta, de los planetas y sus aspectos, veremos qué áreas de la vida es
necesario desarrollar, en cuáles fluimos, cuáles presentan mayores desafíos,
dónde nos sentimos más cómodos, etc.

x ix
i v
x

iii
vii vi
xii
I

v
i

i
iii iv

Casa I: nos habla de la individualidad, es el escenario del ascendente, la


capacidad de salir al mundo, la apariencia.

Casa II: economía, recursos, valor personal, relación con lo material, con el
dinero, dones para generar abundancia.

Casa III: apertura al aprendizaje, comunicación, transmisión de lo que uno


sabe, entorno inmediato.
Casa IV: fondo del cielo, familia, el hogar, el refugio emocional, el espacio
seguro, experiencias en la infancia y vejez. Relación con el padre, la madre.

Casa V: creación y disfrute, conexión con el corazón, autoexpansión creativa,


relación con hijos, el placer, las creaciones.

Casa VI: salud, trabajo, empleados, empleadores, rutinas, hábitos,


autocuidado, servicio. Labor rutinaria.

Casa VII: pareja, vínculos, compartir con otro.

Casa VIII: intimidad profunda con otro, experiencias traumáticas, energía


compartida con otros, herencias,

Casa IX: el sentido de la vida, la búsqueda para encontrarme, creencias,


relación con las creencias de otros.

Casa X: medio cielo, vocación, logros laborales, profesionales, éxito social y


aporte a la sociedad.

Casa XI: grupos, colectivos, personas que se reunen con objetivos comunes,
ideales.

Casa XII: estado prenatal, uterino, conexión con el Yo, con el inconsciente
más profundo, linaje de ancestros.

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