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LAS MÚLTIPLES LECTURAS DEL POEMA DE PARMÉNIDES

Author(s): YVON LAFRANCE


Source: Méthexis , 1992, Vol. 5 (1992), pp. 5-27
Published by: Brill

Stable URL: https://www.jstor.org/stable/43738375

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Méthexis V (1992) p. 5-27

LAS MÚLTIPLES LECTURAS DEL POEMA DE PARMÉNIDES *

YVON LAFRANCE

En el transcurso de estos últimos diez años, el texto y la


pretación del poema de Parménides han dado lugar a numerosos
trabajos de investigación. Se podrían mencionar, en lengua france-
sa, las obras de C. Ramnoux (1979), de N. L. Cordero (1984) y de
L. Couloubaritsis (1986) ; en inglés las de D. Gallop (1984), de A.
H. Coxon (1986) y de S. Austin (1986), mientras que en lengua
alemana tenemos la segunda edición de la obra de U. Hölscher (1969,
1986). En italiano la obra de G. Messina (1987), en castellano la
de A. Gómez-Lobo (1985) y en portugués la obra de J. C. de Souza
(2^ ed., 1978) ; la obra de G. Tzavaras (1980) en griego moderno
y la de N. L. Gasparon (1983) en ruso.
Los Études sur Parmenide (1987) 1 vienen a agregarse a esta
lista ya de por sí impresionante. La obra contiene los estudios pro-
venientes del Centre de Recherches sur la Pensée Antique o Centre
L. Robin de la Sorbona que dirigía el profesor P. Aubenque. A los
especialistas en Parménides de la nueva generación no les faltarán
instrumentos de trabajo para su lectura del poema, aunque al mismo
tiempo corran el riesgo de internarse en un verdadero laberinto de
interpretaciones del cual tendrán, probablemente, más dificultades
para salir que sus predecesores. La suma de conocimientos acumu-
lados alrededor de los casi ciento sesenta versos del poema en lo que
hace a los manuscritos, a la lengua griega y a la literatura de la
época sigue siendo considerable. La diversidad de lecturas codicoló-
gicas, filológicas y filosóficas que toca a cada verso del poema, por
no decir cada palabra, es desconcertante puesto que los argumentos

* Traducido del francés por Eduardo Andújar, Universidad de Ottawa.


1 Études sur Parmenide, publiées sous la direction de P. Aubenque. Tome
I: Le Poème de Parmenide, texte, traduction, essai critique par D. O'Brien
en collaboration avec J. Frère pour la traduction française. Tome II: Problè-
mes d'interprétation par P. Aubenque, et alii. Paris, J. Vrin, 1987, XXIV -
324 p. et 378 p.

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que fundamentan cada una de esas lecturas no están exentos de ve-
rosimilitud. Quienquiera reseñe tales obras, consciente de que circu-
la por un verdadero laberinto, no puede hacer otra cosa que indicar
con precisión y objetividad los diversos caminos que le hacen tran-
sitar los diferentes autores y proponer, muy modestamente, algunos
comentarios críticos.

El primer tomo de estos Études sur Parmenide ha sido entera-


mente redactado por D. O'Brien, Director de Investigaciones del
C. N. R. S. de París. El volumen comprende el texto del poema (1-
134) y un ensayo crítico de interpretación (135-319). El texto
griego ha sido establecido a partir de las mejores ediciones moder-
nas, dejando el autor la entera responsabilidad de la colación de
manuscritos a los diversos editores (XVI n. 3). Por otra parte,
O'Brien no cree, contrariamente a Cordero ( Études II 18), que una
revisión ab ovo de la colación de manuscritos pueda modificar, de
manera significativa, el texto griego del poema de Parménides que
leemos hoy día. Para ello, según O'Brien, habría que esperar el des-
cubrimiento de un nuevo documento (116).
El ensayo crítico que sigue (135-319) está centrado en la pri-
mera parte del poema, en particular los fragmentos 2, 6, 7 y 8. Se
trata de un extenso análisis de los enunciados asertóricos y modales
de los versos 3 y 5 del fragmento 2, cuya inteligibilidad el autor
trata de extraer con la ayuda de los fragmentos 6, 7 y 8, y a través
de una crítica de las interpretaciones de F. M. Cornford, H. Frankel,
G. E. L. Owen, C. H. Kahn y N. L. Cordero. Este primer tomo ter-
mina con un índice de autores antiguos (303-308) y de autores
modernos (309-310) mencionados en el enrayo crítico, seguido de
un "English Summary" muy útil para conocer las posiciones fun-
damentales del autor en su lectura de Parménides (311-319). El
segundo tomo comprende quince estudios de autores diferentes (3-
350), seguidos de un índice de pasajes del poema de Parménides
citados (353-358), de un índice de pasajes de autores antiguos ci-
tados (359-370) y de un índice de autores modernos (371-375).
Sobre el texto establecido por O'Brien queremos señalar la
interesante controversia alrededor del fragmento 6.3. O'Brien si-
gue la conjetura de D. K. al final del verso 3, a saber, <eírgo>
(Te aparto de esta primera vía de investigación). Cordero pro-
pone <árxei> y reemplaza la s' de los manuscritos DEF de
Simplicio por la ť de los manuscritos BC de la misma fuente

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(comenzarás por esta primera vía de investigación). 2 Nehamas
propone <árxo> y supone que la s ' de los manuscritos DEF
es una elisión de soi (comenzaré para ti esta primera via de
investigación) (216-225). 3 El lector interesado podrá leer en la
pagina 225, n. 12, los tres argumentos, textual, codicológico y fi-
lológico que O'Brien propone en apoyo de la conjetura de D. K.,
que él mismo adopta. Uno puede remitirse también a la edición de
Cordero ( Les deux chemins... , p. 168-175), donde se encontrará
una argumentación sólida en apoyo de su propia conjetura.
Finalmente, el problema planteado en esta controversia me pa-
rece insoluble. Cualquiera sea la solución propuesta, ninguna está
exenta de crítica. Como lo subraya O'Brien, la conjetura de Cor-
dero plantea un problema codicológico: ella privilegia los manuscri-
tos menos confiables (BC). La de Nehamas plantea una dificultad
filológica: la elisión ť = toi es rarísima. En cuanto a la conjetura
de O'Brien y de D. K., ella nos obliga a ligar el prôtes... tantes
dizésios del verso 3 con la vía del no-ser del verso 2, lo que consti-
tuye, a mi juicio, una lectura forzada, sobre todo si se admite, con
el mismo O'Brien, una equivalencia perfecta entre el fragmento
2.3 y 5 y el 6.1 y 2. La primera vía de investigación no es, en 6.3,
la vía del no-ser como lo indica la traducción de O'Brien, sino bien
la vía del ser. En ese caso, sería absurdo hacerle decir a la Diosa
que ella le propone al joven alejarse de la primera vía de investi-
gación. ¿No podría leerse en los versos 3 y 4 del fragmento 6, un
anuncio de la Diosa sobre la división bipartita del poema, una hipó-
tesis entrevista por O'Brien pero casi inmediatamente rechazada?
(223). Y con razón, pues si se adopta esta hipótesis, hay que volver
a la conjetura de Cordero y de Nehamas.
En el Ensayo Crítico (135-302) se encuentran las grandes tesis
que defiende O'Brien en su lectura del poema de Parménides. Las
tesis reposan sobre su interpretación de los versos 3 y 5 del frag-
mento 2. Los verbos éstin y ouk éstin en 2.3 y 2.5 no tienen sujeto.
Es posible, sin embargo, con la ayuda del frag. 6.1, asignar un su-
jeto a éstin y construir para la primera vía el enunciado siguiente:
' Tetre est". ** Pero el frag. 7.1 no permite construir un enunciado

2 N. L. Cordero, "Les deux chemins de Parmenide dans les fragments 6


et 7", Phronesis 24 (1979) 21-24.
3 A. Nehamas, "On Parmenides' three ways of inquiry , Deucalion áó/ ¿54
(1981) 97-111, 113-129.
** Cuando lo que está en juego es un problema de traducción dei griego

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paralelo para la segunda vía de investigación : "le non-être n'est
pas" o "l'être n'est pas" son traducciones que deben excluirse (189-
146) . En efecto, el frag. 7.1 no se refiere a la primera via del frag.
2.3 ni a la segunda vía del frag. 2.5, sino al error de los mortales
que afirman al mismo tiempo "l'être" y el "non-être" (146-151). La
Diosa no propone entonces, sino dos vías de investigación: "est" y
"n'est pas"; y contrariamente a lo sostenido por C. H. Kahn, no hay
ninguna contradicción de parte de la Diosa en afirmar la existencia
de una segunda vía de investigación, cuyo objeto es inconcebible
(frag. 8.17) o al menos "incognoscible" (frag. 2.7). 4 Se puede,
en efecto, buscar sin encontrar nada (152-156).
O'Brien rechaza igualmente la tesis del sentido veritativo del
verbo "ser" ("être"), sostenida por Kahn5 y, aunque con matices,
por Aubenque ( Étvdes II 112-114). El verbo "ser" no tiene un
sentido veritativo en el frag. 2, porque las tres condiciones necesa-
rias enunciadas por Kahn e ilustradas en el pasaje del Hippias Ma-
yor, 282a, no se dan en el frag. 2.3 y 5 de Parménides (157-164).
Los verbos "es" ("est") y "no es" ("n'est pas"), tampoco son
verbos impersonales como lo ha sostenido H. Frankel. 6 No se puede,
en efecto, establecer una analogía entre "es" y "llueve", porque el
verbo impersonal rehusa siempre, salvo en el caso de metáforas, la
asignación de un sujeto, mientras que en el frag. 6.1 el verbo "ser"
acepta un sujeto participial: "el ser es" ("l'être est"), y más ade-
lante, en el frag. 8.3 y ss., varios epítetos (165-169). Los múltiples
sentidos del verbo "ser" atraviesan el discurso de la Diosa y le
permiten salvar todas las etapas de su razonamiento (170-176).
Una de las características de la interpretación de O'Brien, es
su insistencia sobre las modalidades de lo posible, de lo imposible
y de lo necesario en el enunciado de las dos vías de investigación
del frag. 2.3 y 5. O'Brien realiza una lectura estrictamente paralela
de las dos vías. Cada una comprende un enunciado asertórico sin
sujeto y un enunciado modal en el que el infinitivo tiene una función

al francés, o cuando la traducción al castellano podría oscurecer la demostra-


ción del autor, preferimos dejar el texto en francés o traducirlo al castellano
transcribiendo a continuación, y entre paréntesis, el texto original. (N. del T.)
* C. H. Kahn, "The Thesis of Parmenides", RMeta 22 (1968/1969) 703,
n. 4, 710, n. 13.
5 Ibid. 700-724.
6 H. Frankel, Early Greek Poetry and Philosophy, transi. M Hadas ana
J. Willis, Oxford 1975, p. 353 n. 13 y CPH 41 (1946) 169.

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completiva. El enunciado de la primera vía es el siguiente : " 'Est-
ét il n'est pas possible de ne pas être", y el de la segunda via:
" 'N'est pas' et il est nécessaire de ne pas être". Según O'Brien, el
error de numerosos exegetas modernos consiste, o bien en asignar
un sujeto al enunciado asertórico: "l'être est" (Robin), "l'être
existe" (Cordero), "l'être n'est pas" (Robin), "l'être n'existe pas"
(Cordero), o bien en suprimir el caráter modal del enunciado de
la primera vía: "le non-être n'est pas" (Cordero), o de la segunda
vía: "le néant existe" (Cordero) ; o más aún, negarse, en el enun-
ciado modal, a darle una función completiva al infinitivo: "non-être
n'est pas possible" (Cordero) para la primera via y "non-être est
nécessaire" (Cordero) para la segunda vía. Todos estos errores
constituyen la fuente de la confusión de numerosos exegetas m<K
dernos entre la segunda vía y las opiniones o errores de los mor-
tales que se caracterizan por la afirmación simultánea del "ser" y
del "no-ser" (frag. 6.8-9; 7.1) (180-186).
Es a propósito de esta tercera vía de investigación y de la in-
terpretación de los enunciados modales, que O'Brien debe enfren-
tarse con la interpretación analítica del frag. 2.3 y 5 que realiza
G. E. L. Owen (187-215). 7 Estas páginas son las más difíciles de
la obra de O'Brien, pero éste no tenía otro remedio. Los que han
leído los estudios de Owen reconocerán fácilmente que este último
es un intérprete del pensamiento antiguo no siempre fácil de ser
guir. 8 La tesis de Owen es la siguiente: al lado de la imposibilidad
de la primera vía (frag. 2.3) y de la necesidad de la segunda vía
(frag. 2.5), existe una tercera vía, la de la posibilidad: "es posible
existir o no existir" ("ü est possible d'exister ou de ne pas exister").
Esta tercera vía, implícita en el frag. 2, se hace explícita en el
frag. 6.1 ( ésti gàr eînai ) y ella se identificaría con las opiniones
de los mortales (187). A esta tesis, O'Brien le opone cuatro críti-
cas. 1. La inversión de las modalidades de la Diosa: la modalidad
de la imposibilidad en el frag. 2.3 se transforma, en la interpreta-
ción de Owen, en modalidad de la necesidad ("Es y debe existir"),
mientras que la modalidad de la necesidad en el frag. 2.5 se trans-

7 G. E. L. Owen, "Eleatic Questions", CQ n.s. 10 (1960) 84-102. Primera


reimpresión con algunas correcciones: Studies in Presocratic Philosophy, ed.
D. J. Furley and R. E. Allen, London 1975, vol. 2 48-81. Segunda reimpresión:
Logic, science and dialectic, Ithaca, New York 1986, 3-26.
8 Ver nuestra reseña de Logic, science and dialectic en Echos du monde
classique / Classical Views 38/n.s.8 (1989) 370-378.

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forma en modalidad de la imposibilidad ("no es y no puede exis-
tir"). Esta inversion puede parecer sin consecuencias, pero ella le
permite a Owen encontrar, en el frag. 6.1, el eco de una modalidad
(la necesidad) que no se encuentra unida en ese verso al verbo ésti
y despejar así, para el ésti de la primera vía, un sujeto puramente
formal (6.1: "aquello de lo que podemos hablar, aquello en lo que
podemos pensar") (186-189). 2. La negación de las modalidades:
Owen ha construido su tercera vía de la "posibilidad", a partir de
la negación de la modalidad de lo imposible en la primera vía y la
de la necesidad en la segunda vía. La contradictoria de "es impo-
sible no existir" (frag. 2.3) es, según Owen, "no es imposible no
existir", de donde se sigue "es posible existir". Según O'Brien, Owen
aplica aquí la lógica modal de Aristóteles (De Interpretation# 12,
21a34-22al3), en la que la contradictoria de una proposición modal
se obtiene por la negación de la modalidad. Pero ésa no sería la
lógica del poema. Para obtener la contradicción entre los enuncia-
dos de la primera y de la segunda vía, la negación no debe aplicarse
a la modalidad, lo que abre la puerta a una tercera vía, sino al
infinitivo completivo. Así, en la primera vía, la negación del infi-
nitivo de "es imposible no existir", da: "es imposible no no-existir"
("il est impossible de ne pas ne pas exister''), lo que implica: "es
imposible existir" ("il est impossible d'exister") , o aún "es nece-
sario no existir" ("il est nécessaire de ne pas exister"), (enunciado
modal de la segunda vía). En la segunda vía, la negación del infi-
nitivo de "es necesario no existir", da : "es necesario no no-existir"
("il est nécessaire de ne pas ne pas exister"), lo que implica: "es
necesario existir" ("il est nécessaire d'exister") , o aún "es impo-
sible no existir" ("il est impossible de ne pas exister'') (enunciado
modal de la primera vía). Dado que no hay más que dos vías de
investigación posibles de ser concebidas (frag. 2.1-2), la aceptación
de una de ellas supone el rechazo de la otra. A pesar de la falta
de elegancia de la doble negación del infinitivo, la lectura de O'Brien
tiene la ventaja de no querer fundamentar la contradicción entre
las dos vías sobre una lógica modal posterior, en más de un siglo,
a Parménides (189-196). 3. La paradoja del sujeto idéntico: según
Owen, la vía de la posibilidad está expresada explícitamente en la
segunda parte del frag. 6.1: "Pues puede existir" ("Car il peut
exister"), mientras que la primera parte del frag. 6.1 expresa la
vía de la necesidad: "debe existir" ("il doit exister"), lo que es

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idéntico a la primera vía del frag. 2.3. Se obtiene así un sujeto
idéntico: "aquello de lo que se puede hablar, aquello en lo que se
puede pensar" ("ce dont on peut parler, ce à quoi l'on peut pen-
ser") (frag. 6.1 primera parte), para la primera y para la tercera
vía (197-206). 4. La construcción de un sujeto puramente formal:
Owen ha visto, en la primera parte del frag. 6.1, "aquello de lo que
se puede hablar, aquello en lo que se puede pensar", el sujeto pu-
ramente formal del frag. 2.3, ratificando así la traducción de Bur-
net; pero no ha visto que esta traducción no puede justificarse, ni
por la construcción gramatical, ni por la autoridad de Simplicio
(207-215) (ver la traducción del frag. 6.1 más arriba).
En la interpretación de O'Brien, no hay entonces lugar para
una tercera vía de investigación. Las dos únicas vías de investiga-
ción a las que alude la Diosa son: "es" para la primera vía y "no
es" para la segunda (frag. 2). Pero O'Brien se distingue de los
partidarios de las dos vías, por su rechazo a identificar la vía
"siguiente" del frag. 6.4, descripta como la de los errores o de
las opiniones de los mortales, con la vía "no es" del frag. 2.5, tal
como lo sugieren Cordero (1979) y Nehamas (1981). Los enuncia-
dos modales de una y otra vía obligan, en efecto, a aceptar una y
a rechazar la otra. Ahora bien, los mortales afirman a la vez "ser"
y "no ser" (frag. 6.8-9; frag. 8.40), de suerte que aceptan y re-
chazan al mismo tiempo una y otra vía. La vía "siguiente" del
frag. 6.4, se reduciría así a una "Vía híbrida, a una Vía ficticia"
(216-226) ; y de esta manera se cierra el circuito, según palabras
del propio autor (226).
Este primer tomo constituye, en nuestra opinión, una contri-
bución importante a la comprensión filológica y filosófica del poema
de Parménides. La interpretación de O'Brien se caracteriza ante
todo por la coherencia interna, por la solidez de sus bases filoló-
gicas y sobre todo por su negativa a leer Parménides a la luz de las
filosofías aristotélica, neoplatónica o aun contemporáneas. Señale-
mos de paso el estudio crítico de G. Kerferd sobre este primer
tomo, quien continúa, aunque sin decirlo, la tradición inaugurada
por Owen, cambiando las modalidades de los enunciados en el frag.
2.3 y 5. 9 El rechazo de una tal modificación debería considerarse
como uno de los frutos de las investigaciones de O'Brien. Las inter-

B G. Kerferd, "Parmenide", Phronesis 34 (1989) 227-237, sobre todo 230.

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pretaciones del segundo tomo ya no presentarán la misma coheren-
cia y la influencia de las filosofías contemporáneas, en particular
la de Heidegger a través de Beaufret, vendrá a comprometer la bús-
queda de un acuerdo común sobre la terminología de la traducción
del poema y sobre su verdadero significado filosófico, es decir, el
que podían darle los contemporáneos de Parménides.
El estudio de N. L. Cordero abre el segundo volumen descri-
biendo las principales etapas de la historia de la transmisión del
texto de Parménides ("L'histoire du texte de Parmenide", p. 3-24).
Y termina señalando, en un apéndice, una docena de errores que él
mismo ha determinado en la version de Diels-Kranz (19-21). No-
sotros no compartimos su optimismo sobre las posibilidades de
éxito de una reestructuración completa del texto de Diels-Kranz, a
partir de un nuevo análisis de los manuscritos (18). Los estudios
que acabamos de leer nos inclinan más bien a creer que, en este
tipo de investigaciones, se corre el riesgo de encontrar muchas más
conjeturas que certidumbres y no creemos que después de todo el
pensamiento de Parménides llegaría a hacérsenos más inteligible.
L. Couloubaritsis retoma la tesis de los múltiples caminos que
con tanta convicción ha expuesto en su obra: Mythe et philosophie
chez Parmenide (1986), ("Les multiples chemins de Parmenide",
p. 25-43). En ese punto, Couloubaritsis se opone a O'Brien y a
Cordero, que son partidarios de las dos vías. El autor presenta, en
primer lugar, el problema de la coherencia y de la unidad del poema
y se niega a seguir a Cordero y a Nehamas en la identificación de
la vía de los mortales (frag. 6.4-5) con la del "no ser" (frag. 2.5).
No acepta tampoco la reducción, realizada por Heidegger y por
Beaufret, de la via de la dóxa a la via del ser. En el poema se pueden
identificar entonces, por lo menos cuatro vías de investigación: la
vía del ser (frag. 2.3), la vía del no-ser (frag. 2.5), la vía de los
mortales (frag. 6.4-5) y la vía de los dokoûnta (frag. 8.51). A
estas cuatro vías se podría agregar el camino rico en palabras de
la divinidad (frag. 1.2), el sendero de los hombres (frag. 1.27) y
las vías de la Noche y del Día (frag. 1.9 y 1.25). En síntesis, es
posible identificar de seis a ocho vías en el poema, de suerte que
el tema del camino, más importante que el del ser, ocupa el lugar
central en el mito. La tesis de Couloubaritsis es original y sugestiva,
pero es poco probable que todos esos caminos sean considerados de
manera unívoca por la Diosa como vías de investigación. El tér-

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mino dizésios, en todo el poema, no se refiere sino a las vías del
ser y/o del no-ser (frag. 2.2, 6.3 y 7.2), o a la vía de los mortales
(frag. 6.4 por intermedio de épeita).
El estudio de R. B ragne ("La vraisemblance du faux: Parme-
nide fr. 1.31-32", p. 44-68) propone una nueva conjetura al final
del verso 32. Se sabe que la única fuente de este verso es el co-
mentario de Simplicio al De Cáelo de Aristóteles. Ahora bien, los
cuatro manuscritos presentan dos lecturas: per ónta (DEF) y
per ónta (A). El autor muestra que las dos lecturas conducen a un
callejón sin salida y propone leer: pánth' háper ónta. Esta nueva
lectura le permite descubrir el sentido de cada una de las palabras
de esos dos versos, en lo cual Brague se opone punto por punto
a O'Brien (comparar p. 59 y Études I 12-14). El sentido global
de esos dos versos está dado en la paráfrasis siguiente : "aprende-
rás cómo era necesario que las apariencias fuesen en todo como las
cosas verdaderas, y que ellas engañan tan bien que siempre se las
acepta como tales" (61). Sin embargo, la objeción de A. Mourela-
tos contra la lectura perónta (50-51) no nos parece tan decisiva
como lo cree el autor. O'Brien señala ( Études I 14), que el verbo
perán puede tener otra significación que la de "recubrir". Puede
significar "atravesar", sin ninguna connotación de "dejar atrás"
( Odisea XXIV 118, X 508). La valorización de la segunda parte
del poema, en las interpretaciones de Couloubaritsis y de Brague,
se nos presenta como una huella de la influencia heideggeriana en
sus respectivas lecturas del poema. La dóxa no tiene, en el discurso
de la Diosa, el valor positivo que le asigna Heidegger (frag. 1.30,
frag. 8.51-52).
El estudio de C. E. Viola ("Aux origines de la gnoseologie:
réflexions sur le sens du fr. 4 du Poème de Parmenide", p. 69-
101 puede servir de complemento a las notas demasiado breves de
O'Brien sobre su traducción del fragmento ( Études I 21-22). El
autor analiza, en primer lugar, el contexto en los Stromata de Cle-
mente de Alejandría, de donde ha sido extraído el fragmento 4, para
concluir que, contrariamente a lo que sostenía Reinhardt, Clemente
no tenía la intención de fundar la esperanza cristiana sobre el frag.
4 del poema, sino que la fundaba sobre la Revelación.
El estudio de P. Aubenque ("Syntaxe et sémantique de l'être
dans le Pcème de Parménide", p. 102-134) es un análisis minucioso

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del uso del verbo "ser" en los fragmentos 2.3 y 5, en el frag. 3, en
el frag. 8.34-36 y en el frag. 8.19-21.
En el estudio siguiente, O'Brien va a ocuparse de la tesis de
un presente intemporal ("L'être et l'éternité", p. 135-162). El dis-
curso de la Diosa dice estrictamente que el "son ahora" de las
apariencias (frag. 19.1), está precedido de un nacimiento y seguido
de una destrucción, mientras que el "es ahora" del ser (frag. 8.5)
no está precedido de un nacimiento ni seguido de una muerte. Se
trata entonces aquí de un presente temporal.
El estudio de B. Cassin ("Le chant des Sirènes dans le Poème
de Parmenide", p. 162-169), establece un paralelo entre el frag.
8.26-33 del poema y el canto XII 158-164 de la Odisea de Homero.
Hay, según el autor, no una causalidad histórica entre estos dos
pasajes, sino una continuidad temática : en la inmovilidad de Ulises
atado al mástil por sus compañeros y la inmovilidad del ser rete-
nido en sus límites por los lazos de la Necesidad, el autor percibe
la búsqueda de una mínima identidad, más allá de la muerte y de
la gloria para Ulises y más allá del acontecimiento para el ser.
El estudio siguiente de J. Wiesner aborda la interpretación del
frag. 8.34 ("Überlegungen zu Parmenides B 8,34", p. 170-190).
Después de haber hecho la crítica de las interpretaciones del verso
34, el autor propone una nueva interpretación basada en el con-
texto. El tautón no es ni sujeto ni predicado de la frase, sino que
ejerce una función predicativa con valor causal: "es en razón de
que él es idéntico que el ser puede ser concebido". La primera con-
dición del pensamiento es entonces la identidad del ser (frag. 2.3
y 5). El autor se niega así a leer en este fragmento la identi-
dad del ser y del pensamiento, como lo sugiere, por ejemplo,
P. Aubenque (121-124). La segunda condición del pensamiento es
que esté fundado y que se aplique a un objeto real: "y porque la
concepción está fundada", como lo sugiere el frag. 8.35-36 (frag.
2.7-8, 8.8-9).
Nos encontramos una vez más, en el interior del fragmento 8,
con el estudio de J. Frère consagrado a la interpretación de los
versos 50-61 (Parmenide et l'ordre du monde: Fr. VIII, 50-61",
p. 192-212). En este estudio, el autor sigue la idea de Reinhardt,
desarrollada por Heidegger y Beaufret, sobre la positividad de la
segunda parte del poema, la que presenta una doctrina de los entes
fundada en la doctrina del ser de la primera parte. Contra los.

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comentadores de los siglos xix y xx que han visto en la segunda
parte del poema, o bien un desarrollo puramente hipotético (Zeller,
Wilamowitz, Gomperz) o bien simplemente una doctrina falsa (Diels,
Burnet, Robin, Rey, Taran), el autor proporciona textos de Platón,
de Aristóteles y de Simplicio que muestran que ellos atribuían a
Parménides una cosmología que este último consideraba como ver-
dadera. A esos testimonios, el autor agrega su teoría de los cuatro
caminos: los dos caminos del ser (crítico y positivo) y los do&
caminos de la dóxa (crítico y positivo). Dado que la objeción
mayor que uno puede hacer a esta interpretación se encuentra en
la mención por la Diosa del "orden engañoso de mis palabras"
(verso 52), el autor propone una traducción nueva de ese verso:
"aprende, con mis palabras, el orden del mundo donde es posible
engañarse" (212).
La segunda parte de este volumen nos presenta varios estudios
sobre la tradición parmenídea (213-350) . M. Dixsaut abre esta serie
con Platón ("Platon et le logos de Parmenide", p. 215-253). En la
primera parte, la autora analiza el pasaje 241c-245e del Sofista
desde el punto de vista del método de la refutación que, según ella,
no consistiría en refutar la tesis "el ser es, el no-ser no es", sino
en la refutación del lògos de Parménides que dice el ser y le rehusa
todo modo de generación. En la segunda parte de su estudio, M.
Dixsaut propone una relectura del Sofista, 244b-245e. Esta relectura
muestra que en ese pasaje el logos mismo de Parménides resultar
rechazado porque su palabra es un mito que no define sus térmi-
nos, confunde la imagen con lo que ésta representa; en síntesis,:
esta palabra no dice otra cosa que "es".
El estudio de G. Rocca-Serra ("Parmenide chez Diogene Laèr-
ce", p. 254-273), 10 tiene por objeto el pasaje IX 21-23 de Diógenes
Laercio. El autor distingue, en este pasaje, la parte biográfica y la
parte doxográfica. La noticia biográfica niega la sucesión Jenófanes-
Parménides, afirmada no obstante por el propio Diógenes Laercio
(I 15), y la reemplaza por la de Aminias-Parménides, siguiendo
en esto el testimonio de Soción. El eleatismo se encuentra así unido
al pitagorismo. Completan este estudio, al que R. Müller ha agre-
gado una nota ("Euclides de Mégare et Parmenide", p. 273-276),
algunas consideraciones sobre "las relaciones entre Parménides y

10 El autor no explica por qué escribe "Laèrce" y no "Laërce".

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Empédocles. Aunque la tradición antigua tenga razón en considerar
a los megáricos como los continuadores de Parménides, el pasaje
de Diógenes Laercio (II 106) no permite afirmar, según el autor,
que Euclides de Mégara habría frecuentado a Parménides y que
esta relación sería anterior a sus contactos con Sócrates.
B. Cassin y M. Narcy realizan un análisis de la cita aristoté-
lica del fragmento 16 en Metafísica IV 5, 1009b22-25 y procuran
extraer el sentido que le daba Aristóteles a este fragmento a partir
de las citas de Empédocles, de Anaxágoras y de algunas conside-
raciones sobre una expresión utilizada por Homero, así como de la
articulación de todas ellas ("Parmenide sophiste: la citation aris-
totélicienne du fr. XVI", p. 277-293). Este análisis conduce a los
autores a rechazar la explicación fisiológica y sub jeti vista de Taran,
según la cual, el pensamiento, estando asimilado a la sensación, es
puramente subjetivo y sujeto al error.
El estudio de C. Guérard trata del destino del poema de Par-
ménides en el neoplatonismo, particularmente en Plotino y en Pro-
clo ("Parmenide d'Elèe chez les Néoplatoniciens", p. 294-313). En
un primer momento, el autor muestra que Plotino y Proclo han
leído, en el poema de Parménides, la tesis del ser-uno (frag. 8.6)
y la de la unidad del ser y del pensamiento (frag. 3). Así, Plotino
y Proclo, a partir de puntos de vista diferentes, han visto en la
tesis parmenídea del ser-uno un momento importante en el desa-
rrollo progresivo de la verdad que ambos encontraban en el Par-
ménides de Platón. En un segundo momento, el autor realiza un
breve análisis de trece citas del poema en la obra de Proclo.
En el último estudio ("Problème d'établissement du texte", p.
314-350), O'Brien vuelve sobre los versos de los fragmentos 1.29,
8.4, 8.5, 8.6 y 8.12, para mostrar de qué manera la filosofía plató-
nica y neoplatónica ha ejercido una influencia en la historia de la
trasmisión del texto de Parménides y que esta influencia filosófica
podría explicar ciertas variantes que posiblemente no debían encon-
trarse en el original del poema. Este estudio constituye un precioso
suplemento a las notas que acompañan el texto y su traducción en
el primer tomo de Études.

Al término de esta larga reseña, el lector habrá podido, sin


lugar a dudas, hacerse una idea de la riqueza de conocimientos
acumulada alrededor del poema de Parménides. Seguramente habrá

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perdido el hábito de una lectura ingenua de Parménides, pero no
dejará de deplorar la falta de coherencia entre los conocimientos
adquiridos y la confusión que éstos han creado en su espíritu. Los
autores le habrán hecho recorrer los caminos más diversos y lo
habrán llevado a verdaderos callejones sin salida a través de sus
múltiples contradicciones. Tal vez sea ése, tal como lo subraya tan
pertinentemente P. Aubenque (Études I, XI, XIII), el destino ine-
vitable de una obra colectiva de esta envergadura. Para nosotros
resulta claro que una cierta influencia de filosofías contemporá-
neas, de inspiración analítica o fenomenològica, ha contribuido algo
a la construcción de este laberinto alrededor del poema de Par-
ménides.

Estas múltiples lecturas del poema de Parménides constituyen,


para nosotros, una fuente de sorpresa y de insatisfacción, a la que
tratamos todavía de encontrarle una explicación. No se trata aquí
de poner en duda, ni la destacada erudición de los intérpretes ni su
acribia filosófica. Nosotros propondríamos más bien la explicación
siguiente: la diversidad de lecturas es el resultado de la diversidad
de contextos adoptados por los intérpretes en su estudio del poema
de Parménides. Cuando esos contextos se encuentran en extremo
inspirados por las filosofías contemporáneas, no se pueden pro
cir sino los resultados que conocemos. Para hacernos comprend
mejor, tomaremos dos ejemplos de intérpretes cuya gran erudició
ý su altísimo nivel de acribia filosófica nadie puede poner en duda
los estudios de G. E. L. Owen sobre Parménides, presentes indi-
rectamente en esta obra a través de la crítica, a veces virulenta, de
D. O'Brien (I 187-206, II 135-162 y 322-328) y el estudio de P.
Aubenque (II 102-134). El primero ha leído el poema de Parmé-
nides en el contexto de la filosofía analítica; el segundo, en el
contexto de una filosofía de inspiración heideggeriana. En los dos
casos, el contexto histórico en el que ve la luz del poema de Parmé-
nides es prácticamente ignorado, en beneficio de un contexto filo-
sófico actual que se hace cargo de la pertinencia de los problemas
planteados y de las soluciones propuestas.
Tomemos, en primer lugar, el caso de G. E. L. Owen. 11 Como

11 Owen publicó dos estudios sobre Parménides que tuvieron una influen-
cia considerable en la tradición anglosajona. Además del estudio señalado en
la nota 7, hay que mencionar también: "Plato and Parmenides on the timeless
present", The Monist 50 (1966) 317-340, reimpreso en: The Presocratics , ed.

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muchos otros comentadores de Parménides, Owen se ha planteado
el problema del sujeto de éstin en el frag. 2.3 y 5. 12 Luego de haber
rechazado la hipótesis de Cornford, según la cual el sujeto de éstin
sería el Ser-Uno de la cosmología pitagórica y la hipótesis de Fran-
kel de un sujeto impersonal, Owen cree encontrar en el frag. 6.1
la respuesta a su problema. Owen adopta entonces, de una manera
completamente espontánea, la traducción discutible de Burnet, sin
duda porque esta traducción corresponde, en principio, al contexto
analítico que él se propone imponerle al poema de Parménides.
Owen entiende el frag. 6.1 de la manera siguiente: "What can be
spoken and thought of must exist; for it can exist, whereas nothing
cannot". 13 Esta lectura del frag. 6.1 le permite exponer la idea de
que el sujeto de éstin, en el frag. 2.3 y 5, es "aquello de lo que se
puede hablar" y "aquello en lo que se puede pensar", que Owen
interpreta como siendo un sujeto puramente formal que exige ser
llenado por atributos deducidos lógicamente de él mismo. Owen
escribe: "The subject is quite / formal, until it is filled in with the
attributes (beginning with existence) that are deduced for it. . 14
Y la comparación que le viene a la cabeza entonces es la de Des-
cartes : "The comparison with Descartes' cogito is inescapable : both
arguments cut free of inherited premisses, both start from an as-
sumption whose denial is peculiarly self -refuting". 15 Habiendo en-
contrado en el frag. 6.1 lo que él cree que es el fundamento textual
de su sujeto formal, Owen aplica el mismo contexto a su lectura
del frag. 3, texto en el que reconoce la tesis de la identidad del
pensamiento y de la existencia: "This reading provides a context
for B8, which on a similar interpretation embodies the essential
admission thai Parmenides needs: what can be thought is identical
with what can (not moist) exist". 16 Más tarde, la lectura del frag.
8.5 del poema en el mismo contexto de un sujeto formal hace que
Owen encuentre, en Parménides, al inventor de un "timeless present"

by A. P. D. Mourelatos, Garden City, New York (Doubleday) 1974, 271-292,


reimpreso en : Logic, Science wnd Dialectic, ob. cit. 27-44. Citamos Owen si-
guiendo este último texto.
12 "Eleatic Questions" 10-16.
« Ibid. 15.
" Ibid. 16.
i® Ibid. 16.
i« Ibid. 16.

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que le permite dar a su sujeto formal las propiedades de las enti-
dades matemáticas y de las proposiciones que escapan a la duración
temporal. Owen traduce el frag. 8.5 de la siguiente manera: "Nor
was it ever nor will it be; for it is now, all together , single, con -
tinuous". Y agrega como comentario: "The argument that he gives
to support this - and we have no record of any other argument
that he brought to bear on this point - is that the subject cannot
have either a beginning or an end in time or indeed any temporal
variation al all". 17 El sujeto del poema de Parménides se convierte
entonces, bajo la pluma de Owen, en una entidad puramente lógica,
sin contenido real y completamente atemporal como lo son las enti-
dades matemáticas. A partir de allí, el frag. 1.28-31, que es el tema
principal del primer estudio de Owen, muestra bien que el discurso
de la Diosa no acuerda grado alguno de verdad a la cosmogonía y
la segunda parte del poema debe leerse únicamente como una pieza
dialéctica. En realidad, el poema de Parménides marcaría el fin de
la cosmología y se inscribiría en una perspectiva comparable a la
de Descartes de un nuevo punto de partida de la filosofía. Owen
escribe: "If the building of such a system was never his end, it
could certainly be a means to his end; and for my part I take its
purpose to be wholly dialectical 18 La idea directiva de esta in-
terpretación es que "Parmenides did not write as a cosmologisť' 19
La abolición del contexto cosmológico en la lectura del poema de
Parménides y su reemplazo por un contexto lògico-ontologico donde
un sujeto formal se transforma en el punto de partida de una nueva
filosofía del poema constituye la característica fundamental de la
lectura de Owen. Parménides sería entonces, nuestro primer filó-
sofo analítico.
Pero se puede también abolir el contexto cosmológico del poema
de Parménides, a partir de otro contexto. Es el caso de P. Au-
benque, que consagra su estudio a un análisis semántico y sintáctico
del verbo "ser", análisis cuya inspiración es de origen heideggeriano
(II 132 n. 93 y 133 n. 94). El contexto que gobierna aquí todos
los elementos de la lectura del poema no es el sujeto formal de
Owen, sino el verbo "ser" como entidad lógico- verbal. Aubenque
escribe : "Qué decir, sino que el ser nombrado aquí no designa lo que

17 "Plato and Parmenides on the timeless present" 28.


18 "Eleatic Questions" 9.
Ibid. p. 23.

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es, o lo que una tradición muy posterior llamará 'la realidad', mas
la palabra 'ser', el mismo verbo 'ser' " ; y en otro lugar, "El ser es
del orden de la phásis, del phatízein, y es él el que dice el pensa-
miento, no a la inversa" (II 122). He ahí el contexto en cuyo
interior Aubenque nos propone su lectura del poema de Parméni-
des. El tema principal del poema no es lo real, sino el lenguaje
sobre el ser. Aubenque escribe: "Calogero no se equivoca cuando
habla de un origen lógico-verbal de la concepción de Parménides"
o, todavía más, de un "es lógico-verbal" (II 124).
Es en ese contexto lingüístico, de inspiración heideggeriana,
donde Aubenque va a presentarnos su lectura de cinco fragmentos
de la primera parte del poema de Parménides. En su lectura del
frag. 2.3 y 5, Aubenque propone como sujeto implícito de éstin
"lo que se dice", y tanto valiéndose de Aristóteles (Met. V 7,
1017a31 y VI 2, 1026a33-35), como haciendo caso omiso de las
objeciones de O'Brien, le acuerda al verbo "ser" un sentido verita-
tivo, dejándole significar, en segundo grado, la verdad de una pro-
posición (II 112). Parménides habría sido el primero en tematizar
la función veritativa del verbo "ser" (II 114). En el frag. 6.1, com-
pletado por otros fragmentos (2.7-8, 8.7-8 y 17-18, y 50), Aubenque
lee la tesis de la identidad del ser, del pensamiento y del discurso,
y escribe: "Parménides es entonces el filósofo que afirma por pri-
mera vez lo que E. Hoffmann llama 'la identidad, la unidad indi-
sociable' o más todavía, 'la unidad trinitaria' ( Drei-Einiglceit ) del
ser, del pensamiento y del discurso (lògos)" (II 120). En lo que
hace a su lectura del frag. 3, después de haber formulado tres ob-
jeciones a la traducción de O'Brien, Aubenque consulta la tradición
aristotélica y neoplatónica para encontrar el sentido de ese frag-
mento (Plotino, Ennéades V 1, 8, 1.17 Bréhier; Aristóteles, De
An. 431bl7). Allí, Aubenque lee la identidad del ser y del intelecto,
o más aún, la identidad de lo inteligible y del intelecto en el acto
mismo de intelección. "La inteligencia, escribe, coincide con el ser
de lo que ella piensa, en el momento en que lo piensa: ése sería el
sentido del frag. III" (II 117). En esta lectura del frag. 3, es la
influencia de la tradición antigua la que juega un papel decisivo
en la interpretación de Aubenque; pero ésta se combina muy bien
con una influencia heideggeriana, en la medida en que separa el
discurso ontològico de Parménides de su fundamento cosmológico.
El frag. 8.34-36 se presenta, bajo la pluma de Aubenque, como un

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complemento del frag. 3, sobre todo el verso 35 ("porque sin el ser,
en el que él es expresado, tú no encontrarás el pensamiento"), que
introduce el Lògos como un intermediario entre el pensamiento y el
ser, lo que confirma el sentido veritativo del verbo "ser". Aubenque
escribe : "Si ahora recordamos lo que hemos dicho más arriba,
los versos 34-36 así interpretados presentan la considerable ven-
taja de explicar el adagio aún oscuro del fragmento III, introdu-
ciendo entre el pensamiento y el ser la mediación que faltaba, la del
Lògos" (II 124). En su lectura del frag. 8.5 y 19-21, Aubenque ha
encontrado en Owen un poderoso aliado, cuya tesis de un "timeless
present" viene a reforzar la del sentido veritativo del verbo "ser".
Nótese que Aubenque adopta la misma traducción del frag. 8.5 que
Owen: "No ha sido nunca, ni será, porque es ahora" (II 125).
Puesto que se ha excluido todo contexto cosmológico en la lectura
del poema de Parménides, la pregunta que se hace ahora Aubenque
es la siguiente : ¿ de qué cosa se puede decir que es, sin que se pueda
hablar ni en pasado ni en futuro? La respuesta es clara: "no puede
tratarse sino de una proposición expresando una verdad intemporal,
como lo son, por ejemplo, las verdades matemáticas" (II 126). Así,
si tiene sentido decir "13 es un número primo", no tiene ninguno
decir "13 ha sido o será un número primo". De donde se ve que el
sentido intemporal del verbo "ser", viene aquí a reforzar su sentido
veritativo. Y esta convergencia entre dos contextos tan diferentes
como los de Owen y de Aubenque se debe a que comparten un ele-
mento común: la ausencia del contexto cosmológico en sus respec-
tivas lecturas del poema de Parménides. Owen ha visto en el poema
un análisis del ser como entidad lógico-ontológica y Aubenque un
análisis del ser como entidad lógico-verbal. La idea que ha orientado
todo el estudio de Aubenque, está muy bien expresada en el título
de su artículo : sintaxis y semántica del ser. Aubenque escribe como
conclusión: "Lo que he tratado de establecer, en todo caso, es que
el reconocimiento, evidentemente implícito, de la función sintáctica
y más particularmente veritativa del ser, explica la elección que
realiza Parménides de la tesis del ser. De hecho, la interpretación
sintáctica predomina en los fragmentos II a VI. El frag. VIII, al
contrario, se caracteriza por una reaparición de la semántica del
ser, que es una semántica de la permanencia, aun cuando el aspecto
sintáctico permanezca detrás de las aserciones, semánticamente ex-
trañas, del v. 5, 19-20 y 34-36" (II 133-134).

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Se habrá notado aquí un matiz importante de la exposición de
Aubenque que no se encuentra en los estudios de Owen: "eviden-
temente implícito". Este hecho nos permite introducir dos obser-
vaciones generales sobre estos contextos contemporáneos de lectura
del poema de Parménides. La primera es que estos estudios han
conseguido desprender algunos sentidos filosóficos del poema, que
provocan la adhesión del lector contemporáneo por su coherencia
filosófica interna. Pero en este caso, la interrogación que nosotros
plantearíamos es la siguiente: Parménides, este filósofo del siglo
VI a.C., ¿ha escrito un poema sobre el ser como sujeto puramente
formal, o todavía más, sobre la función semántica y sintáctica del
verbo "ser"? En tanto que autor presocràtico, ¿de qué quería hablar
Parménides a sus contemporáneos en este poema? El poema tenía
ciertamente un sentido, tanto para él como para su audiencia. ¿Cuál
es ese sentido? Frente a esas preguntas, las filosofías contemporá-
neas se hallan impotentes; es hacia la filosofía de la época y hacia
los conocimientos históricos que hay que mirar. Se trataría entonces
de establecer el contexto histórico, en cuyo interior podría ha-
cerse una lectura del poema que correspondiese a su verdad histó-
rica. Incidentemente, ningún estudio de ese tipo aparece en la obra
que comentamos. En síntesis, la pregunta de naturaleza metodoló-
gica que formulamos aquí, es la siguiente: ¿en qué consiste la tarea
del historiador de la filosofía, en determinar los sentidos actuales
o los sentidos pasados de los textos filosóficos? ¿El sentido que
podemos darle hoy al poema de Parménides o el sentido que Par-
ménides le ha dado? Nuestra segunda observación podría servir
como introducción a nuestra explicación provisoria de la multipli-
cidad de lecturas del poema de Parménides. Es en realidad de la
diversidad de contextos adoptados por los intérpretes de donde re-
sulta, en la mayoría de los casos, la multiplicidad de lecturas. En
último extremo, la interpretación comprendida de esa manera pro-
duce la multiplicación de un texto único, cuyo sentido escapa a todos
los intérpretes, excepción hecha del sentido que cada uno ha en-
contrado.

Se nos replicará, sin duda, que la crítica es fácil y que los


estudios de Owen y de Aubenque constituyen dos momentos impor-
tantes de la interpretación contemporánea de Parménides. Conve-
nimos en ello muy modestamente. Se nos intimará a poner manos
a la obra y producir ese contexto histórico a partir del cual sería

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posible determinar el sentido que Parménides le ha dado a su poema.
Mas no es el momento de realizar un tal proyecto. Nos contenta-
remos, para terminar un estudio que se hace demasiado largo, con
mostrar ciertas fallas, las más visibles, que aparecen en los contex-
tos respectivos de Owen y de Aubenque y para ello nos serviremos
de los conocimientos filológicos de O'Brien, quien nos ha impresio-
nado sumamente en el transcurso de la lectura de esta obra. El
análisis del lenguaje de la época de Parménides podría muy bien
constituir una primera introducción válida a la constitución del
contexto histórico del poema.
Comencemos por el frag. 6.1, que se lee como sigue: xpv T" ^yeiv
re voeîv t èòv cft/Acva r coti yàp eîvai. O'Brien ha hecho la crítica de la
traducción de Burnet, adoptada por Owen como fundamento textual
de su sujeto formal (I 207-212). La traducción de Owen supone un
empleo potencial del participio tò eón. Pero O'Brien nos advierte
que no existe, hasta ahora, ningún ejemplo en la lengua griega
de un tal empleo del participio precedido por el artículo. Sólo el
participio del verbo "ser" sin el artículo bajo la forma de "acusa-
tivo absoluto" podría tener ese sentido potencial. En consecuencia,
la traducción: "What cam, be spoken and thought of. . ." es errónea
(I 207). Además, O'Brien señala que en la traducción de Burnet-
Owen las modalidades están mal interpretadas. La modalidad de la
necesidad no se aplica a la existencia ( must exist), sino al pensa-
miento y al discurso, mientras que la modalidad de la posibilidad
no está presente en el fragmento, porque el tò eón no puede tener
un sentido potencial. Apoyándose en la Ilíada XVII 406-407, O'Brien
otorga al tò que precede a los infinitivos noeîn y légein el sentido
de un demostrativo y traduce: "Hay que decir esto y <hay que>
pensar esto: el ser es" ("Il faut dire ceci et <il fcmť> penser ceci:
l'être est") (I 211). 20 Con esta traducción corregida, desaparece
el fundamento textual del sujeto formal de Owen: "lo que puede ser
dicho y pensado" ("ce qui peut être dit et pensé") .
El frag. 3 se lee como sigue: to yàp avrò voeîv ¿<ttiv re Kai et vai.
Owen ha leído en este fragmento la clave de la explicación de todo
el sistema parmenídeo (the essential admission that Parmenides
needs), porque allí se encuentra afirmada la identidad del pensa-
miento y de la existencia (what can be thought is identical with what

20 La traducción de Aubenque es la siguiente: "Il faut dire et penser que


l'étant est" (II 1Í8).

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:ffff:ffff:ffff:ffff:ffff:ffff:ffff on Thu, 01 Jan 1976 12:34:56 UTC
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can [not must ] exist). En esta identidad del pensamiento y de la
existencia posible, se afirma el sujeto puramente formal de Par-
ménides. Owen no da explicaciones sobre la naturaleza de esta
identidad, pero su comparación de Parménides con Descartes nos
hace creer que su interpretación del fragmento 3 es casi cartesiana
y, en consecuencia, no sería aplicable a Parménides. Aubenque re-
curre a Plotino y a Aristóteles para leer este pasaje, en el cual ve
la identidad del intelecto y de lo inteligible en el acto de intelección.
Pero esas filosofías son muy posteriores a Parménides y son los
testigos de una tradición en el curso de la cual la ontologia se había
desprendido de la problemática presocràtica caracterizada por la
cuestión del cosmos. O'Brien trata de evitar, y creemos que con
razón, esta identificación del pensamiento y del ser cuando traduce :
"es en efecto, una sola y misma cosa que se piensa y que es" ("c'est
en effet une seule et même chose que l'on pense et qui est") (I 19).
Esta traducción, como subraya O'Brien (I 20), tiene la ventaja de
hacer de la existencia el objeto del pensamiento y del discurso, y
ella nos parece más conforme con el contexto histórico del poema.
¿Cómo creer que un presocràtico ha podido afirmar la identidad
del pensamiento y de la existencia, como sostiene Owen, o aun la
identidad del pensamiento, del discurso y de la existencia como sos-
tiene Aubenque? Si se admite una tal tesis, se deberá estar dis-
puesto también a aplicar al pensamiento y al discurso los mismos
atributos que son aplicados a la existencia o al ser en el frag. 8.3
y ss.: "inengendrado", "imperecedero", "imperturbable", "sin fin",
"uno", "continuo" (I 210). Con lo que se ve también que la apli-
cación de tales atributos al sujeto formal de Owen o al verbo
"ser" de Aubenque rayaría en el absurdo. Para escapar a esos
absurdos, tenemos que suponer que Parménides debe hablarnos se-
guramente de otra cosa que de un sujeto formal o de las diferentes
funciones del verbo "ser". 21
El frag. 8.5 es un pasaje clave que le permite a Owen establecer
el predicado de intemporalidad que conviene a su sujeto puramente

21 No podemos entrar aquí en el detalle de las tres objeciones filológicas


que Aubenque formula contra la traducción de O'Brien del frag. 3 (II 115-116) .
Puede leerse una respuesta de O'Brien a esas objeciones en (I 19-20). La única
objeción que subsiste después de la respuesta de O'Brien, es la siguiente: "l'in-
finitif consécutif determine en grec un adjectif et non un verbe, fût-il eînai".
Pero O'Brien ha evitado esta objeción adoptando, en su traducción, la forma
completiva: "que l'on pense et qui est".

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formal y a Aubenque la función sintáctica y veritativa del verbo
"ser". El fragmento se lee como sigue: ovSe 7 tot r¡v ov8* ecrrai, «reí vvv
£<ttiv bļjjov wây. . . Owen y Aubenque dan una traducción similar de
este verso del frag. 8 que les permite leer allí el sentido de un pre-
sente intemporal del verbo ser que conviene a las proposiciones
matemáticas. La traducción de Owen ( nor was it ever) y la de
Aubenque (ce n'était jamais), retienen el sentido de "no. . . jamás"
para la locución ou + pote. Este sentido es perfectamente posible,
pero si se lo adopta, el verso que Parménides se transforma, según
Owen, en la broma del ladrón (no he sido ladrón jamás, no lo seré
jamás... porque lo soy ahora) ; 22 o más aún, en la paradoja del
niño según Aubenque, que comenta los versos 19-20 del frag. 8 (un
año después de su nacimiento, un niño no es, porque ha nacido)
(I 127 y 130). Es precisamente para precaverse de esas bromas
que Owen y Aubenque sostienen su tesis de un "presente intempo-
ral", sin lo cual los versos 19-20 del fragmento 8 son inexplicables.
Pero hay otra manera de escapar a la broma y a la paradoja, ya que
la locución ou + pote tiene también, en la lengua griega, otros
sentidos, cosa que muestra muy bien O'Brien que traduce: "No ha
sido en un momento, ni será <en un momento>, porque es ahora"
("Il n'était pas à un moment, ni ne sera <à un moment>, puisqu'il
est maintenant") (I 35). 23 Este verso del frag. 8 debe compren-
dérselo en el marco del argumento que comienza en 8.2 y que ter-
mina en 8.21 sobre el ente inengendrado e imperecedero. El pro-
blema aquí es que O'Brien no se atreve a pronunciarse sobre el
sujeto implícito de esta argumentación. Yo propondré entonces, para
evitar discusiones sutiles sobre los tres tiempos del verbo "ser",
leer este fragmento 8.5 en forma paralela al fragmento B30 de
Heráclito: "Este mundo, el mismo para todos, no lo ha hecho ni
dios ni hombre, sino que ha sido siempre, es y será, fuego siempre
vivo, encendiéndose con medida y apagándose con medida" ("Ce
monde, le même pour tom, ni dieu ni homme ne l'a fait, mais il
était toujours, il est et il sera, feu toujours vivant, s'allumant en
mesure et s' éteignant en mensure?', trad. M. Conche). Claro que
este fragmento expresa una doctrina completamente diferente de
la de Parménides, pero tiene por lo menos el mérito de mostrar

22 "Plato and Parmenides on the timeless present" 29.


23 En lo que hace a los tres sentidos posibles de la locución ou + pote,
remitimos al lector al análisis filológico de O'Brien (II 144-149).

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que los tres tiempos del verbo "ser" podían ser utilizados por un
presocràtico para describir el universo o el cosmos, frecuentemente
identificado a lo divino. O incluso, ese texto de Aristóteles sobre
Jenófanes en Met. I 5, 986b21-25: "En cuanto a Jenófanes, el más
antiguo de los partidarios de la unidad (porque Parménides fue,
según se dice, su discípulo), no ha precisado nada y no parece haber
vislumbrado la naturaleza de ninguna de las dos causas. Aunque,
paseando su mirada sobre la totalidad del Universo material ( ek ròv
«.w ovpavòv l'i-n-nB Aftias ) asegura que el Uno es Dios" ("Quant à Xé-
nophane, le plus ancien des partisans de l'unité [ car Parmenide fut,
dit-on, son disciple] , il n'a rien précisé, él il ne semble avoir saisi
la nature d'aucune des deux causes. Mais, promenant son regard
sur l'ensemble de l'Univers matériel il assure que l'Un est Dieu",
trad. Tricot). 24 El fragmento 30 de Heráclito y la expresión "pa-
seando su mirada sobre la totalidad del Universo material" podrían
muy bien entregarnos un aspecto del contexto histórico del poema.
Que Parménides nos habla, tanto en la primera como en la segunda
parte de su poema, del Universo, del Cielo o de un cosmos divino,
nos parece una hipótesis tan verosímil como la del sujeto formal
o la del sentido veritativo de verbo "ser" ; en todo caso, se trata
de una hipótesis que armonizaría mejor con la problemática gene-
ral de los pensadores presocráticos y que respetaría mucho más el
contexto histórico del poema.
En su lectura del frag. 8.5, Aubenque está obligado a conceder
que el nûn éstin tiene el sentido temporal que le otorga O'Brien. En
efecto, si se le da un sentido veritativo, habría que estar dispuesto
a aceptar el enunciado absurdo de: "13 es ahora un número pri-
mo". Pero esta concesión le obliga a admitir una incoherencia,
pues los dos primeros verbos del verso (ha sido, será) expresarían
la intemporalidad de las proposiciones matemáticas, mientras que el
último verbo (es ahora) conservaría su sentido temporal (I 129-
130). En un mismo verso se encontrarían entonces, el uso de la
función semántica (sentido temporal) y el de la función sintáctica
(sentido intemporal) del verbo "ser". Esta mezcla de temporalidad
y de intemporalidad en un mismo verso es, por lo menos, extraña.

24 Queremos expresar aquí nuestra deuda de gratitud a L. Brisson, que


tuvo la amabilidad de enviarnos una copia de su reseña de la obra que ahora
comentamos (publicada después en REG 103 [1990] 684-692) y que nos ha
llamado la atención sobre este texto de Aristóteles.

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Reconociendo esta incoherencia, Aubenque evita el escollo con in-
geniosidad, considerándola como el "acta de nacimiento de la me-
tafísica occidental" (II 129). Pero si se leyese más simplemente
en el verso 5 del fragmento 8 la afirmación de que el Universo,
considerado como un todo y no en sus partes, es inengendrado e
imperecedero, se escaparía más fácilmente a esta incoherencia crea-
da exclusivamente por el contexto de la doble función del verbo
"ser". Se podría entonces comprender mejor el sentido del verso
19-20 del frag. 8: "¿Cómo podría el <cosmos> nacer, él, que ya es?
<ausencia de generación en el futuro>. Y ¿cómo podría haber na-
cido? <ausencia de generación en el pasado>. Pues, si ha nacido,
no es; <él no es> tampoco si ha de ser alguna vez" <basado en la
imposibilidad del no-ser>. También podría comprenderse mejor el
verso 21, que da por terminada toda la argumentación: "Así, queda
extinguida la generación y extinguida también la destrucción, de-
saparecida sin más". Estos versos afirman que el Universo no tiene
nacimiento ni destrucción, porque la generación supone un no-ser
anterior, mientras que la destrucción supondría un no-ser posterior.
Y Parménides nos advierte, en el frag. 2.5, que hay que apartarse
de la vía del no-ser.

Estas pocas dificultades que acabamos de subrayar, en lo q


hace al contexto contemporáneo impuesto a la lectura del poem
Parménides, muestran la necesidad de un retorno al contexto
tórico. El presocratico Parménides tal vez no quiso hablarles a
contemporáneos, en las dos partes del poema, de otra cosa que
su concepción del cosmos; de una manera positiva en la prime
parte y de una manera crítica en la segunda. La ruptura entr
intención cosmológica del poema y su expresión ontologica es
fruto de una larga tradición que comienza con el Sofista de Pla
y continúa en los pasajes de la Metafísica de Aristóteles sobre
sentidos del verbo "ser" y en la tradición neoplatónica, para co
tituir progresivamente la temática de nuestra metafísica occid
tal, que ha olvidado desde hace mucho tiempo sus orígenes co
mológicos.

Université d'Ottawa

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