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Carla Occhipinti

Lic. en Letras

INTRODUCCION

En este presente trabajo me voy a enfocar en las cartas de Cicerón, Ad Familiares, y


como se construye así mismo frente a su amigo Ático y en que ámbito se maneja,
político, y familiar, no olvidemos que el a autor está en el exilio y desde allí escribe a
sus amigos, sobre todo a Ático y a su esposa Terencia. Concretamente, se describen las
primeras etapas del proceso creativo de las cartas. Mi idea es analizar una de las cartas
de Cicerón y ver como se construye frente a su amigo y de qué manera lo hace.

CONTEXTO HISTORICO
El período comprendido entre los 133 y 27 a.C. será una etapa tremendamente
convulsa en la historia de Roma. La compleja situación económica, social y política
llevará a momentos de tensión como los vividos con los Gracos o las guerras sociales 1

donde se enfrentarán los nobles con la plebe. El gran paso hacia un sistema político en
el que se acumula el poder en manos de una sola persona lo dará Sila . La 2

sistematización de Sila desde su cargo de dictador (82-79) fue muy importante en tanto
en cuanto supuso una ampliación de la clase dirigente y, en general, una mayor
adecuación de los mecanismos estatales a la nueva situación de Roma como cabeza de
un [imperio mediterráneo. Una de las consecuencias de la reforma de Sila que influyó
en gran medida en la política y en el propio final de la República estriba en el hecho de
que él había concentrado todo el poder político en manos del Senado, pero no sucedía lo
mismo con el poder ejecutivo. Se inició un camino sin retorno que conducía
constantemente al Senado a confiar el ejecutivo a un hombre fuerte, a un general que,
además, fuese político. Cuando muera César, en el año 44 a.C., se habrá sumado al
mundo romano toda la Galia.

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1_ Las reformas de los Gracos son una serie de leyes y propuestas hechas en los años 133, 123 y 122 a. C. por los
hermanos Tiberio Sempronio Graco y Cayo Sempronio Graco, de la familia de los Gracos.

2_ Lucio Cornelio Sila Félix (en latín, Lucius Cornelius Sulla Felix1 Roma, 138 a. C.-Puteoli, 78 a. C.) fue uno de los
más notables políticos y militares romanos de la era tardo republicana, perteneciente al bando de los optimates.
Cónsul en los años 88 a. C. y 80 a. C. y dictador entre los años 81 a. C. y 80 a. C.
La candidatura de César al Senado en el año 49 a.C. provocará intensas controversias
en Roma. La Guerra Civil que vive Roma entre 49 y 45 a.C. enfrentará a Pompeyo
como líder del partido senatorial y César como jefe de los populares. La concesión de
ciudadanía, la creación de colonias o la ley agraria fueron algunas de las medidas que
César dispuso antes de su asesinato en las puertas del Senado en marzo del año 44 a.C.
La llegada de Octavio a Roma tras la muerte de César, su padre adoptivo, supondrá el
inicio de la carrera política del futuro Augusto.. Los asesinos de César, Bruto y Casio,
murieron en la batalla de Filipos y con ellos cayeron los ideales republicanos. Cuando
Marco Antonio dejó de tener derechos sobre el gobierno de la Galia Cisalpina decidió
coger las armas, provocando la guerra de Módena (44-43 a.C.) de la que salió vencedor
el Senado.

BREVE RESEÑA BIOGRAFICA


Infatigable defensor de la res publica romana, orador elocuente y genial, abogado
brillante y fecundo escritor, Marco Tulio Cicerón, gran difusor de la cultura griega en el
mundo latino, es quizá el pensador más insaciable, aunque no original, y controvertido
del siglo que vio anochecer la república romana.

Mucho es lo que sabemos de la vida de este homo novus, informada por el ideal de
humanitas. Los abundantísimos testimonios autobiográficos recogidos en el casi millar
de cartas conservadas -a sus amigos y familiares, a su hermano Quinto, a Ático o, en el
año 43 a.C., a Marco Junio Bruto- como por testimonios indirectos –la Invectiva contra
Cicerón de Salustio o la biografía de Plutarco, en sus deliciosas Vidas paralelas, por
citar algunos ejemplos- nos permiten rastrear su vida a veces incluso a diario.

Nació Marco Tulio Cicerón, como primer hijo del matrimonio de Marco Tulio Cicerón
(†64 a.C.) y Helvia -mujer perteneciente a distinguida familia-, el 3 de enero del año
106 a.C. en la villa paterna de Arpino (ciudad latina de los Volscos al sudeste de Roma),
cuna que vio llegar al mundo medio siglo antes al no menos grande Mario (156-86
a.C.), célebre vencedor de los cimbros y de los teutones. Trasladado a Roma, tras
adquirir su padre una hacienda, se formó Cicerón como hombre público con Marco
Antonio (143-87 a.C.) y Lucio Licinio Craso (cónsul en 95 a.C.); en derecho con Quinto
Mucio Escévola, el Augur (cónsul en 117 a.C.), y Quinto Mucio Escévola, el Pontífice
(cónsul, con Lucio Craso, también en 95 a.C.); en retórica, con el cretense Apolonio
Molón; en filosofía, con el epicúreo Fedro (sucesor de Zenón de Sidón en la dirección
de la escuela epicúrea), con el académico Filón de Larisa, residente en Roma desde el
88 a.C., y con el estoico Diódoto, que le introdujo en el arte de la dialéctica; y en
poética, dio sus primeros pasos de la mano del entonces nonagenario Accio y del poeta
épico y epigramático griego Aulo Licinio Arquias, posteriormente defendido por
Cicerón, en su discurso Pro Arquia, del a. 62 a.C. (Pierre Grimal, 1986)
ESPITOLA
La palabra espitula –o, también, epístola- deriva del griego ἐπιστολή (relacionada, a su
vez, con el verbo ἐπιστέλλιν, que significa enviar) 'epístola, carta'. Se utiliza en latín
desde Plauto, y su sentido primario es el de “carta que se envía”, por oposición a
litterae 'letras', que se refiere al escrito y a su contenido. Todavía en Cicerón (Ad Quint. 3

fr. 111, 1, 8) se puede rastrear esta diferencia semántica a: uenio nunc ad tuas litteras
quas pluribus epistulis accepi . (Isidoro, Orig. VI, 8, 17)
4

El hecho de “escribir una carta” se decía epistulam scribere, conscribere, exarare, etc. 5

Se escribía sobre tablillas o tiras de papiro que se enrollaban y precintaban con un


cordel, que luego se sellaba debidamente con cera. Julio César, según cuenta Suetonio
(Iul. 56), fue el primero en dar a las cartas oficiales la forma de un libro de notas,
memorialis Zibellus. La dirección iba, como hoy, en el exterior, y a los encargados del
transporte se les llamaba tabellarii.

El término epístola sirve para designar un texto de carácter heterogéneo en su


contenido y en su forma, a diferencia de lo que sucede con otros géneros literarios, y,
así, resulta del todo inasequible hacer un resumen de las materias tratadas en las cartas.
En efecto, pueden encontrarse temas variadísimos, que van desde una simple invitación
a cenar o una recomendación hasta elevadas cuestiones filosóficas, desde una ardiente
protesta amorosa hasta fríos comunicados oficiales, un abanico de asuntos, en fin, de lo
más diverso que imaginar cabe, entre los que no hay que olvidar los mensajes cifrados
de los ejércitos, como los enviados por César.

Cicerón intenta darnos una clasificación de las cartas. Aun reconociendo que existen
muchas modalidades, distingue tres tipos principales, de los que el más antiguo, dice,
cuius causa inuenta ves ipsa est, es aquel en que se facilitan noticias a los ausentes. Hay
6

otros dos, unum familiare et iocosum, de tono amistoso y ligero, más bien
despreocupado, alterum seuerurn et graue, de tono serio, propio para comentar los
acontecimientos políticos.

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3- (Ad Quint. fr. 111, 1, 8)

4- uenio nunc ad tuas litteras quas pluribus epistulis accepi - Voy ahora a sus cartas, que recibí en varios paquetes.

5- epistulam scribere, conscribere, exarare- carta escribir, escribir, escribir

6- cuius causa inuenta ves ipsa est - de los cuales es la causa de los inventos de la prenda.
CARTA 178 (IX 11) - Libro II
(Finca de Formias, 19 o 20 de Marzo del 49)

El general Cicerón saluda al general Cesar

Cuando leí tu carta, que he recibido de nuestro Furnio en la cual me instas a


1

permanecer cerca de la Urbe, no pude por menos de extrañarme de que quisieras


recurrir a «mi consejo y mi autoridad»; pero me pregunto qué quieres decir con eso de
«influencia» y «concurso» , aun cuando la esperanza me lleva a pensar que tú, con tu
2

admirable y singular conocimiento, quieres ocuparte de la tranquilidad, la paz, la


concordia de los ciudadanos y pienso que para esta operación es bastante adecuado mi
carácter y mi personalidad.

Si es así y si sientes alguna preocupación por proteger a nuestro Pompeyo 2


reconciliarlo contigo y con la república, sin duda no encontrarás a nadie más adecuado
que yo para este objeto pues siempre he intentado inculcarle la paz a él y, en cuanto se
4,

me presentó la ocasión, al senado; no he tomado parte en la guerra después de


empuñadas las armas y he considerado que con esta guerra se te injuriaba a ti, contra
cuyo privilegio, concedido por un beneficio del pueblo romano , iban dirigidas las3

enemistades y las envidias. Pero de la misma manera que entonces no sólo favorecí
personalmente tu dignidad sino que induje a los demás a apoyarte, así ahora me
preocupa profundamente la dignidad de Pompeyo ; en efecto, han pasado algunos años
5

desde que os escogí a los dos como objeto principal de mi trato y como destinatarios de
mi más grande amistad, cosa que de hecho sois.

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1- La carta es la 172A (IX 6A): cf. 172 (IX 6), 6
2- En este párrafo Cicerón saluda a Cesar y le hace saber lo extrañado que se encuentra por haberle pedido
consejo justamente a él, y remarca la palabra influencia y concurso, dando a entender la influencia que tiene
Cicerón como concejero con los demás, debido a su gran retórica y sentido común, a pesar de las
situaciones de tensión y de los momentos de enfrentamiento, el intercambio entre ambos está lleno de
matices que reflejan un rico diálogo modulado sobre las vicisitudes personales, intelectuales y políticas, es
lo que refleja este pequeño párrafo de la carta.
3- Así mismo su relación se establece frecuentemente en un contexto en el que resulta determinante la
influencia de otras figuras, como es el caso de Pompeyo, el cual es amigo de ambos, pero por situaciones
políticas, Cesar y Pompeyo están distanciados. Cicerón será el conciliador entre estos dos personajes ya que
los mismos confían plenamente en él.
4- El de presentarse a las elecciones al consulado estando ausente.
5- Pompeyo ( Cneo Pompeyo Magno o el Grande, 106 - Pelusio, Egipto, 48 a. C.) Militar y político romano.
Perteneciente a la gens plebeya de los Pompeyos, su padre había sido cuestor, pretor y cónsul. Con él se
había formado como militar. Durante las guerras civiles de Roma formó un ejército propio, que puso al
servicio de Lucio Cornelio Sila, derrotando a los partidarios de Cayo Mario en Sicilia y en África (83 a.
C.); y cuando el partido popular pareció revivir bajo la dirección de Lépido, Pompeyo se encargó de
derrotarlo en Etruria (77).
Pompeyo tuvo que aceptar la formación de un triunvirato, compartiendo el poder con Julio César y con
Craso (60), con un reparto territorial que le otorgaba el mando en Hispania.
Por lo tanto te pido, o mejor, te ruego con todas mis súplicas y te conjuro 3
a que en medio de tus grandísimas ocupaciones consagres algún tiempo a reflexionar
sobre esto : cómo gracias a ti puedo ser un hombre de bien, agradecido y, en una
6

palabra, leal en el recuerdo de su inmenso beneficio. Si sólo se tratase de mí, tendría,


aun así, esperanzas de conseguirlo de ti; pero, según mi parecer, interesa a tu reputación
y también al estado que yo, amigo de la paz y de vosotros dos, sea preservado por tu
intervención como el más adecuado para la concordia vuestra y de los ciudadanos.

Yo, como antes te di las gracias respecto a Léntulo, por salvar a quien había sido mi
salvación, así ahora, después de leer una carta que me ha mandado llena de la mayor
7

gratitud por tu generosidad, “soy consciente” de haber recibido de ti mi salvación a la


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vez que la suya. Si te das cuenta de mi agradecimiento hacia él, permíteme, te lo ruego,
poder tenerlo también hacia Pompeyo.

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6- Cicerón le está suplicando, rogando a Cesar para que reflexione sobre sus actitudes contra la ciudad y
contra Pompeyo, ya que ambos tienen formación retórica, además utiliza la elocuencia y la capacidad
persuasiva para convencer a Cesar de sus acciones, no olvidemos que ambos son amigos.
Cicerón va apelar a esa amistad a través de la retórica, la persuasión para que realice lo mejor para roma.
7- El “yo” intencionalmente puesto para marcar la subjetividad del autor, como sujeto intencional capaz de
actuar sobre Cesar, y en consecuencia con el mundo real. La imagen de sí que construye “yo” es dialógica
en cuanto está cruzada por el otro, en este caso sería Cesar donde el mismo Cicerón construye a través del
otro la identidad de Cesar, su mirada a través de los ojos de los lectores.
8- Aun teniendo en cuenta las resistencias de D.R. Shackleton Bailey, mantengo la lectura generalmente
admitida aquí.
CONCLUSION
El corpus epistolar que Cicerón fue construyendo nos sitúa en la historia de la
literatura universal, ante las construcciones vibrantes de un hombre completo, de un
alma con virtudes y defectos, sus angustias y sus alegrías. Vemos como se alimenta de
las noticias de la urbe romana y como minuciosamente relata los acontecimientos
políticos que suceden en ella; asistimos a sus triunfos, que describe muy fervientemente,
vemos su franca y leal solicitud por la res publica, por sus amigos, por el pueblo y por
supuesto la familia que para él es lo más importante. También se puede apreciar su
extenuación ante las adversidades y los contratiempos, escuchamos su padecimiento
económico, que son aliviados por su gran amigo Ático. Este fue uno de los dramas de
Cicerón un homo novus que busca un lugar entre los optimates y desea mantenerse en
él. En sus cartas se refleja su carácter político ya que presenta una noción del estado y la
revalorización de virtudes tradicionales que dieron identidad y esplendor a Roma
durante siglos. Desde el ángulo de la política todo estaba vinculado a su época que
facilita racionalmente su misión histórica política de Roma.

En esta carta se ve la relación entre César y Cicerón no solo resulta interesante desde la
perspectiva del análisis político y cultural, con vistas a desentrañar sus posiciones
ideológicas, sino también desde la faceta puramente humana: nos encontramos ante dos
personalidades extremadamente ricas y complejas, llenas de matices y claroscuros, que
comparten, cada una con su propia idiosincrasia, la condición de “romanos totales”,
hombres de acción y de palabra, profundamente involucrados en la vida pública de
Roma, en el foro político y judicial, y a la vez con una decidida proyección intelectual
en la que igualmente se dieron encuentros y desencuentros entre ellos. Donde Cicerón
tendrá que apelar elocuentemente a la percepción de Cesar, para suavizar las relaciones
de este con Pompeyo.

Las cartas son casi un diario, una fuente para la vida cotidiana de la capital romano,
son fuente inagotable de historia, donde quedan registrados los pormenores de las clases
dirigente, sus intereses, su indiferencia con los demás y por el mismo estado que se
adapta correctamente a los diferentes destinatarios.
BIBLIOGRAFIA

 Cicerón, Marco Tulio, Cartas II, Cartas a Ático (162-426). Editorial Gredos
España 1996.
 Codoñer, Carmen. Historia de la Literatura Latina. Cátedra, Critica y Estudios
Literarios, 1997.
 Conyers Middelton. Historia de la vida de Cicerón. Biblioteca Principal de la
Universidad de Cambrige. Segunda Edición 1804. España
 Baños J. M., Cicerón, Madrid, Ediciones Clásicas, 2000
 Manfred Fuhrmann, Cicero und die römische Republik. Eine Biographie (3ª ed.
Múnich, Zúrich 1990)
 Pierre Grimal, Tres biografías recientes e interesantes sobre Cicerón. Cicerón
(París 1986).

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