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Para el desarrollo del tema relacionado con, guerra, ciencia y tecnología partiremos de una
pregunta a través de la cual buscaremos evidenciar algunos aspectos fundamentales del
tema en cuestión, la pregunta sería entonces:
Para abordar el tema en cuestión, a saber, ciencia , guerra y tecnología, se hace necesario
tener en cuenta que cuando hablamos de la guerra partimos de la premisa que ésta siempre
ha estado estrechamente relacionada con los avances tecnológicos y científicos, y de cómo
el desarrollo de estas investigaciones han tenido como propósito la concentración del poder
en pocas manos y la dependencia y sumisión constante de la mayoría de la población del
mundo conducidos por el poder político y económico de las clases dominantes.
Podríamos decir entonces que los avances de la ciencia y la tecnología han sido dos ramas
que hasta hoy han sobrepasado los límites del control político de los estados y a su vez se
han constituido en un arma para la guerra, pues, a través de ellas los estados más poderosos
han erigido sus más nefastos proyectos de dominación global. En este punto debemos
aclarar que no hablamos de manera específica de la utilización de la ciencia al servicio de la
humanidad sino más bien su utilización en relación directa con la guerra, en este entendido
podemos decir que los escenarios de guerra en la actualidad y a futuro, plantean poderosos
interrogantes, que no deben ser menospreciados. Los altos porcentajes de dinero que se
invierten año tras año en presupuesto militar, dan cuenta, como mencionábamos al inicio
del texto, de un afán imperioso, principalmente de las potencias occidentales en cabeza de
Estados Unidos de hacerse aún más dominadores del mundo (y del espacio exterior); lo
interesante de esto son las nuevas estrategias que se están llevando a cabo en aras de lograr
ejercer una mayor opresión sobre el mundo incurriendo en métodos más eficientes que no
involucren excedentes innecesarios de dineros.
Es solo bajo este panorama que se hace comprensible porqué aún en pleno siglo XXI
persiste la preocupación de países como Estados Unidos en promover y catapultar
gobiernos afines a sus ideales, fácilmente manipulables cuando se requiere que estos
implanten con lujo de detalles la ideología, la ciencia y la tecnología norteamericana. A
esto apuntan las nuevas manifestaciones de la política exterior de las grandes potencias:
Controlar las formas de actuar y el comportamiento de los individuos, esquivando en lo
posible (aunque existen excepciones, y muchas) operaciones militares de invasión, que
siempre pueden resultar engorrosas.
Sería válido también mencionar los peligros que afronta la libertad de los pueblos a causa
de la tenebrosa alianza entre militares, medios de comunicación y poderosas corporaciones
privadas. Frente a tan colosal poder los estados de por sí temerosos, evitan cualquier roce y
son tremendamente permisivos, dejando en plena desprotección a las gentes del común. Por
otro lado, no se puede desconocer que la historia del ser humano ha entrelazado
fatídicamente sus caminos con la guerra, lo que resulta fastidioso es que en un mundo que
se autoproclama protector de todas las formas de vida se sigan sucediendo hechos atroces
en que cientos de miles pierden sus vidas en beneficio de unos pocos que siempre están
ocultos.
1. La inteligencia de señales
- tecnología óptica: la cual se basa en el uso de rayos láser que emiten pulsos de gran
intensidad para provocar la destrucción de equipos electrónicos y ópticos, así como dañan
la visión de las personas.
Las consecuencias nefastas de lo que hemos visto en este trabajo en cuanto a la forma en
que la ciencia y la tecnología han sido utilizadas por los países hegemóneizantes para el
logro de sus objetivos de dominación global, se ven reflejados finalmente en la persistencia
de una carrera armamentista que absorbe cantidades alarmantes de una parte del
presupuesto de los estados y que podrían ser utilizados para fines que no sean las guerras
que consumen a los pueblos y que imposibilitan el ejercicio democrático a través de la
emancipación social y que pudiera conllevar a la solución de muchos de sus problemas
socioeconómicos, no se necesita ir muy lejos en el análisis para determinar cuáles seria
dichos problemas, estos se revisten en graves problemas de alimentación, falta de vivienda
y trabajo digno, además de la grave crisis ecológica mundial y de la posible aparición de
tipos nuevos y más terribles de armas de destrucción en masa etc.
Para concluir podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la ciencia y la tecnología han
sido elementos clave de competencia entre las economías nacionales que dependen cada
vez más de los resultados de estas y de su nivel de desarrollo, su competencia se basa en la
producción de nuevas y mejores armas, que se definen por su nivel de capacidad
destructiva sobre un enemigo posible, todo esto bajo el marco ya mencionado de la
necesidad de una mayor inversión económica para la compra o elaboración de dichas
armas, cuestión que genera como una de sus graves consecuencias, el hecho de ser esta
inversión una carga para la economía nacional, que, para sostener dichos gastos buscan
sostenerse a través de la explotación de ciertos minerales vitales y renovables tales como el
petróleo “ dicho de otro modo, están agotando recursos no renovables con los efectos
bélicos sobre el medio ambiente, la lección de Viet Nam sugiere claramente que la moderna
tecnología militar es especialmente destructiva, no solamente de seres humanos sino
también de suelos, bosques y cultivos y otros elementos del medio ambiente”