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Ventana

Hay varias ventanas, casi todas con rejas blancas, pero hay una que llama mi atención porque es
distinta, es una persiana marrón oscura, sin rejas, casi nunca le veo abierta, la observe en distintos
horarios y casi nunca está abierta, solo si hay gente, no como las otras que suelen estar abiertas.
Esta solo suele verse abierta si la dueña está en casa y ni siquiera, me da curiosidad el por qué no la
abren casi nunca, por eso la elegí. Una pensaría que con el paredón inmenso y el portón de madera
la ventana no se vería, pero se ve bastante bien. A veces me imagino si las cosas del otro lado de esa
ventana seguirán igual, porque la última vez que vi del otro lado fue hace casi 10 años. Sin embargo,
pasaron muchas cosas, mi mama dejo de cuidar a los nenes, ellos se mudaron, volvió la abuela de los
nenes, pusieron la casa en venta, sacaron la casa del mercado, murió el dueño, volvieron a usarla. Es
una casa con muchas historias, esa ventana vio muchas cosas y otra tantas las guarda en su
recuerdo. A veces me imagino a mi yo de 7 años jugando con los nenes en pleno verano, pienso si las
paredes seguirán siendo iguales, si los azulejos de ese living seguirán siendo los mismos. Como fue
cuando se mudaron y quedo vacío, como lo decoro la señora al volver a habitarlo, que recuerdos
añora para esa familia, si los nenes se acordaran de que jugaban conmigo en ese living, que esa
ventana era nuestro escondite cuando jugábamos a la guerra y fingíamos que le disparábamos a la
nada. ¿Cómo estará ahora? ¿Tendrá manchas de humedad? ¿Le pasaron más pintura? ¿Cómo era
antes? Porque intento recordar y no puedo, no me acuerdo del color, creo que era un marrón más
claro, pero no estoy segura. Me imagino mil historias y recuerdo otras miles más, y pienso: ¿seré la
única que piensa en eso? ¿Vivirán esas historias en los nenes que cuidaba mi mama? ¿se acordarán
de mí? Y todo me lleva a otros muchos cuestionamientos que no puedo responder, pero están ahí.

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