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UNIVERSIDAD CATÓLICA BOLIVIANA DAN PABLO

UNIDAD ACADÉMICA CAMPESINA CARMEN PAMPA


CARRERA DE ENFERMERIA

OSTEOPOROSIS Y OSTEOMILITIS

Docente: lic.Nilecia
Integrantes:. Oyardo Apulaca Marizol
Ortega Callisaya Deysi
Blanco Laura Marisol
Poma Alejo Helen
Ramos Quispe Camila Viviana
DEFINICION

La osteomielitis es una infección ósea que puede ser causada por bacterias,
hongos u otros microorganismos. Esta infección puede afectar a cualquier parte
del hueso y causar dolor, inflamación y pérdida de función en la zona afectada.

La osteoporosis, en cambio, es una enfermedad ósea en la que los huesos se


vuelven frágiles y porosos, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Esta
enfermedad suele afectar principalmente a las mujeres después de la
menopausia, aunque también puede afectar a los hombres. La osteoporosis se
desarrolla cuando el cuerpo pierde más hueso del que puede producir,
provocando una disminución en la densidad ósea y una mayor fragilidad de los
huesos.

.
OSTEOMILITIS

ETIOLOGÍA

En una revisión realizada por Waldvogel , se describe que el 19% de las


osteomielitis son de origen hematógeno, el 47% secundario a una infección por
contigüidad, y el 34% asociado a la insuficiencia vascular.

La incidencia presenta 2 picos uno durante la niñez, y otro en la


adolescencia. La incidencia de osteomielitis aguda se ha reducido en niños
menores de 13 años.

Las infecciones por inoculación directa han aumentado en las últimas décadas,
probablemente por un aumento de los traumatismos de alta energía, por
ejemplo los accidentes de vehículo con motor, así como por el creciente uso de
dispositivos de fijación ortopédica y prótesis articulares.

La osteomielitis hematógena ocurre principalmente en niños, luego con el cierre


de las epífisis de los huesos largos disminuye la susceptibilidad a la
colonización microbiana. En adultos la osteomielitis hematógena es infrecuente
excepto en huéspedes inmunocomprometidos .

En neonatos las bacterias asociadas a osteomielitis más frecuentemente


son: Streptococcus Agalactiae (estreptococo del Grupo
B), Staphylococcus Aureus y los bacilos entéricos gram negativos. En niños de
edad escolar (mayores de 4 años), el Staphylococcus Aureus es el
microorganismo más identificado, seguido por
el Streptococcus pyogenes (Grupo A). El Haemophilus influenza tipo B
ocasionalmente origina osteomielitis y más comúnmente produce artritis; Sin
embargo, con el advenimiento de la vacuna respectiva, la incidencia ha
disminuido considerablemente. Hay otras bacterias que causan osteomielitis en
circunstancias especiales; los niños con drepanocitosis tienen una
predisposición a presentar infecciones óseas por Salmonella spp. Las heridas
penetrantes en los pies pueden asociar una osteomielitis
por Pseudomona Aeruginosa .

En adultos el 50% de las infecciones óseas son ocasionadas


por Staphylococcus aereus , especialmente las de origen hematógeno. Otros
patógenos menos comunes son los bacilos Gram negativos tanto aeróbicos
como anaeróbicos. El Mycobacterium tuberculosis y Brucella spp afectan
especialmente la columna.

Las osteomielitis por anaerobios habitualmente están asociadas a la extensión


directa de un foco infeccioso. Causas infrecuentes de osteomielitis de origen
hematógeno son las ocasionadas por
hongos: Histoplasmosis , coccidioidomicosis y blastomicosis . Personas inmuno
comprometidas pueden desarrollar infecciones óseas por
Candida, Aspergillus y Pneumocystis .

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Algunas de las manifestaciones clínicas de la osteomielitis incluyen:


1. Dolor intenso en la zona afectada.
2. Inflamación localizada, enrojecimiento y aumento de temperatura en la piel
sobre el hueso afectado.
3. Rigidez y limitación en el movimiento de la articulación cercana al hueso
afectado.
4. Fiebre y escalofríos.
5. Fatiga y debilidad general.
6. Secreción de pus en la zona afectada.
7. Fracturas patológicas en el hueso afectado.
8. En casos graves, puede haber síntomas sistémicos como vómitos, pérdida
de peso y disminución del estado general.

DIAGNÓSTICO
El medico palpará la zona cercana al hueso afectado en busca de sensibilidad,
inflamación o calor. Si tienes una úlcera en el pie, es posible que tu médico
utilice una sonda opaca para determinar la proximidad del hueso que está
debajo.
Es posible que el médico te pida que te realices un conjunto de pruebas y de
procedimientos para diagnosticar la osteomielitis, así como para determinar el
germen que causa la infección. Entre los estudios se pueden incluir los
siguientes:
Análisis de sangre
Los análisis de sangre pueden revelar niveles elevados de glóbulos blancos y
otros factores que pueden indicar que el cuerpo está combatiendo una
infección. Si la osteomielitis es producto de una infección en la sangre, las
pruebas pueden revelar qué gérmenes son los responsables.

Ningún análisis de sangre puede indicarle al médico si tienes osteomielitis o no.


Sin embargo, los análisis de sangre pueden proporcionar indicios para ayudar
al médico a decidir qué pruebas y procedimientos adicionales puedes
necesitar.

Estudios de diagnóstico por imágenes


Radiografías. Las radiografías pueden revelar el daño en el hueso. Sin
embargo, es posible que la lesión se mantenga oculta hasta después de que la
osteomielitis haya estado presente durante varias semanas. Si la osteomielitis
comenzó hace poco tiempo, es probable que se necesiten pruebas de
diagnóstico por imágenes más detalladas.
Imágenes por resonancia magnética (IRM). Mediante el uso de ondas de radio
y de un campo magnético fuerte, las exploraciones por resonancia magnética
pueden producir imágenes extraordinariamente detalladas de los huesos y de
los tejidos blandos que los rodean.
Tomografía computarizada (TC). La exploración mediante tomografía
computarizada combina radiografías tomadas desde diferentes ángulos para
crear vistas transversales de las estructuras internas de una persona. Las
exploraciones mediante tomografía computarizada se suelen hacer solamente
cuando una persona no puede realizar una IRM.
Biopsia ósea
Una biopsia ósea puede revelar qué tipo de germen infectó el hueso. Saber el
tipo de germen le permite al médico elegir un antibiótico que funcione
particularmente bien para ese tipo de infección.

Una biopsia abierta requiere anestesia y cirugía para acceder al hueso. En


algunas situaciones, un cirujano inserta una aguja larga a través de la piel y
dentro del hueso para realizar una biopsia. Este procedimiento requiere
anestesia local para adormecer el área donde se insertará la aguja. Las
radiografías y otras exploraciones de diagnóstico por imágenes pueden usarse
como guía.

TRATAMIENTO

El tratamiento de la osteomielitis depende de una terapia antibiótica adecuada


y usualmente requiere resección quirúrgica del tejido infectado y necrótico. La
terapia antibiótica debería elegirse con base en el cultivo y la sensibilidad
antibiótica. En ausencia del mismo deben administrarse antibióticos de amplio
espectro. Un cultivo de hueso afectado o sanguíneo puede ser falsamente
negativo en pacientes que inician terapia antibiótica.
Pese a que la osteomielitis es una infección relativamente común, existen
pocos estudios comparativos acerca del tratamiento, con muestras pequeñas y
no aleatorias . Existe controversia entre la duración de la terapia antibiótica así
como la duración de la terapia parenteral con el posterior cambio a oral, en la
siguiente tabla se ejemplifica una guía de duración, cabe resaltar que muchos
de los estudios se realizan el cambio de teraía parenteral a oral según la
disminución de marcadores como lo es la PCR, VES y leucograma .
Para la osteomielitis crónica se recomiendan2 un4 semanas parenteral y luego
completar vía oral

OSTEOPOROSIS

ETIOLOGÍA
La osteoporosis es una enfermedad ósea que se caracteriza por
una disminución de la densidad ósea y un deterioro de la
microarquitectura del tejido óseo, lo que aumenta el riesgo de
fracturas. La etiología de la osteoporosis es multifactorial y puede
estar influenciada por diversos factores, entre los cuales se
encuentran:
Factores genéticos: Existe una predisposición genética a
desarrollar osteoporosis, ya que la densidad ósea y la estructura del
hueso están determinadas en parte por la herencia genética.
Factores hormonales: Los niveles bajos de estrógeno en las
mujeres posmenopáusicas y los niveles bajos de testosterona en
los hombres pueden contribuir al desarrollo de osteoporosis. Estas
hormonas son importantes para mantener la densidad ósea.
Factores nutricionales: Una dieta pobre en calcio y vitamina D
puede favorecer la pérdida de masa ósea y aumentar el riesgo de
osteoporosis.
Factores relacionados con el estilo de vida: El tabaquismo, el
consumo excesivo de alcohol, la inactividad física y el uso
prolongado de ciertos medicamentos (como corticosteroides)
pueden contribuir al desarrollo de osteoporosis.
Factores relacionados con enfermedades crónicas: Algunas
enfermedades crónicas, como la artritis reumatoide, la enfermedad
renal crónica o la enfermedad inflamatoria intestinal, pueden
aumentar el riesgo de osteoporosis.
MANIFESTACIÓN CLÍNICAS
Fracturas óseas: Las fracturas son la manifestación más común
del osteoporosis y pueden ocurrir en cualquier hueso, pero son más
comunes en la columna vertebral, cadera, muñeca y costillas.
Dolor de espalda: El osteoporosis puede causar dolor de espalda
debido a las fracturas vertebrales que pueden comprimir los nervios
y causar dolor crónico.
Pérdida de estatura: Las fracturas vertebrales pueden causar una
disminución en la altura de una persona debido al colapso de las
vértebras.
Postura encorvada: La osteoporosis puede causar una postura
encorvada o cifosis debido a las fracturas vertebrales que afectan la
columna vertebral.
Dolor en las articulaciones: Las fracturas óseas y la pérdida de
densidad ósea pueden provocar dolor en las articulaciones,
especialmente en la cadera, rodilla y muñeca.
Debilidad muscular: La osteoporosis puede debilitar los músculos
debido a la falta de soporte óseo adecuado, lo que puede dificultar
la movilidad y aumentar el riesgo de caídas.
Cambios en la forma del cuerpo: En casos severos de
osteoporosis, los huesos pueden volverse tan frágiles que se
deforman, lo que puede resultar en una apariencia física alterada.
Es importante consultar a un médico si se experimenta alguno de
estos síntomas para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento
adecuado para prevenir complicaciones futuras.

DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de la osteoporosis se realiza a través de pruebas
médicas que evalúan la densidad mineral ósea, como la
densitometría ósea. Esta prueba mide la cantidad de minerales,
como el calcio, en un área específica de los huesos y ayuda a
determinar si existe pérdida de masa ósea.
Además, el médico puede realizar una evaluación clínica para
determinar el riesgo de fracturas y evaluar otros factores de riesgo,
como antecedentes familiares de osteoporosis, edad avanzada,
sexo femenino, bajo peso corporal, falta de ejercicio, consumo
excesivo de alcohol y tabaco, deficiencia de vitamina D y calcio,
entre otros.
Es importante consultar a un médico si se sospecha de
osteoporosis o si se tienen factores de riesgo para esta
enfermedad, ya que un diagnóstico temprano puede ayudar a
prevenir complicaciones como fracturas óseas.

TRATAMIENTO
El tratamiento de la osteoporosis se centra en la prevención de
fracturas y en el fortalecimiento de los huesos. Algunas de las
opciones de tratamiento incluyen:
Medicamentos: Los medicamentos recetados para la osteoporosis
pueden ayudar a prevenir la pérdida ósea y a aumentar la densidad
ósea. Algunos de los medicamentos más comunes incluyen los
bifosfonatos, como el alendronato y el risedronato, los moduladores
selectivos de los receptores de estrógeno (SERMs), como el
raloxifeno, y los inhibidores del ligando del receptor activador del
factor nuclear kappa B (RANKL), como el denosumab.
Suplementos de calcio y vitamina D: El calcio y la vitamina D son
nutrientes esenciales para la salud ósea. Los suplementos pueden
ser recomendados si no se obtiene suficiente cantidad de estos
nutrientes a través de la dieta.
Ejercicio: El ejercicio regular, especialmente el ejercicio de
resistencia y el entrenamiento de equilibrio, puede ayudar a
fortalecer los huesos y prevenir caídas.
Cambios en el estilo de vida: Dejar de fumar, limitar el consumo
de alcohol, mantener un peso saludable y consumir una dieta rica
en calcio y vitamina D pueden ayudar a prevenir la osteoporosis.
Es importante hablar con un médico para determinar cuál es el
mejor plan de tratamiento para cada persona, ya que las
necesidades pueden variar según la gravedad de la osteoporosis y
otros factores individuales.

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