Está en la página 1de 4

Crónica de un golpe militar

A 31 años del fin de la dictadura guiada por Augusto Pinochet contra el


presidente Salvador Allende y el Gobierno de la Unidad Popular, donde la
avaricia de poder fue muy lejos.

EE.UU. tenia un ojo encima sobre Allende desde mucho antes que ganara las elecciones del
4 de septiembre de 1970, ya que, Salvador Allende venía hace mucho tiempo presentándose
como candidato a la presidencia de la República, primero en 1952, luego en 1958, por
tercera vez en 1964 y finalmente en 1970, a lo cual las acciones de Estados Unidos fueron
en aumento luego de la victoria.

Según el historiador Sergio Grez, “EE.UU. comenzó a mover sus piezas en concomitancia
con la extrema derecha chilena”, esfuerzos que mas tarde se sumarían los partidos de
derecha y sectores de la Democracia Cristiana, que se oponían al gobierno de la Unidad
Popular.

De acuerdo con Eduardo Contreras, diputado comunista 1973, el golpe se fraguó con activa
participación de sectores civiles, tal como medios de comunicación, como el diario El
Mercurio; el gremio de camioneros y de grupos “Ultra, fascistoides, como Patria y
Libertad, cuyo jefe es nada menos que decano de una Universidad ahora, Don Pablo
Rodríguez Grez, que fue una persona que huyó del país y tiene una enorme
responsabilidad en la preparación del golpe”.

Salvador Allende intentó un dialogo con el partido Demócrata Cristiano, cuando percibió la
gravedad de la situación. Se reunió con Patricio Aylwin y el Cardenal Raúl Silva
Henríquez, pero las conversaciones no llevaron a nada. “Se entrevistó en un par de
oportunidades personalmente con Aylwin, pero ante la intransigencia de la DC, y de
Aylwin particularmente, que tiene una responsabilidad muy grande, se rindió a la
evidencia de la inminencia del golpe de Estado, Como una maniobra desesperada para
evitar este desenlace trágico, se decidió llamar al previecito, cuestión que ocurriría el
mismo 11 de septiembre o al día siguiente, como una madrea de dirimir el conflicto
institucional”, dice el historiador Sergio Grez.

No obstante, ya no había mas tiempo. Sectores de las Fuerzas Armadas, principalmente de


la Armada, ya se habían puesto en marcha hacia la operación que acabó con el gobierno
socialista.
Según el periodista Manuel Salazar, coautor del libro “La historia oculta del régimen
militar”, Salvador Allende y sus asesores sabían desde la noche del 10 de septiembre que
las Fuerzas Armadas se aprestaban a derrocar al gobierno. Aun con eso, creían poder
encontrar la lealtad en Pinochet, Carabineros y algunos generales.

En la madrugada del 11 de septiembre, las Fuerzas armadas se habían tomado Valparaíso,


el presidente Allende se dirigía a La Moneda a las 7:20 de la mañana desde su residencia en
Tomás Moro, acompañado del Grupo de Amigos del Presidente (GAP), su servicio de
guardia personal.

Al cabo de unos minutos, el mandatario que ya se encontraba en la Casa de Gobierno y


emitió su primer mensaje a la nación, a través de Radio Corporación, informando sobre un
“levantamiento de la marinería”. Sin embargo, al poco rato, Roberto Guillard, teniente
coronel, lanza la primera proclama militar, por medio de la dicha “Cadena Democracia”
formada por Radio Minería y Agricultura, donde le exige a Allende dejar su cargo en
manos de las Fuerzas Armadas y Carabineros, los cuales iniciarían “La histórica y
responsable misión de luchar por la liberación de la Patria y evitar que nuestro país siga
bajo el yugo marxista; y la restauración del orden y de la institucionalidad”. Guillard
también daba un ultimátum para quienes se encontraban en La Moneda, si no desalojaban
antes de las 11, el palacio sería atacado “por aire y por tierra”.

Una vez que el personal abandona el lugar, en su mayoría mujeres y las dos hijas del
mandatario, Salvador Allende dirige sus últimas palabras al país por Radio Magallanes,
asegurando, tal como se lo indicado a los golpistas, que no se rendiría.

“El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni
acribillar, pero tampoco puede humillarse. Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y
su destino, Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición
pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo
se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una
sociedad mejor. ¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis
últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza
de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la
traición.” Declaró Allende, a sabiendas que le depararía en las próximas horas.

Alrededor del mediodía, la amenaza se cumple, Los Hawker Hunter de la FACH,


comandados por Mario López Tobar, dispararían cuatro cohetes sobre La Moneda, mientras
otro grupo hacia lo suyo en la casa de Allende.

Mientras los bomberos intentaban apagar el fuego sobre la Casa de Gobierno, Carvajal le
informó a Pinochet sobre la muerte de Allende. En ingles, le asegura que se suicidó. Aun
así, esta versión ha sido cuestionada a lo largo de los años, el doctor Patricio Guijón dice
haber presenciado cuando el presidente se disparó en la barbilla gritando “Allende no se
rinde, milicos de ######.”
Tras la derrota de Allende los lideres del golpe de Estado organizaron una junta de
gobierno conformada por Augusto Pinochet, comandante en jefe del Ejército; César
Mendoza Durán, director general de Carabineros; José Toribio Merino, comandante en jefe
de la Armada; y Gustavo Leigh Guzmán, comandante en jefe de la Fuerza Aérea. Dicha
junta asumió las funciones ejecutivas y legislativas del Estado. Gobernarían mediante
bandos militares y decretos ley.

Según el periodista Manuel Salazar, Chile vivió esas horas totalmente polarizado y casi
nadie sabia lo que realmente sucedería en los próximos años: “Una mitad del país estaba
sufriendo y la otra mitad estaba celebrando lo que ocurría. Hay entrevistas y diarios
donde se sacaron botellas de champagne, mientras en otros medios llegaban los militares,
allanaban, detenían y llevaban a la gente a torturar. Fueron muy pocas las personas que,
siendo opositoras de la UP, comprendieron lo que estaba ocurriendo, qué iba a pasar en
los años y meses posteriores”, dice.

Se allanaron fábricas, reparticiones publicas y poblaciones como La Legua, La Victoria y


La Bandera, donde sus pobladores fueron detenidos en masa. Al interior de la ex
Universidad Técnica del Estado (Actualmente llamada Usach), hubo un enfrentamiento con
académicos y estudiantes, además allí fue donde se detuvo al cantautor Víctor Jara.

Y de esta forma se iniciaban los casi 17 años de la dictadura militar liderada por la codicia
de poder, liderada por el general Augusto Pinochet, donde violó los derechos humanos,
estableció un modelo económico neoliberal y el quiebre de 50 años de institucionalidad
democrática en Chile.

Santiago Correa Gómez


2° Medio

 Bibliografía:

 http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-92134.html

 https://ahoraliberacionca.wordpress.com/2012/09/17/derechos-humanos-y-pueblo-
mapuche-cronica-de-un-genocidio-silencioso-11-de-septiembre-cronica-de-un-
golpe-militar/
 https://www.txalaparta.eus/es/noticias/ultimo-discurso-antes-de-suicidarse-del-
presidente-chileno-salvador-allende

 http://www.psuv.org.ve/temas/noticias/42-anos-golpe-fascista-contra-allende/
#.YXbbeh1Byds

 https://es.slideshare.net/monicaherrera1964/cronologa-del-11-de-septiembre-de-
1973

 https://www.ciperchile.cl/2016/04/19/patricio-aylwin-y-las-heridas-de-1973/

 https://www.youtube.com/watch?v=9ndRctOYLVY

También podría gustarte