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Había una vez un pato llamado Pierre que vivía en un pequeño estanque en medio de un

hermoso parque en la ciudad. Pierre era un pato peculiar, con un plumaje de un


vibrante color verde esmeralda que lo hacía destacar entre los demás patos del
estanque.

Pierre siempre había soñado con explorar el mundo más allá del estanque y conocer
nuevas aventuras, pero se sentía atado por las rutinas diarias del parque. Sin embargo,
un día, mientras observaba a los pájaros migratorios volar hacia el sur, sintió una
profunda sensación de anhelo por descubrir qué había más allá del horizonte.

Decidido a seguir su corazón, Pierre se aventuró más allá del estanque y comenzó su
viaje por el mundo. Durante su viaje, conoció a muchos animales diferentes y vivió
emocionantes aventuras. Desde navegar por ríos turbulentos hasta escalar montañas
nevadas, Pierre nunca dejó de sorprenderse por la belleza y la diversidad del mundo
que lo rodeaba.

Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, Pierre comenzó a extrañar su hogar en el
estanque y a sus amigos patos. Se dio cuenta de que, aunque había disfrutado de sus
aventuras, su verdadero lugar estaba junto al estanque, donde podía disfrutar de la
tranquilidad y la camaradería de su hogar.

Con el corazón lleno de gratitud por las experiencias que había vivido, Pierre regresó al
estanque y se reunió con sus amigos patos. Compartió con ellos las historias de sus
viajes y les enseñó las lecciones que había aprendido en el camino.

Desde entonces, Pierre siguió siendo un miembro querido de la comunidad de patos del
estanque, pero ahora, cada vez que miraba hacia el horizonte, lo hacía con una
sensación de paz y satisfacción, sabiendo que había encontrado su verdadero hogar y su
verdadero lugar en el mundo.

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