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Invitación Poesía
Invitación Poesía
Tema 1
El lenguaje poético
Desmontando tópicos
Pero ¿cómo usamos esos signos en el lenguaje cotidiano? En realidad, nos basamos
en la representación de objetos y conceptos conocidos, utilizando para ello un
lenguaje reducido, repetitivo, lleno de imágenes usuales que nos resultan fácilmente
identificables, de frases que, dicho de alguna manera, pertenecen a nuestro caudal
social, huyendo del léxico poco frecuente y de las expresiones afectadas y complejas,
que nos harían parecer pedantes a los ojos de quien nos escucha o lee.
Tema 1
Quizá es, pues, esa la razón por la que, aun hoy en día, hay quien piensa que hacer
poesía se basa justamente en eso, en usar el lenguaje de forma opuesta a como lo
hacemos de manera habitual en nuestra vida cotidiana: mediante el uso de léxico
rebuscado y de expresiones correspondientes al registro lingüístico más elevado
posible, usando, siempre que resulte factible, expresiones complejas, difícilmente
comprensibles para los no eruditos. Nada más lejos de realidad.
Es cierto que ambos lenguajes se oponen, pero lo hacen de forma muy distinta. El
lenguaje cotidiano, por sus propias características, suele estar desligado de la
conciencia (es casi instintivo, generándose de forma automática). El lenguaje poético,
en cambio, es siempre consciente. De hecho, el poeta es un ser capaz de acercarse a
la realidad de una forma nueva y las palabras que usa, las imágenes que surgen de la
escritura deben reflejar no una conexión abstracta y mínima con el mundo, sino
comprometida y profunda: la mirada del poeta se traduce en el uso de las mismas
palabras cotidianas, pero empleadas por primera vez. Porque el poeta las vacía de su
significado habitual para luego volver a rellenarlas, dotándolas de un sentido personal
y nuevo.
Es decir, el poeta se compromete con la realidad y, por tanto, también con el lenguaje
que la nombra, para desbordar a ambos, tanto al lenguaje como a la realidad misma, y
construir, a partir de ese planteamiento, su propia poética. Hacer poesía es, de hecho,
encontrar en el lenguaje cotidiano la forma de expresar lo que, de otra manera, sería
inexpresable.
2. Poesía y canción
Tema 1
primera vista y cortadas a partir de unos patrones creados de antemano (denominados
"tópicos" o "lugares comunes"), el poema, en cambio, busca otras imágenes para
devolverles la frescura perdida a las palabras y convertirlas así en palabra poética, que
no es otra cosa que usar el lenguaje de una forma nueva para volver a darle
significado y vida a aquello que nos envuelve: al mundo que gira a nuestro alrededor y
también a ese mundo interior que nos convierte en lo que somos.
3. Poesía y forma
¿Cómo debe ser el poema?, ¿es preciso que rime?, ¿puede narrar algo? Por supuesto
que de lo que no se trata es de contar una historia en un lenguaje más o menos
prosaico, totalmente entendible. Estamos hablando de ideas y sentimientos, de
sensaciones y de conocimiento, no de relato. Por tanto, eliminaremos cualquier atisbo
de narración y nos centraremos en dar esa visión que solo el poeta sabe dar y que
refleja su relación profunda y comprometida con el mundo, transgrediendo la métrica y
olvidándonos de la rima, aunque ello no implique, ni mucho menos, dejar de lado a
grandes poetas del pasado, que debemos conocer y valorar para poder valorar
también la poesía contemporánea, la que corresponde a nuestros tiempos y que, en
general, evita esos recursos clásicos.
Para ello, usaremos palabras cotidianas, pero como si se tratase de la primera vez que
se utilizan, pero intentando unirlas de forma nueva, para conseguir una imagen inédita.
Tema 1
Por supuesto que la poesía no debe intentar transmitir sentimientos y sensaciones sin
más, dos facultades ajenas totalmente a la razón. Por el contrario, se trata de entrar al
trapo y crear imágenes novedosas, para reflejar, tanto a través de la forma como del
fondo, la profundidad de un instante, dando a conocer nuestro punto de vista personal
a través de un posicionamiento único, de una mirada que penetre en el estado de las
cosas, que se comprometa consigo misma y desde allí sea capaz de mostrar algo más
de lo que el lenguaje tradicional nos entrega. Y por supuesto se trata de trabajar con la
realidad, intentando mostrarla a través de esa voz poética personal, alejándose de la
creación literaria que caracteriza la narrativa, ficticia por definición.
Pero tampoco hay que pensar que la razón no está presente en la poesía y que lo
fundamental es la forma en que se plasman sensaciones y sentimientos. Por supuesto
que la poesía no es sentimiento sin más, como tampoco es solamente una forma de
conocer. En cualquier caso, podemos decir que precisa de ambos ingredientes a
partes iguales.
A menudo, constatamos que aquello que se dice en un poema contiene algo que
nosotros ya habíamos pensado, pero nunca habíamos sido capaces de decir: en ese
caso, lo que ha sucedido es que el poeta ha sabido pasar a palabras sensaciones,
emociones, afectos e ideas que, en la voz de otro, podrían haber quedado deslucidas,
ajadas. Él, en cambio, ha conseguido volver a dar vida a esas palabras, a transferir, a
través de ellas, imágenes. Y lo consigue a través de estructuras lingüísticas habituales
y sin necesidad de buscar palabras nuevas, sino reuniendo las ya existentes de una
forma que nos parezcan novedosas, nunca escuchadas con anterioridad.
Tema 1
neutralización, volver a nombrar. Pero se equivoca el que piensa que este
despojamiento se realiza utilizando básicamente mecanismos cognoscitivos o
intelectuales. No es desde la «inteligencia» tradicional que se lleva a cabo este
proceso, sino que más bien se trata de la potenciación de una capacidad perceptiva.
Quien hace arte le «da la vuelta» a la realidad. Se dice, «¿por qué en vez de verlo así
no puedo presentarlo de esa otra manera?» o «¿por qué en lugar de llamar «lápiz» al
lápiz no lo llamo «reflejo de sombras?».
Por tanto, debemos tener en cuenta que la función del poeta consiste en buscar,
dentro de su realidad, el eslabón perdido que separa al hombre del mundo y que, de
vez en cuando, le es permitido ver, como si en un momento determinado de su vida se
hallara frente a frente con una especie extinguida hace millones de años, que muy
pocos más han conseguido reconocer: lograr expresar eso en palabras es hacer
poesía. Así pues, es tarea del poeta hurgar en la «herida» que es el lenguaje, para
conseguir sacar a la luz aquellas vibraciones a las que no llega la repetición mecánica
de símbolos lingüísticos. Pero para ello es necesario que la mirada del poeta sea una
mirada propia, particular, la «mirada del creador»: de esa cuestión seguiremos
hablando durante este curso introductorio. De momento, os dejo con algunos textos
poéticos y unas poquitas tareas para ir practicando.
7. Lecturas
Aún en mi corazón
hay hormigas.
Antonio Gamoneda
Tema 1
Cachorro
Juan Cameron
Propuesta de trabajo
1. Elige una de las dos lecturas de este tema e indica por qué crees que puede
ser considerado un texto poético. Si es necesario, lee de nuevo el tema antes
de responder.
2. Transcribe el poema de un autor conocido elegido por ti. Debe ser un texto que
consideres que es el mejor (o uno de los mejores) que has leído últimamente.
Puede estar escrito en otras lenguas pero, en ese caso, será necesario que
incluyas una traducción. Justifica tu elección.
3. Reproduce uno de tus mejores poemas e indica también las razones por las
que merece, desde tu punto de vista, tal consideración.
4. Elige uno de los tres fragmentos de Octavio Paz que se incluyen a continuación
y coméntalo. Evita parafrasear: se trata de que te plantees cuál es tu punto de
vista sobre la cuestión una vez hayas comprendido y meditado sobre el sentido
del texto y, a continuación, lo intentes expresar por escrito.
Tema 1
La palabra no es idéntica a la realidad que nombra porque entre el hombre y las
cosas —y, más hondamente, entre el hombre y su ser— se interpone la conciencia
de sí. La palabra es un puente mediante el cual el hombre trata de salvar la
distancia que lo separa de la realidad exterior. Mas esa distancia forma parte de la
naturaleza humana. Para disolverla el hombre debe renunciar a su humanidad, ya
sea regresando al mundo natural, ya sea trascendiendo las limitaciones que su
condición le impone. […] Mientras no se opere este cambio, el poema seguirá
siendo uno de los pocos recursos del hombre para ir, más allá de sí mismo, al
encuentro de lo que es profunda y originalmente. Por lo tanto, no es posible
confundir el chisporroteo de lo poético con las empresas más temerarias y
decisivas de la poesía.
El poeta no escoge sus palabras. Cuando se dice que un poeta busca su lenguaje,
no quiere decirse que ande por bibliotecas o mercados recogiendo giros antiguos
y nuevos, sino que, indeciso, vacila entre las palabras que realmente le
pertenecen, que están en él desde el principio, y las otras aprendidas en los libros
o en la calle. Cuando un poeta encuentra su palabra, la reconoce: ya estaba en él.
Y él ya estaba en ella. La palabra del poeta se confunde con su ser mismo. Él es
su palabra. En el momento de la creación, aflora a la conciencia la parte más
secreta de nosotros mismos. La creación consiste en sacar a la luz ciertas
palabras inseparables de nuestro ser. Ésas y no otras. El poema está hecho de
palabras necesarias e insustituibles. Por eso es tan difícil corregir una obra ya
hecha. Toda corrección implica una re-creación, un volver sobre nuestros pasos,
hacia dentro de nosotros. La imposibilidad de la traducción poética depende
Tema 1
también de esta circunstancia. Cada palabra del poema es única. No hay
sinónimos. Única e inamovible: imposible herir un vocablo sin herir todo el poema;
imposible cambiar una coma sin trastornar todo el edificio. El poema es una
totalidad viviente, hecha de elementos irremplazables.
Bibliografía