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Lean con detenimiento la breve historia de Juan:

De lunes ca viernes, Juan se despierta a las 7 am. Desayuna un vaso de leche chocolatada, come
algunas galletitas, se pone el guardapolvo y se toma el colectivo hasta la escuela. De 7:45 a 13:15
tiene clases. A Juan no le gusta la escuela, siente que es una pérdida de tiempo, pero sabe que tiene
que ir. “La escuela es como una cárcel”, comentan a menudo con Luciano y Ariel, y el timbre de las
13:15 es el sonido de la libertad. Después de ese horario, Juan puede hacer lo que quiere: jugar al
fútbol, estar con el celu, hablar con amigos sobre temas que realmente le importan. Su madre,
Amalia, se enoja cuando Juan se queja del colegio, y le repite “Tenés que estudiar, para que cuando
seas grande no tengas que trabajar mil horas en la fábrica como tu papá y yo”. Juan también
escucha a Amalia quejándose... Pero ella se queja de otras cosas: que el sueldo no alcanza, que el
patrón dice que no puede pagar más pero que todos los años cambia el auto, que el colectivo a las
seis de la tardees insufrible...
Por la tarde, Juan mira series en su celular, le gustan las de ciencia ficción que le presentan otros
mundos donde las cosas pueden ser diferentes. Después de algunos capítulos, a veces, Juan se queda
dormido y se despierta cerca de la hora de la cena. Luego de comer, casi siempre vuelve al celu para
hacer historias en las redes sociales, mandarse mensajes con amigos y, en especial, con su novia. En
el grupo de chat, Juan se entera de las tareas escolares que debería haber preparado para el día
siguiente. A veces se toma la molestia de pedirle la tarea a algún compañero, pero muchas veces no.
Juan piensa, cree y sospecha que su vida es rutinaria, y que sus obligaciones no le permiten
disfrutar de su juventud. Ariel, su amigo, siempre le repite: “Nunca más vamos a tener 15 años,
tenemos que aprovechar este tiempo”, y Juan asiente con la cabeza. Después vuelven a los posteos
en las redes sociales y a investigar qué nueva serie pueden ver en Netflix.
Los sábados de Juan son algo distintos. Se levanta mucho más tarde que los otros días. Participa de
algunos juegos en red y por la noche, cuando se puede, se junta con sus amigos y amigas en alguna
casa. Su mamá y su papá no lo dejan ir a fiestas ni mucho menos a boliches. La noche en la ciudad
es insegura y según sus padres, Juan y sus amigos todavía son chicos.

A partir de los elementos relatados en la historia de Juan, reelaboren el relato de la vida de un joven
de su edad, pero, esta vez, ubicándolo en una de las sociedades estudiadas: egipcia y Sumeria.

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