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Las conductas delictivas, también conocidas como comportamientos delictivos,

se refieren a acciones que infringen las leyes y normativas establecidas por una
sociedad. Estas conductas son consideradas como delitos o actos ilegales, y
pueden variar en gravedad y naturaleza.

Algunos ejemplos de conductas delictivas incluyen:

1. Robo: La apropiación de bienes o propiedades de otra persona sin su


consentimiento.

2. Asalto: Causar daño físico o amenazar con causarlo a otra persona.

3. Fraude: Engañar o defraudar a alguien para obtener beneficios financieros de


manera ilegal.

4. Tráfico de drogas: La distribución, venta o posesión ilegal de sustancias


controladas.

5. Violencia doméstica: Actos violentos o abusivos cometidos en el ámbito familiar


o de pareja.

6. Homicidio: El acto de quitar la vida a otra persona de manera intencional o


negligente.
Estas son solo algunos ejemplos de conductas delictivas, y existen muchas otras
acciones que son consideradas como delitos en diferentes jurisdicciones. Las
conductas delictivas se definen por las leyes y regulaciones establecidas en cada
sociedad, y su castigo puede variar dependiendo de la gravedad del delito y las
circunstancias específicas.
Las conductas disruptivas se refieren a comportamientos que interrumpen,
perturban o dificultan el funcionamiento normal de un entorno social, como una
escuela, un lugar de trabajo o una comunidad. Estos comportamientos pueden
variar en gravedad y naturaleza, pero su impacto generalmente genera molestias,
interrupciones o conflictos en el entorno en el que ocurren.

Algunos ejemplos de conductas disruptivas incluyen:

1. Altercados o peleas: Comportamientos agresivos que generan disturbios y


afectan la armonía del entorno.

2. Interrupciones constantes: Hablar fuera de turno, generar ruido excesivo o


interrumpir de manera repetida las actividades normales.

3. Desobediencia: Ignorar las reglas establecidas o negarse a seguir instrucciones


pertinentes al contexto.

4. Comportamiento desafiante: Actitudes desafiantes hacia las figuras de autoridad,


como maestros, supervisores o líderes comunitarios.

5. Vandalismo: Dañar o destruir la propiedad pública o privada de manera


intencional.

Es importante abordar las conductas disruptivas de manera adecuada para


mantener un entorno social saludable y productivo. Esto puede implicar la
implementación de estrategias de gestión del comportamiento, intervención
temprana, asesoramiento y apoyo para abordar las causas subyacentes de estos
comportamientos.

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