Está en la página 1de 7

El tesoro escondido

Mateo 13:44 Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un


campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende
todo lo que tiene, y compra aquel campo.

¿que es el tesoro escondido?

¿por qué no se llevó nada más el tesoro?

¿Por qué tenía que comprar el campo?

En esta oportunidad Jesús compara el reino de los cielos con un tesoro que está escondido en un campo y
que un hombre encuentra: Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un
campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo. La práctica de esconder tesoros debajo de la tierra
era común en palestina en tiempos de Jesús ya que no existían lugares muy seguros para guardar el dinero
y debido a las constantes guerras e invasiones que habían en aquel entonces los bancos se volvían
inseguros por lo que una opción segura era enterrar los tesoros en un campo con la esperanza de volver un
día y desenterrarlo. Lo más seguro es que en esta parábola alguien había escondido un tesoro hace mucho
tiempo y había muerto, luego alguien más adquirió ignorando que este tenía escondido bajo tierra un
tesoro, y luego fue y contrato obreros para trabajar en él. Uno de estos obreros lo encuentra y decide
esconderlo para que nadie se dé cuenta, luego va y vende todo lo que tiene y compra el campo y así
adquiere aquel gran tesoro. En todo esto podemos notar las enseñanzas más importantes referentes al
reino de los cielos. La primera es el gran gozo que el hombre experimento al encontrarse el tesoro,
obviamente la felicidad venia de haber encontrado ese gran tesoro que lo volvería rico y a lo mejor nunca
más volvería a trabajar. Así pasa con el hombre que conoce el evangelio, un gran gozo viene a su corazón
como resultado de experimentar la paz y justicia que la salvación de Cristo Jesús trae a su vida, y por eso
Pablo dice: “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu
Santo”, (Romanos 14:17). En segundo lugar vemos que este tesoro escondido que representa el evangelio
de Cristo llego a la vida de este hombre de manera inesperada. Este hombre había llegado a ese campo a
realizar sus tareas cotidianas ignorando lo que le esperaba, y así también algunos de nosotros no
buscábamos a Dios, pero un día Él en su infinita misericordia se revelo en nuestras vidas y descubrimos
ese gran tesoro espiritual que tenía preparado para nosotros y por eso Jesús les dijo un día a sus
discípulos: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que
vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre,
él os lo dé”, (Juan 15:16). En tercer lugar, observamos que aquel hombre cuando descubrió el tesoro no le
dijo a nadie sino lo volvió a esconder y lo que hizo fue y vendió todas sus propiedades para poder
comprar el terreno. Este hombre lo perdió todo para ganarlo todo, ya que vendió todas sus propiedades
para poder comprar el terreno, pero oculto en este estaba un tesoro que lo volvería rico. Así es el reino de
los cielos, donde se le pide al hombre que renuncie a su orgullo y pecado, que abandone su vida de
maldad, pero lamentablemente muchos ven esta propuesta como perdida, y realmente es la perdida de
todo lo malo, abandonar nuestra vida de pecado para poder recibir la salvación de nuestra alma a través de
la fe en Jesús y heredar todas sus promesas y la vida eterna. Esto nos recuerda a las sabias palabras de
Pablo: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo
Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser
hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la
justicia que es de Dios por la fe; a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de
sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la
resurrección de entre los muertos”, (Filipenses 3:7-11). Muchos no se convierte a Cristo por todo lo que
temen dejar en el mundo, pero este es el principio básico: dejarlo todo en el mundo para ganarlo todo en
Cristo Jesús. Al final, la vida y placeres que el mundo le ofrecen al hombre solo lo conducen a la
destrucción y condenación eterna, pero el evangelio le ofrece la salvación de su alma y una vida con
propósito en los caminos de Dios, la cual es un verdadero tesoro, pero antes, debemos abandonar todo lo
malo, aferrarnos a la fe para obtenerlo.

Filipenses 3:7-11

3 Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el


escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.

2
Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los
mutiladores del cuerpo. 3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en
espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza
en la carne. 4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno
piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día,
del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la
ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia
que es en la ley, irreprensible. 7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he
estimado como pérdida por amor de Cristo. 8 Y ciertamente, aun estimo todas
las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi
Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a
Cristo, 9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino
la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe; 10 a fin de
conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus
padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, 11 si en alguna
manera llegase a la resurrección de entre los muertos.

12
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver
si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos,
yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en
Cristo Jesús. 15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y
si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. 16 Pero en aquello a que
hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.

17
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el
ejemplo que tenéis en nosotros. 18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales
os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz
de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya
gloria es su vergüenza; que solo piensan en lo terrenal. 20 Mas nuestra
ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor
Jesucristo; 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que
sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede
también sujetar a sí mismo todas las cosas.

COMO en los tiempos de Noe

26
»Tal como sucedió en tiempos de Noé, así también será cuando venga el Hijo
del hombre. 27 Comían, bebían, y se casaban y daban en casamiento, hasta el día
en que Noé entró en el arca; entonces llegó el diluvio y los destruyó a todos.

28
»Lo mismo sucedió en tiempos de Lot: comían y bebían, compraban y
vendían, sembraban y edificaban. 29 Pero, el día en que Lot salió de Sodoma,
llovió del cielo fuego y azufre y acabó con todos.

30
»Así será el día en que se manifieste el Hijo del hombre. 31 En aquel día, el que
esté en la azotea y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a buscarlas.
Así mismo el que esté en el campo, que no regrese por lo que haya dejado
atrás. 32 ¡Acuérdense de la esposa de Lot!

Antes de La segunda venida de Cristo

Lucas 17:26-32

Génesis 6:5-7 Los tiempos de Noe.


5
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el
mal. 6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su
corazón. 7 Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado,
desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento
de haberlos hecho.

La visita de los ángeles a Lot

Génesis 19: 1 Los dos ángeles llegaron a la ciudad de Sodoma al atardecer. Lot
estaba sentado a la entrada de Sodoma y los vio. Se levantó y fue a encontrarse
con ellos, luego se postró rostro en tierra 2 y les dijo:

—Miren, señores, por favor acepten quedarse en la casa de su siervo, pasen


aquí la noche y lávense los pies. Mañana pueden levantarse temprano y seguir
su camino.
Los ángeles respondieron:

—No, pues pasaremos la noche en la calle.

3
Pero Lot les insistió y los ángeles aceptaron y fueron a su casa. Entonces Lot les
preparó comida, les horneó pan sin levadura y los ángeles comieron.

4
Antes de que los ángeles se acostaran a dormir, todos los hombres de
Sodoma, viejos y jóvenes, rodearon la casa. 5 Llamaron a Lot y le dijeron:

—¿Dónde están los hombres que llegaron aquí esta noche? Hazlos salir para
que podamos tener relaciones sexuales con ellos.

6
Entonces Lot salió y cerrando la puerta tras él 7 les dijo:

—Amigos míos, por favor no vayan a hacer algo tan perverso. 8 Yo soy padre de
dos hijas y ellas todavía no han tenido relaciones sexuales con ningún hombre.
Se las traeré para que hagan con ellas lo que ustedes deseen, pero no toquen a
estos señores porque están en mi casa y por eso yo debo protegerlos. [a]

9
Pero ellos dijeron:

—¡Tú, ven acá! ¿Acaso este que llegó aquí como un extraño nos va a juzgar?
¡Ahora te trataremos a ti peor que a ellos!

Luego rodearon a Lot y se acercaron para tumbar la puerta.

10
Los hombres que estaban adentro abrieron la puerta, agarraron a Lot, lo
metieron en la casa y cerraron la puerta. 11 Luego los ángeles hicieron que todos
los hombres que estaban afuera, viejos y jóvenes, quedaran ciegos, para que así
no pudieran encontrar la puerta.

A lo largo de la historia la humanidad ha sufrido infinidad de desastres ya sea


pandemia, guerras, desastres naturales, por ejemplo en la pandemia de peste negra en
europa murieron cerca a 200 millones el 60% de la población europea, Según la
Enciclopedia Británica, se estima que entre 40 y 50 millones de personas murieron
durante la Segunda guerra mundial.

En la guerra de ucrania con Rusia se estima una pérdida de 53 mil muertos.

También podría gustarte