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CENTRO TÉCNICO HONDUREÑO

ALEMÁN

TEMÁTICA PARA OLIMPIADAS DE


ESPAÑOL
PROFA: MAYRA CALLEJAS

NIVEL BÁSICO Y NIVEL MEDIO


REGLAS ORTOGRÁFICAS
Uso de la B, V y W

Se escribe B antes de L y R (BLA y BRA) Ejemplos: doble, brazo, abrigo, broma,


bruja, amable, broche, brillante, descubrir.
Llevan B los verbos terminados en BIR, menos hervir, servir y vivir. Ejemplos:
escribir, subir, prohibir, recibir, descubrir y suscribir.
Se escriben con B los tiempos de los verbos BEBER, DEBER, CABER, SABER Y
HABER. Ejemplos: bebimos, deberás, cabía, sabremos, había, ha habido.
Llevan B las terminaciones -ABA, -ABAS, -ÁBAMOS, -ABAIS, -ABAN de los
verbos de la primera conjugación. Ejemplos: cantaba, jugabas, amaban, saltabas.
Se escriben con V los adjetivos terminados en -AVO, -AVA, -EVO, -EVA, -EVE, -
IVO, IVA. Ejemplos: esclavo, octava, longevo, nueva, decisivo, activa.
Se escribe B cuando va seguida de consonante o está al final de palabra. Ejemplos:
obsequio, club, objeto, obstáculo, obtener, Job. Excepto ovni.
Llevan B las palabras que empiezan por las sílabas BU-, BUR- y BUS-. Ejemplos:
bueno, Burgos, buscar, burla, buque, bulla, burgalés y buñuelo.
Se escriben con V las formas de los verbos acabados en -OLVER. Ejemplos: absolver,
disolver, y volver.
Se escriben con V las formas de los verbos que en infinitivo no tienen B ni V.
Ejemplos: de ir, voy, vamos; de estar, estuve; de andar, anduve.
Llevan V las palabras que empiezan por VICE-, VIZ- o VI- ("en lugar de"). Ejemplos:
vicealmirante, vizconde, virrey y vicepresidente.
Se escribe con B el pretérito imperfecto de indicativo del verbo IR: iba, ibas, íbamos,
ibais e iban.
Uso de la C, Z, QU y K

Se escribe C en las sílabas CA, CO, CU, como casa, Paco y cuaderno. Con las vocales
E, I, se escribe QUE, QUI, como queso, quitar, quemar.
Se escribe C en las sílabas CE, CI, como ceja, ciervo, cielo. Con las letras A, O, U,
se escribe Z, como Zaragoza, zoquete y zumo.
Se escribe Z al final de las palabras cuyo plurales CES, como andaluz, andaluces;
perdiz, perdices; luz, luces; lombriz, lombrices; disfraz, disfraces.
Se escribe -CC- cuando en alguna palabra de la familia léxica aparezca el grupo -CT-
. Ejemplos: adicción (adicto), reducción (reducto).

Uso de la G, J, GU y GÜ

El sonido G suave con A, O, U, se escribe GA, GO, GU y con E, I, se escribe GUE,


GUI. Ejemplos: goma, galleta, guapa, Miguel, guitarra, gorro, guerra.
El sonido J fuerte, con A, O, U se escribe JA, JO, JU y con E, I se puede escribir G o
J. Ejemplos: caja, rojo, Juan, gemelo, gitano, jefe y jirafa.
Cuando la G y la U han de tener sonido independiente ante E, I es forzoso que la U
lleve diéresis. Ejemplos: antigüedad, desagüe, vergüenza y cigüeña.
Se escriben con J las palabras que terminan en -AJE, -EJE. Ejemplos: coraje, garaje,
hereje y equipaje.
Se escriben con G las palabras que tienen ese sonido de G suave ante una consonante.
Ejemplos: grito, gladiador, globo, gracioso, gnomo y maligno.
Se escriben con G los verbos terminados en -IGERAR, -GER y -GIR, como aligerar,
coger y fingir. Excepciones: tejer y crujir.
Llevan G las palabras que empiezan por GEO- (tierra). Ejemplos: geografía,
geometría y geología.
Se escriben con G las palabras que terminan en -GÉLICO, -GENARIO, -GÉNEO, -
GÉNICO, -GENIO, -GÉNITO,-GESIMAL, -GÉSIMO y -GÉTICO: angélico e
ingenio.
Llevan J las formas de los verbos que no tienen G ni J en el infinitivo. Ejemplos: de
decir, dije, dijeron; de traer, trajimos, trajeron.
Uso de la H

Se escriben con H todos los tiempos del verbo HACER y no llevan H las formas del
verbo ECHAR. Ejemplos: hago, echaban, hacemos y echamos.
Se escriben con H los tiempos del verbo HABER. Se escribe HA y HE si van seguidos
de Participio Pasivo: ha salido, he contado, a jugar, a ver.
Llevan H las que empiezan por HIA-, HIE-, HUE- y HUI-. Ejemplos: hiato, hiena,
huele, huidizo, hierba, hierro, hueco, huevo. Excepción: iatrogénico.
Llevan H los compuestos y derivados de palabras que tengan esa letra, como honra,
deshonra. Menos oquedad, orfandad, osamenta, óvalo, oscense y oler.

Uso de Y, LL

Se escribe Y al final de palabra si va precedida de una vocal, como jersey, Paraguay.


Excepciones: saharaui y bonsái.
Llevan LL las palabras terminadas en -ILLA e -ILLO. Ejemplos: mesilla, cigarrillo,
costilla, amarillo, colmillo y parrilla.
Se escriben con Y los plurales de los nombres que terminan en Y en singular.
Ejemplos: rey, reyes; ley, leyes; buey, bueyes.
Se escribe con Y la conjunción copulativa Y. Ejemplos: tú y yo. Esa conjunción es E
si la segunda palabra empieza por I: tú e Inés. Excepciones: cinz y hierro.
Llevan Y las formas de los verbos que no tienen Y en su infinitivo. Ejemplos: de caer,
cayeron; de leer, leyendo; de poseer, poseyeron.
Uso de la M y N

Se escribe M antes de B y P. Ejemplos: tambor, cumpleaños. Pero se escribe N antes


de V. Ejemplos: envío, invitar y convivir.
Llevan M al final de palabra algunos extranjerismos y latinismos. Ejemplos: zum,
álbum, currículum y auditórium.
Se escribe M delante de N, como alumno, amnistía. Pero se escribirá N cuando la
palabra está formada con los prefijos CON, EN e IN: connatural, innoble.

Uso de la R y RR

El sonido R múltiple se escribe RR, como perro y turrón. El sonido simple se


representa con R, como cara, pared, amarillo y arcilla.
Se escriben con R las palabras con sonido simple después de B, C, D, F, G, K, P y T.
Ejemplos: brazo, cromo, dromedario, frase, gramo, prado y travieso.
Se escriben con R las palabras con sonido múltiple al principio de palabra. Ejemplos:
ratón, regalo, rico, rosa y rubio.
Se escribe R con sonido múltiple cuando va después de L, M, N y S. Ejemplos:
alrededor, rumrum, honra, israelita, Enrique y Conrado.

Uso de la S y X

Se escriben con X las palabras que empiezan por la sílaba EX- seguida del grupo -
PR-. Ejemplos: expresar, exprimir, exprés, expresamente y expreso.
Llevan X las que empiezan por la sílaba EX- seguida del grupo -PL-. Ejemplos:
explanada, explicar, exploración. Pero esplendor y espliego.
Se escriben con X las palabras que empiezan por los prefijos EX- (fuera, más allá) y
EXTRA- (fuera de). Ejemplos: excarcelar, extramuros y excursión.
Llevan X las palabras que empiezan por XENO- (extranjero), XERO- (seco, árido) y
XILO- (madera). Ejemplos: xenofobia, xerografía y xilófono

La acentuación del idioma español


La acentuación del idioma español sigue patrones en parte predecibles y emplea el acento
ortográfico o tilde en la escritura cuando estos no se cumplen. Actualmente, la acentuación
gráfica la establece la Ortografía de la lengua española, publicada en el 2010 por la Real
Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.1

El acento léxico es la mayor prominencia con que se pronuncia la sílaba tónica de una
palabra polisílaba cualquiera (de forma aislada) y de una monosílaba (si se encuentra dentro
de su contexto). Acústicamente, es una combinación de intensidad, tono y duración de la
vocal.2 Este tipo de acento se encuentra en todas las palabras polisílabas y puede servir para
diferenciar palabras según la sílaba sobre la que se encuentre (en negrita la sílaba
tónica): público (esdrújula), publico (grave) y publicó (aguda).

En cambio, el acento gráfico o tilde no siempre se utiliza y sirve para marcar dicha sílaba en
determinados casos que no se rigen por las reglas generales.

Las letras mayúsculas están sujetas a las normas de acentuación gráfica y deben recibir la
tilde cuando corresponda.

REGLAS GENERALES DE ACENTUACIÓN.

Según la posición de la sílaba tónica (de mayor entonación) dentro de la palabra, se


distinguen cuatro posibilidades de acentuación. Lo habitual es que las palabras del castellano
tengan la sílaba tónica en la última o penúltima sílaba. Las reglas de uso del acento
ortográfico o tilde están establecidas para saber cuál es la sílaba tónica o para diferenciar
palabras idénticas, pero con distinto significado, según lleven tilde o no.

Palabra aguda u oxítona


Es aquella palabra cuya acentuación fonética recae en la última sílaba. El porcentaje de
palabras agudas en el léxico castellano es inferior solamente al de las palabras graves, que
son la mayoría. Lo normal es que las palabras agudas terminadas en consonante, excepto -
n o -s, no se acentúen (acento prosódico). Por lo tanto, llevan acento ortográfico las palabras
agudas que terminan en vocal o en las consonantes -n o -s precedidas de vocal.4
Ejemplos: sofá, camión, además. No lleva tilde las palabras agudas acabadas en más de una
consonante, como sucede con robots y con Llorens.

Palabra grave, llana o paroxítona


Es aquella palabra en que la mayor fuerza de voz recae en la penúltima sílaba. La mayor parte
del léxico del castellano está compuesto por palabras llanas y estas en su mayoría terminan
en -n, -s o en vocal, tales como hombre, caminas o suben. El acento ortográfico lo llevan las
palabras llanas que terminen en una consonante distinta de -n o -s precedida de vocal o en
más de una consonante seguida. Ejemplos: Bolívar, débil, látex, bíceps.

Palabra esdrújula o proparoxítona


Es aquella palabra cuya acentuación fonética recae en la antepenúltima sílaba. En el español
todas las palabras esdrújulas son excepcionales y por eso siempre llevan acento ortográfico
en la vocal donde recae la acentuación. Algunos ejemplos de palabras esdrújulas
son: teléfono, árboles, esdrújulo.

Palabra sobreesdrújula, superproparoxítona o preproparoxítona


Es aquella palabra cuya acentuación fonética recae en la sílaba anterior a la antepenúltima.
Las palabras sobreesdrújulas, al igual que las esdrújulas, llevan acento ortográfico.4 Suele
tratarse de formas verbales con pronombres enclíticos: tráiganoslo, cógetela.

CASOS ESPECIALES
Existen diversos casos que no se ajustan a las reglas generales:
Adverbios terminados en -mente
En el caso de adverbios creados a partir de adjetivo con el sufijo -mente, solo se acentuarán
si el adjetivo lleva la tilde por sí solo. Por ejemplo, la palabra fríamente lleva tilde puesto que
el adjetivo del que está formada (frío) también la lleva; sin embargo, efectivamente no la
lleva, ya que tampoco la tiene efectivo.

Monosílabas
Por regla general, las palabras monosílabas no se acentúan. La única excepción es el caso en
el que lleven tilde diacrítica. Por tanto, no se acentúan las siguientes palabras monosílabas
que lo harían por la norma de las agudas:
a / as / bien / bis / Blas / buen / can / cien / cio / clan / clon / con / crin / crio / da / dais / dan
/ das / deis / den / des / di / dio / Dios / do / don / dos / e / en / es / fa / fan / fe / fes / fiais /
fieis / fin / fio / flan / fue / fui / gas / gran / gres / gris / gua / guiais / guieis / guio / guion / ha
/ han / has / he / hui / huir / huis / id / ion / Juan / ley / la / las / le / les / liais / lieis / lio / lo /
los / Luis / me / mes / mies / mis / mus / ni / non / nos / o / os / pan / pez / piais / pieis / pie /
pies / pio / pis / plan / plus / pon / pues / pus / ras / re / res / riais / rio / ron / ruin / san / seis /
sien / sin / so / sois / son / su / sus / tan / ten / ti / tras / tren / tres / tul / tus / u / un / vais / va
/ van / vas / ve / veis / ven / ves / vi / vio / vos / ya / yo / …

Tilde diacrítica
La tilde diacrítica distingue algunas palabras con diferentes categorías gramaticales, pero que
se escriben igual (palabras homófonas). En general, las palabras diferenciadas con tilde
diacrítica son tónicas, mientras que las correspondientes palabras sin tilde son átonas, aunque
hay algunas excepciones a esta regla.

Ejemplos:

• Para diferenciar entre un artículo y pronombre:


• El perro
• El perro lo tiene él
• Para diferenciar entre significados:
• Ya se lo he dicho
• Ya lo sé (primera persona del presente del verbo saber).
• Para diferenciar entre enunciativas e interrogativas/exclamativas:
• ¿Cómo lo has hecho?
• Lo he hecho como me dijiste
Lista de palabras del español con tilde diacrítica

• aún (cuando es sinónimo de todavía): «Aún no ha venido a casa», «ella sabe aún más
que yo», «Pedro es aún mejor que Vicente», «Juan es más complicado aún que ella», «es
mejor aún de lo que esperaba», «aún enfermo, aprobó» [todavía enfermo].
• aun (cuando es sinónimo de incluso): «Aun sin tu permiso, iré a verte», «aun así, no
reacciona», «aun estudiando, no apruebo», «aun [incluso] enfermo, aprobó.

• cómo (pronombre interrogativo o exclamativo): «¿Cómo lo haces?», «no me dijo cómo


lo hacía».
• como (conjunción con varios sentidos, de comparación, equivalente a dado que, etc.):
«Como no me dijo su nombre, lo ignoro», «esto es como aquello».

• cuál (pronombre interrogativo o exclamativo): «¿Cuál escoges?», «decide cuál escoger».


• cual (pronombre relativo precedido por artículo): «Juan, al cual ya conoces, es amigo
mío» (en este caso, aunque no lleva tilde diacrítica, es un pronombre tónico).
• cual (equivale a como en ciertas frases, en lenguaje literario): «Caminaba cual lobo al
acecho».

• cuán (adverbio de modo exclamativo): «¡Cuán gritan esos ruidosos!


• cuan (adverbio correlativo, infrecuente, usado en coordinación con tan): «El premio será
tan grande cuan bueno sea el resultado».

• cuándo (pronombre interrogativo o exclamativo): «¿Cuándo vienes?», «necesito saber


cuándo vienes».
• cuando (conjunción temporal): «Voy cuando puedo».

• cuánto (pronombre interrogativo o exclamativo): «¡Cuánto has crecido!», «dime cuánto


tienes».
• cuanto (equivale a tanto como): «Come cuanto quieras».

• dé (presente de subjuntivo del verbo dar): «Quiero que nos dé su opinión de eso».
• de (preposición): «Llegó el hijo de mi vecina».

• dónde (pronombre interrogativo o exclamativo): «No sé dónde vives».


• donde (conjunción): «Colócalo donde quieras».

• él (pronombre personal): «Él llegó primero».


• el (artículo): «El premio será para ti».

• más (adverbio de cantidad): «Todos queremos más».


• mas (sinónimo de, pero): «Volveremos, mas no sé cuándo».

• mí (pronombre personal): «Vienen detrás de mí».


• mi (adjetivo posesivo): «Mi novia es la más guapa».

• por qué (interrogativo o exclamativo): «¿Por qué no te callas?», «no sé por qué me lo
pregunta», «¡por qué te haré caso!».
• porque (da razón de algo, por causa de que): «Vine porque te vi llorar».
• porqué (sustantivo, se puede remplazar por «motivo»): «No sabemos el porqué de
algunas cosas».
• Por que (cuando el que es relativo): «Las calles por que [= por las que] vienes son
peligrosas».

• qué (pronombre interrogativo o exclamativo): «¿Qué quieres?», «no sé qué quieres»,


«¡qué grande es!»
• que (conjunción/pronombre relativo): «Me dijo que sí», «el hombre que vino ayer».

• quién (pronombre interrogativo o exclamativo): «¿Quién llama?», «dime quién es el que


llama».
• quien (pronombre relativo): «Quien lo sepa que hable».

• sé (imperativo del verbo ser/presente de indicativo del verbo saber): «Sé tú misma en
todo momento, aunque sé que a veces te costará».
• se (pronombre): «Se puede ser como te digo».

• sí (adverbio): «Sí, puede ser».


• sí (pronombre): «Se dijo para sí».
• si (condicional): «Si tú lo dices, así será».
• si (sustantivo): «La obra maestra de Francisco Santiago fue el Concierto para piano y
orquesta en si bemol menor».

• té (sustantivo): «Tomaremos un té».


• te (pronombre): «Te dije que te ayudaría».

• tú (pronombre personal): «Tú tendrás futuro».


• tu (adjetivo posesivo): «Tu futuro no está escrito».
Palabras donde se debe prescindir de la tilde diacrítica

Este, esta, estos, estas, ese, esa, esos, esas, aquel, aquella, aquellos, aquellas. Estas palabras
pueden funcionar como determinante demostrativo (antes llamado adjetivo demostrativo) o
como pronombre demostrativo. Hasta 2010 se debían tildar cuando tenían función de
pronombre. Obsérvese que esto, eso, aquello —que solo pueden ser pronombres— nunca se
tildan. Solo. Puede funcionar como adjetivo o como adverbio. Hasta 2010 se debía tildar
cuando tenía función de adverbio, pero actualmente se desaconseja la tilde y se prefiere
utilizar los sinónimos solamente o únicamente. Ejemplos:

«A Tomás le gusta estar solo» (adjetivo). «Metió solamente un gol» (adverbio).

Hasta la publicación de la Ortografía de la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua


Española de 2010 se tomaba en cuenta la ambigüedad en esas palabras con el uso de tilde
diacrítica, pero a partir de su publicación esto ya no se toma en consideración. Todos los
demostrativos y el término «solo» pueden escribirse sin tilde. Textualmente se señala:

... ya que tanto el adjetivo solo como los determinantes demostrativos son palabras tónicas,
lo mismo que el adverbio «solo» y los pronombres demostrativos, a partir de ahora se podrá
prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de doble interpretación.

ACENTUACIÓN DE LAS LETRAS MAYÚSCULAS


Las vocales, por el hecho de ir en mayúscula, tanto en mayúscula inicial como en mayúsculas
seguidas, no quedan exentas de llevar tilde u otros signos diacríticos: LINGÜÍSTICA, Ángel,
PARÍS. Tampoco se omite en las abreviaturas de nombres de persona: M. Á. (Miguel Ángel).

Solo las siglas escritas íntegramente en mayúsculas no llevan nunca tilde, ni siquiera cuando
la letra en la que recae el acento léxico de la sigla es la inicial de una palabra que se acentúa
gráficamente en la expresión desarrollada. Así, la sigla de la Red Nacional de Ferrocarriles
Españoles se escribe RENFE (no RÉNFE). No obstante, se debe tener en cuenta que
los acrónimos lexicalizados —las siglas que por su carácter pronunciable se han incorporado
al léxico general como nombres comunes o propios— se someten, como cualquier otra
palabra, a las reglas de acentuación gráfica; por lo tanto, llevarán tilde cuando les
corresponda, tanto si se escriben en minúsculas como si aparecen enteramente en
mayúsculas: Intermón, INTERMÓN, módem, MÓDEM, euríbor, EURÍBOR. Como es
natural, al haber abandonado su condición original de siglas, se regirán por las normas
generales de uso de mayúsculas y minúsculas, es decir, solo se escribirán enteramente en
mayúsculas por las mismas razones que el resto de las palabras.

OTROS CASOS
La o entre número
La o entre números en ningún caso debe tildarse. Anteriormente se tildaba cuando estaba
entre números para no confundirla con el cero, pero actualmente se considera que el riesgo
de confusión es mínimo y se escribe 1 o 3, 52 o 26, por ejemplo. Recuérdese que ante un
número cuyo nombre empieza por o se convierte en u, como en 79 u 80 (setenta y nueve u
ochenta).

Acentuación de las palabras compuestas


Uno de los problemas en el buen uso de la tilde lo presentan las palabras compuestas. Por lo
general, solo lleva tilde la última palabra del compuesto si lo exige la norma. Sin embargo,
la primera palabra la pierde al unirse a la segunda, pues al formarse una nueva palabra esta
debe obedecer a la norma que rige su uso: décimo + séptimo = decimoséptimo. Si la primera
palabra va separada de la siguiente por un guion, la tilde se conserva como si de dos palabras
simples se tratase: físico-química.

Los adverbios que se forman a partir de un adjetivo femenino agregando el sufijo -


mente llevan tilde si el adjetivo sobre el que se formaron la lleva. Los que se forman a partir
de adjetivos sin tilde son palabras esdrújulas o sobreesdrújulas, pero no llevan tilde. Así,
de veloz sale velozmente y de rápida sale rápidamente. (Nótese que estos adverbios siempre
tienen, además, acento léxico secundario en la primera e de -mente, pero este no se refleja en
la ortografía).

A partir de la Ortografía académica de 1999, las formas verbales a las que se les añade un
pronombre se rigen por las reglas generales: reírse lleva tilde por haber hiato y bébelo por ser
esdrújula.
Acentuación de palabras extranjeras

• Los préstamos y neologismos que adaptan su grafía y fonética al castellano se acentúan


siguiendo las reglas de acentuación generales, aunque no llevaran tilde en la lengua de
origen: bidé, láser.

• En general, a los nombres propios extranjeros no se les añade acento gráfico que en su
origen no tengan: Wagner (no Wagner). Si el nombre se ha adaptado a la pronunciación
y la escritura del español pueden acentuarse. Este caso se da sobre todo con nombres
transcritos de otras escrituras, los personajes de la Antigüedad o los reyes y
santos: Tolstói (transcrito del ruso), Platón (de la Antigüedad), Abderramán (nombre
tradicional en español de Abd Al-Rahman), Tomás Moro (nombre tradicional en español
de Thomas Moore).

• Los topónimos que ya están acuñados en castellano o adaptados a su fonética ya no son


tratados como extranjeros, por lo que se acentúan siguiendo las reglas generales: París,
Támesis, Afganistán.

• Las palabras latinas utilizadas corrientemente en español y que en su forma se ajustan al


sistema ortográfico del español deben someterse a las reglas de acentuación: tedeum,
referéndum, memorándum, ídem, fórum. Por el contrario, las locuciones latinas se
consideran extranjerismos y por tanto van sin tilde y en cursivas: curriculum vitae, ad
infinitum, sui generis, habeas corpus, alma mater.

Imitación de la lengua hablada


Al imitar la lengua hablada, no es raro ver acentuadas palabras monosílabas, sobre todo si
son tónicas:

• «Cree que sirve pa tó, pero no sirve pa ná, porque no tié sesera» (incorrecto).
• «Cree que sirve pa to, pero no sirve pa na, porque no tie sesera» (correcto)
Se escribirá con letra inicial mayúscula todo nombre propio: Carlos, Platero, Madrid,
Ramos, Luna. Los nombres comunes llevan minúscula: niño, perro.
Lleva letra inicial mayúscula la primera palabra de un escrito y después de punto.
Ejemplos: El ciclista corre. Tú cantas. Santiago baila.
En las palabras que empiezan por LL y CH, sólo se escribirá con mayúscula la letra
inicial. Ejemplos: Chillida, Llorente, Chile.
Llevan mayúscula los nombres de divinidades, festividades religiosas y atributos divinos:
Dios, Navidad, Todopoderoso, Cristo, Inmaculada.
Usamos minúscula para escribir los días de la semana, los meses y las estaciones del año.
Ejemplos: lunes, marzo, primavera e invierno.
Se escriben con mayúscula los nombres de dignidad y organismos. Ejemplos: Rey, Papa,
Biblioteca Nacional, Tribunal Supremo.
Se escriben con mayúscula los números romanos. Ejemplos: Juan Pablo II, siglo XVI,
Juan Carlos I, tomo III, Felipe II.

Interrogativos y exclamativos

Los signos de interrogación (¿?) se escriben al principio (¿) y al final (?) de las preguntas:
¿Qué hora es? ¿Vas a ir de excursión?
Los signos de exclamación (¡!) se escriben al principio (¡) y al final de la frase (!): ¡Eso
es una injusticia! ¡Qué alegría verte! ¡Ay de mí!
Después de los signos que indican cierre de interrogación o exclamación (?!) no se escribe
nunca punto. ¿Dónde has comprado ese vestido?

Guion y raya

Se emplea guion (-) para separar las sílabas de una palabra, especialmente cuando
ésta no cabe en un renglón. Ejemplos: in-sec-tos, or-to-gra-fí-a.
Las palabras que contengan la H precedida de consonante se dividirán de manera que
la H comience en el renglón siguiente. Ejemplo: in-hu-ma-no.
Se emplea raya o guion largo en diálogos, como en este ejemplo: -¿Cómo te llamas?
-Andrés Pereda. -De dónde eres? -De Castilla.

Punto

El punto y seguido separa enunciados que integran un párrafo. Se continúa


escribiendo en la misma línea: Dieron un paseo. La mañana era espléndida.
El punto y aparte separa dos párrafos distintos. La primera línea del nuevo párrafo
debe tener un margen mayor, es decir, ha de quedar sangrada. El punto y final es el
que cierra un texto. El punto se utiliza también después de las abreviaturas. Ejemplos:
Sra., Excmo., a.C.

Coma

Se emplea coma (,) para separar dos o más palabras de una enumeración. Ejemplo:
Acudió toda la familia: abuelos, padres, hijos, cuñados, etc.
Se usa coma para separar las oraciones de un enunciado. Ejemplo: Antes de irte, corre
las cortinas, cierra las ventanas, apaga la luz y cierra.
Las comas separan estas expresiones: esto es, es decir, o sea, en fin, por último, por
consiguiente, sin embargo, no obstante, además, en tal caso, por lo tanto, en cambio,
en primer lugar, etc.
Se escribe coma para aislar el vocativo: Julio, ven acá. Si el vocativo va en medio del
enunciado se escribe entre dos comas: Estoy alegre, Isabel, por el regalo.

Se usa coma para aislar una oración explicativa que se intercala en una frase. Ejemplo:
Ella es, entre mis amigas, la más querida.
Hay coma cuando se invierte el orden regular de las partes de un enunciado. Ejemplo:
Dinero, ya no le queda.
Puntos suspensivos

Se usan puntos suspensivos (...) al final de enumeraciones incompletas. Ejemplo:


Puedes hacer lo que te apetezca más: leer, ver la tele, oír música...
Cuando se quiere expresar duda, temor o vacilación. Ejemplo: Iré, no iré... Debo
decidirme pronto.
Cuando se reproduce una cita textual o un refrán, omitiendo una parte. Ejemplo:
Entonces pensé: "Más vale pájaro en mano..." y acepté el dinero.

Dos puntos

Se usan dos puntos (:) para anunciar una enumeración. Ejemplo: Tres son las provincias
aragonesas: Huesca, Zaragoza y Teruel.

Los dos puntos preceden a las citas textuales. La primera palabra posterior lleva
mayúscula. Ejemplo: Ya lo dijo Descartes: "Pienso, luego existo".
Se emplean los dos puntos en el saludo de las cartas y otros documentos. Ejemplo:
Querido amigo: Te escribo esta carta para comunicarte que...
Usamos dos puntos cuando se enuncia una proposición general y enseguida se
explica. Ejemplo: Dioses eterno: no tiene principio ni fin.
Se usan dos puntos para señalar la relación causa-efecto. Ejemplo: Se ha quedado sin
trabajo: no podrá ir de vacaciones este verano.
En textos jurídicos y administrativos. Ejemplos: El secretario de esta entidad
CERTIFICA: Que D. José Álvarez ha seguido el Curso de...
Punto y coma

Se usa punto y coma (;) para dividir las diversas oraciones que ya llevan alguna coma:
La chaqueta es azul; los pantalones, grises; la camisa, blanca.
Para separar proposiciones yuxtapuestas, si ya se ha empleado coma: La muchacha
gozosa, corría hacia su casa; sus padres acababan de llegar.
Se suele colocar punto y coma antes de las conjunciones más, pero, aunque, sin
embargo, por tanto, por consiguiente, en fin, etc. Se le avisó que cambiara; pero no
quiso.

Paréntesis

Se usan los paréntesis () cuando se interrumpe el sentido del discurso con un inciso
aclaratorio. El abuelo Alberto (en su juventud fue un brillante cirujano) parecía una
estatua sentada en el sillón.
Para intercalar algún dato o precisión como fechas o lugares: El año de su nacimiento
(1616) es el mismo en que murió Cervantes.
Se utiliza para evitar introducir una opción en el texto: En el documento se indicarán
el (los) día (s) en que haya tenido lugar la baja.
PALABRAS:
1. COMUNICACIÓN 35. ESOTÉRICO 69. CORROSIÓN
2. LENGUAJE 36. AMBIGÜEDAD 70. CERÚLEO
3. EPISTOLAR 37. PRAGMÁTICA 71. AMPERÍMETRO
4. EPÍTETO 38. EUFEMISMO 72. ALTERNADOR
5. LINGÜÍSTICA 39. DISFEMISMO 73. BASTIDOR
6. LISONJEAR 40. CONNOTACIÓN 74. AEDO
7. TRÉMULO 41. DENOTACIÓN 75. POLÍGLOTA
8. UBÉRRIMO 42. FUE 76. JUGLARES
9. ACÉRRIMO 43. DIO 77. BARDO
10. PAUPÉRRIMO 44. FE 78. TROVADOR
11. CELEBÉRRIMO 45. ANFIBOLOGÍA 79. FAMÉLICO
12. FONEMA 46. LEXICOLOGÍA 80. MEGALOMANÍA
13. GRAFEMA 47. MORFOLOGÍA 81. MITÓMANO
14. LEXEMA 48. PARAXÍTONA 82. ESCUÁLIDO
15. ORTOLOGÍA 49. DEIXIS 83. DIPSÓMANO
16. DISFEMIA 50. FIRULETE 84. ETIMOLOGÍA
17. POÉTICA 51. LOQUEÍSMO 85. ADJETIVO
18. ENERVAR 52. ETÉREO 86. INTERJECCIÓN
19. EXASPERAR 53. SUPERBIÉN 87. EXAMEN
20. SEMÁNTICA 54. INTEMPERIE 88. ABRUPTO
21. SEMIÓTICA 55. PLEONASMO 89. CABIZBAJO
22. HOMÓFONO 56. SAPIENCIA 90. ESTÁNDAR
23. DIVERGENCIA 57. PROCRASTINAR 91. EXACERBADO
24. AMBAGES 58. LOCUAZ 92. EMERGER
25. ERUDICIÓN 59. RESILIENCIA 93. INTRÍNSECO
26. ESTÉTICA 60. SUCUMBIR 94. LÚGUBRE
27. EPÍGONO 61. LASITUD 95. LÓBREGO
28. ATISBAR 62. INEFABLE 96. EPICENO
29. TÉCNICA 63. PRÓNUBA 97. PRETÉRITO
30. BIBLIOFILIA 64. MORIGERADO 98. ESCUETO
31. BIFURCAR 65. ALEACIÓN 99. GRAMÁTICA
32. AMBIVALENCIA 66. AMPERIO 100. SOSLAYAR
33. DIEGÉSIS 67. BOBINA
34. ESCATÓLOGICO 68. CATALIZADOR
CREACIÓN DE CUENTOS

¿QUÉ ES EL CUENTO?
Un cuento es la narración de una historia imaginaria y que puede estar basada (o no) en
hechos reales. Puede manifestarse de manera escrita u oral. La palabra cuento proviene
del latín y significa “contar”.

CARACTERÍSTICAS DEL CUENTO:

Puede estar narrado en primera, segunda o tercera persona.


A diferencia de la novela, es una narración breve con trama simple y pocos
personajes.
Mantiene la misma estructura que una novela: tiene una introducción, un nudo y un
desenlace.
Causa emociones en el lector u oyente, de manera rápida.
Puede abarcar una infinidad de temáticas o subgéneros, como fantásticos, infantiles,
policiales, realistas, cómicos, de terror, de hadas o de misterio, entre otros.

EXISTEN DOS TIPOS GENERALES DE CUENTOS, CON SUS RESPECTIVOS


SUBGÉNEROS:

Los cuentos populares. Son narraciones transmitidas a través de diferentes


generaciones y contadas con ciertas variaciones respecto a la historia original. En
muchos casos, se desconocen los autores debido a que, en los orígenes, los cuentos
eran narrados en forma oral y no quedaron registros de sus creadores. Algunos
ejemplos de cuentos populares son las fábulas, los mitos y las leyendas.

Los cuentos literarios. Consisten en narraciones cuidadosamente elaboradas y con


una intención determinada. Son producto de un riguroso trabajo del autor, capaz de
crear una historia con un clima particular, que genera emociones en un público
específico. Por ejemplo, no es lo mismo un cuento para niños que uno para adultos.

UN CUENTO SE CARACTERIZA POR MANTENER LA SIGUIENTE


ESTRUCTURA:

Introducción. Describe el escenario y una pequeña presentación de los


personajes. Además, evidencia el tipo de narrador y cómo será contada la
historia (si respeta la línea de tiempo o si ocurre de manera atemporal).
Desarrollo o nudo. Detalla la trama de la historia, a través del desarrollo de los
conflictos y las secuencias de acciones de los personajes.
Desenlace o final. Describe la resolución de los conflictos y de las acciones que
tuvieron lugar durante el desarrollo, y puede plantearse como un final abierto,
trágico o un feliz, entre otros.

TODO CUENTO TIENE DETERMINADOS ELEMENTOS:

Los personajes. Son quienes realizan las acciones de la historia y pueden estar
representados por personas, animales, objetos, entre otros. Además, se categorizan
como personajes principales (en los que se centra la trama), secundarios (los que
aparecen en reiteradas ocasiones) o terciarios (de menor importancia, que aparecen
una o muy pocas veces).

El narrador. Es quien da a conocer la historia y todos sus detalles. Puede contar la


historia de diferentes maneras, desde el lugar del protagonista (en primera persona)
o desde un lugar omnisciente (que conoce cada detalle de lo sucedido y lo narra de
manera objetiva).

Las acciones. Son los acontecimientos que llevan a cabo todos los personajes.
Suelen ocurrir en un determinado tiempo y lugar, y son las que le dan curso al
cuento, desde los enredos hasta la develación de la historia.

La atmósfera. Es el clima que adquiere la historia que puede ser de tensión, de


placer, de temor, de familiaridad, entre otros. Está asociada con el ambiente en el
que ocurren las acciones y con las emociones que pueda generar en el lector.

El tiempo. Es la duración de la historia, que puede ser de tan solo unas pocas horas,
días o años. Además, el paso del tiempo condiciona o altera el rol de los personajes.
CUENTOS
EL DIARIO A DIARIO
JULIO CORTÁZAR
Un señor toma un tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media
hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el
mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco
de la plaza. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra
vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee, y lo deja convertido en un montón
de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se
convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee, y lo deja
convertido en un montón de hojas impresas. Luego lo lleva a su casa y en el camino lo
usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después
de estas excitantes metamorfosis.
FIN

ALGUIEN SOÑARÁ
JORGE LUIS BORGES
¿Qué soñará el indescifrable futuro? Soñará que Alonso Quijano puede ser don Quijote
sin dejar su aldea y sus libros. Soñará que una víspera de Ulises puede ser más pródiga
que el poema que narra sus trabajos. Soñará generaciones humanas que no reconocerán
el nombre de Ulises. Soñará sueños más precisos que la vigilia de hoy. Soñará que
podremos hacer milagros y que no los haremos, porque será más real imaginarlos. Soñará
mundos tan intensos que la voz de una sola de sus aves podría matarte. Soñará que el
olvido y la memoria pueden ser actos voluntarios, no agresiones o dádivas del azar.
Soñará que veremos con todo el cuerpo, como quería Milton desde la sombra de esos
tiernos orbes, los ojos. Soñará un mundo sin la máquina y sin esa doliente máquina, el
cuerpo. La vida no es un sueño, pero puede llegar a ser un sueño, escribe Novalis.
FIN
SOMBRA
EDGAR ALLAN POE
Vosotros los que leéis aún estáis entre los vivos; pero yo, el que escribe, habré entrado
hace mucho en la región de las sombras. Pues en verdad ocurrirán muchas cosas, y se
sabrán cosas secretas, y pasarán muchos siglos antes de que los hombres vean este escrito.
Y, cuando lo hayan visto, habrá quienes no crean en él, y otros dudarán, mas unos pocos
habrá que encuentren razones para meditar frente a los caracteres aquí grabados con un
estilo de hierro.
El año había sido un año de terror y de sentimientos más intensos que el terror, para los
cuales no hay nombre sobre la tierra. Pues habían ocurrido muchos prodigios y señales,
y a lo lejos y en todas partes, sobre el mar y la tierra, se cernían las negras alas de la peste.
Para aquellos versados en la ciencia de las estrellas, los cielos revelaban una faz siniestra;
y para mí, el griego Oinos, entre otros, era evidente que ya había llegado la alternación
de aquel año 794, en el cual, a la entrada de Aries, el planeta Júpiter queda en conjunción
con el anillo rojo del terrible Saturno. Si mucho no me equivoco, el especial espíritu del
cielo no sólo se manifestaba en el globo físico de la tierra, sino en las almas, en la
imaginación y en las meditaciones de la humanidad.
En una sombría ciudad llamada Ptolemáis, en un noble palacio, nos hallábamos una noche
siete de nosotros frente a los frascos del rojo vino de Chíos. Y no había otra entrada a
nuestra cámara que una alta puerta de bronce; y aquella puerta había sido fundida por el
artesano Corinnos, y, por ser de raro mérito, se la aseguraba desde dentro. En el sombrío
aposento, negras colgaduras alejaban de nuestra vista la luna, las cárdenas estrellas y las
desiertas calles; pero el presagio y el recuerdo del Mal no podían ser excluidos. Estábamos
rodeados por cosas que no logro explicar distintamente; cosas materiales y espirituales,
la pesadez de la atmósfera, un sentimiento de sofocación, de ansiedad; y por, sobre todo,
ese terrible estado de la existencia que alcanzan los seres nerviosos cuando los sentidos
están agudamente vivos y despiertos, mientras las facultades yacen amodorradas. Un peso
muerto nos agobiaba. Caía sobre los cuerpos, los muebles, los vasos en que bebíamos;
todo lo que nos rodeaba cedía a la depresión y se hundía; todo menos las llamas de las
siete lámparas de hierro que iluminaban nuestra orgía. Alzándose en altas y esbeltas líneas
de luz, continuaban ardiendo, pálidas e inmóviles; y en el espejo que su brillo engendraba
en la redonda mesa de ébano a la cual nos sentábamos, cada uno veía la palidez de su
propio rostro y el inquieto resplandor en las abatidas miradas de sus compañeros. Y, sin
embargo, reíamos y nos alegrábamos a nuestro modo -lleno de histeria-, y cantábamos las
canciones de Anacreonte -llenas de locura-, y bebíamos copiosamente, aunque el
purpúreo vino nos recordaba la sangre. Porque en aquella cámara había otro de nosotros
en la persona del joven Zoilo. Muerto y amortajado yacía tendido cuan largo era, genio y
demonio de la escena. ¡Ay, no participaba de nuestro regocijo! Pero su rostro,
convulsionado por la plaga, y sus ojos, donde la muerte sólo había apagado a medias el
fuego de la pestilencia, parecían interesarse en nuestra alegría, como quizá los muertos se
interesan en la alegría de los que van a morir. Mas aunque yo, Oinos, sentía que los ojos
del muerto estaban fijos en mí, me obligaba a no percibir la amargura de su expresión, y
mientras contemplaba fijamente las profundidades del espejo de ébano, cantaba en voz
alta y sonora las canciones del hijo de Teos.
Poco a poco, sin embargo, mis canciones fueron callando y sus ecos, perdiéndose entre
las tenebrosas colgaduras de la cámara, se debilitaron hasta volverse inaudibles y se
apagaron del todo. Y he aquí que, de aquellas tenebrosas colgaduras, donde se perdían
los sonidos de la canción, se desprendió una profunda e indefinida sombra, una sombra
como la que la luna, cuando está baja, podría extraer del cuerpo de un hombre; pero ésta
no era la sombra de un hombre o de un dios, ni de ninguna cosa familiar. Y, después de
temblar un instante, entre las colgaduras del aposento, quedó, por fin, a plena vista sobre
la superficie de la puerta de bronce. Mas la sombra era vaga e informe, indefinida, y no
era la sombra de un hombre o de un dios, ni un dios de Grecia, ni un dios de Caldea, ni
un dios egipcio. Y la sombra se detuvo en la entrada de bronce, bajo el arco del
entablamento de la puerta, y sin moverse, sin decir una palabra, permaneció inmóvil. Y
la puerta donde estaba la sombra, si recuerdo bien, se alzaba frente a los pies del joven
Zoilo amortajado. Mas nosotros, los siete allí congregados, al ver cómo la sombra
avanzaba desde las colgaduras, no nos atrevimos a contemplarla de lleno, sino que
bajamos los ojos y miramos fijamente las profundidades del espejo de ébano. Y al final
yo, Oinos, hablando en voz muy baja, pregunté a la sombra cuál era su morada y su
nombre. Y la sombra contestó: «Yo soy SOMBRA, y mi morada está al lado de las
catacumbas de Ptolemáis, y cerca de las oscuras planicies de Clíseo, que bordean el
impuro canal de Caronte.»
Y entonces los siete nos levantamos llenos de horror y permanecimos de pie temblando,
estremecidos, pálidos; porque el tono de la voz de la sombra no era el tono de un solo ser,
sino el de una multitud de seres, y, variando en sus cadencias de una sílaba a otra,
penetraba oscuramente en nuestros oídos con los acentos familiares y harto recordados
de mil y mil amigos muertos.
FIN

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