Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RECHAZADA POR MI COMPAÑERO ALFA377 - Jaymin Snow
RECHAZADA POR MI COMPAÑERO ALFA377 - Jaymin Snow
ALFA
Un romance de cambiaformas con
pareja rechazada
(La serie Rechazo)
JAYMIN SNOW
Copyright 2024 by Jaymin Snow
All rights reserved.
No part of this book may be reproduced in any form or by
any electronic or mechanical means, including information
storage and retrieval systems, without written permission
from the author, except for the use of brief quotations in a
book review.
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 1
Seline
Ya no es problema mío.
—Marchando.
Y odio equivocarme.
—¿Necesitas ayuda?
No estoy sola.
Me encojo de hombros.
Seline
—¿Estás bien?
—Sí.
—Me lo imaginaba.
Me encojo de hombros.
—¿Y humanos?
Alfa.
—Debería volver.
*** ***
Sonrío aliviada.
Parpadeo.
—¿Esperándome a mí?
¡Mierda!
—¿Amigos tuyos?
—Algo así.
Seline
Gruño.
—Oh.
—Ya veo.
—He oído que ya conoces a Austin, nuestro alfa. Yo soy
Jason, su segundo al mando. Ellos son Ray y Seth, y este de
aquí es Lexion. Le llamamos Lexi para abreviar.
*** ***
—Mierda... ¿qué...?
—¿Qué demonios?
—Venganza, gilipollas.
¡Maldita sea!
—¡Seline!
¿Austin?
Capítulo 4
Seline
—¡Seline!
—Yo...
Su voz es dura.
Sea cual sea la razón para ello, no puede ser nada bueno.
Compañeros predestinados.
—¿Austin?
—¿Qué?
Quiero rendirme.
Seline
—¿Qué ha pasado?
Le cubro la mano.
—Está curada.
—¿Podemos sentarnos?
Parece sorprendida.
—Cualquier cosa.
—No, no creo que sea así. Creo que, en algún lugar del
camino, sobre todo para las personas que más sufren, hay
un gran amor esperándolas ahí fuera. Y cuando se topan
con ese amor, se olvidan de lo terrible que era su vida.
Sollozo con los sonidos rotos de una niña que una vez
más ha sido desechada por alguien que creía que la querría.
*** ***
Ira.
Así que lo dejo estar por unos días, dejando que mi furia
se acumule y supure hasta tener la confianza suficiente
para enfrentarme al hombre que me rechazó tan
brutalmente.
Se me presenta la oportunidad una semana más tarde,
tras acabar mi turno en el Benny’s, cuando me dirijo al taller
mecánico que sé que es propiedad de la manada de lobos
de Stone Creek.
Que le den.
Aun si ese hubiera sido el plan, ¿cómo podría, cuando está tan claro lo que
piensa de mí?
—Inútil.
—Ya veo.
Seline
Metiche de mierda.
Me sonríe.
—¿Puedes ponerme un refresco?
—No lo creo.
¿Qué cree que voy a hacer? ¿Dejar mi trabajo sólo para evitarlo? Idiota
egoísta y arrogante.
Me encojo de hombros.
*** ***
Asiente, pensativo.
—Eh...
Seline
—¿Todo bien?
—Eh...
Parpadea.
Juveniles.
—Basta.
El Alfa. Basta un solo toque para sentir el poder que bulle en su interior.
Contrariamente a lo que había deducido, Loyd no parece
tan grosero y salvaje como el resto de su manada. Pero
cuando miro a los juveniles, están temblando de miedo. Es
extraño, porque sé que, aunque los Alfas castigan a los
juveniles por su comportamiento, nunca lo hacen con
demasiada dureza.
—Ah.
Seline
Cuando veo que aprieta los puños a los lados, una parte
de mí, una parte tonta e ingenua de mí, se pregunta de
repente si intervendrá. ¿Me mirará al fin?
Me interpongo en su camino.
—Antes de huir, debes saber que han causado daños en
el establecimiento. Necesito sus datos de contacto y sus
edades. Si alguno de ellos tiene o supera los dieciocho,
habrá que involucrar a las autoridades locales.
No me importa.
—Ahora, voy a volver a preguntárselo de nuevo:
¿cuántos de sus juveniles son mayores de edad?
—Jerry y Lou.
—Desafortunadamente, sí.
—Y tanto.
Jerry me mira.
Me encojo de hombros.
Parpadeo.
—No entiendo.
—¡Loyd!
Le sonrío.
Seline
—¡Yo me ocupo!
No me sonríe.
Sam me sonríe.
Envíame algo de dinero para el alquiler del mes que viene. A través del
banco. No vengas aquí.
*** ***
—¿Has terminado?
Se encoge de hombros.
—La verdad es que no. ¿Quién iba a decir que la
verdadera razón era que eres una puta? O sea, ¿acostarte
con tu casero por un alquiler más bajo? Supongo que
tenemos suerte de no haber acabado con una zorra híbrida
como hembra alfa.
¿Creen que estas palabras me harán daño? ¿Después de toda una vida
escuchándolas?
Zorras.
Seline
—Eso no es...
Se le tensa la cara.
*** ***
El vampiro sonríe.
—No tengo...
¿Por qué nunca soy lo bastante buena para que me quieran? ¿Por qué no
puedo tener a alguien que quiera abrazarme y consolarme?
*** ***
Lo reconozco. Es Sam.
Me encojo de hombros.
—No te preocupes.
—Seline.
Se hace el silencio.
—¿Y tu padre?
Me río amargamente.
Seline
Duele demasiado.
*** ***
¿Quiero que me quiera alguien que me ha dejado tan claro que lo único que
siente por mí es asco y desprecio?
Cabrón.
Parpadeo.
—¿Qué?
Seline
Pero que me aspen si uso nada de lo que él me dé. ¿De verdad cree que
necesito sus migajas de atención? Cabronazo.
—¿Quién fue?
—No me tientes.
—Sólo...
Austin abre la boca para decir algo cuando una voz nos
interrumpe.
¿De verdad es Sam tan poderoso como para incitar tal reacción en un alfa tan
fuerte como Austin?
—Una caña.
Le ignoro.
—Gracias, Sam. Te agradezco mucho que cuides de mí.
—Seline.
Ignoro a Austin.
*** ***
Y me gusta.
Ay, joder.
Capítulo 13
Seline
—Soy yo.
¿Por qué cree que le llamaría a él si me pasa algo? O igual sólo me estoy
haciendo yo ideas.
—¿Dónde estás?
—Es Marsha.
Sacudo la cabeza.
—¿Cómo cuáles?
Ya estaba enamorado de alguien. Esa debe haber sido una de las razones por
las que me odia tanto.
—¡Seline!
Suelto un suspiro.
—Escucha, no es seguro...
No es Austin.
Seline
Se me tensa la mandíbula.
¿Por qué se piensa esta gente que tengo algo que ver
con esto? ¿Cómo se supone que voy a demostrar mi
inocencia?
—Soy yo.
—Necesito tu ayuda.
Me echo a reír. Es una risa profunda, de esas que hacen
que te duela la barriga, pero la situación no tiene nada de
graciosa. Es una risa cargada de agotamiento, preocupación
y miedo. Tras unos minutos, me seco los ojos.
—¿Qué?
Vacila.
—Gracias.
Frunce el ceño.
—¿Qué?
Le miro fijamente.
¿Por qué cada vez que me habla se asegura de utilizar palabras para herirme
a conciencia?
—¿Seline?
—¿Estás bien?
Seline
La agarro de la mano.
—Gina...
—G…
—¿Por qué te cuesta tanto dejar entrar a alguien en tu
vida? —estalla de repente. Los ojos se me abren de par en
par.
—¿Qué? —tartamudeo.
—Lo s-siento...
¿Adónde vamos?
*** ***
—Quédate despierta.
—Lo siento.
Un año.
*** ***
La miro fijamente.
Me pongo rígida.
Se me corta la respiración.
Resoplo.
*** ***
Quiere que aproveche este último año de mi vida para que ella pueda
exprimirme al máximo.
El vampiro me estudia.
—Unas palabras.
Seline
—¿Q-qué?
Palidezco.
Se aclara la garganta.
*** ***
—Podría ser.
—Vigila tu...
—No he...
Me encojo de hombros.
No puedo.
*** ***
No me importa.
—¿Mamá?
¡Zas!
Seline
Y tanto odio.
*** ***
¿Qué estoy haciendo? Debería salir a pillarme un buen pedo para olvidar mis
problemas en lugar de estar tirando mis cosas en cajas.
—Sabes que hay algo ahí fuera dándole caza a los Otros.
¿De verdad eres tan estúpida e inconsciente?
—¿Qué? —Parpadea.
Me río de repente.
—C-cabrón.
—¡Seline!
Seline
—¡¿Eres virgen?!
—¡Muy bien!
*** ***
Le miro fijamente.
Parece incómodo.
—Seline.
Me detengo.
Qué tontería. Hay que ser tonta e ingenua para pensar que saldría algo
bueno de esto.
Yo tampoco me muevo.
Mi risa es exagerada.
—Seline...
*** ***
El Sr. Hamrington tiene razón. ¿Por qué estoy sentada aquí llorando cuando
puedo vengarme?
Capítulo 19
Seline
—Hola.
Jason flaquea.
—¿Sí?
—Seline...
—¡Seline!
Le sonrío a Loyd.
—Me alegro de verte. ¿Dónde has estado estos días?
Él no sonríe tanto.
—Claro. ¡Marie!
—Escucha esto.
Me tendió una trampa para cargar con la culpa del asesinato de Marsha.
Me agarro al borde del escritorio para no caerme redonda
al suelo.
Se me revuelve el estómago.
¿Austin está haciendo esto porque nos acostamos y ahora quiere deshacerse
de mí? Quizá no quiere que su manada sepa que se acostó con la mestiza
asquerosa.
Sacudo la cabeza.
—Gracias.
*** ***
—Seline.
Me pongo tensa.
Le veo marcharse.
*** ***
Raven.
Formaba parte del grupo que intentó atacarme el otro día. Es la que me llamó
puta.
No la está alejando.
Seline
—Lacy, escúchame.
Me río.
*** ***
«Véngate».
Cierro los ojos un instante. Quizá no estaría mal hacerle saber que no todos
los hombres me ven como él.
*** ***
—¡Es peligroso!
Se le tensa la mandíbula.
Resoplo.
¿Pruebas?
Capítulo 21
Austin
Jason me mira.
Le gruño.
—Jason.
—Ella les gusta, Austin —interrumpe acaloradamente mi
amigo—. Al contrario de las opciones a hembra alfa, Seline
ha conseguido enderezar a los juveniles. Ha ayudado a
algunas de nuestras hembras a conseguir trabajo e incluso
ha ayudado a unas cuantas a matricularse en algunos
cursos de la universidad pública. A pesar de todo lo que se
ha dicho y hecho, no les niega su ayuda si la necesitan. Si
hablases con...
—¡Basta! —rujo.
Una de las razones por las que Raven tiene una actitud
tan arrogante es porque cuenta con el respaldo de su tío. Y
ahora también está convencida de que su papel como
hembra alfa está garantizado.
Seline
—¿Qué pasa?
—¿Dónde estás?
—En casa.
La llamada termina bruscamente y yo me quedo mirando
el teléfono, molesta.
Será maleducado.
—¿Qué?
—¿Qué?
*** ***
Se ríen al unísono.
Seline
*** ***
Tammy.
Me sonríe.
—¿Dónde estoy?
Se me hunde el estómago.
*** ***
*** ***
Es a altas horas de la madrugada cuando Jerry me
despierta. Tiene aspecto pálido.
—Vamos.
Seline
¡Viejo avaro!
—¿Qué ha pasado?
*** ***
—¿Quién era?
—Un bruto grande y feo con cicatrices por toda la cara
y...
Su rostro palidece.
—Seline...
—¿Asustadas?
Parpadea mirándome.
Seline
—¿Perdona?
—¿Quién es ese?
—El alfa de la manada que mató a sus padres. Austin no
lo vio, pero uno de los soldados sí, aunque solo alcanzó a
ver el tatuaje que tenía en el brazo. Austin se ha propuesto
vengarse. Todos nosotros queremos venganza. A nuestra
manada la destruyeron aquella noche. —La expresión en su
mirada está cargada—. Sus padres eran increíbles y, antes
de esa noche, Austin no era el hombre rígido y de mirada
dura que es hoy en día. Solía reír y gastar bromas. Jugaba
con nosotros en nuestras formas de lobo. Pero todo cambió
en un abrir y cerrar de ojos. Ahora tiene que enfrentarse a
Daston y sus planes descabellados.
Se me corta la respiración.
—Yo...
Compruebo la hora.
—Vale.
*** ***
¿Por qué si no habría optado por herirme tan profundamente con sus
palabras cuando podría haberse limitado a rechazarme y cerrar el capítulo?
—¡¿Tú?!
—¿Qué estás...?
*** ***
No sé cuándo vuelvo en mí, pero para entonces estoy
tumbada sobre una superficie dura y fría con las manos
atadas a la espalda.
—¿Estás despierta?
¿Loyd?
Capítulo 26
Austin
¿Qué he hecho?
Parpadeo.
—Austin, deberíamos...
Miro a Sam.
Raven sonríe.
Sonríe complacido.
Claramente me subestiman.
Me arremango.
—Elijo a Seline.
—Vámonos.
Observo a mi gente.
—¡Jamás!
Las exclamaciones me rodean y miro a Jason con ojos
sombríos.
Seline
—¿Qué?
Un tatuaje de águila.
La conmoción me invade.
—Neela era mía. Se suponía que iba a ser mía, y ella fue
y se apareó con el padre de ese cabrón. ¡Y para que todos
digan que debería haber tenido elección! ¡Era una hembra!
¡Su único propósito en la vida era reproducirse y satisfacer a
los hombres!
Loyd se ríe.
Loyd gruñe.
—¡Seline!
¿Mi padre?
¿Sam es mi padre?
Capítulo 28
Seline
—¿Qué?
—Ahora vuelvo.
Me gruñe.
—Si se escapa...
La idea es maravillosa.
Seline
Tammy me sonríe.
—Lo sé...
El soldado se demora.
—Sí.
Le miro fijamente.
—¿Fuiste tú?
—¿Cómo te encuentras?
Me encojo de hombros.
Aparto la mirada.
No sé qué decir.
—Lo sé.
Seline
Eso fue todo lo que necesité para saber que Loyd había
sido cazado y ejecutado por el mismísimo vampiro
ancestral.
Frunce el ceño.
—¡Eso es diferente!
—¿Nerviosa?
—Mucho —confieso.
Austin me estudia.
—¿Y ahora?
Le sonrío.
*** ***
—¡Austin!
Sonrío.
Seline Cross.
—No sabía que te haría tan feliz —dice con una sonrisa,
apartándose.
No duda un instante.
—Se suponía que esto iba a ser una cena romántica para
dos.
—Una lástima.
Austin no ha terminado.
—No creía que fuera posible ser tan feliz. Sé que todavía
me queda un largo recorrido por delante, pero soy feliz con
la vida que tengo aquí contigo.
Le miro, sonriendo.
—Te quiero.