En esta práctica comprendimos que el calentamiento sensible se refiere al proceso de
transferencia de calor en el cual un objeto o sustancia experimenta un aumento de temperatura sin cambiar su estado físico. En otras palabras, el calor se añade o se extrae de un material y su temperatura se eleva o disminuye, respectivamente, sin que ocurra una fase de cambio, como la fusión o la evaporación.
Un ejemplo común de calentamiento sensible es cuando calentamos agua
en una olla. A medida que aplicamos calor al agua, su temperatura aumenta gradualmente sin que se produzca una ebullición. Una vez que el agua alcanza su punto de ebullición, entra en la fase de cambio de líquido a vapor, lo que se conoce como calentamiento latente.
En resumen, el calentamiento sensible es el aumento de temperatura de un
material sin cambio de fase, donde el calor transferido está directamente relacionado con la capacidad calorífica del material.