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Juegos tradicionales

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Los juegos tradicionales son aquellas manifestaciones lúdicas o juegos que por
lo general se transmiten de generación en generación; estos a veces son
característicos de una región geográfica, otras veces son más bien universales.
Por ejemplo: rayuela, saltar la soga, las escondidas.

A menudo se emplea indistintamente el nombre de juegos tradicionales o juegos


populares, aunque para algunos estas no son categorías equivalentes: los
primeros en general remiten a los juegos de la infancia, que como bien se sabe,
además de representar un espacio de esparcimiento para los niños contribuyen a
su desarrollo psicomotriz y socio-afectivo.

 Puede servirte: Juegos recreativos

Características de los juegos tradicionales


En general, los juegos tradicionales no emplean objetos demasiado especiales
(una pelota o un pañuelo por lo común son suficientes), y se basan en una serie
de reglas relativamente simples, fáciles de comprender.

El cuerpo con sus sentidos es casi siempre el principal elemento del juego
tradicional, a veces acompañado por la palabra. A menudo los juegos tradicionales
se orientan al desarrollo de habilidades, entre ellas la correcta percepción o
desarrollo del esquema corporal, el control tónico y postural; la ubicación témporo-
espacial y la motricidad fina y gruesa.

No hay que olvidar que antes de que existieran la televisión y los videojuegos,
niños y adultos jugaban en las plazas y en las calles con los pocos elementos que
estaban a su alcance. Estos juegos espontáneos constituían una experiencia muy
valiosa y enriquecedora, que muchos hoy añoran.

Tradición social
Los juegos tradicionales forman una parte importante de la identidad de los
pueblos y como fenómeno cultural y social es sin duda más que interesante.

Los juegos tradicionales suelen sufrir algunos cambios, pero casi siempre
mantienen su esencia y su vínculo con el modo de ser, incorporando la mentalidad
popular y expresándola por medio de la oralidad fundamentalmente.
Algunos investigadores del tema postulan la influencia de contenidos mágicos o
religiosos en el origen de los juegos, pues en épocas pretéritas el juego era el don
o la habilidad de magos y chamanes.

Luego la religión y el racionalismo fueron en parte desplazando el pensamiento


mágico, relegándolo primero al mundo de las mujeres y luego al de los niños.

En todas partes del mundo existen juegos tradicionales, y por cierto, es llamativo
que una gran parte de estos juegos se repitan en diferentes partes, aunque con
marcas propias de cada lugar y cultura.

Ejemplos de juegos tradicionales

Los juegos populares y tradicionales se caracterizan por su valor cultural y


educativo. Son representativos de las formas de vida de las gentes que los
practican y pueden ser: específicos de un país, de una región o de un pueblo.
Por tanto, jugar a los mismos supone un punto de unión entre el pasado y el
presente, entre nuestros mayores y nuestros jóvenes. Algunos ejemplos de
juegos tradicionales son el bolo leonés y la petanca.
Al respecto, es muy importante que los padres jueguen con sus hijos y que
compartan con ellos los juegos que les han legado sus padres y abuelos para
que no desaparezcan.

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Concepto de juego popular y juego


tradicional
Siguiendo a Agramonte, el juego tradicional es aquel que ha subsistido a un
determinado periodo histórico, como por ejemplo la Guerra Civil. Por
ejemplo, el bolo leones.
La taba es un hueso que se encuentra en el astrágalo de los animales. Se
trata de un juego de azar en el que cada persona lanza las tabas buscando
que la parte más prominente de las mismas quede boca arriba.

Mientras que los juegos populares son aquellos que son practicados por el
pueblo, es decir, por un elevado número de personas. Es el caso de la tula.
Esto no lo sabes, también existen juegos autóctonos. Los podemos definir
como prácticas lúdicas representativas de una zona. En Europa no ha
ocurrido, aunque sí podemos encontrar similitudes en los reglamos de unas
regiones a otras.

Por ejemplo, la bola tarahumara. Este deporte tradicional consiste en golpear


una pelota con el pie hasta la meta. Las distancias que se recorren pueden
llegar a superar los 200 km.

Moreno Palos los define como: “actividades lúdicas de carácter local y


ancestral que provienen de la presión de generaciones anteriores y que
poseen un marcado carácter cultural desde un punto de vista
antropológico”.

Según el autor anteriormente mencionado, son propios de una zona, la cual


dispone de unas características culturales propias que de alguna forma han
contribuido a su difusión.

¿Cuál es la diferencia entre el juego


popular y el juego tradicional?
Existen semejanzas y diferencias entre ambos como vamos a ver. Por un
lado, algunos son juegos populares y tradicionales al mismo tiempo, debido a
que son practicados por un elevado número de personas y han subsistido a
un determinado periodo histórico. Por ejemplo, juegos populares como el
de las sillas.
Otros juegos son solo tradicionales debido a que no han desaparecido pero
su práctica está cayendo en desuso, como ocurre con las canicas.
En este juego los participantes tienen que realizar un círculo con un palo
sobre una superficie arenosa. Las caninas se colocarán dentro del mismo.
Cada jugador tendrá que intentar sacar el círculo el mayor número de
canicas posible.

Para ello deberán de golpear una con el dedo desde fuera del círculo. El que
más canicas consiga sacar resultará vencedor.
Por otra parte, existen deportes tradicionales como la pelota vasca, que
tienen un origen antiguo, pero como su práctica se extendió paso a ser
también un juego popular.
No obstante, su práctica no se ha restringido a los límites geográficos de
España, sino que se ha extendido por muchos lugares del mundo. Por
ejemplo, en los Estados Unidos. De tal modo, la pelota mano vasca se a
convertido en un deporte de masas.

Historia de los juegos tradicionales


En todas las comunidades los juegos tradicionales tienen su origen en las
actividades laborales que se desarrollaban en el día a día. Por ejemplo, el
concurso de siega o el de cortar troncos.

De esta forma, una actividad que tiene su origen en el mundo del trabajo es
sistematizada en forma de competición y recibe el nombre de juego.

En España la mayoría de los juegos tradicionales proceden de los caminantes


que hacían el Camino de Santiago. Éstos traían de sus comunidades sus
prácticas lúdicas y las divulgaban en el norte de España.

Por tanto, no es de extrañar que muchos de nuestros juegos procedan de


lugares como Francia, Italia o de los pueblos germanos. Éste es considerado
el origen de los juegos populares y tradicionales.

Nos podemos encontrar con números testimonios de las prácticas lúdicas de


cada época en la pintura. Un buen ejemplo sería el cuadro de Pieter Bruegel
el Viejo titulado “Juegos de niños” (1560), en el cual aparecen niños
realizando diferentes juegos como los zancos, la peonza, la sillita a la reina,
el salto a la pídola o la gallinita ciega.

Juegos tradicionales de mesa


Parchís
El parchís es un juego de mesa muy popular en España. Se desarrolla en un
tablero con casillas de 4 colores: rojo, verde, amarillo y azul.
Cada jugador tendrá 4 fichas de uno de estos colores. Para jugar a este
juego lanzaran un dado de 6 caras y moverán una ficha en función del
resultado obtenido.

No obstante, para poder mover una ficha primero hay que sacar un 5.
Cuando se consiga se colocará en la posición de salida. Cabe mencionar que
el objetivo del parchís es realizar un recorrido con cada una de las fichas.
De tal modo, el primero en conseguirlo es el ganador.

La oca
La oca es un juego de mesa que se desarrolla en un tablero con 63 casillas.
Para jugar a la misma se necesitan al menos dos personas, aunque se puede
incrementar este número tanto como se quiera.

Cada jugador tendrá una ficha, que irá movimiento por el tablero en función
del resultado obtenido al tirar un dado. Por tanto, el objetivo de la oca es
llegar a la última casilla antes que el resto.

Ajedrez
El ajedrez es un juego de mesa para 2 personas. Se lleva a cabo en un
tablero de 64 casillas, pintadas con los colores negro y blanco.

A un lado del tablero se coloca un jugador con las piezas blancas y al otro, el
de las negras. Cada uno dispone de 16 piezas, que son: 1 rey, 1 dama, 2
alfiles, 2 caballos, 2 torres y 8 peones.

El objetivo del ajedrez es capturar al rey del rival. Por tanto, el primero que
lo consigue es el que gana.
Tute
El tute es un juego de cartas que goza de una gran popularidad en España.
El numero de jugadores varía en función de la modalidad que se practique.
Por lo general suelen ser 2, 3 o 4.

Para jugar al tute se necesita una baraja española. El objetivo del tute es
sumar más puntos que el o los contrincantes.
Tangram
El tangram es un juego de mesa de origen chino. Consta de 7 piezas: 5
triángulos, 1 cuadrado y 1 romboide.

El objetivo del tangram es formar una silueta con las piezas anteriormente
mencionadas. Cabe mencionar que queda enmarcada en un cuadrado.
Por otra parte, se puede jugar al mismo individualmente o en parejas.

Domino
El domino es un juego de mesa en el que se utilizan 28 piezas de color
blanco. Éstas se encuentran dividas en 2 partes por una raya.

En cada lado aparece un número, que se presenta a través de puntos de


color negro. No obstante, también puede que este toda la cara en blanco o
solo una parte de la misma.

Para jugar al domino se reparten las fichas entre los jugadores. El objetivo
del domino es el ir desprendiéndose de ellas colocándolas sobre la mesa.
Por tanto, el primero en conseguirlo será el vencedor.

Ejemplos de juegos populares y


tradicionales
La rayuela
Se dibujan 10 casillas en una superficie plana. Cada participante tendrá una
piedra, que deberá de lanzar a la casilla que le corresponda. Se empieza por
la primera, la del número uno.

Sí se acierta, habrá que saltarla y pisar en el resto de casillas a la pata coja, o


como ocurre con los números 4, 5, 7 y 8, en las que se apoyan los dos pies,
un pie en cada una. Al llegar al número 10 se vuelve y se recoge la piedra.

En caso de fallar o sí se pisa alguna línea al desplazarse, se le cede el turno al


siguiente jugador. Del mismo modo, sí al lanzarla coincide con la línea del
cuadrado perteneciente al número que le toque, habrá que efectuar de
nuevo el lanzamiento.
El primero que llegue al número 10 será el ganador, aunque para hacerlo
más difícil también se podría realizarla en sentido contrario. Este es uno de
los juegos populares y tradicionales que más se realizan en el patio de los
colegios.

Torito en alto
Se la queda un niño, que tendrá que intentar pillar al resto. Los otros podrán
subirse encima de los objetos dispuestos dentro del espacio para evitar ser
dados. Por ejemplo, un banco sueco. Se considera esta acción como «casa» y
no pueden ser pillados.

No obstante, si un participante permanece demasiado tiempo, el profesor


contará hasta 5 para que salga. También puede darse el caso de «perrito
guardian», que sucede cuando el que se la queda no deja salir a algún
compañero que se encuentra en «casa». En esta situación tendrá que dejarle
escapar.

El escondite
Se la quedará una persona, que tendrá que pillar al resto. Los otros
escaparán y tratarán de esconderse. El que se la queda contará entre 50 y
100, dependiendo de lo que se haya acordado.

Cuando termine tratará de ver a alguien. Sí lo consigue, correrá hasta el lugar


donde contó y dirá por…, el nombre del niño que haya visto. En el caso de
que logre dar a todos, se la quedará el primero que haya sido dado.

En el caso de que alguno de ellos consiga tocar el lugar desde el que se


contó antes que el que se la quedaba, dirá «por mí y por todos mis
compañeros», quedando así salvado el mismo y el resto de participantes. De
tal modo, se la volvería a quedar la misma persona.

El juego de la silla
Se coloca el mismo número de sillas que de participantes y en cada ronda se
va quitando una. Empieza a sonar la música y los últimos se mueven
alrededor de las mismas. Cuando esta cese, deberán de sentarse en una de
ellas.
Como siempre va a haber una menos que el número de jugadores, uno se
quedará sin silla. Éste quedará eliminado. Cuando solo quede una, resultarán
vencedores los dos últimos participantes.

La comba
Dos personas sujetan una soga y la mueven para que el resto de
participantes puedan saltarla. Existen diferentes formas de saltar a la comba,
o fases, según se entienda.

La manera más simple sería la de colocarse al lado de la comba y saltarla una


vez que esta empiece a moverse. Luego estaría la entrada y en un nivel
superior de dificultad la salida.

De tal modo, la manera «tradicional» y más difícil de saltarla sería entrar,


saltar y salir cuando la comba se encuentra en movimiento.

Por otra parte, existen numerosas formas de saltar: con los pies juntos, a la
pata coja…, y el número de saltadores al mismo tiempo dependerá de la
longitud de la comba.

También existen numerosas canciones que pueden acompañar al salto,


como la que se muestra en el video que se expone.

La tula (pilla pilla)


Se la queda una persona, que tendrá que intentar pillar al resto. Estos
deberán de evitar ser dados. Cuando alguien sea pillado será el siguiente
que se la quede.

En este juego se pueden introducir variantes, por ejemplo haciéndolo


cooperativo. Se jugaría igual pero en parejas.

Otra sería variando el sistema de captura. En el pilla pilla de toda la vida el


toque se produce con la mano, pero también se puede realizar utilizando
algún implemento, como por ejemplo una espada de papel.
Las gomas
En este juego se colocan dos jugadores en los extremos de la goma, metidos
dentro. Los niños irán saltando la goma, pisándola, mientras cantan alguna
canción.

Los juegos con gomas son muy adecuados para trabajar la coordinación,
dado que se utilizan diferentes esquemas rítmicos en función de la canción.

A continuación pongo un video en el que aparecen unos niños cantando


mientras saltan la goma:

El matado
Se la quedan dos personas, una en cada extremo del espacio. En el medio se
colocarán el resto de participantes. Los que se encuentran a los lados
tendrán que intentar dar con una pelota a los que están en el centro.

Es muy importante que cuando efectúen el lanzamiento no sobrepasen la


línea que delimita el espacio de acción de los otros.

Cuando un niño es dado queda eliminado, pero existen salvedades. Sí se


consigue atrapar la pelota en el aire obtiene una vida. Esta podrá ser
utilizada para salvar a un compañero o ser acumulada.

Cuando solo queda una persona, se realizan tantos lanzamientos como años
tenga el que queda, de modo que sí tiene 10 años, el número de
lanzamientos que se realiza es de 10.

Sí es dado, pierde. Sí no lo es, salvará al resto de sus compañeros y se


reanudará el juego. En la dinámica de este juego se pueden introducir
muchas variantes como la del gusanito de colores.
Esta consistiría en lanzar la pelota rasa para que a los que están en el centro
les dé tiempo a abrir las piernas, de manera que la pelota pase entre las
mismas, al tiempo que dicen un color.

Sí repiten el color que ya haya dicho otro compañero, quedan eliminados.


También se eliminarían sí no dicen un color o la pelota no pasa entre sus
piernas. El gusanito se podría hacer de marcas de coche, frutas, comidas…,
de lo que se quiera.

La gallinita ciega
Se la queda a una persona, que tendrá que pillar e identificar al resto. Ésta irá
con los ojos vendados. Cuando pille a alguien deberá de averiguar quién es.

Para ello tendrá que prestar atención a cuestiones como el tono de voz o los
rasgos faciales. Sí identifica a la persona, la última se la quedará. Sí falla, se la
seguirá quedando.

Se recomienda que el espacio en el que se desarrolle este juego no sea muy


extenso porque la exclusión del sentido de la vista dificulta que el que se la
liga pueda pillar al resto de participantes.

También puede ser necesario que una persona se encargue de guiar a la


«gallinita ciega» para que ésta no se salga del terreno de juego o tropiece
con algún obstáculo. Es uno de los juegos populares y tradicionales que más
se lleva a cabo en la actualidad.

El pañuelo
Se hacen dos equipos. En cada equipo se designa a cada participante un
número atendiendo al número de jugadores. En el caso de que alguno de los
dos tenga más jugadores, el otro asignará otro número a uno de los suyos.

Estos se colocarán uno en frente del otro. En el centro, a uno de los lados, se
pondrá una persona, que será la encarga de sujetar el pañuelo y decir los
números.

El objetivo del juego es coger el pañuelo antes que el contrincante y llegar


hasta la línea de salida sin ser pillado por el rival. Para evitar problemas,
ambos equipos se colocan detrás de una línea, que solo podrá traspasar el
niño cuyo número sea dicho.

Sí se consigue traer el pañuelo con éxito, se consigue un punto. En el caso


de ser pillado, el punto va para el equipo adversario.
También se puede dar la circunstancia de que al ir a coger el pañuelo se pise
el campo rival, traspasando así la línea de medio campo. En esta situación el
punto iría también para el equipo rival.

La duración del juego dependerá del número de variantes que se


introduzcan y de sí se cambian los números. En el video que compartimos
podéis comprobar la dinámica del mismo.

Policías y ladrones

Es un juego popular en el que se hacen dos equipos, unos serán los policías
y los otros los ladrones. Siguiendo la lógica, los policías tratarán de pillar a
los ladrones.

Para hacerlo solo tendrán que tocarlos y acompañarlos hasta la cárcel. Esta
será un espacio que hayan determinado los participantes de antemano.

Los ladrones podrán ser salvados cuando un compañero ladrón toque su


mano. El juego termina cuando ya no haya más ladrones por pillar.

Para a que a los policías no les resulte muy complicado pillar a los ladrones,
es recomendable reducir el espacio de juego. Cada cierto tiempo cambiarán
de rol.

Bibliografía
Agramonte, E. A. (2011). Juegos y deportes populares y
tradicionales. Pedagogía magna, (11), 98-108.

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