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RELATO FANTÁSTICO

Los relatos fantásticos son un tipo de relato que propone universos


ficcionales cuyas leyes de funcionamiento difieren de la realidad.
Presentan personajes de la vida cotidiana que se encuentran en
presencia de lo inexplicable y de lo lejano a la lógica. Por ejemplo: “El
Aleph” de Jorge Luis Borges o "Continuidad de los parques" de Cortázar

Por lo general, se considera que un relato fantástico se basa en algún


suceso o elemento extraordinario que no tiene existencia en el mundo
real. Su imaginario se encuentra compuesto por:fantasmas y
apariciones

magia

criaturas imaginarias (diablos, vampiros, sílfides)

dioses

fuerzas sobrenaturales

transformaciones o desapariciones

alteraciones de tiempo y espacio

La solución del conflicto se da en la articulación entre lo misterioso y lo


racional. En estos textos la salida es ambigua y consiste en dejar que el
misterio quede rodeado de un halo de vaguedad, como para evitar que
el lector pueda decidirse si el hecho insólito tiene una causa
sobrenatural o si se trata de un indicio de locura u onirismo de sus
protagonistas.

El término “fantástico” proviene del latín phantasticus que significa


“imaginario, irreal”, y este del griego φαντασία que significa “aparición,
espectáculo, imagen”. Esta palabra define la vacilación que experimenta
una persona que solo conoce las leyes naturales y que se enfrenta a un
acontecimiento sobrenatural.

La tensión conflictiva entre lo posible y lo imposible dentro del cuento


fantástico lo distingue de otras categorías similares como lo maravilloso
y la ciencia ficción, en cuyos relatos no existe ese conflicto.

Características de los textos fantásticos

El relato fantástico nace entre los siglos XVIII y XIX, sobre el mismo
terreno que la especulación filosófica, y alcanzó su apogeo entre 1880 y
1914. Es el producto de una herencia romántica.

Sus cualidades más características son:

Trama narrativa. introduce una situación cotidiana en la cual ocurre un


suceso inexplicable o sobrenatural.

Elemento sobrenatural. El elemento extraño irrumpe en la trama


narrativa de un mundo normal de forma súbita. Suele concretarse en
imágenes sensoriales.

Vacilación. En este universo fantástico, existe una incertidumbre y un


sentimiento de extrañeza que son provocados por el contraste entre la
situación cotidiana y lo que no encaja en la normalidad.

Lector cómplice. Es necesaria una participación comprometida por


parte del público, para que ingrese en la lógica del texto fantástico.

Lo fantástico no maravilloso. Según Tzvetan Todorov, no debe


confundirse el género fantástico con lo maravilloso, ya que este último
presupone la aceptación de lo inverosímil y de lo inexplicable.
Ejemplos de cuentos fantásticos

“El almohadón de plumas” de Horacio Quiroga (1917)

El cuento relata la historia de Alicia quien, unos meses luego de casarse


con Jordán, se enferma de una gripe y pasa varios días en cama
convaleciente. Cierta mañana, la protagonista amanece desmayada, por
lo cual su médico le ordena descanso absoluto, sin poder explicar qué
trastorno padece. Cada día se despierta con la salud más deteriorada
hasta que el médico le ordena la realización de exámenes de sangre,
que revelan que una fuerte anemia la aqueja sin poder interpretar su
causa. Así pasan los días, mientras Alicia dormita en su cuarto, con
ciertos episodios de gritos y mucho sudor, producto de alucinaciones.

A su muerte, la sirvienta encuentra en su almohadón manchas de


sangre que habían pasado inadvertidas y, al cortar la funda del
almohadón de plumas, se encuentran con una especie de parásito de
las aves, que había chupado su sangre hasta acabar con ella.

“Otra vuelta de tuerca” de Henry James (1898)

El cuento largo, también concebido como nouvelle, narra la historia de


una joven institutriz que es contratada para cuidar a dos niños
huérfanos que viven con su ama de llaves y algunos sirvientes en una
mansión victoriana, situación a la que acude con felicidad. Pronto se
cerciora que los niños, Miles y Flora, viven impactados por la relación
turbia e impúdica de dos antiguos empleados de la casa, de la que se
sugiere una serie de abusos para con Miles: la entablada por la señorita
Jessel, su última institutriz, y un criado de nombre Peter Quint,
mayordomo de su tío.

La joven institutriz busca ayudarlos, pero de inmediato comienza a oír


voces, sonidos sospechosos, y a ver la imagen de la anterior institutriz,
muerta en extrañas circunstancias, y la del criado, en lo que,
aparentemente, serían apariciones espectrales.

“La llamada de Cthulhu” de H. P. Lovecraft (1926)

El relato inicia narrando la muerte de un profesor de la Universidad de


Brown, cuyos documentos de estudio llegan a manos de su sobrino, el
protagonista de la historia, y quien, a través de ellos, descubre la
existencia de Cthulhu. Esta criatura es una especie de entidad cósmica o
deidad de gran tamaño, que vive en las profundidades del océano. A
juzgar por una escultura que se encuentra junto a los documentos del
profesor, se trata de una especie de pulpo, mezclado con dragón y con
forma humanoide. Este ser, que supuestamente llegó con sus
seguidores extraterrestres desde el espacio hace millones de años
(antes del nacimiento del primer hombre), es venerado por una secta
que busca despertarlo de la ciudad sumergida donde descansa para
imponer su dominio sobre la Tierra.

Se trata del primer relato en el cual se presenta Cthulhu, que luego se


convierte en la figura central de los relatos de este autor.
“La soga” de Silvina Ocampo (1971)

Este cuento corto está protagonizado por Antoñito López, un niño


travieso al que le gustaban los juegos peligrosos. Esperó por muchos
años para que los adultos le dieran la vieja soga del aljibe para
entretenerse y, cuando lo hicieron, inventó miles de juegos hasta que la
convirtió en una venenosa serpiente. Poco a poco, la soga comenzó a
cobrar vida: a subir las escaleras y a trepar los árboles. Con el tiempo
también le empezó a brotar una lengüita bífida y un flequillo y se tornó
de color verde. Antoñito quiso ahorcar al gato con ella, pero Prímula
(como la llamó) no lo permitió, por lo cual el niño consideró que se
trataba de una serpiente herbívora y le daba de comer pasto y agua.

Una tarde de diciembre, el niño la lanzó por los aires, sin prever su
retorno y Prímula le clavó su lengua en el pecho y lo mató.

“El hombre de arena” de E. T. A. Hoffman (1817)

En este cuento fantástico se narra la vida de Nataniel, un estudiante,


quien aún de joven está traumatizado por la muerte de su padre,
ocurrida cuando era pequeño. Según él, el padre había sido asesinado
en manos del hombre de arena. Nataniel cree advertir su figura en el
abogado Coppelius, un visitante de su casa que tiene una serie de
reuniones con su progenitor, y que un día, mientras está escondido en
la oficina, logra ver cómo lo asesina. Aunque se encuentra
comprometido con Clara, el joven se enamora de Olimpia, una
autómata que termina constituyendo la causa de locura de Nathanael.

El relato está compuesto en base a tres cartas, en las que se va


observando la pérdida de razón por parte de su protagonista.
“La leyenda de Sleepy Hollow”, de Washington Irving (1820)

Este cuento fantástico relata la vida de Ichabod Crane, un profesor de


escuela de Connecticut extremadamente supersticioso y temeroso, que
decide ir al pueblo de Sleepy Hollow para poner remedio a su miseria y
ansias de amor. Una vez allí, se enamorará de la bella y joven Katrina
Van Tassel, hija de Baltus Van Tassel y única heredera de su fortuna, de
quien buscará pedir su mano. Sin embargo, también es pretendida por
el bromista Abraham «Brom Bones» Van Brunt, que hará lo que sea
para echarlo de Sleepy Hollow.

Incluso será capaz de recurrir a un antiguo espectro al que todos llaman


el famoso jinete sin cabeza.

“Cuando hablábamos con los muertos”, de Mariana Enríquez (2013)

El cuento tiene como protagonistas a cinco amigas adolescentes,


quienes se juntan para comunicarse con los espíritus a través de una
tabla ouija. En una de esas reuniones, una cuenta que desea hablar con
sus padres, que fueron desaparecidos por la última dictadura cívico-
militar argentina, para conocer dónde se encuentran sus cuerpos.
Cuando comienzan a convocar a los espíritus y a los muertos para
preguntarles por el paradero de los progenitores de Julia, ocurre una
situación inexplicable: una aparición que hará que las reuniones se
terminen y que abandonen la ouija para siempre.
“La caída de la casa Usher”, de Edgar Allan Poe (1839)

El cuento narra la historia de un joven caballero que es invitado a través


de una carta manuscrita al viejo caserón de un amigo de la infancia,
Roderick Usher, excéntrico artista que vive completamente recluido en
aquel hogar, junto a su hermana Lady Madeline. Ya desde el comienzo
se sugiere que algo sucede en relación con la casa y con su habitantes,
dado que mientras el protagonista se acerca a la entrada, se conecta la
idea de la decadencia del hogar como la de la salud de sus habitantes.

Durante la primera charla con su amigo, se entera de los problemas de


salud que lo aquejan tanto a él como a Lady Madeline, cuyos síntomas
se describen como una «morbosa agudeza de los sentidos». La primera
que muere es su hermana, y sus restos son depositados en una cripta.
Tras esto, se producen acontecimientos terroríficos que culminan en un
trágico final.

“La cena”, de Alfonso Reyes (1912)

En este cuento tanto sueño como realidad se cruzan y, con ellos, las
dimensiones del espacio y del tiempo se entremezclan. Narra la historia
de Alfonso, quien recibe una invitación a cenar por parte de dos
mujeres que no conoce: Doña Magdalena y su única hija Amalia.

Al tocar las nueve campanadas, acude a su cita y, tras tomar mucho


vino después de cenar, se dirigen hacia un jardín oscuro, donde Antonio
se queda dormido durante un largo rato en una banca, producto de su
incipiente borrachera. Al despertar, se encuentra en una atmósfera
extraña donde Amalia le cuenta la historia de un capitán y lo conduce
hasta la sala donde le muestra un retrato de él mismo. Invadido por el
terror, sale corriendo hacia su casa.

“Tantalia”, de Macedonio Fernández (1930)

Este cuento narra la historia de Él, un hombre que pierde las ganas de
amar, y busca desesperadamente la manera de recuperarlas. El
padecimiento del personaje lo coloca en un estado catatónico, de vivir a
medias, que lo desespera. Esto no pasa inadvertido por Ella, su amada,
quien le envía de regalo una plantita de trébol, con la intención de que
propinándole protección y amor a la planta, Él pueda recuperar su
sensibilidad afectiva. Así comienza a hacerlo durante un determinado
tiempo, hasta que se percata de los muchos cuidados que esta necesita,
sobre todo, de agentes externos como el clima demasiado frío o
caluroso o de la agresión de animales. Él se termina sintiendo más
intimidado por la posibilidad de que su plantita se muera, y llega a la
obsesión.

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