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Cestero Mancera, Ana M. (2017): "La comunicación no verbal", en Ana M.

Cestero Mancera e Inmaculada Penadés Martínez (eds.) (2017): Manual del


profesor de ELE, Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá, Servicio de
Publicaciones, pp. 1051-1122.

CAPÍTULO 21
LA COMUNICACIÓN NO VERBAL
ANA MARÍA CESTERO MANCERA
UNIVERSIDAD DE ALCALÁ

Contenido

1. Introducción: la comunicación no verbal


1.1. La comunicación no verbal
1.2. Características de los signos y sistemas de comunicación no verbal
1.3. La comunicación no verbal en la interacción intercultural

2. Los sistemas de comunicación no verbal básicos: el paralenguaje y la quinésica


2.1. Los signos no verbales paralingüísticos
2.1.1. Las cualidades y los modificadores fónicos
2.1.2. Sonidos fisiológicos y emocionales
2.1.3. Elementos cuasi-léxicos
2.1.4. Pausas y silencios
2.2. Los signos no verbales quinésicos
2.2.1. Los gestos
2.2.2. Las maneras
2.2.3. Las posturas

3. Los sistemas de comunicación no verbal culturales: la proxémica y la cronémica


3.1. Los signos proxémicos
3.2. Los signos cronémicos

4. Comunicación no verbal y enseñanza de lenguas segundas o extranjeras


4.1. El estudio de la comunicación no verbal para su aplicación a la enseñanza de lenguas
4.1.1. La realización de inventarios de signos no verbales
4.1.2. Estudios sobre diferencias culturales en el repertorio básico de signos no
verbales
4.2. La enseñanza de los signos no verbales

5. Conclusiones y propuestas para la investigación de la comunicación no verbal en el marco de la enseñanza


de LE

Referencias bibliográficas
La comunicación no verbal

1. Introducción: la comunicación no verbal1


La enseñanza y el aprendizaje de lenguas extranjeras tienen como objetivo general, desde hace ya
bastantes años, conseguir que un aprendiz pueda comunicar y comunicarse en una lengua meta. Este
propósito obliga a prestar atención tanto a la lengua, como a la comunicación, un proceso complejo, que
supone mucho más que conocer y utilizar un sistema lingüístico, pues, para que pueda producirse de
forma eficaz y apropiada, hemos de ser competentes comunicativamente, y ello implica no solo la
adquisición de una competencia lingüística determinada, sino, también, el conocimiento y la utilización de
información pragmática, social, situacional y geográfica, y de signos y sistemas de comunicación no verbal.
Este hecho constatado no ha sido pasado por alto por los investigadores y profesionales de la
enseñanza de lenguas segundas o extranjeras (L2/LE) y el mismo Marco común europeo de referencia para
las lenguas: aprendizaje, enseñanza, evaluación2 se hace eco de ello al incluir la comunicación no verbal en
el capítulo correspondiente al uso de la lengua y al apuntar que:

Los usuarios del Marco de referencia pueden tener presente y, en su caso, considerar:
- Qué destrezas tendrá que aprender el alumno, cómo se le capacitará para ello o qué se le exigirá al
respecto, con el fin de relacionar acciones con palabras, y viceversa.
- En qué situaciones tendrá que ponerlas en práctica el alumno, cómo se le capacitará para ello o qué se
le exigirá al respecto (Consejo de Europa 2002: 87).

Los usuarios del Marco de referencia pueden tener presente y, en su caso, determinar:
- Qué comportamientos paralingüísticos de la lengua meta tendrá que reconocer y comprender el
alumno, cómo se le capacitará para ello o qué se le exigirá al respecto (Consejo de Europa 2002: 88).

No obstante, para trabajar la comunicación no verbal en el aula de L2/LE es necesario conocer qué
es exactamente la comunicación no verbal, que signos y sistemas la integran, y cómo funcionan. A ello
dedicaremos la mayor parte de los contenidos de este capítulo.

1.1. La comunicación no verbal


Con la expresión comunicación no verbal se alude habitualmente a todos los signos y sistemas de
signos no lingüísticos que comunican o se utilizan para comunicar. Como puede apreciarse por la
definición, se trata de un ámbito muy amplio que incluye, por un lado, los hábitos y las costumbres
culturales y, por otro, los denominados sistemas de comunicación no verbal. Definida así, podemos
establecer, por razones fundamentalmente prácticas, ya que se trata de elementos y aspectos
interrelacionados, dos tipos diferentes de elementos constitutivos de la comunicación no verbal:

1
Los contenidos de este capítulo han sido elaborados, fundamentalmente, a partir de los estudios de Poyatos (1972, 1975,
1976, 1983, 1993, 1994a, 1994b, 1996, 2000, 2002 y 2006) y de nuestra propia experiencia docente e investigadora en este
campo (Cestero 1996, 1998, 1999a, 1999b, 2000a, 2000b, 2004, 2006, 2007, 2009, 2014 y 2016). Para una mayor
profundización en el tema pueden consultarse las obras colectivas editadas por Auer y Di Luzio (1992), Kendon (1981), Key
(1980 y 1982), Poyatos (1988 y 1992) y Wolfgang (1984), así como la revisión bibliográfica de Hore y Paget (1975) y la
publicación periódica Journal of Nonverbal Behavior (Claremont, California) <http://www.kluweronline.com/issn/0191-
5886/contents>. Véase, también, Raffler-Engel (1980), Soler Espiauba (1989) y Diadori (2013).
2
Citamos por Consejo de Europa (2002).

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MANUAL del profesor de ELE

A. Los signos y sistemas de signos culturales, es decir, el conjunto de hábitos de comportamiento y


ambientales, y las creencias de una comunidad que comunican, en sentido amplio y en sentido
estricto.
B. Los sistemas de comunicación no verbal, esto es, el conjunto de signos que constituyen los dos
sistemas de comunicación no verbal básicos, a saber, el sistema paralingüístico3 y el sistema
quinésico4, y los dos secundarios o culturales, es decir, los sistemas proxémico5 y cronémico6.

Ambos contienen elementos universales y elementos peculiares de cada lengua y cultura y, por lo
tanto, requieren estudio y enseñanza específicos, aunque, en esta ocasión, nos vamos a centrar en los
sistemas de comunicación no verbal únicamente, pues la cultura, sus signos y sistemas, es un tema que
requiere atención específica y que se tratará en profundidad en el capítulo 22 de este manual, de Méndez
Guerrero, que se titula Cultura e interculturalidad.
La gran cantidad de elementos diferentes que pueden ser recogidos bajo la denominación general
de comunicación no verbal explica que su estudio haya sido lento y se haya caracterizado por la
interdisciplinariedad. Así, aunque encontramos menciones y descripciones de signos no verbales en la
Antigüedad, dispersas por las obras de clásicos latinos y griegos o en tratados filosóficos y estudios de
medicina, antropológicos, sociales, históricos e, incluso, lingüísticos de siglos pasados, y a pesar de la
aparición, a finales del siglo XIX, de la influyente obra de Darwin, The Expression of the Emotions in Man
and Animals, se considera que la Comunicación no verbal como disciplina nace a finales de los años
cincuenta del siglo XX de la mano de antropólogos como R. Birdwhistell y E. T. Hall, que presentan sus
estudios sobre quinésica y proxémica y cronémica, respectivamente, y de psicólogos y psiquiatras que
publican trabajos en los que se analiza el comportamiento no verbal de pacientes. En las décadas
siguientes se produce su consolidación, nuevamente de manos de especialistas procedentes de distintas
ciencias: la antropología, la psicología, la lingüística y la sociología fundamentalmente.
No obstante, el estudio de la comunicación no verbal no se hace, exclusivamente, desde la
disciplina que lleva su nombre, y que tiene como objeto de investigación principal los signos y actos de
comunicación emitidos a partir de signos que pertenecen a los denominados sistemas de comunicación no
verbal, sino que se hace también desde la disciplina denominada Análisis de la conversación, cuyo objetivo
es descubrir y documentar las organizaciones sistemáticas del habla en la interacción conversacional. Por
otro lado, una parte de lo que hemos definido como comunicación no verbal, la correspondiente a
determinados hábitos y costumbres culturales de una comunidad, es estudiada por historiadores o
especialistas en folclore que nada o poco tienen que ver con la comunicación y su estudio. Por último,
existe algún especialista que en sus trabajos une los objetos de estudio particulares, la teoría y la
metodología de las distintas disciplinas mencionadas, nos referimos a Poyatos, cuya obra es una de las

3
Las cualidades y los modificadores fónicos, los indicadores sonoros de reacciones fisiológicas y emocionales, los elementos
cuasi-léxicos y las pausas y silencios que comunican, especifican o matizan el sentido de los enunciados verbales.
4
Los movimientos y las posturas corporales que comunican, especifican o matizan el significado de los enunciados verbales.
5
Los hábitos relativos al comportamiento, al ambiente y a las creencias de una comunidad que tienen que ver con la concepción, el
uso y la distribución del espacio y con las distancias culturales que mantienen las personas en interacción.
6
La concepción que tiene el ser humano del tiempo y el uso y la distribución que hace de él.

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La comunicación no verbal

más influyentes en la actualidad en lo que respecta al estudio de la comunicación no verbal, en general, y a


la aplicación de los conocimientos que sobre ella tenemos en la enseñanza de lenguas extranjeras, en
particular.
A pesar de que hace ya medio siglo que se trabaja, de forma sistemática, en el estudio de la
comunicación no verbal, estamos aún en la fase de identificación, descripción y clasificación de signos y
sistemas. Sin embargo, los conocimientos que hoy día tenemos nos permiten considerarla como una parte
sustancial de la comunicación humana y son suficientes para empezar a incluirla en la enseñanza y el
aprendizaje de lenguas extranjeras, pues para comunicar y comunicarnos utilizamos signos verbales y no
verbales, por tanto, para enseñar a comunicar y comunicarse se debe prestar atención a los signos básicos
de los dos tipos de sistemas. En el ámbito que aquí nos ocupa, la enseñanza de L2/LE, los pasos que deben
seguirse son los siguientes: elaborar inventarios de signos no verbales, realizar comparaciones
interculturales a partir de ellos e integrar los elementos específicos de las lenguas y culturas meta, a partir
de los repertorios, en los diseños curriculares actuales, de la misma manera que se hace con los del
sistema lingüístico, tal y como se trata, en profundidad, en la última parte del capítulo.

1.2. Características de los signos y sistemas de comunicación no verbal


Como hemos mencionado con anterioridad, los sistemas de comunicación no verbal son el
paralingüístico, el quinésico, el proxémico y el cronémico. Cada uno de ellos presenta una caracterización
específica, pero podemos resaltar cinco aspectos fundamentales, considerados, de forma general,
características básicas de los signos no verbales, que nos informan acerca de su funcionamiento y de su
utilización:

♦ Los signos no verbales pueden comunicar activa o pasivamente, por tanto, podemos utilizarlos
para comunicar, pero también pueden comunicar sin que nosotros lo provoquemos. La mayoría de los
signos culturales comunican pasivamente y la mayoría de los signos de los sistemas no verbales comunican
activamente.
En relación con esta característica, es conveniente resaltar la utilización consciente e inconsciente
de los signos no verbales. Es posible y frecuente que utilicemos de forma inconsciente signos no verbales
que realicen actos de comunicación imperceptibles para el emisor, pero no para el receptor, que les dará
más crédito por tratarse de actos involuntarios. Ejemplo claro de ello son los clics linguales, las
aspiraciones o los cambios posturales que realizamos cuando deseamos hablar y nuestro interlocutor no
nos cede la palabra y que suelen ser involuntarios o tan espontáneos que el emisor no se da cuenta de su
producción, pero para el interlocutor constituyen una señal inequívoca de petición de palabra; lo mismo
ocurre con los gestos manuales que hacemos cuando estamos nerviosos (tocarnos la oreja o la nariz,
rascarnos la cabeza, juguetear con objetos -un bolígrafo-), con la desviación de la mirada del interlocutor
que tiene la palabra cuando no nos interesa un tema, con la aproximación corporal a la persona que nos
agrada, etc.

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MANUAL del profesor de ELE

♦ Los signos no verbales pueden utilizarse para comunicar en combinación o alternando con los
signos verbales o de forma independiente, haciendo uso de signos de un solo sistema o de varios.
A este respecto es necesario mencionar la relación de dependencia que existe entre el sistema
verbal y los sistemas no verbales, de manera que resulta imposible comunicar verbalmente sin emitir, a la
vez, signos no verbales consciente o inconscientemente (pues la ausencia aparente de signos no verbales
también comunica). No ocurre lo mismo con la comunicación exclusivamente no verbal, que puede
alternar en algunos casos con la verbal o utilizarse en lugar de ella, siendo en muchas ocasiones más
significativa: es lo que Poyatos (1994a: capítulo 4) ha denominado "la estructura triple básica de la
comunicación humana". Así, podemos emitir un enunciado verbal sencillo como ¡Hola!, pero, al
producirlo, necesariamente debemos hacerlo con un tono, un timbre, un volumen... determinados y con
varios movimientos faciales (/abertura considerable de ojos/, /sonrisa/...); sin embargo, podemos realizar
el mismo acto de comunicación con un signo paralingüístico (¡Hey!...) o con un gesto (/levantamiento de
mano/ /levantamiento de cabeza y barbilla/...).
♦ La comunicación que se produce a través de los signos no verbales es básicamente funcional.
Los utilizamos para realizar actos de comunicación, bien relacionados con la interacción social, tales como
saludar, presentar, felicitar, agradecer, prometer, bautizar, etc.; bien relacionados con la estructuración y
el control de la comunicación misma, como pedir la palabra, comenzar un turno de habla, terminar un
turno de habla, relacionar partes y elementos del discurso, subsanar deficiencias, etc., o bien relacionados
con prácticas habituales en la comunicación interactiva humana como identificar, describir, pedir, opinar,
aconsejar y exteriorizar (vivencias, sensaciones, sentimientos y deseos).
♦ Los signos de los sistemas de comunicación no verbal son plurifuncionales, es decir, se pueden
utilizar, en cualquier momento de la interacción, con uno o más de los siguientes propósitos
fundamentales:

1) Añadir información al contenido o sentido de un acto de comunicación o matizarlo


Cuando se emplean con este propósito fundamental, los elementos de los sistemas no verbales
pueden:
a) Especificar el contenido o sentido de un enunciado verbal o de otros signos no verbales. Así, el
tono con que se emite un ¡Vale! le da el sentido de conformidad total, de conformidad por
obligación e, incluso, de disconformidad, o un Ya acompañado de un gesto de /afirmación/ con
considerable /abertura de ojos/ y /estiramiento de las comisuras de la boca hacia abajo/ puede
comunicar temor, desconcierto, preocupación...
b) Confirmar el contenido o sentido de un enunciado verbal o de otros signos no verbales, por
ejemplo, un /sí/ gestual que acompaña a un Claro verbal en respuesta a una invitación, un Me
alegro que estés aquí susurrado, etc.
c) Reforzar el contenido o sentido de un enunciado verbal o de otros signos no verbales, como un
tono elevado o una voz gritona que acompaña a un No quiero, velocidad rápida de emisión al
decir No lo entiendo, un fuerte abrazo a la vez que se dice Me alegro de verte, una amplia

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La comunicación no verbal

sonrisa a la vez que se /abraza/ al interlocutor y que indica la actitud positiva o muestra la
alegría de la persona que la produce, etc.
d) Debilitar el contenido o sentido de un enunciado verbal, por ejemplo, al expresar sonriente un
enunciado del tipo Este trabajo podría estar mejor o al bajar el tono al decir No es así, es... o
esbozar una sonrisa cuando se corrige un error gramatical cometido por un extranjero.
e) Contradecir el contenido o sentido de un enunciado verbal, por ejemplo, al decir en tono alto,
casi gritando, y con el /ceño fruncido/, No estoy enfado.
f) Camuflar el verdadero sentido de un enunciado verbal, por ejemplo, al decir en tono bajo y en
velocidad lenta de emisión un enunciado como De todas formas no quería ver esa película.
Teniendo en cuenta el alcance de estos usos de los signos no verbales, es fácil aceptar, sin reparos,
la existencia de la triple estructura básica a la que antes hacíamos referencia y, concebido así el proceso de
comunicación humana, cabe preguntarse si puede hablarse con propiedad de comunicación lingüística o
si, por el contrario, lo que ha de investigarse, describirse y enseñarse es la expresión lingüística,
paralingüística y quinésica conjuntamente, ya que, irremediablemente, en cualquier acto comunicativo se
ponen en funcionamiento signos del sistema verbal y de los sistemas no verbales a la vez.
2) Comunicar, sustituyendo al lenguaje verbal
Los elementos del sistema verbal, como hemos mencionado ya, deben ir siempre acompañados
de elementos de los sistemas paralingüístico y quinésico para que se produzca comunicación. Sin
embargo, algunos signos de los sistemas no verbales pueden producirse en solitario: una risa que expresa
entusiasmo o nerviosismo, o que utilizamos para cooperar con otra persona, un (Uff) para indicar mucho
tiempo o que algo está muy lejos, un (¡Hey!) para saludar a cierta distancia o un gesto manual para saludar
a alguien, localizar algo, indicar que se tiene hambre, sed, calor, frío, etc.
3) Regular la interacción
Son muchos los elementos de los sistemas no verbales que sirven para regular la conversación, es
más, generalmente la conversación se regula y estructura a través de ellos: el descenso tonal, la pausa, el
alargamiento de sonidos finales... marcan el final de un turno y ceden, por tanto, la palabra; la sonrisa, los
elementos cuasi-léxicos del tipo de (hm), (aha), (ah)... indican seguimiento y participación activa en la
interacción; los titubeos, alargamientos de sonidos como (m:) (e:), aspiraciones... permiten mantener la
palabra; y la reorganización postural o la dirección de la mirada ceden el turno de habla.
4) Subsanar las deficiencias verbales
Utilizamos los signos de los sistemas de comunicación no verbal para evitar los vacíos
conversacionales o discursivos producidos por deficiencias verbales momentáneas o por desconocimiento
de los elementos correspondientes del sistema lingüístico. Elementos paralingüísticos como (m:) (e:) llenan
los vacíos provocados por titubeo o duda (a la vez que sirven de reguladores) y un gesto manual ilustrativo
puede sustituir al elemento léxico que no conocemos o no recordamos en un momento dado de la
comunicación.
5) Favorecer las conversaciones simultáneas
Gracias a los sistemas de comunicación no verbal podemos mantener más de una conversación a
la vez y expresar más de un enunciado de forma simultánea. Sirvan de ejemplo esas conversaciones que

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MANUAL del profesor de ELE

tenemos con los que nos rodean a la vez que hablamos por teléfono o el estar en dos conversaciones a la
vez, escuchando al que habla y comentando lo que dice con el resto de interlocutores mediante señales
hechas con los pies, las manos y la mirada.

♦ Por último, los signos no verbales, igual que los verbales, pueden variar, dependiendo de la
caracterización social de las personas y de las situaciones en que se usen. Así, aunque muchos elementos
paralingüísticos, quinésicos, proxémicos y cronémicos son utilizados en cualquier contexto y por todos los
miembros de una comunidad, otros muchos son específicos de las mujeres o de los hombres, de los
jóvenes o de los mayores, de las personas sin instrucción o con instrucción superior, presentan un uso
más frecuente en los actos comunicativos de sujetos con determinada caracterización social o se usan en
unas situaciones específicas (en casa, en un bar...) pero no en otras (en una clase, en una entrevista de
trabajo).

1.3. La comunicación no verbal en la interacción intercultural


En lo expuesto hasta aquí, hemos explicado qué es la comunicación no verbal, cuáles son los
signos y sistemas que la integran, y cómo funcionan, intentando resaltar la incidencia que tienen en el
proceso de comunicación humana. Su importancia en la comunicación debería ser razón suficiente
para considerar necesaria su inclusión en los programas de enseñanza de lenguas segundas o
extranjeras, pero aún podemos apuntar más hechos que lo aconsejan.

►Como hemos mencionado con anterioridad, la comunicación verbal se produce poniendo en


funcionamiento, a la vez, necesariamente, elementos de tres sistemas: el lingüístico, el paralingüístico
y el quinésico, es lo que se denomina la triple estructura básica de la comunicación (Poyatos 1994a:
capítulo 4), y parece establecido que los signos a través de los cuales se transmite la mayor parte de la
información son los no verbales. Además, es posible comunicarse utilizando únicamente signos no
verbales, pero es imposible hacerlo solo verbalmente.
►El desarrollo de la competencia comunicativa va parejo con la adquisición de fluidez verbal. En este
sentido, los signos no verbales son una herramienta muy útil para desarrollar la fluidez lingüística del
estudiante y, además, favorecer la adquisición de fluidez cultural, con lo que, promoviendo su uso
sistemático, se facilita la consecución de competencia verbal-no verbal-cultural.
► La emisión de signos no verbales es, en ocasiones, inconsciente, por lo que los interlocutores suelen
prestar más atención a la información que reciben a través de los signos no verbales que a la que
reciben de los verbales, produciéndose lo que se conoce como “fugas de información” (Poyatos
1994a).
► Los signos no verbales sirven para realizar muchas funciones comunicativas en sustitución de los
signos verbales o combinándose con ellos. Pero, además, existen acciones interactivas que
generalmente se hacen únicamente con signos no verbales, como, por ejemplo, pedir la palabra para
hablar, indicar final de turno, mostrar seguimiento, acuerdo o entendimiento en conversación, etc., lo

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La comunicación no verbal

que redunda en la importancia de la comunicación no verbal, por su implicación en la conversación


natural.
► Por último, hemos afirmado que hay signos no verbales que son similares en varias culturas, pero
que una gran parte de los elementos no verbales son específicos de cada cultura o comunidad. El
desconocimiento de signos no verbales específicos suele ser una causa principal de los errores
comunicativos en la interacción intercultural, que provoca, habitualmente, ruptura de comunicación y,
más allá de las situaciones divertidas o comprometidas, paros y retrocesos en el aprendizaje de una
L2/LE.

Cuando dos personas de culturas diferentes interactúan y, en sus actos de comunicación,


utilizan signos no verbales coincidentes, no suelen darse problemas de interpretación, pero, si los
elementos no verbales utilizados difieren en forma, significado o función (mucho o poco), los
problemas se multiplican, dando lugar, según Poyatos (1994a: 56), a las siguientes situaciones
comunicativas:

1. Descodificación correcta por el contexto de uso. En interacción intercultural, puede darse el caso de
que nuestro interlocutor -o nosotros mismos- utilice un signo no verbal que no existe en nuestra
cultura o que es diferente al nuestro y, por tanto, no lo conozcamos; sin embargo, lo más
habitual es que interpretemos correcta o adecuadamente el acto de comunicación gracias al
contexto de uso. Sirva de ejemplo el gesto español que indica mucha cantidad (/sacudida de
mano/), que es bastante peculiar de nuestra cultura, pero cuando lo utilizamos en una
conversación con un extranjero es fácil que interprete bien el mensaje por el contexto.
2. Descodificación cero (signos percibidos). En otras ocasiones, no obstante, ni siquiera el contexto
puede ayudar a interpretar un signo no verbal que no existe en una de las culturas de los
interactantes o que es diferente, aunque sea percibido. Así ocurre, por ejemplo, con el gesto que
utilizamos los españoles para expresar que alguien tiene mucha cara.
3. Descodificación cero (signos no percibidos). Otras veces, no podemos interpretar un signo no verbal
utilizado por una persona de otra cultura porque ni siquiera nos percatamos de que ha sido
producido. Es un ejemplo clásico de esta situación el gesto japonés para yo (/tocándose con el
dedo índice la punta de la nariz/).
4. Descodificación falsa por contexto engañoso. Más problemático es cuando nuestro interlocutor
utiliza un signo no verbal que guarda cierto parecido con alguno nuestro y que interpretamos
erróneamente por el contexto. Así pasa con los movimientos laterales de cabeza que, en España,
se hacen para mostrar duda o incertidumbre, como equivalentes a quizás, y en otras culturas
sirven para afirmar o mostrar acuerdo.
5. Descodificación falsa (falsos cognados). Sin duda, la situación más problemática es cuando los
interactantes de dos culturas diferentes utilizan falsos cognados, es decir, signos no verbales
idénticos en su forma pero con significados opuestos. En estas circunstancias, la interpretación
es justo la contraria a la pretendida por la persona que utiliza el signo. El ejemplo más claro es

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MANUAL del profesor de ELE

el movimiento de cabeza para afirmar o negar: en España y otras culturas, se afirma moviendo
la cabeza de arriba hacia abajo y se niega moviéndola de derecha a izquierda o viceversa,
mientras que en Bulgaria, Grecia... es justo al revés: el movimiento vertical es no y el
horizontal es sí.

Todas estas situaciones problemáticas redundan en la importancia que tiene el conocimiento y


la utilización adecuados de signos no verbales en la interacción intercultural y, por tanto, nos reafirman
en la convicción de que deben formar parte de los contenidos de los programas de enseñanza de
español como lengua extranjera, en particular, y de lenguas segundas o extranjeras, en general.
Además, requieren, al igual que los signos del sistema lingüístico, una enseñanza específica y
programada, pues su adquisición no es espontánea ni se da de forma natural. Es de todos bien
conocido que el proceso de adquisición de segundas lenguas, en nuestro caso signos no verbales de
una cultura distinta a la nuestra, no se produce de la misma manera que el de la primera, ya que el
aprendiz no parte de cero, sino que ha adquirido previamente los repertorios no verbales de su cultura
materna, que transferirá a la lengua y cultura meta si no se impide mediante la enseñanza. Si los signos
no verbales de la cultura materna se usan de forma sistemática en la comunicación en lengua meta, se
fosilizarán y, una vez que esto ocurra, será prácticamente imposible conseguir que el estudiante
adquiera los elementos no verbales de la lengua extranjera, por lo que nunca se comunicará correcta y
adecuadamente en la L2/LE.
Las características y funciones de los signos no verbales que hemos mencionado nos permiten
afirmar, pues, que, si nuestro objetivo como profesionales en la enseñanza de una lengua extranjera es
conseguir que un estudiante pueda comunicar y comunicarse en otra lengua y cultura, lo más apropiado
es que desde el comienzo del aprendizaje le proporcionemos tantas herramientas de comunicación como
nos sea posible. En este sentido, es preciso atender no solo al sistema verbal, sino también, y
conjuntamente, a los sistemas no verbales, pues, de la misma manera que los signos del sistema de
comunicación verbal son peculiares de cada lengua, gran parte de los signos de los sistemas de
comunicación no verbal son diferentes en cada cultura. Este hecho constatado obliga al estudio y a la
enseñanza de los elementos que aquí nos ocupan, especialmente si tenemos en cuenta, como se
desprende de lo anteriormente dicho, que el desconocimiento de los signos de los sistemas de
comunicación no verbal por parte del aprendiz no solo incide en su fluidez comunicativa7, y con ello en el
desarrollo y la adquisición de las competencias lingüística y comunicativa, sino que, además, suele ser el
causante de frecuentes errores comunicativos, de malas interpretaciones8 e incluso de rupturas o

7
Véase, a este respecto, Poyatos (1994a: capítulo 4).
8
Los dos besos que utilizan los españoles para saludar pueden ser interpretados por un americano, erróneamente, como
indicadores de atracción o, incluso, como una invitación a mantener relaciones íntimas. El gesto que en muchas culturas
occidentales significa “muy bien”, “vale”, etc. (el famoso gesto del O.K.) es muy parecido a un insulto bastante fuerte en
Brasil, que equivale al estiramiento del dedo corazón hacia arriba de los españoles, y, en Taiwán y otras culturas orientales, se
asemeja a la realización de un círculo con los dedos pulgar e índice que significa /dinero/.

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La comunicación no verbal

bloqueos interactivos, producidos, generalmente, por interferencias de los signos no verbales de su propia
cultura9.
Tras esta introducción general, pasamos a tratar, con cierto detalle, los sistemas de
comunicación no verbal y las categorías que los integran, empezando por el paralingüístico y el quinésico,
por ser los sistemas primarios o básicos.

2. Los sistemas de comunicación no verbal básicos: el paralenguaje y la quinésica


Si pretendemos que una persona pueda comunicar y comunicarse en otra lengua y cultura,
debemos enseñarle, desde el principio del proceso, tanto el sistema verbal como los signos básicos y
peculiares de los sistemas no verbales, ayudando, así, al principiante a resolver problemas comunicativos y
al estudiante del nivel intermedio o avanzado a adquirir fluidez interactiva, con lo que favoreceremos, a su
vez, la adquisición de fluidez lingüística, tal y como hemos explicado previamente. A este respecto es
necesario recordar que los elementos que constituyen los llamados sistemas principales o básicos de
comunicación no verbal, el paralenguaje y la quinésica, precisan, de forma especial, una enseñanza
específica y completa en el aula, ya que son parte integrante del sistema tripartito de comunicación
humana. Se utilizan de forma simultánea con los elementos del sistema verbal, o alternando con ellos,
pero es en la combinación de los significados de todos los signos (verbales y no verbales) emitidos donde
se encuentra el contenido o sentido de cada enunciado o acto comunicativo. Es lo que se conoce como “la
estructura triple básica de la comunicación humana” (Poyatos, 1994a: capítulo 4). Su importancia en el
proceso de comunicación ha favorecido su estudio y ha hecho posible que sean los componentes de la
comunicación no verbal más y mejor conocidos en la actualidad.

2.1. Los signos no verbales paralingüísticos


El sistema paralingüístico, por su implicación determinante en la comunicación verbal, ha sido
estudiado, aunque no con toda la profundidad deseada, desde la lingüística y la fonética. Sin embargo, lo
que en estas disciplinas se consideran elementos paralingüísticos es solo una pequeña parte de lo que
conforma el sistema paralingüístico de comunicación no verbal (Poyatos 1993 y 1994b). Dicho sistema está
formado por las cualidades y modificadores fónicos, los indicadores sonoros de reacciones fisiológicas y
emocionales, los elementos cuasi-léxicos y las pausas y silencios que a partir de su significado o de alguno
de sus componentes inferenciales comunican o matizan el sentido de los enunciados verbales. Veamos las
categorías paralingüísticas con un poco más de detalle.

2.1.1. Las cualidades y los modificadores fónicos


Se consideran cualidades físicas del sonido que constituyen signos no verbales específicos de
comunicación no verbal: el tono, el timbre, la cantidad y la intensidad, entre otros, cuando, además de
cumplir su función primaria como constituyentes físicos del sonido10, aportan componentes inferenciales

9
Véase Poyatos (1994a: 55-60).
10
Los indicadores a los que acabamos de aludir suelen considerarse de tipo no verbal, aunque ello entraña un problema de fondo o
perspectiva con respecto al componente entonativo (acústico-melódico), que tradicionalmente se ha tratado como parte del

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