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La psicot e r a pia h u m a n ist a .

FUENTE: PSI COLOGI A.COM 2009; 13( 1)

M a r ía de los An ge le s Lópe z Or t e ga .
Universidad La Salle Morelia. México.

Re su m e n

La " psicología hum aníst ica" , conocida t am bién com o " psicología hum anist a" , surgió en los Est ados Unidos, en las
décadas de los cincuent a y sesent a j unt o a la prim era fuerza ( el psicoanálisis) y la segunda fuerza ( el
conduct ism o) . En la década de los set ent as est e enfoque llegó a Alem ania y a ot ros países de Europa. El enfoque
hum anist a de la psicología " considera al hom bre en sí com o un ser pot encialm ent e libre y creat ivo, cuyo
com port am ient o puede depender m ás de su m arco concept ual int erno, que de la coacción de im pulsos int ernos o
de la presión de fuerzas ext eriores" Psicólogos y filósofos exist encialist as le devuelven la libert ad al individuo; es
decir, después de los problem as que la hum anidad adquirió a raíz de la prim era guerra m undial, los
exist encialist as ven a la persona libre. En la psicología hum aníst ica, la persona t iene libert ad de elección, lo cual
sust it uye la idea conduct ist a del conj unt o m ecánicam ent e det erm inado de conduct as. De aquí part e el concept o
de client e, el cual sust it uye el concept o de pacient e, porque el client e t iene la capacidad de decidir. La gran
m ayoría de los psicólogos y psiquiat ras del enfoque hum anist a consideran que el hom bre busca aut orrealizarse y
t iende al crecim ient o. El psicot erapeut a hum anist a ayuda a la persona a aut o- explorarse, pero no t om a las
decisiones por ella ni le soluciona direct am ent e los problem as. Ayuda a la persona a que se responsabilice de la
t om a de sus decisiones y a que sea ella la que dirij a su propia exist encia y que libere de t oda clase de at aduras.

Su r gim ie n t o de la Psicología H u m a n ist a

Ant es del siglo XI X, el est udio de la conduct a hum ana fue del dom inio, casi exclusivam ent e, de filósofos y
t eóricos. Se dist ingue generalm ent e a Wilhelm Wundt ( 1832- 1920) com o precursor de la psicología cient ífica.
Después surgieron ot ras escuelas psicológicas: William Jam es fom ent ó el funcionalism o, en Nort eam érica; en
Alem ania se proyect aron las bases de la psicología de la Gest alt , al t iem po que el psicoanálisis freudiano surgía en
Viena, y t am bién en Nort eam érica, John B. Wat son iniciaba la escuela conduct ist a. ( 1)

La psicología se había ido concent rando en el est udio de las funciones del hom bre, perdiendo de vist a al hom bre
m ism o; se dedicaba a lo secundario y periférico, dando del hom bre una im agen parcial, incom plet a y unilat er al, y
descuidaba lo prim ario y esencial, es decir, t odo aquello que m ej or ident ifica y dist ingue al hom bre, com o es el
am or, la creat ividad, los valores, la aut onom ía, la conciencia, los sent im ient os, el t rabaj ar con un propósit o, la
aut orrealización, et c. Dada est a serie de incongruencias, nace y se desarrolla la “ t ercera fuerza de la psicología” ,
la Psicología Hum anist a, que acept a los m odelos y analogías del psicoanálisis y del conduct ism o para ciert as áreas
de invest igación, pero no los considera una descripción adecuada de los seres hum anos. ( 2)

La psicología hum anist a surge en los Est ados Unidos de Nort eam érica al t érm ino de la Segunda Guerra Mundial.
Durant e el dom inio nazi, m uchos europeos inm igraron a los Est ados Unidos. Ent re est os inm igrant es se
encont raban varios psicólogos exist encialist as, los cuales aport aron m uchas ideas para el desarrollo de la t ercera
fuerza de la psicología, que m ás t arde se difundieron por Europa y ot ras part es del m undo.

Muchas personas quedaron devast adas t ras sufrir los horrores de la guerra y m uchos se sint ieron prisioner os de
un sist em a con el que no est aban de acuerdo. Psicólogos y filósofos exist encialist as le devuelven la libert ad al
individuo; es decir, después de los problem as que la hum anidad adquirió a raíz de la Prim era Guerra Mundial, los
exist encialist as ven a la persona libre. Después de dos guerras m undiales, el m undo occident al, inm erso en una
oleada de crecim ient o económ ico y bienest ar social, experim ent aba desde dent ro una revolución de sus
cost um bres y aspiraciones. El cuerpo, som et ido en las décadas ant eriores a la represión sexual y m ilit ar, se
rebelaba, libre de t abúes, deseosos de nuevas est im ulaciones sensoriales int ernas y ext ernas. Las personas
podían encont rarse librem ent e, conocerse y am arse, m is allá de las divisiones r aciales, polít icas y de clase. ( 3)

Aunque el prim er Encuent ro Nacional de la Am erican Associat ion for Hum anist ic Psychology ( AAHP) t uvo lugar en
1962, la Asociación se había const it uido ya com o t al en verano de 1961. Con ant erioridad en la prim avera del
m ism o año, había aparecido el prim er núm ero del Journal of Hum anist ic Psychology. De m anera que puede
considerarse 1961 com o el año en que la Psicologia Hum anist a nace a la luz pública. ( 3)
Alrededor de 1954, cuando Abraham Maslow publicó su libro Mot ivat ion and Personalit y, dos grandes t eorías
predom inaban en los círculos universit arios de Nort eam érica sin dej ar, por ello, de advert irse num erosas t eorías
m enores; no obst ant e, la m ayoría de los psiquiat ras, psicólogos y cient íficos de la conduct a seguían el
pensam ient o de Freud o de Wat son. La obra de Maslow no represent a un rechazo t ot al a lo est ablecido por los
psicoanalist as ni por los conduct ist as, sino el int ent o de evaluar lo que de am bas escuelas es út il, significat ivo y
aplicable al hom bre, para cont inuar luego desde allí. ( 1)

Abraham Maslow es considerado generalm ent e el inspirador de la psicología hum anist a, sin em bargo, él m ism o
nos recuerda que el m ovim ient o de la Psicología Hum anist a " no es obra de un solo líder sino de m uchas
personas" , com o Erich From m , Kurt Goldst ein, Karen Horney, Gordon Allport y Henry Murray ent re sus
ant ecesores y Car1 Rogers, Rol1o May, Gardner Murphy o Erik Erikson ent r e sus cont em poráneos. ( 3)

La psicología hum anist a, m ás que una escuela, es una nueva orient ación hacia la psicología, un m odo de pensar
sobre el hom bre. No se puede decir que los proponent es principales de est a orient ación – Abraham Maslow, Carl
Rogers, Gordon Allport , Charlot t e Bühler, Rollo May, Vikt or Frankl, Wilhelm Dilt hey, Edw ard Spranger, William
St ern, Kurt Lew in, Kurt Goldst ein, Gardner Murphy, Erich From m , Frit z Perls, al igual que un gran núm ero de ot ros
psicólogos act uales- t engan una ideología básica com ún, pero t ant o ellos com o los dem ás psicólogos hum anist as
sim pat izan o com part en m uchas posiciones sost enidas por la Psicología de la Gest alt , la Psicología Adleriana, la
Jungiana, la Neo- Freudiana, la Psicología del Yo, la Fenom enológica, la Exist encial, la Self- Theory, la Transaccional
y la Proact iva. ( 2)

Maslow est udió los “ m ás alt os alcances” de los pot enciales hum anos en su est udio de los aut orrealizadores.
Rogers se ocupó de est udiant es universit arios, que experim ent aran problem as de adapt ación a la vida, adem ás de
est udiar una gran variedad de problem as norm ales de los adult os en su t rabaj o de grupo. Allport y From m se
enfocaron sobre personas norm ales que luchan por superarse. ( 4)

Los psicólogos hum anist as y exist enciales han incluido en sus t eorías la idea del yo com o un agent e libre.
Sost ienen que pueden cont r olar nuest r os propios dest inos, si las condiciones no son dem asiado rest rict ivas.
Tam bién cont em plan a los seres hum anos com o poseedores de la capacidad de exam inarse y producir cam bios
inducidos por ellos m ism os. Podem os int erpret ar, crit icar, vigilar y evaluar racionalm ent e nuest ro propio
com port am ient o. Podem os evaluar los com port am ient os t ant o present es com o pasados y hacer planes para el
fut uro. Tam bién podem os ant icipar las consecuencias del com port am ient o act ual a largo plazo. ( 4)

De acuerdo a la psicología hum anist a, la persona t iene libert ad de elección; de aquí part e el concept o de client e,
que sust it uye al concept o de pacient e, porque el client e t iene la capacidad de decidir y de hacerse responsable de
las decisiones que t om e.

Erich From m en su libro, “ El m iedo a la libert ad” , explica el significado de la libert ad para el hom bre m oderno. “ La
t esis de est e libro es la de que el hom bre m oderno, libert ado de los lazos de la sociedad pre- individualist a –lazos
que a la vez lo lim it aban y le ot orgaban seguridad- no ha ganado la libert ad en el sent ido posit ivo de la realización
de su ser individual, est o es, la expresión de su pot encialidad int elect ual, em ocional y sensit iva” . ( 5)

Considero que Erich From m t iene razón en cuant o al m iedo que en algunas ocasiones t ienen las personas de la
libert ad, es decir, que algunas veces les result a m ás cóm odo que alguien m ás t om e las decisiones por ellos y que
alguien les diga qué hacer. En la psicología hum anist a se busca que las personas aprendan a hacer un buen uso
de su libert ad y a afront ar las consecuencias de sus act os y que no t engan m iedo a ser libres, que no t engan m ás
at aduras ni físicas ni psicológicas de nadie, que aprendan a ser independient es.

Víct or Frankl sost iene que “ La libert ad espirit ual, que no se nos puede arrebat ar, es lo que hace que la vida t enga
sent ido y propósit o” . ( 6) Est a cit a m e parece esencial que la conozcan y la ent iendan t odas las personas,
principalm ent e las que han sido privadas de su libert ad física , com o lo son las personas que han sido
secuest radas, las personas que han est ado en un cent ro de readapt ación social o las personas que han t enido o
que t ienen dependencia de alguna droga. Ent ender que la libert ad espirit ual es lo único que no se puede perder y
que ayuda a encont rar un sent ido a la vida, hace que el hom bre logre sobrevivir a las m ás duras pruebas que la
vida nos pone y a seguir adelant e buscando la superación personal.

La gran m ayoría de los psicólogos y psiquiat ras del enfoque hum anist a consideran que el hom bre busca
aut orrealizarse y t iende al crecim ient o. Consideran que el hom bre debe ser la persona que decide sobre el rum bo
de su vida, por lo t ant o debe “ t om ar las riendas de su propia exist encia” , t om ar decisiones y hacerse responsable
de ést as.

Para m í, es m uy im port ant e que el psicot erapeut a hum anist a no haga al client e dependient e de él, sino que le dé
la responsabilidad de t om ar sus propias decisiones y que durant e el proceso de psicot er apia le dé
acom pañam ient o m ient ras la persona aprende a dir igir su propia vida.

Sobre la aut or realización del individuo conviene dest acar la revisión de las obras de aut ores com o: Goldst ein ( al
cual podría considerarse com o el padre la psicología hum aníst ica) y Abraham Maslow ( quien escribió el libro “ El
hom bre aut orrealizado. Hacia una psicología del Ser ” ) . Am bos aut ores, ent re ot ros aut ores, explican la
im port ancia de la aut orrealización del individuo. Yo pienso que t odo ser hum ano busca t rascender, quiere que m ás
allá de él quede algo, desarrolla su int erior.

En relación a que el hom bre busca crecer, m e gust ó la form a en que lo plant eó Erich From m : “ Lo que se ha vist o
frecuent em ent e com o t endencia innat a del ser hum ano al progreso, es en realidad un int ent o de encont rar un
equilibrio nuevo, y a ser posible m ej or.” ( 7) Est e fundam ent o de la psicología hum anist a es prim ordial, porque si
uno cree que el hom bre t iene una t endencia innat a hacia el progreso, ent onces t iene sent ido que el hom bre
busque ayuda y r ealm ent e quiera cam biar su vida para bien y resolver algún problem a porque desea crecer y
progresar.

Siguiendo e int egrando las ideas de la Asociación de la Psicología Hum anist a, se pueden señalar cuat ro
caract eríst icas com o las m ás t ípicas en los aut ores m ás represent at ivos de est a orient ación psicológica:

1. Una at ención cent rada en la exper iencia hum ana conscient e com o fenóm eno prim ario ineludible al est udiar al
hom bre.
2. Un énfasis en las cualidades t an profundam ent e hum anas com o la elección, la creat ividad, la valoración y la
aut orrealización, en cuant o opuest as a un pensar sobre los seres hum anos en t érm inos m ecanicist as y
reduccionist as.
3. Fidelidad al significado y valor cuando se eligen los problem as de est udio e invest igación, y oposición al énfasis
que se pone en la obj et ividad m et odológica a expensas de la significación.
4. Especial aprecio por la dignidad y valor del hom bre e int erés en el desarrollo del pot encial inherent e a cada
persona. ( 2)

D ife r e n cia s e n t r e e l e n foqu e h u m a n ist a y los e nfoque s psicoa n a list a y condu ct ist a

Aunque las t res fuerzas de la psicología son m uy valiosas y efect ivas para ayudar a las personas, yo en lo
personal prefiero en enfoque hum anist a debido a la concepción que se t iene del hom bre.

“ El concept o de hom bre que se t iene en la Psicología Hum anist a es sum am ent e vast o y com plej o. Est a or ient ación
no desea excluir de su est udio nada de t odo lo que según su enfoque, ident ifica y dist ingue m ej or al hom bre,
com o es la libert ad, la creat ividad, los valores, el am or, act uar con un propósit o y dirigirse hacia una m et a, la
aut orrealización el sent ido de la vida, del sufrim ient o y de la m ism a m uert e” . ( 2)

Est a definición de hom bre resum e la concepción que t ienen del ést e varios de los psicólogos y psiquiat ras que
aport aron ideas para el desarrollo de la psicología hum aníst ica, com o lo son Carl Rogers, Víct or Frankl, Erich
From m , Abraham Maslow , ent re ot ros.

“ El est udio del enferm o m ent al result a valioso, pero no suficient e; el que se realiza con anim ales t am bién lo es,
aunque no llegue a sat isfact orio; aquel que se lleva a cabo con personas prom edio no resolverá, en sí el
problem a” . ( 1)

De ahí la im port ancia de “ la psicot erapia cent rada en el client e” de Rogers, que com o su nom bre lo indica, se
cent ra en la persona y no en el problem a.

“ Maslow sost iene la idea de que podem os aprender m ucho acerca del hom bre, m ediant e el est udio de gent e
excepcionalm ent e saludable y m adura; segm ent o de la especie hum ana que califica com o “ la vanguardia
radiant e” . ( 1)

La psicología hum aníst ica le da m ucha im port ancia al est udio de los sent im ient os, deseos y esperanzas y
aspiraciones de las personas, consideradas en ot ros enfoques com o subj et ivos y poco im port ant es. “ El est udio de
la conduct a no es suficient e para lograr una com presión global; lo subj et ivo debe t am bién t om arse en
consideración” . ( 1)

Al igual que ot ros aut ores, considero que el hom bre es un t odo, y por eso es im port ant e est udiar y at ender t ant o
la conduct a com o los sent im ient os, valores, anhelos, esperanzas y det erm inant es am bient ales que form an al
hom bre. No est oy de acuerdo en que algunos enfoques sólo consideren est udiar la conduct a del individuo sin
t om ar en cuent a los sent im ient os de la persona o que se est udie al hom bre com o una víct im a de alguna
pert urbación m ent al.
Charlot t e Bühler dice: “ La im agen del ser hum ano que vive de form a const ruct iva... se dem uest ra com o la de un
ser hum ano que logr a, incluso con grandes dudas, t ras fuert e pérdidas y grandes err ores, avanzar, sincero
consigo m ism o, com prensivo con los dem ás, efect ivam ent e const ruct ivo y en paz int erior” . ( 7) Me gust a m ucho
est a cit a de Bühler, ya que reflej a la t ot alidad del ser hum ano.

Hay una sencilla regla m nem ot écnica para recordar las part icularidades de los t res grandes grupos
psicot erapeút icos según la clasificación nort eam ericana: el psicoanálisis cont em pla al hom bre com o un “ ser de
abreacción” , la t erapia de la conduct a lo cont em pla com o un “ ser de reacción” y la logot erapia com o un “ ser de
acción” . ( 8)

Psicot e r a pia h u m a n ist a

La t ercera fuerza de la psicología t iene sus raíces filosóficas en el exist encialism o, dest acando la significación yo-
t ú com o un encuent ro, donde t ant o el “ t erapeut a” com o el “ client e” pueden descubrirse profundam ent e a sí
m ism os, sin que exist a m anipulación de uno sobre el ot ro.

“ El t erapeut a debe t ener una profunda act it ud hum anist a” . ( 9) Adem ás de la preparación y desarr ollo de las
dest rezas necesarias para ayudar a las personas, el t erapeut a debe t ener en cuent a que es un ser hum ano ant e
t odo y com o hum ano t iene sent im ient os, cualidades y defect os, se equivoca y sabe reconocer sus err or es. Al
t ener una act it ud hum anist a ayuda a las personas ent endiendo los problem as desde la perspect iva de su client e,
no j uzga a las per sonas y las acept a incondicionalm ent e, y es congruent e con lo que piensa, dice y hace.

“ En la m edida en que el t erapeut a est é realm ent e viviendo cada m om ent o, de una m anera congruent e consigo
m ism o, podrá ser un m odelo vivo y no de “ apariencia” para sus client es.” ( 10) Y considero que est o no sólo aplica
a los psicot erapeut as hum anist as, sino de cualquier ot ro enfoque de la psicología. Considero de que se necesit a
est ar bien con uno m ism o para poder ayudar a los dem ás, de ahí la im port ancia que t iene que el psicot erapeut a
prim ero se som et a a un proceso psicot erapéut ico para poder est ar bien consigo m ism o, com prenderse prim ero él
para después com prender a los dem ás personas.

Dent r o de la act it ud de la congruencia, hay un elem ent o que m e llam a la at ención: “ la aut o- revelación” , llam ada
t am bién “ el aut o- descubrim ient o” . Cuando est uve en proceso psicot erapéut ico, recuerdo que m i t erapeut a llegó a
revelarm e algunas de sus experiencias sim ilares a las m ías, que m e ayudaron a t ener m ás confianza con ella y a
ent ender que se podía salir adelant e a pesar de los problem as. Ahora que he est udiado sobre la congruencia, m e
sorprende lo valioso y út il que puede ser que revelem os al client e, cuando sea apropiado, algunas de nuest ras
experiencias. Es m uy im port ant e el ser nosot ros m ism os en t odo m om ent o y no t ener m iedo a m ost rarnos t al y
com o som os ant e el client e y el evit ar ponernos m áscaras.

El psicot erapeut a hum anist a ayuda a la persona a aut o- explorarse, pero no t om a las decisiones por ella ni le
soluciona direct am ent e los problem as. Ayuda a la persona a que se responsabilice de la t om a de sus decisiones y
a que sea ella la que dirij a su propia exist encia y que libere de t oda clase de at aduras.

Me han sorprendido los buenos result ados que ha dado la práct ica de las dest rezas que se ut ilizan en la
psicot erapia hum anist a com o la at ención y el reflej o, ya que ést as perm it en que el client e se dé cuent a de lo que
le pasa y est o perm it e que t om e decisiones responsable respect o a su vida y se vuelva dueño de su dest ino.

Considero que la m et áfora es un excelent e elem ent o didáct ico para t ransm it ir un m ensaj e. Ést a perm it e que el
client e vea una sit uación desde ot ro punt o de vist a, le da su propia int erpret ación y de est a m anera el t erapeut a
no t iene que adopt ar una act it ud pat ernalist a de dar le consej os.

Cor r ie n t e s pr in cipa le s de la Psicot e r a pia H u m a n ist a

Dent r o de la psicot erapia hum anist a exist en diversas corrient es, sin em bargo, sólo se desarrollarán las principales
que a cont inuación se enlist an:

• Terapia Gest ált ica


• Psicot erapia Cent rada en la Persona
• Logot erapia

Terapia Gest ált ica


Ést a consist e en at ender a ot ro ser hum ano en al form a que le perm it a ser lo que realm ent e es. Es una t erapia
exist encialist a, que se ocupa de los problem as provocados por nuest ra aversión a acept ar la responsabilidad de lo
que som os y de lo que hacem os. ( 11)

Frit z Perls figura com o el fundador de la t erapia Gest alt . Su opinión es que la persona m edia puede t em er a la
vida y a experim ent ar el aquí y el ahora; debido a est o, suele vivir principalm ent e en el pasado, m ediant e los
recuerdos obsesivos, y en el fut ur o, con la expect at ivas ansiosas de la cat ást rofe. ( 12)

Según Perls est a t erapia es, j unt o con la logot erapia de Frankl y el análisis de la exist encia de Binswanger y Boss,
“ una de las t res clases de t erapia exist encial” . ( 7)

El concept o de “ Gest alt ” denot a el aspect o de “ t ot alidad” y se asem ej a al concept o orient al de Tao. Am bos part en
de la idea de que figura y fondo const it uyen una t ot alidad com plet a y no pueden ser separados uno de ot ro sin
que ello im plique perder su respect ivo significado individual, es decir, sin dest ruir la t ot alidad. ( 7)

En est a t erapia son fundam ent ales los concept os de necesidades corporales y de sit uaciones inconclusas. Al
quedar sat isfecha la necesidad del organism o, al dar y t om ar del am bient e, la Gest alt se com plet a y la sit uación
t erm ina. El propósit o de la psicot erapia es rest aurar las part es perdidas de la personalidad y por m edio de ella
pueden recuperarse nuest ra experiencia y nuest ro funcionam ient o rechazados. El t erapeut a se dedica con el
client e al proceso de recuperar sensaciones y conduct as que el client e ha desechado y que ahora considera que no
le pert enecen, hast a que em pieza y cont inúa por su propia cuent a a r eafirm arse y a obrar com o lo haría la
persona que realm ent e es. ( 11)

Al igual que Freud y Jung, Perls puso m ucha at ención en los sueños de sus pacient es. Le pedía que int erpret aran
cada part e de sus sueños durant e la sesión t erapéut ica; su idea era que cualquier aspect o de un sueño represent a
ciert as facet as de la experiencia de una persona, gran part e de las cuales son repudiadas. Al ident ificarse con las
diferent es part es del sueño, la persona podía increm ent ar la conciencia de sí m ism o, lo cual, a su vez, aum ent aría
la sensación de vit alidad y fom ent aría el crecim ient o personal cont inuo. ( 12)

Psicot erapia Cent rada en la Persona


El enfoque cent rado en la persona, t am bién es conocida com o t erapia conversacional, y su aut or es el reconocido
psicólogo Carl Rogers ( 1902- 1987) . En un principio su aut or la llam ó psicot erapia cent rada en el client e, que
significaba que la persona que buscaba ayuda no era t rat ada com o pacient e dependient e, sino con un client e
responsable. Aplicado a la educación, se le llam ó enseñanza cent rada en el est udiant e. A m edida que se ha
ext endido a una gran variedad de cam pos –grupos de encuent ro, m at rim onio, relaciones fam iliares,
adm inist ración, grupos m inor it arios, int erraciales e int ercult urales y hast a las relaciones int ernacionales- se
cam bió el nom bre por una expresión lo m ás am plia posible: cent rado en el persona. ( 13)

En est e enfoque de psicot erapia no se t rat a de hacer le algo a la persona ni de inducirlo a hacer algo en relación a
sí m ism a, sino se t rat a de liberar la para que pueda t ener un crecim ient o y un desarrollo a nivel personal, que ella
m ism a quit e los obst áculos que le im piden avanzar. ( 13)

El enfoque cent rado en la persona plant ea una relación t er apéut ica ent re dos personas en cont act o hum ano, por
lo t ant o nadie sabe m ás de uno m ism o que uno m ism o; es decir el t erapeut a será com o un espej o que habrá de
reflej arle lo que ve en la ot ra persona, per o no puede hacer las cosas por ella; no se dan consej os; las personas
que consult an al psicot erapeut a no se les llam an pacient es, sino client es, ya que se encuent ran en est ado de
desorden int erno de vulnerabilidad o m iedo, pero no enferm as; el t erapeut a ofrece al individuo dedicación posit iva
incondicional y le ofrece una com prensión em pát ica desde el punt o de referencia int erna del client e.

Est e enfoque est á basado en una prem isa que al principio parecía riesgosa e inciert a: una visión del hom bre com o
un organism o básicam ent e digno de confianza. Exist e en el hom bre una t endencia nat ural al desarrollo com plet o.
El t ér m ino que ha sido m ás usado par a designar est e hecho es la t endencia act ualizant e ( base sobre la cual est á
const ruido el enfoque cent rado en la persona) , y es algo que est á present e en t odos los organism os vivos. El
individuo t iene dent ro de sí m uchos recursos para ent enderse a sí m ism o, para m odificar su aut oconcept o, sus
act it udes y su conduct a aut odirigida, y est os recursos pueden ser sacados si se provee de un definido clim a de
act it udes psicológicas facilit adoras. ( 13)

Est as t res act it udes o com port am ient os básicos, facilit adores del proceso, y que t odo psicot erapeut a hum anist a
debe t ener son: la aut ent icidad o congruencia, la acept ación incondicional y la em pat ía.

Rogers ent iende por aut ent icidad o congruencia, en prim er t érm ino la coincidencia con uno m ism o. Part e de que
“ se favorece un desarrollo personal en t ant o el t erapeut a viva lo que es en r ealidad, cuando en su relación con el
client e perm anece aut ént ico, sin fachada, es decir, vive abiert am ent e las sensaciones y post uras que le m ueven
en ese inst ant e. Significa que es él m ism o y que no reniega de sí m ism o” . El t erapeut a y el client e son am bos
seres hum anos, est o no se puede bor rar m ediant e las diferencias en cuant o al saber y los grados académ icos,
am bos son iguales en lo referent e a que son seres hum anos y est o debe sent ar la base para la t erapia. ( 7)

Cuando el psicot erapeut a percibe y acept a al client e t al cual es, cuando dej a de lado t oda evaluación y ent ra en el
m arco de referencia percept ual del m ism o, lo libera para que explore nuevam ent e su vida y su experiencia, lo
libera para percibir en esa experiencia nuevos significados y nuevas m et as. ( 14) La act it ud posit iva incondicional
puede ser descrit a com o un act o de m anifiest o int erés y apr ecio por t odo lo que la persona es, por t odas sus
conduct as y por su com unicación. ( 15)

La act it ud em pát ica es un fact or t erapéut ico de prim er orden, y se m anifiest a en un int ent o del psicot erapeut a por
com prender a fondo la experiencia de la persona en búsqueda de t ransm it ir verbalm ent e est a com prensión
esclarecedora. El ent renam ient o clínico del psicot erapeut a cent rado en la persona est á enfocado a capt ar, con la
m ayor precisión posible, los m at ices del sent im ient o y del significado en la exper iencia de la persona que recibe
ayuda. ( 15)

Carl Rogers en su libro El proceso de convert irse en persona, dice que la psicot erapia cent rada en la persona
produce m uchos cam bios: en individuo m odifica su m anera de elegir y est ablecer valores; enfrent a la frust ración
con m enos t ensión fisiológica y cam bia su m anera de percibirse y valorarse. La t eoría de la psicot er apia cent r ada
en la persona post ula que los cam bios operados en el int erior del individuo durant e el t rat am ient o le perm it irán,
una vez finalizado ést e, conducirse de m aneras m enos defensivas y m ás socializadas y acept ar la realidad en sí
m ism o y en el m edio social que lo rodea, t odo lo cual dem uest ra que su sist em a de valores se ha socializado. Est o
significa que adopt ará conduct as m ás m aduras y que t enderán a desapar ecer las act it udes infant iles. El proceso
del client e est á en reciprocidad con las act it udes del t erapeut a. ( 16)

Logot erapia
La logot erapia fue fundada por el psiquiat ra y neurólogo vienés Vikt or Frankl ( 1905- 1977) ; es una t erapia que
ayuda a los pacient es a la búsqueda del sent ido de vida.

La logot erapia no se dirige al sínt om a, sino que lo que int ent a es provocar un cam bio de act it ud, una m odificación
personal respect o del sínt om a, se t rat a de una aut ént ica psicot erapia personalist a. La logot erapia no se encierra
en el ám bit o de las neurosis, sino que lo desborda y penet ra en la dim ensión de los fenóm enos específicam ent e
hum anos. ( 17)

La logot erapia considera la aut ot rascendencia com o el nivel suprem o de desarr ollo de la exist encia hum ana. Se
t rat a del pot encial específicam ent e hum ano de pensar y act uar m ás allá de uno m ism o en el m arco de la
exist encia para algo o para alguien de la ent rega a una t area o de la dedicación a ot ros seres hum anos. Mient ras
que la psicología t radicional descubre esencialm ent e “ dependencias psíquicas” , la logot er apia saca a la luz
“ independencias espirit uales” , y m ient ras que la psicot erapia convencional analiza “ acuerdos neurót icos” , la
logot erapia r egist ra “ com prom iso exist encial” . ( 8)

Me quedo con las siguient es cit as ext raídas del libro “ El hom bre en busca de sent ido” de Vikt or Frankl, las cuales
ayudan a t oda persona a encont rar un sent ido a su vida.

“ Una sit uación ext erna excepcionalm ent e difícil es lo que da al hom bre la oport unidad de crecer espirit ualm ent e
m ás allá de sí m ism o” .
“ La salvación del hom bre est á en el am or y a t ravés del am or.”
“ La t ensión int erna es un requisit o indispensable de la salud m ent al.”
“ Quien t iene un porqué para vivir puede soport ar casi cualquier cóm o.” ( 6)

El t ener una vida dem asiada t ranquila y sin ninguna preocupación es m uy difícil de llevar, adem ás es m uy
aburrida y acaba por dej arnos con un “ vacío exist encial” , con una “ vida sin significado ni propósit o” . Est oy de
acuerdo de que de vez en cuando es bueno t ener periodos de calm a en nuest ras vidas, pero lo que no es sano es
que vivam os en una t ot al calm a perm anent e.

Con clu sion e s

La psicología com o m uchas ot ras ciencias inevit ablem ent e evoluciona día t ras día. La psicología hum anist a t iene
com o principal virt ud no desacredit ar por com plet o el t rabaj o realizado por las ot ras fuerzas de la psicología
ant eriores a ella, sino crit icar lo que consideraba que no era aplicable al ser hum ano y part ir de lo que se podía
rescat ar de esas corrient es para hacer una ciencia que pudiera ayudar a desarrollar el pot encial hum ano y dar
alivio y sent ido al sufrim ient o de los seres hum anos.

La vida sin problem as carecería de sent ido, si naciéram os con la vida resuelt a, eso elim inaría nuest ro poder de
decisión, de elección. La vida dem asiado fácil y rut inaria crea vacío exist encial se pierde el sent ido de vida, una
form a de salir de est e est ado es encont rando una ilusión, una m et a que debe ser difícil de obt ener, para que nos
proporcione una enorm e sat isfacción cuando lo logrem os, pero no lo im posible de alcanzar porque eso nos
causaría una t errible decepción, de la cual t am bién aprenderíam os, pero es necesario experim ent ar el éxit o.

Com o psicot er apeut as necesit am os hacerle saber a los client es que no es posible que después de un proceso de
psicot erapia t oda su vida cam biará a una vida fácil y sin ningún problem a, nosot ros facilit arem os el cam ino para
que ellos desarrollen su pot encial personal, hagan su vida m ás plena y aprendan a r esolver sus problem as solos y
se responsabilicen de sus decisiones.

Est o se logrará sirviendo el t erapeut a de ej em plo, t eniendo las t res caract eríst icas que Carl Rogers decía que eran
básicas: la aut ent icidad, la em pat ía y la acept ación incondicional.

La aut ent icidad del t erapeut a consist e en su congruencia en lo que dice, hace, piensa y sient e. El acept arse t al y
com o es y no t raer m áscaras o querer ser alguien que no es ant e el client e.

La em pat ía es com o ponerse en los zapat os del ot ro, sin perder de vist a el “ com o” ya que a pesar de que se debe
ent ender la experiencia del ot ro desde su realidad, no hay que perder de vist a en donde se acaban los lím it es de
la ot ra persona y en donde em piezan los propios.

La acept ación incondicional de la ot ra persona es el no querer cam biar a nuest ro ant oj o a la ot ra persona, es
acept arla com o persona com plet am ent e con t odo lo que ella es, est o no significa ser perm isivo y acept ar por
com plet o cualquier conduct a aut odest ruct iva, est o no se aprueba, sin em bargo la relación t erapéut ica no puede
est ar condicionada a que al t erapeut a le agr aden las conduct as de la ot ra persona.

Debem os evit ar al m áxim o act it udes pat ernalist as en donde se le diga al client e que hacer con su vida, cóm o
resolver los problem as, no se aconsej a al client e, m ediant e el reflej o se le puede hacer ver las diferent es
alt ernat ivas que t iene, sólo el client e puede decidir que cam ino seguir y debem os confiar en que nadie sabe m ej or
que él lo que es bueno para él. El client e necesit a aprender a responsabilizarse de sus decisiones, al darle consej o
a nosot ros est am os fom ent ando una act it ud de irresponsabilidad.

Nadie sabe m ás de uno m ism o que uno m ism o, el ser hum ano busca est ar m ej or, necesit a a veces de alguien que
le ayude a visualizar m ej or sus opciones y de est a m anera facilit arle la decisión que sólo a él concierne y de est a
m anera encam inar su vida hacia lo que m ás le convenga. Por eso los client es que busquen ayuda de un t erapeut a
hum anist a deben est ar concient es de que ellos t ienen t oda la responsabilidad de decidir sobre su vida y afront ar
las consecuencias.

Re fe r e n cia s

1. Goble FG. La t ercera fuerza: La psicología propuest a por Abraham Maslow. México: Trillas; 1977.
2. Mart ínez Miguélez M. La psicología hum anist a. Un nuevo paradigm a psicológico. México: Trillas; 1999.
3. Villegas Besora M. La psicología hum anist a: hist oria, concept o y m ét odo. Anuario de psicología Núm ero 34:
1986. Cit ado el 30 diciem bre 2008. Disponible en URL:
ht t p: / / www.raco.cat / index.php/ AnuarioPsicologia/ art icle/ view/ 64549/ 88511
4. Dicaprio NS. Teorías de la personalidad. Segunda edición. México: Mc Graw Hill; 1989.
5. From m E. El m iedo a la libert ad. México: Paidós; 2007.
6. Frankl VE. El hom bre en busca de sent ido. Duodécim a edición. Barcelona: Herder; 1991.
7. Quit m ann H. Psicología Hum aníst ica. España: Herder; 1999.
8. Lukas E. Logot erapia. La búsqueda de sent ido. México: Paidós; 2003.
9. Schlut er HL. La Personalidad del Terapeut a en la Relación Psicot erapeút ica. México: Prom et eo. Revist a
Mexicana de la Psicología Hum anist a y Desarrollo Hum ano. Núm ero 13; 1996.
10. Arm ent a J. El crecim ient o personal del t erapeut a o facilit ador. México: Prom et eo. Revist a Mexicana de la
Psicología Hum anist a y Desarrollo Hum ano. Núm ero 13; 1996.
11. Baum gardner P. Perls. F. Terapia Gest alt . Teoría y Práct ica. Su aplicación. México: Pax; 2006.
12. Jourard SM. La personalidad saludable: el punt o de vist a de la psicología hum aníst ica. México: Trillas; 2001.
13. Rogers CR. El poder de la persona. México: El m anual m oderno m exicano; 1980.
14. Rogers CR. Psicot erapia cent rada en el client e. Práct ica, im plicaciones y t eoría. México: Paidós. 1990.
15. Lafarga J. Más allá de la psicot erapia t radicional. México: Desarrollo del pot encial hum ano Volum en 4; Trillas;
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16. Rogers CR. El proceso de convert irse en persona. Mi t écnica t erapéut ica. México: Paidós; 1992.
17. Frankl VE. Ant e el vacío exist encial. Hacia una hum anización de la psicot erapia. Barcelona: Herder; 1990.

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