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50312-Texto Del Artículo-145538-1-10-20160525
50312-Texto Del Artículo-145538-1-10-20160525
): La reforma
constitucional de 1994, Depalma, Buenos Aires, 2000.
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fomento de las ideas de libertad. Di- ménez); «La reforma del Senado. Re-
cho deseo lo recoge con vehemencia flexiones sobre la reforma constitu-
Ekmekdjian: «Creo interpretar el deseo cional de 1994 y los principios del sis-
de todos los autores que participan en tema democrático» (Fermín Pedro
esta obra al afirmar que si ella sirve Ubertone); «Tratados internacionales»
para expandir, siquiera algunos centí- (Miguel Ángel Perrotta); «Presidencia-
metros, el espacio de la libertad, fre- lismo» (Mirtha Abad); «Las urgencias
nando correlativamente al poder, nos del Poder Ejecutivo» (Diego Fernando
damos por recompensados con usura Miceli); «Inamovilidad de los jueces,
por el esfuerzo realizado» (prólogo, la cláusula de los 75 años y el caso
p. X). El punto de partida de esta re- «Fayt»» (Adrián Ventura); «El Conse-
flexión es la idea de que el poder y la jo de la magistratura y el sistema de
libertad son conceptos antitéticos, por la Constitución Nacional» (Julio Nico-
lo que el aumento de uno origina la lás Sissini); y, por último, «El Minis-
mengua del otro. Ello es, creemos, una terio Público» (Daniel Horacio Cas-
simplificación excesiva, más bien erró- sani).
nea en términos de ideas generales, Aunque puede decirse que:, tras un
pero que puede aceptarse en este mo- trabajo inicial de corte general, la pri-
mento dada la finalidad y el contexto mera mitad del libro se dedica a la
en que se produce. parte dogmática y la segunda a la par-
2. Los trabajos que se ofrecen son te orgánica, se echa en falta una agru-
dieciséis, correspondiendo cada uno a pación de los capítulos en unidades
un autor diferente, a saber: «Democra- temáticas más amplias, lo que le hu-
cia, República y gobiernos de facto en biera dado una estructura en mayor
la reforma constitucional de 1994» grado útil y coherente para el lector. El
(Miguel Ángel Ekmekdjian); «Acre- criterio ordenador pudo haber sido más
cimiento de derechos y garantías y riguroso. Además, hubiera sido prefe-
creación de órganos de control en la rible que se adoptara una forma homo-
reforma constitucional de 1994. Su in- génea de rotular los distintos trabajos.
fluencia en el sistema democrático y Igualmente, algunos de los diversos
republicano» (Beatriz A. Lice); «El temas analizados presentan unas dife-
voto obligatorio» (Horacio Ricardo rencias de amplitud tan importantes
Bermúdez); «Los partidos políticos en que ello también influye de manera
la reforma de 1994. Hacia la corpo- negativa en el conjunto de la obra.
rativización de la representación polí- Todo esto no prejuzga el riguroso aná-
tica» (Alfredo M. Vitólo); «Las formas lisis y contenido de la obra pero sí
semidirectas de participación política dificulta la labor del lector, que tiene
en la reforma constitucional de 1994» que enfrentarse a un colectivo firmado
(María Cristina Serrano); «El régimen por un importante número de autores,
del amparo y la defensa del Derecho con las diferencias que ello forzosa-
de la Constitución» (Raúl Gustavo mente ya origina entre sus distintas
Ferreyra); «Los derechos de incidencia partes. La ausencia de índice analítico
colectiva general» (Andrés Gil Domín- al final y de un índice más esquemá-
guez); «El hábeas data en la reforma tico tampoco ayuda a que el lector se
constitucional de 1994» (Osear Ber- haga una rápida composición de lugar.
gallo); «Claroscuros en los roles del
Congreso de la nación argentina luego 3. El comienzo del libro, como ya
de operada la reforma constitucio- dije, está reservado a un trabajo de
nal de 1994. ¿Atenuación del régimen corte general donde el prof. Ekmek-
presidencialista?» (Eduardo Pablo Ji- djian expone el contenido de los con-
ceptos de democracia y república, que
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hay que presuponer que suscriben el tución mantendrá su imperio aun cuan-
resto de autores. Era obligatorio abrir do se interrumpiere su observancia por
así la obra dada la mencionada finali- actos de fuerza contra el orden insti-
dad que se persigue con ella de anali- tucional y el sistema democrático», a
zar la influencia de la reforma en am- lo que se añade que «estos actos serán
bas ideas. El concepto que se emplea insanablemente nulos»2. Pese a todo,
de democracia parece en exceso res- Ekmekdjian valora de manera positiva
trictivo pues se limita a una mera par- esta previsión. Su operatividad la ve
ticipación electoral que desconoce la cuando las disposiciones constituciona-
noción de democracia como proceso les retomen vigencia. Más adelante,
continuo1. No obstante, la postura a Alice también juzga en el mismo sen-
favor de la democracia es una postura tido esta norma al creer que supone un
desde la militancia y desde un firme afianzamiento del sistema democrático
convencimiento de sus virtudes. La (pp. 38 y ss.). Además, este art. 36
idea de república supone, en opinión prevé diversas sanciones penales para
de este autor, una serie de notas como los autores de tales actos y otorga a
las de que todo cargo público surge del los ciudadanos el derecho de resisten-
sufragio, de responsabilidad de los re- cia frente a ellos, que para el coordi-
presentantes, de periodicidad de los nador también incluye el de desobe-
cargos, de publicidad de los actos del diencia civil.
gobierno (aunque se dice que, en muy
El resto de los trabajos se dedican
contados casos, se puede aceptar el
a analizar un aspecto de la reforma de
secreto de las leyes —sic!—, p. 10), y
de división de poderes. En una línea 1994, aunque no se llega a tratar ésta
similar se expresa, en el tercio final en toda su extensión. En ningún caso
del libro, Abad (pp. 339 y ss.) los análisis de la cuestión reformada se
producen directa y aisladamente sino
De igual forma, en este primer tra- que se hace un esfuerzo para encuadrar
bajo, se reflexiona sobre la quiebra o el tema correspondiente en el adecua-
alteración del orden constitucional al do marco conceptual, histórico, compa-
hilo de los llamados gobiernos «de rado y jurisprudencial. Esto, por mo-
facto», o sea, los períodos de autori- mentos, asume tanta centralidad que
tarismo, que por desgracia están pre- parece lo primordial en algunas cola-
sentes en demasía en la Historia argen- boraciones, con lo que la nueva previ-
tina. Respecto a ellos, la reforma de sión constitucional queda, en esas par-
1994 ha introducido una previsión do- tes, en un segundo plano. Ello no es
tada, tal vez, de alto contenido políti- forzosamente negativo aunque sí fo-
co pero también de absoluta inutilidad menta los problemas estructurales ya
jurídica al desconocer el axioma del indicados. Asimismo, origina que se
Derecho germánico «silent leges ínter produzcan diversas reiteraciones en el
arma». Nos referimos al art. 36, en objeto de análisis. Sea como fuere, no
donde se puede leer que «esta Consti- ceñirse en exclusiva a los comentarios
' Aunque bien es cierto que más adelante otros autores del libro se alejan de una con-
cepción limitada de democracia. Es el caso de Serrano que señala que la participación «no
puede quedar limitada, de ninguna manera, a la emisión del voto para la elección de re-
presentantes, sino que debe ser más activa y directa» (p. 119); o de Abad, que repasa las
características de la democracia liberal-occidental (pp. 336 y ss.). Por su parte, Ubertone
va a entender la democracia como «aquel sistema político en el que tienen efectiva vigen-
cia los principios de gobierno del pueblo, pluralismo político, dignidad del ser humano e
imperio de la ley» (p. 297).
2
En un sentido similar tenemos las constituciones de México (art. 136), República
Dominicana (art. 99), Uruguay (art. 330) y Venezuela (art. 250).
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positivistas sino tener en cuenta, ade- cosas, esta reforma tiene sus límites y
más, la jurisprudencia y doctrina supo- sólo puede llevarse a cabo a través del
ne utilizar los tres elementos claves procedimiento que la propia Constitu-
para un análisis jurídico que persiga ción contempla. En cambio, elaborar
profundidad. otra Constitución supone el ejercicio
4. La Constitución argentina, un de la soberanía de un nuevo poder
auténtico hito en el mundo jurídico constituyente, por lo que los límites no
hispanoamericano, data de 1853, ha- existen (salvo los que ya se integran en
biendo sido sometida a reformas los el concepto liberal-democrático de
años 1860, 1866, 1898, 1957 y 1994. Carta Magna, que es el que se ha im-
Ella ha sido en buena medida la res- puesto). Sorprende que no haya más
ponsable de que la tradición jurídica referencias a esta cuestión en la obra
argentina, en gran parte, presente hon- que la que se encuentra, o, mejor di-
da raigambre democrática y solidez cho, atisba, en la p. 140, aunque para
técnica, a pesar de que la práctica del negar la existencia de una nueva Cons-
ejercicio del poder discurriera durante titución 4. La dimensión del cambio es
muchos períodos por los predios del evidente y ha dado lugar a una modi-
autoritarismo. Quizá ha sido el peso de ficación sustancial del conjunto norma-
la histórica tradición constitucional la tivo 5.
que llevó a tildar la obra de la Con- Los propios reformadores-constitu-
vención Constituyente de 1994 como yentes tenían conciencia de la amplitud
de mera reforma de la Carta Magna y del cambio y, quizá, de estar elaboran-
no como la asunción de una nueva do una verdadera nueva Ley Básica
Constitución. Los cambios a los que se por lo que no siguieron estrictamente
sometió pudieron dar lugar a ello pues, los procedimientos previstos en el an-
como es de sobra conocido, la cons- terior art. 71 de la Constitución. De
trucción dogmática de la Teoría de la este modo, el proyecto de lo que sería
Constitución establece que una refor- la Ley 24.309, de declaración de ne-
ma tiene sus límites, más allá de los cesidad de la reforma, lo modificó la
cuales estamos realmente ante una Cámara revisora, es decir, el Senado,
nueva Constitución a pesar del nomen en lo relativo a la duración del man-
iuris con el que se rotule el cambio \ dato de los senadores, y no volvió,
Y ello no es un simple juego verbal como exigía la anterior normativa
sino que tiene consecuencias de fondo. constitucional, a la Cámara iniciadora,
La reforma supone la actuación del o sea, a la Cámara de Diputados. El
poder de reforma constitucional, que Ejecutivo promulgó la ley tal y como
permite la permanencia en el tiempo la había aprobado el Senado. Ello es
del poder constituyente que aprobó la objeto de crítica en la obra que comen-
Norma Básica de que se trate. Así las tamos (p. 31 y p. 290). No obstante,
3
Son clásicas en este sentido las reflexiones de Schmitt sobre las diferencias entre
los conceptos de reforma de la Constitución, ruptura, suspensión, conflicto y traición, y so-
bre los límites de los cambios constitucionales (CARL SCHMITT, Verfassungslehre, Duncker
& Humblot, Berlín, 1954, pp. 99 y ss.; en castellano, Teoría de la Constitución, Alianza,
Madrid, 1982, pp. 115 y ss.).
4
Así es, Ferreyra, en afirmación alambicada, dice que «el correcto auscultamiento de
la anatomía jurídica de la Ley Fundamental argentina no autoriza a sostener que la "refor-
ma" haya generado una "nueva Constitución"». A lo que añade que no se ha modificado
de manera radical la estructura y contenido del antiguo texto.
5
En la misma obra recensionada se admite tal envergadura pues Alice indica que la
reforma «no se circunscribió a uno o varios institutos, sino que las reformas se desplega-
ron, como varillas de un abanico, a la integralidad del texto» (p. 52).
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de los partidos «para la postulación de que alojó una fórmula residual que pu-
candidatos a cargos públicos electivos» diera dar cabida a nuevas situaciones
(art. 38), una expresión que dada la colectivas (derechos de incidencia co-
ambigüedad que presenta puede ser lectiva en general)» (p. 232). Lo pri-
interpretada con el objeto de otorgar a mero se conecta con los derechos de
los partidos el monopolio en la presen- tercera generación, lo segundo parece
tación de candidatos 8. Ello implicaría llevar a la idea de intereses difusos. La
«la oligarquización definitiva de la extensión en la legitimación para inter-
vida política y del Estado» (p. 110). poner la acción de amparo permite dar
En cuanto a las formas semidirectas posibilidades de protección a estas si-
de participación política, Serrano, tras, tuaciones. Sin embargo, las cosas se
de nuevo, ofrecer una serie de concep- llevan hasta extremos que agreden a la
tos, se centra en la incorporación en seguridad jurídica y relativizan toda
1994 de la iniciativa popular, que per- noción de derecho. Esto creemos que
mite a los ciudadanos presentar pro- sucede cuando se dice que «la legali-
yectos de ley en la Cámara de Dipu- dad constitucional es un derecho de
tados (art. 39, desarrollado por la Ley incidencia colectiva en general, y, con-
24.747, de 27 de noviembre), y la con- secuentemente, cuando dicha legalidad
sulta popular, que posibilita, además es conculcada, se entiende por afecta-
de una consulta no vinculante, some- do con legitimación procesal para pro-
ter a consulta popular un proyecto de mover acción de amparo, a todo habi-
ley de forma tal que si el voto es afir- tante de la Nación» (p. 241). Subyace
mativo se convertirá en ley (art. 40, una confusión entre lo que es un de-
todavía sin desarrollar). La conclusión, recho y un principio.
esta vez, es positiva al abrirse nuevos 6. Respecto a la protección de los
canales de participación y robustecer- derechos, la reforma estudiada ha in-
se el componente democrático del sis- cidido de modo particular ya que se
tema constitucional, entre otras muchas han incorporado expresamente tres ga-
razones que siguen la misma línea rantías de Derecho Procesal Constitu-
(pp. 135 y ss.). cional, el amparo, el habeas corpus y
Los denominados «derechos de inci- el habeas data, en una norma que la
dencia colectiva» también han desper- doctrina entiende autoaplicativa'. La
tado el interés de los autores del co- acción de amparo puede ser interpuesta
lectivo. De esta forma, Gil Domínguez por cualquier persona, «siempre que no
destaca cómo la reforma profundizó en exista otro medio judicial más idóneo,
el constitucionalismo social ofreciendo contra todo acto u omisión de autori-
un modelo de Estado Democrático de dades públicas o de particulares, que
Derecho. Para responder a las nuevas en forma actual o inminente lesione,
necesidades sociales, el constituyente restrinja, altera o amenace (...) dere-
de 1994 incorpora «situaciones colec- chos y garantías» previstos en la Cons-
tivas (discriminación y derechos que titución, un tratado o una ley (art. 43).
protegen el ambiente, la competencia, El habeas corpus procede cuando el
al usuario y al consumidor), a la vez derecho puesto en tela de juicio sea la
8
Esto encontraría en el art. 54 caldo de cultivo para ser corroborado (en la elección
a senadores, tres por provincia, corresponderán dos bandas -escaños— «al partido político
que obtenga mayor número de votos y la restante al partido político que le siga en número
de votos» —¡parece que el escaño es del partido y no del representante electo!—).
9
Por ejemplo, GERMÁN BlDART CAMPOS en «La defensa de la Constitucionalidad en
Argentina», Cuadernos constitucionales México-Centroamérica, núm. 19, UNAM, México
D. F., 1996, p. 9.
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seer semejante «autolegitimación» estaríamos más bien ante un control de índole política
(JOSÉ JULIO FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ, «Aproximación a las técnicas de decisión del Conse-
jo Constitucional francés», Cuadernos Constitucionales de la Cátedra Fadrique Furió Ceriol,
núm. 18/19, Valencia, 1997).
11
GERMÁN BIDART CAMPOS, Manual de la Constitución reformada, tomo I, Ediar,
Buenos Aires, 1996, p. 360.
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Por ejemplo, el coordinador de esta obra en su Tratado de Derecho Constitucio-
nal, tomo V, Depalma, Buenos Aires, 1999, pp. 86 y ss.
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Como afirma PELLET LASTRA, el «cuestionamiento a algunos fallos de la Corte y
a la conducta de algunos de los jueces federales (...) habían convertido al Judicial en el
más polémico de los tres poderes cuando el presidente Menem y el expresidente Alfonsín
comenzaron a discutir el texto del pacto político para reformar la Constitución» (ARTURO
PELLET LASTRA, «La versión argentina del Consejo de la Magistratura y del jury de enjui-
ciamiento», Cuadernos constitucionales México-Centroamérica, núm. 19, UNAM, México
D. E, 1996, p. 111).
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de 75 años, pasado el cual es necesa- apunta Cassani, que para defender con
rio un nuevo nombramiento para man- imparcialidad el interés público, el ins-
tener el cargo 14. La Corte, basándose tituto no debía depender de ningún po-
en un formalismo que no asimila las der político, como garantía de neutra-
connotaciones jurídico-políticas del po- lidad de cara a la sociedad» (p. 466).
der constituyente derivado y sin re- La Ley 24.946 desarrolla las previsio-
flexionar sobre cuál es su posición en nes de la Ley Fundamental.
el marco de los poderes constituidos, 10. Estamos, en suma, ante una
entiende que el procedimiento de re- obra de importante calado, que, más
forma es una cuestión justiciable y que allá de los problemas estructurales que
la Convención se excedió al no estar contiene, y de ciertas repeticiones y
habilitada para modificar este tema (en descompensaciones motivadas en bue-
el «Núcleo de coincidencias básicas» na medida por el gran número de
que recoge la Ley que declara la ne- autores que participan en ella, repre-
cesidad de reforma no hay mención senta un destacado esfuerzo de propa-
alguna a la garantía de inamovilidad). gación de la bondad de las ideas de
Ventura juzga correcto este proceder, democracia y libertad, al margen de
aunque reconoce que abre incertidum- ofrecernos una visión cabal de los
bres, pero cree «que seguir tolerando cambios de 1994. El deseo de superar
que un proceso de reforma constitucio- etapas más oscuras anima a los parti-
nal esté exento de todo control judicial cipantes en este colectivo a mirar ha-
puede llevar a que una eventual Con- cia delante y confiar en que el siste-
vención reformadora (...) lleve adelan- ma democrático se convierta en una
te una reforma de alcances absoluta- constante necesidad para los distintos
mente inciertos» (p. 411). De nuevo, actores políticos argentinos. En esta
parece que no se quiere considerar lo labor las nuevas generaciones están
que es y supone el poder constituyen- llamadas a jugar un papel trascenden-
te derivado y cómo puede ocultar en tal. Es precisamente desde la asunción
realidad un poder constituyente origi- de semejante afirmación donde se pro-
nario. ducen las apelaciones que en la obra
El Ministerio Público va a tener, por se hacen a los jóvenes que integran la
primera vez, reconocimiento constitu- sociedad de este país hispanohablan-
cional con la reforma de 1994. Es un te 1S. Por todo ello, el libro no se limita
órgano independiente con autonomía a ser un árido comentario positivista
funcional y autarquía financiera, cuya de los cambios constitucionales sino
función es promover «la actuación de que introduce elementos formativos (a
la justicia en defensa de la legalidad» veces un tanto simplistas), contextua-
y «de los intereses generales de la so- lizaciones conceptuales e hislórico-po-
ciedad» (art. 120). Se entendió, como líticas, líneas jurisprudenciales (im-
14
El origen de esta previsión hay que buscarlo en la intención de la clase política de
conseguir tres vacantes en la Corte Suprema para que pudieran ser nombrados otros ma-
gistrados más desligados del gobierno. Dos magistrados renunciaron, pero uno tercero (Ri-
cardo Levene) se negó a renunciar. Por ello, la citada limitación de edad perseguía sacar
al mencionado magistrado de la Corte. Este problema dice poco de la seriedad con que
algunos encararon la reforma.
15
Así, JIMÉNEZ: «Y las jóvenes generaciones venideras se constituirán (...) en las
nuevas luces del sistema, que brillarán en el futuro Parlamento argentino, imaginado por
nosotros como nutrido de integración homogénea, particípativo, pluralista y con vocación
de constituirse en adalid del control republicano, motor del freno frente al abuso» (p. 287).
O Ubertone: «Confiamos en el futuro, en lo que va a hacer la generación qui: ahora es
joven» (p. 292).
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GERARDO ETO CRUZ, Régimen legal del habeas corpus y amparo, Gaceta Jurídica,
s/1. (Perú), 1999.
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