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Programa Nacional de Formación Docente “Nuestra Escuela”

Curso: “Aportes para pensar al ‘Otro’ en sociedades prehistóricas, antiguas y pueblos originarios”

La mujer en el antiguo Egipto – Selección de fuentes literarias neoegipcias

Los Dos Hermanos (Papiro d’Orbiney, dinastía XIX)


Este relato -hoy conservado en el Museo Británico- narra la historia de dos hermanos:
Anubis es el mayor, tiene esposa y casa, mientras que Bata -el menor- vive con ellos a
la manera de un hijo. Ambos trabajan en el campo, aunque se destacan particularmente
la fuerza y las cualidades extraordinarias del menor. Un día, mientras los hermanos se
encontraban preparando la siembra, Anubis envía a Bata a su casa a buscar semilla.
“Su hermano menor encontró a la esposa de su hermano mayor, sentada haciendo su
trenza. Entonces, él le dijo a ella: ‘Ponte de pie y dame semillas (para) que vaya al
campo, porque haré que mi hermano mayor se retrase por mí. No causes retraso.’
Entonces, ella le dijo a él: ‘Ve (y) abre el almacén. Trae para ti lo que desees. No
hagas dejar mi peinado en el camino.’ Entonces, el joven menor entró al establo (y)
trajo una gran vasija. Él quería quitarla con muchas semillas. Él cargó con cebada y
trigo (y) salió llevándolos. Entonces, ella le dijo a él: ‘¿Qué peso llevas sobre tu
hombro?’ Él le dijo a ella: ‘3 sacos de trigo y 2 sacos de cebada, 5 en total, (es) lo que
llevo sobre mi hombro.’ Así él le dijo a ella. Entonces, ella […] (a) él diciendo: ‘Existe
una fuerza grande en ti. Veo tu vigor diariamente.’ Ella deseó conocerlo como se
conoce a un guerrero. Entonces, ella se puso de pie, lo tomó y le dijo: ‘Pasemos una
hora yaciendo (juntos). Será beneficioso para ti, así haré para ti bellos vestidos.’
Entonces, el joven se volvió como una pantera del Alto Egipto, furioso […] a causa del
anuncio miserable (que) ella había dicho a él. Ella temió extremadamente, dos veces.
Entonces, él habló a ella diciendo: ‘Entonces, mira: tú actúas como una madre (y) tu
marido actúa como un padre. Él, (como) mayor que yo, (me) ha aconsejado. ¿Qué gran
mal me dices? No lo digas de nuevo. Entonces, yo no diré esto a nadie, no haré que
esto salga de mi boca a toda la gente.’ Él llevó su carga (y) partió al campo.” (d’Orb.
2,9-4,2)
(…) “Ahora, la esposa del hermano mayor tenía miedo (por) el anuncio que ella había
dicho. Entonces, ella trajo grasa (y) se volvió como si le hubiesen pegado por un
crimen para decir a su marido: ‘Tu hermano menor hizo el golpe.’ Su marido
interrumpió el trabajo al cese del descenso (del sol) como era su costumbre de cada
día. Él se acercó a su casa (y) encontró a su esposa yaciendo enferma por un crimen.
Ella no colocó agua sobre su mano como era su costumbre, no hizo fuego delante de él.
Su casa estaba en oscuridad. Ella yacía vomitando, (y) su marido le dijo: ‘¿Quién
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disputó contigo?’ Así ella dijo a él: ‘Ninguno disputó conmigo aparte de tu hermano
menor. Cuando él (vino) para llevar para ti semillas, me encontró sentada sola. Él me
dijo: ‘Pasemos una hora yaciendo (juntos). Viste tu trenza.’ Así él me dijo, (pero) yo no
lo escuché. ‘¿No soy tu madre? (Y) respecto de tu hermano mayor, (él) actúa para ti
como un padre.’ Así le dije a él. Él tuvo miedo (y me) golpeó para que yo no te hiciera
(llegar este) mensaje. Entonces, (si) tú le permites vivir, yo moriré. Mira, cuando él
vuelva […] pues yo maldigo el mal anuncio que él hizo ayer.’” (d’Orb. 4,5-5,4)
Anubis se enfureció y salió a buscar a su hermano Bata para matarlo. Sin embargo, las
vacas que el menor pastaba le advirtieron de esta situación, y logra salvarse. Bata invoca
a Ra-Harakhte y ante su presencia, le dice la verdad a su hermano Anubis, quien
finalmente le cree y mata a su propia mujer. No obstante, Bata se mutila y decide
exiliarse en el Valle del Pino, donde construye una caza y protege su corazón
colocándolo en lo alto de la flor del pino.
Allí, los dioses le crean una mujer para que no esté solo: “Su cuerpo era más bello que
todas las mujeres que están en la tierra entera. Todo dios estaba en ella. Entonces, las
7 Hathores vinieron a mirarla. Ellas dijeron al unísono: “Ella morirá (por) un
cuchillo.” Entonces, él la deseaba excesivamente, 2 veces. Ella estaba sentada en su
casa (y) él pasaba el día cazando ganado en el desierto, lo traía y lo colocaba frente a
ella. Él le dijo a ella: ‘No salgas hacia el exterior, (que) el mar no te lleve. Pues tú no
sabes (cómo) rescatarte de él, ya que tú (eres) una mujer entera. En cuanto a mi
corazón está colocado en la cabeza de la flor del pino. Si otro lo encuentra, lucharé
contra él.’ Entonces, él abrió a ella su corazón en su forma toda”. (d’Orb. 9,7-10,4).
Un día Bata sale a cazar y la mujer sale también acercándose al mar. Éste llama al pino
y le pide que le arranque una trenza a la mujer, que llega finalmente al palacio del
faraón en Egipto quien ordena buscarla. Luego de dos expediciones y una lucha con
Bata, el faraón consigue que la mujer llegue al palacio, y la llama Gran Dama Noble:
“Entonces, (el faraón) le habló a ella para hacerla decir (sobre) el carácter de su
marido. Entonces, ella dijo a su majestad -vida, prosperidad y salud-: ‘Haz cortar el
pino, que sea destruido.’ (d’Orb. 12,3-12,4)
El faraón envía a matar a Bata, quien será revivido a partir de la ayuda de su hermano
Anubis. Con la intención de vengarse, toma la forma de un toro y consigue entrar al
palacio. Allí devela su identidad a la mujer, quien siente miedo y le pide al rey:
“Júrame por dios diciendo ‘Haré lo que ella diga, yo lo escucharé de ella’. Entonces,
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él escuchó todo lo que ella le dijo: ‘Déjame comer del hígado del toro pues él no hará
algo.’” (d’Orb. 16,3-16,5)
Ante esta solicitud, y aún sintiendo tristeza, el rey manda a sacrificar al toro. Durante el
transcurso de la oblación, dos gotas de sangre caen al suelo, de las que crecerán dos
perseas, una a cada lado de la puerta del palacio. Estos árboles no son otro que el mismo
Bata, quien revela nuevamente su identidad a la mujer. Su reacción, nuevamente,
consiste en pedirle al faraón “que las perseas sean cortadas, serán hechos (con ellas)
muebles bellos.” (d’Orb. 18,1).
En el momento de la tala, una astilla salta y es ingerida por la mujer de Bata, quien
queda embarazada al instante. A partir de este episodio, Bata nace como hijo del rey, es
amado por él y nombrado príncipe heredero. A la muerte de su padre, asciende al trono
y pide “Que sean traídos para mí los grandes funcionarios de su majestad -vida,
prosperidad y salud- (para que) yo haga entender todas las situaciones (que) han
sucedido conmigo. Entonces, fue traída para él su esposa, y él fue juzgado junto a ella
en su presencia (de los funcionarios). Ellos hicieron ‘sí’ entre ellos”. (d’Orb. 19,4-
19,5)

Verdad y Mentira (Papiro Chester Beatty II, dinastía XIX)


Este relato se encuentra hoy igualmente en el Museo Británico, y nos ofrece otra
historia de dos hermanos, llamados, en este caso Verdad y Mentira. A diferencia de
d’Orbiney, este papiro se encuentra roto en sus comienzos, por lo que los hermanos
aparecen directamente en conflicto: aparentemente, Mentira habría prestado a Verdad
un cuchillo que éste había dañado o perdido. De esta manera, lo que primero
encontramos traducido es la exigencia de Mentira a la Enéada de que Verdad sea
castigado. Verdad consigue huir, y en ese contexto, conoce a una mujer.
“Pasaron muchos días y la dama salió [fuera] de su casa [con sus sirvientas] vestidas
(?) […] y [ellas] lo vieron dormido bajo un refugio. [Era tan hermoso] que no había su
igual en todo el país. Entonces fueron donde estaba la dama y dijeron: ‘Ven [con]
nosotras y mira a [un hombre ciego (?)] abandonado en un refugio. Que se le traiga
para colocarlo como guardián de la puerta de nuestra casa.’ [Entonces la dama] le
dijo: ‘¡Corre que lo vea!’. Ella fue y lo trajo, y la dama lo miró y lo deseó muchísimo,
cuando vio que era [lozano] en todo su cuerpo. Él se acostó con ella durante la noche y
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la conoció con conocimiento de hombre. Y ella quedó encinta esa noche de un niño
pequeño.”1
Cuando el pequeño fue a la escuela, comenzó a ser hostigado por sus compañeros,
quienes le preguntaban reiteradamente quién era su padre.
“Entonces el joven preguntó a su madre: ‘¿Cuál es el nombre de mi padre, para que yo
lo diga a mis compañeros si ellos me preguntan ‘¿dónde está tu padre?’ Así me dicen y
me molestan.’ Entonces su madre le dijo: ‘¿Ves ese ciego sentado junto a la puerta?
Ese es tu padre.’ Así le dijo cuando le respondió. Entonces él le dijo: ‘(eso) merece que
se reúnan las gentes de tu tribu y que se llame a un cocodrilo’”.2
Luego de ello, el hijo de Verdad busca a su padre, indaga en su pasado y procura su
venganza frente a su tío Mentira.

El príncipe predestinado (verso del Papiro Harris 500, dinastía XIX)


Este relato, cuyo final desconocemos, se encuentra también conservado actualmente en
el Museo Británico. Narra la historia de un hijo de un rey egipcio, en cuyo nacimiento
se le profetiza la muerte por tres “destinos”: el cocodrilo, la serpiente o el perro. Frente
a esta situación, el rey le construye una casa especial para protegerlo. Pero cuando el
príncipe crece se asoma por la azotea de su casa y ve venir a un hombre con un perro, y
pide uno semejante. Luego solicitará igualmente a su padre que lo deje partir para
“actuar según el corazón”. Así, se dirigirá hasta Naharina donde encuentra que la hija
del gobernante se encontraba en una aislada en una casa, y quien accediera a su ventana
saltando conseguiría casarse con ella. Pasaron unos días y el muchacho fue a saltar con
los hijos de los gobernantes: “Saltó y alcanzó la ventana de la hija del gobernante de
Naharina, y ella le cubrió de besos y abrazos”.3
Pero cuando fueron a informar al gobernante la procedencia de quien desposaría a su
hija, éste se enfureció. No obstante, la princesa intercedió en dos oportunidades: “Juro
por Ra-Harakhte que si él es apartado de mí, no comeré, no beberé y me moriré al
momento.”4 y “Juro por Ra-Harakhte que si se le mata, cuando se ponga el sol yo
estaré muerta, no pasaré viva una (sola) hora más que él.”5

1
Traducción de López (2005: 157).
2
Traducción de López (2005: 157).
3
Traducción de Galán (2000 [1998]: 155).
4
Traducción de Galán (2000 [1998]: 155).
5
Traducción de Galán (2000 [1998]: 155).
Programa Nacional de Formación Docente “Nuestra Escuela”
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Finalmente, el rey accede a casar a su hija con el hombre egipcio. Ya juntos, la princesa
consigue salvar a su esposo de uno de sus destinos: “Cuando hubo cesado la brisa
nocturna, se acostó en su cama y el sueño se apoderó de su cuerpo. Su mujer llenó una
[jarra con vino] y otra jarra con cerveza. Salió una [serpiente de su] agujero para
morder al muchacho. Su mujer estaba sentada a su lado, sin dormir, y las [jarras
estaban accesibles] a la serpiente. Bebió, se emborrachó y se recostó panza arriba. Su
mujer entonces la hizo pedazos con su hacha, despertando a su marido […].6
El final del relato se encuentra perdido.

6
Traducción de Galán (2000 [1998]: 157).

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