La energía geotérmica es una forma de energía renovable que se obtiene del calor interno de

la Tierra. Aprovecha el calor almacenado en el subsuelo para generar electricidad o

proporcionar calefacción y refrigeración en sistemas geotérmicos.

El calor geotérmico se origina principalmente por la desintegración de elementos radiactivos

en el núcleo de la Tierra y por el calor residual del proceso de formación del planeta. Este calor
se transfiere a través de las capas de la Tierra, creando zonas de alta temperatura en algunas
regiones.

Para aprovechar la energía geotérmica, se perforan pozos en la tierra para llegar a las capas
más calientes, donde el agua o el vapor de agua caliente se encuentran en forma de
yacimientos geotérmicos. Este vapor o agua caliente se extrae a través de los pozos y se utiliza
para generar electricidad en plantas geotérmicas. En algunos casos, el calor geotérmico se
utiliza directamente para calefacción y refrigeración en sistemas geotérmicos de baja
temperatura.

La energía geotérmica es una fuente de energía renovable y sostenible, ya que el calor interno
de la Tierra es prácticamente inagotable. Además, es una forma de energía limpia, ya que no
produce emisiones significativas de gases de efecto invernadero durante la generación de
electricidad.

Sin embargo, la disponibilidad de energía geotérmica puede variar dependiendo de la

ubicación geográfica. Los lugares con mayor actividad volcánica o con características
geológicas específicas, como fallas tectónicas, suelen tener un mayor potencial para la
explotación de esta fuente de energía.

La energía geotérmica ofrece una alternativa sostenible y confiable en la producción de

electricidad y calefacción, contribuyendo a la diversificación de la matriz energética y la
reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.