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TECNOLOGÍAS MÓVILES Y DESARROLLO EMPRENDEDOR­


IDENTIFICAR EL ENLACE PERDIDO

Documento de conferencia ∙ Mayo 2018

CITAS LECTURAS

2 1.286

1 autor:

Atika Ahmad Kemal

Universidad de Essex

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TECNOLOGÍAS MÓVILES Y EMPRENDIMIENTO


DESARROLLO – IDENTIFICAR EL ESLABÓN PERDIDO

Atika Ahmad Kemal


Escuela Internacional de Negocios Lord Ashcroft, Universidad Anglia Ruskin, Reino Unido

ABSTRACTO

La fenomenal difusión y el crecimiento explosivo de las tecnologías móviles en las economías en desarrollo han desencadenado una revolución
de la información que ha replanteado el tema del desarrollo para los formuladores de políticas, profesionales y académicos. El uso de teléfonos
móviles por parte de microempresarios rurales aborda uno de los desafíos fundamentales en la creación de riqueza relativa para el alivio de la
pobreza en las comunidades rurales. Este artículo utiliza el metanálisis, como metodología, para revisar la literatura TIC sobre tecnologías
móviles y la enmarca bajo el marco de Sistemas y Cadenas de Valor de Porter. Analiza cómo las tecnologías móviles integran a los actores
informales en la cadena de valor para emprender actividades comerciales. Sin embargo, el marco se limita a una lente económica y, al ser
determinista, no destaca los procesos sociales que sustentan las actividades económicas. Alternativamente, el artículo propone un marco
sociotécnico que ilustra cómo el uso de teléfonos móviles amplifica las "redes sociales" para los microempresarios dentro de la cadena de valor.
Al entrelazar las conexiones sociales y geográficas, la tecnología permite que evolucionen nuevos patrones de comunicación para el éxito
empresarial. Como contribución a la literatura sobre TIC, el artículo presenta nuevos conocimientos sobre el papel de la tecnología en la
transformación de los canales de mercado mediante la creación de riqueza social para el desarrollo inclusivo. Además, indica cómo las
tecnologías móviles pueden ofrecer
servicios financieros ­a través de la banca móvil­ para impulsar el desarrollo empresarial en comunidades rurales.

PALABRAS CLAVE: Tecnologías móviles, microempresarios, desarrollo económico, redes sociales, desarrollo empresarial, países en desarrollo

1. INTRODUCCIÓN

Las tecnologías móviles generalmente se clasifican como tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que son
móviles y admiten comunicaciones bidireccionales en tiempo real que han superado las infraestructuras telefónicas de línea
fija tradicionales (Rashid y Elder, 2009). Dado que estas tecnologías funcionan utilizando el espectro radioeléctrico, no
dependen de infraestructuras físicas, por ejemplo, carreteras y cables telefónicos. Las estaciones base se alimentan con sus
propios generadores cuando no hay redes eléctricas. Por lo tanto, la difusión de las tecnologías móviles, como principales
formas de comunicación en las comunidades rurales, especialmente en los países en desarrollo, es exponencialmente alta (UIT, 2017).
Según Sachs (2005), "los teléfonos móviles son la tecnología más transformadora para el desarrollo" (citado en
Etzo y Collender, 2010, p. 661) a la hora de remodelar estructuras y procesos para el desarrollo socioeconómico (Bada y
Madon, 2006; Heeks , 2008). Sin embargo, los teléfonos móviles, aparte de los teléfonos inteligentes, sirven como
herramientas de comunicación para los pobres (Aker y Mbiti, 2010; Komunte, Rwashana y Nabukenya, 2012). Dado que
sirven como plataforma para múltiples aplicaciones, muchos servicios se han vuelto móviles, a saber, la banca, el
entretenimiento, la salud y la educación (Komunte, Rwashana y Nabukenya, 2012).
Si bien los países en desarrollo todavía están rezagados en el uso y las aplicaciones generales de las TIC, las
tecnologías móviles son herramientas más accesibles y rentables para que las poblaciones de bajos ingresos puedan reducir
la brecha digital (Katsina y Abdulkareem, 2012; UIT, 2017). En las comunidades rurales, los teléfonos móviles son el modo
de comunicación dominante y actúan como herramienta mediadora para conectarlas con la sociedad de la información (Komunte,
Rwashana y Nabukenya, 2012). Además, los estudios demuestran que las tecnologías móviles abordan los desafíos
fundamentales que enfrentan muchos microempresarios rurales; en términos de acceso limitado a infraestructuras físicas y
de telecomunicaciones fijas, asequibilidad para poseer un teléfono fijo personal y falta de capacidades digitales para usar
computadoras e Internet para las necesidades comerciales (Wolcott, Kamal y Qureshi,
2008; Makoza y Chigona, 2012).
Otros estudios revelan que los teléfonos móviles tienen un mayor impacto en el crecimiento económico en los
países en desarrollo, a diferencia de los países desarrollados, que están bien cubiertos por la telefonía fija (Rabayah y
Qalalwi, 2011). Si bien la infiltración de redes móviles en las comunidades rurales es alta, estas evitan las costosas barreras
de infraestructura atribuidas a las telecomunicaciones fijas fijas. Más allá de la conectividad y la accesibilidad, los teléfonos
móviles ofrecen facilidad de movilidad, seguridad y comodidad a los microempresarios,
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sin tener que depender de infraestructuras físicas, como carreteras (Donner, 2006; Jenson, 2007). Con el aumento de la
asequibilidad de los teléfonos móviles, con excepción de los teléfonos inteligentes, los teléfonos móviles han penetrado en los
estratos de ingresos más bajos de las poblaciones rurales y son herramientas para el crecimiento en favor de los pobres (Rashid
y Elder, 2009; Heeks, 2009; Aker y Mbiti, 2010). .
Si bien muchos estudios se han centrado en la adopción y difusión de los teléfonos móviles, hay pocas investigaciones
que teoricen los efectos económicos del uso de la tecnología móvil por parte de los microempresarios en los países en desarrollo.
Por lo tanto, el objetivo del artículo es abordar esta brecha y analizar cómo los teléfonos móviles apoyan la
actividades de medios de vida de microempresarios rurales a través de una revisión sistemática de la literatura. A continuación, la
sección 2 revisa la literatura sobre la importancia económica de las tecnologías móviles para los microempresarios rurales. La
sección 3 describe la metodología: una revisión sistémica de la literatura. En la sección 4, la literatura se enmarca y analiza bajo
el modelo de sistema y cadena de valor de Porter. La Sección 5 propone un marco sociotécnico que ilustra cómo las redes
sociales pueden integrarse en el marco. Al final, la sección 6 concluye cómo la creación de activos sociales conduce a un
desarrollo inclusivo, incluidas plataformas innovadoras, como la banca móvil, para los medios de vida sostenibles de los
microempresarios rurales.

2. USO DE TELÉFONO MÓVIL POR MICROEMPRESARIOS RURALES

Tal como se clasifica en la literatura, las microempresas emplean entre 0 y 5 empleados y se clasifican como 'microempresas de
medios de vida' que constituyen el sector económico rural e informal en las economías en desarrollo (Liedholm y Mead, 1999;
Leidholm, 2002; Duncombe y Heeks, 2005). Si bien respaldan las necesidades sociales y comerciales de los microempresarios,
las tecnologías móviles son herramientas estratégicas para la creación de riqueza y la reducción de la pobreza (Donner y Escobari,
2010; Aker y Mbiti, 2010).
Dado que los teléfonos móviles requieren niveles básicos de alfabetización, en comparación con otros dispositivos TIC,
son herramientas populares entre la clase menos educada de microempresarios rurales (Akpan­Obong, 2007). Ciertas
características los hacen particularmente atractivos; por ejemplo, el servicio de mensajes cortos ha innovado el uso de aplicaciones
de banca móvil (Rashid y Elder, 2009; Donner, 2009). Donner (2009) destaca cómo los servicios móviles ofrecen plataformas
integradas para el intercambio de información, la coordinación, el marketing y las transacciones financieras para los
microempresarios rurales. Sin embargo, la falta de alfabetización, los SMS no en el idioma nativo y las complejas interfaces de
usuario son algunos de los desafíos que enfrentan los microempresarios. Otras barreras son los altos costos del servicio y de las
llamadas, la mala conectividad y la calidad del servicio, que limitan el uso de la telefonía móvil en las zonas rurales por parte de
los microempresarios (Aker y Mbiti, 2010).
Mientras que algunos académicos sostienen que el papel de las tecnologías móviles es "global", otros critican el modelo
de "talla única" al cuestionar que los modelos de uso difieren entre los países desarrollados y en desarrollo (Castells, 2007). En
los países desarrollados, los teléfonos móviles ofrecen un papel "suplementario", a diferencia de los países en desarrollo, donde
son el primer enlace a la red de comunicaciones. En tales circunstancias, las tecnologías móviles se valoran más por su
conectividad y conveniencia que por su movilidad y facilidad de uso. Los estudios muestran que el modelo de activos de uso
común, como se ve en el caso del Grameen Village Phone en Bangladesh, se está volviendo obsoleto debido a la constante
evolución de las necesidades de información bajo factores económicos, sociales, culturales e institucionales fluctuantes que
afectan los negocios de los microempresarios. . Las operadoras de Grameen Phone (GPO), también conocidas como "señoras de
aldea", alquilan sus teléfonos móviles por un módico precio a mujeres microempresarias rurales. Sin embargo, están
desapareciendo gradualmente a medida que la propiedad personal de los teléfonos móviles está penetrando rápidamente en las
comunidades (Boettiger, Toyama y Abed, 2012). James (2016), no obstante, analiza los desafíos que plantea la rápida ampliación
de proyectos de telefonía rural en microcomunidades pobres de Bangladesh.

No obstante, la flexibilidad de los teléfonos móviles, en comparación con otras TIC, ha hecho de las comunicaciones
móviles una herramienta popular para la comunicación social y empresarial entre los microempresarios (Donner, 2006, 2007;
Donner y Escobari, 2010; Ilahiane y Sherry, 2012). Esto se debe a que los teléfonos móviles están conectados a una persona y no
a una ubicación. Dado que muchos microempresarios no tienen un lugar fijo de negocios, los teléfonos móviles les ofrecen la
flexibilidad de trabajar desde sitios remotos (Donner, 2006, 2007; Ilahiane y Sherry, 2012). Los académicos sostienen que la
separación de las funciones comerciales y personales debe reemplazarse con enfoques más integrados para el uso de teléfonos
móviles (Donner 2009; Ilahiane y Sherry, 2012). Otros estudios sugieren que los teléfonos móviles tienen un papel limitado a la
hora de apoyar las actividades económicas de los microempresarios.
y no aumentan significativamente los ingresos (Chew, Ilavarasan y Levy, 2010; Sife, Kiondo y Lyimo­
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Machá, 2010). Sin embargo, el discurso de que las tecnologías móviles desempeñan un papel importante en el desarrollo
económico de los microempresarios es un área que aún no se ha investigado mucho.

3. METODOLOGÍA

Este estudio adopta el metanálisis, como metodología, para analizar la literatura sobre el uso de la tecnología móvil por
parte de microempresarios en países en desarrollo. Los estudios incluidos en esta revisión se localizaron mediante una
búsqueda exhaustiva de literatura disponible públicamente, principalmente mediante búsquedas electrónicas manuales
en las siguientes bases de datos: EBSCO, Primo, Google Scholar, SAGE Journal Online, ACM Digital Library y Elsevier
Science. Aunque las estrategias de búsqueda variaron según la herramienta utilizada, los términos de búsqueda incluyeron
las palabras clave "uso de tecnología móvil y microempresarios", "teléfonos móviles y desarrollo microempresarial" y
"teléfonos móviles y desarrollo económico" en los países en desarrollo. La búsqueda bibliográfica produjo estudios que
inicialmente fueron seleccionados como parte del proceso de revisión sistémica. Inicialmente, la búsqueda arrojó alrededor
de 250 estudios, incluidos aquellos artículos que informaron la sección de revisión de la literatura en este artículo. Después
de aplicar los criterios de inclusión (uso de teléfonos móviles para microempresas/microempresarios en países en
desarrollo), se seleccionaron 30 estudios con el fin de desarrollar códigos/categorías para el análisis temático de la
literatura. Se codificaron, cotejaron y categorizaron temas específicos de los estudios basándose en el marco de Porter.
Esto incluyó temas de 1) cadena de valor; operaciones, marketing, ventas, adquisiciones y servicio postventa, y 2) sistema
de valores; Vínculos externos con proveedores, comerciantes y clientes. Este marco constituye la lente teórica para
analizar las actividades económicas de los microempresarios que utilizan sus teléfonos móviles y, con ello, presentar
nuevos temas que reflejen las deficiencias del marco. Si bien algunos académicos han utilizado en el pasado el modelo
de sistema y cadena de valor de Porter (Porter y Millar, 1985; Porter, 1998) como marco analítico (Jagun, Heeks y Whalley,
2008; De Silva, Ratnadiwakara y Soysa, 2009; Donner y Escobari, 2010; Rabayah y Qalalwi, 2011), este artículo amplía la
revisión y conceptualiza nuevos temas emergentes en este marco. Los temas codificados se basaron en los conceptos de
la cadena y el sistema de valor que se presentan en la siguiente sección.

En particular, los términos micro y pequeñas empresas (PYME) y pequeñas y medianas empresas (PYME) eran acrónimos
que combinaban dos tamaños distintos de empresas en una sola referencia. Se utilizaron indistintamente en la literatura.
Sin embargo, al no existir definiciones comúnmente aceptadas de los umbrales entre micropequeños y medianos, a
menudo hubo superposiciones conceptuales implícitas entre las siglas en los estudios.
Por lo tanto, algunos investigadores combinaron convenientemente los resultados de estudios entre micro y pequeñas
empresas (Donner, 2004; Donner y Escobari, 2010; Rabayah y Qalalwi, 2011; Donner 2009a; Komunte, Rwashana y
Nabukenya, 2012) y para pequeñas y medianas empresas (Frempong , 2009; Martín y Abbott, 2011). Además, faltaban
normas universales para distinguir entre empresas “formales” e “informales” (Ilahiane y Sherry, 2012; Chew, Ilahiane y
Levy, 2011; Donner, 2004, 2007).

4. MARCO DE PORTER

La cadena de valor de Porter (1985) se compone de i) actividades primarias o procesos centrales internos de una empresa
(logística de entrada, operaciones, logística de salida, marketing, ventas y servicio posventa) y ii) soporte.
funciones (adquisiciones, desarrollo tecnológico, recursos humanos e infraestructura empresarial). El sistema de valores
destaca las relaciones de la empresa con los clientes, proveedores y agentes/minoristas (Figura 1).

Figura 1. Modelo de sistema y cadena de valor de Porter (1985).


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4.1 La cadena de valor

Pocos estudios evidenciaron que el uso de teléfonos móviles por parte de microempresarios elevara la 'eficiencia operativa'
para la producción de bienes y servicios. Esto se debe a que los estudios se centraron principalmente en las actividades
económicas individuales de los microempresarios que no participaban en el sector manufacturero (Donner y
Escobari, 2010). El análisis de la cadena de valor de Porter reveló que los teléfonos móviles respaldaban las "operaciones
centrales" y aumentaban la eficiencia de los tejedores de tela en Nigeria. Reduciendo el tiempo de viaje para los viajes ­
hacia y desde proveedores y clientes: los teléfonos móviles redujeron considerablemente el tiempo de transacción para los
microempresarios (Jagun, Heeks y Whalley, 2008). Otro estudio demostró que, debido a cuestiones de confianza, los teléfonos
móviles no podían sustituir completamente los viajes físicos para la "logística de entrada/salida". Muchas veces, las complejidades
que surgen de las interacciones entre clientes y proveedores hicieron obligatoria la presencia física de los minoristas (Molony,
2006).
Otros estudios ilustraron que los teléfonos móviles redujeron los costos logísticos de entrada/salida, relacionados con
la búsqueda de proveedores/clientes y los costos de viaje. Debido a la reducción de los costos de transacción, los costos
generales de producción se redujeron significativamente para impulsar la eficiencia, la productividad y el crecimiento de las
empresas (Bayes, Braun y Akhter, 1999; De Silva, Ratnadiwakara y Soysa, 2009; Mittal et al., 2010; Sife, Kiondo y Lyimo­Macha,
2010; Aker y Mbiti, 2010). Otro estudio demostró que el uso de teléfonos móviles, en ocasiones, obligaba a los proveedores a
celebrar contratos a término, lo que les impedía aprovechar los precios al contado más altos (Molony, 2008). Si bien el uso de
teléfonos móviles para las comunicaciones ayudó a los minoristas/vendedores a integrar las etapas de decisión y venta, esto
redujo las variaciones de precios de mercado. Anteriormente, los sistemas disjuntos dentro de la cadena de valor no lograban
abordar las fluctuaciones del mercado (De Silva, Ratnadiwakara y Soysa, 2009). Por lo tanto, las tecnologías móviles difundieron
información útil que mejoró las actividades de "mercadeo y ventas" de los microempresarios y mejoró aún más sus capacidades
humanas y financieras (Mittal et al., 2010). Además, Komunte (2105) encontró que las mujeres empresarias en Uganda ganaron
en operaciones principales, especialmente en marketing y ventas, flujo de información, prestación de servicios al cliente, mayores
procesos comerciales y ganancias, lo que facilitó una mayor productividad y transformación empresarial. Por lo tanto, los
teléfonos móviles fueron percibidos como una herramienta económica que liberó a las mujeres empresarias de la pobreza.

El análisis de las actividades primarias dentro de la cadena de valor insinuó que los teléfonos móviles desempeñaron
un papel fundamental para agilizar las actividades de marketing, ventas (downstream) y adquisiciones (upstream) para los
microempresarios, permitiéndoles alcanzar sus objetivos comerciales (Donner, 2004, 2009; Jagun , Heeks y Whalley, 2008;
Aker, 2008; Específicamente, la investigación de Jenson (2007) sobre la industria pesquera en Kerala reveló que los teléfonos
móviles respaldaban las actividades de marketing y ventas de los pescadores dentro de la cadena de valor. Los pescadores
pudieron vender sus capturas al precio más competitivo para lograr precios uniformes en todos los mercados. Esta estrategia
eliminó el desperdicio mediante el perfecto cumplimiento de la "Ley del Precio Único", que aumentó el bienestar tanto de los
productores como de los consumidores. Jenson (2007) argumentó que las ganancias indirectas para los pequeños pescadores
mejoraron el funcionamiento del mercado y, por lo tanto, la brecha digital se compartió de manera más uniforme en toda la
sociedad.
Bajo el marco de Porter, el estudio de Aker (2008) sobre los comerciantes de cereales en Níger analiza el papel de los
teléfonos móviles como apoyo a las actividades de adquisición, ventas y marketing en la cadena de valor. El estudio reflejó cómo
los teléfonos móviles ayudaron a los comerciantes de cereales a acceder a información del mercado y, por tanto, a reducir la
variación de los precios para mejorar la eficiencia del mercado. Esto redujo el coeficiente de variación intraanual, lo que redujo el
riesgo de precio intraanual para los clientes para aumentar su bienestar. El efecto neto de estos cambios maximizó las ganancias
diarias de los comerciantes. Por lo tanto, en los mercados donde los comerciantes practicaban el monopolio local en materia de
precios, el mayor acceso de los consumidores a la información, a través de teléfonos móviles, mejoró su bienestar general (Aker
y Mbiti, 2010; Carmody, 2012). Por el contrario, los teléfonos móviles crearon mercados desiguales y afectaron el comportamiento
de los vendedores de vender menos cantidades, especialmente en mercados donde el uso de dispositivos móviles era bajo
(Aker, 2008). Boateng et al. (2104) revelaron cómo los teléfonos móviles utilizados en actividades de microcomercio por mujeres
comerciantes en Nigeria mejoraron los procesos de comunicación y comercio que mejoraron la adquisición de ingresos y
mejoraron su toma de decisiones y control. De manera similar, los microempresarios de Myanmar que fueron los primeros en
adoptar la telefonía móvil obtuvieron beneficios de eficiencia al tiempo que impusieron amenazas a aquellos que se quedaron
atrás en el mercado (Ling et al., 2017).
Estudios de Palestina (Rabayah y Qalalwi, 2011) y Ghana (Essegbey y Frempong, 2011) analizados a través de la
lente de Porter confirmaron que los teléfonos móviles sustentaban las actividades principales de los microempresarios. Dentro
de la cadena de valor, los teléfonos móviles se utilizaron para acceder a información crítica que disminuyó
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costos operativos y al mismo tiempo maximizar los ingresos de los microempresarios (De Silva, Zainudeen y Ratnadiwakara, 2008; Frempong,
2009; De Silva, Ratnadiwakara y Soysa, 2009; Rashid y Elder, 2009; Aker y Mbiti, 2010; Sife, Kiondo y Lyimo­ Machá, 2010). También las
investigaciones realizadas en los países del Caribe mostraron cómo la tecnología móvil motivó y estimuló el crecimiento económico a través
de una mayor integración y penetración del mercado, una mayor productividad, una reducción de las fluctuaciones de precios y una mayor
dispersión de precios.
(Maghionyeodiwe y Annansingh­Jamieson, 2017). Otros estudios describieron cómo el uso de teléfonos móviles por parte de los
microempresarios aumentó la eficiencia de las operaciones y aumentó la productividad de los bienes, lo que impulsó las ventas y los beneficios
de los microempresarios (Rashid y Elder, 2009; Aker y Mbiti, 2010; Rabayah y Qalalwi, 2011). También se sostiene que las tecnologías móviles
ayudaron a los microempresarios a racionalizar y gestionar sus cadenas de suministro de manera más eficaz, ya que la información necesaria
para la toma de decisiones se agilizó dentro de los ciclos económicos (Jagun, Heeks y Whalley, 2008; Aker y Mbiti, 2010). Algunos
microempresarios utilizaron sus teléfonos para brindar servicios posventa a los clientes con el fin de consolidar la confianza y la lealtad dentro
de la cadena de valor (Molony, 2006; Essegbey y Frempong, 2011). Además, las tecnologías móviles sirven en

adquirir materias primas para las operaciones entrantes con el fin de sustentar las actividades de "apoyo" en la cadena de valor (Jagun, Heeks
y Whalley, 2008; Aker, 2008).

4.2 Sistema de valores

El sistema de valores de Porter analizó cómo los microempresarios utilizaron las tecnologías móviles para fomentar y construir sus relaciones
externas con agentes clave. La literatura presentó que los teléfonos móviles aumentaron el flujo de información en los canales ascendentes y
descendentes que promovieron la coordinación entre varios proveedores y clientes en el sistema de valor (Donner, 2004, 2006; Molony, 2006;
Aker, 2008; Jagun, Heeks y Whalley, 2008; Frempong, 2009; Aker y Mbiti, 2010; Sife, Kiondo y Lyimo­Macha, 2010; Los teléfonos móviles
fortalecieron los vínculos comerciales existentes y establecieron nuevos vínculos con socios comerciales en el sistema de valores (Donner,
2006; Donner y Escobari, 2010). Molony (2008), sin embargo, argumentó que las comunicaciones móviles fortalecieron

los vínculos comerciales existentes y, de hecho, argumentó que las tecnologías sólo creaban nuevos vínculos.
Dentro del sistema de valor, se analizó que las tecnologías móviles permitieron a los microempresarios expandir o amplificar
mercados mediante la creación de redes de valor con nuevos clientes (Donner, 2006, 2009, Jenson, 2007; Molony, 2008; Jagun, Heeks y
Whalley, 2008; Aker, 2008; Essegbey y Frempong, 2011; Jenson (2007) describió que las tecnologías móviles ayudaron a los pescadores de
Kerala a decidir dónde vender sus capturas y captar nuevos mercados. De manera similar, Aker (2008) observó que los comerciantes de
granos en mercados con cobertura de telefonía celular tenían mayor acceso a la información y, por lo tanto, se expandieron en mercados más
extensos. Por tanto, los teléfonos móviles crearon nuevas oportunidades de negocio y mercados para los microempresarios. Sin embargo, el
uso de tecnologías móviles por parte de empresas formales más grandes puede plantear riesgos y peligros para los microempresarios al
exponerlos a mayores presiones competitivas (Kleine, 2009).

El estudio de Duncombe (2016) sugirió cómo se pueden utilizar los teléfonos móviles como fuente de información para proporcionar datos
agrícolas para una planificación y formulación de políticas efectivas en el desarrollo del sector agrícola.
El estudio de Fu y Akter (2016) de la India también describió cómo los teléfonos móviles mejoraron la intervención en la prestación de servicios
de extensión agrícola al mostrar que la cantidad, la calidad y la velocidad de la prestación de servicios habían mejorado significativamente.
También hay beneficios en términos de un mayor conocimiento y conciencia sobre las nuevas prácticas agrícolas y la aspiración de los
agricultores de probar nuevas tecnologías en el futuro.
Además, el sistema de valores de Porter destacó que los teléfonos móviles ayudaban a los intermediarios, mayoristas y
comerciantes a desempeñar sus funciones de forma más eficaz. Esto se debe a que la tecnología reemplazó y medió en las relaciones
existentes con estructuras de mercado más abiertas y transparentes (Aker, 2008; Jagun, Heeks y Whalley, 2008; Donner, 2009; Aker y Mbiti,
2010; Donner y Escobari, 2010). Al hacerlo, la tecnología reconfigura las cadenas de mercado tradicionales dentro del sistema de valores
(Jagun, Heeks y Whalley, 2008; Aker, 2008; Aker y Mbiti, 2010). Jagun, Heeks y Whalley (2008), en su estudio sobre tejedores de tela en
Nigeria,
destacó la importancia de la cadena de suministro del 'aso oke' . Esto se caracteriza por intermediarios que jugaron
un papel imperativo en la cadena de suministro. Al proporcionar información a compradores y vendedores, los intermediarios redujeron los
riesgos financieros para los tejedores. Dentro de la cadena de suministro del 'aso oke' , tanto los microempresarios como los compradores
dependían de intermediarios. Por tanto, en el sistema de valores, los intermediarios crearon nuevos compradores y vendedores y establecieron
nuevas relaciones para expandir los mercados comerciales. Aquí se argumenta que los teléfonos móviles no redujeron la asimetría de
información entre los tejedores y el coordinador­tejedor. Molonia (2006)
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Además, destacó cómo se percibía a los teléfonos móviles como una tecnología que facilitaba la extensión de las relaciones basadas
en la confianza más allá de las redes comerciales.

5. INTEGRACIÓN DE VÍNCULOS SOCIALES EN EL MARCO

El marco de Porter es una teoría de procesos que ayuda a analizar cómo los teléfonos móviles apoyaron las actividades económicas
de los microempresarios en los países en desarrollo. Los investigadores han criticado la cadena de valor y el sistema de Porter (1985,
1998) por ser un modelo económico puramente "determinista" que mide el crecimiento empresarial (Jagun, Heeks y Whalley, 2008).
Limitado a una perspectiva económica, no abordó el papel de las redes sociales en la cadena de valor que pueden afectar el éxito y el
crecimiento empresarial. Como el marco se limita a los procesos y actividades económicos que apoyan a los microempresarios, se
argumenta que las cadenas sociales pueden complementar los procesos económicos en la cadena y el sistema de valor.
Alternativamente, basándose en la literatura, el artículo propone cómo se pueden superar las deficiencias inherentes al modelo
integrando procesos sociales en la cadena para aumentar los activos económicos.

Así, el artículo identifica cómo los teléfonos móviles aumentaron los "activos sociales" de los microempresarios al entrelazar
las conexiones sociales y geográficas que permitieron evolucionar los patrones de comunicación empresarial (Donner, 2004, 2006;
Aker y Mbiti, 2010; Sife, Kiondo y Lyimo ­Macha, 2010; Smith, Spence y Rashid, 2011). Sin embargo, se argumenta que las tecnologías
móviles no lograron sustituir el cara a cara.
comunicaciones dentro de las redes sociales para microempresarios, pero se utilizaron para consolidar la confianza entre las partes
(Molony, 2006; Donner, 2006, 2007; Frempong, 2009). La investigación de Donner (2006) en Ruanda demostró que la mayoría de las
llamadas realizadas por microempresarios eran sociales, pero eran beneficiosas para fomentar la confianza en los contratos
comerciales, a pesar de la "difusión" entre los ámbitos social y empresarial (Donner, 2009). Además, los estudios articulan que las
tecnologías móviles 'amplificaron' las redes sociales (Donner, 2009; Donner y Escobari, 2010) al fortalecer los vínculos sociales
existentes (Donner, 2004, 2006, 2007; Rashid y
Anciano, 2009). Otros investigadores argumentaron que las comunicaciones móviles crearon nuevas redes sociales entre los
microempresarios (Molony, 2008). Ilahiane y Sherry (2012) sostienen que los teléfonos móviles transformaron las redes de comunicación
social que se integraban dentro del 'bricolage' para la búsqueda de intereses económicos.
Por lo tanto, el uso del teléfono móvil se percibía como un artículo de fe integral, ya que la tecnología alimentaba valores económicos
y simbólicos para los microempresarios. A medida que los beneficios de las redes sociales se "derramaron" a otras redes gracias al
uso de la telefonía móvil, las redes sociales se entrelazaron estrechamente con las redes económicas y comerciales (De Silva,
Ratnadiwakara y Zainudeen, 2011). Además, hay evidencia de que las tecnologías móviles promovieron vínculos de parentesco y
capital social más fuertes a través de mejores relaciones familiares.
que mejoró las oportunidades socioeconómicas para los microempresarios (De Silva, Ratnadiwakara y
Zainudeen, 2011; Ilahiane y Sherry, 2012).

Figura 2. Las tecnologías móviles aumentan los activos económicos a través de vínculos sociales

La Figura 2 ilustra una perspectiva sociotécnica alternativa al integrar los vínculos sociales en el marco. Ilustra que el uso
de la tecnología amplifica las redes sociales, lo que aumenta los activos sociales que a su vez aumentan los activos económicos dentro
de la cadena de valor. Al entrelazar las conexiones sociales y geográficas, la tecnología permite que evolucionen nuevos patrones de
comunicación para el éxito empresarial. Este argumento amplía el marco determinista de Porter y ofrece ideas valiosas para los
microempresarios. Si bien la cadena de valor de Porter descuidó el papel "social" de la tecnología para el desarrollo empresarial, este
artículo presenta
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nuevas perspectivas para examinar la contribución de la tecnología. Arroja luz sobre cómo el uso de tecnologías móviles por parte
de actores informales crea riqueza social para expandirse a nuevos mercados. Además, la inyección de dinero móvil en la cadena de
valor y el sistema actuales puede transformar los procesos socioeconómicos.
para el desarrollo microempresarial. Al ofrecer recursos financieros, como crédito, pagos y servicios de ahorro –a través de la banca
móvil–, este nuevo proceso puede evocar actividades microempresariales en la cadena de valor y contribuir a la inclusión financiera.

6. CONCLUSIÓN Y APORTES

Aunque las tecnologías móviles desempeñan un papel vital en el desarrollo económico, hay poca evidencia de que transformen los
mercados económicos (Donner y Escobari, 2010). Además, los enfoques económicos de las 'tecnologías móviles para el desarrollo'
pasan por alto las dimensiones sociales que contribuyen al éxito empresarial. Por lo tanto, los formuladores de políticas, profesionales
e investigadores necesitan crear estrategias inclusivas para integrar las redes sociales dentro de las prácticas más deterministas que
existen actualmente para el desarrollo empresarial.
Además, es esencial reconocer que está surgiendo una nueva 'brecha digital global' a medida que la base de la pirámide,
con sus capacidades digitales limitadas, no puede permitirse ni utilizar tecnologías móviles sofisticadas (Carmody, 2012). Por lo tanto,
se requiere un enfoque holístico con mayor apoyo de los entornos regulatorios y los profesionales para garantizar que los actores
informales de la base de la pirámide estén integrados dentro de enfoques de desarrollo inclusivos (Komunte, Rwashana y Nabukenya,
2012; Katsina y Abdulkareem, 2012). Para sustentar el discurso de "móviles para el desarrollo", los investigadores deben cuestionar
la viabilidad de los proyectos de desarrollo móviles frente a otros enfoques de baja tecnología. Es posible que las tecnologías móviles
no siempre sean la “solución milagrosa” para millones de hogares sin contar con políticas y prácticas de apoyo implementadas a nivel
comunitario (Aker y Mbiti, 2010).

El documento concluye que las tecnologías móviles desempeñan un papel vital en el aumento de los ingresos de los
microempresarios dentro de la cadena de valor. Sin embargo, como contribución teórica, el artículo va más allá de los procesos
económicos puramente deterministas dentro de la cadena y el sistema de valor de Porters. En primer lugar, amplía el marco mediante
la integración de procesos sociales que crean activos sociales que son vitales para aumentar los activos monetarios.
Así, la creación de capital social apuntaló las actividades económicas de los microempresarios que condujeron al éxito empresarial.
A medida que se identifica este eslabón perdido en la cadena, se propone un marco sociotécnico alternativo. En segundo lugar, la
inyección de dinero móvil en la cadena de valor y el sistema actuales puede transformar los procesos económicos para el desarrollo
microempresarial y la inclusión financiera. Esta conceptualización contribuye al creciente cuerpo de literatura sobre banca móvil que
está ganando popularidad en las comunidades rurales de los países en desarrollo. Si bien las investigaciones actuales proporcionan
escasa evidencia de que las tecnologías móviles ayuden a las personas a iniciar nuevos negocios (Donner y Escobari, 2010), este
documento conceptualiza cómo las tecnologías móviles pueden ofrecer canales alternativos para entregar recursos financieros a los
microempresarios.
Esto puede permitir a los microempresarios iniciar sus negocios con disponibilidad de crédito y realizar transacciones financieras a
través de la banca móvil. A medida que la banca móvil, basada en modelos bancarios sin sucursales, se vuelve popular en los países
en desarrollo, esto puede conducir a la innovación financiera en las comunidades rurales.
Además, el artículo cierra la brecha entre la teoría y la práctica y ofrece valiosos conocimientos para que los profesionales
implementen políticas que combinen perspectivas sociales y económicas para las estrategias de innovación.
Más específicamente, cómo las actividades económicas dependen de las redes sociales para transformar las estructuras comerciales
y de mercado. El documento tiene implicaciones en la formulación de políticas para la comunidad empresarial, las instituciones
regulatorias y financieras, los operadores móviles y los profesionales del desarrollo para dirigir las actividades microempresariales en
las comunidades rurales.

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