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DEBERES PARA CON DIOS

Dios es el principio de toda existencia. Es el Sumo Hacedor. Es el Bien


Supremo. Es el Creador del mundo y cuanto con él existe. Dios es todo
bondad y misericordia.

Debemos tener confianza en El, y por ello debemos conocerle, amarle y


adorarle con profunda devoción.

Con el alma y el corazón puros debemos amarle sobre todas las cosas;
porque El es el origen de todo lo bueno, hermoso y justo.

Nunca perdamos la fe, y siempre confiemos en su providencia. Como buenos


religiosos, como católicos fervientes, recemos con frecuencia, porque la
oración es el tributo más espritual y verdadero de las criaturas. Es como el
delicado perfume de las flores que nos eleva y nos acerca a Dios.

Oigamos con devoción la Santa Misa todos los domingos y fiestas de guardar,
porque la Santa Misa representa el sacrificio de la Cruz, en el que Cristo
murió para salvarnos.
Respetemos el templo, que es la casa del señor.

Reflexión: Deberes para con Dios


Todos nos dirigimos a Dios, como a un ser completo, infinito, poderoso,
superior. De El hemos recibido cuanto tenemos: el alma y la vida: la mente
para pensar; la voluntad para hacer, el corazón para amar; y la naturaleza
para servirnos de ella y disfrutarla. Y Dios es el principio y el fin de todas las
cosas.
Como principio creó el universo y creó al ser humano. Como fin, nos invita a
ser perfectos como El: “Sed perfectos como vuestro padre es perfecto”. Y
para ayudarnos en el proceso de perfeccionamiento, Él nos colocó varios
medios:
Nos dio sus mandamientos y nos invita a cumplirlos, con la seguridad de que
en ellos encontramos el camino hacia la perfección, y con la seguridad de que
con ellos haremos este mundo justo, humano, vivible.
Nos envió a Jesucristo, como puente entre Dios y el hombre, como modelo se
hizo humano como nosotros, y como Mesías (enviado) nos dejó su mensaje
de amor y de vida. Cristo no dijo: “Yo soy camino, verdad, y vida”.
Camino, para que lo sigamos. Verdad para que creamos. Vida, para que la
integremos a nuestra vida. ¿Para qué vino Dios al mundo, a nosotros?
“Yo he venido para que tengan vida, y la tenga en abundancia”.
San Juan, 10, 10)
Los seres humanos estamos llamados a vivir, y a vivir plenamente,
integralmente, y vivir planamente se logra, poniendo a Dios como de nuestra
vida. Realizar las palabras del Apóstol:
Estas breves reflexiones, son para deducir que tenemos deberes para con
Dios, que todo nos lo ha dado. Esos deberes son:

1. Conocer a Dios
Dios es un misterio; nuestra tarea es conocerlo, para comprenderlo, y
poder profundizar en la esencia de Dios. Es cierto que no se puede amar
lo que no se conoce. El mandato de “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma”, se puede cumplir con mayor intensidad en la
medida en que lo conozcamos.
Hay muchos medios para conocer a Dios utilicémoslo:
Mirar la realidad, los cielos y la tierra, la naturaleza en sus diversos reinos,
nuestro cuerpo y nuestro espíritu, nuestra inteligencia; todo no habla de un
ser superior que creó maravillas, que hizo el milagro de la vida, desde
minúsculos seres hasta las más inmensas galaxias.
BELLEZA Y AMOR
¡Oh padre, cuánto es bello
El mundo que tú hiciste!
No hay templo, no hay palacio, no hay sueño que su encanto rivalice.
¿Por qué, por qué los hombres,
¿Cómo envidiosos tigres, viven aborreciéndose el breve tiempo que en el
mundo viven?
Cuando aire, y cielo, y tierra murmuran: ¡sed feliz! ¡Amaos unos a otros y
trabajad para llamaros libres!
¡Oh padre, cuánto es bello el mundo que tú hiciste! ¡Felices los que sepan
agradecerte, amarte y bendecirte!
Rafael Pombo
Y en las palabras más bellas, todavía, la Biblia nos dice: “y el firmamento
anuncia que es obra de sus manos”.
Estudiar a Dios a través de la palabra escrita, la Biblia, y de la palabra
hablada, l predicación. La Biblia es el libro excelente que trae respuesta a
todas las inquietudes de nosotros los humanos; nos trae el consejo para los
momentos difíciles; el ánimo para el momento de tribulación.
Hay que leer la Biblia, estudiar la Biblia, reflexionar en la Biblia: es la palabra
de Dios.
Comunicarse con Dios, hablar con Dios, preguntar a Dios. Escuchar a Dios, es
otro camino para conocer a Dios. se habla con Dios en la oración, que es
esencialmente sentir a Dios presente en la vida, en el hogar, en el trabajo, en
la calle, en la recreación.
Quizá, sentir a Dios presente, aquí y en todo lugar, siempre a nuestro lado, es
el principio de vivir la experiencia de Dios. Estos bellos versos de Cornelio
Morel Cabera nos ayudarán. A sentir la amorosa presencia de Dios.
2. Amar a Dios.
Este es el deber fundamental de los hijos de Dios. Amar a Dios, y amarlo de
primero, amarlo por sobre todas las cosas, y amarlo con todo e corazón, con
toda el alma, con todas las fuerzas.
Hay muchas formas de demostrar el amor a Dios; no basta decir “Amo a
Dios”; hay que demostrarlo con hechos, porque “Obras son amores”.
Por ejemplo:
Cumplir sus mandamientos que están orientados a nuestro bienestar, al
bienestar de nuestro prójimo, a la honra de Dios, y nuestro
perfeccionamiento integral.
Este mundo sería un paraíso, si cumpliéramos los mandamientos de Dios; no
habría inseguridad, secuestros, robo, engaños, guerras; había convivencia,
paz, estabilidad, alegría, solidaridad.
Amar a Dios es tenerlo como centro y como referencia en toda la vida.
Amar a Dios es celebrar el culto. Es la “relación, la unión, del hombre con
Dios”.
Se va al culto, a comunicarse con Dios, a compartir con la comunidad de
creyentes o fieles el sentimiento de Dios.
Por tanto, hay que ser participante muy activo en el culto. Es el tanto por
ciento de nuestro tiempo dedicado a celebrar la liturgia, como demostración
del amor a Dios y demostración que hacemos en comunidad, y presididos por
los ministros de Dios, los sacerdotes, a quienes debemos respeto, aprecio y
solidaridad: son los representantes de Dios.
3. Servir a Dios
Nuestro tercer deber es servir a Dios; es decir ponernos a su servicio, para
que el Reino de Dios se establezca en la familia, en la patria, en la sociedad,
en el mundo y en el corazón de cada ser humano.
El Reino de Dios, es paz, justicia, esperanza, santidad; todo esfuerzo pequeño
y grande que hagamos por lograr lo anterior es servir a Dios.
Trabajar por el Reino de Dios, es un llamado a todo cristiano y a todo ser
humano.
Se sirve a Dios anunciándolo; que otros sepan de Él, que otros lo tengan
como centro de sus vidas y trabajos. Es compartir con otros la alegría de
tener a Dios y de vivir en Él.
Para mí hay sudo muy provechoso saber y experimentar un estilo de acción
fundado en Estados Unidos por el padre James Keler. Se trata de los
Cristóforos.
Cristóforo es ser portador de Cristo. Es llevar a cristo a todas partes: a toda
oficina, a toda empresa, a todo lugar de recreación, a todo sitio de
conversación.
Hablemos de Dios, hablemos con alegría, con entusiasmo.
“Cuando hables de Dios o de sus atributos, hazlo con toda seriedad y
reverencia”.
(George Washington)
4. Agradecer a Dios
“La gratitud es propia de los espíritus nobles”, dice el adagio.
Pues debemos agradecer a Dios en primer lugar; a Dios que nos ha dado
todo, especialmente la vida, la familia, la patria, la escuela y con estos
grandes valores, la inmensa posibilidad de ser, de crecer, de avanzar en
nuestra superación y de trascender hacia Él.
Demos gracias a Dios, al levantarnos, y al acostarnos; démosle gracias por la
vida, por la salud, por la enfermedad; por el triunfo, por el esfuerzo que
debemos hacer, por el alimento.
Démosle gracias por nuestra familia, por nuestra patria, por la naturaleza,
por las amistades… en fin, por tanto, que recibimos de Dios.
Nos basta de creer en Dios, saber de su existencia y admirar su obra. Lo más
valioso es vivir la experiencia de Dios; o sea, comunicarse con él, compartir
con él, verlo en la vida, verlo en los seres humanos, sentir su presencia
siempre y en todo lugar.
Dios quiere y puede ser: El mejor amigo; El mejor socio; El mejor jefe; La
única esperanza
DEBERES PARA CON NUESTROS PADRES:
1- Permitir que sean nuestros amigos
Desde que somos pequeños nuestros padres están con nosotros
compartiendo nuestras experiencias pensamientos y sentimientos. No
obstante, al llegar a la rebelde etapa de la adolescencia esto cambia
bruscamente colocando a nuestros padres en un segundo plano y no
permitiéndoles ni dejándoles ejercer este rol.
Cuando crecemos y llegamos a la etapa adulta, este rol que ejercen nuestros
padres vuelve para quedarse porque nosotros como hijos se lo permitimos.
Sin embargo, uno de nuestros deberes como hijo es aceptar y dejar que
nuestros padres se acerquen y nos ayuden, pues ellos han vivido más que
nosotros y esa experiencia puede ser fructífera para ambos.
2- Confiar en ellos
En muchas ocasiones solemos confiar más en nuestros amigos o personas de
alrededor que en nuestros padres. Pero, ¿os habéis preguntado alguna vez
por qué no acudimos a nuestros padres? ¿quién mejor que ellos para darnos
consejo?.
Ellos siempre van a estar ahí para apoyarnos y aconsejarnos en todo lo que
necesitemos. Por ello, si tenemos algún problema estamos en la obligación
de buscar su asesoramiento dado que son nuestros padres y van a ser ellos y
no otra persona quienes verdaderamente vayan a elegir la mejor opción para
nosotros. No nos debe de preocupar que nos vayan a juzgar en nuestras
decisiones o en nuestras actividades.
3- Prestarles atención
Como hemos señalado anteriormente, debemos de escuchar sus consejos y
lo que nos tengan que decir acerca de algún problema que tengamos o
simplemente sobre lo que nos pueda ocurrir en la vida.
Ellos tienen más experiencia y aunque no lo queramos ver en etapas
complicadas como la adolescencia, al final siempre tienen la razón. Por ello,
aunque crezcan y pensemos que no tienen idea de nada de los que nos
ocurra y que no llevan la razón, tenemos que escuchar lo que tienen que
decir con paciencia.
4- No juzgarlos
Conforme vamos creciendo vamos cambiando la forma en la que miramos a
nuestros padres. Cuando somos pequeños los vemos como nuestros héroes y
heroínas sin embargo, esto cambia cuando llegamos a la adolescencia, etapa
en la que los vemos como personas anticuadas incapaces de entender lo que
nos pasa.
Por si esto fuera poco cuando llegamos a la etapa adulta seguimos viéndolos
de una forma negativa, la cual se traduce en una carga o en una persona
envejecida que una vez más es incapaz de entender lo que ocurre a su
alrededor por lo que en la mayoría de ocasiones los dejamos en una
residencia.
Obviamente no todos vemos a nuestros padres cuando llegamos a la etapa
adulta como una carga o como personas envejecidas, existen otras personas
que los ven como principal apoyo en sus vidas y esas también las tenemos
que tener en cuenta.
5- Tenerles respeto
Nuestros padres nos respetan desde que nacemos e incluso en todas
nuestras etapas de desarrollo siendo unas más complicadas que otras. Por
ello, nuestro deber como hijos es respetarlos y tratarles como nos tratan a
nosotros.
6- Hacerles caso
Como hijos tenemos que obedecer y acatar lo que nuestros padres nos dicen.
Lo hacemos desde que somos pequeños pues siempre quieren lo mejor para
nosotros aunque en ocasiones pensemos que no es así.
En etapas como en la adolescencia solemos pensar que nos castigan o que no
nos dejan salir más tarde porque no quieren que nos divirtamos o que
salgamos.
Sin embargo, precisamente porque nos quieren es por lo que hacen ese tipo
de cosas. Algunas veces no entendemos esto hasta que no nos toca a
nosotros ser padres.
7- Estudiar
Como todos sabemos nuestros padres desde que somos pequeños están
trabajando durante muchas horas al día porque nosotros tengamos el
derecho a ser algo en la vida. Es decir, a estudiar.
Por ello, tenemos la obligación de hacerlo pues una vez más quieren lo mejor
para nosotros y nos están dando la oportunidad de dar lo mejor de nosotros
mismos y aunque no lo creamos no todos tienen la suerte de poder acceder a
una educación digna y de calidad.
8- Ayudar en casa
Nuestros padres realizan muchas actividades a lo largo del día e incluso hay
veces que no pueden descansar porque se ven desbordados de trabajo.
Nuestro deber como hijo es ayudarles en todas las tareas que nos sean
posibles como por ejemplo en las tareas del hogar.
Entre todos es mucho más sencillo tener todo en orden si somos conscientes
de la situación y ponemos de nuestra parte. No nos cuesta nada ayudarles y
así tendremos más tiempo libre para disfrutar de su compañía.
9- Cuidarles
Nuestros padres también se ponen enfermos cuando llegan a edades
avanzadas y en muchas ocasiones necesitan que les cuidemos. Ellos no se lo
pensaron dos veces cuando nosotros nos caímos por primera vez de una
bicicleta y nos raspamos las rodillas o cuando nos rompimos un brazo
jugando al baloncesto.
Por ello, como hijos tenemos que cuidar de ellos siempre que nos sea posible
o asegurarnos de que tengan la mejor ayuda para que puedan vivir
tranquilamente y sin problemas.
Por otro lado, tenemos que estar muy pendientes de los primeros síntomas,
de lo que les va ocurriendo, para encontrar y poner en práctica los remedios,
que les ayuden a eliminar o disminuir esas deficiencias.
10- No excluirlos
Como hijos vamos adquiriendo más responsabilidades conforme vamos
creciendo a todos los niveles de nuestra vida: profesional, social, familiar y
académica. Sin embargo, nuestros padres ya llegaron a su plenitud y por lo
general ya han conseguido todo por lo que habían luchado cuando eran
jóvenes.
Esto hace que cada vez tengamos menos tiempo para ir a visitarlos o para
estar con ellos dejándoles en un tercer, cuarto o incluso quinto plano de
nuestra vida algo que sin duda no se merecen.
Por ello, nuestra obligación es no darles de lado e incluirlos siempre en
nuestra vida aunque ya no se pase tanto tiempo como antes porque se está
más ocupado si se quiere se puede dar el lugar que les corresponde en
nuestra vida.
11- Enseñarles como nos enseñaron a nosotros
Debido a la edad en ocasiones a la mayoría de los padres se les olvida hacer
cosas que antes sabían realizar o simplemente no se encuentran con la
energía que años atrás tenían. Por ello, nuestro deber es ayudarles con este
tipo de actividades con paciencia y tranquilidad.
12- Realizar actividades con ellos
Aunque estemos muy ocupados con nuestra vida de adulto, ellos en su día
también lo estuvieron y aún así sacaron tiempo de donde no lo tenían para
estar con nosotros y hacer actividades al tiempo libre.
Por ello, nosotros también tenemos que hacerlo ya sea acompañarlos a ir a la
compra, o a andar al parque o incluso ir a cenar un día en semana. Son
actividades perfectas que harán que tus padres se sientan más felices y
útiles.
13- Comprenderles
Algo que cualquier persona no lleva muy bien es hacerse mayor debido a que
la sociedad ve a las personas mayores como una carga o incluso como un
estorbo. Nuestro deber como hijos es comprender a nuestros padres y
mostrarles que no son ningún tipo de carga simplemente ya no cumplen
tantos roles en nuestra vida como lo solían hacer.
Sin embargo, dado que la vida no ha terminado pueden cambiar y ejercer
otros que sólo pueden cumplir ellos, el ser abuelos y el mimar a sus nietos
como nadie podrá hacerlo.
14- Hacer que aprendan cosas nuevas
En muchas ocasiones nuestros padres al alcanzar una determinada edad se
sienten especialmente vacíos ya que no tienen nada mejor que hacer que
estar en casa y ver la televisión o dar paseos. Esto es algo que puede llegar a
ser frustrante y que en muchas ocasiones termina por afectarles de forma
negativa.
Por ello, otro de nuestros deberes como hijos es motivarles para que realicen
otros tipos de baile como bailar, aprender a usar las nuevas tecnologías en el
caso de que no lo sepan o incluso ayudarles a hacer un nuevo deporte.
Gracias a estas actividades se sentirán útiles y tendrán unos objetivos por los
que levantarse cada día.
15- Quererlos
Padre y madre solo hay uno en la vida y nuestro deber como hijos es
quererlos y amarlos con todo nuestro ser igual que ellos hacen con nosotros.
Por eso hay que demostrarlo día a día en todo lo que hacemos y una de las
mejores formas es teniendo en cuenta una a una todas las obligaciones que
estamos presentando en este artículo.
16- No discutir con ellos
Aunque siempre no lleven razón y podamos tener discusiones con ellos
tenemos que intentar no discutir y solucionar de forma calmada los
altercados que se puedan presentar con nuestros padres, sobre todo en
etapas como la adolescencia.
Es normal que discutamos hasta las mejores familias lo hacen pero dejar de
hablar a tu padre y a tu madre por ello puede ser un gran error ya que como
todo en esta vida, no van a estar para siempre.
17- Ser agradecidos
Todo lo que tenemos y somos es gracias a ellos y al esfuerzo que desde que
nacimos han realizado. Nuestra obligación como hijos es agradecerles toda
esta lucha constante que tienen y tendrán mientras sigan vivos.
Conclusiones
Como hemos visto durante este artículo son muchas las obligaciones y
deberes que tenemos como hijos hacia nuestros padres.
Éstos han dedicado la mayor parte del tiempo de sus vidas a cuidarnos,
educarnos y a cubrir todas nuestras necesidades por ello, tenemos que
devolverles todas estas acciones con creces y de la mejor forma que
podamos y sepamos.
DEBERES PARA CON LA PATRIA:
La patria somos nosotros mismos, está formada por todos los elementos que
componen no sólo a nuestro país sino todas sus manifestaciones y lo que nos
hace sentir parte de esa tierra.

Nuestros deberes con ella vendrían siendo:

-Conocer la patria, lo cual implica conocer su territorio, la historia que ha


pasado a través de ella y el valor histórico que cada rincón tiene. Además
tenemos que conocer los próceres y personajes ilustres que han hecho que
tengamos una nación como la que tenemos. Finalmente, estar consciente de
los símbolos patrios.
-Defender la patria, es necesario ser un representante de nuestra nación a
donde sea que vayamos, representar de forma íntegra y moral nuestro lugar
de origen. Estar dispuesto a defenderla de injerencias extranjeras e intereses
que busquen perjudicarla.

-Servir a la patria, cada uno de nosotros a partir de nuestro trabajo busca el


crecimiento personal pero además de ello conseguimos que el país crezca,
debemos trabajar de forma responsable y progresista, aportando a la
población completa.
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DEBERES PARA CON NUESTROS SEMEJANTES:
LISTOO

DEBERES PARA CON NOSOTROS MISMOS:


Deberes para con nuestro cuerpo. Entre los principales deberes para con
nuestro cuerpo, tenemos:
1. Cuidemos nuestra salud. Conservemos la vida que Dios nos ha dado. no
olvidemos que "la salud depende más de las precauciones que de los
remedios". Más vale prevenir que curar.
2. El aseo, que es la limpieza del cuerpo, es un deber moral y una agradable
cualidad social.
3. Debemos comer y beber con moderación. Eso se llama templanza.
Cualquier exceso es seguro que compromete nuestra salud.
4. Debemos fortalecer nuestro cuerpo con gimnasia y ejercicios físicos
adecuados y al aire libre.
5. Debemos trabajar, porque no sólo es una actividad, sino un deber. El
trabajo es noble y honrado. Es el único medio de luchar contra el vicio, la
desgracia y la miseria.
6. Debemos aprovechar los buenos tiempos. No hay que olvidar la previsión,
la economía y el ahorro.
7. Desterremos y aborrezcamos todos los vicios, porque son horribles y
peligrosos.
8. Así como necesitamos alimento, vestido, vivienda, también necesitamos
los consejos y lecciones de personas de más experiencia y sabiduría que
nosotros.

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