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POLICÍA DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA

DIRECCIÓN GENERAL DE RECURSOS HUMANOS


DIRECCIÓN DE FORMACIÓN PROFESIONAL
ESCUELA DE SUBOFICIALES DE POLICÍA “GENERAL MANUEL BELGRANO

ANALISIS Y ACTUACION FRENTE AL DELITO

NIVELACION DE CONTENIDOS Y EQUIVALENCIAS DE LA


TEC. SUP. EN ACTUACIONES POLICIALES

PROGRAMA DE LA ASIGNATURA.

1. FUNDAMENTACION:
El análisis delictual es una actividad determinante en el éxito de las estrategias
de reducción del delito y en el direccionamiento de los esfuerzos que realizan
policías, ministerios públicos, gobiernos nacionales y locales. Un buen y
oportuno análisis del delito augura éxito y una acción eficaz de las instituciones
responsables en cada campo.
El análisis delictual agrega valor a la tarea de las instituciones, es decir, a la
cadena de coproducción de la prevención pre y postdelictual (persecución
penal). Sin duda, mal podría avanzarse en la promoción de esta labor, sin
apostar a generar estándares de trabajo, capital humano, estructuras y
condiciones organizacionales óptimas, factores que son claves para un mejor
provecho de los productos de la ciencia del delito. Desde comienzos de esta
década, el análisis del delito ha ganado cada año mayor protagonismo y
despertado mucho interés en organismos públicos y privados, dejando de ser
una tarea que —de manera tradicional y reduccionista– se entendía como una
función casi exclusiva de la policía.
El vínculo entre análisis delictual y gestión impacta desde el momento de la
recolección de los datos: el analista puede y debe reunir antecedentes no sólo
para monitorear el crimen y las incivilidades, sino también lo que su organización
hace, describiendo cómo esto impacta sobre el problema a reducir. Así, hoy el
análisis se vincula con la necesidad de estrategias de reducción apoyadas en
evidencia científica sobre qué funciona o sirve y qué no.
Un buen análisis ayuda a las estrategias de las organizaciones de seguridad y
de justicia para intervenir estructuralmente ciertos fenómenos criminales y
vincular casos a través del examen de modus operandi y perfiles de las víctimas
y victimarios
El crecimiento de la violencia y la inseguridad ciudadana es un fenómeno social
de gran trascendencia que está afectando la vida de las personas a nivel
mundial. No obstante, los niveles en que se expresa este fenómeno no son
homogéneos. Ello ha generado un extenso debate alrededor de este complejo
tema, que busca dictaminar las causas y posibles consecuencias de las múltiples
violencias que aquejan nuestras sociedades. De igual manera se ha considerado
necesaria la construcción de redes sociales e institucionales que aporten y
refresquen conocimientos desde, distintos lugares, perspectivas y enfoques para
un mejor entendimiento de la naturaleza del fenómeno. Paralelamente, en este
siglo nos enfrentamos a una escalada creciente del discurso sobre seguridad,

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relacionado principalmente a problemas como la violencia urbana, la


delincuencia organizada y el terrorismo internacional.
En el marco del nuevo plan de estudios, para la Tecnicatura Superior en
Actuaciones Policiales, destinado a suboficiales de la Policía de la Provincia de
Córdoba. Esta catedra abordará, desde su especificidad disciplinar
correspondiente, al análisis delictual y la actuación policial frente al delito con
una mirada multidisciplinaria de la Seguridad , que se aboca al tratamiento de la
seguridad ciudadana, lo que se hace necesario abordar una exploración
académica de características particulares, que tenga como objeto de estudio,
las teorías sobre el análisis del Delito, en toda su expresión, como aporte
necesario y vital para la prevención e investigación del delito en el campo de la
Seguridad Ciudadana
El cursado de la asignatura se desarrollará en dos ejes relacionados. El primer
eje se basa en una introducción al análisis del delito y los conceptos de delito-
delincuente- pena- víctima y conocimientos básicos que debe conocer en su rol
cualquier egresado de la carrera en cuestión.
Mientras que el segundo eje se articula, la actuación policial, con las diferentes
estrategias de prevención del delito, como la institución policial adapta sus
estructuras para una óptima prevención .La sociedad de hoy en día precisa
cuerpos policiales1, capaces de plantear sus funciones desde una administración
moderna, eficaz y orientada al servicio del ciudadano, para un cuerpo policial
moderno y que, sin equipos interdisciplinarios y modelos de trabajo mejorados,
apoyando estrategias óptimas y probadas, entonces aumenta la probabilidad de
fracaso la interacción con el entorno, la integración con el tejido social, su
sistema de valores, en definitiva constituyen elementos vitales, que durante el
cursado los alumnos deberán reconocer pues constituyen elementos vitales esta
Institución policial,como el que está impulsando el gobierno Provincial.

2.OBJETIVOS GENERALES:
-Analizar e identificar modos de operación criminal.

-Establecer líneas de investigación policial a partir del análisis de la información


de la estructura y los modos de operación criminal.

-Conocer la importancia para la Institución de la recopilación de información en


lugares públicos para evitar los fenómenos delictivos.

- Definir el proceso de implementación y evaluación de estrategias de


prevención del crimen.

-Conocer cómo se colabora y apoya a la investigación policial mediante la


captación, clasificación y análisis de información generada, en tiempo real

1
Arslanian León, Un Cambio posible, Ed. Edhasa 2008, Buenos Aires, Argentina

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3. CONTENIDOS:
UNIDAD NÚMERO UNO: “Análisis del Delito”
Definiciones-Los datos en el Análisis del delito- Funciones del análisis del delito-
Análisis Táctico del Delito- Análisis Estratégico del Delito- Análisis Administrativo
del delito-Análisis del delito según los modelos policiales-Estudio del delito-
Teorías explicativas del delito: Psicológicas, Sociológicas, Ecología del delito-
Estudio de la Criminalidad- Estudio de la Victima del delito-Victimología

UNIDAD NÚMERO DOS: Actuación Policial y Estrategias de Prevención del


Delito
Concepto de Prevención-Clasificación de la Prevención: Situacional, Social,
Comunitario, del Desarrollo-La actuación policial en la Prevención del Delito-
Evolución de la Vigilancia policial- los criterios de la vigilancia policial tradicional-
Cimientos de la Policía y Prevención del Delito-la actuación policial orientada a
la Resolución de Problemas- La integración de otras funciones en la prevención
policial

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UNIDAD N° 1:

Análisis del Delito


Existen varias definiciones de análisis del delito dependiendo de los autores,
escuelas y países; aún así nos basaremos en dos de ellas:
El Análisis del delito: se define como un conjunto sistemático de procesos
analíticos dirigidos a proveer información oportuna y pertinente relativa a
patrones criminales y a tendencias de correlación que permitan asistir al personal
operativo y administrativo en el despliegue en el planeamiento del despliegue de
recursos para la prevención y supresión de las actividades delictivas, auxiliando
en el proceso investigativo e incrementando la resolución de casos delictivos.
Dentro de este contexto el análisis del delito interviene una determinada cantidad
de funciones policiales, incluyendo el despliegue de las patrullas, las
operaciones especiales y unidades tácticas, de investigaciones, de planeamiento
y análisis, prevención del delito y servicios administrativos 2.
La Segunda definición establece como:
El Análisis del delito: Describe las técnicas y procesos empleados para estudiar
los patrones, tendencias delictivas, la forma en que afectan a una determinada
jurisdicción policial y como la policía responde ante las mismas 3
La primera de estas definiciones es también elegida por uno de los autores
modernos del análisis del delito4,
Por otro lado, la segunda definición se corresponde con un intento de
simplificación llevado a cabo por la Asociación Internacional de Analistas del
Delito (IACA en sus siglas inglesas). Ahora bien, dado que la primera definición
presentada es en principio demasiada larga y la segunda demasiado breve,
consideramos que una adecuada síntesis entre ambas sería:
El Análisis del delito: Es el estudio sistemático del delito y de los problemas
derivados de los desórdenes públicos al igual que otros temas policiales
incluyendo factores sociodemográficos, espaciales y temporales- que le permite
a la policía la resolución de problemas, la reducción de delitos y los desórdenes
públicos, la Prevención y Evaluación.
Estudiar implica ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender algo,
implica entonces tratar de descubrir los hechos o verdades sobre algo, investigar,
examinar detenidamente y/o escrutar. Es así como el análisis del delito no es
casual ni anecdótico, sino que requiere la aplicación de procedimientos de
recolección de datos propios de las ciencias sociales, métodos analíticos y
técnicas estadísticas, en el cuál se emplean datos cualitativos como
cuantitativos.

Los Datos en el Análisis del Delito: A pesar de que muchas características de


los delitos y desórdenes son relevantes en el Análisis del Delito, las tres clases
más importantes de datos que emplean los analistas son:

2
Criminal Apprehensión , Program Guidelines (Sacramento CA, Office of criminal justice Planning 2012
Pag8.
3
International Association of Analysts
4
Steven Gottlieb, “Crime Analisys”.

4
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-Datos Sociodemográficos: Es decir las características personales de los


individuos y grupos tales como sexo, ingresos mensuales, edad, educación,
trabajo.
-Datos Espaciales: La naturaleza espacial del delito y de los temas policiales es
central en el correcto entendimiento de la naturaleza de un problema en el
análisis del delito. Los más recientes desarrollos en criminología han alentado a
los analistas al estudio de los patrones geográficos del delito, examinando las
situaciones en las que victimas y delincuentes se encuentran en el mismo
espacio y tiempo.
-Datos Temporales: La naturaleza temporal del delito, desórdenes y otros temas
de intervención policial. Es así como se debe preocupar el analista por el estudio
de los patrones a largo plazo en las tendencias delictivas de los últimos años, la
naturaleza estacional del delito e inclusive los patrones mensuales (ciclos,
estacionalidad, tendencia), son componentes centrales del análisis de series
temporales).
Asimismo, debe prestar atención a los patrones de mediano plazo, tales como
los días de la semana, hora del día o la secuencia temporal de los eventos dentro
de una serie delictiva.
La parte final de la definición sostiene que para asistir a la policía en la
aprehensión de delincuentes, la reducción de los delitos y desórdenes, la
prevención delictiva y evaluación, , es decir se trata de un resumen de los
objetivos particulares del análisis delictivo. El objetivo final es la “Evaluación”,
para la evaluación se trabaja en dos áreas principales:
a) Cuán efectivamente se administran los recursos (conducción,
gerenciamiento) de las organizaciones policiales.
b) El nivel de éxito, en el un tiempo previsto, de los programas e iniciativas
para controlar y prevenir el delito y el desorden.

Problemas delictivos, desórdenes-otros temas policiales


(Con énfasis en factores sociodemográficos, espaciales y temporales)

ESTUDIO SISTEMATICO
(Datos y métodos cualitativos y cuantitativos)

Resolución de Conflictos

Aprehensiones Evaluación
Investigaciones

Prevención del Delito Reducción del Delito y


Desórdenes

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Funciones del Análisis del Delito.

Ahora bien, las funciones del análisis del delito se asignan a cuatro categorías:
1- Análisis Táctico del Delito
2- Análisis Estratégico del Delito.
3- Análisis Administrativo del Delito, y
4- Análisis de Operaciones según los modelos policiales.

Análisis Táctico del Delito:


Describe la identificación y análisis de patrones y series delictivas existentes o
emergentes, incluyendo series y zonas criticas o calientes, los objetivos del
Análisis Táctico del delito son:
a) Identificar tan pronto como sea posible patrones de series delictivas.
b) Completar un análisis comprensivo de cualquier patrón delictivo.
c) Notificar al personal operativo de la existencia de los patrones y series
delictivas.
d) Trabajar con el personal operativo en el desarrollo de mejores estrategias
para tratar estos patrones delictivos.
Se trata de un “Proceso Diario”, que forma la principal prioridad de cualquier
análisis del delito. Es, el proceso orientado a la acción dado que su principal meta
es ayudar al personal operativo en el proceso de intervención rápida y efectiva
en la prevención del delito.

Análisis Estratégico del Delito

El análisis Estratégico se focaliza en las tendencias los problemas y sus causas


y problemas, las tendencias delictivas son incrementos o decrementos a largo
plazo de volúmenes delictivos o cambios en las características de un
determinado delito en un largo periodo de tiempo. En la practica cotidiana de los
análisis del delito las tendencias no se discuten en plazos cortos, el tiempo
mínimo es de un mes en adelanten y no más largos que una década , las causas
y las tendencias que de ellas derivan son los usualmente “llamados problemas
delictivos”.
La respuesta policial a una tendencia no es la inmediata movilización de agentes
a una acción táctica. La mayoría de las respuestas funcionan bien con patrones
y series no con tendencias. Cuando la policía se enfrenta a una tendencia, trata
de emplear estrategias de Resolución de Problemas y políticas que tendrán
impacto a largo plazo.
Y en general las tendencias se resuelven mejor mediante las estrategias que
reducen la deseabilidad de los objetivos o que reducen la oportunidad en
oposición a estrategias de simplemente aprehender al delincuente.

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Análisis Administrativo del delito


Se trata en rigor de una categoría amplia, que incluye una colección de reportes
administrativos, estadísticos, investigativos y otros proyectos no focalizados en
la reducción o eliminación inmediata a largo plazo de un patrón o tendencia, se
trata en esencia de la comunicación a los gestores de información referidas al
delito y a la institución policial.

Análisis de Operaciones Policiales


Describe el estudio de las operaciones policiales propios de la estructura de
institución policial, incluye, por lo tanto la distribución de los recursos humanos,
materiales, geográficos organizacional y materialmente y como estas
operaciones tienen una mayor influencia positiva sobre el delito y las incivilidades
sociales, en el área de competencia territorial de esa agencia policial.

Los Procesos de Análisis del Delito

El análisis del delito involucra una serie de pasos (procesos) encadenados:

Recolección de Datos: Es la obtención y recopilación de datos no procesados,


que incluyen, pero no se limitan a los reportes de delitos (denuncias, actas,
llamadas etc.) y los datos de los delincuentes conocidos. Este paso esta
fuertemente con el almacenamiento de datos. En la mayoría de las agencias
policiales hay personal que ingresa datos de los eventos delictivos en sistemas
informáticos.
Por lo tanto, las políticas que dictan los procedimientos de ingresos de datos al
igual que el cuidado que tengan los individuos que ejecutan esos procedimientos
son cruciales para el análisis del delito, dado que afectan tanto la cantidad como
la calidad de la información y del análisis subsiguiente.

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El Proceso de recolección de datos requiere básicamente:


1-Los datos deben ser recolectados en forma consistente y exacta.
2-Solo los datos apropiados para el análisis del delito deben ser compilados.
3-Los datos deben ser reunidos en el tiempo y forma ocurrido (es decir no seis
meses después de ocurrido)
4- los datos deben ser almacenados por un periodo determinado de tiempo, para
permitir un análisis satisfactorio.
5-Los datos deben ser accesibles en su forma, sin procesar, de manera tal que
puedan ser y analizados conforme a las necesidades del analista.

Ordenamiento y Filtrado:
Es la indexación, ordenamiento, almacenamiento y administración de los datos
no procesados que permita una extracción directa y rápida de los mismos para
su análisis. Dado que los sistemas informáticos policiales usualmente no están
diseñados para facilitar el estudio, los analistas deben cambiar los datos de
manera tal que sean útiles esencialmente hay tres formas de hacerlo:
1- Limpieza: Corrección de errores e inconsistencias de datos.
2- Geocodificación: Es decir el proceso de espacialización de datos de
manera tal de la incorporación del componente geográfico y permitir
posteriormente el análisis delictual espacial.
3- Creación de Nuevas Variables: Proceso de recodificación de datos a partir
de los ya existentes (por ejemplo la creación de categorías de delitos o el
cálculo del tiempo de respuesta policial.

Análisis de Datos:
Incluye varios procesos de datos y esquemas de organización que permitan en
esencia la identificación de “patrones” y “series”. Obviamente incluye el uso de
muchas técnicas o metodologías estadísticas (algunas de ellas abordaremos en
la próxima unidad), y de visualización diferentes, que exceden
considerablemente el espacio disponible para este recorte de datos, y que en
rigor ameritan directamente varios libros sobre el particular.
Asimismo, el analista no está consciente de los problemas de los datos hasta
que comienza el análisis. Cuando esto pasa, muchas veces debe volver a los
pasos de reunión y ordenamiento para mejorar la forma en que los datos se
reúnen, almacenan u ordenan. Esto es lo que algunos autores denominan sub-
ciclo de modificación de datos y obviamente surge del hecho que el análisis del
delito no es un proceso lineal sino más bien permanentemente tiene avances y
retrocesos, modificaciones y continuidades

Desarrollo de Estrategias:
Es cuando el analista cede el control directo en base a la información sobre la
criminalidad a la policía, para que estos desarrollen las estrategias
correspondientes, aún así el analista retiene el interés por la información a fin de
esta sea bien empleada e interpretada y alienta a la toma de decisiones.
Las estrategias que se basan en la prevención del delito , son aquellas que hacen
más difícil cometer el delito, son las que trabajan con la motivación y sus
ganancias esperadas:
-Endurecimiento del objetivo (Alarmas, rejas,)
-Control de accesos y salidas.

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-Desvió del delincuente (por Ej. Desvió de calles).


-Control de armas y herramientas (Control de ventas).
Estrategias que se basan en la prevención del delito, mediante el incremento del
riesgo percibido por parte del delincuente.
-Extensión de los patrullajes a pie por parte de la policía.
-Mejorar la vigilancia natural o del espacio.
-Empleo de administradores del lugar que entiendan de Seguridad Ciudadana.
-Empleo de Vigilancia formal (por ejemplo, cámaras de Circuito cerrado)
-Reducción del anonimato social.
Estrategias que se basan en prevención del delito mediante la reducción de
ganancias (recompensas) por sufrir la comisión de un delito (son estrategias que
reducen el valor del delito mismo).
Estrategias que se basan en la prevención del delito mediante la reducción de
las provocaciones que recibe el delincuente para la comisión de los delitos (son
estrategias que intentan cambiar las condiciones sociales y ambientales de
manera que disminuyan el potencial conflicto y las tentaciones).
Estrategias que trabajan con la motivación del delincuente, focalizándose en la
remoción de las excusas para delinquir como por ejemplo: 1) establecimiento de
reglas. 2) publicación de instrucciones (cartelería vial). 3) construcción de
conciencia. 4) control de drogas y alcohol.

Recomendaciones y Diseminación:
Incluye aquellas recomendaciones fundadas en el análisis de datos y el proceso
de distribución de las mismas, ya sea en forma verbal o escrita, dentro de la
propia organización o en la relación con organizaciones externas y publico de
una manera oportuna y pertinente. El analista debe mantener dos
consideraciones importantes cuando se comunica los resultados del análisis
delictual: a) la presentación se debe ajustar al conocimiento de la audiencia
particular. b) la presentación de los resultados debe incluir solo la información
necesaria, es decir, debe centrarse en los resultados, en la pertinencia e
información necesaria, porque obviamente, todo trabajo de análisis esta sujeto a
examen y contrastación.

Feedback (retroalimentación)
Es en esencia información resultante del establecimiento de procesos de
comunicación, formales y/o informales, implementados para determinar la
exactitud, confiabilidad, validez, oportunidad y utilidad general de la información
y servicio del análisis del delito.

Evaluación
Es el control detallado de los cambios que resultan de la implementación e
identificación de los factores controlables, considerados causales de ese cambio.
En esencia implica la determinación de la efectividad, tanto del producto analítico
como de las respuestas operativas impulsadas por los resultados del análisis.
Muchas veces se lo denomina “el paso olvidado” pero es demasiado importante
como para dejarlo sin observar y en manos únicamente de los analistas. La

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policía junto a los analistas e interesados en la cuestión criminal, examinaran


periódicamente los programas de análisis del delito 5.

Estudio del Delito


El delito es una conducta que se aparta de las normas jurídicas-sociales y
culturales6de una determinada sociedad.
El delito siempre provoca daño, individual, social, cultural, económica,
institucional y en muchos casos tiene carácter irreversible como es el delito del
homicidio, lo que se denomina la primera etapa de la criminología, el concepto
de delito se circunscribe a la elaboración jurídica del delito, los distintos tipos y
modalidades delictivas.
Las diferentes estructuras de los delitos conllevan los siguientes interrogantes:
¿Naturaleza del delito?, ¿Daño causado?, ¿Peligro provocado?, ¿lugar, tipo de
instrumentos utilizados, armas?,¿delito en grado de tentativa, delito consumado?
¿Participación y determinación de los delincuentes?, es decir todos los
elementos en los diferentes delitos, graduados en cuanto al daño cometido
Está etapa dominada por el derecho al respecto Francisco Carrara: Define al
delito como la “infracción de la ley del Estado”, promulgada para proteger la
seguridad de los ciudadanos resultante de un acto externo del hombre, positivo
o negativo, moralmente imputable y políticamente dañoso”7.
La escuela Clásica el Derecho presenta como postulados:
a) El respecto absoluto al principio de la legalidad. (No debe aplicarse
ninguna pena que no se encuentre en la ley)
b) El delito, es un hecho jurídico.
c) La existencia en el individuo del libre albedrío, es decir el hombre puede
elegir libremente su conducta.
d) La sanción puede aplicarse a los individuos moralmente responsables.
e) La pena debe ser proporcional al delito cometido y al daño causado.
f) La Finalidad de la Pena es restablecer el orden social externo, que ha sido
perturbado por el delito.
g) Los menores y los enfermos mentales, por carecer de libre albedrío, están
excepto de la aplicación de la pena.
Manuel López Rey y Arroyo8, plantea que todo hecho delictivo posee las
siguientes facetas: Una de índole jurídico-penal que es objeto de conocimiento
del Derecho Penal, una segunda etiológica, que trata de establecer las causas
del delito, estudiadas por la criminología, una tercera adjetiva de la que se ocupa
el derecho Procesal Penal, y una cuarta de naturaleza formalística, de
descubrimiento e investigación que da lugar a la criminalística, para el
criminólogo español , el delito puede definirse como la conducta antijurídica y
culpable descripta por la ley y señalada en una sanción penal.

5
Hay quienes consideran a la evaluación como un proceso con una entidad bien definida (y por lo tanto
tendrían siete etapas para su interpretación)
6
H. Marchiori, Delito y personalidad. Ed. Lerner, Córdoba 2005.
7
F. Carrara, Programa del Derecho Criminal Ed. Depalma Bs. As.
8
M. López Rey y Arroyo, “Que es el delito”.

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Teorías explicativas de la delincuencia

Diferentes disciplinas de las ciencias sociales han hecho significativos aportes


al desarrollo de la teoría criminológica. A continuación, se presentan las
principales teorías que intentan explicar el comportamiento delictual en las
personas, cada una desde sus particulares perspectivas analíticas.

La Corriente Psicologica
Esta corriente sostiene que el delincuente común presenta rasgos criminógenos
que se manifiestan en su personalidad y temperamento, lo cual lo predispondría
a ejercer un comportamiento delictual 9). En esta corriente la teoría psicoanalítica
señala que la conducta delictual tendría su raíz en anomalías o disturbios en las
etapas de la más temprana niñez del desarrollo emocional10. Asimismo, la teoría
de la personalidad sostiene que los delincuentes tienen personalidades
anormales, inadecuadas o rasgos que se diferencian de aquellos que cumplen
las normas. Una variante de esta teoría sostiene que los rasgos de la
personalidad en la niñez que serían precursores de conductas delictuales luego
serían la impulsividad, agresividad, rebeldía, hostilidad, propensión al peligro,
frialdad y desapego emocional hacia los demás (incluyendo a su propia familia),
inobservancia de normas sociales o religiosas, deshonestidad y similares 11. Otra
variante sostiene que las conductas delictuales más graves son consecuencia
de personalidades centradas en sí mismas que no han sido socializados
adecuadamente con valores y actitudes que facilitan su integración social, que
no han desarrollado una percepción de lo correcto y lo incorrecto y que son
incapaces de sentir remordimiento o culpabilidad por haber cometido un delito
o haber provocado un daño a alguien 12.
Tanto las teorías psicoanalíticas como aquellas basadas en la personalidad
señalan que la conducta delictual es un síntoma de un problema interno del
individuo. Así, entonces, el modo de enfrentar el problema no es a través de
castigo sino por medio de ayuda a las personas que desarrollan estas conductas.
Según estas teorías, las personas que presentan estos rasgos criminógenos
deberían recibir tratamiento, preferentemente consejería, antes que sanciones

Corriente Sociologica

La corriente sociológica del análisis del delito centra su atención en el problema


del orden social. El orden social es representado por el conjunto de normas
sociales y legales – que los ciudadanos comunes cumplen –, las que otorgan
estabilidad y cohesión a la sociedad. Así, la pregunta que esta corriente aborda
es ¿por qué hay diferencias en ciertos individuos y grupos en la propensión a
cometer actos delictuales? Las teorías recurrentemente citadas en esta corriente
son las de la anomia y desorden social, la del aprendizaje social, la de la ecología
del crimen y la del control y lazos sociales.

9
Herrnstein 2005
10 Friendlander 2007
11
Herrnstein, 2005
12 Akers, 2007.

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La teoría de la anomia y el desorden social señala que la naturaleza y nivel de la


delincuencia en una sociedad reflejan las características centrales de su
organización social, es decir, de su cultura y su estructura social (Messner y
Rosenfeld 1996). Asimismo, esta teoría argumenta que el orden social, la
estabilidad y la integración conducen a la conformidad social, y esta al
cumplimiento de las normas sociales y legales. A contrario sensu, el desorden y
la falta de integración son propulsores de la delincuencia y conductas desviadas.
Akers (1997) describe a un sistema social desorganizado o anómico como aquel
en que hay disrupción en su cohesión o integración social, un quiebre en los
controles sociales e interacciones sin apego a normas sociales y legales. El
mismo autor agrega que entre menos solidaridad, cohesión o integración exista
en un grupo, comunidad o sociedad, mayor será la tasa de delincuencia o
conductas desviadas.

Merton, uno de los propulsores de esta teoría, indica que la delincuencia y la


violencia ocurren cuando son obstaculizadas las oportunidades de alcanzar las
metas comunes a todos los individuos que integran una sociedad. También
afirma que los desaventajados y clases sociales bajas no disponen de las
oportunidades de los demás grupos sociales, pues tienen menor acceso a la
educación convencional y a las oportunidades laborales, las que determinan
estatus, reconocimiento y medios de vida en nuestra sociedad.
Consecuentemente, en estos grupos se presentaría una brecha entre las
aspiraciones y los medios que disponen para alcanzarlas.
Así, esta condición anómica movería a estos grupos a usar cualquier medio
efectivo para satisfacer sus aspiraciones, aun cuando estos sean ilegítimos o
ilegales.
Conforme a esta teoría aquellas sociedades con altos niveles de pobreza,
exclusión social y desigualdad serían más propensas a tener mayores niveles de
delincuencia. Asimismo, siguiendo las premisas de esta teoría, los esfuerzos por
reducir las tasas de criminalidad con mayores probabilidades éxito apuntarían a
intervenciones sociales que abordaran la pobreza, la exclusión y la desigualdad.
Una segunda teoría dentro de esta corriente es la teoría del aprendizaje socia13.
señala que la conducta delictual esa adquirida, repetida y modificada por el
mismo proceso que da origen a la conducta. Este proceso tendrá más
probabilidades de generar conductas delictuales cuando las personas se
vinculan con quienes los exponen a patrones delictuales, cuando esa conducta
es reforzada por sobre aquellas que promueven el cumplimiento de las normas
y cuando las propias definiciones, percepciones y orientaciones de las personas
los predisponen a cometer actos delictuales.
En la misma línea, muchos autores argumentan que la conducta criminal es
aprendida en la interacción con otras personas, que ese aprendizaje incluye
técnicas para cometer delitos y las orientaciones específicas de los motivos,
racionalidad y actitud criminal. Así, una persona se transforma en delincuente
cuando sus actitudes que favorecen conductas que violan la ley superan a sus
actitudes que no favorecen el quebrantamiento de la ley.

13
. Akers 2007
12
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Dado que esta teoría se centra en el proceso de socialización, donde se


produciría el aprendizaje delictual, los análisis basados en ella favorecerían
intervenciones que apunten a reforzar valores y actitudes de obediencia a la ley,
de respeto por los demás y aquellos que promueven la cohesión e integración
social. Aunque el canal privilegiado de promoción de estos valores sería el
proceso educativo formal, que se inicia en la educación preescolar, las
campañas educativas, de opinión pública y de difusión, a través de los medios
de comunicación y otras formas de divulgación, también contribuyen a reforzar
conductas de respeto a la ley y el orden social.

Teoría de la Ecología del Delito


La tercera teoría, ecología del delito, hace referencia a que habría áreas donde
la probabilidad de que alguien cometa un delito es alta). Estas áreas serían
básicamente zonas urbanas. Así, la teoría ecológica del delito argumenta que
hay lugares o comunidades donde se concentra la delincuencia en las ciudades,
porque en ellas se dan condiciones que favorecen el surgimiento y perpetuación
de focos delictivos. Las condiciones – o factores – más recurrentemente
asociadas a áreas de concentración del crimen son hacinamiento, pobreza, ser
un lugar de tránsito y de trasbordo de transporte, áreas en ruinas o en mal estado
de conservación
. La teoría señala que, dependiendo de la reacción de las personas, estos
factores tendrán un impacto en el orden moral del lugar. Así, habrían tres tipos
de consecuencias posibles: que el lugar atraiga más gente propensa al
involucramiento delictual y más actividad criminal; que las personas menos
propensas a desarrollar actividades delictuales se vayan del barrio; y que se
produzca un más pronunciado relajamiento en los controles sociales.

Conforme a sus enunciados, la teoría de la ecología del delito favorecería


intervenciones centradas en áreas geográficas orientadas a renovar y mejorar la
infraestructura física y social de los barrios, a reforzar capital social positivo, a
profundizar las interacciones entre la policía y la comunidad y a estrategias de
prevención situacional (que se explican más adelante).

La cuarta teoría de esta corriente sociológica, examinada en este curso, es


aquella referida a los controles y lazos sociales. La pregunta que motiva a los
estudiosos que se enmarcan en esta teoría es ¿por qué las personas se
comportan con apego a las normas?, ¿por qué no todos violamos las reglas
sociales?
La teoría argumenta que las personas son motivadas a cumplir las normas
sociales por los controles sociales, pero que hay una cierta propensión natural a
violar la ley y el orden. De este modo, entonces, las personas se involucrarán
criminalmente a menos que fuertes controles personales y sociales actúen sobre
ellos y los orienten a cumplir las normas sociales 14.

Dentro de esta misma teoría Hirschi argumenta que la conducta delictual es el


resultado del quebrantamiento o debilitamiento de los lazos de las personas con
la sociedad. Así, entre más fuertes sean estos lazos sociales con los padres,

14
Gottfredson y Hirschi 2006

13
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adultos, profesores y pares, más fuertemente será controlada la conducta de las


personas en dirección al cumplimiento de las normas y orden social. Asimismo,
entre más débiles sean estos lazos sociales, mayores es la probabilidad que una
persona viole la ley. Según Hirschi los elementos que conforman estos lazos
sociales serían:
- los vínculos afectivos intensos con otros, a quienes se admira y con quienes
hay identidad. Así, entre menos importe la opinión de esos otros, habrá menos
probabilidad de comportarse según las normas que se comparten con ellos y
más probable será el involucramiento en actividades delictuales.
- el compromiso con el orden social, que se genera a partir de inversiones en
educación, posibilidades laborales y emprendimientos lícitos. El involucramiento
delictual, entonces, implicaría poner en riesgo estas inversiones y generaría
costos personales.
- el involucramiento en actividades lícitas normales, como estudiar,trabajar,
dedicar tiempo a la familia y a actividades de esparcimiento ilícito, prevendría de
la comisión de delitos simplemente porque las personas estarían muy ocupadas,
muy comprometidas o muy absorbidas por esas actividades normales.
- la creencia que las normas sociales y las leyes son moralmente correctas y
debe ser obedecidas lleva a las personas a refrenarse de cometer actos
delictuales.

Conforme a sus definiciones, esta teoría favorece intervenciones preventivas


orientadas a expandir la cobertura – y calidad -- del sistema educacional formal,
a velar por la expansión de las oportunidades de empleo formal, a reforzar la
familia como núcleo básico de la sociedad y donde opera la socialización
primaria y la promoción de valores y actitudes que refuercen el cumplimiento de
normas y leyes justas, como asimismo el respeto por el orden social establecido.

Estudio de la Criminalidad
La criminalidad es el conjunto de hechos delictivos que se cometen en un
determinado tiempo y lugar. Se trata de un análisis global del fenómeno
delictivo, atendiendo al grupo social o región —geografía social— donde se
producen los comportamientos violentos.
Esta etapa de la Criminología se inicia con los estudios sobre los grupos
sociales, las condiciones económicas y sociales que afectan la comisión de los
delitos. Los criminólogos se interrogan en esta etapa sobre las posibles
variables relacionadas al delito, los índices de población, los datos y
alteraciones económicas, los problemas étnicos, religiosos, los conflictos
bélicos entre los países. Las consideraciones son generales y comprenden
hasta el clima y la geografía de las regiones, las diferencias en la criminalidad
de las zonas urbanas y rurales.
Las investigaciones marcan que el crimen es un fenómeno social. en sus
estudios estadísticos, geográficos y cartográficos analizó la distribución
estadística de los comportamientos sociales. Para el delito es producido por
hechos sociales que son detectables y determinables estadísticamente. Las
observaciones a la Criminología comprenden:
a) El delito emerge de la sociedad, junto a elementos que facilitan su desarrollo.
b) Los delitos se cometen año tras año, con absoluta precisión y regularidad; los

14
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totales delictivos se repiten anualmente, no sólo en un número de delitos sino


en el tipo y modalidades del crimen.
c) Existen una serie de factores que intervienen en la comisión de determinados
delitos como el analfabetismo, el clima, la situación geográfica. Se considera
que el criminal es peligroso en cuanto se encuentra en un medio adecuado para
delinquir; expresa que el medio social origina la criminalidad y que el delincuente
recibe la influencia del medio social negativo existe una preponderante
criminalidad en sociedades desorganizadas.
Son valiosas las investigaciones de Emilio Durkheim en sus célebres trabajos
sobre anomia, faltas de normas, que provocan los conflictos sociales, entre ellos
el suicidio y los comportamientos violentos. Analiza dos tipos de anomia:
a) Anomia aguda, producida por transformadores sociales sumamente rápidas
en las cuales las reglas sociales tradicionales son eliminadas y los individuos y
las distintas clases sufren los efectos de estos cambios y pierden su lugar social.
b) Anomia crónica que surge al aceptarse indiscriminadamente la doctrina del
progreso más rápido y destructivo en las cuales las relaciones industriales y
comerciales quedan libres de todas las restricciones 15.
Se que el delito es un comportamiento normal en la sociedad; está ligado a las
condiciones de la vida social y se manifiesta en todas las culturas. Ninguna
sociedad está excepta del crimen.16, señala que la sociedad avanza a través de
los procesos de imitación y oposición. Lo característico de lo social es la
imitación de los comportamientos. El delito es un comportamiento de imitado y
el criminal es una persona que imita.
sostiene que las variables como clima, geografía, tienen menos incidencia que
los factores sociales como el crecimiento de las ciudades, en el cual el
fenómeno de la imitación en zonas urbanas es frecuente. Considera que los
movimientos migratorios del campo a la ciudad es uno de los factores de
delincuencia, además de los cambios en los valores morales y éticos. Los
estudios referentes a la criminalidad que provienen, generalmente, de los
sociólogos abarcan numerosas líneas de pensamiento como veremos en el
Capítulo de las corrientes y teorías criminológicas. La preocupación de los
criminólogos por estudiar los factores sociales de la criminalidad llevó a
establecer los siguientes enfoques: ' a) Teorías basadas en la anomia,
estructural-nacionalistas b) Enfoques multifactoriales de la criminalidad c)
Teorías ecológicas, estudios de barrios y zonas geográficas d) Teorías del
aprendizaje-asociación diferencial e) Teorías del control f) Teorías críticas Las
teorías basadas en el concepto de anomia se inician con los trabajos de
Durkheím69 sobre el suicidio y continúan con las investigaciones de Ro- bert
Merton70 que amplia el concepto, para utilizarlo en la explicación del
funcionamiento defectuoso de las estructuras sociales que provocan la
criminalidad. Las contradicciones de la estructura social conducen a una
conducta desviada. Es decir que la estructura social ejerce una presión definida
sobre los miembros de la sociedad que les induce a adoptar comportamientos
desviados-delictivos. Los enfoques multifactoriales de la criminalidad, se
caracterizaron por la realización de estudios minuciosos sobre variables y de
datos referentes a la criminalidad.
15
DURKHEIM
16GABRIEL Tarde, criminólogo y sociólogo quien desarrolla desde la Sociología, la teoría basada en los
aspectos sociales de la imitación

15
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Un avance importante en la consideración de la criminalidad lo constituyen los


estudios de las denominadas teorías ecológicas, —Escuela de Chicago— que
tenían por objetivo el estudio de barrios y zonas geográficas, es decir, el estudio
de la criminalidad de una determinada zona o lugar. El enfoque ecologista
considera a la criminalidad en relación con las características y deficiencias de
los espacios físicos, especialmente de determinados lugares de las zonas
urbanas, que generan delincuencia; (delincuencia juvenil).
La criminalidad se distribuye en una región por áreas y zonas atendiendo a la
desorganización social que deriva principalmente de los cambios sociales, los
movimientos migratorios y la carencia de espacio que afecta a los jóvenes y a
los grupos culturales y sociales minoritarios.
Existe, según este enfoque, en todo núcleo urbano industrializado un
determinado espacio geográfico y social delimitado, una zona donde se
encontrarían las tasas más elevadas de la criminalidad. La zona de criminalidad
estaría caracterizada por un alto déficit en la calidad de vida y un espacio físico-
social deteriorado.
Los estudios sobre la criminalidad especifican que la sociedad le brinda al
individuo la situación social apropiada, debido a que el comportamiento criminal
es aprendido en el contacto permanente con las demás personas, en un proceso
de comunicación. Implica que la criminalidad se produce por un complejo
proceso de aprendizaje social de la misma manera que les sucede a los
individuos no-criminales. También se destaca en esta etapa de la Criminología
la consideración de un nuevo tipo de criminalidad, la referente a la delincuencia
profesional o de cuello blanco, las prácticas delictivas-ilegales de las industrias,
desde la Sociología Criminal profundiza la descripción y análisis de la
criminalidad profesional, desde la criminalidad del hombre de negocios, la
corrupción de las autoridades, adulteración de alimentos y bebidas, delitos
fiscales, aduaneros y monetarios.
De esta manera se avanza en el estudio de una criminalidad no-convencional,
con características propias en sus modalidades, técnicas, tipo de instrumentos
y daño causado, donde predomina la indeterminada magnitud del daño
económico y social.
La criminalidad es observada, posteriormente, señalando la existencia de dos
tipos de criminalidad.
a) La Criminalidad conocida; como la palabra lo indica son los hechos delictivos
que llegan al conocimiento de las instituciones, policía, administración de
justicia, hospitales. Constituyen los delitos que se conocen, generalmente a
través de la denuncia al sistema penal. Los criminólogos coinciden que esta
parte dé la criminalidad es la menor de la totalidad de la criminalidad. La
importancia de la denuncia en el conocimiento de los hechos delictivos es
fundamental porque la denuncia pone en funcionamiento la administración de
justicia.
La denuncia del delito permite:
• Conocer el tipo y modalidades del delito.
• Permite la investigación policial y judicial.
• Permite conocer al autor del delito, sus características.
• Realizar el proceso penal y llegar a la decisión del Tribunal.
• Realizar el tratamiento del delincuente. • Asistir a la víctima.
• Prevenir nuevos hechos delictivos.

16
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b) La Cifra negra criminalidad o criminalidad desconocida o cifra oculta, está


constituida por los delitos que no son conocidos por las instituciones, por la
administración de justicia. La cifra negra puede valorarse por aproximación, la
estimación de estos datos significa que los delitos duplican o triplican la cifra de
hechos delictivos que ingresan al sistema penal. Estas estimaciones dependen
del tipo y modalidades del delito.
Por ej. se considera que existe una cifra oculta muy alta en delitos dentro del
grupo familiar, es decir donde autor-víctima integran el núcleo familiar. También
es considerable la cifra negra en relación con delitos sexuales, amenazas,
hurtos, tráfico de drogas. Las dimensiones de la criminalidad, la magnitud de los
hechos delictivos analizada por el criminólogo español Manuel López Rey y
Arroyo, quien advierte, que la criminalidad se ha convertido en uno de los
problemas socioeconómicos y políticos más graves que como tal afecta
prácticamente a toda la población mundial.
c) Pese a ello no se sabe con razonable certeza cual es la extensión de esta;
una de las razones es la carencia de estadísticas criminales adecuadas y la
persistencia de creer o hacer creer que la criminalidad se reduce a la índole
común, a la criminalidad convencional.
Las Naciones Unidas17, explica desde sus comienzos han tratado de determinar
las dimensiones de la criminalidad tanto cuantitativa como cualitativamente; a
tal efecto desde el año1950 se vienen realizando informes que establecen que
el problema de las dimensiones de la criminalidad presenta dos aspectos
principales:
a) Graves problemas en la aplicación del principio nullum crime sine previa lege,
no hay delito sin previa ley.
Graves problemas en la apreciación de las verdaderas dimensiones de la
criminalidad. La criminalidad va en aumento en todos los países, las
investigaciones y estadísticas expresan un considerable incremento en los
delitos convencionales.
No obstante, las dificultades encontradas en las estadísticas oficiales y en los
datos de las policías y en algunos países el rechazo a proporcionar los datos
determinó que, de 160 países, las dimensiones de la criminalidad no fueron
inferiores a 97 millones en una muestra de población aproximada de 4.500
millones de personas, conocidos institucionalmente. La cifra de 97 millones no
comprende la cifra negra de la criminalidad.
Es evidente la importancia de conocer las verdaderas dimensiones de la
criminalidad, su extensión por región para implementar una política criminal. Por
el contrario, el desconocimiento de los datos referentes a la criminalidad implica
que los programas sean más costosos, innecesarios y con el agravante del
aumento de la criminalidad.

Estudio de la víctima del delito


La Criminología hasta esta etapa había estudiado y analizado unilateralmente
al delito, esto es, desde el punto de vista del delincuente, dejando de lado la
personalidad de la víctima. Por ello en el ámbito de los estudios criminológicos,
la consideración de la problemática victimológica surge en años recientes y
plantea el otro aspecto de la conflictiva violenta, el referido a las personas que

17
LÓPEZ Rey Y Arrojo

17
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sufren el delito. La víctima es la persona que padece un sufrimiento físico,


emocional y social a consecuencia de la violencia, de una conducta agresiva
antisocial.
La víctima es la persona que padece la violencia a través del comportamiento
del individuo —delincuente— que transgrede las leyes de su sociedad y cultura.
De este modo, la víctima está íntimamente vinculada al concepto consecuencias
del delito, que se refiere a los hechos o acontecimientos que resultan de la
conducta antisocial, principalmente el daño, su extensión y el peligro causado
individual y socialmente.
Naciones Unidas manifiesta que se entenderá por víctimas a las personas que,
individual o colectivamente hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o
mentales, sufrimiento emocional, pérdidas financieras o menoscabo sustancial
de sus derechos fundamentales como consecuencia de acciones u omisiones
que violen la legislación penal vigente en los Estados Miembros incluida la que
proscribe el abuso de poder.
Olvidada por el Derecho, la Criminología, la Psicología, Medicina, Sociología,
recién a partir de 1990 se comienza a comprender a la víctima del delito y la
necesidad de conocer la relación entre delincuente y la víctima.
La victimología, es una disciplina cuyo objeto lo constituye el estudio científico
de las victimas del delito, el objetivo fundamental es buscar métodos para
reducir los elementos perjudiciales de la situación, disminuir su gravedad y la
magnitud de las consecuencias del delito. Toda victimización produce una
disminución del sentido de seguridad individual y colectivo, pues el delito afecta
profundamente a la víctima, a su familia, a su entorno social, y cultural.
La transgresión del sentimiento de inviolabilidad, porque la mayoría de las
personas tienden a vivenciarse inmunes a los ataques delictivos, crea
situaciones traumáticas que altera, en muchas ocasiones, en forma definitiva a
la víctima y su familia.
La sensación de inseguridad se acentúa debido a que la victima no recibe la
atención, información y respuesta adecuada a su grave 18 situación individual,
familiar y social, El segundo Simposio Internacional de Victimología que se
celebró en Boston en 1976 destaca la importancia de la tarea asistencial a la
víctima y la necesidad de que el juez posea conocimientos sobre la víctima. Una
tercera etapa en la historia de la Victimología está expresada por los estudios
sobre la victimización familiar y social. Comprende el maltrato familiar, mujeres
golpeadas, abuso sexual a menores, incesto. Las víctimas de la violencia social:
las víctimas de la delincuencia organizada, víctimas del aparato estatal, víctimas
de delitos no convencionales, (contaminación ambiental).

18
Emilio Viano Señala que el sistema penal relega a la victima del delito a un rol secundario y menor en
el proceso de decisión del sistema de justicia. Ver la Victimización y los estereotipos culturales. Pub.
Victimología N°5 Córdoba

18
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UNIDAD NÚMERO 2:

Actuación Policial y Estrategias de Prevención

Los gobiernos con mayor frecuencia se percatan que la actuación tradicional de


sus sistemas penales no basta para resolver el problema de la delincuencia. El
promulgar más leyes no ayuda mucho para garantizar la seguridad de la
comunidad; con ampliar el sistema de justicia penal, incluyendo los tribunales, el
cuerpo policíaco y las prisiones, no se soluciona el problema delictivo; un sistema
más rígido con sentencias de encarcelamiento más frecuentes y largas sirve de
poco y, finalmente, la construcción de más cárceles no es la respuesta que
estamos buscando.
Los gobiernos nacionales y locales que construyeron más y más instalaciones
para acomodar el número creciente de infractores, con éstas estrategias
terminaron por agotar los recursos de los erarios. Últimamente, las comunidades,
con sus respectivos cuerpos judiciales, han estado buscando soluciones y
analizar las estadísticas preventivas dentro de una estructura totalizadora para
juntos resolver los problemas de la delincuencia.
para lo cual acordaron la siguiente definición: Prevención significa el fomento
de actitudes y conductas encaminadas a eliminar las condiciones que
contribuyen a la incidencia de la delincuencia, de la violencia y del abuso
de fármacos; que procuran un mayor sentido de seguridad y protección y
tienen una influencia positiva en la calidad de vida de nuestra sociedad.
Las alianzas consideran que esta definición es lo suficientemente amplia
con lo que invita a participar a cualquier grupo o agencia que se interese
en la seguridad de la comunidad.
Según una de las definiciones todavía más difundidas y compartidas, sobre
todo en Francia e Italia, la “nueva” prevención es el conjunto de las
estrategias dirigidas a disminuir la frecuencia de ciertos comportamientos,
sean estos considerados punibles o no por la ley penal, a través del uso de
instrumentos diversos de aquellos penales. La diferencia respecto al
sistema penal consiste en que, al modelo conceptual pasivo e indirecto de
la prevención penal, se contrapone una forma de prevención directa y pro-
activa 19.
Esto significa que los sujetos responsables de la prevención cambian de manera
radical: no ya —o por lo menos no sólo— los órganos penales del Estado, sino
nuevos actores como, por ejemplo, los entes locales, los servicios sociales, el
voluntariado, las empresas privadas, los ciudadanos comunes .
La separación de las agencias penales requiere una aclaración: se sostiene en
efecto que mientras la policía representa una institución que puede —y aún
debe— adoptar a pleno título estrategias preventivas, estarían excluidas, según
algunos las agencias encargadas de investigar los delitos, el aparato judicial y el

19
Selmini, Rosella, 2009

19
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sistema sancionatorio 20.Junto a los promotores, también los destinatarios


principales de la prevención son los que cambian: ya no solamente los autores,
sino también las víctimas, reales o potenciales o, en sentido todavía más general,
la comunidad entera .
En fin, cambian también las modalidades con las cuales los sujetos responsables
deben cooperar concretamente: la nueva prevención, en efecto, al contrario de
las políticas preventivas penales, privilegia intervenciones conducidas —a través
de varias formas de colaboración— por más sujetos y, sobre todo, debe ser
capaz de acercar a promotores y destinatarios de las intervenciones. Se dirige,
en efecto, en la mayor parte de los casos, a problemas locales, con soluciones
locales.

Clasificaciones de la Prevención:
En las últimas tres décadas se ha hecho un esfuerzo considerable para llegar a
una definición conceptual rigurosa de la prevención y para lograr una
clasificación satisfactoria del conjunto de las acciones que pueden ser
englobadas en ella. Sin embargo, estas tentativas han conllevado a menudo a
soluciones poco satisfactorias y, según muchos, la prevención continúa siendo
un concepto vago y nebuloso 21.
Una de las clasificaciones clásicas que más éxito ha tenido es aquella que
discrimina entre acciones de prevención “primaria”, “secundaria” y “terciaria”. La
primera está dirigida a eliminar o reducir las condiciones criminógenas presentes
en un contexto físico o social, cuando todavía no se han manifestado señales de
peligro. La segunda comprende todas las medidas dirigidas a grupos en riesgo
delictivo. La tercera interviene cuando un evento criminal ya ha sido cometido,
para prevenir ulteriores recaídas.
Esta distinción originaria ha sido enriquecida por distintos criminólogos, quienes
introducen, además de los autores, dos aspectos nuevos: las víctimas del delito
y el contexto en el cual se interviene.
Se ha llegado así a individuar un esquema más complejo que distingue entre
acciones preventivas primarias, secundarias y terciarias que son orientadas a las
víctimas, a los autores o al contexto. En el mismo sentido Lavrakas (1995) ha
individualizado un esquema en el cual los tres niveles de prevención se
entrecruzan con cuatro “contextos operativos”: los individuos, las viviendas, el
barrio y la sociedad.
Recientemente, la distinción originaria entre prevención primaria, secundaria y
terciaria ha sido criticada desde distintos puntos de vista. Poco útil, según
algunos, en el plano operativo, según otros es criticable también en el plano
teórico, pues hace referencia a modelos conceptuales dirigidos a intervenir en
las patologías físicas y no sobre la criminalidad22. Para diferentes estudiosos, las
políticas preventivas deberían concentrarse en cambio sobre la diferencia que
existe entre los distintos delitos, autores, razones que llevan al acto delictivo y
así dividirse en prevención situacional, prevención del desarrollo y prevención
comunitaria. Siempre en el intento de superar la división entre prevención
primaria, secundaria y terciaria, algunos autores han propuesto clasificaciones

20
Selmini, Rosella, 2009
21
Selmini, Rosella, 2009
22
Ekblom, 2006: ; Graham y Bennet, 2005:

20
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diferentes, que sin embargo han tenido menos éxito que aquella recién
mencionada.
Sobre la base de un análisis de los programas preventivos realizados en Bélgica
analizan críticamente una clasificación basada en la distinción entre los
“momentos” en los que interviene la acción preventiva (antes, durante o
después del evento indeseado), el “foco” de la intervención preventiva (los
comportamientos de los sujetos o la modificación del contexto social) y la
“orientación” defensiva (sobre los síntomas) u ofensivo (sobre las causas)
partiendo desde una definición sintética de prevención —como intervención en
el mecanismo que produce un acto delictivo— individualiza causas próximas y
causas remotas del acto mismo y distingue entre métodos preventivos que
inciden en algunos elementos de las causas próximas (alterándolos,
removiéndolos o eliminándolos) o en las motivaciones del autor potencial del
delito. Tales motivaciones pueden ser “corregidas” con una intervención precoz
en el sujeto o en las circunstancias de su vida actúa23.
Evidentemente, todas estas hipótesis de clasificación retoman las tres
perspectivas de fondo sobre la interpretación de la criminalidad que se
mencionaron al comienzo y se distinguen por acentuar una u otra de ellas; por
ejemplo, aquella estructural en detrimento de aquella sobre las circunstancias, o
por la prevalencia acordada al momento en que la prevención interviene, o a los
destinatarios.
Sin embargo, estas clasificaciones presentan elementos insatisfactorios. En
primer lugar, porque en muchos casos existe un área gris de superposición entre
medidas que teóricamente pueden ser englobadas en distintos enfoques.
Además, muchas de las intervenciones orientadas al autor son también
intervenciones orientadas a la víctima (una ambigüedad que nace de la dificultad
conceptual de distinguir entre prevención de la criminalidad y prevención de la
victimización), o bien, existen medidas que son difíciles de ser ubicadas en estas
categorías. Por razones de síntesis y simplificación, en los parágrafos siguientes
nos detendremos sobre la prevención situacional, la prevención social y
comunitaria y, en fin, sobre la prevención del desarrollo24 En la literatura científica
y en la práctica de la prevención de los últimos veinte años en Europa, estas
cuatro categorías han sido a menudo mezcladas y diversamente enfatizadas en
los distintos contextos europeos.
Mientras la Europa del Sur, bajo la influencia del modelo francés de prevención,
ha acentuado, por lo menos hasta algún tiempo atrás, la prevención social y
comunitaria; en el contexto inglés se ha dado siempre más relevancia a la
prevención situacional y el conjunto de las medidas de carácter social y
comunitario han confluido en el concepto de “community safety” o “seguridad
comunitaria” . Como ya se ha dicho, sin embargo, esta distinción es ahora más
imprecisa que en el pasado y posiblemente se pueda reconocer una
homogeneización a nivel europeo en el discurso y en las prácticas preventivas,

23 Ekblom, Definiendo la Prevención del Delito (2006)


24
Selmini, Rosella, 2009.

21
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donde sobresalen la extrema relevancia de la prevención situacional y la


declinación —o quizás el cambio— de la prevención social
Antes de entrar en el análisis de estos aspectos, puede ser útil recordar
someramente las características salientes de estas cuatro tipologías preventivas:

a) La prevención situacional: se basa en la idea de que intervenir en el


contexto —aunque con pequeñas modificaciones— puede tener un efecto
reductor sobre los fenómenos delictivos o sobre la victimización. El marco teórico
de referencia de esta estrategia preventiva es aquél de las teorías de las
oportunidades, entendiéndolas aquí como un conjunto de varios enfoques de la
“vida cotidiana” que van desde la teoría de la elección racional hasta la “teoría
de las ventanas rotas” o “broken windows theory”.

La prevención situacional parte del presupuesto de que la criminalidad no es el


fruto de una predisposición individual, sino de factores que crean o favorecen las
oportunidades delictivas (costumbres y estilos de vida de las potenciales
víctimas, características físicas del ambiente, ausencia de controles) y de
autores racionalmente motivados.
En su interior encontramos una serie de medidas dirigidas a formas específicas
de criminalidad, que implican la gestión, la configuración, la manipulación del
contexto ambiental, de la manera más sistemática y continuada posible, de modo
de reducir las oportunidades y aumentar los riesgos para el promedio de los
potenciales autores.
Ronald Clarke, el más famoso defensor de la prevención situacional —además
de teórico de las oportunidades— ha resaltado en varias ocasiones cómo la
prevención situacional ha representado, en contraste con aquella que él define
como “criminología convencional” una verdadera revolución en el ámbito
criminológico.
La literatura sobre la prevención situacional es vastísima y sólo haremos
mención a algunas cuestiones.
La primera tiene que ver con la clasificación de las tipologías de prevención
situacional.
A partir de una idea originaria que subdividía las tipologías preventivas en tres
categorías —medidas que aumentan las dificultades para el autor potencial,
medidas que aumentan el riesgo, medidas que vuelven imposible o reducen
fuertemente las ventajas de la acción delictiva— hoy encontramos una
clasificación mucho más extensa.
En esta ampliación —que implica también recurrir a racionalidades
criminológicas, como la teoría de las técnicas de neutralización, distintas de las
teorías de las oportunidades— parece clara la tentativa de sostener y proponer
una categoría general de prevención, que pueda imponerse como la única forma
preventiva completa a disposición de los sistemas de control de la criminalidad
25.Y no sólo eso: recientemente, se ha extendido también el ámbito de

aplicabilidad de las estrategias de prevención situacional a delitos de naturaleza


muy distinta de aquellos comunes, como los actos de terrorismo , confirmando
una tendencia que hace de la prevención situacional no una de las estrategias
preventivas disponibles sino “la” estrategia por excelencia.

25
Selmini, Rosella, 2009

22
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b) La prevención social: comprende todas las medidas orientadas a


eliminar o reducir los factores criminógenos. Esta se basa en una teoría
etiológica de la criminalidad y se propone entonces intervenir sobre las causas
sociales a través de programas de intervención de carácter general, en grado de
intervenir o modificar las motivaciones que empujan hacia la criminalidad. Al
contrario de la prevención situacional, en esta estrategia vuelve al primer plano
el autor del delito y su predisposición individual a la criminalidad, pero resalta
sobre todo el contexto social general en el cual nace el delito, entendido aquí no
como “situación contingente” sino como conjunto de condiciones sociales,
económicas, culturales que crean un ambiente favorable al desarrollo de las
motivaciones delictivas.
La prevención social del delito busca cambiar las motivaciones delictivas que son
percibidas como algo que reside en las personas más que en las cosas, en el
ambiente social. Busca alcanzar esto a través de medidas típicas de la política
social como políticas de vivienda, educación y tratamiento sanitario con respecto
al alcohol y el delito; política familiar y educativa, trabajo para los jóvenes y
políticas de empleo.
Según algunos, la prevención social no es una acción específica o una de las
numerosas modalidades de prevención, sino una política global orientada al
bienestar social que atraviesa todos los sectores de las políticas administrativas
26.Según otros, de manera más específica, la prevención —definida como social-

comunitaria— se distinguiría en cambio de las políticas sociales más generales


pues ella estaría dirigida a poblaciones o a áreas urbanas particulares, o a
individuos específicos.
Tonry y Farrington 27, rechazan esta visión amplia y, con la intención de ser más
claros, separan la prevención social en dos ramas: una relativa a las
motivaciones individuales y la otra relativa al contexto social. De este modo la
“prevención social” desaparece y se distingue en las estrategias hacia el autor
potencial (la llamada “development prevention” o “prevención del desarrollo”) y
en las medidas basadas en la transformación de las condiciones sociales de la
comunidad (la llamada “community crime prevention” o “prevención comunitaria
del delito”).

c)La prevención comunitaria: el involucramiento de la comunidad —en los


varios significados que este término puede tener— aparece hoy como un
discurso clave en la nueva prevención y en las políticas de seguridad en general.
En la vasta literatura sobre esta estrategia preventiva, confirmando la dificultad
de su correcta definición, se utilizan términos diferentes, que a veces designan
fenómenos sociales muy diversos. Se habla, en la terminología angloamericana,
de “local governance of crime” o “gobernanza local del delito”, pero también de
estrategias orientadas a “sostener el capital social y valorizar la eficacia
colectiva”, a la “cohesión social”, a la “revitalización de los barrios” o, en fin, a la
“renovación civil”.

26
Knepper, 2007.
27
Tonry y Farrington reseña exhaustiva de estrategias preventivas 2005.

23
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Como es sabido, el involucramiento de la comunidad en el control de la


criminalidad es una cuestión compleja y puede ser considerada desde varias
perspectivas: por un lado, la comunidad puede ser un actor, un lugar, o
simplemente la destinataria de intervenciones de prevención y control.
La primera acepción de involucramiento de la comunidad es la dominante
actualmente. En esta tendencia conviven estrategias de responsabilización de
los ciudadanos 28que afirman una idea de comunidad defensiva, junto a intentos
de desarrollar la participación comunitaria a través de nuevos modelos
asociativos y nuevas formas de solidaridad.

En esta interpretación extensiva, la prevención comunitaria comprende todas las


estrategias dirigidas a sostener la participación de los ciudadanos en la
prevención, en el plano individual o colectivo, con objetivos, sin embargo,
diferentes: del respaldo social a la comunidad, al mejoramiento del ambiente
físico y social, hasta la reducción de oportunidades a través de formas diversas
de vigilancia llevadas adelante por parte de los mismos ciudadanos. El único
carácter que la distingue de otras formas de prevención reside entonces en el
hecho de que es actuada por los ciudadanos de un área definida del territorio
urbano.
Esta variedad de intervenciones ha sido resumida en estos tres enfoques 29
 organización de la comunidad, basada en la movilización de los residentes
a los fines de la prevención y de la reconstrucción del control social informal;
 defensa de la comunidad, a través de varias formas de autoprotección de
los ciudadanos o estrategias defensivas de carácter urbanístico y arquitectónico;
 desarrollo de la comunidad, que comprende medidas dirigidas a la
reconstitución de la dimensión comunitaria y al mejoramiento de conjunto de las
condiciones sociales, de vivienda y de los servicios.
La escasa autonomía conceptual de la prevención comunitaria se refleja en la
vasta gama de paradigmas y teorías interpretativas a las cuales ella puede
conectarse: desde la Escuela de Chicago a la teoría del “espacio defendible”,
desde aquellas referidas a las motivaciones delictivas a la teoría de las
oportunidades, mientras que en la actualidad una rama de estudios muy
interesante es aquella relativa al cambio urbano en sus relaciones con la
evolución del delito.
Otros también distinguen diversas tipologías de respuesta comunitaria a la
criminalidad según las estrategias adoptadas o el diverso objeto específico de
tutela. Encontramos así “acciones de evitamiento” contrapuestas a “acciones de
movilización”; “acciones individuales” contrapuestas a “acciones colectivas”, o
también, una tripartición entre “actividades de autoprotección con respecto a la
victimización”, “actividades de protección de los propios bienes”, “actividades de
defensa de la propia área residencial”.
En fin, según algunos, el concepto de prevención comunitaria comprende en
buena parte —o hasta coincide con— el conjunto de actividades de control de la
policía en estricto contacto con los ciudadanos o en áreas geográficas bien
delimitadas, es decir, aquello que en la terminología angloamericana se conoce
como community policing..

28
Garland, 1996
29
Graham y Bennet, 1995

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c) La prevención del desarrollo: la autora utiliza la definición de


“developmental crime prevention”, traducible en español, aunque de manera muy
poco satisfactoria como “prevención del desarrollo”, para indicar un enfoque que
hace referencia al desarrollo de las motivaciones individuales hacia el delito en
el curso de la vida y que se basa en la prevención de estas motivaciones o
condiciones criminógenas, con referencia a los individuos, a las familias, a las
escuelas y a la comunidad . Se trata, también en este caso, de una definición
“contenedora”, pues se habla también de “prevención precoz” o de “prevención
de los factores a riesgo”, en referencia a los distintos momentos de la vida de un
individuo en los que la prevención puede desplegar sus efectos.
La “prevención precoz” se caracteriza por tres elementos distintivos:
El primero se refiere a medidas que hay que tomar en una fase precoz de la vida
de las personas —y sobre esta precocidad hay discordancia de opiniones, pero
según algunos hasta antes del nacimiento de los individuos existirían “factores
de riesgo” ligados a las costumbres y a las condiciones de vida de la madre o de
las familias—, en todo caso, a partir de la primera infancia y seguramente hasta
la adolescencia.
En segundo lugar, la prevención es también precoz pues aspira, en este caso, a
prevenir el primer acto delictivo en la vida de los individuos.
En tercer lugar —y aquí esta forma de prevención se entrecruza con la
prevención social— ella se caracterizaría por una intervención de naturaleza
estrictamente social, tanto hacia el individuo, como hacia los grupos sociales y
el contexto social en general.
En cualquier momento del desarrollo de las actividades delictivas, lo que importa
en esta perspectiva, en el plano del análisis, son los factores de riesgo, los que
en la actualidad se han vuelto predominante en la literatura sobre la prevención
y la lista de estos factores se amplía considerablemente en el tiempo.
Tradicionalmente se individualizan factores individuales (bajo autocontrol,
impulsividad, agresividad precoz, hiperactividad, escasa capacidad de
planificación, escasa inteligencia) y factores familiares (características de riesgo
de las madres, familias desarticuladas o monoparentales, escasa capacidad de
ejercicio de la paternidad, conflictos, abusos y abandonos).
Los factores de carácter socio-económico se refieren a condiciones de privación,
degradación de la comunidad, influencia de los “pares”, factores negativos del
sistema escolar 30.Una característica importante de este enfoque preventivo
reside en la enorme cantidad de estudios que se han producido desde este punto
de vista y en su afirmación —exactamente como sucedió en el caso de la
prevención situacional— como la estrategia preventiva por excelencia, capaz de
abarcar todos los factores de riesgo y sobre todo, capaz de intervenir
eficazmente en la prevención del desarrollo de propensiones criminales en un
nivel individual y colectivo: “la mayor lección de la literatura sobre la prevención
del desarrollo es que es posible hacer una diferencia, en el corto y en el largo
plazo, especialmente para los niños y jóvenes desaventajados y vulnerables”

30
Farrington y Welsh, 2007

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La Actuación de la policía en la Prevención: un elemento esencial

Tanto en las normas jurídicas como en las corrientes sociológicas y demandas


ciudadanas se prima el criterio preventivo sobre el represivo en materia de
seguridad. La mayor parte de las funciones atribuidas a los cuerpos de seguridad
presentan connotaciones preventivas:
Auxiliar y proteger a las personas tanto en su integridad física como en sus
derechos. Asegurar la custodia y conservación de los bienes.
Vigilar y proteger las instalaciones públicas que lo requieran. Velar por la
protección y seguridad de altas personalidades.
Prevenir la comisión de actos delictivos, etcétera. Pese a las dificultades
apuntadas, podríamos definir esta faceta como: La acción preventiva de la
policía es el conjunto de acciones que pueden llevar a cabo en un espíritu
de preservación y asistencia, a fin de evitar, por una parte, que ciertas
personas caigan o reincidan en la delincuencia, y por otra, que ciertas
personas se conviertan en víctimas de infraccione31.
El concepto de prevención, tanto en un sentido amplio de profilaxis social, como
en uno más restringido referido únicamente al ámbito policial, presenta
elementos abstractos y difusos. La persecución del delito presenta un concepto
claro, unos presupuestos tipificados, una regulación jurídica expresa para su
ejercicio, una planificación de actuaciones, medios y técnicas de empleo, así
como una fácil cuantificación de resultados.
La prevención, por el contrario, ni puede tener una regulación clara, ni ser rígida
su planificación, ni cuantificarse sus resultados. Puede determinarse el número
de delitos que no se pudieron prevenir, pero es imposible mensurar los evitados
con prevención.
Por la misma razón de falta de resultados palpables, su práctica suele ser menos
gratificante para los funcionarios encargados de su ejercicio, así como menos
valorada por los jefes, que suelen reservar sus recompensas y felicitaciones para
servicios represivos relevantes. De aquí la escasa motivación y el riesgo de tedio
que presenta para los profesionales a los que se encomienda. La prevención del
delito ha tenido, al menos teóricamente, una importancia capital para la
institución policial.
Es evidente que para la sociedad es mucho más provechoso, y menos gravoso,
prevenir los hechos delictivos que la persecución penal después de su comisión.
Una vez cometidos, con frecuencia suponen efectos irreparables para la víctima
(homicidio, violación, etc.); generan una costosa actividad administrativa
(administración de justicia y penitenciaria), y suponen generalmente un alto coste
social y personal, tanto para la víctima (muerte, lesión, daño patrimonial y
psicológico) como para el autor (privación de libertad) y para la sociedad misma,
que ve resentida su tranquilidad y que finalmente casi siempre ha de sufragar,
mediante impuestos, toda la actividad posterior a la comisión del delito
(asistencia de abogado al detenido, gastos procesales e internamiento
penitenciario). De esta breve exposición aparecen claras las ventajas de la
prevención.

31
Feraud, M 2013

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No obstante, y pese a las declaraciones teóricas en este sentido, generalmente


se viene dando más importancia al aspecto prevención punitiva que al
preventivo, por las razones que se apuntan antes, sin que, por ello, neguemos
cierto valor preventivo y disuasorio a la represión.
Acciones policiales de carácter preventivo Entre otras, podemos concretar las
siguientes:
Con carácter específico
Protección a personalidades, edificios e instalaciones que por su interés lo
requieran. Protección a personas o bienes que se encuentren en peligro por
cualquier causa.
Con carácter general Preservación del orden público.
En circunstancias ordinarias (patrullas)
En circunstancias extraordinarias (unidades especiales de intervención).
Operaciones selectivas de control. Planes preventivos contra ilícitos
actualizados.
Planificación para la prevención de la delincuencia juvenil.
Planificación táctica de presencia policial en la calle.
La presencia policial en función de los datos obtenidos en las diversas facetas
de estadística policial y criminal que han de realizarse con carácter previo se
procederá a efectuar el despliegue más adecuado de las patrullas policiales,
motorizadas o a pie, según los casos, coordinando y complementando las
funciones preventivas e investigativas.
Este despliegue disuasorio se irá modificando según la evolución de la
criminalidad y la modificación de sus hábitos o lugares de actuación, hasta
conseguir su erradicación. Cuando las circunstancias así lo aconsejaran, podrían
efectuarse operaciones parciales de control general, registro o chequeo en áreas
concretas de especial significado criminógeno.
Límites legales a la acción preventiva Es evidente que todas las operaciones de
carácter preventivo apuntadas deben adecuarse a los presupuestos legales
contenidos en la legislación interna. Ésta, por interés social, debería permitir el
ejercicio eficaz de la acción preventiva policial.
En Córdoba la Ley de Seguridad Pública y Ciudadana N° 9235, aprobada en el
año 2016 la Seguridad Ciudadana, regula algunas prácticas policiales de gran
importancia para la prevención ciudadana del delito en la Provincia de Córdoba.
Toda actividad humana requiere información previa, y ésta es, si cabe, aún más
necesaria en la actividad policial. Para que la prevención y también la
investigación puedan ser eficaces, requieren una labor informativa lo más
exhaustiva posible en la realidad social en que el delito se origina o manifiesta.
Así, se procediera, de forma ordenada y metódica, en diferentes campos:
a) Análisis sociocriminológico de cada área urbana, con un minucioso estudio
de la tipología delictiva que en ella se desarrolla, el medio social y humano en el
que se produce, tanto en autores como en víctimas y áreas, y lugares y horas en
que tiene lugar.
b) Intercambio de información con centros de instrucción para el conocimiento
de fenómenos o manifestaciones de delincuencia precoz o juvenil.
c) Actividad informativa organizada y permanente sobre génesis, organización y
convocatoria de acciones sociales que pudieran producir desórdenes públicos
(partes semanales de conflictividad social).

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d) Contacto ciudadano con asociaciones vecinales o de comerciantes en


demanda de información sobre actividades delictivas, en procura del
establecimiento de una "policía de barrio" de adscripción permanente a cada
zona urbana, para canalizar este tipo de información.
e) Intercambio de información con otras unidades o cuerpos policiales con
competencia en la misma área urbana o en áreas limítrofes, e incluso la creación
de un banco general de datos.
f) Información sobre centros de distribución y consumo de drogas, así como de
recepción y venta de objetos sustraídos.
g) Actividad informativa organizada y permanente para la información y
prevención de atentados terroristas, etcétera.
h) Actividad informativa organizada y permanente en establecimientos
especiales (hospederías, compra-venta, alterne, etcétera),
La información, en cuanto a su análisis y explotación última, deben ejercitarla
otros órganos de los cuerpos de seguridad, tales como grupos de inteligencia o
de policía judicial. La información general captada por los distintos servicios
policiales, y analizada y distribuida a través de grupos especiales, será elemento
esencial para una adecuada planificación de la prevención de la delincuencia.
No obstante, en cuanto a su obtención, como fuente primaria, debe explotarse al
máximo la potencialidad que supone el despliegue policial de las patrullas de
seguridad ciudadana.
El comisario de una jurisdicción, como responsable superior de su
funcionamiento y eficacia, no puede ignorar esta faceta en la planificación y
organización policial. Con independencia de lo expuesto hasta ahora, es decir,
de la importancia de la selección y formación policial para que la labor policial
sea eficaz, de la trascendencia de unos buenos servicios de información que nos
permitan establecer una planificación correcta de la prevención, de la
importancia de las patrullas a pie o motorizadas para la vigilancia general y la
obtención de información, yo quisiera insistir en algún otro aspecto que también
tiene gran trascendencia en la prevención de la delincuencia. Concretamente,
me refiero a la colaboración ciudadana, al control de los servicios de seguridad
privados y al control de la venta y tenencia de armas de fuego.
La prevención de la delincuencia siempre ha formado parte de las funciones de
la vigilancia, sin embargo, cuando no se le da prioridad, la policía termina por
aislarse más y más de su comunidad.
El Señor Robert Peel es conocido como “el padre de la vigilancia”. Su filosofía al
respecto fue sintetizada en una de sus citas típicas: “La policía es el público y
el público es la policía”.
Cuando el señor Peel fundó la Policía Metropolitana de Londres a mediados del
siglo XVIII, teniendo en mente esta filosofía, recalcó ciertos principios
importantes diseñados para unificar la comunidad y la policía. Con el tiempo,
estas intenciones pasaron a segundo término debido a ciertos acontecimientos,
entre ellos:
• El aumento del profesionalismo del cuerpo policial hizo que se alejaran de la
comunidad.
• Algunas estrategias de vigilancia — como la rotación de turnos, las
transferencias frecuentes de un área a otra y las rondas al azar— que tenían el
objetivo de evitar la posibilidad de corrupción y mantener la imparcialidad.
crearon un mayor distanciamiento entre la policía y la comunidad.

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• Las jerarquías de mando y control que dependían de una autoridad central


daban respuestas normalizadas que poco tenían que ver con las necesidades
específicas de cada comunidad.
• La evolución tecnológica, por ejemplo, los sistemas de respuesta inmediata
(911), la dependencia del automóvil y los datos proporcionados por
computadora, estadísticamente contribuyeron al distanciamiento entre la policía
y la comunidad. La dependencia en el hardware y una estrategia de reacción
aisló a la policía de la comunidad.

La evidencia señala los límites de la Vigilancia Tradicional


Las investigaciones y el conocimiento adquirido a partir de las experiencias de
la policía empezaron a señalar los límites de los modelos de vigilancia tradicional.
Aparte de aislar a la policía de la comunidad, las soluciones tradicionales de
vigilancia no podían detectar ni procesar adecuadamente todos los delitos que
se estaban cometiendo.
• Los estudios sobre la eficacia del sistema penal, desde la detección y
aprehensión hasta el juicio, la sentencia y la rehabilitación, muestran muy pocos
resultados. Muchísimos menos delitos se llegan a procesar completamente
comparados con el número de casos. Hay poca evidencia que indique que la
detección y la convicción disminuyen los delitos cometidos por otros. La tasa de
reincidencia es alta y el tratamiento ha demostrado ser ineficaz. Los programas
que son eficaces en ayudar a los infractores a reintegrarse exitosamente
después de salir de la cárcel no son práctica normal en muchas áreas.

• Un estudio sobre las rondas preventivas, demostró que éstas no obstaculizan


a la delincuencia ni reducen el miedo que causa entre los ciudadanos. También
se comprobó que con duplicar el número de patrullas no se reduce
considerablemente el número de delitos32.
• Otras investigaciones demostraron que es muy improbable que una patrulla
durante su ronda al azar, llegue en el momento en que se está cometiendo un
delito y capture al delincuente en el acto.
• Se descubrió que los móviles de patrulla ,tenían una desventaja adicional:
distanciaban a la policía de la comunidad. Con estos vehículos, se perdió el
beneficio que existía en las relaciones con la comunidad cuando las rondas se
hacían a pie o en bicicleta.
• Los estudios sobre víctimas y victimarios dentro de la población en general
proporcionaron detalles al respecto y demostraron que muchos de los delitos no
se reportan en su total magnitud o ni siquiera se reportan.
• Conforme las comunidades se volvieron más diversas debido a las nuevas olas
de inmigrantes y refugiados, el aislamiento de la policía en las comunidades trajo
como consecuencia que no pudieran comunicarse con los nuevos residentes y
que éstos tendieran a evitarla debido a las experiencias negativas. Los
refugiados generalmente no buscan ayuda porque temen y sospechan de los
oficiales uniformados debido a las experiencias traumáticas en sus propios
países. Por otro lado, muchas veces, la policía no sabe cómo comunicarse con

32
Community Policing Institute. Community-Oriented Policing Lesson Plans,
www.umcp1.org/copsixtn.html, pág. 6.

29
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los emigrantes. El sentimiento de estos grupos entre sí es de incertidumbre,


frustración y algunas veces hasta de hostilidad.
Los métodos tradicionales de vigilancia no conseguían solucionar
adecuadamente el problema de la delincuencia ni la participación de los
ciudadanos. Quedó evidente que se necesitaba una respuesta policial diferente.

Los Cimientos de la policía y la Prevención del Delito: Las organizaciones


policiales por todo el mundo han estado implementando cambios para acercarse
a las comunidades. La policía diseñó las siguientes tentativas como parte de un
estilo de vigilancia anticipadora que puede incluir la prevención:

La prevención policial orientada a la comunidad es un paso audaz y pasa de


la tradicional actitud de respuesta a la de anticipación. La idea se basa en la
participación y solución de problemas por parte de la comunidad. Las
organizaciones policiales que han asumido este cambio han comenzado a
modificar la estructura de la organización, a descentralizar las operaciones, a
delegar la autoridad y a permitir la participación de la comunidad en las
actividades de la vigilancia. Cuando la vigilancia está orientada hacia la
comunidad se crean unos cimientos sólidos que permiten fomentar las alianzas
entre las agencias, incorporar la participación de la comunidad y ofrecer más
servicios orientados a la prevención.

La prevención policial orientada a los problemas obliga a la policía a


enfocarse inmediatamente en las causas principales de la delincuencia y el
desorden. Esta estrategia reconoce “que el objetivo primordial de la policía no es
simplemente el de aplicar la ley, sino el tratar de resolver los problemas
eficazmente; lo ideal es de evitar que ocurran desde el principio 33 ”. Este tipo de
vigilancia es más activa que el de vigilancia con procedimientos típicos de
respuesta a las llamadas.
Los dos estilos de vigilancia son complementarios, pero, para resolver los
problemas de la comunidad, uno pone el énfasis en la colaboración con la
comunidad, mientras que el otro analiza los problemas y diseña las soluciones.
Aunque la vigilancia que se enfoca en los problemas acepta bien la participación
de la comunidad, también reconoce que el papel de la comunidad puede ser
limitado, dependiendo del problema en cuestión.
Ambos estilos de vigilancia brindan oportunidades de prever las necesidades y
preocupaciones de la comunidad. Por lo general requieren de su participación,
de amplias consultas con los interesados y de comités formados por miembros
de diferentes agencias y personas claves que pueden encausar las labores. La
policía podrá empezar a desarrollar estrategias destinadas a solucionar y
prevenir los delitos y problemas e incorporar un sistema de vigilancia enfocado
en la prevención si trabaja con una amplia gama de aliados y conoce mejor los
problemas de la comunidad y las raíces de los mismos.
Para complementar estos esfuerzos, algunos departamentos de policía han
modificado su sistema de organización para apoyar y fomentar una estrategia de
vigilancia más creativa que incorpore, como funciones primordiales, la consulta,

33
Scott, Michael S. Problem-Oriented Policing: Reflections on the First 20 Years. U.S. Department of
Justice, Office of Community-Oriented Policing Services, Washington DC, 2000, Prefacio

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la asociación, la descentralización en la administración y una planificación más


estratégica en base al análisis criminal.

¡NO ES UNA TAREA FÁCIL! No siempre se ha recibido con los brazos abiertos
la idea de avanzar hacia un modelo más preventivo. La oposición está arraigada
en el tradicional sistema jerárquico de respuesta que opone la vigilancia
preventiva contra las soluciones más tradicionales.
El cambio causa la tensión. Para la exasperación de quienes han pasado su vida
bajo un régimen más tradicional, las nuevas estrategias de vigilancia están
reduciendo los territorios de poder y control.
La vigilancia preventiva necesita comprender mejor cuáles son los problemas y
habilidades necesarias para solucionarlos y así lograr el desarrollo de la
comunidad y devolverle el poder.
Para vencer esta oposición y lograr un cambio tan profundo se requiere de un
compromiso a largo plazo. Ni las estrategias de corto plazo, ni las modificaciones
menores logran los cambios necesarios. El reto sigue siendo: elaborar
estrategias más efectivas para poder cumplir con las variadas demandas de
servicio siempre en aumento; mejorar el personal y los recursos; fomentar el
pensamiento innovador; y conseguir la participación de la comunidad en las
actividades de vigilancia.

31
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BIBLIOGRAFÍA

Community Policing Institute, Community Oriented Policing, Lesson Plans, Pag 6.


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