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Ministerio Internacional Casa de Dios

Encuentro
ARREPENTIMIENTO Y PERDÓN

Romanos 5.12)

El Hijo Pródigo

Un ejemplo del pecado del hombre, el arrepentimiento y el perdón de Dios es la parábola


del hijo pródigo en Lucas 15.11-32. El hijo menor exigió de su padre sus derechos; el dijo:
“dame la parte de los bienes que me corresponde”. El demandó su parte. En aquellos días
la herencia se transmitía hasta la muerte del padre, y en su gran mayoría, al hijo mayor.
Pero este hijo, pensando en sí más que en los otros, exigió lo suyo: amor para sí,
comprensión para sí, tiempo, dinero, atención, etc. Luego tomó su propio camino. Todo
aquel que con soberbia piensa en sí, se separa de sus seres queridos y decide vivir a su
manera, gobernándose por sus dictados. Se endiosa, pensando tener la razón, y toma un
rumbo equivocado. Esto es vivir independientemente de Dios; es vivir a mi manera, no a
la manera de Dios.

El resto es historia y resultado de la vida separada de Dios: malgastó los bienes, vivió
perdidamente, tuvo gran necesidad y terminó apacentando cerdos. Fue humillado en
extremo, pues su fin fue desear comer lo que los cerdos comían. No sólo sufrió la
vergüenza de estar con cerdos, sino que además fue maltratado por un amo que tenía
dinero para darle de comer a sus animales pero no para sus criados. Estando en esa
condición volvió en sí, se le abrieron los ojos y se dio cuenta de su error. Se había
apartado de su padre y había pecado. Ahora deseaba volver. Decidió humillarse,
reconocer su error, regresar a su padre y pedir perdón. Decidió someterse al castigo y a
las consecuencias de su desobediencia. Había vivido perdidamente y había hecho
multitud de pecados, pero reconoció el origen de su mal: había llevado una vida
independiente y separada de su padre. Se arrepintió y volvió, y fue perdonado y
restaurado.

El genuino arrepentimiento

El arrepentimiento es un “volver en sí”, dar una vuelta de 180 grados y dirigirse en una
dirección opuesta; es cambiar la forma de pensar y tomar la de Dios. Como el hijo
pródigo, debemos estar dispuestos a humillarnos y reconocer nuestras faltas, así como a
aceptar la determinación de nuestro Padre celestial. El arrepentimiento debe tocar, al
menos, tres áreas de nuestra vida:

1. Nuestra opinión acerca del pecado: debemos reconocer que el pecado es una ofensa
a Dios y no meramente un mal moral o una acción que me trae malas consecuencias.
2. Nuestro sentimiento acerca del pecado: Dios aborrece el pecado, y éste nos separa de
Él. El genuino arrepentimiento nos hace sentir lo que Dios siente acerca de Él; por eso
es que lloramos, gemimos y nos humillamos por haberlo cometido.
3. Nuestra decisión acerca del pecado: El arrepentimiento genuino lleva consigo la
consecuencia de un cambio real y efectivo de vida, por lo tanto la decisión de hacer lo
correcto y justo.

Todo el bien para nuestra vida está en Dios. Pero la relación con Él fue rota a partir del
pecado, por lo que fuimos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3.23). Le dimos la
espalda, pues al pecar el hombre se volteó de Dios. Pero Dios, queriendo restablecer la
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relación con el hombre, envió a Jesucristo su Hijo para ofrecerles salvación, “volviéndose”
hacia el hombre en su gracia. Ahora El pide que todo hombre se arrepienta y se “vuelva”
hacia él. En Jesús, Dios le ha dado a la humanidad la oportunidad del perdón de sus
pecados, por lo que ha mandado a todo hombre que se arrepienta de su independencia y
se someta al Dios todopoderoso y lleno de amor (Hechos 17.30). Cuando un hombre se
arrepiente y se voltea a Dios restablece su relación con El.

La Biblia dice: “Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros
pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3.19)
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LIBRE DEL PASADO y DEL RECHAZO

El arrepentimiento de nuestros pecados nos lleva a un cambio real de vida. Como Dios
perdonó nuestros pecados y nos libró de culpa, ahora debemos ser responsables y vivir
una nueva vida, apartándonos del pecado, del mundo y del diablo. Ahora debemos
cambiar nuestra forma de pensar, de sentir y de actuar. Debemos dejar atrás nuestra
pasada manera de vivir y dirigirnos a una nueva vida.

LIBRE DEL RECHAZO

Jesús y el leproso

Leemos en Mateo 8.1-4 la historia de Jesús y un leproso que fue sano de su enfermedad.
Pero más que la sanidad física, éste hombre experimentó una sanidad interior: fue sano
del rechazo del que había padecido por mucho tiempo.

Los leprosos no podían mezclarse con la sociedad, ni trabajar y eran separados de sus
familias. La lepra es una enfermedad muy dura: La piel se mancha y se cae, las manos y
los pies se deforman y hasta pueden quedar paralíticos, la nariz se deforma o se cae,
quedando solo los orificios nasales; los ojos se cierran, y hasta pueden perder la habilidad
de hablar. Muchos creían que la lepra era contagiosa, por lo que alejaban de sí a los
leprosos.

Todos rechazaban a los leprosos: Nadie los tocaba ni se les acercaban, eran mantenidos
en campamentos fuera de la ciudad, no podía acercarse a alguien más y hasta usaban
campanas en sus vestidos para anunciar su venida y así alarmar a los demás.

Tú puedes ser como el leproso si otros te han rechazado. Pudiste haber sufrido:
-Menosprecio, subestima
-Falta de amor, de afecto, no han sido cariñosos
-Abusos, violaciones, etc. Te han forzado u obligado
-No te han tomado en cuenta
-Han preferido a otros antes que a ti
-Te han abandonado, traicionado o engañado

SE LIBRE DEL PASADO

• Somos nuevos en Cristo : (2 Corintios 5.17).

• Despojate de los deseos de la vieja naturaleza: Al nacer todo hombre trae una
naturaleza pecaminosa, una identidad errónea y unas inclinaciones engañosas.
Heredamos en nuestro ser la naturaleza pecaminosa de Adán la cual nos lleva de
continuo a hacer el mal, las obras que son contrarias a la voluntad de Dios. (Efesios
2.1-3 - Efesios 4.17-19 - Gálatas 5.19-21)

• Despojándonos del viejo hombre: Efesios 4.22-24 - Romanos 6.6 - Gálatas 5.16.
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LA VERDADERA HOMBRÍA
(Para hombres, jóvenes y adultos)

Viviendo varonilmente

El verdadero hombre es aquel que HACE la voluntad de Dios. Esto es hacer las cosas de
una forma buena, agradable y perfecta. La Biblia dice: “Velad, estad firmes en la fe;
portaos varonilmente, y esforzaos. Todas vuestras cosas sean hechas con amor” (1
Corintios 16.13-14). Portarse varonilmente significa imitar a aquel que nos ha dejado
ejemplo en todo: Jesucristo.

Cuando Moisés escogió hombres para ponerlos por jueces del pueblo escogió hombres
con las siguientes características (Ex 18.21 y Dt 1.15):

1. Virtud: Llenos de carácter, de dones, de cualidades. Hombres que amen y se dejen


amar, y que expresen ese amor a Dios, a sus mujeres, a sus hijos, a sus padres, a sus
hermanos cristianos y al mundo en general. Hombres eficientes, productivos, capaces,
fuertes y estables.

2. Temor de Dios: que respeten a Dios y le teman a él y no al mundo, a la sociedad o a la


presión de otros, sino que mantengan un testimonio vivo y radical de Jesucristo. Que
no se dejen influenciar por la presión de grupo, sino sean ellos agentes de cambio.
Que ante todo honren a Dios y lo amen no sólo por sobre todo sino con todo.

3. Varones de verdad, llenos de integridad y cumplidores de su palabra, que mantengan


promesas, santos. Varones fieles, no sólo a Dios sino aquellos a quienes Dios ha
puesto a su alrededor; fieles a personas y a ideales. Hombres de principios, que
tengan valores.

4. Que aborrezcan la avaricia: que sepan dar y compartir, sus diezmos y ofrendas a Dios,
como regalos y dones a los hombres. No avaros no sólo en lo material sino también en
lo espiritual y lo sentimental; que puedan compartir el evangelio y la palabra, ministrar
la unción, así como demostrar afecto a su familia y a todos, amar, entregarse y dar.

5. Líderes, personas de influencia hacia otros, ejemplares, que marquen el paso de una
generación que desee cambiar este mundo para Cristo. Personas de carácter,
amorosos y tiernos con las personas, pero severos con el mal, llenos de gracia y de
verdad. Ejemplares, decididos, motivadores, personas de empuje y consigue metas,
logrando cambios positivos en la gente, en la familia, en la iglesia y en la nación

6. Varones sabios, apartados de la necedad y la obstinación; prudentes, entendidos en la


palabra y con conocimiento de Dios, que sepan dirigir con sabiduría a su familia, a su
empresa y a su nación para Cristo.

7. Varones entendidos y conocedores. Varones educados, enseñados y puestos bajo una


autoridad que respeten y honren. Hombres de visión, de ideales, de sueños, por los
cuales luchan y se esfuerzan en alcanzar
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SANANDO LAS HERIDAS PARA PERDONAR

Este es un tema muy importante durante el Encuentro y debe ser tratado a


profundidad, procurando la libertad de las personas. De éste depende mucho de la
renovación que recibirá el que asiste al encuentro.

Jesús, nuestro sanador

Dice la Biblia que Jesús sufrió nuestro dolores (Isaías 53.4-5). Esto quiere decir que él
mismo se hizo uno con nosotros en las heridas emocionales, por lo que él nos entiende y
nos puede consolar. Pero también dice que el castigo de nuestra paz fue sobre él. Esta
paz es el resultado de un corazón sano de heridas. El pagó el precio de ello para que lo
recibiéramos.

Los dos deudores

En Mateo 18.23-35 se narra la historia de los dos deudores, que Jesús contó para ilustrar
la importancia del perdón. Cuenta que el Señor quiso hacer cuentas con sus siervos, tal y
como Dios quiere hacer cuentas con nosotros. Uno de ellos le debía 10,000 talentos, los
cuales no podía pagarle y le rogó que tuviera misericordia de él y el Señor lo perdonó.
Veamos que significan esos talentos
▪ 1 talento = 21,600 gramos de plata; por lo que
▪ 10,000 talentos = 216 toneladas de plata (216,000,000 grs.)
▪ Además, si el pago al trabajador por un día de trabajo, (a lo que se le llamó “denario”)
= 4 grs. de plata; entonces:
▪ 1 talento = 5,400 días de trabajo (Por regla de tres: 21,600 grs. de plata de 1
talento / 4 grs. de plata de 1 día de trabajo). O más de 14 ½ años de trabajo. Por lo
que:
▪ 10,000 talentos = 54,000,000 de días de trabajo, o más 147,495 años continuos de
trabajo.

Esos 54 millones de días o 147,000 años representan la calidad de ofensa que hicimos
contra Dios al pecar y el pago de todos nuestros pecados: cometidos de fornicación,
adulterio, idolatría, borracheras, ofensas, celos, pleitos, divisiones, etc.

Ese siervo hubiera pasado trabajando todos los días de su vida tratando de pagar la
deuda, y no hubiera ni quedado cerca de cancelar el 1% de ésta. Ni aún hubiera
alcanzado el trabajo de todos sus familiares ni el de sus descendientes por muchas
generaciones para pagar toda la deuda. Pero aun así él le dijo a su Señor: “Ten paciencia
conmigo, y yo te lo pagaré todo”. Muchos creen que obras podrán ser perdonados de
todos sus pecados, pero sólo la gracia del Señor nos puede perdonar, pues de otra forma
hubiera sido imposible. De igual forma tú debes perdonar a otros por gracia, no por obras.

El siervo de la parábola iba a ser vendido como esclavo, el y su familia, para pagar la
deuda. Aquellos que no han recibido el perdón son como esclavos, y necesitan la libertad
del Señor. Aquel siervo fue perdonado y liberada su familia, porque el Señor fue movido a
misericordia. La salvación es tan cara que nadie la puede comprar y solo se puede recibir
gratuitamente. De igual forma él ha tenido de ti misericordia espera que extiendas ese
amor a los que te han ofendido.
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Éste siervo que fue perdonado, cuando halló a un consiervo que le debía 100 denarios
que le pidió que le tuviera paciencia, no quiso y lo echó en la cárcel para que le pagara.
Lo que debía el consiervo era equivalente:
▪ 1 denario = 1 día de trabajo; por lo que
▪ 100 denarios = 3 meses y 10 días de trabajo

El no hizo misericordia a otro que le debía mucho menos en comparación lo que su


Señor le había perdonado. Así es una persona que no perdona a un hermano pero pide el
perdón de Dios.

Cuando el Señor se enteró de lo que éste había hecho, lo reprendió:


▪ “Siervo malvado”: en el rencor no habita el amor de Dios. No pienses que harás
“justicia” o te vengarás de tu ofensor al no perdonar; renuncia a esta frase: “nunca lo
perdonaré por lo que me hizo”. Abandona el orgullo y perdónalo hoy.
▪ Le dijo que debió haber perdonado como el mismo fue perdonado (Col 3.12-13).
Debemos dar de gracia lo que de gracia recibimos.
▪ Le entregó a los verdugos: demonios que atormentan. La falta de perdón atrae más
sufrimientos. Al único que le estás haciendo daño con no perdonar es a ti mismo. Si ya
te hirió la ofensa, no te lastimes más no perdonando.
▪ Aunque ya se le había perdonado la deuda anteriormente, tuvo que pagarla de nuevo...
“Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada
uno a su hermano sus ofensas.” Dice Lucas 6.37-38 que con la misma medida que
damos seremos medidos; esto es valido para el dinero, pero en el contexto es aplicable
también a juzgar, condenar y perdonar.

¿Cuánto debo perdonar?


Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano
que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta
setenta veces siete. (Mt 18.21-22). ¡Pídele a Dios la gracia de perdonar a todos tus
ofensores y serás libre!
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PESCADOR DE HOMBRES
(Nuestra Visión)

El mandato de Jesús: hacer discípulos

Jesús antes de subir al cielo nos dejó el mandato de hacer discípulos a todas las
naciones. Esto se encuentra en Mateo 28.18-20. En este mandato el dejó implícito que su
deseo era que le sirvieras.

Esta última orden de Jesús se le conoce como “La Gran Comisión”, y en ella se nos
manda a hacer “discípulos”. Su deseo es que tú seas primero un discípulo de Cristo y
luego que trabajes para que otros sean seguidores de él. De hecho, esta es la razón por
la cual continuamos en la tierra después de haber recibido a Jesús y no nos vamos
directamente al cielo; él quiera que más personas le sigan y sean salvos.

Dios desea ganar multitudes a través tuyo

Debes comprender que el alcance de Dios es hacia el mundo entero y no sólo para tu
vida en particular. Él quiere que todos experimenten las bendiciones que tú has
experimentado con él. Y él quiere usarte a ti para lograrlo. La visión de Dios siempre ha
sido ganar multitudes. Su mandato es ganar el mundo entero (ver Hechos 1.8).

Jesús te pide que abras tus ojos y veas a un mundo sufrido y necesitado de un encuentro
con Dios. Este mundo necesita que tu le compartas las buenas nuevas de salvación. ¡Tu
puedes ser uno de los obreros de Dios que ayude a levantar la gran cosecha para Cristo!

El modelo de Jesús: los doce

Para alcanzar este objetivo hemos decidido seguir el modelo que Jesús usó: “Entonces
dijo a sus discípulos: a la verdad la mies es mucha, más los obreros pocos. Rogad, pues,
al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies. Entones llamando a sus doce
discípulos, les dio autoridad... ” (Mateo 9.37-10.1). Jesús llamó a DOCE personas para
que estuvieran con él y para que ministraran con autoridad. Éstos eran sus discípulos.

Jesús, una vez los llamó, se reunió en las casas con ellos, conociendo el valor de un
grupo pequeño. (Ejemplo: Mateo el publicano, Marcos 2.13-19). Esto nos enseña que
Dios quiere que nos juntemos en grupos en casa tanto como en el templo con toda la
Iglesia. En estos grupos pequeños se te puede discipular personalmente y tendrás
relaciones con otras personas cristianas que te beneficiará mucho a continuar la obra que
Dios ha iniciado en el encuentro.
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LA BENDICION DE LOS HIJOS

Lo primero que Dios dijo al hombre una vez lo creó fue: “fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra...” Génesis 1:28. Esto fue una expresión de la bendición de Dios para la humanidad:
tener hijos que lo lleven a poblar la tierra. El Salmo 127.3 dice: “He aquí, herencia de
Jehová son los hijos…. Los hijos son una bendición de Dios para una pareja. Son la
herencia de Dios.

• Una paternidad de bendición

Los padres son quienes entrenan a sus hijos para la vida, enseñándoles principios y
valores, educándolos y transmitiéndoles ejemplo. Un día los padres rendirán al Señor
cuentas del entrenamiento de sus hijos. Los hijos caminaran en bendición cuando los
padres tengan como guía de instrucción la Palabra de Dios.

Una paternidad eficaz requiere de cuatro aspectos básicos:


Instrucción: Preparar al niño para vivir una vida plena, tanto física, como emocional y
espiritual. Proverbios 22:6
Entrenamiento: Prepararlo para que supere cada nivel de su vida conforme a su
desarrollo.
Advertencia: No es amenazar, es ayudarle a entender las consecuencias de sus acciones.
Génesis 2.16-17
Corrección: Dios como autoridad disciplina. Hebreos 12:6. Oración y reconciliación (Lucas
15.20-21)

• Preparándolos para la bendición

Génesis 27: 27 al 41. Baruch: Esta es la palabra que en el idioma hebreo se usa para
bendecir. Es la facultad para prosperar y bendecir a alguien, es dar autorización para que
él o ella prosperen. Esta es una declaración autorizándoles para que tenga un viaje
placentero y satisfactorio por la vida.
Así que cuando se usa la palabra bendecir, se está hablando de prosperar, desarrollarse y
ser bien exitoso. Por otro lado maldecir seria incapacitar o inhabilitar para que alguien no
tenga éxito ni tampoco un viaje placentero por el camino de la vida por lo tanto los hijos
son una bendición de Dios.
Los padres tenemos en la mano una llave poderosa para el futuro de nuestros hijos
desafortunadamente muchos hemos fallado por no tener el conocimiento de Dios y de
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nuestro trabajo como padres. Génesis 12:3 dice: Bendeciré a todos los que te bendijeren
y a los que te maldijeren los maldeciré y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra. El propósito de Dios en la venida de Jesucristo era redimirnos de la maldición de
la ley y bendecir a todas las familias de la tierra. Gálatas 3: 8 al 14

• La Comunicación

Al conversar y escuchar estoy cuidando la herencia de Dios. Debes cultivar el arte de


escuchar para que luego te escuchen. Aprende a preguntar y responder a sus preguntas,
toma el tiempo necesario para ellos, dejando de hacer lo que estás haciendo y
procurando el contacto físico.

• La Relación

Malaquías 4:6 dice: “El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón
de los hijos hacia los padres”. La Biblia promete días en los que habrá una gran
restauración familiar, cuando los padres e hijos perdonen los errores cometidos por cada
uno.

• La Bendición Familiar

Esta incluye palabras de Afirmación que atribuyen un alto valor, calidad de tiempo que
hace a la persona sentirse amado cuidado, protegido. Como padre no ignores tus
funciones y del poder que tienes para bendecir a tus hijos. Oseas 4:6
Bendecir es impartir la imagen de Dios y dar identidad y destino a los hijos. Dios tiene un
mensaje para aquellos que son sus hijos por medio de Jesucristo. La Identidad nos hace
muy valioso porque valemos la vida de Jesucristo, nos hace alguien especial y tenemos
un lugar en Dios desde antes de la fundación, porque Dios ya había planeado mi
existencia en esta tierra no soy un error.
Los hijos deben ser bendecidos aun cuando están en el vientre de la madre (Salmos
17:3) durante la infancia y en su juventud y cuando salen de casa para formar un hogar
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LA SANIDAD INTEGRAL DE DIOS

Debemos dejar atrás nuestra pasada manera de vivir y dirigirnos a una nueva vida en
Cristo.

Despojándonos del pasado

2da Corintios 5:17. Al nacer de nuevo en Cristo, las cosas pasadas quedaron atrás y
todas son hechas nuevas. No debemos más encadenarnos o enredarnos en nuestro
pasado, pues ya él nos hizo libre. Cristo nos sana y nos perdona, y además nos libera
para vivir completamente separados de nuestra vieja manera de vivir.

Efesios 4.22-24- Colosenses 3.5-10. Esta renovación implica tanto una decisión como un
proceso. En Cristo fuimos muertos al pecado, pues “nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él” (Romanos 6.6) Ahora el Espíritu habita en nosotros, guiándonos en la
voluntad de Dios y dándonos las fuerzas para obedecerle. Pero debemos seguirle a él y
no a los deseos de la vieja naturaleza, tal como dice Gálatas 5.16.

Liberándonos de la culpa

La culpa es el sentimiento de haber fallado, el cual nos acusa del mal, condenándonos
por nuestras acciones.
Isaías 6.1-7 “... he aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado”.
Cuando Dios se le reveló a Isaías, este sintió culpa por su pecado, y Dios, lleno de amor
y misericordia, no sólo limpió su pecado, sino que también le quitó el peso de la
condenación de la culpa.

Un ejemplo de la libertad de la culpa que Jesús nos ofrece se nos relata en el pasaje de la
mujer adúltera. Juan 8:1-11 Esta era una mujer que los fariseos llevaron ante Jesús tras
de haberla descubierto en el acto mismo. La actitud y las palabras de Jesús revelaban su
propósito de perdonarle el pecado y librarla de toda culpa.

Otro ejemplo de lo que el Padre hace por limpiarnos la culpa es el relato del hijo pródigo.
Lucas 15:11 al 32 Cuando el padre lo vio lo recibió lleno de misericordia, recordándole su
dignidad de hijo y restaurándolo en su posición; mandó a vestirlo espléndidamente y
ordenó a los jornaleros servirlo y hacerle una gran fiesta, dejando claro a su hijo que le
extendía su perdón y que su pecado no había disminuido su amor hacia él.
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La mujer con flujo de sangre nos presenta otro ejemplo de la gracia de Dios para librarnos
de toda la culpa. Esta era una mujer enferma por 12 años, que al oír hablar de Jesús de le
acercó a tocarle el manto, creyendo que sería sana. Tocar el manto sanó a aquella mujer,
pero la atención de Jesús la liberó de la culpa. Lucas 8:43 al 48.

Superando el rechazo

Mateo 8.1-4 nos relata la historia de Jesús y un leproso que fue sano de su enfermedad.
Pero más que la sanidad física, éste hombre experimentó una sanidad del rechazo que
había padecido por mucho tiempo.

Mientras Jesús era alguien popular a quien seguía mucha gente, con autoridad para
enseñar a multitudes, el leproso era alguien olvidado y rechazado, a quien la gente
marginaba por su aspecto.

Los leprosos no podían mezclarse con la sociedad, ni trabajar y eran separados de sus
familias. Esta es una enfermedad donde la piel se mancha y se cae, las manos y los pies
se deforman y hasta pueden perder la habilidad de hablar.

Veamos como Jesús trata el sentido de rechazo en el leproso: El leproso se le acercó a


Jesús y él no lo rechazo, reconoció que él lo podía sanar, Jesús dijo que él quería sanarlo
y Jesús lo tocó. Jesús hizo algo en el leproso que otros nunca hicieron, pues al tocarlo le
demostró que él no le rechazaba. Tal vez tú eres como ese leproso: Has sido
menospreciado, tu familia te ha rechazado, te han engañado, te han abandonado, no te
han tomado en cuenta, te han ignorado; pero Jesús está aquí para abrazarte y sanarte. El
té comprende, pues él mismo fue rechazado, pero a pesar de ello, no quedó herido. ¡Tú
puedes ser sano hoy!
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LAS FINANZAS Y LAS OFRENDAS

Una de las áreas que más ataca el enemigo es el sistema económico de la persona o la
familia, él se ha encargado de que exista tanta falta de información y sabiduría para llevar
nuestras finanzas de modo que agrade a Dios.

• Agradar a Dios
Lo primero que debe tener en mente es como honrar a Dios, Prov. 3:9-10 dice: “Honra a
Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros
con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto”, lo primero que debe pasar por la
mente de todo cristiano cuando recibe algo, es cómo puedo honrar a mi Señor, pues Dios
honra a quienes le honran. En segundo lugar es tener claro cuáles son las intenciones de
Dios para Ti

1 Pedro 3:9 “sabiendo que fuisteis llamados para que heredáis bendición”, Dios te llamó
para hacerte heredero de grandes bendiciones. Deuteronomio 28:1-14 Describe todas las
bendiciones que Dios desea darte.

• Integridad
Integridad es ser justo, cabal, sin ganancias deshonestas, aun cuando las ganancias sean
de dudosa procedencia.

• Sabiduría
La sabiduría de Dios, nos dice cuando gastar o invertir y cuando no. La sabiduría me dice
que es saludable comprar a mis hijos unas chucherías de vez en cuando, pero también
me dice que no debo hacerlo todos los días. La sabiduría me dice que debo ser fiel en lo
poco, para que Dios me ponga en lo mucho, es decir debo aprender a ser buen
administrador.

• Mayordomía I Coríntios 4:1-2 I Pedro 4:10


Hora veremos el poder que las ofrendas pueden desatar, la autoridad y bendición que se
recibe a través de ellas y como muchas soluciones a nuestros problemas estuvieron en
una ofrenda.
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LAS PRINCESAS DE DIOS

Lo que Dios hace con una mujer

Ezequiel 16.4-14 menciona como Dios pasó junto a una mujer desechada y llena
de pecados, y la limpió, la hizo crecer, la amó, la atavió, la adornó e hizo de ella
una mujer de hermosura y de renombre. Esto es lo que Dios hace con una mujer:
la embellece. Dios creó a las mujeres como princesas suyas, hermosas,
deseadas y amadas, pero muchas de ellas no se han visto de esa forma. Esa
princesa está escondida dentro de ellas como el tesoro estaba enterrado en el
campo (Mt 13.44), pero el Señor es quien desentierra a esa princesa dentro de
cada una, haciéndole entender lo mucho que El las ama.

Como ve Dios a las mujeres

Dios ve en cada mujer a una doncella, no a una mujer estéril. La princesa de Dios
es una fuente de inspiración para el Señor, para su marido, para su familia, para
su iglesia y para el mundo entero. Una mujer estéril es aquella que no da a luz
vida, no sólo física, sino también inspiración a otros. Pero este es el tiempo en el
cual Dios hará que toda mujer que sentía estéril física, menta;, emocional o
espiritualmente sea fértil; este es el tiempo en que Dios revelará al mundo sus
princesas. Este es el tiempo en que su tesoro será desenterrado. (Isaías 54.1-8)

Las virtudes de una princesa de Dios

Dice Proverbios 31.10: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima


sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”. He aquí unas de las virtudes
de una mujer de Dios

1. Teme a Jehová (Proverbios 31.30): Respetuosa de la Palabra de Dios y le sigue


en todo, cuidando sus pasos de no andar por malos caminos. Una mujer que
teme a Jehová se le sujeta a él y a toda autoridad puesta por él: sus padres, su
marido, sus jefes y su pastor.
2. Es prudente (Proverbios 19.14): Cuida de sus palabras y acciones. No es
alborotadora, murmuradora o chismosa.
3. Amorosa y tierna (Proverbios 5.18): Cariñosa y afectiva. Muestra su amor a
sus seres queridos y ellos están confiados en ella.
4. Agraciada (Proverbios 11.16): Halla gracia y buena opinión delante de Dios y de
los hombres. Hablan bien de ella por su entrega a Dios y su comportamiento
con los hombres.
5. Es sabia (Proverbios 14.1): Es aquella que edifica su casa, busca y entiende la
voluntad de Dios y la sigue.
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¿Cuál es nuestro valor?

• Valemos porque somos hechos a imagen y semejanza de Dios. No somos el


producto de la evolución de los monos ni de otro ser humano (Génesis 1.26)

• Valemos porque Dios así lo dijo: “Ustedes son mi especial tesoro” (Ex 19.5). Y
si Dios así lo dijo es verdad.

• Valemos porque Dios pagó un alto precio por nosotros: su Hijo Jesucristo (Juan
3.16). Dios no hubiese dado tan alto por precio por una persona si no estuviere
altamente persuadido del valor de esa persona.

• Valemos porque somos únicos y no hay nadie igual, y tenemos características


físicas, temperamentales y espirituales que son únicas y no repiten en ningún
otro humano. Nuestras huellas digitales son únicas, la retina del ojo y otros
detalles que no podrán encontrarse en otros.

• Valemos porque Dios está en nosotros, y como él es el ser de mayor valor, es


quien nos devuelve el valor (2da Corintios 4.7)
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EL MATRIMONIO

El pacto matrimonial

Efesios 5:32
Dios es un Dios de pactos. Él hizo pactos con los hombres con quienes se
relacionó: Noé, Abraham, Moisés, David, y el nuevo pacto por medio de Jesús. Un
pacto no es lo mismo que un contrato. La diferencia entre ambos es que aun los
dos son acuerdos de voluntad, en el contrato no existe responsabilidad de cumplir
con las promesas propias cuando la otra parte incumple, mientras en el pacto mi
responsabilidad es cumplir en todo tiempo.

El matrimonio es un acuerdo entre dos personas quienes delante de Dios se


hacen promesas mutuas. Por lo que podría decirse que el matrimonio es un pacto
de tres: los novios y Dios. Mediante este pacto se hicieron promesas y se pusieron
términos. Prometieron unirse con otra persona hasta que la muerte los separara,
aun en tiempo de bienestar y de mal, de salud y de enfermedad. En él se decidió
morir a la vida individual e independiente y hacer feliz a la pareja; y esto se selló
con un juramento. “Cuando a Dios hacemos promesas no tardes en cumplirla;
porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes”.
(Eclesiastés 5.4)

Malaquías habla acerca del pacto matrimonial “más diréis.... Entre ti y la mujer de
tu juventud contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de
tu pacto” (Malaquías 2.14); también Proverbios 2:17 “la cual abandona al
compañero de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios”.

La Biblia inicia con un pacto matrimonial y termina con un pacto matrimonial. Inicia
con la unión entre Adán y Eva y termina en las Bodas de Cristo y la Iglesia.

El complemento de la pareja

Marido y mujer se vuelven una sola carne desde el momento que contraen
matrimonio “Por tanto dejara el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su
mujer y serán los dos una sola carne”. (Génesis 2.24). Cuando la Biblia se refiere
a “una sola carne”, hace mención tanto de la intimidad sexual como al
complementarse el uno al otro, funcionando como uno

En el matrimonio debe haber sin ergía. Esto es que la mezcla de los componentes
es más fuerte que la suma de los mismos, tal y como sucede con el hierro y
carbono, que juntos hacen el acero. El matrimonio es una nueva vida, las
necesidades del otro se convierten en nuestras prioridades; según Efesios 5:28
“... el que ama a su mujer a si mismo se ama”.
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Un ejemplo de esto es que a Adán estando sólo se le encarga el huerto de Edén
(Génesis 2:15), pero a los dos juntos toda la tierra (Génesis 1:28). El matrimonio
unido genera una gran fuerza, y por esta razón el diablo ataca los matrimonios.
Complementándonos somos más poderosos, por lo que no debemos dejarnos
engañar y dividir por el enemigo.

Las funciones del matrimonio

El matrimonio es como un equipo: cada uno debe velar por hacer lo mejor posible
su función y no la del otro. Cuando alguien se mete en la función del otro existe
una usurpación de funciones. Si por el contrario, tomamos nuestro papel con
responsabilidad estaremos seguros que Dios se encargara de tratar con el otro.

Debes recordar el principio de la siembra y la cosecha: todo lo que sembremos en


nuestra pareja, eso cosecharemos de ella (Gálatas 6:7-9)

Funciones del hombre en el matrimonio

1. Reafirmador: (Efesios 5:25, 1era Pedro 3:7) Es la necesidad de mostrar con


hechos lo que se dice. Las mujeres son sensibles a las motivaciones, por lo
tanto hay que amar y expresar el amor
2. Líder: (1era Corintios 11:3) El varón es la cabeza y el ejemplo
3. Proveedor: (1era Timoteo 5:8, Deuteronomio 6:6-9): Provee todo lo material y
lo espiritual, lo que implica vivir en el Reino.
4. Amante y protector (Ef 5:25-30): Cubrir sus necesidades trinas: espíritu, alma y
cuerpo; ministrar amor y protección, pero todo con la gentileza que Jesús
5. Reflejo de Dios ante el pecado (Lucas 19:45-48): Firme contra el pecado,
mantener a la familia en las sendas del Señor.
6. Intercesor y guerrero: (Lucas 6:12).

Funciones de la mujer en el matrimonio

Mujeres Efesios 5:22-24 complementando con Colosenses 3:18, aclarando.

Un matrimonio en victoria

1. Camina en el perdón de Dios (Mateo 6:14- 15).


2. Mira a tu cónyuge como Dios los ve (Isaías 55:8), y así sentirás el amor y la
gracia de Dios para caminar juntos.
3. Confía solo en Dios y no en el hombre (Jeremías 17:5). Sólo Dios puede
cambiar las circunstancias
4. Aprende a caminar en la intimidad del Espíritu (1era Corintios 12).
5. Sal victorioso en la guerra espiritual, comprendiendo que la lucha que tenemos
no es contra personas sino contra las fuerzas del enemigo (Efesios 6.10-13).
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PATERNIDAD DE DIOS

Muchas personas tienen una idea equivocada de Dios, se lo imaginan de muchas


maneras y debido a eso también, su relación con él no es como debiera ser.

El deseo de Dios para la humanidad


Gn. 2:8-25 nos narra cómo Dios se comportaba con Adán y Eva, él era su
proveedor, les dio todo lo que necesitaban para realizarse como seres humanos,
para que vinieran bien, él era su protector, el huerto del Edén estaba lleno de toda
clase de bendiciones para ellos. Dios deseaba también ser su seguridad, les dio
un mandato, “no comerás del árbol de la ciencia del bien y del mal” era una norma
que debían cumplir. Las leyes crean seguridad en el ambiente, en las personas y
en la sociedad; imagínate un día en que salieras de tu casa a comprar a la tienda
y de repente, desaparecen todas las leyes del país, el caos que se tornaría,
cualquiera podría hacerte daño sin que nadie pudiera hacer nada. En resumen
Dios deseaba ser para Adán y Eva su PROVEEDOR, PROTECTOR, DADOR DE
SEGURIDAD y para su descendencia también.

El deseo de Dios para la humanidad

Genesis 3:1-22 enseña como el hombre desobedeció el mandato de Dios y eso lo


separo de todas las bendiciones que había recibido en el huerto, fue expulsado
junto con Eva y a partir de ese momento su

Relación con Dios se oscureció y los hombres empezaron a tener una idea
equivocada de Dios.

Ahora los hombres ven a Dios como un ser enojado con la humanidad por
sus pecados, como un poder que siempre está señalando lo malo que la gente
hace.

Jesús vino a restaurar el deseo de Dios para la humanidad

Juan. 1:12 dice que si uno recibe a Jesús y cree en él, entonces Dios le hará hijo
suyo, esto es real, a partir de ese momento entramos en la familia de Dios y
tenemos un trato diferente al que teníamos antes, DIOS TE VE AHORA COMO UN
HIJO de la misma manera que veía a Jesús cuando estaba en la tierra. El deseo
de Dios es que tú le veas como a un padre amoroso
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que desea proveerte, protegerte y darte seguridad (2 Corintios 6:18) como al
principio con Adán y Eva.
En Romanos 8:16 dice que Dios envía al Espíritu Santo para que te confirme que
realmente eres hijo de él, siéntete como hijo de Dios con derechos y
responsabilidades de hijo de Dios.
Hebreos 12:3-11 nos enseña la forma en que Dios desea tratarnos como hijos que
somos de él, como padre amoroso también desea disciplinarnos, eso es porque
tenemos muy poca fuerza de voluntad, no somos como los soldados, que se
levantan de madrugada, comen a una misma hora, utilizan poco tiempo para su
higiene personal, eso es disciplina.
Muchos de nosotros no estamos acostumbrados a ser disciplinados en lo que
hacemos, iniciamos algo y no lo terminamos, somos pocos para leer la Biblia, para
orar, etc. Por esto Dios también debe disciplinarnos, para que como hijos
aprendamos a vivir en las bendiciones que él nos quiere dar y para que no las
perdamos como lo hizo Adán y Eva.
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EL ESPÍRITU SANTO

La llenura del Espíritu Santo

La llenura del Espíritu es el bautismo o inmersión de la persona en la


presencia y el poder de Dios. Es el toque de lo divino en lo humano,
rebosando y transformando vidas. La Biblia dice: “No os embriaguéis con
vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu
Santo” (Efesios 5:18)

Grandes hombres de Dios fueron cambiados al ser llenos del Espíritu Santo.
Entre algunos están:

1. Juan el Bautista, quien fue lleno desde el vientre de su madre (Lucas


1:15, 49)
2. Jesús fue lleno del Espíritu en su bautismo en agua antes de iniciar su
ministerio (Lucas 3:21-22, 4:1)
3. Pedro y los doce apóstoles, que días antes habían sido miedosos de
presentar a Cristo, fueron llenos y predicaron en Pentecostés (Hechos
2:1-4)
4. Esteban, el primer mártir, pasó de un diácono a unos poderosos
ministros por la llenura (Hechos 6:()
5. Felipe, inicio sirviendo mesas, llego a ser un gran evangelista (Hechos
8:5-8)
6. Los pocos cristianos de Éfeso fueron bautizados en el Espíritu y tomaron
aquella ciudad para Cristo (Hechos 19:6)

Cómo puedo recibir la llenura del Espíritu Santo

Para ser llenos del Espíritu hay que pedírselo al Padre y El, que es bueno,
nos lo dará (Lucas 11:13). Él dice que si los padres humanos, siendo malos,
saben dar buenas cosas, cuanto más él sabrá dar de su Espíritu a quien se
lo pide. Si creemos en Dios y confiamos en su palabra seremos bautizados
con el Espíritu.

El Espíritu es la promesa de Dios para sus hijos (Hechos 1.5 y 2.39-40). No


es un premio ni una meta, sino una promesa, y como tal podemos recibirla
de Dios. Esta promesa es para todos aquellos que han recibido a Jesús y
son parte de la familia de Dios.

El derramamiento del Espíritu Santo


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La Biblia nos enseña que el derramamiento del Espíritu se ve y se oyó. Esto
es por las reacciones del cuerpo ante su presencia (Hechos 2.33).

La llenura del Espíritu Santo y la manifestación de señales, maravillas y


prodigios fue común en la Iglesia primitiva y lo buscaban continuamente.
Esta fue la promesa de Jesús antes de marcharse. El prometió que enviaría
al Espíritu (Lucas 24:49) (Hechos 1:5) y que las señales se manifestarían
(Marcos 16:16)

Algunas reacciones ante la llenura del Espíritu

Nuestro cuerpo humano reacciona ante la presencia del Espíritu Santo. A


estas reacciones muchos le han llamado “las manifestaciones del Espíritu”.
Suceden porque la presencia de Dios es tan rica y poderosa que al tener
contacto con nuestro débil cuerpo provoca una reacción a veces poco
común. Estas manifestaciones no son provocadas por humanos y no deben
ser imitadas. Su propósito es que creamos en un Dios sobrenatural.

La Biblia dice que el Espíritu se manifiesta como él quiere, según su


voluntad (1era Corintios 12.7). Una manifestación no determina la cantidad
de la llenura, ni una es mejor que otra. El Espíritu nos conoce mejor y él se
manifestará según su voluntad. Estas reacciones algunas veces maravillan,
pero otras provocan temor o burla. Lo importante es dirigir siempre la
atención a Dios y no a las señales.

Algunas de las manifestaciones que pueden suceder cuando se derrame el


Espíritu son:

1. El programa del culto puede interrumpirse (Hechos 11:15)


2. Embriaguez o borrachera(Jeremías 23:9)
3. Gozo y risa (Salmo 16:11, Job 8:21, Salmo 126:1-2)
4. Caer al suelo (Daniel 10:8-9, Hechos 9:3-4)
5. Temblor del cuerpo (Daniel 10:11, Salmo 51:8, Hechos 9:6)
6. Hablar en nuevas lenguas (Hechos 2:1-4)

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