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LÓGICA I

TEMA 1: Verdad y validez. Lenguaje natural y lenguaje formal.

Distinción entre lenguaje natural y lenguaje formal: Al lenguaje que empleamos para hablar acerca
de otro lenguaje le llamamos “metalenguaje” de este último. Y a este último le llamamos “lenguaje-
objeto”.

La distinción entre lenguajes naturales y lenguajes artificiales es a primera vista muy clara. Los
lenguajes naturales los heredamos. Los lenguajes artificiales los construimos. Los lenguajes
naturales son las lenguas, creadas y recreadas constantemente por la especie en el transcurso de
muchos siglos y transmitidas a cada individuo en el transcurso de pocos años. Los lenguajes
artificiales son por lo general lenguajes de precisión, medios artificiosos de expresión construidos
por los científicos a fin de poder formular con mayor justeza las relaciones entre los objetos
estudiados por sus ciencias respectivas.

Verdad y validez: Decimos que es válido un argumento cuando:


(a) si sus premisas son verdaderas su conclusión tiene que ser forzosamente verdadera.
(b) no es posible que las premisas sean verdaderas y la conclusión falsa.
Para que un argumento sea válido, no se requiere que la conclusión sea de hecho verdadera. La
validez lo que hace es excluir la posibilidad de que las premisas sean verdaderas y la conclusión
deje de serlo.

TEMA 2: Operadores lógicos proposicionales. Reglas de formación de fórmulas.


Formalización del lenguaje natural.

El lenguaje de la lógica de enunciados, también llamada lógica proposicional, o lógica de


conectores está diseñados para estudiar precisamente este tipo de enunciados veritativo-funcionales.
Dicho lenguaje contiene los siguientes elementos:
1. Variables enunciativas: p, q, r, s …
2. Conectivas: ¬, ^,v,-> y <->.
3. Símbolos de puntuación: (, [, {, ), ] y }.
Las variables enunciativas o letras de enunciado pueden utilizarse para representar enunciados
simples del lenguaje natural.
Las conectivas que aparecen en este vocabulario son: negación, conjunción, disyunción, condicional
y bicondicional.

TEMA 3: Métodos de evaluación semántica: Tablas de Verdad y Árboles Semánticos.

Tablas de Verdad: Las tablas de verdad es un método que nos permite averiguar de un modo
mecánico el valor de verdad de una fórmula molecular para todas y cada una de las interpretaciones
posibles de sus fórmulas constituyentes. Para construir una tabla de verdad de una fórmula
molecular y así poder determinar o decidir su valor de verdad, hemos de empezar por determinar
cuántas posibilidades veritativas hay, o lo que es lo mismo, cuál es el número de interpretaciones
posibles. Esto es función del número de fórmulas constituyentes de la fórmula compuesta (2^n para
n constituyentes). Una vez escritas las interpretaciones posibles, según el número de componentes,
en sucesivas columnas (una para cada componente), se van resolviendo las columnas
correspondientes a cada subfórmula de acuerdo con la definición semántica de la conectiva que
contenga hasta llegar a la fórmula final.

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Tipos de fórmulas: Las fórmulas compuestas que son verdaderas sean cuales sean los valores de
verdad de sus elementos componentes reciben el nombre de tautologías. En el extremo opuesto al
de las tautologías están las contradicciones. Se denominan así aquellas fórmulas compuestas que
son falsas sean cualesquiera que sean los valores de verdad de sus componentes. No todas las
fórmulas son o bien tautológicas o bien contradictorias. Las fórmulas compuestas que son
verdaderas en algunas circunstancias y falsas en otras reciben el nombre de contingencias.

Contraejemplo: Si hallamos un ejemplo de argumento con una estructura tal que partiendo de
premisas verdaderas podemos llegar a inferir una conclusión falsa, mostramos que semejante forma
de inferencia no es válida ni, por tanto, ninguno de los argumentos con dicha forma. Dichos
ejemplos reciben el nombre de contraejemplos.

Deducción Natural: La deducción natural nos permite determinar la validez de los argumentos
mediante la construcción de una deducción correcta desde las premisas hasta la conclusión, pero no
nos sirve para determinar su invalidez.

Árboles Semánticos: El método de árboles semánticos vale tanto para validar como para invalidar
argumentos, pero, dado que consiste en la búsqueda sistemática de contraejemplos para el
argumento, el objetivo directo de este método es la invalidación del argumento que estamos
examinando. El método consiste en la descomposición de una fórmula o conjunto de fórmulas hasta
alcanzar fórmulas atómicas o negaciones de fórmulas atómicas. Las reglas de cálculo son reglas de
eliminación de operadores y las podemos reducir a dos reglas básicas: la eliminación de la
conjunción y la eliminación de la disyunción. Una vez terminado el árbol, se pueden presentar tres
casos:
1. Todas las ramas contienen contradicción, están cerradas.
2. Ninguna rama contiene contradicción, todas están abiertas.
3. Algunas ramas contienen contradicción y otras no.
Sólo la primera de esas posibilidades nos ofrece información semántica completa: nos dice que la
fórmula que está en el origen del árbol es una fórmula contradictoria y, por tanto, su negación (que
es la fórmula que examinamos indirectamente) es una fórmula válida; si lo que estamos examinando
es un argumento, el árbol con todas sus ramas cerradas nos dice que es un argumento correcto, que
no existen contraejemplos para él.

TEMA 4: Métodos de evaluación sintáctica: Deducción Natural. Reglas básicas y derivadas.

Deducción Natural: El método de deducción natural es un método muy próximo al modo de


argumentación en el lenguaje ordinario, en el que se muestra paso a paso que el compromiso con
una afirmación (o varias) conlleva el compromiso con otras afirmaciones que se siguen de ella; la
aceptación de alguna verdad nos obliga a aceptar alguna otra verdad. Contamos con un conjunto de
reglas básicas que nos permiten obtener nuevas fórmulas a partir de otras. El argumento será válido
si logramos construir la conclusión a partir de las premisas aplicando dichas reglas. Con la
aplicación de las reglas vamos haciendo explícito y justificando el camino que lleva desde las
premisas hasta la conclusión.

Reglas básicas: Las reglas básicas son modelos de deducciones básicas correctas: indican qué
fórmulas son conclusiones correctas de qué premisas. Contamos con cuatro reglas básicas para la
introducción de nuestro cuatro operadores básicos (¬, v, ^ y →) y con cuatro reglas más para su
eliminación.
Reglas derivadas: Las reglas derivadas se pueden entender como abreviaturas de deducciones en las
que se utilizan únicamente reglas básicas. Hay encadenamientos de deducciones básicas que se

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utilizan con bastante frecuencia y, para no tener que escribirlas cada vez que las vayamos a utilizar,
las abreviamos mediante reglas derivadas.
Distinción entre condicional e implicación: Condicional e implicación son nociones situadas en
niveles distintos de lenguaje. 'si p, entonces q' y 'p implica q' significan cosas distintas. Cuando
decimos 'si p, entonces q' estamos usando el lenguaje (el lenguaje de la lógica de enunciados) para
expresar que lo enunciado por p es condición suficiente de lo enunciado por q, es decir para
expresar una relación entre enunciados. En cambio, cuando decimos 'p implica q' estamos usando el
metalenguaje del cálculo de enunciados para expresar una relación no entre enunciados, sino entre
nombres de enunciados, y en este sentido lo correcto estrictamente sería decir ''p' implica 'q''.
Cuando decimos 'si p, entonces q', estamos diciendo que si se da el hecho enunciado por el
antecedente, entonces se dará el hecho enunciado por el consecuente. Cuando decimos ''p' implica
'q'' estamos diciendo que la verdad del antecedente implica la verdad del consecuente. Hay, sin
embargo, entre uno y otro concepto, una relación que merece la pena señalar. Condicional e
implicación se relacionan del siguiente modo: cuando un condicional es lógicamente verdadero, se
puede decir que su antecedente implica a su consecuente.
TEMA 5: Conceptos básicos del cálculo axiomático: axiomas, teoremas y reglas de
transformación.
La forma clásica de formalización es la forma axiomática. Los lenguajes formalizados toman a
menudo la forma de sistemas axiomáticos. Una teoría es un conjunto de enunciados verdaderos
relativos a un determinado campo de problemas. Axiomatizar una teoría no es, entonces otra cosa
que organizar ese conjunto de enunciados de tal forma que, partiendo de algunos de sus miembros
(los llamados “axiomas”), y mediante la aplicación de una serie de reglas de transformación, se
puedan derivar los restantes enunciados de la teoría (a los que llamaremos “teoremas”). Axiomas y
teoremas son expresiones del cálculo, fórmulas redactadas en el lenguaje del cálculo. Las reglas de
transformación, no: en cuanto a reglas para inferir unas expresiones de otras, han de hacer mención
de esas expresiones, y sabemos que sólo en un metalenguaje se pueden mencionar los signos de un
lenguaje. Pertenecen pues, esas reglas al metalenguaje del cálculo.
Distinción entre cálculo natural y axiomático: La lógica sería la teoría de la construcción de
cálculos, y a la vez el resultado de interpretar con nociones lógicas algunos de esos cálculos por ella
misma construidos. Con otras palabras: si la lógica se presenta ella misma como un lenguaje
formalizado, la lógica puede emplearse también como instrumento para formalizar otros lenguajes.
En el cálculo axiomático todo queda dentro del reino de la pura lógica: las nociones fundamentales
del sistema eran nociones lógicas (enunciado, negación, disyunción); de carácter lógico eran
también los enunciados de partida del sistema, los axiomas; y los teoremas eran tautologías,
verdades lógicas, formulaciones de esquemas válidos de inferencia. Pero bien pudiera ocurrir que la
teoría a formalizar no fuera una teoría lógica. Que ni sus nociones fueran nociones lógicas, ni sus
enunciados leyes lógicas, sino, por ejemplo, enunciados de la mecánica celeste, o de la genética, o
de la teoría del aprendizaje. No se trataría, en estos casos, de una formalización de la lógica, sino de
la formalización de una cierta teoría por medio de la lógica. Al desbordar el ámbito de la lógica pura
y aplicar el cálculo a una materia extralógica, nos encontraremos con que los enunciados de partida
del cálculo no serán ya verdades lógicas, sino, para decirlo de modo simplista, verdades materiales
de la teoría en cuestión. Verdades materiales serán también los teoremas. Y la lógica no estaría, por
lo tanto, ni en el punto de partida ni en el punto de llegada, sino a lo largo del camino: en la
regulación de los procesos de deducción entre esos enunciados que no le pertenecen. Y a este uso de
la lógica le denominamos cálculo natural.

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