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La Oración Como
Estilo de Vida
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TEMA 5
La oración como estilo de vida
“Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran,
y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré
desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra” (2ª Crónicas 7:14).
INTRODUCCIÓN
Cuando oramos, estamos hablando con el Señor. A través de la oración tenemos la oportunidad
de relacionarnos con el Padre, tener intimidad con El. Sin oración somos fácilmente convencidos de
que cualquier cosa es mejor que estar con el Padre. Más a través de la oración, descubrimos que
Dios es bueno y que no tiene hijos predilectos. Hay hijos más allegados a Él y, consecuentemente
más bendecidos.
Tenemos una promesa de parte de Dios de que, cuando oramos rendidos al Señor, El nos oye,
perdona nuestros pecados y nos sana.
1.3. Diez Pasos que Jesús estableció para la Oración y que debemos reconocer (Mateo
9:6-14)
REDENCIÓN – Padre Nuestro
Porque El nos llamó, podemos llamarlo Padre (Juan 1:12). Porque El nos dio vida
cuando estábamos muertos (Efesios 2:1 / Gál. 2:20). Antes teníamos otro padre (Juan
8:44). Dios nos dio promesas grandes y preciosas y una de las formas de reivindicarlas es
a través de la oración (1ª Pedro 1:4).
CONCLUSIÓN
Es muy importante seguir estos pasos. Póngalos en práctica diariamente es una forma de
ejercitar la oración, ampliar el vocabulario con Dios y aun tener mejor nivel de intimidad con El.
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No importa el lugar o local en el cual usted estuviere, busque un tiempo para estar solo con Dios.
La Biblia habla de hombres que reservaban un tiempo especial para estar a solas con Dios. Isaac
meditaba al caer la tarde (Gén. 24:63). Salmo 119:63, David ora a la media noche. Pablo nos enseña
a orar en todo tiempo (Efesios 6:18).
Mateo 26:41 dice: “Velad y orad para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está
dispuesto, pero la carne es débil”.
En el inicio, la oración es como un ejercicio que necesita ser practicada todos los días hasta que
se torne un hábito que se haga parte de su vida, como el alimento que usted toma diariamente.
Usted cuenta con la ayuda del mayor intercesor que existe: El Espíritu Santo de la promesa.
Adóptelo como su profesor. El le ayudará a fluir en esta práctica maravillosa, hasta que la oración
sea, para usted, un estilo de vida.
Fin de Lección
Orientación para el Ministro