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This research wants to demonstrate, from a comparative work about two social
housing projects, the importance of the place and participation as urban criteria
for social inclusion, one of the main elements from the theory of right to the city.
Housing is conceived as part of a more complex system, an habitat that
contains the home, the neighborhood and the city. These systems, at the same
time, allow an analysis of two categories: the inside and the outside. Two
flexible concepts that speaks about the importance of the location of the
projects concerning the city and its symbolic and practical impact on the
success or failure of the interventions implemented. The public policies consider
are “Barrio de Tipología Especial La Celsa in Madrid-España and the project
“Chile Barrio Quinta Monroy” in Iquique-Chile.
1) Introducción
2) Conceptos teóricos
4) Análisis
5) Conclusiones
6) Referencias bibliográficas
1: Introducción
El acceso a una vivienda digna está considerado como uno de los derechos
fundamentales del ser humano y, en este sentido, se trata de una
responsabilidad prioritaria del Estado asegurarlo a través de iniciativas
institucionalizadas e intervenciones bajo el formato de políticas públicas
diversas que respondan a las particularidades de cada sector poblacional. Sin
duda la mayoría de esfuerzos y recursos se dirigen a las clases sociales más
necesitadas y vulnerables como un mecanismo de protección e inclusión social,
en la mayoría de los casos, pero también como una forma de redistribución de
la riqueza.
Con este objetivo se han seleccionado dos casos. Por un lado, se analizará la
intervención realizada en Madrid bajo el formato de Barrio de Tipología
Especial en la zona conocida como La Celsa. Se trata de un proyecto de
erradicación del chabolismo construido entre 1991 y 1995 ,que duró tal solo 4
años, ya que su fracaso llevo a las autoridades del momento al derrocamiento
a finales de 1999 y consiguiente replanteamiento de la política de
realojamiento llevada hasta entonces.
Sin duda son muchos los elementos que inciden en el éxito o fracaso de una
política pública de este tipo pero quizá lo fundamental tiene que ver tanto con la
voluntad de integración con la ciudad y la sociedad desde el diseño hasta la
ejecución del proyecto, así como con los criterios de ubicación y los niveles de
involucración de los beneficiarios. El desarrollo de este estudio comparativo
intentará evidenciar indicadores en ambos casos para poder demostrar de
manera empírica esta afirmación.
El término del espacio, el derecho a la ciudad tiene que ver con el no ser
excluido de la centralidad y su movimiento según Lefebvre. Esta idea encuentra
1
Fabio Giraldo Isaza, Hacia una nueva concepción de la vivienda y el desarrollo urbano
2
David Harvey, http://www.moviments.net/espaimarx/docs/6786f3c62fbf9021694f6e51cc07fe3c.pdf
su aplicación efectiva en varios de los principios rectores de dicho derecho3,
como son:
Sin duda, uno de los elementos centrales que aúna los preceptos
anteriormente descritos en una expresión tangible del derecho a la ciudad, es
el lugar. El lugar adquiere una especial relevancia no solo desde lo práctico,
que tiene que ver con infraestructura y accesibilidad-comunicaciones rodadas y
peatonales- sino también, desde lo simbólico en la medida en que está
relacionado con la identidad, la apropiación y la sensación de inclusión.
3
Carta del derecho a la ciudad, redactada en Ciudad de México
tipos de suelo, entre otros. A su vez, cuando nos referimos a la carga
sociocultural, la prioridad es la potencialidad de ese espacio para aportar una
consolidación de relaciones sociales equitativas, dentro de un tejido
organizativo amplio e incluyente.
4
Manuel delgado, Sociedades Movedizas, Pasos hacia unaantropologia de las calles (pag.30)
3: Descripción, casos de estudio
Resuelto gran parte del problema en 1986, lo que quedan son expresiones
aisladas, menos frecuentes y dispersas. Sin embargo, se trata también de
casos compuestos de población mucho más marginal y de estrato
socioeconómico bajo –ya no migrante sino excluida socialmente- que vive en
peores condiciones que en los asentamientos informales anteriores a la
intervención y que se encuentran estigmatizados socialmente y/o
culturalmente. Un ejemplo claro son las poblaciones gitanas.
El 61% de la población censada era menor de 20 años, solo el 6,3% era mayor
a 50 años y únicamente el 1,4% mayor de 65 años. La media de miembros de
las familias entre la población chabolista es alta, siendo el 65% del total,
familias de 4 miembros o mas.
Estas familias además de tener como actividad económica a la crianza de
animales, su mayoría se dedicaba a la “busca” reciclaje de materiales en la
basura y la chatarra de la ciudad, generando un núcleo por actividad
económica. Así las características tipológicas en la infravivienda de los núcleos
chabolistas estaban determinadas por los materiales de desecho –cartones,
latas, ladrillos- y la autoconstrucción. Se asentaban en parcelas donde tenían
espacio para el almacenaje de la chatarra y cuidado de sus animales. “Estamos
ante una cultura especialmente poco adaptada a la sociedad urbana dominante
con un desfase creciente entre su identidad tradicional y los requerimientos que
plantea la inserción en esta sociedad” 5
Fuente: Madridiario.es
5
Noguez Saez Luis, Exclusión residencial y políticas publicas, el caso de la minoría gitana de Madrid
1979-2006. Universidad de Granada.
en el mismo territorio donde se asentaban, a los núcleos chabolistas ubicados
en la periferia madrileña, con la intención de solucionar los problemas de
infravivienda y marginalidad de sus habitantes. Se ejecutaron bajo esta
política, los proyectos de La Celsa, La Rosilla, Las Mimbreras al sur de la
ciudad y la Quinta en el barrio de Fuencarral, al norte, entre otros.
La Celsa
Fuente: www.madrid.org/Nomecalles.es
En 1991 se inician las obras del B.T.E. propuesto para La Celsa, que a pesar
de los problemas por falta de pagos ocurridos en este proceso, se termina de
construir en diciembre de 1995. Se implanto al Sudeste de Madrid, a una
distancia aproximada de 6,5 km del centro de la ciudad, en el Distrito del
Puente de Vallecas. Lugar que se encuentra alejado de la red de servicios de
transporte público de la Comunidad de Madrid, disponiendo de una sola línea
de autobús que conecta el barrio con la ciudad.
Con esta operación, las 228 familias en su mayoría de etnia gitana son
realojadas en las viviendas de tipología especial ubicadas en el extrarradio de
Madrid, la parcela se ubica entre suelo de protección natural (parque) y las
edificaciones del Mercamadrid, zona exclusivamente industrial alejada de las
infraestructuras urbanas básicas, escuelas, centros médicos, áreas de
recreación, etc. Así, las antiguas chabolas colindantes con el nuevo proyecto
habitacional de La Celsa, fueron derribadas después del traslado de sus
habitantes.
Las variaciones que se producen entre las de tres y dos dormitorios, es que
estas últimas sitúan una planta sobre la zona de sala y dormitorio, donde se
alojan los otros dormitorios, el baño y una terraza. Mientras que la variación
entre al de tres dormitorios y la de cuatro dormitorios es que el cuarto
dormitorio se realiza construyendo la terraza de remate de la primera planta de
la de tres dormitorios.
Por otro lado, para cuando se termina la Celsa y los beneficiarios la habitan, los
focos de venta de droga en los otros BTE y la presencia de células de esta
red entre los pobladores de la población a reubicar era sabido. Con estos
antecedentes el nuevo BTE en poco tiempo se convierte en uno de los narco-
barrios del sur de Madrid donde las autoridades eran incapaces de controlar el
trafico de estupefacientes Así los pobladores de la Celsa además de estar en
un lugar excluido y marginalizado por su ubicación se veían expuestos a las
nuevas condiciones de vida que les impondría una nueva actividad económica
la cual dominaría el barrio, la drogas.
Quinta Monroy
6
ELEMENTAL, http://www.elementalchile.cl/do-tank/que-somos/
Fuente: Google Earth
Así las viviendas tipo A (casa) de 54 m2 son las que estaban en la planta baja y
tenían como opción para su ampliación ocupando el espacio de patios
privados hacia el lateral o la parte trasera de la edificación, un espacio poroso
colindante pensando para la ampliación, pudiendo llegar a ser esta de 72 m2
con su aumento. Y por otro lado estaban las viviendas en altura Tipo B
(departamento) de 36 m2 que tenían la posibilidad de ampliarse hasta 72 m2 al
igual que las tipo A pero en este caso el crecimiento era en altura – primera y
segunda planta-.
Tipología de viviendas.
Planta baja
Vivienda Tipo A con
ampliación horizontal.
Primera planta
Vivienda tipo B con
ampliación vertical.
Segunda planta
Vivienda tipo B con
ampliación vertical.
Numero de
96 unidades habitacionales 100 unidades habitacionales
viviendas
Lo descrito en la tabla permite una visión general del panorama de ambos proyectos
y arroja algunos elementos importantes para diferenciarlos. Sin embargo, su éxito o
fracaso pareciera estar determinado por particularidades de orden social que no
siempre son consideradas no solo desde la perspectiva arquitectónica, sino también
desde la perspectiva del sector público al momento de diseñar sus políticas. La
siguiente sección se aproximará a dicha realidad.
7
Manuel Delgado, Sociedades movedizas, pasos hacia una antropología de las calles (pag.28)
situación brindaba seguridad económica a los usuarios para terminar sus
viviendas en el proceso de autoconstrucción a la vez que, les permitía sentirte
parte de la urbe y sus dinámicas. Una beneficiaria desde el dentro decía:
“imagínate estamos a cuatro cuadras de la playa, a dos cuadras del mall de
Falabela, a dos cuadras del terminal agropecuario, ¿a dónde?.. no gastai plata
en movilización , nosotros nos vamos a pata pa todo lado”8.
4.2.1:Situación urbana
8
Documental de la Quinta Monroy, Iquique-Chile, https://vimeo.com/
9
Manuel Delgado, Sociedades movedizas, pasos hacia una antropología de las calles (pag.29)
Los habitantes de la Celsa tenían grandes limitaciones para acceder a los
equipamientos urbanos –centro medico, escuelas, canchas deportivas- que son
un soporte fundamental para el bienestar de la sociedad y la integración de
todos sus habitantes. Bajo estas condiciones, considerando la ubicación, el
dentro está físicamente excluido del afuera.
El número de viviendas que había que diseñar en los proyectos analizados bastante
similar: 96 unidades habitacionales en el caso del BTE de La Celsa y 100 en el
caso de la Quinta Monroy. Sin embargo, los terrenos donde fueron implantados
tienen características muy diferentes que inevitablemente condicionan sus diseños.
La oferta del proyecto de Elemental era una construcción con porosa de vivienda
social pensada para la expansión no solo en términos de construcción, sino también
de movilidad social. En palabras de Aravena: “entregamos unas vivienda social con
el ADN de una vivienda de clase media”.
Uno de los elementos más determinantes para diferenciar los proyectos analizados
tiene que ver con el nivel de inclusión de los beneficiarios y los espacios que se
generan para su participación. El BTE de La Celsa fue un proyecto diseñado “desde
arriba”, una imposición en la que se asumió sin consulta previa las necesidades de
quienes se beneficiarían de la iniciativa. Esto contrasta notablemente con el diseño
de la Quinta Monroy, concebida como participativa desde el proceso de diseño y
durante su ejecución.
Los arquitectos Julián Franco y José Manuel Palao diseñaron el proyecto del BTE
respondiendo a soluciones técnicas de un problema de vivienda social, aportando
con su diseño una nueva tecnología constructiva aplicada a la vivienda social. Pero
la población que iba a ser la beneficiaria de estas viviendas nunca conoció cómo
iban a ser sus viviendas.
Cuando los habitantes de la Celsa fueron trasladados a sus nuevas casas, fue la
primera vez que las veían. Se enfrentaron al hecho de que sus chabolas
autoconstruidas, implantadas a escasos metros del BTE eran destruidas, mientras
se les presentaba su nuevo tipo de vida que inevitablemente les resultaba ajena.
Por otro lado, el grupo de Elemental, cumpliendo con las exigencias del programa
Chile-barrio, trabajó con la población durante todo el proceso. Los arquitectos y
directores realizaron talleres con los beneficiarios previos al diseño para entender
sus necesidades y su imaginario sobre las nuevas viviendas. Una beneficiaria
radicada en el actual barrio de la Quinta Monroy decía:” Y nos gusto mucho, desde
el principio nos enamoramos del proyecto (…) todos los días nos veíamos en este
cambio, en como se veía el futuro, se veía bien, y eso es como ahora”10
5: Conclusiones
El criterio de ubicación tiene que tomar en cuenta los factores sociales de los que
habla el derecho a la ciudad. Se trata de incorporar al espacio intervenido aquello
que facilite las dinámicas propias de quienes se beneficiarán de él. Es una forma de
reconocimiento de sus hábitos e incluso sus costumbres e identidades culturales.
El derecho a la ciudad, que parte de la idea del usufructo equitativo de las mismas,
apunta hacia el reconocimiento y consideración de los hábitos, expresiones y
prácticas culturales en los espacios urbanos. Una política pública de vivienda social
urbana debe priorizar, como lo ha hecho la Quinto Monroy, la radicación más que la
erradicación.
10
Documental de la Quinta Monroy, Iquique-Chile, https://vimeo.com/
Se debe incluir a los habitantes dentro de un espacio urbano consolidado, con un
equipamiento básico que debe ser accesible a todos los ciudadanos. Lo que
Aravena denomina lo irreductible. Este equipamiento básico consiste no solo en
servicios básicos sino también centros médicos, escuelas, espacios de recreación y
accesibilidad hacia el resto de la ciudad. Lo que está detrás de esto es una
concepción de la calidad de vida más amplia.
Por otro lado, son diversos los escenarios en los que ha quedado demostrada la
importancia de involucrar a la sociedad civil en procesos de política pública. La
arquitectura y el urbanismo no son diferentes en este sentido. Los proyectos
concebidos desde arriba, por técnicos y expertos que desconocen los aportes de los
pobladores, pueden no solo resultar poco útiles sino también, en el peor de los
casos, irrelevantes socialmente.
El lugar como criterio urbanístico en las políticas públicas habitacionales, debe ser
prioritario y debe, a su vez, contener la totalidad de elementos que componen un
proyecto. Su consideración incidirá directamente en el resto de decisiones que se
tomen durante el diseño y, posteriormente, incidirá en el tipo de vida que lleven
quienes ocupen esos espacios.
Si se pudiera resumir qué fue lo que más incidió en el éxito y fracaso de los
proyectos descritos, sería el lugar que en este caso se entiende desde la
importancia de su relación con la ciudad. Bajo las condiciones de análisis realizado,
se ha pretendido desarrollar una suerte de elogio del lugar en ese sentido,
rescatando la importancia de reconocer sus méritos y cualidades a la hora de
pensar en una vivienda comprendida más allá de una construcción inerte.
5: Referencias bibliográficas