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### Capítulo 2: La Verdad Oculta

Después de la tensa confrontación en el bosque, Sophia decidió llevar al hombre, que se


identificó como Lucas Gray, a un lugar seguro donde pudieran hablar sin temores de ser
interrumpidos. En el sótano de una vieja cabaña abandonada que había preparado para
situaciones potencialmente peligrosas, Sophia esperaba encontrar respuestas.

Una vez allí, con el hombre ya más calmado y en su forma humana, Sophia comenzó a
interrogarlo. Lucas, visiblemente agotado y confundido, relató cómo había sido mordido
por un lobo enorme y extraño durante una excursión de camping en los montes
Apalaches hace algunos años. Desde entonces, cada luna llena se convertía en una
tortura, una transformación involuntaria que lo dejaba exhausto y, a menudo, bañado en
recuerdos borrosos de violencia y terror.

“Cada vez que intento huir, termino atrayendo más problemas. Nunca quise hacer daño
a nadie... solo quiero que esto termine,” confesó Lucas con la voz quebrada.

Sophia, usando su entrenamiento tanto en perfiles psicológicos como en lo paranormal,


entendió que Lucas era una víctima tanto como lo eran aquellos que había atacado,
aunque involuntariamente. Su mente se enfocaba en encontrar una solución que ayudara
tanto a Lucas como a asegurar la seguridad del pueblo.

“Lucas, hay personas que pueden ayudarte. Conozco a expertos en criaturas como tú, y
hay tratamientos que podemos intentar,” dijo Sophia, aunque sabía que el camino no
sería fácil ni garantizado.

Decidida a ayudar a Lucas y a prevenir más tragedias, Sophia contactó a un viejo


conocido de la academia, el Dr. Alan Rickman, un biólogo especializado en
criptozoología. Explicó la situación, asegurándose de omitir detalles que pudieran poner
en riesgo la vida o la seguridad de Lucas, y arregló un encuentro.

Mientras esperaban la llegada del Dr. Rickman, Sophia pasó tiempo con Lucas,
intentando entender mejor su condición y estabilizar su estado emocional. Durante esos
días, descubrió que Lucas no era solo una bestia durante la luna llena; era un hombre
con sueños, esperanzas y un profundo arrepentimiento por las cosas que había hecho
mientras estaba transformado.
Cuando el Dr. Rickman llegó, trajo consigo no solo su experiencia sino también
antiguos textos y artefactos que, según él, podrían contener la clave para controlar, si no
curar, la licantropía. Uno de estos artefactos era un amuleto antiguo, supuestamente
capaz de suprimir la transformación si se usaba correctamente.

“Vamos a intentarlo esta misma noche,” anunció el Dr. Rickman, mirando atentamente
el calendario lunar. “La luna llena es mañana, y será la prueba perfecta para ver si este
amuleto realmente funciona.”

Sophia y Lucas accedieron, ambos conscientes de los riesgos pero desesperados por
encontrar una solución. Prepararon todo en la cabaña, asegurándose de que Lucas
estaría seguro si las cosas no salían como esperaban.

Esa noche, bajo el resplandor plateado de la luna llena, todos contuvieron la respiración
mientras Lucas, con el amuleto alrededor del cuello, esperaba el momento que tanto
temía cada mes. Los minutos pasaron lentamente, y, sorprendentemente, no hubo
cambio. Lucas permaneció humano, mirando sus manos como si por primera vez en
años, pudiera confiar en sí mismo.

Sophia, aliviada pero cautelosa, sabía que esto era solo el primer paso en un largo
camino, pero un paso que finalmente parecía llevar en la dirección correcta. Con el
amuleto funcionando, podrían planear el siguiente paso en el tratamiento y
rehabilitación de Lucas. Pero en el fondo, Sophia sabía que la lucha contra lo
paranormal siempre traía sorpresas y que debían estar preparados para cualquier
eventualidad.

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