Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
mamá, al llegar a la escuela el portero le dice a la señora que el niño puede pasar, pero ella no,
el niño mira de reojo a su mamá y agitando la mano en señal de despedida, entra a la escuela.
La escuela era bien grande, pero cuando el niño vio que podía ir a su salón de clases
directamente desde la puerta de afuera, se sintió feliz y desde ese momento la escuela ya no le
parecía tan grande.
Así, el niño – toca la puerta y escucha una voz que le dice adelante – entra tímidamente saluda
y la maestra le dice puedes sentarte – el niño se da cuenta que es el primero en llegar y ve un
lugar cerca de una ventana y de pronto la maestra dice:
¡Detente! Siéntate aquí, al niño le hubiera gustado más sentarse cerca de la ventana.
Así, una mañana, cuando hacía poco que estaba en la escuela, la maestra dijo:
El sabía dibujar muchas cosas, leones, tigres, elefantes, aviones, trenes, barcos y tomó su caja
de lápices de colores y comenzó a dibujar monitos, a pintar carritos que era lo que más le
gustaba, luego dibujo leones, tigres, gallinas, aviones, trenes, barcos, pues a él le gustaba
mucho dibujar.
El niño inmediatamente dibujo una rosa con el tallo negro y pétalos amarillos, le quedo
preciosa, pero la maestra le dice:
¡Detente! Vamos a pintar rosas de tallo verde y pétalos rojos. Yo les mostraré cómo se hacen.
Miren.
Así…– Dijo la maestra – y dibujo en el pizarrón una flor roja con el tallo verde.
El niño miró la flor de la maestra y luego la suya, y a él le gustaba más su flor que la de la
maestra. Y no reveló esto. Simplemente guardó su papel e hizo una flor como la de la maestra,
roja con el tallo verde.
–"Hoy vamos a trabajar con plastilina". "Excelente" – pensó él, y podía hacer todo tipo de
cosas con plastilina.
Y comenzó a apretar y amasar la bola de plastilina e inmediatamente empezó a hacer
muñecos, serpientes, elefantes, autos y camiones hasta que la profesora dijo:
"Bien", pensó el niño. A él le gustaba hacer serpientes. Y comenzó a hacer unas de diferentes
tamaños y formas, de pronto la maestra le dice:
El niño miró la serpiente de la maestra, entonces miro la suya, y a él le gustaba más la suya que
la "culebrota" de su maestra. Pero no reveló esto. Simplemente amasó la plastilina en una gran
bola, e hizo una gran serpiente como la de la maestra.
Así, y luego, el niño aprendió a esperar, y a observar y a hacer las cosas como las de la maestra.
Y sucedió un día que el niño y su familia se mudaron a otra ciudad y por consiguiente a otra
casa y a otra escuela.
Esa escuela era mucho más grande que la primera, tenía puerta afuera, pero para llegar a su
aula, el niño tenía que caminar por un corredor muy largo.
Pero ella no dijo nada, apenas andaba por el aula. Cuando se acercó al niño, ella dijo:
– "Sí" – dijo el niño – "pero estoy esperando que usted me diga cómo lo tengo que hacer. ¿Qué
vamos a dibujar?"
"De cualquier color"– Dijo la maestra; –" Si todos usaran los mismos colores e hicieran los
mismos dibujos, ¿Cómo se podría saber quién hizo que y cual sería de quien?”
No lo entiendo – pensó el niño –. Y comenzó a dibujar una flor roja con el tallo verde.