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s06 Co La Comunicacion No Verbal Cap21 Intro
s06 Co La Comunicacion No Verbal Cap21 Intro
CAPÍTULO 21
LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
ANA MARÍA CESTERO MANCERA
UNIVERSIDAD DE ALCALÁ
Contenido
Referencias bibliográficas
La comunicación no verbal
Los usuarios del Marco de referencia pueden tener presente y, en su caso, considerar:
- Qué destrezas tendrá que aprender el alumno, cómo se le capacitará para ello o qué se le exigirá al
respecto, con el fin de relacionar acciones con palabras, y viceversa.
- En qué situaciones tendrá que ponerlas en práctica el alumno, cómo se le capacitará para ello o qué se
le exigirá al respecto (Consejo de Europa 2002: 87).
Los usuarios del Marco de referencia pueden tener presente y, en su caso, determinar:
- Qué comportamientos paralingüísticos de la lengua meta tendrá que reconocer y comprender el
alumno, cómo se le capacitará para ello o qué se le exigirá al respecto (Consejo de Europa 2002: 88).
No obstante, para trabajar la comunicación no verbal en el aula de L2/LE es necesario conocer qué
es exactamente la comunicación no verbal, que signos y sistemas la integran, y cómo funcionan. A ello
dedicaremos la mayor parte de los contenidos de este capítulo.
1
Los contenidos de este capítulo han sido elaborados, fundamentalmente, a partir de los estudios de Poyatos (1972, 1975,
1976, 1983, 1993, 1994a, 1994b, 1996, 2000, 2002 y 2006) y de nuestra propia experiencia docente e investigadora en este
campo (Cestero 1996, 1998, 1999a, 1999b, 2000a, 2000b, 2004, 2006, 2007, 2009, 2014 y 2016). Para una mayor
profundización en el tema pueden consultarse las obras colectivas editadas por Auer y Di Luzio (1992), Kendon (1981), Key
(1980 y 1982), Poyatos (1988 y 1992) y Wolfgang (1984), así como la revisión bibliográfica de Hore y Paget (1975) y la
publicación periódica Journal of Nonverbal Behavior (Claremont, California) <http://www.kluweronline.com/issn/0191-
5886/contents>. Véase, también, Raffler-Engel (1980), Soler Espiauba (1989) y Diadori (2013).
2
Citamos por Consejo de Europa (2002).
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MANUAL del profesor de ELE
Ambos contienen elementos universales y elementos peculiares de cada lengua y cultura y, por lo
tanto, requieren estudio y enseñanza específicos, aunque, en esta ocasión, nos vamos a centrar en los
sistemas de comunicación no verbal únicamente, pues la cultura, sus signos y sistemas, es un tema que
requiere atención específica y que se tratará en profundidad en el capítulo 22 de este manual, de Méndez
Guerrero, que se titula Cultura e interculturalidad.
La gran cantidad de elementos diferentes que pueden ser recogidos bajo la denominación general
de comunicación no verbal explica que su estudio haya sido lento y se haya caracterizado por la
interdisciplinariedad. Así, aunque encontramos menciones y descripciones de signos no verbales en la
Antigüedad, dispersas por las obras de clásicos latinos y griegos o en tratados filosóficos y estudios de
medicina, antropológicos, sociales, históricos e, incluso, lingüísticos de siglos pasados, y a pesar de la
aparición, a finales del siglo XIX, de la influyente obra de Darwin, The Expression of the Emotions in Man
and Animals, se considera que la Comunicación no verbal como disciplina nace a finales de los años
cincuenta del siglo XX de la mano de antropólogos como R. Birdwhistell y E. T. Hall, que presentan sus
estudios sobre quinésica y proxémica y cronémica, respectivamente, y de psicólogos y psiquiatras que
publican trabajos en los que se analiza el comportamiento no verbal de pacientes. En las décadas
siguientes se produce su consolidación, nuevamente de manos de especialistas procedentes de distintas
ciencias: la antropología, la psicología, la lingüística y la sociología fundamentalmente.
No obstante, el estudio de la comunicación no verbal no se hace, exclusivamente, desde la
disciplina que lleva su nombre, y que tiene como objeto de investigación principal los signos y actos de
comunicación emitidos a partir de signos que pertenecen a los denominados sistemas de comunicación no
verbal, sino que se hace también desde la disciplina denominada Análisis de la conversación, cuyo objetivo
es descubrir y documentar las organizaciones sistemáticas del habla en la interacción conversacional. Por
otro lado, una parte de lo que hemos definido como comunicación no verbal, la correspondiente a
determinados hábitos y costumbres culturales de una comunidad, es estudiada por historiadores o
especialistas en folclore que nada o poco tienen que ver con la comunicación y su estudio. Por último,
existe algún especialista que en sus trabajos une los objetos de estudio particulares, la teoría y la
metodología de las distintas disciplinas mencionadas, nos referimos a Poyatos, cuya obra es una de las
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Las cualidades y los modificadores fónicos, los indicadores sonoros de reacciones fisiológicas y emocionales, los elementos
cuasi-léxicos y las pausas y silencios que comunican, especifican o matizan el sentido de los enunciados verbales.
4
Los movimientos y las posturas corporales que comunican, especifican o matizan el significado de los enunciados verbales.
5
Los hábitos relativos al comportamiento, al ambiente y a las creencias de una comunidad que tienen que ver con la concepción, el
uso y la distribución del espacio y con las distancias culturales que mantienen las personas en interacción.
6
La concepción que tiene el ser humano del tiempo y el uso y la distribución que hace de él.
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La comunicación no verbal
♦ Los signos no verbales pueden comunicar activa o pasivamente, por tanto, podemos utilizarlos
para comunicar, pero también pueden comunicar sin que nosotros lo provoquemos. La mayoría de los
signos culturales comunican pasivamente y la mayoría de los signos de los sistemas no verbales comunican
activamente.
En relación con esta característica, es conveniente resaltar la utilización consciente e inconsciente
de los signos no verbales. Es posible y frecuente que utilicemos de forma inconsciente signos no verbales
que realicen actos de comunicación imperceptibles para el emisor, pero no para el receptor, que les dará
más crédito por tratarse de actos involuntarios. Ejemplo claro de ello son los clics linguales, las
aspiraciones o los cambios posturales que realizamos cuando deseamos hablar y nuestro interlocutor no
nos cede la palabra y que suelen ser involuntarios o tan espontáneos que el emisor no se da cuenta de su
producción, pero para el interlocutor constituyen una señal inequívoca de petición de palabra; lo mismo
ocurre con los gestos manuales que hacemos cuando estamos nerviosos (tocarnos la oreja o la nariz,
rascarnos la cabeza, juguetear con objetos -un bolígrafo-), con la desviación de la mirada del interlocutor
que tiene la palabra cuando no nos interesa un tema, con la aproximación corporal a la persona que nos
agrada, etc.
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MANUAL del profesor de ELE
♦ Los signos no verbales pueden utilizarse para comunicar en combinación o alternando con los
signos verbales o de forma independiente, haciendo uso de signos de un solo sistema o de varios.
A este respecto es necesario mencionar la relación de dependencia que existe entre el sistema
verbal y los sistemas no verbales, de manera que resulta imposible comunicar verbalmente sin emitir, a la
vez, signos no verbales consciente o inconscientemente (pues la ausencia aparente de signos no verbales
también comunica). No ocurre lo mismo con la comunicación exclusivamente no verbal, que puede
alternar en algunos casos con la verbal o utilizarse en lugar de ella, siendo en muchas ocasiones más
significativa: es lo que Poyatos (1994a: capítulo 4) ha denominado "la estructura triple básica de la
comunicación humana". Así, podemos emitir un enunciado verbal sencillo como ¡Hola!, pero, al
producirlo, necesariamente debemos hacerlo con un tono, un timbre, un volumen... determinados y con
varios movimientos faciales (/abertura considerable de ojos/, /sonrisa/...); sin embargo, podemos realizar
el mismo acto de comunicación con un signo paralingüístico (¡Hey!...) o con un gesto (/levantamiento de
mano/ /levantamiento de cabeza y barbilla/...).
♦ La comunicación que se produce a través de los signos no verbales es básicamente funcional.
Los utilizamos para realizar actos de comunicación, bien relacionados con la interacción social, tales como
saludar, presentar, felicitar, agradecer, prometer, bautizar, etc.; bien relacionados con la estructuración y
el control de la comunicación misma, como pedir la palabra, comenzar un turno de habla, terminar un
turno de habla, relacionar partes y elementos del discurso, subsanar deficiencias, etc., o bien relacionados
con prácticas habituales en la comunicación interactiva humana como identificar, describir, pedir, opinar,
aconsejar y exteriorizar (vivencias, sensaciones, sentimientos y deseos).
♦ Los signos de los sistemas de comunicación no verbal son plurifuncionales, es decir, se pueden
utilizar, en cualquier momento de la interacción, con uno o más de los siguientes propósitos
fundamentales:
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La comunicación no verbal
sonrisa a la vez que se /abraza/ al interlocutor y que indica la actitud positiva o muestra la
alegría de la persona que la produce, etc.
d) Debilitar el contenido o sentido de un enunciado verbal, por ejemplo, al expresar sonriente un
enunciado del tipo Este trabajo podría estar mejor o al bajar el tono al decir No es así, es... o
esbozar una sonrisa cuando se corrige un error gramatical cometido por un extranjero.
e) Contradecir el contenido o sentido de un enunciado verbal, por ejemplo, al decir en tono alto,
casi gritando, y con el /ceño fruncido/, No estoy enfado.
f) Camuflar el verdadero sentido de un enunciado verbal, por ejemplo, al decir en tono bajo y en
velocidad lenta de emisión un enunciado como De todas formas no quería ver esa película.
Teniendo en cuenta el alcance de estos usos de los signos no verbales, es fácil aceptar, sin reparos,
la existencia de la triple estructura básica a la que antes hacíamos referencia y, concebido así el proceso de
comunicación humana, cabe preguntarse si puede hablarse con propiedad de comunicación lingüística o
si, por el contrario, lo que ha de investigarse, describirse y enseñarse es la expresión lingüística,
paralingüística y quinésica conjuntamente, ya que, irremediablemente, en cualquier acto comunicativo se
ponen en funcionamiento signos del sistema verbal y de los sistemas no verbales a la vez.
2) Comunicar, sustituyendo al lenguaje verbal
Los elementos del sistema verbal, como hemos mencionado ya, deben ir siempre acompañados
de elementos de los sistemas paralingüístico y quinésico para que se produzca comunicación. Sin
embargo, algunos signos de los sistemas no verbales pueden producirse en solitario: una risa que expresa
entusiasmo o nerviosismo, o que utilizamos para cooperar con otra persona, un (Uff) para indicar mucho
tiempo o que algo está muy lejos, un (¡Hey!) para saludar a cierta distancia o un gesto manual para saludar
a alguien, localizar algo, indicar que se tiene hambre, sed, calor, frío, etc.
3) Regular la interacción
Son muchos los elementos de los sistemas no verbales que sirven para regular la conversación, es
más, generalmente la conversación se regula y estructura a través de ellos: el descenso tonal, la pausa, el
alargamiento de sonidos finales... marcan el final de un turno y ceden, por tanto, la palabra; la sonrisa, los
elementos cuasi-léxicos del tipo de (hm), (aha), (ah)... indican seguimiento y participación activa en la
interacción; los titubeos, alargamientos de sonidos como (m:) (e:), aspiraciones... permiten mantener la
palabra; y la reorganización postural o la dirección de la mirada ceden el turno de habla.
4) Subsanar las deficiencias verbales
Utilizamos los signos de los sistemas de comunicación no verbal para evitar los vacíos
conversacionales o discursivos producidos por deficiencias verbales momentáneas o por desconocimiento
de los elementos correspondientes del sistema lingüístico. Elementos paralingüísticos como (m:) (e:) llenan
los vacíos provocados por titubeo o duda (a la vez que sirven de reguladores) y un gesto manual ilustrativo
puede sustituir al elemento léxico que no conocemos o no recordamos en un momento dado de la
comunicación.
5) Favorecer las conversaciones simultáneas
Gracias a los sistemas de comunicación no verbal podemos mantener más de una conversación a
la vez y expresar más de un enunciado de forma simultánea. Sirvan de ejemplo esas conversaciones que
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tenemos con los que nos rodean a la vez que hablamos por teléfono o el estar en dos conversaciones a la
vez, escuchando al que habla y comentando lo que dice con el resto de interlocutores mediante señales
hechas con los pies, las manos y la mirada.
♦ Por último, los signos no verbales, igual que los verbales, pueden variar, dependiendo de la
caracterización social de las personas y de las situaciones en que se usen. Así, aunque muchos elementos
paralingüísticos, quinésicos, proxémicos y cronémicos son utilizados en cualquier contexto y por todos los
miembros de una comunidad, otros muchos son específicos de las mujeres o de los hombres, de los
jóvenes o de los mayores, de las personas sin instrucción o con instrucción superior, presentan un uso
más frecuente en los actos comunicativos de sujetos con determinada caracterización social o se usan en
unas situaciones específicas (en casa, en un bar...) pero no en otras (en una clase, en una entrevista de
trabajo).
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La comunicación no verbal
1. Descodificación correcta por el contexto de uso. En interacción intercultural, puede darse el caso de
que nuestro interlocutor -o nosotros mismos- utilice un signo no verbal que no existe en nuestra
cultura o que es diferente al nuestro y, por tanto, no lo conozcamos; sin embargo, lo más
habitual es que interpretemos correcta o adecuadamente el acto de comunicación gracias al
contexto de uso. Sirva de ejemplo el gesto español que indica mucha cantidad (/sacudida de
mano/), que es bastante peculiar de nuestra cultura, pero cuando lo utilizamos en una
conversación con un extranjero es fácil que interprete bien el mensaje por el contexto.
2. Descodificación cero (signos percibidos). En otras ocasiones, no obstante, ni siquiera el contexto
puede ayudar a interpretar un signo no verbal que no existe en una de las culturas de los
interactantes o que es diferente, aunque sea percibido. Así ocurre, por ejemplo, con el gesto que
utilizamos los españoles para expresar que alguien tiene mucha cara.
3. Descodificación cero (signos no percibidos). Otras veces, no podemos interpretar un signo no verbal
utilizado por una persona de otra cultura porque ni siquiera nos percatamos de que ha sido
producido. Es un ejemplo clásico de esta situación el gesto japonés para yo (/tocándose con el
dedo índice la punta de la nariz/).
4. Descodificación falsa por contexto engañoso. Más problemático es cuando nuestro interlocutor
utiliza un signo no verbal que guarda cierto parecido con alguno nuestro y que interpretamos
erróneamente por el contexto. Así pasa con los movimientos laterales de cabeza que, en España,
se hacen para mostrar duda o incertidumbre, como equivalentes a quizás, y en otras culturas
sirven para afirmar o mostrar acuerdo.
5. Descodificación falsa (falsos cognados). Sin duda, la situación más problemática es cuando los
interactantes de dos culturas diferentes utilizan falsos cognados, es decir, signos no verbales
idénticos en su forma pero con significados opuestos. En estas circunstancias, la interpretación
es justo la contraria a la pretendida por la persona que utiliza el signo. El ejemplo más claro es
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el movimiento de cabeza para afirmar o negar: en España y otras culturas, se afirma moviendo
la cabeza de arriba hacia abajo y se niega moviéndola de derecha a izquierda o viceversa,
mientras que en Bulgaria, Grecia... es justo al revés: el movimiento vertical es no y el
horizontal es sí.
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Véase, a este respecto, Poyatos (1994a: capítulo 4).
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Los dos besos que utilizan los españoles para saludar pueden ser interpretados por un americano, erróneamente, como
indicadores de atracción o, incluso, como una invitación a mantener relaciones íntimas. El gesto que en muchas culturas
occidentales significa “muy bien”, “vale”, etc. (el famoso gesto del O.K.) es muy parecido a un insulto bastante fuerte en
Brasil, que equivale al estiramiento del dedo corazón hacia arriba de los españoles, y, en Taiwán y otras culturas orientales, se
asemeja a la realización de un círculo con los dedos pulgar e índice que significa /dinero/.
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La comunicación no verbal
bloqueos interactivos, producidos, generalmente, por interferencias de los signos no verbales de su propia
cultura9.
Tras esta introducción general, pasamos a tratar, con cierto detalle, los sistemas de
comunicación no verbal y las categorías que los integran, empezando por el paralingüístico y el quinésico,
por ser los sistemas primarios o básicos.
9
Véase Poyatos (1994a: 55-60).
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Los indicadores a los que acabamos de aludir suelen considerarse de tipo no verbal, aunque ello entraña un problema de fondo o
perspectiva con respecto al componente entonativo (acústico-melódico), que tradicionalmente se ha tratado como parte del
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