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ALIANZA

NACIONAL

PATRIÓTICA
DECLARACION DE PRINCIPIOS
PROGRAMA Y ESTATUTOS

AÑ0 2023

ALIANZA NACIONAL PATRIÓTICA

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

EL ALIANZA NACIONAL PATRIÓTICA afirma


su fe en Venezuela y en los venezolanos, por medio
de una acción de NACIONAL
BOLIVARIANISMO, fundada en la JUSTICIA
SOCIAL como norma, en el DESARROLLO
material y humano de la Nación como medio, y en la
plenitud de la SOBERANÍA NACIONAL como fin
supremo.
Afirma que la grandeza de Venezuela debe ser
alcanzada por medio de instituciones democráticas
estables.
Proclama que Venezuela tiene todo en hombres,
recursos y oportunidades para transformarse en el
país más desarrollado, democrático y poderoso de la
América Hispana e Ibérica.
Reafirma su decisión de lugar sin tregua por una
Venezuela donde todos los venezolanos quepan, sin
perseguidos, ni perseguidores, y con igual y efectiva
protección y oportunidad de vida, trabajo y progreso.
Y se consagra a la realización de toda la Venezuela
posible en su integridad para hacerle un país de
bienestar, de paz, de libertad, de progreso y de
justicia.
Todos los venezolanos podemos hacer a Venezuela
por medio del NACIONAL BOLIVARIANISMO.
Esta es la Promesa, la bandera y la misión del
ALIANZA NACIONAL PATRIÓTICA.

PROGRAMA

I._INTRODUCCION
Es un hecho evidente que Ia mayor parte de Ia
opinión nacional no está vinculada directamente a
las organizaciones políticas existentes, lo que
significa que este vasto sector venezolano ha
carecido hasta el presente de adecuada
representación y que su peso decisivo no se hace
sentir beneficiosamente en Ia orientación del destino
nacional.
La candidatura independiente en las próximas
elecciones de 2024 y 2025 revelará, al sumar en
poco tiempo millones de votos, que esta corriente
tan importante del país, está deseosa de canalizar su
voluntad y su acción.
La Organización y orientación de esta corriente de
la opinión pública, de la que forman parte millares
de gentes jóvenes, de nuevos venezolanos, así
como de recién formados sectores de Ia sociedad,
resultan imperiosas para el equilibrio del proceso
democrático venezolano. Estas gentes buscan una
nueva orientación, un modo nuevo y distinto de
hacer entender Ia política, y el movimiento que
represente Ia candidatura independiente está en
capacidad de dársela y debe dársela.
Las actuales organizaciones políticas en Venezuela,
acaso por su origen y por los modelos que
tradicionalmente han seguido, han tendido a
constituirse como agrupaciones cerradas y rígidas,
estrecha y verticalmente sometidas a una disciplina
casi totalitaria en Ia que el militante queda en una
situación de dependencia para su conducta, su
pensamiento y su iniciativa, que abiertamente pugna
y contradice el espíritu comunitario de nuestro
pueblo.
Muchos hombres valiosos se han mantenido en una
actitud de independencia por el temor a esa
enajenación de voluntad y sometimiento que llega a
representar para ellos el partido político cerrado.
Lo que nos proponemos es bien distinto de estos
extremos de rigidez.
Querernos mantener unidos, para hacer posible Ia
acción política nacional, a todos aquellos que
coinciden en los objetivos fundamenta es que
representa Ia candidatura independiente, vinculados
por la voluntad de convenir en realidad esos
principios y esos fines, sin renunciar, para todo lo
demás, a su libertad, y a su individualidad. Lo que
importa es definir los vínculos y los propósitos de Ia
acción que nos une y que tenernos que realizar en
común, definiendo los organismos y los
instrumentos para realizar esa acción, y para realizar,
representar, dirigir y comprometer Ia acción
conjunta en todo lo relativo a esos fines.
Tampoco podemos entrar en un catálogo de
definiciones doctrinarias e ideológicas, que solo
servirla para crear artificiales divisiones entre
quienes deben estar unidos por Ia coincidencia
fundamental en los fines superiores del hombre y de
Ia sociedad. No somos una agrupación totalitaria ni
nos proponernos dirigir los pensamientos y acciones
de los que se nos sumen, sino por el contrario,
mantener en una unión suficiente y eficaz para Ia
acción política, a los más vastos sectores sociales del
país, que por encima de otras divergencias y, sin
renunciar en nada a su dignidad de seres libres y
pensantes, comprendan Ia necesidad de combinar
sus esfuerzos y sus capacidades, para alcanzar los
grandes fines colectivos, de los que depende que
pueda o no estabilizarse una democracia próspera y
justa en Venezuela. No somos oportunistas, ni los
toleramos entre nosotros, porque tenemos principios
que respetar y que acatar. Creemos en Ia
democracia, en Ia dignidad y en Ia libertad humana,
defendemos Ia justicia para que todo hombre tenga
su derecho respetado y reciba Ia parte justa en los
bienes de Ia sociedad que ha contribuido a crear,
creernos en Ia libertad de pensamiento y en el
derecho a disentir, estamos contra los privilegios,
contra Ia miseria, contra el atraso, y estamos
dispuestos a trabajar y a luchar por una Venezuela
Soberana, poderosa, independiente, donde quepan
todos sus hijos y donde cada hombre y mujer goce
del amparo de las leyes y de las autoridades y tenga
abiertas todas las oportunidades para convertirse en
un elemento útil a Ia sociedad. Por ello nos hemos
estructurado en un ancho frente en donde
encontrarán ubicación todos los venezolanos que
coincidan con nosotros en aquellos aspectos
fundamentales de Ia problemática nacional.
De ahí que la ANP sea una comunidad de hombres
procedentes de distintas actividades sociales y
humanas. Su acuerdo se basa en valores
fundamentales y éticos comunes y en Ia identidad de
fines políticos. ANP aspira a un orden de Ia vida que
responda a estos valores. Luchamos
permanentemente por conquistar Ia libertad y Ia
justicia para conservarlas y hacernos dignos de ellas.
La dignidad del hombre radica en el ejercicio de su
derecho a desarrollar su personalidad y a cooperar en
igualdad de condiciones en Ia orientación de Ia
sociedad.
La libertad y Ia democracia en Ia sociedad actual
no son concebibles si no se aumenta constantemente
el número de hombres con una conciencia social,
dispuestos a asumir responsabilidades. Un medio
decisivo para ello es Ia educación política. ANP
llama a los venezolanos a la afirmación de una
conciencia colectiva y a Ia asunción de sus
responsabilidades políticas como medio de salvar el
futuro del país.
El apoliticismo no responde a las urgencias de una
sociedad dinámica.
Ningún hombre ni ninguna mujer de Venezuela
deben considerarse ausentes del país.
La vida del hombre, su dignidad y su conciencia
privan sobre el Estado.
Todo ciudadano tiene que respetar Ia convicción de
sus semejantes. El Estado está obligado a asegurar Ia
libertad de Ia fe y de Ia conciencia. El Estado debe
crear las condiciones previas para que el individuo
pueda desarrollarse con Iibertad y responsabilidad
social. Los derechos fundamentales no solo deben
asegurar Ia libertad del individuo frente al Estado,
sino que deben contribuir a afirmar el Estado como
expresión jurídica de la comunidad.
En Ia democracia deben garantizarse los derechos
de Ia minoría junto a los de Ia mayoría. El Gobierno
y Ia oposición tiene diferentes funciones de Ia
misma jerarquía; sobre los dos pesa Ia
responsabilidad frente al Estado.
ANP en equilibrada competencia con los demás
Movimientos políticos de Venezuela, aspira a
conquistar Ia mayoría pueblo para organizar el
Estado y Ia sociedad según los principios
fundamentales de su Programa.
ANP es una fuerza nueva en Ia cual pueden
encontrar sitio los venezolanos por nacimiento o por
naturalización que acepten Programa y le den su
adhesión, sin distinciones de clases, credo, posición,
raza o cultura.
Es una organización en Ia cual Ia juventud
venezolana tendrá Ia más profunda y entusiasta
acogida. Es un Movimiento donde Ia actividad
intelectual o científica se aprecia y se enaltece y
donde los intelectuales, los artistas, los científicos,
los técnicos, los profesionales ocupan y ocuparán un
sitio de gran responsabilidad. Es una fuerza del
trabajo nacional. Y por ello los industriales, los
comerciantes, los empleados públicos o privados, los
trabajadores de Ia ciudad y del campo, los
productores de todos los niveles, constituyen y
constituirán una vigorosa energía creadora dentro de
Ia Organización.
ANP es una organización que nace como afirmación
de Ia aspiración y vocación de sus integrantes de
influir decisivamente en el destino y Ia historia de
Venezuela.
No tenernos el Programa estrecho de una secta
ideológica sino el amplio y abierto propósito de
hacer un país grande y justo por media del trabajo Ia
inteligencia y Ia cooperación de todos. Estamos
seguros de que así como nos pondremos de acuerdo
millones de venezolanos en los próximos comicios,
debernos ponernos de acuerdo en el futuro inmediato
muchos millones de seres libres, para hacer Ia
Venezuela ejemplar que está a nuestro alcance.
Somos y pretendemos ser un nuevo camino en
Venezuela. Un nuevo modo de interpretar las
realidades venezolanas y un nuevo estilo actuar.

II.-LA VENEZUELA POSIBLE:

Existe una Venezuela Posible, que es aquella que


podemos lograr por medio del desarrollo y
aprovechamiento completo e inteligente de todos sus
recursos materiales y humanos. No tenemos por qué
resignarnos con alcanzar sólo Ia mitad o Ia cuarta
parte de esas posibilidades, sino con alcanzar Ia
plenitud misma de ellas en los plazos más cortos y
por los medios más seguros. A esta acción, que es
en inventario esencia el cambio que el país espera,
invitamos a todos nuestros compatriotas en Ia
seguridad de que no los defraudaremos, y de que
este solemne compromiso venezolano no quedará
frustrado, ni a medio camino, como otras tantas
empresas que en el pasado nacieron con intención,
pero sin voluntad y persistencia.
Esa Venezuela ya no es el sueño de encontrar El
Dorado, sino Ia visión realista que podemos tener los
realista que podemos tener hombres de un siglo que
conoce las matemáticas, que conoce la economía,
que conoce las estadísticas y que conoce, porque
tenemos mil ejemplos, las posibilidades reales de
desarrollo de un país subdesarrollado.
Venezuela es, en este momento, la suma de varias
cosas: de un territorio prácticamente de un millón de
kilómetros cuadrados, que presenta muy variados
aspectos fisiográficos; altas montañas, llanuras, ríos
posibilidades grandes de desarrollo, inmensas
reservas de yacimientos de toda índole y, sobre todo,
los más preciados y cotizados del mundo, como son
el mineral de hierro y las vastas cuencas petrolíferas
que la han llevado al codiciado puesto de ser la
primera exportadora de petróleo del mundo. Ese
territorio con esos recursos de aguas, de tierras, de
bosques, de yacimientos, es uno de los elementos
fundamentales de tal posibilidad. El otro elemento
de esa posibilidad es la población. Venezuela tiene
según estimaciones, un poco más de 33 millones de
pobladores, lo que pudiéramos llamar una fórmula
óptima de combinación de la población con los
recursos, es decir, una población capaz de sacar al
máximo provecho de los recursos naturales que la
geografía contiene.
Venezuela tiene para desarrollarse ese inventario de
recursos naturales y esos 33 millones de seres
humanos. Si de esos 33 millones de seres, nosotros
lográramos hacer millones de trabajadores, millones
de creadores de riquezas, millones de gentes con una
misión, con una aptitud, con el destino aplicado a
desarrollar los recursos, es evidente que el porvenir
de Venezuela tiene que ser mucho más seguro, claro
y firme que si de ello nosotros solamente
utilizáramos un millón, o sólo quinientos mil, puesto
que esto significaría que estaríamos condenado a
hacer gente baldía, hombres baldíos, a la mayor
parte de esos seres humanos, como igualmente, si no
utilizáramos los recursos materiales, sino una parte
de ellos; no toda la riqueza minera, sino una parte de
ella; no toda la tierra arable, una parte de ella;
estaríamos igualmente convirtiendo en recursos
baldíos la mayor parte de esa riqueza. Nuestro deber
y nuestra tarea es no dejar ni un recurso baldío, ni
hombre baldío, y de esa aplicación de los hombres,
de las aptitudes que les enseñemos para desarrollar
nuestros recursos, dependerán varias cosas: primero,
el que nosotros logremos adelantar rápidamente en
la escala del progreso humano y, segundo, el que
logremos crear un país, no solamente próspero y
estable, sino en el que la mayor parte de los
problemas que afectan a los países subdesarrollados
y que a nosotros nos afectan desfavorablemente,
desaparezcan, como son los problemas de la
desigualdad de la situación social, de la coexistencia
de capas de extrema riqueza con la extrema pobreza,
de zonas totalmente desarrollada y prósperas con
zonas adyacentes a ellas que se encuentran en el
atraso más grande, de áreas del país y sectores que
viven en el más progresista, adelantado y refinado
siglo XX y de zonas que viven en el más atrasado
siglo XVI o XVII, cultivando con Chícuras,
viviendo en bohíos, como vivían los indígenas antes
de la llegada de los españoles.
La Venezuela Posible es la que podemos hacer
inteligentemente entre todos, si entre todos ponernos
a la obra.
Por eso ANP llama a sus filas y a la colaboración en
nuestra organización, a todos los hombres y mujeres,
adultos y jóvenes, cualquiera que sea su posición
económica y social, que atiendan que éste es el
Programa y el camino de Venezuela.
ANP es un frente de colaboración de clases, de
fuerzas de voluntades, indispensables para la
construcción de nuestro país. Nada habremos hecho
si no somos capaces de orientar todas las energías
colectivas en provecho de una aspiración común.
Venezuela requerirá una agricultura totalmente
arrollada en Ia forma en que podamos hacerla, no
solamente para abastecernos en gran cantidad y a
precio barato, para que el costa de Ia vida no suba, si
también para que podamos exportar. Habría también
que darle al país todo el equipo económico que
quiere para una buena y segura distribución de
productos: almacenamiento, carreteras, silos,
frigoríficos. Igualmente comunicaciones que
permitan establecer contacto rápido y directo y que
haga accesible todo el territorio. Porque hay media
Venezuela que debemos conquistar. Todo el gran
espacio de tierra que circunscribe el Orinoco, que es
lo que llamamos Ia región de Ia Guayana y que
políticamente es Amazonas y el Estado Bolívar,
salvo Ia parte de Puerto Ordaz y unas pequeñas
regiones, es un mundo selvático e inexplorado, que
prácticamente continúa, desde el punto de visto de
la civilización y del aprovechamiento de los
recursos, en la situación en que estaba cuando
Walter Raleigh remontó el gran río, es decir, es
tierra por incorporar, por civilizar, por aprovechar, y
representa, geográficamente, más de un tercio de
territorio venezolano.
Tenemos posibilidades de desarrollo industrial, toda
vez que somos un país rico en petróleo y en hierro,
abundante en potencialidad y facilidades de energía
hidroeléctrica y dotado de muchas otras materias
primas. Tenemos pues, sin duda, las condiciones
básicas para un desarrollo industrial, pero que no
debe ser un desarrollo inorgánico y azaroso, sino un
crecimiento industrial planificado, en el que
desarrollemos aquellas ramas para las cuales
tenernos las materias primas, las posibilidades de
integración y las condiciones para producir a precios
que no sean irrazonablemente más altos que los
precios mundiales.
El problema de Ia industrialización no es solo un
problema del Estado ni de los industriales. Es una
aspiración nacional. El desarrollo industrial de
vastas proporciones no se logra sino en un ambiente
de paz y seguridad, con un espíritu de colaboración
entre empresarios, empleados y obreros, una política
fiscal adecuada y una política económica que
deslinde con precisión los campos de acción del
sector público y del sector privado de Ia economía.
También tenemos por desarrollar una minería en Ia
parte en que no Ia hemos impulsado aún, porque
Venezuela no solamente tiene petróleo, hierro, sino
además muchas minerales inadecuadamente
explotados. Pero sobre todo tendríamos que utilizar a
fonda los recursos humanos, es decir, tomar esos
cuatro millones de menores que tiene Venezuela
hoy, que constituye Ia mitad de su población, para
no abandonarlos al azar de una educación libresca,
que hace que la mayoría de ellos salga con un
certificado que de nada le sirve en la vida, para
darles una educación para la vida, una educación
para el progreso, una educación que no solamente
les asegure a ellos un sitio en la sociedad, sino que al
mismo tiempo los transforme en millares de obreros,
de técnicos y de trabajadores especializados, que la
actividad de un Estado moderno requiere, para que
definitivamente erradiquemos y borremos esta visión
del “toero”, de ese hombre que no tiene sino sus dos
brazos y su voluntad y a quien jamás se le ha
enseñado ninguna técnica, ni la más pequeña, para
poderse convertir siquiera en un obrero
medianamente calificado.
Mucha gente habla de Ia necesidad de un milagro
para alcanzar una transformación a fonda de las
circunstancias adversas en las que nos debatimos. Si
por milagro consideramos el cambia rápida y
permanente de Ia actitud de las gentes y el logro de
una cooperación eficaz, es sin duda cierto que Ia
necesitamos, pero no debemos esperarlo de una
acción fortuita a esperada, sino de Ia aplicación
decidida de todo lo que tenemos y de todo Ia que
esta a nuestra alcance para lograr esos fines. Este
milagro será el resultado de un amplio frente de
colaboración nacional, de profunda integración
venezolana y de decisión y persistencia en un rumbo
y en un destino. No será el mil gro de un hambre ni
de un grupo, sino propósito obra de todos sin
excepción, con nuestra fe, con nuestro esfuerzo, con
nuestro aporte, y el resultado será palpable y
beneficioso para todos.
La acción decidida para alcanzar dentro del ejercicio
de una democracia efectiva y eficiente toda la
Venezuela Posible, comprende básicamente tres
frentes y tres acciones concordantes sobre las cuales
reposa Ia plataforma de este Programa, que son las
mismos en torno a los cuales millones de
venezolanos depositará su voto para Ia candidatura
independiente en las elecciones presidenciales de
2024 y las regionales de 2025. Esa orientación
quedo definida en tres frentes distintas, pero
integradas y coherentes, los cuales son: Política de
Justicia, Política de Desarrollo y Política de
Soberanía.

III._POLITICA DE JUSTICIA:

1) Respetar y asegurar a cada quien su


derecho.- La Política de Justicia no es solamente Ia
recta aplicación de las leyes y el imparcial
funcionamiento de os Tribunales, sino que va más
allá de Ia esfera estrecha de estos conceptos para
alcanzar en su sentido más amplia el objetiva de dar
a cada uno Ia que es suyo, de respetar y asegurar a
cada quien su derecha de abrir y ofrecer plenamente
a todo ser humana las oportunidades reales de
ascenso y de progreso que debe asegurarle Ia
condición misma del país en que ha nacido.
Esta justicia comienza por requerir un orden
democrático efectivo, donde los derechos no sean
sólo expresión escrita, sino realidad de Ia vida diaria,
donde Ia libertad tenga un contenido de bienestar
material y donde las garantías de Ia Constitución se
traduzcan en algo más que en meras proclamaciones
y reflejen en hechos que le digan con su muda
elocuencia al ciudadano, que vive en una sociedad
que protege, Ia ampara y le ofrece oportunidades
reales de mejoramiento y de superación.
2) Ni perseguidos, ni perseguidores.- Un orden
democrático sincero tiene que cerrar y concluir el
trágico sistema de dividir al país en perseguidores y
perseguidos, en grupos privilegiados que disfruten
de los instrumentos del poder y en grupos para los el
Gobierno no es sino el enemigo, el hostilizador,
negador, y a veces, el abusador. Es necesario que
haya persecución ideológica, que no teman a Ia ley y
a la autoridad sino los delincuentes, y que todo
hombre a todo grupo que se acoja a Ia obediencia de
ley y que cumpla con los derechas del ciudadano,
pueda tener Ia seguridad de que no se le va a
hostilizar, de que no se le va a perseguir, de que no
se le va negar el verdadero significado y alcance de
sus derechos.
Un orden democrático sincero no debe tener
exilados ni presos políticos. Tampoco puede par
coma razón para otorgar un emplea púbico o retirar
del mismo, Ia afiliación política de Ia persona. El
servicio del Estado debe estar abierta a toda persona
eficiente, y es solamente el mérita y Ia aptitud lo que
debe decidir los ascensos y los cargos.
Aspiramos a que todos los venezolanos quepan
en nuestro país y puedan vivir, trabajar y prosperar
una tierra que es suya, Ia cual pueda ofrecer
garantías y esperanzas a todos, cualquiera que sea
credo político. Venezuela necesita de un gran
esfuerzo de reconciliación para borrar y exterminar
los odios estériles que por tanto tiempo nos han
separado y entorpecido.
3) Combatir el espíritu secretario.-
ANP presenta como una de sus más arraigadas
convicciones, Ia necesidad de combatir espíritu
sectario que ha prevalecido a todo lo largo nuestra
historia política. Un país es una totalidad y ningún
grupo, por fuerte que sea, por su número y por sus
recursos, puede pretender constituirse el orientador
exclusivo y menos aún en el beneficiario de su
destino. En Venezuela ha faltado una concepción
vital de nuestro destino nacional y por ello no hemos
logrado realizar una vida política, económica y
social, estable y coherente.
ANP combate el odia, el rencor, Ia guerra civil, toda
intenta insurreccional y todo lo que comprometa Ia
estabilidad del país. Esa labor de conciliación sólo Ia
puede hacer un Gobierno imparcial, justo, que no
clasifique en enemigas y amigos, a los ciudadanos, y
que tenga como base fundamental Ia preocupación
de formular y de encontrar vías de entendimiento,
que disminuya las tensiones, que reduzca los
antagonismos y que encuentre el común terreno en el
cual pueda llegarse a las coincidencias, a los
acuerdos y a las formaciones de cooperación
fecundas que el país requiere.
4) Respeto y protección a los trabajadores.- Ese
mismo concepto activo y fecundo de Ia justicia,
impone una política social de protección y de
progreso para los trabajadores y de participación
justa en Ia riqueza producida. Extender y hacer
efectiva en Ia plena medida de lo posible, Ia
seguridad social a todos los que trabajan, en toda Ia
extensión de los riesgos, que los amenazan y que
comprenden no solo Ia inhabilitación, el despido, Ia
enfermedad, Ia vejez, y Ia muerte, sino también Ia
protección familiar. Se luchará por el respeto, Ia
independencia y efectividad de los sindicatos, sin
pretender convertirlos en instrumentos a apéndices
de intereses políticos. El objetivo supremo de una
política social y laboral democrática, tiene que ser el
logro de un justo equilibrio en las relaciones obrero-
patronales, como modo de obtener Ia paz social, sin
privilegios y sin demagogia. Para el mejor
aprovechamiento de Ia fuerza del trabajo y para
evitar el desempleo zonal, ocasional o de
descalificación, debe crearse un Servicio Nacional
del Empleo, para tratar de adecuar Ia oferta y Ia
demanda de trabajo en Ia Nación.
El derecho a agruparse en sindicatos es propio de
los trabajadores, empleados y funcionarios.
Los sindicatos deben luchar por una justa
participación de los obreros en el producto del
trabajo y par el derecho a tomar parte en Ia vida
económica y social. Los sindicatos deben luchan por
una mayor Iibertad y actuar como representantes de
todos los trabajadores, para ser en realidad, los
soportes esenciales del proceso de democratización.
Los sindicatos deben colaborar decididamente en
las tareas del desarrollo nacional como
representantes y dirigentes de Ia fuerza del trabajo
del pueblo venezolano y esforzarse por contribuir al
necesario aumento de Ia producción y de Ia
productividad, sin las que no puede haber progreso
ni prosperidad.
5) Respeto hacia Ia libertad de conciencia y
cultos.- No puede haber justicia ni paz social si el
Estado no mantiene una actitud respetuosa hacia Ia
libertad de conciencia y de cultos cristianos y hacia
el sentimiento religioso de Ia mayoría nacional. La
lglesia Católica ha sido Ia principal creadora de Ia
conciencia moral del pueblo venezolano desde el
albor de historia y hoy constituye, sin duda alguna,
su manifestación espiritual más poderosa y válida.
Nada justifica Ia hostilidad o el desdén hacia Ia
Iglesia y ministros, sino que, por el contrario, el
interés nacional bien entendido aconseja que a ella
se le respeten sus derechos y prerrogativas y se le
garantice cumplimiento de su elevada misión, dentro
de su esfera propia, sin interferencia política alguna.
Las relaciones entre el Estado y Ia Iglesia deben
corresponder a las necesidades de nuestro tiempo y
formularse de manera estable en un instrumento que
garantice su armoniosa convivencia
6) Por un espíritu de justicia que vaya más allá
de las palabras.- Una política de paz, una política
de entendimiento una política de derecho, es
fundamentalmente lo que el país pide, y esa política
tiene que tener por base un espíritu de justicia que se
traduzca en hechos y que vaya más allá de las
palabras. Justicia en Ia ley: Justicia en las relaciones
entre gobernantes y gobernados; Justicia para
asegurar el libre juego legal de los partidos y de los
grupos en que se divide Ia sociedad, y Justicia para
reconocer y asegurar las aspiraciones de los sectores
sociales desvalidos, en materia económica, en
materia de distribución de Ia riqueza producida y en
materia de Ia participación en las beneficios que una
sociedad próspera y democrática tiene que ofrecer a
todos y cada uno de sus hijos para no usurpar ese
nombre.
Venezuela, hay que repetirlo muchas veces con
énfasis, necesita de Ia colaboración de todos sus
hijos. La empresa de progresar, de adelantar de
desarrollar el país, requiere del esfuerzo de todos.
Hay que romper Ia vieja tradición que ha hecho que
a cada cambio de régimen se declaren indignas a
excluidos de toda participación en el trabajo público,
a los que sirvieron en el anterior. No sea posible y
no deberá ser posible Ia continuación de ese nefasto
y negativo sistema. Todo hombre honesto y capaz,
no solamente tiene el derecho sino Ia obligación de
contribuir con su trabajo, con sus esfuerzas y con su
inteligencia a las grandes tareas del desarrollo
nacional. Y el cambia venezolano que se impone
envuelve una modificación profunda de sistemas y
procedimientos que no perpetúe Ia trágica tradición
mutiladora, con Ia cual, periódicamente se ha
privado a Ia Nación de Ia ayuda y de Ia cooperación
de muchísimos hombres útiles.
Una política de justicia es como el ambiente y el
clima en Ia cual se realizarían las grandes acciones
fundamentales que el país requiere para su
transformación. Estas acciones constituyen el otro
aspecto del Programa, que es Ia política de
desarrollo.

IV.- POLITICA IDE DESARROLLO:

1) El país tiene un desarrollo deficiente y


desigual.- Venezuela sufre de un desarrollo
económico deficiente y desigual. La caprichosa
utilización de Ia riqueza petrolera ha favorecido
ciertos sectores sociales y algunas regiones
Iimitadas, mientras vastas extensiones del país y
extensos núcleos de población han permanecido en
el abandono entregados a labores tradicionales de
muy poco rendimiento.
La política económica de Venezuela debe partir de
Ia consideración de un hecho fundamental. Tenemos
en recursos no renovables (petróleo y minas)
incalculables riquezas en nuestro subsuelo. Esto
representa un gran capital ahorrado por Ia naturaleza
para nuestro provecho. Podemos, por Io tanto
financiar Ios más ambiciosos y prontos planes de
crecimiento, sin necesidad de imponer a nuestro
pueblo los duros sacrificios en ahorro, esfuerzo y
privaciones, que han tenido que sufrir los más de los
países que han logrado un completo desarrollo.
La política económica del país, debe consistir en la
formulación de cientos objetivos de producción,
infraestructura, equipos e inversión, en plazo breve,
y utilizar para ese fin al máximo Ia posibilidad de
rendimiento de nuestro petróleo y de nuestras minas.
Es decir, convertir en el más corto tiempo recursos
renovables en recursos renovables, actividad
productiva y bienestar humano. Este es el verdadero
sentido Ia fórmula esencial de "sembrar el petróleo".
En un plazo breve, por medio de Ia inteligente
utilización de sus recursos, Venezuela puede
convertirse en el país mejor desarrollado de Ia
América Ibérica, y lograr para toda su población un
alto nivel de bienestar, de productividad y de
justicia, que constituyen Ia única base sólida sobre Ia
cual puede asentarse una democracia sincera y
estable.
2) Posición frente al petróleo.- Frente al petróleo
no podemos proceder con prejuicios ni con
complejos de inferioridad. Necesitamos hacer de
esa riqueza el instrumento básico de nuestro
desarrollo. Nadie duda de que el petróleo es nuestro,
ha sido nuestro y seguirá siendo nuestro, pero no es
un prejuicio el que debe decidir si más conviene para
su aprovechamiento el reducirlo a las dimensiones
de una empresa doméstica, o el Ilevarlo a su más
amplia utilización internacional con el mayor
beneficio económico para el país, por medio de
arreglos y acuerdos con los países consumidores y
las organizaciones que intervienen decisivamente en
el mercado mundial de este producto. No debemos
formular una política petrolera caprichosa, sino que
debemos definir por medio del consenso de la
opinión técnica y de los sectores mayoritarios, la que
mejor convenga a los fines del desarrollo nacional.
Y en esa política deben desempeñar su verdadera
función Ia O.P.E.P. y P.D.V.S.A
Con el petróleo nuestro, por medio de Ia negociación
inteligente y hábil, podemos obtener del mercado
mundial los recursos ingentes que el país requiere
para acelerar su progreso.
Vale más para nuestro porvenir utilizar Ia riqueza
petrolera como capital para el desarrollo de Ia
economía venezolana, que guardarla estérilmente
sacrificada a un vano y contraproducente orgullo
aldeano, desperdiciando y disminuyendo el único
instrumento efectivo de progreso económico con que
cuenta el país. Para los venezolanos de mañana,
tiene que valer mucho más un país plenamente
desarrollado que una bandera de ciego orgullo mal
entendido puesta sobre una actividad petrolera
reducida a dimensiones enanas.
Se es soberano e independiente por Ia riqueza y por
el poderío económico y humano y todo debe
subordinarse a este fin. Con el petróleo y las mismas
podemos, y debemos hacer de Venezuela Ia Nación
más rica, desarrollada, independiente y poderosa de
Ia América Ibérica.
La mayor riqueza obtenible de una explotación
inteligente de nuestras recursos, debe invertirse en Ia
realización de un plan simple y claramente
concebido que tenga por metes: equipar Ia Nación en
comunicaciones, servicios y obras de infraestructura,
darle a toda Ia población una preparación para el
trabajo y Ia producción, crear empleos
remunerativos y estables para toda Ia fuerza de
trabajo por medio del desarrollo de Ia reforma
agraria y de Ia empresa agrícola moderna en el
campo y por medio de Ia industrialización y del
desarrollo de los servicios en los centros urbanos.
3) Reforma Agraria.- La Reforma Agraria no
puede ser Ia demagógica y despilfarradora empresa
de adquirir tierras caras en plena productividad para
distribuirla al voleo a familias campesinas, sin
cooperación técnica, asistencia financiera y servicios
de mejoramiento y mercadeo. Esto explica que
muchos de los asentamientos hayan fracasado
ruidosamente y que muchas tierras que fueron
productivas se encuentren hoy abandonadas o en
niveles muy bajos de producción. En nuestro país se
ha falseado y desnaturalizado el objeto de Ia
Reforma Agraria al adelantarla sin planes, sin
métodos, sin zonificación, sin etapas y sin
evaluación de costos y resultados. La Reforma que
Venezuela requiere impone una acción planificada
que establezca etapas ciertas y seguras, de progreso,
Ia zonificación por orden de prioridad y Ia
realización de todas las labores complementarias
para una reforma integral que no sólo sirva para
distribuir tierras, sino para transformar al campesino
en su sistema de trabajo y de vida, en su
productividad y en su técnica, en su salud y en su
educación
Más de un tercio de nuestra población total es de
campesinos y no podrá asegurarse el progreso del
país mientras ese vasto sector no se incorpore a Ia
producción y al consumo, elevando su productividad
y su nivel de vida. Reemplazar el conuco por Ia
explotación agrícola racional y estable es contribuir
al progreso general, como Io es igualmente
reemplazan el latifundio improductivo y
empobrecedor por Ia explotación agrícola moderna
que puede obtener el máximo provecho de Ia tierra,
elevando los niveles de productividad por medio de
Ia utilización de las técnicas más avanzadas y que
por lo mismo, pueden ofrecer al trabajador del
campo salarios y prestaciones justos. Este sector de
modernos empresarios agrícolas está en Ia avanzada
de Ia transformación agrícola y social de Venezuela
y no solamente no debe ser afectado ni molestado
por Ia Reforma Agraria, sino que debe ser objeto de
estímulo y ayuda por parte de Ia colectividad y del
Estado. Transformar el conuquero miserable sin
tierra y sin técnica en agricultor eficaz, en granjero,
en trabajador agrícola bien remunerado, para que
progresen ellos y hagan progresar el país, es lo que
se propone una Reforma Agraria eficiente sensata y
sin demagogia.

4) Desarrollo y empleo.- EI Estado deberá dar


todas las garantías razonables al sector privado para
que se puede emplear a fondo en las tareas del
desarrollo nacional. Deberá crear condiciones para
que las empresas del Estado funcionen sobre las
bases de estrictas normas de eficiencia; deberán
crear formas de cooperación prácticas de Ia
iniciativa privada con las empresas del Estado;
eliminar el ocio remunerado en todos sus aspectos y
señalar metas de producción y productividad para
ser alcanzadas por Ia actividad plena de los
venezolanos.
Propicia ANP una política de empleo máximo,
desarrollado rápido sobre las líneas fundamentales
de prosperidad y bienestar para todos.
Está en nuestras manos poner fin a toda una larga
etapa de depresión y crisis, por Ia que
innecesariamente hemos venido atravesando, y
ofrecerle al país y a todas sus habitantes una solida y
estable prosperidad.

5) Desarrollo y presupuesto.- EI Presupuesto


Nacional tiene que ser Ia base y Ia orientación
fundamental de todo proceso eficaz de desarrollo
económico.
Por su desproporcionada magnitud, por su
naturaleza, por su incidencia sobre todos los
aspectos de Ia vida colectiva, el Presupuesto viene a
ser el gran redistribuidor de riquezas, el gran
estimulador de actividades, el canalizador de los
recursos petroleros, el fomentador de las actividades
reproductivas, el creador de las condiciones
favorables a Ia inversión y al crecimiento, el
regulador del flujo monetario en beneficio en
perjuicio de una economía sana y estable.
Ha sido característica del Estado Venezolano
actual una política financiera que aumenta
onerosamente Ia carga fiscal, disminuye Ia inversión
y sus incentivos y tiende a aumentar los impuestos
indirectos al consumo, en detrimento de las clases
más necesitadas. Por otra parte, Ia estimación de
ingresos y gastos es frecuentemente insincera y
arrastra un injustificado déficit crónico, con el
agravante de que aumenta Ia burocracia y los gastos
no reproductivos convirtiendo al Estado en el mayor
despilfarrador de recursos y en el subsidiador del
ocio y de las actividades estériles.
Contra todo esto hay que reaccionar
enérgicamente. Ante todo, con Ia presentación de
presupuestos, sinceros, que digan toda verdad cuanto
suman las rentas y cuanto los gastos, para que el
venezolano pueda conocer Ia verdad de su situación
financiera. Con una prudente actitud ante el aumento
de los impuestos, que puede llegar a ser
contraproducente para Ia conveniencia de un país en
desarrollo que debe asegurar un rendimiento
atractivo para las inversiones. Reducción de los
impuestos indirectos que pesan sobre el consumo y
que Io mismo paga el rico que el pobre, por una
revisión a fondo de Ia justificación de los gastos; por
un aumento hasta el máximo de Ia inversión y del
estimulo a Ia inversión de capital, y por una actitud
de extrema prudencia ante Ia contratación de
empréstitos. Es decir, por un Presupuesto
equilibrado, sincero, razonable, y hecho a Ia medida
de las necesidades del desarrollo de Venezuela y no
de los apetitos burocráticos de una fracción política.

6) Salud, vivienda y protección social.- La


protección, promoción y restitución de Ia salud
dentro de un concepto integralista de Ia sanidad,
deben ser los fines del Estado y de Ia colectividad.
Salvar el niño de Ia muerte, para abandonarlo a Ia
miseria, curar al trabajador de Ia enfermedad para
entregarlo al desempleo y al hambre, gastar en curar
a quien no se le ha enseñado a cuidarse, a vivir y a
trabajar, son otros tantos contrasentidos
inaceptables.
La labor sanitaria asistencial debe hacerse también
en función del desarrollo industrial y agrícola de Ia
nación y debe partir del principio fundamental de
que el individuo es la base de Ia estructura del país,
propugnando una coordinación adecuada de los
servicios públicos de salud que hoy funcionan
deficientemente. La política social tiene que creer las
condiciones esenciales para que el individuo pueda
desenvolverse libremente en Ia sociedad y hacer su
vida con propia responsabilidad. Las condiciones
sociales que conduzcan a Ia perpetuación de clases
cerradas y pugnaces no deben aceptarse como
inevitables y definitivas. El sistema de seguridad
social debe responder a Ia dignidad del hombre
responsable.
Todo ciudadano tiene derecho a aspirar a una renta
mínima en caso de vejez, de incapacidad para el
servicio de la profesión o el trabajo o por
fallecimiento de sostén de Ia familia.
Debe ampliarse Ia protección de Ia salud pública,
ante todo Ia protección al trabajador y los métodos
eficaces de protección sanitaria al individuo. Hay
que despertar Ia conciencia de que cada uno tiene
que cuidan de Ia salud y hay que dar al médico todas
las posibilidades para conservar Ia salud y prevenir
las enfermedades. Es una función pública garantizar
Ia hospitalización.
Todos deben tener derecho a una vivienda digna
del hombre, que es el hogar de Ia familia. La
vivienda debe gozar, por lo tanto, de una amplia
protección social y no dejarse a merced del afán del
lucro. Hay que impedir la especulación ilícita con Ia
vivienda social.
La asistencia social requiere en Venezuela una
profunda revisión. La asistencia pública no es ni
puede ser el privilegio de Ia riqueza. El alcance
social de Ia medicina consiste en llevarla hasta los
últimos extremos de Ia nación. Es preciso añadir,
como afirmación del hombre venezolano, el derecho
a Ia salud.
Salud, educación y desarrollo deben marchar
juntos. El problema no consiste solamente en el
aprovechamiento responsable y completo de
nuestros recursos materiales, sino que, sobre todo, se
complica porque es necesario que igualmente
sepamos sacar todo el provecho posible de nuestros
grandes recursos humanos.

7) Desarrollo y educación.- Orientación y


aprovechamiento de nuestra juventud.- Venezuela
tiene una gran riqueza potencial en Ia vasta legión de
su juventud y en Ia medida en que sepa
aprovecharla encaminarla y encauzarla, podrá
asegurar o perder las posibilidades reales de su
progreso. No debemos tener recursos baldíos, pero
todavía peor es admitir Ia existencia de hombres
baldíos.
El aspecto humano más importante y más cargado
de consecuencias para el presente y para el futuro, de
nuestro país Io constituye el hecho revelado por
recientes estimaciones, de que más de Ia mitad de Ia
población se compone de menores de veinte años.
Resulta en extremo doloroso el caso de los
centenares de miles de niños en estado de abandono
total o de semi-abandono que pululan en los centros
urbanos, sin techo, sin traje, sin pan, sin escuela, sin
alegría, entregados a Ia calle, a Ia corrupción, al
aprendizaje del pícaro, como si no fueran seres
humanos, como si no hubiera compasión en el
corazón venezolano o como si no preocupara al
Estado el monstruoso problema social que en ese
ambiente se incuba y crece todos los días.
Lo que se ha hecho hasta ahora para atender a esta
vital cuestión, por Ia iniciativa privada y por Ia
oficial, está lejos de ser suficientemente adecuado y
eficaz para la magnitud del mal. El problema de los
menores en estado de abandono y el de los menores
mal dirigidos por una educación inadecuada a
nuestras necesidades es Io más importante que el
país tiene planteado en el camino de su desarrollo.
¿Qué estamos hacienda con estos millones de
jóvenes? ¿De cuáles sistemas y dispositivos
disponemos para guiarlos, e incorporarlos
adecuadamente a una vida útil para ellos y a una
obra de desarrollo correcto del país? ¿Estamos Iistos
para manejar y dirigir ese inmenso capital de
juventud, de energía, de esperanza, o, por el
contrario, no podremos hacer otra cosa que
dispersarlo, desaprovecharlo, o, que aún sería peor,
convertirlo en factor negativo y en lastre para el
avance social y económico de la nación?
¿Tiene nuestra educación una respuesta adecuada
que ofrecerles a las ansias y a las premuras con que
esa ávida y matinal muchedumbre surge en el
horizonte de nuestro caudal histórico?
Esta es una de las más importantes cuestiones que
los venezolanos de hoy tenemos planteadas y de Ia
manera como Ia resolvamos depende que
Venezuela llegue a ser un gran país o que su destino
se frustre.
Necesitamos obtener el máximo provecho de
nuestros recursos naturales, pero también de
nuestros recursos humanos. De nada nos servirían
las riquezas potenciales si no contamos con los
hombres capaces de desarrollarlas, ponerlas a valer y
multiplicarlas con el trabajo creador. Debemos
comenzar por reconocer los errores y las deficiencias
de nuestro sistema educativo, que lo hacen
inadecuado para enfrentarse a esa gigantesca tarea.
Este sería el primer paso firme en el camino de Ia
salvación. No es Ia magnitud de Ia empresa Ia que
debe arredrarnos puesto que en otras ocasiones no
nos arredraron empresas no menos vastas y difíciles,
sino que debe preocuparnos si el concepto, el
contenido, los objetivos y la forma de nuestra
educación, son o no los que el país requiere para
darle un destino a cada uno de sus hijos y para
preparar las legiones de operarios, técnicos y
científicos que van a Ilevar adelante Ia empresa de
convertir a Venezuela en Ia Nación más desarrollada
de la América Ibérica. O si estamos perpetuando
errores del pasado que hacen que, en su contenido y
en sus fines, nuestra educación no sea Ia que el país
necesita para crecer y afirmarse frente a las nuevas
circunstancias, condiciones y problemas de los
tiempos presentes.
Millones de matriculados en las diferentes ramas
de Ia educación, tan sólo algunos miles reciben
enseñanza técnica, de los cuales miles siguen cursos
técnico-industriales y tan sólo unos pocos miles
reciben enseñanzas artesanales.
¿Cómo vamos a tecnificar nuestra fuerza de trabajo
de millones de individuos? Los que, por el proceso
biológico del relevo de las generaciones los van a
sustituir, ¿no van a estar más calificados que ellos
para el trabajo útil y el aprovechamiento de los
recursos?
El hombre que sale de nuestra escuela primaria no
está preparado para ningún trabajo socialmente
provechoso. No ha aprendido a producir ni hacer
nada.
¿No sería justo que tuviéramos una educación rural
y una educación urbana diferenciadas? ¿Que al niño
campesino junto con Ia lectura y Ia escritura, las
matemáticas y las nociones fundamentales de
ciencias, se le enseñara a cultivar, a combatir las
plagas, a conocer el peligro de Ia erosión, a sentir Ia
realidad viviente de los vínculos biológicos que Io
incorporan a Ia naturaleza, a cuidar las plantas, a
proteger y curar los animales, a saber cómo se hace
un queso, como se curte un cuero, cómo con sus
propias manos puede mejorar su casa, su mobiliario,
su vestido, y su alimentación?
¿No es imprescindible que a los centenares de
millares de niños que pasan por los bancos de las
escuelas urbanas se les enseñen los rudimentos de un
oficio que los permita incorporarse al mercado de
trabajo que lo convertirá en un hombre capaz e
independiente?
Si desde el punto de vista humano y social es de
suma gravedad que nuestra escuela no enseñe a vivir
y a trabajar, desde el punto de vista de los reclamos
que el presente nos plantea como nación es aún más
grave. El mundo tiende vertiginosamente a
tecnificarse y Ia lucha por Ia sobrevivencia nacional
es una competencia por el progreso técnico. Estamos
viviendo Ia Segunda Revolución Industrial, más
vasta y profunda en sus transformaciones y
consecuencias de Io que fue Ia primera que cambió
el mundo durante Ia primera mitad del siglo XIX.
Esta Revolución Industrial se caracteriza por la
aparición de Ia energía atómica, por la
automatización de los procesos productivos, por Ia
incorporación de los cerebros electrónicos y de los
computadores automáticos por Ia revolución en
las comunicaciones, por Ia conquista del espacio,
por Ia cibernética, por Ia bioquímica.
Cada día serán más altas las exigencias que se
harán sobre el individuo para poder hallar ocupación
en Ia fuerza de trabajo de un país desarrollado. La
importancia relativa de los países no se va a medir
por sus millones de habitantes ni por sus millones de
kilómetros cuadrados, ni siquiera por Ia extensión de
su tierra arable a Ia importancia de sus fuentes de
energía, sino por la capacidad productora y creadora
de sus fuerzas de trabajo, por Ia proporción de sus
trabajadores calificados, por el número de sus
científicos, de sus investigadores, de sus ingenieros,
de sus técnicos.
De nada le valdrá a un país tener recursos
materiales o riquezas territoriales si no cuenta, en
todos los niveles de trabajo y Ia producción, con
hombres de la más alta calificación para hacerlos
producir y valer.
La lucha por Ia sobrevivencia y el predominio en el
futuro del mundo se va a librar en las escuelas y los
institutos superiores de enseñanza. Triunfarán
aquellos países que puedan contar con una más
nutrida y moderna legión de hombres calificados
para los múltiplos trabajos del progreso humano.
Quedarán marginados, secundarios, dependientes,
aquellos países que no saquen todo el provecho que
puedan de sus recursos humanos.
Si la escuela no da Ia oportunidad real de
incorporarse últimamente a las múltiples y
tecnificadas tareas de Ia sociedad moderna al
alumno que pasa por ellas, esto significa que Ia
escuela no está al servicio de los grandes y
permanentes propósitos de Ia nación. Y esto
significa además, que esa nación está perdiendo en
Ia escuela Ia batalla del porvenir.
Una nación es nada más y nada menos que una
vasta empresa colectiva a Ia que cada hora de su
historia le plantea Ia misma grave cuestión
fundamental: ¿Cómo lograr con Ia tierra y los
hombres que Ia pueblan en medio de las
circunstancias del presente mundial y con el legado
de Ia obra de sus muertos, alcanzar el más alto
destino posible para cada uno de sus hombres y para
el conjunto nacional?
La respuesta a esta cuestión consiste en la sabia
utilización de las aptitudes de los hombres y las
posibilidades de los recursos para alcanzar estos
fines. Desde Ia escuela primaria hasta Ia
universidad, desde el obrero calificado hasta el
científico y hasta el creador de las nuevas verdades
habrán de dedicarse tenazmente a Ia tarea de
producir para alcanzar esos fines.
Si vamos a ponernos a hacer toda Ia Venezuela
Posible, y es grande esa posibilidad, tenemos que
ponernos de inmediato a concebirla y hacerla en Ia
escuela.
Resulta así claro y evidente que los problemas y
posibilidades de nuestro desarrollo, están
estrechamente ligados con los de Ia educación, y si
estamos decididos a obtener para Venezuela todo el
desarrollo posible, estamos, igualmente, obligados a
hacer una reforma integral que ponga Ia educación
venezolana al servicio del desarrollo del país y que
incorpore de un modo eficiente y seguro las
inmensas reservas juveniles con que el país cuenta, a
Ia tarea de realizar el más completo desarrollo de
todas sus posibilidades.
La primera tarea de un Gobierno consciente de
estas graves cuestiones sería Ia de declarar en
emergencia Ia juventud venezolana, afrontar a
fondo el problema de esos millares de jóvenes sin
destino y de las trescientos mil niños abandonados,
destinar a este objeto todos los recursos necesarios,
crear todas las instituciones que fueran menester
para rescatarlos y salvarlos de Ia calle, del abandono
y de la delincuencia, para convertirlos en el más
formidable ejército de progreso con que ningún país
podría contar. Vamos a incorporar y a utilizar las
grandes reservas de trabajo y de ascenso que
duermen, yacentes y olvidadas en las mentes y en los
brazos de nuestros jóvenes.
ANP es por excelencia una Organización donde Ia
juventud tiene un gran papel y una gran
responsabilidad
8) La función de Ia mujer y Ia familia.- Cree
igualmente ANP que el país debe aprovechar la gran
reserva humana que significa la mujer. En los
últimos años las mujeres venezolanas con gran
decisión y aptitud, se han dedicado a prepararse en
las más diversas carreras y en muchos menesteres y
oficios. Hoy encontramos venezolanas capaces
desde el más alto nivel científica y técnico y hasta el
de Ia obra especializada, y sin embargo, por una
inexplicable miopía, se sigue ignorando y
desdeñando el gran aporte que Ia mujer podría
ofrecer a las tareas del desarrollo del país. Nos
proponemos cambiar esto radicalmente, aprovechar
en toda Ia medida de lo posible, Ia colaboración de
las mujeres en todos los niveles de la administración
pública y del desarroIIo nacional, darle Ia
oportunidad de que brinden con todos sus
conocimientos el aporte de las características de
sensibilidad, de dedicación, de abnegación que han
sido propias de su sexo y abrirles no sólo las puertas
de las funciones de mediano nivel, sino las de las
más altas y calificadas atribuciones, hasta incluirlas
en Ia integración del Gabinete Ejecutivo y del
Gobierno de Ia Nación.
ANP aspira a recoger las grandes inquietudes de los
más vastos sectores femeninos del país y a
programar una ambiciosa acción femenina en el
campo social.
Creemos que el Estado y Ia sociedad deben proteger,
fomentar y fortalecen Ia familia. En Ia seguridad
material y moral de Ia familia radica el
reconocimiento de sus valores sociales. El
fortalecimiento de Ia capacidad educativa de Ia
familia merece todo el esfuerzo del Estado y de Ia
sociedad.
9) Los oficiales en situación de retiro.- Otra
valiosa fuerza de trabajo y de organización que hasta
ahora se pierde en gran parte, es Ia que constituye el
distinguido núcleo de los oficiales de las Fuerzas
Armadas en situación de retiro. La mayoría de estos
hombres ha recibido una preparación excelente y ha
acumulado una preciosa experiencia en los campos
de Ia organización y del manejo del personal; y
cuando por razones de escalafón o de tiempo u otras
circunstancias pasa a Ia situación de retiro,
constituye un verdadero despilfarro de capacidades
para el país el condenar a estos hombres a Ia
inacción o a Ia búsqueda de actividades aleatorias en
el mercado del trabajo. Lo justo y Io lógico es que
existiera un plan para utilizar en las tareas de
desarrollo, en Ia conquista de las vastas porciones
del territorio que todavía no han sido incorporadas a
Ia civilización, Ia experiencia, los conocimientos y
las aptitudes de este valioso núcleo de venezolanos.
10) Los naturalizados.- ANP luchará por dar a los
naturalizados una situación justa que corresponda a
su condición de ciudadanos venezolanos. Por una
tradición contraria a los verdaderos intereses del
país, a estos hombres que no solamente han venida a
aportar su trabajo y su esfuerzo a las actividades
nacionales, sino que inclusive han llegado hasta a
adoptar nuestra nacionalidad como Ia suya, se les ha
mantenido en una situación secundaria, relegada, o
disminuida, cuando lo razonable sería que Ia
nacionalidad venezolana al ser adquirida diera Ia
plenitud del derecho al trabajo y a Ia consideración
de los venezolanos a todo el que ha alcanzado esa
dignidad y ese honor, porque si el país no está
dispuesto a reconocerlo así más valiera restringir las
facilidades a los medios para alcanzar Ia
naturalización
11) Desarrollo e inmigración.- También debe el
país aprovechar, tan pronto como Ia vasta tarea de su
desarrollo entre en la plenitud de su actividad el
aporte de Ia inmigración seleccionada, que puede
venir a colaborar útilmente y a incorporarse con su
preparación técnica y con su experiencia, a los
múltiples y variados menesteres que el desarroIIo de
una nación moderna requiere. No una inmigración
indiscriminada que venga simple y llanamente a
desplazar a trabajadores venezolanos de las tareas
que están realizando, sino una inmigración dirigida y
selecta, que venga a complementar el trabajo
nacional o a iniciarlo en aquellas ramas para las
cuales no tenemos toda Ia mano de obra calificada
necesaria. El aporte de los inmigrantes en esta
forma, constituye uno de los elementos más
favorables para poder acelerar y alcanzar en breve
plazo las etapas de desarrollo que el país necesita
realizar.
ANP proclama abiertamente su convicción de que es
necesaria en Venezuela una política de inmigración
diferente a Ia que hasta ahora se ha venido
aplicando.
El desarrollo industrial es imposible sin el concurso
de los conocimientos y experiencia práctica que
traería Ia inmigración, y el aumento de
productividad de nuestra agricultura y ganadería
requiere de los técnicos, artesanos y obreros
calificados que traigamos del exterior.
Existen además amplias zonas del territorio
nacional, como el sur del Orinoco, en las cuales
podríamos crear nuevas zonas de intenso desarrollo
económico, que deberán contribuir a fortalecer
nuestra economía mediante una utilización
inteligente de las corrientes inmigratorias.
Los asentamientos de población extranjera,
vinculadas unas veces a Ia industrialización y otras a
Ia Reforma Agraria, pueden hacerse en conexión con
los Gobiernos de los países de emigración.
La falla fundamental de Ia política inmigratoria en
Venezuela ha consistido en que no se crearon las
bases para aprovechar las nuevas corrientes
demográficas.
Por esta circunstancia, algunas veces Ia población
inmigratoria ha incidido sobre las fuentes de empleo
de los venezolanos. Es punta fundamental de nuestro
Programa Ia protección material y moral del
inmigrante y del extranjero, y por eso condenamos
toda hostilidad hacia el hombre útil que ha venido a
sumar su fuerza de trabajo y su inteligencia al
progreso nacional.
Igualmente declaremos que has nacionalizados
venezolanos deben adquirir una participación justa
en Ia vida política nacional. Y para la total
integración del inmigrante a Ia vida venezolana,
pueden conjugarse los esfuerzos del inmigrante
mismo y do las instituciones culturales públicas a
privadas quo estén dispuestas a concurrir al mismo
fin.
Todo depende del concepto que nos formemos
los venezolanos de las posibilidades de futuro del
país. Si nuestra visión es pequeña y pacata, si nos
limitamos al mezquino mantenimiento de una rutina,
si le tememos a Ia grandeza, no pasaremos de ser un
país cerrado y estrecho, condenado a Ia mediocridad;
pero si por el contrario miramos a Venezuela en toda
Ia extensión de sus inmensas posibilidades, Ia
concebimos poderosa, pujante y rica, tendremos una
concepción de país abierto, que acoja, asimile e
incorpore todos los aportes útiles humanos y
materiales en una gran empresa colectiva de
crecimiento pleno.

V.- POLITICA DE SOBERANIA


1) Hacer valer los derechos e intereses de
Venezuela en Ia vida internacional._ Nace ANP
con una clara y despierta convicción del papel de
Venezuela en el mundo actual. Y acepta y define los
puntos cardinales de Ia política nacional, dentro de
Ia perspectiva universal de nuestra época.
Pensamos que una democracia eficiente y activa
dirigida por la justicia y consagrada con todas sus
fuerzas y aptitudes al desarrollo pleno de todos los
recursos humanos y materiales, tiene que tener por
base y por objeto supremo la Soberanía.
La Política de Soberanía significa: defender,
preservar y aumentar el gran don de Ia
independencia y Ia nacionalidad, que de manera tan
heroica y gloriosa supieron ganar nuestros padres
hace siglo y medio.
Carece de sentido Ia soberanía si no está constituida
por un orden legal estable y si no reposa sobre un
poderío económico y social suficiente para
asegurarla y defenderla. Vamos a hacer
nacionalismo verdadero desarrollando el país,
capacitando al venezolano y defendiendo
celosamente el patrimonio moral y material de Ia
nación.
La primera condición es Iograr un Gobierno
eficiente, que sepa administrar; a Ia vez respetuoso
respetable y respetado, capaz de imponer el orden
legal y con toda Ia autoridad necesaria para hacer
valer los derechos e intereses de Venezuela en Ia
vida internacional.
No puede haber eficiencia ni estabilidad, ni
ejercicio seguro de los derechos y deberes del Estado
Soberano, si Ia administración pública, lejos de estar
compuesta por funcionarios responsables y capaces,
no sujetos al cambio y a la influencia política, tiende
a convertirse en un refugio de activistas y clientes
políticos para asegurar un predominio hegemónico.
El progreso nacional requiere una carrera
administrativa con reglamentaciones justas para el
reclutamiento, Ia promoción y el perfeccionamiento
de los funcionarios, que los pongan al cubierto del
capricho y de Ia arbitrariedad de los jefes y que le dé
al país un servicio púbico de Ia máxima capacidad y
eficacia.
Hacer política con el cargo púbico, es hacer mala
política y mala administración.

2) Protección del ciudadano.- EI sistema legal


que hace a un país respetable requiere Ia protección
efectiva de los derechos y garantías del ciudadano;
una organización eficaz de prevención y sanción del
delito, que proteja al ciudadano honesto
permanentemente, y que impide y castigue los
hechos criminales; un mecanismo sencillo y seguro
de aplicación de Ia ley y el mantenimiento de un
orden legal estable, donde puedan adelantar las
tareas individuales y colectivas que reclame el
desarrollo
3) Las Fuerzas Armadas Nacionales.- Le
Soberanía de Ia ley del orden democrático necesita
de dispositivos adecuados para Ia defensa nacional y
para el mantenimiento de las instituciones. Las
Fuerzas Armadas Nacionales no deben ser desviadas
de sus altos fines para ponerlas
desnaturalizadamente al servicio de intereses o de
miras políticas. Las Fuerzas Armadas deben tener un
estricto carácter profesional y técnico, donde los
ascensos y los comandos se disciernan por evidentes
razones de aptitudes y de méritos; donde la
preparación y entrenamiento de los ofíciales asegure
la presencia de un personal idóneo; donde de labore
y se esté en capacidad de realizar una doctrina de la
defensa, ajustada a nuestras necesidades y recursos;
donde concurran al servicio hijos de todas las clases
sociales y se borre definitivamente al bochornoso
sistema de la recluta; donde se aproveche la
permanencia del soldado en el cuartel para darle una
preparación vocacional que lo reincorpore a la vida
civil debidamente capacitado para un empleo útil;
donde después de los años de servicio activo sin
mengua de sus prestaciones, el oficial retirado tenga
opción de continuar prestando servicio al país en
actividades afines con su experiencia y preparación.
Incorporadas permanentemente e integradas a las
grandes labores del progreso nacional, las Fuerzas
Armadas podrán cumplir de manera más completa y
ejemplar las vitales labores que les corresponde en la
empresa de darle a Venezuela una democracia
estable y eficiente
El ANP afirma Ia necesidad de Ia defensa nacional.
La defensa nacional debe responder a la situación
política y geográfica de nuestro país. La protección
de Ia población civil es una parte esencial de Ia
defensa de un país.
Entre los soldados y el resto de Ia población de
Venezuela debe existir una relación de confianza. El
soldado sigue siendo, aun en uniforme, un
ciudadano.
Pensamos que las Fuerzas Armadas son una
institución al servicio de Ia Nación, por lo tanto
declaremos que Ia unidad de las mismas constituye
una exigencia fundamental del país.
Condenamos y repudiamos toda propaganda que
tienda a separar las Fuerzas Armadas del resto del
país, y creemos, por el contrario, que debe
establecerse un puente espiritual entre militares y
civiles, puesto que ambos son partes de Ia nación y a
ambos afecta el destino del país. Venezuela necesita
del espíritu civil y del espíritu militar.

4) Relaciones Internacionales.- ANP considera


que una política de Soberanía no tiene por qué ser ni
de hostilidad ni de recelos, ni mucho menos de
aislamiento en las relaciones internacionales.
Venezuela necesita mantener Ia mejor voluntad de
colaboración práctica con los países amigos a los
cuales esté unida por vínculos geográficos,
históricos y culturales. Debemos tener una política
de entendimiento con la América Latina, de
acercamiento a los pueblos del Caribe y de
cooperación continental americana, para el logro de
los intereses comunes, pero sin que los pactos y
acuerdos resultantes y los aportes que pueda recibir,
hayan de resultar en ninguna delegación o
disminución de su facultad soberana, de decidir en
todo caso, de acuerdo con el interés venezolano y no
con el de otra nación o grupo de naciones.
Muy cuidadosa debe ser Venezuela de conservar su
autonomía no delegada para resolver en toda
circunstancia de acuerdo con su propio interés, y
para no hallarse envuelta en compromisos o acciones
que pudieran ponerla en contradicción con los
tradicionales principios de una política sana y
prudente de esforzarse por hallar soluciones
pacíficas, de no entrar en alianzas con fines
guerreros, de sostener el derecho de no intervención
y el de todos los pueblos a lograr y defender su
independencia y a darse Ia forma de gobierno que
mejor le convenga, sin interferencias ni coerciones
extrañas. Debe trabajar lealmente por fortalecer la
Organización de las Naciones Unidas, Ia
Organización de los Estados Americanos y los
acuerdos regionales económicos y políticos que
tengan por objeto la solución pacífica de las
diferencias internacionales y Ia cooperación entre las
naciones para el desarrollo, el bienestar y el progreso
de la humanidad.
El hecho fundamental de Ia historia presente es Ia
división del mundo en dos grandes bloques de poder,
contrarios y hostiles, dirigidos respectivamente por
los Estados Unidos de América y la ilegítima
República Popular de China. Estos dos grandes
centros de poderío nuclear se amenazan y recelan
mutuamente en un trágico juego de fintas y
amenazas que se conoce con el nombre de "guerra
fría". Las posibilidades devastadoras de una guerra
nuclear son de tal magnitud en destrucción de seres
y bienes, que se ha Ilegado a concebir como posible
la desaparición de toda civilización y hasta de toda
forma de vida en nuestro planeta. La imposibilidad
de recurrir a la guerra como solución, he creado un
tenso y amenazante equilibrio de terror.
Por interés elemental de sobrevivencia, el mundo
trata de buscar una solución pacífica a esta
amenazante catástrofe. Nuestra política internacional
no puede ignorar ese hecho fundamental, ni Ia
modestia de nuestros medios y fuerzas, pueden
hacernos olvidar Ia obligación moral en que estamos
de no contribuir a agravar ese trágico conflicto y de
esforzarnos dentro del campo al que pertenecemos
por Ia historia, Ia geografía y las convicciones de Ia
mayoría de nuestro pueblo, a que Ia humanidad halle
al fin el camino hacia el desarme, la cooperación y Ia
paz duradera.
ANP es una organización democrática y por eso ha
estado y está penetrada por Ia idea de colaboración y
de la solidaridad internacional. En una época de
ligazones internacionales de todos los intereses y
relaciones, ningún pueblo puede ya resolver por sí
solo sus problemas políticos, económicos, sociales y
culturales. ANP se rige por el conocimiento de que
las tareas culturales, económicas, jurídicas y
militares de Ia política venezolana tienen que
resolverse en estrecha relación con los demás
pueblos.
Es aspiración venezolano de ANP Ia amistad entre
todas las naciones, así sean diferentes sus formas de
gobierno y sus estructuras sociales.
En el camino de la paz mundial, pueden
mencionarse los tribunales internacionales de
arbitraje, tratados de avenencias, el derecho de
autodeterminación y la paridad jurídica de todos los
pueblos, Ia inviolabilidad del territorio nacional y Ia
no ingerencia en asuntos de otros pueblos,
garantizada por una organización mundial.
Las Naciones Unidas deben convertirse en Ia
organización mundial general como corresponde a
su idea. Sus principios deben ser obligatorios para
todos. Es indispensable un derecho de grupos étnicos
de acuerdo con los Derechos del Hombre
proclamado por las Naciones Unidas. El ANP
defiende el derecho de todos los hombres a su patria,
a su grupo étnico, a su idioma y a su cultura.
La Organización de sistemas regionales de
seguridad dentro de las Naciones Unidas es un paso
hacia el camino del desarme general y hacia Ia
distensión en las relaciones internacionales. La
evolución económica impele hacia Ia colaboración
entre los Estados.
ANP reconoce esta colaboración, Ia cual debe
servir especialmente para el progreso económico y
social.
Comunidades supranacional, regionalmente
restringidas no debe conducir al aislamiento del
mundo exterior. La colaboración con igualdad de
derechos y un comercio mundial abierto para todas
las naciones son premisas para la pacífica
convivencia.
Los Estados democráticos deben dar testimonio de
su solidaridad, especialmente con los países en
desarrollo. Mas de Ia mitad de Ia población
mundial vive todavía en profunda pobreza e
incultura.
Mientras Ia riqueza mundial no esté al alcance de
los países atrasados y pobres y la productividad no
aumente en éstos considerablemente, la evolución
democrática está en peligro y Ia paz amenazada.
Todos los pueblos están obligados a luchar con
común esfuerzo contra el hambre, Ia miseria y las
epidemias. Los países subdesarrollados tienen
derecho a una ayuda amplia y sin condiciones
políticas. Su evolución económica, social y cultural
debe estar inspirada en las ideas de Ia democracia
para que no caigan bajo nuevas formas de opresión.
El subdesarrollo económico no puede ser hoy
superado sino a muy largo plaza, si no median los
auxilios internacionales. Pensamos que nuestro país
debe prestarle apoyo a toda idea que busque Ia
creación o el fortalecimiento de los fondos
internacionales de desarrollo, mediante los cuales los
grandes países, prestan su colaboración técnica y
financiera a los programas de crecimiento de los
pequeños países. Pensemos que Ia ayuda
internacional debe prestarse a través de
Organizaciones que Ia independicen de los intereses
políticos exclusivos de las grandes potencias, a fin
de que puedan prestar su concurso sin menoscabar Ia
independencia ni Ia soberanía de las naciones
favorecidas. Consideramos que Ia finalidad
primordial de Ia política internacional de Venezuela
debe ser Ia de defender su soberanía política y su
desarrollo económico. En política internacional
nuestro Movimiento expresa su fe en Ia evolución
democrática, en el progreso económico y en el
triunfo de Ia justicia social en todos los pueblos de Ia
tierra. De modo especial, manifestamos nuestra
simpatía por el derecho que tienen los pueblos
pobres y atrasados a conquistar un nivel de vida
adecuado conservar su propia cultura y mantener su
plena independencia política y económica.
5) Posición frente al Comunismo.- No creemos
que Ia ideología comunista sea Ia solución para los
problemas nacionales y mucho menos Ia posible
incorporación de nuestro país como satélite dentro
de la órbita soviética al precio de inmensos
sacrificios morales y materiales. Contra esa
posibilidad lucharemos decididamente, por los
medios legales, con el aporte de las soluciones justas
a los problemas sociales y por el debate político
doctrinario. Enfrentar al comunismo como
manifestación partidista acogida a Ia ley, con los
medios que las grandes democracias accidentales
han adoptado para oponérsele y no por los medios de
la persecución ideológica. Combatirlos por medios
totalitarios y de sola fuerza sería emprender un
camino errado, que nos conduciría, no a Ia
erradicación del comunismo, sino a Ia implantación
de un sistema totalitario y policial incompatible con
la democracia. O tenemos fe en Ia democracia contra
el comunismo y Ia practicamos con sinceridad y
decisión, o no tenemos fe en ella y, por Io tanto,
seríamos insinceros en proclamarla

6) Inversiones y empréstitos extranjeros.- La


política de soberanía debe hacernos prudentes en la
contratación de empréstitos extranjeros que no estén
estrictamente justificados por la necesidad evidente
de acelerar nuestro desarrollo, y se debe procurar
que tantos los empréstitos internacionales como las
inversiones directas de otros países en el nuestro, se
hagan en condiciones que aseguren la colaboración
justa del Capital y Ia dirección de venezolanos y que
tienda a ser cada vez mayor Ia participación
venezolana. El desarrollo de Venezuela requiere
ciertamente Ia cooperación técnica y económica de
muchos países amigos con capacidad para darle,
pero no podría considerarse como saludable ni
conveniente, cualquier forma de desarrollo que
tuviera por resultado poner fuera de control
venezolano, actividades económicas importantes.

7) Ser dueños de nuestro propio destino.- Sería


contrario a todo principio de soberanía que el
destino de Venezuela pudiera llegar a escapar o
tendiera a escapar de las manos de los venezolanos.
La política de soberanía significa que los objetivos
de Ia acción pública deben ser Venezuela y los
venezolanos. Una política que nos haga dueños de
nuestro propio destino.
VI.- ORGANIZACION DEL CAUDAL MORAL Y
HUMANO QUE REALCE LA VENEZUELA
POSIBLE

Sobre esos tres frentes de justicia, desarrollo y


soberanía, ANP viene a convocar a los venezolanos
para que, unidos, nos pongamos a Ia tarea de hacer
el gran país que está a nuestra alcance. No para
entronizar una secta excluyente, no para perseguir y
destruir a los que no comparten nuestra manera de
pensar, sino para hacer una democracia efectiva y
eficiente, donde quepan y tengan un destino todos
los venezolanos, sin perseguidos ni perseguidores,
con paz, con pan, con seguridad y con futuro cierto.
Hombres, mujeres, jóvenes venezolanos: está en
nuestras manos Ia posibilidad real del cambio que
todos reclaman, está a nuestro alcance Ilevar
adelante la empresa y hacer toda la Venezuela
posible, de crear con nuestros medios y nuestra
decisión un país de orden legal, de paz, de
prosperidad, libre, justo, creciente y soberano.
ALIANZA NACIONAL PATRIÓTICA
ESTATUTOS

ALIANZA NACIONAL PATRIÓTICA

ESTATUTOS

CAPITULO I
Del nombre y fines de Ia organización
Artículo 1º.- La Organización se denomina
ALIANZA NACIONAL PATRIÓTICA(A.N.P.) y
se constituye con fines políticos de acuerdo con Ia
Ley.

CAPITULO II
De los Miembros
Artículo 2º.- Para ser miembro de la
Organización se requiere:
a) Ser venezolano por nacimiento o por
naturalización y estar en pleno goce de los
derechos civiles y políticos;
b) No pertenecer simultáneamente a otra
Organización política;
c) Llenar la respectiva solicitud de admisión, aceptar
el Programa y los Estatutos de Ia Organización y
haber sido admitido por los organismos
competentes de la misma.
Artículo 3º.- Son deberes de los miembros de Ia
Organización los siguientes:
a) Cumplir y hacer cumplir el Programa de la
Organización, sus Estatutos y las directrices que
dentro de las atribuciones estatutarias y Ia
orientación programática, tomen los organismos
competentes;
b) Cumplir personalmente los trabajos que le sean
encomendados;
c) Pagar mensualmente una suma que será
convenida.
Artículo 4º.- Son derechos de los miembros de
Ia Organización los siguientes:
a) Elegir y ser elegido para cualquier cargo o
misión en Ia forma y con las limitaciones
establecidas en estos Estatutos;
b) Presentar iniciativas para el trabajo interno y
proponer soluciones y recomendaciones sobre Ia
conducción y realización de las tareas;
c) Sostener libremente sus puntos de vista en los
organismos de base de ANP en Ia oportunidad de
discutir proposiciones o de tomar decisiones;
d) Proponer modificaciones razonadas de los
Estatutos y Reglamentos de Ia Organización.
UNICO: Las cuestiones que deseen plantear los
miembros, serán tramitadas por los organismos
competentes en orden jerárquico. Si ocurrido un
lapso de siete (7) días no se les hubiese dado
curso, los interesados podrán ocurrir a los
organismos inmediatos superiores.

CAPITULO II
De Ia organización interna
Artículo 5º.- La estructura y funcionamiento de
ANP estarán basados en Ia división político
territorial de la República.
Artículo 6º- Los Órganos de ANP, en orden
jerárquico son los siguientes.
a) La Convención Nacional;
b) El Consejo Nacional de Dirigentes;
c) El Directorio Nacional;
d) Las Asambleas Regionales;
e) Los Directorios Regionales;
f) Los Directorios Distritales;
g) Los Directorios Municipales o de Parroquia;
h) Los Comités de Barrio o de Caserío.
Parágrafo Primero: Existirá además un
Consejo Consultivo Nacional, cuerpo de
asesoramiento que tratará los asuntos y materias
que sean sometidos a su consideración por el
órgano jerárquico competente. Estará
constituido por un mínimo de diez (10)
miembros y un máximo de treinta (30), y su
funcionamiento se regirá por Ia reglamentación
que al efecto dicte el Directorio Nacional. El
Consejo Consultivo Nacional elegirá en cada
caso diez (10) de sus miembros para integrar el
Consejo Nacional de Dirigentes cuando éste sea
convocado.
Parágrafo segundo: El Directorio Nacional
podrá intervenir en forma total o parcial a los
Directorios Regionales cuando sucedan hechos
que entran en el funcionamiento o Ia misma
vida del Partido.
Parágrafo tercero: El Directorio Nacional, por
órgano de Ia Secretaria General y de sus
cuadros directivos, podrá designar Delegados
Nacionales para determinadas misiones o
funciones.

CAPITULO IV
De Ia Convención Nacional
Artículo 7º.- La Convención Nacional es la
autoridad y representación máxima de la
Organización. Se reunirá en forma ordinaria así:
a)Cada dos años, contados a partir del mes de
febrero de 2025, fecha de la
Primera Convención Nacional, convocada por el
Directorio Nacional;
b) En cualquier oportunidad que el Directorio
Nacional lo considere conveniente.
Artículo 8º.- Cuando Ia mayoría de los
Directorios Regionales solicitaren una Convención
Nacional Extraordinaria, el Directorio Nacional
podrá convocarIa si lo considera conveniente. El
Directorio Nacional podrá, por razones justificadas,
no acceder a esta solicitud; pero en tal caso deberá
convocar al Consejo Nacional de Dirigentes para que
conozca de las cuestiones planteadas y decida sobre
la reunión de la Convención.
Artículo 9º.- La Convención Nacional está
integrada por:
a) El Directorio Nacional;
b) El Consejo Consultivo Nacional;
c) Los Miembros Principales del Tribunal
Disciplinario Nacional;
d) Los miembros de la Organización que estén en
funciones de Diputados a la Asamblea Nacional;
e) Por las Delegaciones Regionales;

f) Por los Secretariados: Sindical, Agrario, Juvenil y


Femenino de Ia Dirección Nacional representados
por un número no mayor de siete (7) miembros,
respectivamente;
g) Aprobar o improbar los Informes de los miembros
y Organismos Técnicos, debidamente constituidos.
Artículo I0.- Las Convenciones Regionales
designaran, por lo menos cinco (5) Delegados a Ia
Convención Nacional y en adición un Delegado más
por cada vez que el número de sus miembros
inscritos contenga la base que se haya escogido para
elegir un Delegado, descontados los necesarios para
elegir los cinco primeros.
La base será fijada por el Directorio Nacional en
caso de que no haya habido decisión al respecto por
Ia convención inmediatamente anterior. Se
designarán Suplentes en igual número que los
Delegados Principales los cuales serán convocados
para suplir Ia ausencia de los Principales, en el
Orden de su elección.
Artículo 11.- Son atribuciones de Ia
Convención Nacional:
a) Reformar el Programa y los Estatutos;
b) Fijar Ia orientación político general;
c) Elegir el Directorio Nacional;
d) Elegir los Miembros del Consejo Consultivo
Nacional;
f) Aprobar o improbar el Informe del Directorio
Nacional saliente;
g) Por los Directores de las Fracciones Profesionales
del Partido, en funciones de Gobierno;
h) Designar en su oportunidad, en cada proceso
electoral, el candidato del Partido a la Presidencia
de Ia República.
Artículo 12.- La Convención Nacional será
convocada con no más de sesenta días de
anticipación por el Directorio Nacional, en las
oportunidades previstas en estos Estatutos. Los
Directorios Regionales participarán al Directorio
Nacional, con quince días de anticipación por lo
menos, Ia lista de los representantes a la Convención
Nacional.
Las sugerencias de las Convenciones Regionales
deberán ser participadas por escrito al Directorio
Nacional con no menos de 15 (quince) días de
anticipación a Ia Convención Nacional. Cuando se
propongan reformas en el Programa o en los
Estatutos, Ia participación al Directorio Nacional
deberá hacerse con no menos de (30) treinta días de
anticipación.
Artículo 13.- En Ia Convención Nacional, como
en cualquier otra Convención del Movimiento, en
cualquiera de sus niveles, no podrán tratarse
materias que no sean las contenidas en la Agenda de
Ia convocatoria. En casos imprevistos que por su
naturaleza sean urgentes o extraordinarios, el
Directorio Nacional podrá incluir nuevos asuntos en
la Agenda.
La Agenda elaborada por el Directorio Nacional
podrá incorporar a Ia discusión de las materias a
tratar aquellas que hubiesen sido sugeridas con una
anticipación no menor de quince días por los
Directorios Regionales.
CAPITULO V
Del Consejo Nacional de Dirigentes
Artículo 14.- El Consejo Nacional de Dirigentes
es en órgano de decisión y orientación que se reúne
y actúa en aquellos casos en que el Directorio
Nacional no considera necesario convocar una
Convención Nacional Extraordinaria. Se reunirá, por
Io menos una vez al año.
Artículo 15.- El Consejo Nacional de Dirigentes
estará formado por:
a) El Directorio Nacional;
b) Los representantes del Consejo Consultivo
Nacional;
c) Por los miembros de la Organización que estén en
funciones de Diputado a la Asamblea Nacional;
d) Por cada Secretario General Regional a quien haga
sus veces;
e) Por cada Secretario de Organización Regional o
quien haga sus veces;
f) Por los Secretariados: Sindical, Agrario, Juvenil y
Femenino de Ia Dirección Nacional, representados
por un número no mayor de tres miembros,
respectivamente;
g) Por los miembros Principales del Tribunal
Disciplinario Nacional;
h) Por los Directores de las Fracciones Profesionales
y Organismos Técnicos debidamente constituidos;
i) Por otros organismos de dirección que se vayan
creando y que a este efecto sean seleccionados por
el Directorio Nacional.
Artículo 16.- Son atribuciones del Consejo
Nacional de Dirigentes:
a) Estudiar la orientación política fijada y formular
las recomendaciones que crea convenientes;
b) Analizar Ia labor del Directorio Nacional y de los
Directorios Regionales;
c) Estudiar y resolver las materias que le sean
sometidas por el Directorio Nacional.
Artículo 17.- Para su instalación, el Consejo
Nacional de Dirigentes requerirá Ia mitad más uno
de sus miembros y decidirá, válidamente por
mayoría absoluta de los asistentes.

CAPITULO VI
Del Directorio Nacional
Artículo 18.- El Directorio Nacional es Ia
máxima autoridad ejecutiva de ANP, y durará dos
años en el ejercicio de sus funciones.
Artículo 19.- El Directorio Nacional estará
integrado por el Presidente y los Secretarios que a
continuación se enumeran:
Secretario General Nacional;
Secretario de Organización Nacional;
Siete Secretarios Políticos Nacionales;
Secretario de Finanzas Nacional;
Secretario de Propaganda Nacional;
Secretario Sindical Nacional;
Secretario Agraria Nacional;
Secretario Juvenil Nacional;
Secretario de Doctrina y Capacitación Nacional;
Secretario de Organismos Profesionales y
Técnicos;
Secretaría Femenina Nacional;
Secretario de Relaciones Nacional;
Secretario de Acción Social Nacional;
Secretario de Asuntos Parlamentarios Nacional;
El Secretario Regional del Distrito Federal tiene
voz, pero no voto en el Directorio Nacional.
Parágrafo Primero: El Directorio Nacional
podrá, cuando lo juzgue conveniente, crear
nuevas Secretarías o modificar las existentes.
Parágrafo Segundo: El Directorio Nacional
podrá elegir adjuntos para las respectivas
Secretarías en los casos en que lo considere
necesario.
Las vacantes temporales que ocurriesen en
cualquiera de las Secretarías serán Ilenadas por
el adjunto hasta tanto el Directorio Nacional
designe el nuevo titular.
Artículo 20º.- Para que las decisiones del
Directorio Nacional sean válidas se requiere la
asistencia del Presidente o el Secretario General y el
voto favorable de Ia mayoría de los asistentes.
Artículo 21.- Son atribuciones del Directorio
Nacional:
a) Convocar tanto ordinaria como
extraordinariamente Ia Convención Nacional y el
Consejo Nacional de Dirigentes;
b)Presentar a la Convención Nacional y al Consejo
Nacional de Dirigentes, en sus respectivas
reuniones, un informe sobre las actividades del
Frente
Nacional Democrático durante el período
Correspondiente;
c) Dictar las reglamentaciones y resoluciones que
considere necesarias;
d) Cumplir y hacer cumplir por los organismos y
miembros de ANP las resoluciones de los
organismos superiores y las suyas propias;
e) Dirigir y vigilar el trabajo de ANP en todo el
país;
f) Designar a quienes hayan de dirigir los
organismos de propaganda de ANP y vigilar su
trabajo político;
g) Suspender temporalmente de sus funciones a los
miembros de los Directorios Regionales, cuando
cometan faltas graves. En casos especiales,
cuando las circunstancias así Ia exijan, podrá
dictar medidas de suspensión a cualquier
miembro de ANP, sin menoscabo de las
facultades señaladas a los Tribunales
Disciplinarios;
h) Designar todas aquellas comisiones y
funcionarios que la marcha de ANP requiera y
cuyos nombramientos no están encomendados a
otros órganos por estos Estatutos;
i) Mantener el más alto nivel de eficiencia en los
cuadros administrativos, organizativos y políticos
de ANP y vigilar porque en él se pongan en
práctica cuantas iniciativas resulten beneficiosas.
Artículo 22.- Son atribuciones del Presidente de
ANP:
a) Representar judicialmente a ANP, pudiendo
delegar, por acuerdo del Directorio Nacional,
esta representación en otro u otros miembros de
ANP;
b) Convocar al Consejo Consultivo Nacional;
c) Cumplir las instrucciones de Ia Convención
Nacional, del Consejo Nacional de Dirigentes y
del Directorio Nacional;
Firmar aquella correspondencia y documentos de
ANP o que el Directorio Nacional estime
conveniente;
d) Presidir las actividades de ANP;
e) Presidir las reuniones de los Cuerpos Colegiados
del Partido a las cuales asista;
Artículo 23.- Son atribuciones del Secretario
General Nacional:
a) Suplir las ausencias temporales del Presidente y
coordinar el trabajo de las diversas Secretarías del
Directorio Nacional, exigir de los Secretarios el
cumplimiento de sus tareas y recibir
periódicamente un Informe o Cuenta de los
respectivos Secretarios;
b) Ejecutar y hacer cumplir las decisiones y
resoluciones del Directorio;
c) Coordinar las relaciones de todos los organismos
y velar por su correcto funcionamiento;
d) Convocar al Directorio Nacional;
e)Velar por el trabajo de las fracciones de la
Organización que se formen en
Asociaciones o cuerpos de alcance nacional;
Firmar aquella correspondencia y documentos de
ANP que el Directorio Nacional estime conveniente;
f) Mantener la disciplina interna dentro de ANP;
g) Dirigir las actividades del Partido;
h)Codirigir, de conformidad con Ia línea trazada por
Ia Convención Nacional y las recomendaciones
del Consejo Nacional de Dirigentes, Ia política
general del
Partido;
i) Coordinar y controlar los organismos regionales
por medio de Delegados de su libre elección;
j) Crear cuantos órganos de asesoramiento le sean
necesarios;
k) Crear un Consejo de Planificación Electoral;
l) Someter a Ia consideración de los Directorios
Regionales consultas sobre cualquier materia y
hacerlas ejecutar cuando se obtenga el voto
favorable de las dos terceras partes de Ia totalidad
de los Directorios.
Artículo 24.- Son atribuciones del Secretario de
Organización:
a) Vigilar y controlar el trabajo organizativo;
b) Organizar y presidir Ia Comisión Nacional de
Organización;
c) Conformar Ia actuación de dicha Comisión a
programas o planes de trabajo plenamente
elaborados por él y discutidos en el seno del
Directorio Nacional;
d) Planear y dirigir nacionalmente la campaña de
proselitismo de ANP;

e) Llevar el control de inscripciones de los miembros


en todo el país y exigir a los Directorios
Regionales, por Io menos mensualmente los
informes necesarios;
Controlar Ia distribución de la credencial nacional de
ANP;
f) Transmitir a los Directorios Regionales las
directrices organizativas que trace el Directorio
Nacional;
g) Cuidar de la organización y conservación del
Archivo General;
I) Trabajar por el desarrollo y buen funcionamiento
de las organizaciones periféricas y de las
Comisiones designadas por el Directorio Nacional
que no correspondan a otras Secretarías;
j) Crear, mediante autorización del Secretario
General las comisiones que considere necesarias
para el mejor desenvolvimiento de sus tareas;
k) Designar, de acuerdo con el Secretario General,
Coordinadores de Zona para el mejor desarrollo de
sus labores organizativas cuidando éstos no
interfieren las labores específicas de las Directorios
Regionales. Artículo 25.- Son atribuciones del
Secretario de Finanzas:
a) Administrar el dinero y los bienes de ANP;
b) Planear y llevar a cabo las campañas de
financiamiento nacionales;
c) Organizar y presidir Ia Comisión Nacional de
Finanzas;
d) Recaudar las cotizaciones mensuales y velar por que
los organismos locales recauden las cotizaciones de
sus militantes y provean, dentro de su ámbito local, a
Ia satisfacción de las necesidades de ANP con
fondos propios;
e) Preparar informes trimestrales para ser presentados
al Directorio Nacional, sobre las necesidades
presupuestarias de ANP;
f) Abrir y movilizar, bajo su responsabilidad y con dos
firmas, las cuentas bancarias que fueren menester y
manejar por sí, o por persona delegada bajo su
responsabilidad, Ia Caja Chica de ANP;
g) Presentar mensualmente un balance al Directorio
Nacional e informar semanalmente al Secretorio
General.
Artículo 26.- Son atribuciones del Secretario de
Propaganda:
a) Organizar y dirigir Ia Comisión de Propaganda y
las Fracciones correspondientes;
b) Fundar y mantener el funcionamiento de órganos
de publicidad y difusión propios del Partido;
c) Mantener una amplia información de Prensa,
Radio y Televisión;
d)Desarrollar sobre Ia base de Ia más amplia
cordialidad una política de
Relaciones Públicas con los órganos de publicidad;
Difundir la propaganda adecuada a los fines
políticos de ANP de acuerdo con las instrucciones
del Directorio Nacional;
e) Organizar y dirigir Ia Comisión de Prensa y la
Fracción de Periodistas;
Desarrollar una amplia información sobre las
actividades de ANP;
f) Fomentar y mantener una actividad constante en
pro de Ia edición y circulación de órganos de
prensa tanto en Caracas como en el interior de Ia
República.
Artículo 27.- Son atribuciones de Ia Secretaría
Sindical:
a) Organizar y presidir Ia Comisión Sindical, la cual
elaborará y ejecutará sus planes de trabajo previa
aprobación del Directorio Nacional;
b) Velar porque los miembros obreras estén inscritos
en las Sindicatos y organismos gremiales
correspondientes;
c) Rendir informe trimestral al Directorio Nacional
sobre los miembros que se hayan sindicalizado y
agremiado y sobre el trabajo que se haya
desarrollado en el ambiente laboral;
d) Fomentar Ia capacitación cultural, sindical y
política del trabajador;
e) Orientar las luchas gremiales reivindicativas de los
derechos de los trabajadores;
Artículo 28.- Son atribuciones del Secretario
Agraria:
a) Organizar y presidir la Comisión Agraria, la cual
elaborará y ejecutará sus planes de trabajo, previa
aprobación del Directorio Nacional;
b) Velar porque los miembros trabajadores
campesinos estén inscritos en las
Sindicatos, asociaciones y organismos gremiales
correspondientes;
c) Estudiar los problemas específicos del campo y
someter al Directorio Nacional los proyectos
soluciones que a su juicio deba propiciar el
Partido, sobre el problema de Ia Reforma Agraria;
d) Fomentar el trabajo de organización de los
campesinos en las luchas par sus
reivindicaciones;
e) Fomentar la capacitación cultural y sindical, y
político del trabajador campesino y prestarle toda
ayuda en Ia solución de sus problemas de trabajo.
Artículo 29.- Son atribuciones del Secretario
Juvenil:
a) Organizar y presidir Ia Comisión Nacional de
Trabajo Juvenil;
b)Coordinar y dirigir Ia actividad do la juventud de
ANP en todo el país, do acuerdo con las
directrices emanadas del
Directorio Nacional,
Rendir informe trimestral de sus actividades por
escrito, señalando las cantidades de jóvenes
incorporadas efectivamente a ANP en toda la
República, su origen y ubicación para ese momento;
c) Organizar nacionalmente el funcionamiento, en
los locales de ANP o fuera de ellos, de centros de
esparcimiento a los cuales pueda concurrir Ia
juventud;
d) Organizar fracciones de estudiantes en todo el
país.
Artículo 30.- Son atribuciones de Ia Secretaría
Femenina:
a) Organizar y presidir Ia Comisión Femenina;
b) Dirigir el trabajo de ANP en todo Ia relacionado
con los problemas de Ia mujer venezolana, su
incorporación a Ia vida político, los problemas de
Ia mujer trabajadora y de Ia madre, los problemas
de Ia niñez, etc.;
c) Dirigir y organizar la Fracción Femenina de ANP,
de acuerdo con las directrices emanadas del
Directorio Nacional.
Artículo 31.- Son atribuciones del Secretario
de Relaciones:
a) Fomentar y mantener relaciones con
Organizaciones democráticas similares, que
funcionen tanto dentro como fuera del país,
prestando especial atención a las de los países
americanos;
b) Mantener correspondencia con los grupos
simpatizantes que se organicen entre los
venezolanos residentes en el exterior;
c) Procurar que los venezolanos nacionalizados se
integren plenamente a Ia vida del país y obtengan
toda Ia protección que les garantiza Ia
Constitución y las Leyes de Venezuela;
d) Las demás que señalen el Secretario General y el
Directorio Nacional.
Artículo 32.- Son atribuciones del Secretario
de Acción Social:
a) Orientar, siguiendo las directrices del Directorio
Nacional, el trabajo de ANP, en todo Io
relacionado con campañas de asistencia a las
clases desvalidas, de protección el consumidor, la
protección e incorporación del inmigrante a la
vida nacional, Ia lucha contra la carestía de Ia
vida y el fomento de la vivienda popular, Ia salud
y Ia asistencia;
b) Organizar y presidir la Comisión de Acción
Social;
c) Dirigir Ia actividad de ANP, en el sentido de crear
órganos de reivindicaciones populares, tales como
las Juntas de Pro-Fomento de los Barrios y de
participar en las existentes.
Artículo 33.- Son atribuciones del Secretorio de
Doctrina y Capacitación:
a) Divulgar el Humanismo Democrático como
doctrina del Partido;
b) Establecer normas de adoctrinamiento a nivel
nacional;
c) Crear cursos de capacitación dentro de las
distintas Secretarías y abarcar
todos los ámbitos de sus especiales acciones;
d) Capacitar grupos, para cumplir, a nivel Regional,
el adoctrinamiento de los miembros del Partido;
e) Establecer ciclos de conferencias para miembros
del Partido;
f) Por medio de los órganos de divulgación, en
forma sistemática, fijar posición dentro de Ia
doctrina del Partido, sobre todos y cada uno de los
problemas de Ia vida política, económica y social
de Venezuela.
Artículo 34.- Son atribuciones del
Secretario de Asuntos Parlamentarios:
a) Dirigir Ia actividad de Ia Fracción Parlamentaria;
b) Establecer comisiones de estudio para el análisis
de las leyes sometidas a su consideración;
c) Analizar y divulgar entre sus miembros el
conocimiento del Reglamento
Interior y de Debates;
d) Orientar Ia intervención de sus miembros de
acuerdo a la doctrina y conveniencia del Partido;
e) Solicitar de las Fracciones Técnicas el
Asesoramiento necesario, para el mejor
cumplimiento de su misión.
Artículo 35.- Son atribuciones del Secretario de
Organismos Profesionales y Técnicos:
a) Organizar y dirigir las diferentes Fracciones
Profesionales y Técnicas;
b) Ser órgano de asesoramiento del Partido en sus
distintas especialidades;
c) Establecer programas de acción para sus
respectivos campos de especialidades;
d) Enjuiciar las distintas políticas y acciones de
gobierno, y establecer las críticas, razonamientos
y recomendaciones tendientes a las
modificaciones a que hubiere lugar;
e) Servir coma órgano asesor a Ia Secretaría General
Nacional;
g) Organizar las distintas Fracciones a nivel
Regional;
h) Organizar los distintos eventos a que hubiere
lugar, dentro de su ámbito.
Artículo 36.- Son atribuciones de los
Secretarios políticos:
UNICO: Asesorar el Directorio Nacional en
todas aquellas materias que le sean
encomendadas.
Artículo 37.- El Directorio Nacional, cuando lo
crea conveniente, designará tres Secretarios Políticos
que con los cuatro elegidos por Ia Convención
Nacional completarán el número de siete.
Igualmente designará, fuere de su seno, a un
Secretario del Directorio.
Artículo 38.- Son atribuciones del Secretaria del
Directorio:
a) Llevar las Actas de las reuniones del Directorio
Nacional;
b) Velar por el fiel cumplimiento de los Acuerdos y
Resoluciones emanadas del Directorio Nacional.
CAPITUL

O VII De los Secretarios

Nacionales:

Artículo 39.- Los Secretariados Juvenil,


Sindical, Femenino, Agrario y de Profesionales y
Técnicos, estarán integrados por siete miembros
elegidos por sus respectivos Plenos Nacionales, y
serán presididos por el Secretario Nacional
respectivo.
Artículo 40.- Los Plenos Nacionales que habrán
de elegir los siete miembros de los Secretariados
Nacionales, estarán integrados por representantes
elegidos por los Plenos Regionales, los cuales
estarán integrados por los representantes elegidos
por los respectivos Plenos
Distritales.
Artículo 41.- Los Plenos Nacionales se reunirán
una vez al año, en la fecha que considere
conveniente el Secretario Nacional respectivo, con Ia
anuencia del Directorio Nacional.
Artículo 42.- Los Plenos Nacionales tomarán
sus decisiones ajustadas a los delineamientos
aprobadas por la Convención Nacional última.
Artículo 43.- La base para los Plenos
Nacionales será igual a Ia determinada para Ia
Convención Nacional.
Artículo 44.- Los Secretarios Regionales
respectivos serán miembros natos de los Plenos
Nacionales.
Artículo 45.- La elección de los miembros para
los Secretariados se realizará todos los alias a través
de los respectivos Plenos.

CAPITULO VIII
De Ia Organización en el nivel Regional, Distrital,
Municipal o de Parroquia, de Barrio o Caserío.
Artículo 46.- La Organización Regional,
Distrital, Municipal o de Parroquia, de Barrio o
Caserío, reproducirá en Io posible el esquema de
funcionamiento de los Organismos Nacionales de
ANP.
ANP adoptará en sus distintos niveles los esquemas
organizativos al volumen de su militancia y a las
necesidades de su crecimiento, propendiendo a Ia
integración más completa posible de los respectivos
Directorios locales.
Artículo 47.- Las Convenciones Regionales
reproducirán en Io posible el esquema de
funcionamiento de la Convención Nacional y se
regirán además por las Reglamentaciones que a tales
efectos elabore el Directorio Nacional.

CAPITULO IX
De los Tribunales Disciplinarios
Artículo 48.- En cada uno de los Directorios
Regionales habrá un Tribunal Disciplinario,
constituido por cinco miembros, el cual conocerá de
las faltas en que se incurran los miembros de los
Secretariados, cometidas por los miembros del
Partido en la respectiva región contra la orientación
política, Ia disciplina de Ia Organización y las
disposiciones de estos Estatutos. De los fallos de
expulsión definitiva habrá apelación en segunda y
última instancia por ante el Tribunal Disciplinario
Nacional, formado por siete miembros designados
cada dos años por Ia Convención Nacional y que
tendrá su sede en Caracas. Para esta segundo y
última instancia no se admitirá en el expediente otro
recaudo que no sea el escrito de apelación.
Las decisiones de los Tribunales Disciplinarios
serán adoptadas por mayoría de votos.
Artículo 49.- El Reglamento correspondiente es
el promulgado por el Directorio Nacional y aprobado
por Ia Convención Nacional.
CAPITULO X
Artículo 50.- Lo relativo al Régimen de
Convenciones está contenido en el Reglamento
Interior y de Debates de Convenciones de ANP
aprobado en la Primera Convención Nacional.
Artículo 51.- ANP tendrá un Himno, una
Bandera, una Insignia y un Iema. Su símbolo será la
Campana.
Artículo 52.- Ningún miembro podrá aceptar
cargos públicos o misiones oficiales sin el previo
consentimiento de ANP en sus niveles de Dirección
correspondientes. Tampoco podrán los miembros ser
postulados por otras organizaciones políticas, para
cargos electivos, sin el consentimiento expreso de
ANP.
Artículo 53.- Las Comisiones Nacionales
previstas para cada Secretaría deberán reunirse
cuatro veces, por Io menos, en el año; podrán
nombrar de su seno los Comités necesarios, y serán
órganos ejecutares de ANP.
Artículo 54.- Cuando el partido estuviere en el
Gobierno, sus miembros no podrán actuar
simultáneamente en cargos ejecutivos y en órganos
de dirección del Partido, salvo dispensa dada por el
Directorio Nacional.
Artículo 55.- Serán nulos todos los actos
partidistas realizados en desacato de lo dispuesto en
el Artículo anterior.
Artículo 56.- Corresponde a la Convención
Regional, o en su defecto al Directorio Regional, la
iniciativa de postular candidatos a integrar Concejos
Municipales, Asambleas Legislativas, Cámaras de
Diputados y Cámara del Senado, en Ia jurisdicción
correspondiente. Dichas postulaciones se tramitarán
por ante el Directorio Nacional y corresponderá a
este último Organismo, Ia decisión final con
respecto a integración y órden de candidatos.

CAPITULO Xl
Disposiciones finales
Artículo 57.- La ausencia absoluta del
Presidente y Secretario General serán llenadas por Ia
persona o personas que a este efecto designe el
Directorio Nacional y apruebe posteriormente un
Consejo Nacional Dirigentes, convocado para tal fin.
Las ausencias temporales del Presidente las llenará
el Secretario General y las de éste serán suplicadas
por Ia persona que de su seno designare el Directorio
Nacional.
Artículo 58.- Todo Io no previsto por estos
Estatutos será resuelto por el Directorio Nacional,
pero sometido posteriormente a la aprobación del
más próximo Consejo Nacional de Dirigentes o
Convención Nacional.

CAPITULO XII
Disposiciones transitorias
Artículo 59- Todas las Comisiones, Comités,
Funcionarios, Delegados u otros semejantes,
designados por el Directorio Nacional y no previstos
en estos Estatutos, deberán ser ratificados por Ia
Convención Nacional o en su defecto por el Consejo
Nacional de Dirigentes más próximo.
Artículo 60.- Los Estatutos que han venido
rigiendo desde la fundación del Partido, quedan
vigentes, con las modificaciones aprobadas en Ia
Primera Convención Nacional, contenido todo ello
en el presente texto.
Dado y aprobado en Sesión de la Primera
Convención Nacional de ANP, en Caracas a los X
días del mes de X Mes de dos mil XX.
El Presidente,
Ramón Afonso

El Secretario,
Anthony Cañizarez

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