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EVITA

Para MUJERES QUE HICIERON HISTORIA, SECZA 2024


Un guardapolvo blanco y una bolsita con útiles,
que recibí en 1er grado, vistieron mi destino.
A mi amada madre, la máquina de coser, le puso alas.
Mi padre pudo emprender su oficio, mis hermanos practicar deportes.

Ya en 6to grado, en la Escuela Pública 41, inicié la biblioteca escolar


y en el Ateneo, donde estudiaba dactilografía, también inicié la biblioteca,
para que los que no teníamos alcance a tantos libros,
se nos hiciera más fácil estudiar.
Sin darme cuenta, mientras estudiaba de maestra,
querida Evita, me convertí en tu mana derecha
ayudando en los comedores barriales, colaborando en el hospital infantil…

Ejercí la docencia y el fomentismo, con pasión y compromiso.


La biblioteca de mi barrio cumple en unos días 30 años.

La vida, los amados hijos, la familia numerosa,


me pidieron más atención y tuve que dejar la docencia,
guardé mi blanco delantal y me dediqué más, en mis tiempos libres, de la escritura.

Pero mi delantal de maestra, siempre esperó envolverme y volar.


Cuando, en el 2002, me convocaron,
para un programa infantil, que se iniciaba en la escuela de Alto Camet,
lloré todo el viaje, hasta llegar,
me esperaban alumnas y alumnos con riesgo de abandonar la escuela.
Todas niñas y niños trabajadores,
hijos de familias que cantonean, reciclan…sobreviven…

Hoy me doy cuenta que no era yo, eras vos, amada y admirada Evita,
la que acariciaba, abrazaba, ayudaba, les hablaba
los entusiasmaba, para seguir estudiando…
tratando de curar las heridas del alma que produce
la injusticia social.

Un guardapolvo blanco y una bolsita con útiles,


vistieron mi destino. Gracias Evita por enseñarme a ayudar.

Cristina Larice de Roura


cristinalaricemardel@gmail.com

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