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La percepción es un proceso fundamental en la vida cotidiana de los seres humanos, ya que

nos permite interpretar y comprender el mundo que nos rodea a través de nuestros sentidos. A
continuación, se presentarán cinco ejemplos de percepción:

1.

**Percepción visual**: La vista es uno de nuestros sentidos más


importantes, y a través de él percibimos el mundo que nos rodea. Un ejemplo de percepción
visual es la capacidad de reconocer a una persona por su rostro, identificando sus rasgos
característicos como los ojos, la nariz y la boca.

Ejm

 Las neuronas fotorreceptoras en la retina convierten la información en señales eléctricas.


 Estas señales viajan al cerebro, donde se interpreta la imagen.
 La percepción visual, permite discriminar e interpretar los estímulos externos (lo
que transmite la retina) para relacionarlo con conocimientos previos del
individuo como también con el estado emocional del mismo.

Sin embargo, el ojo no sólo es responsable de enviar la información al cerebro para su


procesamiento visual, sino que permite que el cerebro procese la información con
rapidez. Gracias a la información enviada por la retina, el cerebro es capaz de
transformar esos efectos de luz y recrear la realidad externa… brindar significado a lo
que los ojos transmiten.

2. **Percepción táctil**: El sentido del tacto nos permite sentir la


textura, la temperatura y la presión de los objetos que tocamos. Un ejemplo de percepción
táctil es la capacidad de distinguir entre diferentes superficies, como la suavidad de la seda o la
rugosidad del papel de lija.
Se ha preguntado alguna vez cómo las yemas de sus dedos
pueden reconocer una moneda en el fondo del bolsillo? ¿O
cómo sus dedos son capaces de distinguir el límite entre
dos teclas del ordenador y accionar la que corresponde
con precisión? Estas habilidades forman parte del llamado
tacto fino, el encargado de proporcionarnos detalles sutiles
sobre la forma de los objetos sin necesidad de que
intervengan otros sentidos, como la vista, para saber qué
estamos tocando.

En concreto se encargarían de transformar la presión en


estímulos eléctricos que puedan viajar al cerebro. Estas células
receptoras de la piel forman un “equipo” inseparable con las
terminaciones nerviosas que hacen posible que las yemas de
nuestros dedos o nuestra boca, dos zonas ricas en células de
merkel, tengan una sensibilidad tan acusada y precisa.

3. **Percepción auditiva**: A través del sentido del oído,


percibimos los sonidos que nos rodean y somos capaces de interpretarlos. Un ejemplo de
percepción auditiva es la capacidad de reconocer una canción por su melodía o de identificar la
voz de una persona.

Ejm

 Afecta diferentes regiones del cerebro, incluyendo las involucradas en el movimiento, la


atención, las emociones y la memoria.

1.
o Escuchar música puede evocar recuerdos, reducir el estrés y mejorar el bienestar
mental.

Cuando escuchamos sonidos, las ondas sonoras viajan del oído externo, a través del oído medio
hasta el oído interno, donde las vibraciones estimulan a miles de diminutas células ciliadas. Las
células ciliadas del oído interno envían impulsos eléctricos a los nervios auditivos que conectan
con el centro auditivo del cerebro, donde los impulsos eléctricos se perciben como sonidos. El
cerebro convierte estos impulsos en sonidos que podemos reconocer y comprender.
El cerebro convierte los impulsos que recibe a través del oído en sonidos que podemos entender.
Asimismo, el cerebro discrimina los sonidos relevantes del ruido de fondo y amplifica el el
volumen de nuestra propia voz. Por último, investigaciones recientes indican que el cerebro
también tiene un papel fundamental en relación con el tinnitus.

Asimismo, el cerebro se activa para discriminar los sonidos relevantes del ruido de fondo.
Nuestro cerebro puede filtrar los sonidos no deseados para que nos podamos concentrar en lo
que estamos escuchando. Algunos estudios indican que la actividad cerebral es mayor en el
hemisferio izquierdo del cerebro cuando se trata de discriminar los sonidos del ruido. Es decir,
la capacidad de concentrar la audición en un hablante o sonido e ignorar lo irrelevante, o “efecto
cocktail party”, tiene lugar en la parte izquierda de nuestro cerebro.

Las personas que tienen dificultad para seguir una conversación o


desarrollan problemas con las capacidades de la memoria y el
pensamiento deberían hacerse revisar la audición. La pérdida de la
audición relacionada con la edad puede estar vinculada a un riesgo más
alto de deterioro cognitivo

Varios estudios grandes han demostrado que las personas que sufren
algún grado de pérdida de la audición, incluso en la mediana edad,
tienen más riesgo de desarrollar demencia al pasar la vida.

«Puede ser que realmente haya un efecto sobre el cerebro. Algunos


estudios han demostrado que cuando alguien pierde la audición durante
el transcurso de varios años, ciertas partes del cerebro pueden en
realidad ser más pequeñas, en particular el lóbulo temporal que participa
en la audición, pero también en el lenguaje y la memoria», señala el
Dr. Petersen.
Puede también ser que la pérdida de la audición derive en aislamiento
social, lo que puede llevar a más riesgo para demencia.
El Dr. Petersen recomienda revisar la audición cada dos o tres años,
especialmente cuando hay señales de que está deteriorándose. Entre
esas señales están el tener dificultad para escuchar conversaciones,
especialmente en salas muy concurridas, y pedir con frecuencia a los
demás que repitan lo que dijeron.
«Creemos que si se mejora la capacidad de oír en la gente, la pérdida
cognitiva pertinente podría, en realidad, ser más lenta con el tiempo»,
Para que la audición se lleve a cabo, las ondas vibratorias viajan a través del oído
externo por el pabellón auditivo hasta llegar al tímpano. Desde aquí, la cadena de
huesos, formada por el martillo, el yunque y el estribo, recibe esta vibración y la
envía al oído interno, donde la cóclea estimula las células ciliadas del oído
interno que envían impulsos eléctricos a través de los nervios auditivos hasta
llegar al cerebro.
La precisión y complejidad del cerebro le permiten distinguir los ruidos de fondo
de la voz de nuestro interlocutor en una conversación. De esta manera, el cerebro
actúa de filtro y se concentra para prestar toda la atención a la voz de la persona
con la que estamos conversando. Cuando la audición se da de manera correcta
el cerebro también es capaz de amplificar el sonido de nuestra propia voz en
una conversación con ruido ambiente.

que el cerebro se reorganiza cuando se padece una hipoacusia, aunque esta


sea leve. Los investigadores utilizaron escáneres para analizar el cerebro de
personas con pérdida auditiva y descubrieron que al poco tiempo de
presentarse la hipoacusia el resto de los sentidos empezaron a ganar relevancia.
Los escáneres mostraban la activación del lóbulo frontal, donde encontramos
la memoria, cuando estas personas se preparaban para escuchar sonidos.

Los problemas auditivos pueden provocar el aislamiento y la incomprensión de la


persona afectada.
Un estudio del Consejo Nacional sobre el Envejecimiento demuestra que una
persona con pérdida auditiva sin tratar tiene un 50% más de riesgo de
padecer depresión que si utilizara audífono. Otras investigaciones se hacen
eco de los trastornos emocionales o de conducta que pueden llegar a
desarrollarse vinculados a la hipoacusia.

En conclusión, la audición necesita al cerebro para funcionar correctamente y la


salud mental puede verse afectada por una pérdida auditiva. Por eso, debemos
prestar mucha atención a nuestra salud auditiva vigilando nuestra higiene y
sobre todo realizar exámenes periódicos que nos confirmen si se ha producido
algún cambio en nuestra audición.
4. **Percepción gustativa**: El sentido del gusto nos permite
percibir los sabores de los alimentos que ingerimos. Un ejemplo de percepción gustativa es la
capacidad de distinguir entre el dulce, el salado, el ácido y el amargo al probar diferentes
alimentos.

Ejm

 se basa en más de 10,000 papilas gustativas en la lengua.


 Los sabores básicos incluyen dulce, salado, amargo, ácido, picante, astringente, adiposo y
umami.
 Las papilas gustativas envían señales al cerebro para que experimentemos el sabor.

Si percibe el sabor general como agradable, el cerebro desencadenará


el aumento de la producción de saliva y jugos gástricos, ayudando en
la digestión y haciendo la comida aún más deliciosa.

Antes de nada, hemos de ser conscientes de que no solo saboreamos los


alimentos en la boca. Cierto es que las papilas gustativas son muy
importantes, de ahí la relevancia de la lengua y el paladar. Pero el responsable
de transformar todas esas sensaciones que, además del gusto, recibimos es el
cerebro.

De ahí que la comida sea mucho más que el sabor en boca, puesto que antes
de nada entra por los ojos. La percibimos por la vista, nos huele bien o mal a
través del olfato y ya solo estos dos factores pueden determinar que nuestro
cerebro procese esa información y la rechace o que se muera de ganas por
pegarle un bocado. Entonces, influirá tanto el sabor como la textura y
el sonido. No podemos olvidar las sensaciones que nos provoca esa comida
crujiente o la suavidad de esa crema sin grumos.

Pero todo eso funciona así cuando prestamos atención a lo que comemos.
Como en todas las facetas de nuestra vida, si
nuestro cerebro está concentrado en algo lo asimila e interpreta mejor. Por
ello, esa percepción del gusto está sujeta a modificaciones y cambia según el
estado en que nos encontremos.
Por ejemplo, cuando estás en una comida o cena de trabajo y los nervios te
acucian, no disfrutarás de la comida ni la percibirás en su justa medida, puesto
que tu cabeza estará centrada en otra cosa. De igual modo, cuando pasamos
un proceso de duelo, es habitual que comamos lo que comamos los alimentos
no nos sepan a nada e incluso nuestros favoritos no nos provoquen el mismo
placer que solían hacer.
Además, nuestro cerebro influye tanto en lo que comemos como en la
cantidad que ingerimos. Y es que en él está el centro regulador del apetito.
Por ello, es el que nos avisa si necesitamos comer porque hemos quemado ya
todas las calorías que hemos consumido y es el que nos envía esa sensación
de saciedad para que nos detengamos porque en caso contrario comeríamos
de más.
Pero no solo eso, el cerebro también nos avisa de qué es lo que quiere comer y
qué sabores prefiere en determinado momento, porque determinadas
sustancias lo activan de distintas formas. Esto conlleva algunos riesgos, puesto
que puede producirse una adicción a ciertas comidas. Ejemplo de ello son
los hidratos de carbono refinados, que incrementan en el cerebro la
dopamina, la serotonina, las endorfinas y los opioides, que provocan efectos
placenteros y sedantes, así que si te excedes en su consumo, estarás
provocando que el cerebro cada vez te pida más, con un considerable riesgo
para tu salud.

Si estamos estresados, el cerebro va a influir en el sabor y en la elección de


los alimentos, pues nos va a pedir alimentos ricos en grasas saturadas y
aquellos otros que nos produzcan bienestar instantáneo, al igual que si
estamos desanimados o bajos de energía.

Aquí tiene un importante papel la hormona del bienestar: la serotonina. Si


los niveles de esta están bajos, el cerebro nos mandará la orden de comer algo
para subirlos rápidamente y para ello nos apetecerán alimentos
dulces, snacks, zumos envasados y chocolate, los mencionados hidratos de
carbono refinados. Sé comedido a la hora de tomarlos y no abuses de ello. Tu
salud te lo agradecerá.

5. **Percepción olfativa**: A través del sentido del olfato,


percibimos los olores del entorno y los asociamos con diferentes sensaciones. Un ejemplo de
percepción olfativa es la capacidad de identificar el aroma de una flor o el olor a comida
cocinándose en la cocina.

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 Las partículas aromáticas en el aire llegan a las fosas nasales y se disuelven en las
mucosidades.
 Las células olfatorias en la nariz detectan los olores y transmiten la información
al bulbo olfatorio (centro de procesamiento de olores).

 El sistema límbico está asociado a las emociones y conecta los olores con recuerdos y
sensaciones.

El olfato es el único sentido que tiene vía directa hacia las áreas del
cerebro implicadas en la memoria y las emociones.
El sentido del olfato es, sin duda, nuestro mayor aliado para hacer frente al mundo
que nos rodea. Nos sirve para relacionarnos con el medio. Los olores nos alertan,
nos hacen huir o atacar, nos conectan con momentos de nuestro pasado y nos
hacen revivir sentimientos y emociones. Cuando nacemos, lo primero que
hacemos es seguir el rastro de la leche materna. Y, gracias a él, somos capaces de
relajarnos solo con oler a nuestra madre. Así pues, podemos afirmar que el olfato
es un sentido intrínsicamente relacionado con el instinto de supervivencia.

A menudo no le damos importancia y únicamente lo valoramos cuando lo


perdemos, como cuando tenemos la nariz tapada: entonces, la comida no sabe a
nada.

Una vez los recuperamos, recobramos el apetito y nos sentimos más positivos y
con energía renovadas. Pues los olores son capaces de activar todas las
regiones emocionales del cerebro;

AROMACOLOGÍA: NEUROCIENCIA DEL


OLFATO
La aromacología es una ciencia desarrollada desde 1989 por el Sense of
Smell Institute (SSI) que se dedica al estudio de la interrelación entre la
psicología y los olores. Las teorías de la aromacología tienen una sólida
base neurobiológica que establece relaciones verificables mediante la
experimentación, y se expresa cuantitativamente. Dicha ciencia sólo está
relacionada con los efectos temporales de una fragancia sobre los
sentimientos y emociones, y con los efectos que se dan mediante la
estimulación de las vías olfativas en el cerebro, especialmente en el sistema
límbico. Utiliza como indicadores la actividad eléctrica en el cerebro, el
ritmo cardíaco, la conducción de la piel, los cambios en las funciones
cognoscitivas tales como la memoria y el comportamiento voluntario e
involuntario, ante estímulos de los diferentes aromas que pueden ser
agradables o desagradables.
Algunos de los resultados de las investigaciones en aromacología son los
siguientes:

 Ondas cerebrales: el aroma de jazmín incrementa las ondas


beta que se presentan con mayor frecuencia en estados de
concentración o de alta emotividad; mientras que el aroma a
sándalo y pino aumentan la generación de ondas alfa, que es
la frecuencia cerebral dominante en estados de relajación.
 La presión arterial baja con el aroma de nerolí y valeriana.
 La micro vibración es un fino temblor observado en los
animales de sangre caliente influenciado por la tensión
muscular. Este indicador disminuyó con los aromas de naranja
y lavanda. Los aromas de jazmín, manzanilla y almizcle
aumentaron la micro vibración y con ello, la tensión muscular.
 Constricción vaso periférica, asociado al estrés psicológico.
El jazmín y la pimienta tienen efectos relajantes.
 Ritmo cardíaco: la desaceleración del ritmo cardíaco se
favorece con los aromas dulces, en especial con el de rosas.
Con el aroma de limón se desacelera debido a una mayor
concentración ante un estímulo de alerta, la mente se anticipa.
 Capacidad de respuesta: el jazmín reduce el tiempo de
reacción ante una decisión mientras que la lavanda lo
aumenta.
 Pruebas de aprendizaje: los aromas que resultaban
agradables a los participantes aumentaron la capacidad de
memorizar. Eran limón, eucalipto y lirio. También se encontró
que la lavanda, la rosa y la naranja aumentan la relajación
mental mientras que el jazmín, la manzanilla y el almizcle
estimulan la mente.
 Otras pruebas demostraron que el aroma de heliotropo
reduce el estrés y la ansiedad.
 Los aromas agradables permiten recordar momentos
placenteros, mientras que los desagradables inhiben estos
recuerdos. Además, los cambios en las cualidades
emocionales inducidos por los aromas han sido aprendidos
como resultado del contexto en el cual fueron inicialmente
experimentados.
AROMACOLOGÍA vs. AROMATERAPIA
Es posible que, de entrada, no podamos distinguir entre “aromacología” y
“aromaterapia” porque ambas tienen que ver con aromas, usan aromas
para crear ambientes especiales y estudian los efectos del aroma en las
personas. Para intentar esclarecer las diferencias, hemos hecho este
pequeño cuadro:

AROMACOLOGÍA
 Concepto basado en datos científicos y sistemáticos, en
condiciones controladas
 Establece los efectos de los aromas en el comportamiento
humano, a través de experimentos científicos reproducibles
 Abarca solamente los efectos en el cerebro de los estímulos
olfativos
 Combina aromas naturales y sintéticos
AROMATERAPIA
 Concepto basado en el uso tradicional de aceites esenciales y
hierbas
 Establece los efectos terapéuticos basados en el uso ancestral
 Introduce los aceites esenciales en vías sanguíneas por
ingestión, absorción de la piel, vaporizaciones o compresas
 Solo usa ingredientes naturales, imposible de sintetizar en el
laboratorio

En conclusión, la percepción es un proceso complejo que nos permite interactuar con nuestro
entorno a través de nuestros sentidos, permitiéndonos interpretar y comprender el mundo que
nos rodea de manera significativa.

NOTAS :

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